Si los 43 están muertos que el gobierno dé evidencias, pide la mamá de un normalista

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La señora Berta Nava Ramírez, madre de Julio César Ramírez, uno de los tres estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que fueron asesinados la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, reclamó al gobierno federal que si como dice que los 43 normalistas desaparecidos ya están muertos, que al menos entregue pruebas y evidencias contundentes.
En las actividades por el 91 aniversario de la fundación de la Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Nava Ramírez contó su testimonio de lo que vivió la noche del 26 de septiembre, cuando fueron atacados los estudiantes, de los que tres fueron asesinados y 43 siguen desaparecidos.
A 31 meses de esos ataques, la madre de uno de los tres jóvenes asesinados esa noche, visiblemente resentida, dijo que le “encabrona” que el gobierno siga agrediendo a los estudiantes y a los padres, cuando éstos se manifiestan para pedir la presentación de sus hijos y el esclarecimiento del caso.
Ante decenas de jóvenes que se concentraron en la cancha de volibol de la escuela, Berta Nava contó que esa noche tuvo comunicación vía teléfono celular a las 11 con 44 minutos con su hijo, “llamó para decirme que andaba en Iguala, que había ido a apoyar a sus compañeros que habían sido atacados por la policía, entonces yo le dije cuidate mucho mijito’ y él me aseguró que iba a estar bien, pero al día siguiente me pidieron que fuera a reconocer a uno de los estudiantes muertos, y era él”, dijo entre sollozos.
Añadió que ahora sólo la mantiene con fuerzas el hecho de ir a las instalaciones de la Normal a ver a los estudiantes, “escuchar sus risas me ayuda a seguir viviendo”, les dijo a los jóvenes reunidos, y agregó que luego al llegar a su casa siente ese vacío que le dejó su hijo muerto, y es cuando quisiera morir.
Expresó que incluso en algunas de las protestas se ha enfrentado a la policía y les ha gritado que le disparen, “pues yo ya no tengo nada qué perder. Yo siempre pensé que iba a morir antes que mi hijo, pero me lo arrebataron primero”.
Afirmó que todo eso le da fuerzas y valor para seguir gritando y exigir justicia, “desde hace tiempo que ya me viene valiendo madres, si nos van a matar que lo hagan, al fin ya estoy muerta en vida desde aquel día que mataron a mi hijo, qué más puedo perder, si nos quitaron todo, la alegría de vivir, la alegría de llegar y abrazar a un hijo, verlo y sentir que está bien”.
La mujer, originaria de El Paraíso, municipio de Chilapa pero hace muchos años avecindada en Tixtla, cuestionó también la apatía de la sociedad en medio de la violencia que se vive, “esa forma de decir que todo está bien mientras no le pase nada a mi familia, qué me importa que a los demás se los esté cargando la fregada. Es la realidad, todos lo sabemos, que mientras no te toque nadie todo está bien, pero ya que te cargó la fregada ahora sí”.
Dijo que desde hace 31 meses que perdió a su hijo no haya con quien “chingaos” desquitar esa rabia que trae, “pero luego pienso, cómo le hacemos si ellos (los policías) tienen las armas y nosotros no tenemos nada, como los muchachitos de aquella noche”.
Añadió que esa rabia y ese coraje la mantiene de pie, y que va a seguir hasta las últimas consecuencias al lado de la Normal exigiendo justicia para su hijo y la presentación de los 43 desaparecidos.
La madre de Julio César anunció que por eso seguirá ligada a esta escuela, en la que estudiaba su hijo y que será “hermoso” para ella cuando menos presenciar cuando la generación a la que pertenecía su hijo egrese.
Berta Nava reprochó: “de qué sirve que este pinche gobierno les dé una beca a nuestros hijos si al final viene y los mata”.
Dijo que ahora le indigna que en vez de dar respuestas a los padres de los 43 y a los estudiantes los sigue reprimiendo y agrediendo cuando salen a protestar para exigir la presentación de sus hijos y justicia para los asesinados.
Añadió que el gobierno federal insiste en imponer su “verdad histórica”, que dice que los jóvenes fueron incinerados en el basurero de Cocula, la que fabricaron el ex procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, y el ex jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón de Lucio, “creen que somos idiotas o pendejos que les vamos a creer su sarta de mentiras”.
Añadió que presiente que los 43 estudiantes desaparecidos están vivos, pero si es cierto que ya están muertos que el gobierno presente pruebas y evidencias serias, “no como las que inventaron con su verdad histórica porque nunca les vamos a creer”.

La reforma educativa pretende desaparecer a las normales rurales, advierten

En los festejos del 91 aniversario de la fundación de la Normal de Ayotzinapa, también participó a la una de la tarde el asesor de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Juan Manuel Rendón con la conferencia magistral Las normales rurales y el proyecto de educación alternativa.
El académico advirtió a los jóvenes asistentes a su conferencia magistral que es real que la reforma educativa y el nuevo modelo educativo pretenden desaparecer a las normales rurales del país, y que a eso obedecen los “taques sistemáticos” que se han venido dando principalmente desde el gobierno de Felipe Calderón.
Explicó que el problema de la reforma educativa es que se elaboró al margen del pueblo y por una élite que responsabiliza a las normales públicas de ser las responsables del fracaso de la sistema educativo en el país, cuando a estas escuelas el gobierno federal les ha “escamoteado” los recursos para que brinden educación en buenas condiciones para la formación de los normalistas.
Argumentó que por la falta de recursos la formación es deficiente en estas escuelas, y que eso es lo que engloba a la política perversa para desaparecer a las normales rurales del país.
Explicó que el gobierno utiliza formas sutiles para dejarlas “morir por inanición” y que en la mayoría de ellas la matrícula que se autoriza no representa ni si quiera el mismo número de egresados.

Marchan en Iguala padres de los 43 e instalan urnas para recibir información de los estudiantes

En su tercer día de actividades de la primera jornada de búsqueda y de información, padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa detenidos desaparecidos en esta ciudad el 26 y 27 de septiembre de 2014, instalaron ayer dos módulos con seis urnas en la explanada y el mercado municipal para solicitar información anónima a la población, de los ataques a los estudiantes.
Ayer, las 20 brigadas integradas por poco más de 300 participantes, entre padres de los 43 desaparecidos, alumnos de la normal y organizaciones que los acompañan, recorrieron el segundo sector de la búsqueda, que comprendió 20 colonias al norte de la ciudad, entre la calle Juan Álvarez y periférico norte, donde fueron los ataques y la detención de los normalistas hace más de 17 meses.
El vocero de los padres, Melitón Ortega informó tras la reunión de evaluación de los coordinadores de brigada, que los resultados fueron “positivos en términos generales” y dio a conocer que hubo vecinos de la calle Juan Álvarez que les informaron que sí vieron a militares patrullar las calles, escucharon los balazos y los gritos de los normalistas la noche del 26 de septiembre, cuando le decían a los policías que no les dispararan porque eran estudiantes.

Reciben en seis urnas informes anónimos

A partir de las 9:30 de la mañana de ayer fueron instalados dos módulos con seis urnas para la recepción anónima de información relacionada con los ataques y la desaparición de los 43 normalistas. Con ellas, fueron dejados volantes con información sobre los ataques y la desaparición de los normalistas, hojas en blanco y lapiceros para que los probables testigos pudieran informar por escrita, además de que había en cada urna un número de teléfono y un correo en los que la gente podía enviar información anónima.
En la explanada de las Tres Garantías, junto a la carpa que mantienen las organizaciones en apoyo al movimiento, fueron colocadas cuatro urnas; hasta antes del mediodía se vio escasa participación de la gente, sólo algunos transeúntes que se acercaban a leer los volantes.
Otras dos urnas fueron colocadas en el módulo del estacionamiento del mercado municipal Adrián Castrejón, entre las calles Galeana y Altamirano, frente a la central de autobuses Estrella Blanca, que fue donde la tarde del 26 de septiembre de 2014 los normalistas tomaron los autobuses y dio inicio la persecución de policías municipales que más tarde atacaron a balazos a los estudiantes.
En información a reporteros, el vocero de los padres, Melitón Ortega confirmó una baja participación en estos módulos, y dio a conocer que las cuatro urnas instaladas en la explanada permanecerán otros 15 días, en espera de obtener información que se hará llegar al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y la Unidad especial para el caso Ayotzinapa, para su revisión y, en su caso, integración a las investigaciones.

Participan más de 300 activistas en la búsqueda

Minutos antes de las 10 de la mañana, las 20 brigadas de más de 300 participantes, formadas por padres de los desaparecidos, normalistas e integrantes del Bloque Democrático de Organizaciones fueron distribuidas en 20 colonias asentadas al norte de Iguala, donde fue el ataque a los estudiantes, la desaparición de 43 y el asesinato de dos de ellos, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo.
Casa por casa, y en los negocios, los integrantes de las brigadas repartieron volantes, pegaron carteles y pidieron información a los vecinos.
La brigada seis recorrió la calle Juan Álvarez, donde hubo casas donde no les abrieron, y en otras quienes abrían afirmaban que no vivían ahí, o que la noche de los ataques no estaban en sus casas. Les dejaban los volantes con los números de teléfonos y los correos para recibir información anónima.
Se vio a vecinos llevando agua, comida y galletas a los normalistas, como muestra de solidaridad con su movimiento.
Se pegaron carteles en negocios, señalizaciones, anuncios y en el estacionamiento de la tienda Aurrera de la calle Juan Álvarez, frente a donde quedaron varados los tres autobuses la noche de los ataques.
Afuera de la clínica privada Cristina, que fue donde se les negó la atención a normalistas que llevaban a un compañero herido, se colocó una brigada con un carro de sonido, y también se repartieron volantes.
También se repartieron volantes y se pagaron carteles junto a las estelas en memoria de Julio César Ramírez y Daniel Solís, donde se ubicó otro carro de sonido a través del cual los padres de los normalistas pedían información de la desaparición de sus hijos a los vecinos.
Entre las colonias recorridas están la Juan Álvarez, Perpetuo Socorro, Educación, Fraccionamiento 3, Libertadores, Tamarindos, Plan de Ayala, Cirianes, María del Carmen, Benito Juárez, 28 de abril, 23 de marzo, Tres Marías, Esmeralda, Solidaridad, Leonardo Bravo, Rubén Jaramillo, Ricardo Flores Magón, Patria Nueva y Fraccionamiento Tres; en algunas de ellas se han registrado ejecuciones en los últimos meses.
Minutos después de la 1 de la tarde, las brigadas se empezaron a reunir cerca del lugar del ataque a los estudiantes, de donde se trasladaron a la explanada municipal, donde tuvieron una reunión de valoración y concentración de información de los coordinadores de brigada.
Al término de la reunión de los coordinadores de brigada, en declaraciones a reporteros, el vocero de los padres, Melitón Ortega valoró como “positiva en términos generales” la actividad de búsqueda de información en su segundo día.
Informó que, de acuerdo con los responsables de brigada, hubo vecinos que les confirmaron que la noche de los ataques escucharon los disparos y gritos de los normalistas que les decían a los policías municipales, “no nos disparen, somos estudiantes, no venimos armados”.
Informó que la gente confirmó haber visto patrullas de soldados del Ejército la noche del ataque a los normalistas.
Dijo nuevamente que han notado un cambio de actitud de los vecinos de Iguala, que antes cerraban las puertas a su paso, y ahora salen a escucharlos, dan muestras de solidaridad, les reciben los volantes, les dan alguna información de los hechos y hasta apoyos económicos, agua, refresco o galletas.
Mencionó que los vecinos les sugirieron hacer una segunda visita de solicitud de información y que extiendan su búsqueda hacia Pueblo Viejo, el poniente de la ciudad, y a los municipios de Cocula y Taxco.
Dio a conocer, sin dar detalles, que un vecino les dijo que para qué siguen buscando a los estudiantes, si estos ya han sido quemados en el basurero de Cocula, y otro que les pidió que ya pararan sus actividades.
Reconoció que sigue habiendo miedo entre los habitantes de darles información, y que en su momento pudrían ser reprimidos por la delincuencia.
Indicó, a pregunta hecha, que están exigiendo que se investigue a todas las autoridades que estuvieron presentes en el C-4, monitoreando las cámaras de seguridad la noche de los ataques.
Adelantó que el 9 de marzo se reunirán con el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Robespierre Robles, que les entregará la información de los videos del Palacio de Justicia y los expedientes.
Agregó que exigirán que la ex titular del poder Judicial, Lambertina Galeana, explique qué fue lo que pasó con esos videos que grabaron el ataque al quinto autobús.

Agradecen a vecinos y reiteran los teléfonos y correos electrónicos para hacer denuncias anónimas

A las 6 de la tarde inició una marcha en la esquina de la calle Juan Álvarez y periférico norte, encabezada por los padres, y seguida por los estudiantes, el Bloque Democrático y una comisión representativa de Los Otros Desaparecidos.
La marcha de más de 300 inconformes recorrió las calles Juan Álvarez, Rayón, Josefa Ortiz y Bandera Nacional, hasta la explanada de las Tres Garantías, donde hubo un mitin.
Antes de iniciar la marcha, el vocero de los padres, Melitón Ortega dijo a los habitantes de Iguala que siguen esperando apoyo de cada uno de ellos para que les den la información que tengan sobre los ataques, y dijo a las autoridades estatales y federales, que van a seguir dando la batalla hasta que en el caso Ayotzinapa haya justicia y no quede en el olvido.
En la marcha, agradecieron a los vecinos su apoyo y apertura para escuchar su demanda, y les reiteraron su invitación para dar información anónima a través de los módulos, teléfono o correo electrónico.
En el trayecto gritaron consignas contra el gobierno federal y el Ejército, y algunas brigadas fueron repartiendo volantes a los vecinos de esas calles que salían de sus casas.
En la marcha y en el mitin, exigieron justicia y presentación con vida de los 43 desaparecidos, castigo a los culpables materiales e intelectuales, que se entreviste a los militares y, a la gente, sensibilidad ante el dolor de los padres.
La marcha culminó en la explanada con un mitin para exigir justicia y la presentación con vida de los estudiantes; concluyó casi a las 8:30 de la noche, y los padres emprendieron su regreso hacia la Normal Rural de Ayotzinapa en los seis autobuses en los que viajaron.