Sólo quedan 16 embarcaciones de recreo de las 100 que había antes de Otis: Jondalar Castillo

Jondalar Castillo dueño de Aguamundo, en entrevista con El Sur Foto: Carlos Carbajal

Ramón Gracida Gómez

Jondalar Castillo Ledezma salió de la oficina de Aquamundo en el Paseo del Pescador en el amanecer del 25 de octubre y vio el mar limpio, no había ninguna embarcación, y su patrimonio construido a lo largo de más de 70 años por tres generaciones de su familia se perdió en unas cuantas horas, “de la noche a la mañana nos quedamos sin nada”.
A más de cinco meses del paso del huracán Otis, sin embargo, es uno de los pocos propietarios de embarcaciones de recreo que recuperó su negocio, muchos ya se fueron de Acapulco y actualmente sólo quedan 16 embarcaciones de las 100 que existían antes del meteoro. En la batalla por la reactivación económica, el joven empresario pide al gobierno que recupere la playa Manzanillo que ha vuelto a ser astillero y servicios públicos.
Su escuela de buceo se encuentra en el Paseo del Pescador, frente a la sucursal de Pollo Feliz de la avenida Costera. Dentro de la oficina están acomodados los productos y servicios que ofrece como los snorkel y los kayak.
Jondalar Castillo recibió a El Sur en la tarde de este miércoles, dos turistas entraron con uno de los cinco trabajadores de Aquamundo y el dueño de la empresa rápidamente les preguntó si tenían su número para mandarles las fotos de su experiencia en el mar.
Con voz firme y frases cortas, el hombre de años contó su experiencia del meteoro del 25 de octubre, que lo vivió frente al mar para cuidar junto con sus trabajadores las cinco embarcaciones que estaban en el Paseo del Pescador, como normalmente lo hacen en la temporada de huracanes, revisando que los cabos estén bien amarrados y sacando el agua.
Jondalar se quedó en la oficina porque estaba enyesado del tobillo debido a un resbalón en un barco que construía, pero vio cómo llegaban las olas hasta la puerta de su oficina, a unos 30 metros de distancia del mar. Llegó un momento en que las ráfagas de viento “eran como nunca antes se habían vivido” y sus trabajadores se resguardaron con él y ahí pasaron la noche. En la madrugada llegaron pescadores a refugiarse con ellos.
“Al día siguiente, pues ya no había nada, fue shock total”, sus embarcaciones quedaron despedazadas. Estaba el “mar limpio, ni una embarcación, no había una sola, algunas encalladas por ahí, otras destrozadas en playa Honda, encalladas, varadas”.
Vio un cuerpo en el muelle, “no había autoridad, no había Semefo, Ministerios Públicos, no había nada”. En los días siguientes empezaron a bucear para buscar embarcaciones, las cuales marcaban para avisarles a sus dueños
Jondalar Castillo adquirió deuda para comenzar de nuevo su negocio en diciembre pasado y consideró que la temporada de vacaciones de los días santos fue “buena”, pero la segunda semana está “bastante floja”.
Se le preguntó qué papel pueden jugar los empresarios en el debate sobre la reconstrucción de Acapulco y contestó: “los empresarios jugamos un papel muy importante porque somos los que generamos empleos, entonces, de acuerdo a nuestra capacidad y a nuestras posibilidades”.
“Tenemos que inyectar o estamos inyectando recursos a nuestros negocios porque de ellos vivimos y al inyectar esos recursos, generamos oferta, generamos productos que deben ser los atractivos para que la gente pues venga y disfrute de Acapulco desde nuestros rubros”.
Afirmó que los productos que Aquamundo ofrece son “de alto nivel hoy en día, tenemos un barco con la segunda capacidad más fuerte en la bahía para transportación marítima. Entonces, nosotros le estamos apostando, te hablo a título personal, al doble o al triple a pesar de las millonarias que tuvimos” y esto genera empleos directos e indirectos.
Indicó que perdió más de 5 millones de pesos en cuatro embarcaciones, “entonces, de la noche a la mañana nos quedamos sin nada. Sin embargo, nosotros tenemos una trayectoria de más de 70 años”. Aquamundo se fundó en 1950 por el abuelo de Jondalar Castillo, inició como escuela de buceo, del cual es pionero, y a lo largo de las décadas se ha diversificado con paseos en la bahía, rentas de lanchas para pescar. Su actual representante tiene 37 años y lleva al frente de éste como 20 años.
Expuso que muchos compañeros suyos, dueños de embarcaciones de servicios turísticos, se fueron del municipio, “muchos no aguantaron esto, esto no fue fácil”, y junto con ellos también se fueron sus trabajadores.
Contó que un compañero que se dedica a la renta de estos servicios, tenía antes de Otis una cuenta de más de 100 embarcaciones para la renta comercial, pero actualmente sólo hay 16, uno de ellos su catamarán que estaba enlazado en el Paseo del Pescador.
Planteó que “esta reconstrucción no sólo sea una reconstrucción y ya, sea una renovación total para acabar con todos los vicios”: saneamiento básico, alumbrado, áreas verdes, mejoramiento de la imagen urbana, “necesitamos mucha seguridad, necesitamos que haya presencia, que se respeten las leyes aquí, y se requiere voluntad para eso”.
Jandalar Castillo fue uno de los promotores de la remodelación de la playa Manzanillo, para que dejara de ser un astillero y se convirtiera en un área renovada para la sociedad acapulqueña y que fue inaugurada en 2019, cuando era gobernador el priista Héctor Astudillo Flores y alcaldesa la morenista Adela Román Ocampo, cuando fue director del Centro de Atención y Protección al Turista (CAPTA).
Pidió que se recupere el proyecto, “todos fuimos afectados, todos tuvimos pérdidas millonarias, pero ese lugar es de los acapulqueños, entonces tanto esfuerzo no puede estar tirado a la basura. Se deben fijar plazos, se deben notificar a los que están ahí y debe ser una playa para el disfrute de la gente”.