En la capital sicarios intervienen en problemas entre particulares, afirma la Coparmex

 

El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Adrián Alarcón Ríos dijo que el presidente municipal, el priista Marco Antonio Leyva Mena manipuló las cifras en las que se muestra una disminución de los delitos comunes en el municipio, “lo que refleja su falta de oficio y capacidad porque esconde la realidad”.
El dirigente empresarial quien se encuentra fuera de la ciudad y fue consultado por teléfono afirmó que como consecuencia de la no investigación de los delitos y la impunidad, cualquier persona contrata a un sicario para cobrar venganza, deudas atrasadas, e incluso para resolver pleitos pasionales.
Dijo que es la causa de tanto muerto en las calles y carreteras y que no todos son por el pleito por la plaza entre los cárteles de la droga, por la siembra y trasiego de amapola, lo que ha repetido continuamente el vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia.
Se quejó de que las autoridades de todo le echan la culpa a la delincuencia organizada para no investigar, “porque ese tipo de delitos nunca se investigan”, pero aclaró que la violencia en la capital está “campechaneada” porque se está recurriendo a los sicarios de la delincuencia organizada para resolver asuntos del orden común.
El martes el presidente municipal Marco Antonio Leyva Mena presentó cifras que según él revelan que los delitos del orden común van a la baja. Informó que en enero del 2016 se registraron 225 delitos de éste tipo, mientras que en enero de este año van 93.
“El problema es que ahora las autoridades se guían y hablan por percepciones, pero el asunto de la delincuencia es de realidades”, dijo el presidente de la Coparmex, quien declaró que las cifras del alcalde fueron manipuladas para dar la percepción de que hay resultados en la prevención del delito, cuando no es así.
Agregó que el alcalde tomó como ejemplo un mes que no refleja la realidad ni es significativo, “como si los ciudadanos fuéramos ingenuos o tontos. Es un insulto a nuestra inteligencia”.
Destacó que siempre que viene el secretario de Gobernación habla de que la criminalidad va a la baja, y los funcionarios locales repiten lo mismo mientras que los delincuentes “les contestan con más muertos, con más crímenes y cada vez que viene sube la criminalidad en Guerrero”.
Alarcón Ríos informó que desde hace seis meses solicitaron al gobernador Héctor Astudillo Flores la instalación de una mesa de seguridad y justicia para trabajar de manera conjunta una nueva estrategia, pero no han recibido respuesta.
Añadió que el secretario de Gobernación también se comprometió a que encabezaría una reunión con los funcionarios del gabinete de seguridad, pero tampoco ha cumplido.
Dijo que ahora buscan al gobernador para que la mesa se instale aunque sea con las representaciones en Guerrero de la PGR, del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Policía Federal, el Ejército y la Marina para que escuchen a los empresarios, a las organizaciones sociales, sindicales y a los religiosos.
“Vamos a reunirnos para empezar a ver algunas medidas, vamos a insistir al gobernador en que se instale la mesa de seguridad y justicia, para determinar estrategias, nuevos mecanismos que nos ayuden, ya no a solucionar el problema de la violencia, sino a contener esta nueva ola criminal”. Informó que también buscará al obispo Salvador Rangel Mendoza, “para ver de qué manera nos podemos ayudar”.
Denunció que en Chilpancingo “ahora cualquiera dice yo voy a contratar a un sicario. Por ejemplo, si hay alguien que tiene un familiar que se dedica a delinquir y tiene por allí algún pendiente con algún vecino, incluso con algún familiar, lo contrata y allí está la ejecución”.
Dijo que esto está llegando a la anarquía y que es grave que los delincuentes ahora cometan delitos “hasta en su recreo”.

 

Hace 10 años irrumpió en Tierra Caliente el grupo delictivo La Familia Michoacana

 

Desde finales de 2005 en la región Tierra Caliente irrumpen cárteles de la droga que intentan controlar esta zona y sus colindancias con el estado de Michoacán, antes controlada por el cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
Es una zona geográfica en la que colindan el Estado de México, Michoacán y Guerrero y donde convergen carreteras que cruzan desde la costa a la sierra y sus rutas de salida hacia el norte de la República.
La lucha por el área comenzó a inicios del 2006 y una célula de los Zetas a finales del año se presentó con el nombre La Familia Michoacana. Así quedó asentado en los primeros narcomensajes que aparecieron en Altamirano, municipio de Pungarabato.
Para finales de 2007 el control de ese grupo delincuencial era mayor.
Una división interna entre el grupo de narcotraficantes de los Beltrán Leyva provocó que los líderes de las células que estaban en la Tierra Caliente pactaran con La Familia Michoacana, y así se posicionaron más rápido de esta región.
Según fuentes militares, para 2008 La Familia Michoacana tenía el control de la mayor parte de Michoacán, además de los 14 municipios de la Tierra Caliente en Guerrero.
En Guerrero controlaban Zirándaro, Pungarabato, Cutzamala de Pinzón, Arcelia, Tlapehuala, Ajuchitlán, San Miguel Totolapan, Tlalchapa y Coyuca de Catalán.
Algunas células que quedaron de los Beltrán Leyva intentaron recuperar los territorios en varios momentos y con apoyo del capo Édgar Valdez Villareal, La Barbie, pero sin éxito.
En marzo del 2011 unas mantas colocadas en Pungarabato y Coyuca de Catalán dijeron que había una división interna en La Familia Michoacana, la separación era en la región de Tierra Caliente entre Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana.
Esa división permitió la entrada de otras células criminales a esta región, como el cártel Guerreros Unidos o el Jalisco Nueva Generación que en diferentes momentos han incursionado en los municipios de Coyuca de Catalán, Zirándaro, San Miguel Totolapan, pero sobre todo en la parte de la sierra de Tierra Caliente.
Fuentes militares informaron del crecimiento de La Familia Michoacana en Tierra Caliente del Estado de México, bajo el liderazgo de José María Chávez Magaña, El Pony.
En julio de 2014 el comisionado nacional de Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido informó que fue detenido uno de los más importantes líderes del cártel de La Familia Michoacana, Chávez Magaña.
El Pony fue considerado uno los hombres más fuertes del cártel y protector del capo Jhony Hurtado Olascoaga, El Pez, quien se ha atrincherado en el municipio de Arcelia desde donde mantiene el control de una ruta de trasiego de drogas que iba de los municipios de Apaxtla y Cuetzala hasta el sur del Estado de México, como Tlataya.

Un pacto entre narcos para el cobro de cuotas

Fuentes militares dijeron que La Familia Michoacana mantuvo el control de la mayor parte del territorio colindante entre Guerrero y el Estado de México del lado de Arcelia, entre ellos Tlalchapa, Ajuchitlán, San Miguel Totolapan, y los municipios de Tlatlaya y San Pedro en el estado de México, debido a El Pez, en tanto que en Altamirano Rodolfo Maldonado Bustos, Don José, mantuvo el control de las colindancias entre Guerrero y Michoacán con Los Caballeros Templarios, como Altamirano, Cutzamala y Coyuca de Catalán. Además Huetamo, Michoacán y San Lucas.
Un pacto en 2011 evitó que estos grupos se confrontaran.
Los enfrentamientos y balaceras a plena luz del día y en zonas céntricas por la pelea de territorios se convirtieron en la tranquilidad comercial, pero bajo el cobro de cuota de los grupos criminales a todos los comerciantes de la región para permitirles trabajar.
Para 2013 en San Miguel Totolapan se vislumbraba un nuevo conflicto territorial tras una división de una célula de La Familia Michoacana controlada por Raybel Jacobo de Almonte, El Tequilero.
Desde marzo del 2014 hasta mayo del 2015 la Fiscalía General del Estado (FGE) registró ocho ejecuciones que aparecieron con narco mensajes en contra de la banda de El Tequilero. Estos homicidios fueron principalmente en las colindancias entre Ajuchitlán y San Miguel Totolapan. Todos los narcomensajes estaban firmados “FM” (Familia Michoacana).
Bajo el control de la Policía Municipal El Tequilero se empoderó en San Miguel Totolapan. Las últimas denuncias y órdenes de aprehensión en su contra muestran la relación de siete mandos policiacos de esta corporación vinculados a su grupo.
En marzo de este año según reportes policiacos, Arnulfo Pineda Pérez, El Boinas, fue detenido por policías estatales y encarcelado formalmente en Arcelia por homicidio calificado, en agravio de José Antonio Ceferino Gil. Fue detenido en un retén bajo la orden CUAU/SC/02/00050/2015.
Arnulfo Pineda fue el último comandante que tuvo la Policía Municipal de San Miguel Totolapan en el periodo de Saúl Beltrán Orozco. En la misma orden de aprehensión se incluyen a seis policías más, además de a El Tequilero.
Tres narcomensajes en 2014 anunciaron la aparición del “comando suicida tequileros”, peleando por San Miguel Totolapan y sus fronteras con Arcelia.
Bajo el lema de que San Miguel Totolapan debería de ser para los de San Miguel Totolapan y no para los de Arcelia, El Tequilero asumió el control de la mayor parte del municipio, sobre todo de las partes baja y rural.
“Esto le va a pasar a todos los que le pasen información al Pescado (Johnny Hurtado Olascoaga). Atentamente El Tequilero”, decía el mensaje sobre el cuerpo de la ex regidora panista del municipio de San Miguel Totolapan, María Félix Jaimes Álvarez, quien apareció ejecutada en junio del 2014.
En la sierra se conformaron desde 2015 autodefensas en Los Encinos, Linda Vista y Petlacala. La intención era parar a grupos criminales que subían y atacaban pueblos completos. Entre ellos incluyeron al grupo de El Tequilero como lo hicieron desde el 12 de diciembre vecinos de San Miguel Totolapan.
El Tequilero ya no entraba a la sierra debido a la organización de los pueblos y la entrada de otros grupos, tanto de la costa como del lado de Arcelia y de Apaxtla.
Ante la disminución del territorio, El Tequilero comenzó a secuestrar masivamente a vecinos de Tierra Caliente.
En el último año la Fiscalía de Guerrero le atribuyó más de 40 secuestros, por los cuales cobró rescates y a algunas de sus víctimas las ejecutó.