Reciben láminas para sus techos 300 familias de los Bienes Comunales de Cacahuatepec

Ramón Gracida Gómez

Los techos volaron y casas enteras fueron destruidas por la fuerza del huracán Otis en los Bienes Comunales de Cacahuatepec, donde este viernes, 300 familias de distintos poblados recibieron 3 mil láminas donadas por fundaciones, organizaciones y particulares, a través del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (Cecop).
El vocero del movimiento, Marco Antonio Suástegui Muñoz, expuso que a más de un mes del meteoro del 25 de octubre, “la gente sigue viviendo entre láminas retorcidas, entre palapas, entre lonas que pudieron rescatar”.
Por su parte, el director del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, Abel Barrera, dijo que la situación en los bienes comunales “está muy, muy mal, porque no hay intervención de las autoridades”.
A las 12 de la tarde, Suástegui Muñoz llegó en su camioneta azul, guiando al camión que traía las 3 mil láminas, al paraje conocido como El Fraile. La cita era a las 9 de la mañana, pero el camión se descompuso y se retrasó tres horas. Todos los vecinos aguantaron y esperaron.
Los hombres se pusieron guantes en las manos para cargar las láminas y evitar cortaduras por lo filoso del material, “con mucho cuidado porque corta”, conminó Suástegui Muñoz. Las personas que no traían guantes usaban pedazos de prendas para no cortarse.
A la orilla del río Papagayo, las pangas transportaron las láminas, que fueron acomodadas de forma horizontal en las pequeñas embarcaciones de madera. La corriente del río parecía crecida, Suástegui Muñoz organizó a los comuneros para cruzar el Papagayo, sin el riesgo de que pudiera hundirse o volcarse la panga, que se balanceaba con el peso de las láminas y de las propias personas.
Las maniobras para cruzar una parte de las 3 mil láminas en el río Papagayo tardó alrededor de una hora, mientras hombres y mujeres esperaron pacientemente la ayuda y unos tres niños nadaban para refrescarse.
Del otro lado del río, en la comunidad Cacahuatepec, otro grupo de hombres recibió las láminas y se las llevaron sobre sus hombros o cabezas hacia sus casas. Acabaron empapados de sudor, por el fuerte calor que hacía. “Por eso se necesita un puente aquí”, indicó el vocero del Cecop, Marco Antonio Suástegui.
Especificó a El Sur que las comunidades que recibieron láminas son El Rincón, Espinalillo, El Campanario, Parotas, Amatillo y Salsipuedes, con 10 familias beneficiadas cada una; además de El Carrizo, Hilamos, Rancho Las Marías y Parotillas, con 15 familias cada una; El Cantón y La Concepción, con 20 familias cada una; Cacahuatepec, Huamuchitos y Cruces de Cacahuatepec, con 25 familias; y Apalani sumó 30 familias.
Indicó que estas láminas provienen de donaciones de la organización alemana Misereor, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec), las organizaciones Cinco pesos dos peces y Cadena, así como Citibanamex.
En total, son alrededor de 300 familias de 20 comunidades las que recibieron láminas ayer, pero faltan por visitar 27 más, acotó, entre ellas Tasajeras, Las Chanecas, El Bejuco, El Arenal, La Arena, Cabeza de Tigre, Apanhuac, Barrio Nuevo de los Muertos, San Isidro Gallinero, Pochotlaxco, Garrapata, Arroyo Verde, San José, Las Ollitas, San Antonio, Cerro de Piedra, Atamarindillo, Las Minas, El Progreso de Cacahuatepec, San Juan Grande y San Juan Chico.
“Tenemos registradas mil 500 familias afectadas. Nosotros vamos a cubrir a 300 el día de hoy, imagínate cuántas hacen falta”, dijo el vocero del Cecop y criticó que “el gobierno dice que no pasó nada, por eso me da risa y me da mucho coraje, porque la gente sigue viviendo entre láminas retorcidas, entre palapas, entre lonas que pudieron rescatar”.
Durante sus recorridos en las comunidades, comentó Suástegui Muñoz, el Cecop ha registrado una pérdida del 100 por ciento del cultivo de maíz, jamaica, ajonjolí y el 50 por ciento del limón y palma de coco. Son cerca de 40 mil hectáreas afectadas por el Otis, indicó.
Luego del cruce de láminas, se entregó otra parte en El Fraile. Rodeado de unas 50 personas, el director del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, Abel Barrera, contó que después de hablar con Suástegui Muñoz sobre la difícil situación que se vivía en los Bienes Comunales de Cacahuatepec, el organismo que representa lanzó la convocatoria de ayuda “para amigos solidarios de México, muchas personas, académicos, estudiantes, organismos de derechos humanos”.
Es un donativo “de muchos amigos y amigas que no conocen, pero que sepan que no están solos, que hay mucha gente que está con ustedes, que si la autoridad no viene, que sepan que la sociedad no los va a dejar”, arengó y generó aplausos de los comuneros.
El donativo fue de alrededor de 280 mil pesos, que sirvieron para comprar 3 mil láminas, “sabemos que no son suficientes, pero es la primera entrega de 3 mil láminas”, aseguró Abel Barrera.
Señaló que mucha gente del municipio necesita ayuda, “pero no quiere decir que por eso no existen las comunidades rurales de Acapulco. Vemos que sí vino un censo de parte de los ‘Servidores de la Nación’, pero vemos que hay fallas en el censo, no todos están adentro”.
Contó que el subsecretario de Agricultura federal, Víctor Suárez, le adelantó que los productores inscritos en los programas de producción y fertilizante del Bienestar, van a recibir 7 mil 500 pesos, y también habrá un programa emergente de siembra de frijol, en la temporada de otoño-invierno.
Comentó que se va a traer más maíz, como ya se entregó hace unas semanas, pero la intención de este viernes fue “que puedan cubrir su techo, que puedan tener un lugar digno para descansar, para que haya sombra”.
Dijo que la situación en Cacahuatepec “está muy, muy mal, porque no hay intervención de las autoridades, pero con mayor razón voy a pedir a los compañeros de las organizaciones que nos acuerpemos” para ayudar a las familias del Acapulco rural.
Después de su discurso, de unos 10 minutos, Abel Barrera y Suástegui Muñoz ayudaron a organizar la entrega de láminas a las familias de los Bienes Comunales de Cacahuatepec. A las 3 de la tarde continuaban repartiendo el material para las viviendas.

En su 20 aniversario, pide Cecop al presidente que decrete la cancelación de La Parota

Miembros del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa la Parota acompañados de organizaciones sociales y magisteriales y representantes del gobierno municipal en el poblado de Cacahuatepec en la zona rural de Acapulco, en la celebración de su 20 aniversario Foto: Jesús Trigo

Ramón Gracida Gómez

El Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (Cecop) conmemoró su 20 aniversario con la demanda al presidente, Andrés Manuel López Obrador, de la cancelación definitiva mediante decreto del proyecto hidroeléctrico que originó el movimiento. “Las tierras no se venden, se aman y se defienden” clamaron los más de 100 campesinos que asistieron al acto de este domingo.
El vocero de la organización, Marco Antonio Suástegui Muñoz, dijo que son dos décadas “de resistencia” contra la presa que ha dejado asesinatos y encarcelamientos y aún hay personas “que siguen promoviendo la desunión, la división” en los Bienes Comunales de Cacahuatepec. Dijo que serán 20 años más si es necesario del Cecop que también está en contra de las gravilleras.
Rodolfo Chávez Galindo destacó que el Cecop es un movimiento “emblemático” para el país y Latinoamérica por la combatividad de los comuneros y pidió la liberación de los presos políticos Maximino Solís Valeriano, Rodrigo León Jacinto y Modesto León Jacinto, y la aparición con vida de Vicente Iván Suástegui Muñoz.
El ex secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de Guerrero (Sagadegro), Jorge Peto Calderón, dijo que hace 20 años estaba la “borrachera” del saqueo, pero todavía no se puede hablar de la Cuarta Transformación porque siguen casos como la desaparición de Vicente Suástegui.
El acto del Cecop empezó a las 11:20 de la mañana en la cancha de la comunidad de Cacahuatepec, donde unas 130 personas, principalmente de las comunidades de El Pericón, Parotillas, El Rincón, Rancho las Marías, Los Hilamos, Cruces de Cacahuatepec, La Concepción y Amatillo, entre otras, se congregaron para conmemorar el aniversario número 20 del movimiento contra la presa La Parota.
El asesor del movimiento, Rodolfo Chávez Galindo, leyó el posicionamiento de este año, con el que destacó que el “Cecop llegó a ser reconocido como un movimiento emblemático a nivel nacional y también en Centro y Sudamérica por la combatividad de las comuneras y comuneros”, y recordó la participación en foros internacionales como el Tribunal Permanente de los Pueblos y el encuentro sobre una Nueva Cultura del Agua en Fortaleza, Brasil.
Dijo que el proyecto hidroeléctrico La Parota está suspendido por el presidente López Obrador, “pero seguimos pugnando por un decreto de cancelación definitiva”, al igual que por la liberación de los “presos políticos” Maximino Solís Valeriano, Rodrigo León Jacinto, Modesto León Jacinto y la aparición con vida de Vicente Iván Suástegui Muñoz.
Chávez Galindo anunció que el Cecop “habrá de emprender una lucha en contra de la depredación del río que los empresarios gavilleros están haciendo al extraer la grava y la arena”. Afirmó que “la disminución del agua del río afecta no sólo a Cacahuatepec sino a todo Acapulco”.

Historia de alegría y de dolor

Luego participó el comunero Mario Estrada Bailón, quien dijo que el Cecop “tiene historia de alegría, pero también tiene historia que nos conmueve y que es dolorosa” y recordó que de su comunidad de Huamuchitos fue asesinado Tomás Cruz Zamora.
Martha Hernández, de El Cantón, contó el caso de su padre, que fue herido en los enfrentamientos en La Concepción del 7 de enero de 2018 y desde entonces no ha podido recuperar su salud, “por lo mismo nunca nos vamos a rendir, porque ya nos han pasado muchas cosas”. Terminó con las consignas replicadas por los campesinos: “Zapata y Villa viven, la lucha sigue” y “las tierras no se venden, se aman y se defienden”.
El director de Gobernación del Ayuntamiento de Acapulco, Ramón Montiel Mejía, reconoció la lucha del Cecop y recordó la visita de la presidenta Abelina López Rodríguez a los Bienes Comunales de Cacahuatepec en octubre del año pasado, cuando anunció la introducción de agua potable en las comunidades de Apanhuac, Cacahuatepec, El Cantón, Espinalillo y Huamuchitos, con una inversión de más de 15 millones de pesos en 2022.
Otros 11 millones de pesos se invertirán este año porque “no es justo que estas comunidades que están en los márgenes del río Papagayo carezcan de este vital líquido”, dijo Montiel Mejía y agregó que ya la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ha licitado la construcción del puente de El Carrizo a Parotillas, que “no representa la reactivación de este proyecto de la presa hidroeléctrica La Parota”.
El abogado de Tlachinollan, organización que asesora jurídicamente al Cecop, Rogelio Téliz García, señaló que las autoridades andan en campañas electorales: “les vale queso el Cecop y lamentablemente de los Bienes Comunales se lleva el agua al Acapulco Diamante. Hay dos Acapulcos, compañeros, el Acapulco de los ricos y el Acapulco de los pobres, que son ustedes”.
Retomó la denuncia de las gravilleras y dijo que hace 20 años el río Papagayo “no estaba así, ¿ahorita cómo está? Va a quedar un canal, compañeros, si es que queda, y va a quedar sin agua. ¿Dónde está Semarnat? ¿Dónde está Conagua? ¿Dónde están estos elefantes blancos?” Preguntó cuántas veces han venido a verificar que esas gravilleras reúnan “los requisitos legales que marcan”. Ninguna, contestaron los asistentes.
Volteando a ver a Marco Antonio, afligido cada vez que le mencionaron a Vicente, el representante del Colectivo de Desaparecidos Lupita Rodríguez Narciso, David Molina, le dijo que “yo te entiendo perfectamente, yo también tengo a mi hermano desaparecido”. Propuso que los integrantes del Cecop sean reconocidos como víctimas y tengan derecho a la reparación integral de daño de todos los delitos que han sufrido.
Jorge Peto Calderón dijo que hace 20 años estaba la “borrachera de quienes se sentían amos y señores del pueblo de México y de su territorio y en esa borrachera pretendieron y siguen pretendiendo desalojar a los pueblos, apoderarse de sus tierras y aguas, pero no pensaron nunca que enfrentarían la resistencia, el heroísmo del pueblo y de los pueblos que pretendieron ellos sepultar con su megaproyecto de la presa La Parota”.
El extitular de la Sagadegro advirtió que “no habrá Cuarta Transformación si no hay pan, si no hay tortilla, no hay carne, huevo, en la mesa de los habitantes de los territorios. No hay Cuarta Transformación si no podemos caminar libremente por las calles con el temor de ser acribillados, ser encarcelados o ser desaparecidos”. Pidió la presentación con vida de Vicente Suástegui, “por eso no podemos hablar aún de la Cuarta Transformación en pleno”.

Persecución, menosprecio, humillación, cárcel y asesinatos

Para concluir el acto que duró unas dos horas, Marco Antonio Suástegui Muñoz dijo que el 28 de julio de 2003 “inició este peregrinar y hoy el Cecop cumple dos décadas, 20 años de resistencia contra este monstruo de mil cabezas llamado presa hidroeléctrica La Parota”. Agregó que no ha sido fácil, sobre todo para las mujeres que han perdido hijos, esposos, hermanos.
Con machete en mano, dijo que le da escalofríos recordar aquel 28 de julio “porque el gobierno nos quería enfrentar a nosotros mismos. ¿Se acuerdan ustedes? Aquellos 500 trabajadores, campesinas y campesinos que contrató la CFE y que embriagaba y que nos echaba encima ahí en El Fraile”.
Con miras a la reunión que se hacía en la comisaría, a 50 metros del festejo del Cecop, dijo que estaban envenenados y “hasta la fecha allá siguen, en sus mazmorras, en sus guaridas como chacales, engañando a la gente. Todavía existen esos caciquitos, porque ni siquiera son caciques, en cada uno de los pueblos”. Señaló que hay personas “que siguen promoviendo la desunión, la división”.
Exaltado, dijo que todos los integrantes del Cecop han sido “víctimas del gobierno, de persecución, de menosprecio, humillación, de encarcelamiento, han sido víctimas de que los hayan mancillado hasta la familia”.
Con voz entrecortada, dijo que “este 20 aniversario vengo muy dolido, profundamente dolido, no saben cuánto”, por lo que recibió aplausos de apoyo. Además de los asesinatos y encarcelamientos, “han tocado mi familia, a lo que más me duele”, exclamó con lágrimas en los ojos.
El vocero del Cecop dijo que “apenas iniciamos 20 años, vendrán 20 años más si es necesario”, y pidió unidad a los pobladores y las organizaciones sociales y expuso que la lucha del Cecop es contra la presa La Parota, las gravilleras y los políticos “corruptos y mañosos”.
Dijo que se sienten traicionados por los gobiernos pasados y actuales, pero agradeció la presencia del director de Gobernación, Ramón Montiel Mejía, a quien le dijo que no ven que se estén “aplicando los recursos correctamente” para la introducción del drenaje en algunas comunidades. Reiteró su apoyo a la construcción de un puente, pero no de El Carrizo a Parotillas, sino en la comunidad de Cacahuatepec. Advirtió que no dejarán que lo construyan así como está el proyecto, porque “le falta la aprobación de los pueblos”.
Aseguró que invitaron a la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, y ante su ausencia, le pidió atención a los Bienes Comunales de Cacahuatepec, en particular en los caminos porque ahora son de terracería. También pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador la suspensión definitiva del proyecto La Presa y también la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Participaron los dirigentes de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación (CETEG)en la región, Walter Añorve y Mario Alberto Uriós-tegui, quienes llamaron a la unidad de los movimientos sociales.
También acompañaron al Cecoplas organizaciones Turiste-ros Unidos en Defensa y Rescate de Playa Icacos (Tuderpi), el Sindicato de Trabajadores de Organismos Operadores de Agua del Estado de Guerrero (Stooaeg), el representante de la Unión de Indígenas Radicados en Acapulco, Marcos Guevara, y el rector de la Universidad de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos de Guerrero, Enrique Porras. Asimis-mo, asistieron ejidatarios de Puerto Marqués y los policías comunitarios de Cacahuatepec afines al Cecop.