Exigen en homenaje póstumo a Mario Zamora justicia y castigo a responsables de su asesinato

Integrantes de la CRAC-PF montan una guardia en la ofrenda a los caídos el 26 de enero del 2022 donde murió en un enfrentamiento el dirigente y maestro de la CETEG, Mario Zamora Maldonado en Buenavista de la Salud, Chilpancingo Foto: Lenin Ocampo Torres

Zacarías Cervantes

Buenavista / Chilpancingo

La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) y la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), rindieron este jueves un homenaje al ex dirigente de la CETEG y comandante de la policía ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Mario Zamora Maldonado, y exigieron justicia y castigo para los responsables de su asesinato.
La ceremonia luctuosa, se realizó en la base de la ahora policía comunitaria de la CRAC-PF, de la comunidad de Buenavista de la Salud, municipio de Chilpancingo, misma que hasta la semana pasada era de la UPOEG.
Aquí, Zamora Maldonado fue asesinado el 26 de enero del año pasado, durante un ataque de los integrantes del grupo delictivo Los Ardillos. Con el comandante Mario Zamora, murieron otros tres policías de la UPOEG.
En la base, que ahora es de la policía comunitaria de la CRAC-PF, ayer se levantó un altar en la que se colocó una ofrenda adornada con flores, veladoras, una pieza de pan y la fotografía del luchador social asesinado.
También se colocaron las fotografías de los otros tres comunitarios que fueron asesinados ese mismo día; la de Víctor Maldonado Gómez, Demetrio y Marciano. Asimismo, se colocaron los retratos del profesor Joaquín Hernández Epifanio, asesinado en el 2020 cuando se dirigía a bordo de una motocicleta a su centro de trabajo, y hombres armados le dispararon desde una camioneta en movimiento.
También se colocó la fotografía de Norberto González Valente, un vecino de esta localidad que desapareció el 9 de agosto del 2021.
“Es verdaderamente triste que pasen estas cosas, sin que haya justicia, sin que ninguna autoridad investigue y esclarezca los hechos para que se haga justicia y se castigue a los responsables”, reprochó una mujer que a la una de la tarde de ayer acomodaba las flores y la veladora en el altar.
Al pie de la ofrenda en honor a los caídos de la policía que resguardaban la localidad, los policías comunitarios montaron el mediodía de ayer una guardia de honor acompañados por los integrantes de la comisión política de la CETEG.
Durante el homenaje los representantes de la policía de la CRAC-PF, exigieron justicia y pidieron que se aclare el asesinato del profesor Zamora Maldonado y de los otros tres de sus compañeros que fueron asesinados la tarde del 26 de enero del 2022.
“Nosotros seguimos con la zozobra, y aún no hay resultados de las investigaciones por parte de las autoridades”, dijo uno de los representantes de la agrupación, con respecto al ataque en el que perdieron la vida sus cuatro compañeros hace un año.
Después, Mario Alberto Urióstegui Alemán, miembro de la comisión política de la Región Centro de la CETEG, también reprochó que a un año del ataque en el que murió el ex integrante de la CETEG, el gobierno no ha esclarecido su asesinato.
“No podemos seguir permitiendo estas situaciones, cuando se dice que tenemos un gobierno de izquierda, pero que se siguen dando estas persecuciones y crímenes en contra de nuestros compañeros y luchadores sociales”, agregó.
El dirigente magisterial dijo que acudieron a la ceremonia luctuosa “de nuestro camarada Mario Zamora”, porque lo sentimos como hermano, y egresamos con él de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Uriostegui Alemán, contó que Mario Zamora, estuvo en dos periodos en el Comité Ejecutivo Seccional Democrático de la CETEG y dijo que dentro del magisterio “fue un personaje emblemático” y que se significó en su lucha, sobre todo, en contra de la reforma educativa que promovió el ex presidente de la República Enrique Peña Nieto.
El dirigente magisterial recalcó que para la dirigencia de la CETEG “es un gran orgullo” que integrantes de la organización como Mario Zamora sean nombrados en su pueblo como policías comunitarios, porque ello indica su calidad moral y la confianza que le tienen los ciudadanos de sus pueblos.
“Para nosotros es un gran orgullo tener a compañeros que salen de la Normal de Ayotzinapa y se incorporan a la Coordinadora y después se convierten en luchadores sociales y en policías comunitarios como fue el caso del compañero Mario”.
El dirigente cetegista exigió a las autoridades estatales y federales que se aclaren los hechos de su asesinato y que haya castigo a los culpables, tanto a los materiales como a los intelectuales.
También anunció que en adelante la CETEG “va a caminar junto con la policía comunitaria de la CRAC-PF”, en las acciones que realice.
Otro de los integrantes de la Comisión Política de la CETEG, Celso Ávila León, de la región Costa Grande, quien dijo que fue compañero de Mario Zamora, hizo una reseña del dirigente asesinado.
Recordó que recién egresado de la Normal de Ayotzinapa, Mario Zamora fue enviado al municipio de Coahuayutla, uno de los municipios más alejados de la Costa Grande, “donde como todo buen luchador consolidó su zona escolar 104 y se sumó a la organización Coordinadoras Municipales”.
Dijo que ahí lo conoció y que con él se integraron a un comité integrado por las ocho regiones en donde Zamora representaba a Coahuayutla, y él al municipio de Atoyac.
Recordó que después que terminaron su periodo, en el 2004, Zamora Maldonado se regresó a su centro de trabajo en Coahuayutla de donde después fue cambiado a la sierra de la zona Centro.
Recordó que en el 2007 y en el 2008, cuando comenzó a promoverse la reforma educativa, Mario Zamora se incorporó de lleno al movimiento en contra de esa reforma educativa y que derivado de ello fue nombrado secretario de organización de la CETEG, “donde dio su mayor esfuerzo en su región y en el estado en contra de la reforma del presidente Enrique Peña Nieto”.
“El compañero Mario, fue un gran luchador social, y ahora, recordar parte de su vida es seguir manteniéndolo vivo”, dijo al pie del altar en honor del luchador asesinado.
El dirigente magisterial explicó que por eso ayer, los integrantes de la Comisión Política de la CETEG, acudieron de manera personal “para recordar a este gran camarada que conocimos, y que vale la pena seguir su ideología”.
Zamora Maldonado es originario de esta comunidad de Buenavista de la Salud, pero sus padres y casi todos sus familiares cercanos, salieron desplazados “voluntariamente” de la población de Izotepec, municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), cuando en la década de los setentas comenzó a cultivarse la mariguana y la amapola, “porque no quisimos tener problemas”, narró ayer uno de sus tíos, en un receso de la ceremonia luctuosa.

Pide Cipog-Ez que no que
impune la muerte Mario

Por su parte, el Consejo Indígena y Popular del Estado de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-EZ) -organización a la que se incorporó recientemente Buenavista de la Salud-, denunció la violencia e inseguridad “que seguimos sufriendo en la comunidad de Buenavista de la Salud, misma que ninguna autoridad de los tres niveles de Gobierno ha querido resolver”.
Advirtió que la agrupación seguirá “en resistencia” en esa comunidad del municipio de Chilpancingo, “conjuntamente con las comunidades de los pueblos indígenas” e hizo un llamado a las autoridades nacionales e internacionales, para que exijan que se cumplan con las ordenes de aprensión giradas en contra de los integrantes del grupo delictivo generador de la violencia.
Reprochó que a un año del asesinato del profesor Mario Zamora Maldonado el caso sigue impune “a pesar de saber que se sabe quiénes planearon y participaron en la ejecución.
“Pedimos al gobierno del estado que respete a los compañeros que se encuentran en vigilancia en Buenavista de la Salud, evitando enviar a policías estatales a amedrentar y robar a los compañeros, ya que el día de ayer sufrimos amenazas por parte de estos seudo policías”.
Invitó a los pueblos vecinos, “que se encuentran bajo el yugo de la delincuencia organizada a que se sumen y se coordinen con las comunidades que pertenecen a la CRAC-PF y al Cipog-EZ “para la defensa del territorio y la vida”.

 

Zamora fundó “la avanzada” de la CETEG y murió en el ataque a la UPOEG en Buenavista

Lenin Ocampo Torres

Chilpancingo

Mario Zamora Maldonado, dirigente de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) era conocido como Comandante Gerónimo; egresado de la Normal Rural de Ayotzinapa en 1999 y fundador del grupo “la avanzada” que reunía a maestros y estudiantes que se colocaban al frente de las marchas de 2013 y después para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala.
Maestro de primaria y admirador de Lucio Cabañas Barrientos, líder magisterial que salió a la luz cuando Milenio Televisión transmitió en vivo su diálogo con el jefe de antimotines de la Policía Federal José Luis López Solís, mejor conocido como comandante Espartaco, quien el 3 de abril del 2013 llegó con 5 mil federales para desalojar el bloqueo que los profesores realizaban en la Autopista del Sol.
Aquella tarde, al menos 500 maestros y estudiantes se enfrentaron con palos y piedras a los antimotines enviados para reprimir al movimiento social y magisterial. Entre gases, toletes y un helicóptero abrieron un bloqueo que los maestros mantenían para exigir la cancelación de la reforma educativa.
En ese enfrentamiento no hubo detenidos, el Comandante Espartaco le dijo a Mario Zamora que “respetaba la valentía de los guerrerenses, pero antes de todo estaban miles de mexicanos y el respeto de las leyes”.
Mario Zamora y el grupo de la CETEG fueron los primeros en exigir la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, encabezó la primera toma del Ayunta-miento de Iguala, los ataques a oficinas gubernamentales y la exigencia de la desaparición de poderes.
En 2014, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) filtró a los medios una ficha técnica que lo señalaba como miembro del Ejercito Revoluciona-rio del Pueblo Insurgente (ERPI), lo que ocasionó la persecución y hostigamiento mediático a su familia.
Luego de la ruptura de la CETEG en 2015 Mario Zamora decidió seguir su lucha en el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), donde formó el grupo de Buenavista de la Salud y encabezó la defensa de la comunidad contra la delincuencia.
No dejó las aulas y las armas, por las mañanas daba clases en la primaria de El Ocotito, municipio de Chilpancingo y por las tardes hacia la guardia en la base de la UPOEG.
En los últimos 4 años los policías comunitarios de esa localidad fueron atacados 12 veces, el maestro constantemente exigió a los tres niveles de gobierno seguridad y señaló al grupo delincuencial de Los Ardillos como los causantes de la violencia en el Valle del Ocotito.
La tarde de este 26 de enero Mario Zamora quedó herido de tres disparos y esquirlas de una granada de fragmentación durante el ataque a la comandancia.
Mario Zamora respondió y accionó su AK-47 cuerno de chivo, para repeler la agresión y murió en su casa cuando esperaba la ambulancia y a las autoridades que tardaron más de dos horas en llegar.