Denuncian ante el MPF a soldados por daños al ambiente y despojo en Yucunduta

Viene a Chilpancingo, líder de ejidatarios de Metlatónoc

Ezequiel Flores Contreras Chilpancingo El presidente del comité de vigilancia de los Bienes Ejidales de Yucunduta, en Metlatónoc, Modesto Gálvez González, denunció ante el Ministerio Público federal al Ejército Mexicano por delitos ambientales, daños en propiedad ajena y despojo.

Lo anterior luego de que autoridades municipales y pobladores de esa comunidad mixteca acusaron a soldados de provocar un incendio forestal que afectó dos hectáreas de bosque, en la región de La Montaña, el 23 de abril.

Posterior a la denuncia, el Ministerio Público federal comenzó una averiguación previa en contra de militares del 94 Batallón de Infantería, ubicados en la ciudad de Tlapa de Comonfort.

Por la mañana, Gálvez González llegó a la delegación de la Procuraduría General de la Republica (PGR) en Chilpancingo, acompañado por el abogado del centro de derechos humanos de La Montaña Tlachinollan, Mario Patrón, y un traductor.

El agente del MP federal, Martín Saldaña Sixto, en el momento de tomar la denuncia al presidente del consejo de Bienes Ejidales de Yucunduta, constantemente se olvidaba del nombre de la comunidad mixteca y utilizaba expresiones de burla para referirse a ella.

“Yucun…sepa la chingada”, exclamaba el personaje –con el ceño fruncido–, para indicar a la secretaria el sentido de la redacción de la denuncia.

Su actitud y semblante cambió cuando la jefa de prensa de la PGR, Cecilia Colmenares, le informó sobre la presencia en el lugar de reporteros. Inmediatamente se dirigió a la oficina del subdelegado de la dependencia federal y salió con la consigna de ordenar la salida de los reporteros de El Sur.

Fue el policía que se encuentra en el módulo de registro, quien exhortó, sin fundamento legal, sólo “por órdenes del subdelegado”, al fotógrafo Eric Chavelas y este reportero a abandonar el edificio.

Al momento de salir de las instalaciones de la PGR, el abogado de Tlachinollan y el presidente de los Bienes Ejidales de Yucunduta confiaron en que el Ministerio Público federal investigará.

“A pesar               de que no hay plazo legal para la integración de la averiguación previa, estoy seguro que la aplicación de la justicia será pronta y expédita”, indicó Mario Patrón.

Como pruebas de las acusaciones en contra de los militares, los denunciantes entregaron fotografías y muestras de los árboles quemados.

Militares incendiaron 2 hectáreas de bosques de la reserva de Yucunduta, Metlatónoc, denuncia la comunidad

 

 El 21 de abril, efectivos del Ejército llegaron al área y cuando se retiraron no apagaron sus fogatas y dejaron quemando la basura, afirma el vocal del consejo de vigilancia de los bienes ejidales, Natalio Prado Moreno. El pueblo se organizó, y tardó casi todo el día en apagar el fuego, informa. Las autoridades del pueblo pidieron la ayuda del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan para presentar una denuncia ante la PGR y exigir la reparación del daño

 Ezequiel Flores Contreras

Yucunduta, Metlatónoc

Autoridades municipales y habitantes de Yucunduta, municipio de Metlatónoc acusaron a efectivos del Ejército mexicano de provocar un incendio en una reserva forestal que afectó aproximadamente 2 hectáreas de bosque en abril y anunciaron que este martes presentarán una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR), para exigir la reparación del daño.

El comisario municipal de esa población mixteca, Catarino Moreno González, dijo que ya no permitirán que los soldados instalen su campamento –como cada mes– en la reserva forestal y criticaron a la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa) de no hacer caso a un escrito de queja interpuesto en mayo ante la dependencia federal por los pobladores de Yucunduta.

Narró que los saldados desde hace diez años ocupan un área considerada como reserva forestal “sin el permiso del pueblo”. Llegan cada mes y permanecen tres días. Sin explicar el motivo de su presencia a las autoridades de Yukunduta, hacen recorridos por algunos cerros del lugar, señaló el comisario municipal.

“A nosotros no nos dicen nada, ni se meten con la gente, nomás vienen caminan por los bosques y se van”, explicó el comisario al abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Mario Patrón, quien acudió al lugar para recabar testimonios con el propósito de elaborar la denuncia en contra del Ejército mexicano que interpondrán los pobladores este martes ante la delegación estatal de la PGR.

Los mixtecos intentan mantener el equilibrio ambiental

Yucunduta, vocablo de origen mixteco que significa Cerro del Agua, es una pequeña población indígena ubicada en una zona boscosa que pertenece al municipio de Metlatónoc se encuentra a tres horas de la ciudad de Tlapa, a través de abruptos caminos de terracería.

Los habitantes desde hace años practican la reforestación. Han aprendido a mantener un equilibrio ambiental al designar áreas específicas para la plantación de maíz y de pinos. La madera de sus bosques se destina principalmente para uso doméstico.

La actividad del comercio forestal no es rentable, afirman los pobladores, por el mal estado de los caminos. “Aquí más bien hay que salir pa’ ganar dinero”, expresa un joven de esa población que hace cinco años estuvo en Chilpancingo trabajando como vendedor de periódicos y tuvo que regresar a Yucunduta “porque allá está de la chingada”.

Ante la falta de empleo y oportunidades de estudio la mayoría de los habitantes como en gran parte de los municipios de la Montaña, deben buscar trabajo en otros lugares principalmente en campos de cultivo de los estados del norte del país y en Estados Unidos.

Cortan árboles para la construcción de viviendas, y utilizan leña para cocer alimentos y proporcionar calor en las pequeñas casas, ya que el frío en esa zona es muy intenso.

La piel agrietada en rostro y manos de Carolina, una niña de 5 años que acompañó a su papá y a los abogados de Tlachinollan a recorrer el área de bosque que presuntamente incendiaron los militares, es una muestra del clima extremo de la región.

Un aparente descuido causó el incendio

En esta zona es donde –desde hace diez años– efectivos del Ejército mexicano instalan un campamento y recorren cañadas y cerros para detectar y erradicar cultivos de enervantes, principalmente amapola, según versiones de los habitantes. Sin embargo en esta ocasión lo que parece ser un descuido de los militares provocó un incendio forestal que perjudicó aproximadamente 2 hectáreas de bosque y generó el descontento de la población.

Al respecto, el vocal del consejo de vigilancia de los bienes ejidales de Yukunduta, Natalio Prado Moreno, aseguró que los soldados provocaron el                     incendio forestal. Dijo que la última ocasión que se les vio acampar en la reserva natural, el pasado 21 de abril, permanecieron dos días y cuando se retiraron del sitio “no apagaron sus fogatas y dejaron quemando la basura”, indicó, y señaló que esta es la principal causa que provocó el incendio.

“Ellos (los militares), se fueron como a las 8 de la mañana y como a las 11 vimos una humareda en el lugar en donde habían acampado. El pueblo se organizó y fuimos al bosque para apagar el incendio, tardamos casi todo el día”, aseveró Prado Moreno, ya que el viento ayudó a que las llamas se expandieran rápidamente.

Durante un recorrido por el área se pudo observar lo que consideran los pobladores como los estragos que comenten los militares en la zona. Árboles talados de oyamel, encino y cedro blanco que fueron plantados hace 20 años. Restos de fogatas y varias zanjas en la tierra en las que se ven latas incineradas de atún y sardina, así como botes de plástico y cerveza.

El comisario afirmó que luego del incendio, la población en asamblea acordó no permitir que los soldados vuelvan a ocupar esa área forestal como campamento.

Sin respuesta, un llamado de auxilio a la Profepa

A través de una queja por escrito, que entregaron los primeros días de abril, pidieron a la coordinación de la Profepa en Tlapa que enviara a personal para realizar un diagnóstico del área afectada y ofrecieran asesoría para revertir el daño forestal provocado por el incendio, sin embargo “hasta la fecha no nos han hecho caso”, expresó el comisario de Yukunduta.

Por esa razón, la comunidad acudió al Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan para buscar que el Ejército mexicano indemnice a los pobladores por la afectación forestal.

Marchan profesores de Metlátonoc en Chilpancingo por el pago de retabulación

Les adeudan 14 quincenas

 Teresa de la Cruz Chilpancingo Unos 450 maestros de Metlátonoc marcharon ayer por las principales calles de esta ciudad para exigir al gobierno del estado y al secretario de Educación en Guerrero (SEG), Daniel Pano Cruz, el pago “inmediato” de las 14 quincenas que les adeudan de la retabulación salarial, cuyo acuerdo se pacto desde mayo y debió entrar en funciones en noviembre del año pasado.

Entre consignas de ¡Maestro despierta la miseria está en tu puerta!, los maestros de 140 comunidades de la zona mixteca de la entidad partieron en marcha de la alameda Granados Maldonado hacia la parte posterior del palacio de gobierno, en donde permanecieron hasta que se instaló la mesa de trabajo con los funcionarios del gobierno del estado y la SEG.

Ahí, el secretario general de la Delegación–I–455, Taurino Rojas Candía, explicó que en el mes de mayo del año pasado, durante la jornada de lucha del magisterio, firmaron un acuerdo con el gobierno del estado y la SEG, por el cual las autoridades se comprometían a aplicar una    retabulación salarial de nivel 2 a 3 por vida cara, para los maestros de Metlátonoc

De acuerdo con la minuta, la nivelación salarial debió aplicarse desde el mes de noviembre, según Rojas Candía. Sin embargo, no ocurrió así, de ahí que en la segunda quincena de noviembre acudieron a la SEG para pedir explicaciones y “solo nos dijeron que en febrero se estaría resolviendo, todo dependía de un recurso que mandaría el gobierno           federal”.

De noviembre a la fecha “no hemos visto este concepto y es en la segunda quincena de abril cuando nos aparece en nuestros cheques una simulación de pago, porque nosotros cuando hablamos de retabulación nos referíamos a pasar del nivel 2 al 3 por concepto de vida cara, pero hoy el pago se dio de manera desigual”, aseveró Rojas Candía

El dirigente sindical precisó que el incrementó al salario de los maestros de la zona mixteca, varió entre los 150 y 500 pesos, “pero no se trata de eso, por eso venimos hasta aquí para exigir al gobierno del estado y al titular de la SEG, el pago del retroactivo que es de 14 quincenas” –ya que no recibieron el pago desde noviembre del 2003 hasta marzo de este año.

Hasta el cierre de esta edición, los cerca de 450 maestros aún permanecían frente al palacio de gobierno, en espera de que su comisión consiguiera el pago del retroactivo, es decir que a cada maestro la SEG le ha retenido unos 5 mil pesos, según Rojas Candía.

Marchan profesores de Metlátonoc en Chilpancingo por el pago de retabulación

Les adeudan 14 quincenas

Teresa de la Cruz Chilpancingo Unos 450 maestros de Metlátonoc marcharon ayer por las principales calles de esta ciudad para exigir al gobierno del estado y al secretario de Educación en Guerrero (SEG), Daniel Pano Cruz, el pago “inmediato” de las 14 quincenas que les adeudan de la retabulación salarial, cuyo acuerdo se pacto desde mayo y debió entrar en funciones en noviembre del año pasado.

Entre consignas de ¡Maestro despierta la miseria está en tu puerta!, los maestros de 140 comunidades de la zona mixteca de la entidad partieron en marcha de la alameda Granados Maldonado hacia la parte posterior del palacio de gobierno, en donde permanecieron hasta que se instaló la mesa de trabajo con los funcionarios del gobierno del estado y la SEG.

Ahí, el secretario general de la Delegación–I–455, Taurino Rojas Candía, explicó que en el mes de mayo del año pasado, durante la jornada de lucha del magisterio, firmaron un acuerdo con el gobierno del estado y la SEG, por el cual las autoridades se comprometían a aplicar una           retabulación salarial de nivel 2 a 3 por vida cara, para los maestros de Metlátonoc

De acuerdo con la minuta, la nivelación salarial debió aplicarse desde el mes de noviembre, según Rojas Candía. Sin embargo, no ocurrió así, de ahí que en la segunda quincena de noviembre acudieron a la SEG para pedir explicaciones y “solo nos dijeron que en febrero se estaría resolviendo, todo dependía de un recurso que mandaría el gobierno           federal”.

De noviembre a la fecha “no hemos visto este concepto y es en la segunda quincena de abril cuando nos aparece en nuestros cheques una simulación de pago, porque nosotros cuando hablamos de retabulación nos referíamos a pasar del nivel 2 al 3 por concepto de vida cara, pero hoy el pago se dio de manera desigual”, aseveró Rojas Candía

El dirigente sindical precisó que el incrementó al salario de los maestros de la zona mixteca, varió entre los 150 y 500 pesos, “pero no se trata de eso, por eso venimos hasta aquí para exigir al gobierno del estado y al titular de la SEG, el pago del retroactivo que es de 14 quincenas” –ya que no recibieron el pago desde noviembre del 2003 hasta marzo de este año.

Hasta el cierre de esta edición, los cerca de 450 maestros aún permanecían frente al palacio de gobierno, en espera de que su comisión consiguiera el pago del retroactivo, es decir que a cada maestro la SEG le ha retenido unos 5 mil pesos, según Rojas Candía.

Los de Metlatónoc viven mejor porque tienen su Ayuntamiento, dicen

En Cochoapa el Grande quieren tener su propio municipio para arreglar las calles, la carretera, para tener obras

Desde 1980 hasta 2002 gestionaron la nueva demarcación política, y ahora que está aprobada esperan el nombramiento del presidente para tener autoridades

Durante años, Cochoapa El Grande formó parte del municipio de Metlatónoc. Pero quería separarse y, luego de muchas idas y venidas fue autorizada a hacerlo. Ante la intención de esta comunidad indígena de instaurar su propio municipio, las autoridades de Metlatónoc interpusieron una controversia constitucional en la que argumentaron que el resto de las comunidades que pasarían a formar parte del nuevo municipio no fueron consultadas debidamente, pero el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue favorable a Cochoapa.

En la actualidad no hay una autoridad principal a quien recurrir. Como el decreto ya salió y Cochoapa va a ser municipio, el comisario y el delegado electos no fueron a tomar protesta. Decidieron que no es necesario porque “el municipio nuevo va a tener presidente”. Mientras aguardan que la decisión del Congreso local se convierta en algo tangible en la práctica, la autoridad se encarna en algunos funcionarios menores que lidian con la falta de certidumbre en esta etapa de transición.

“Tenemos muchísimos años perteneciendo a Metlatónoc, pero la autoridad de allá se olvida de nosotros”, afirma el oficial del Registro Civil Maximiliano Díaz García.

“Por ese motivo empezamos desde 1980 a hacer la gestión en la Secretaría de Gobierno y luchamos mucho para reunir los requisitos” hasta que en 2002 aprobaron el municipio, cuenta.

Herminio Rivera Chávez es el regidor de la comisaría y, al igual que Díaz García, es comunero. Él pone énfasis en las carencias de la comunidad: “aquí hacen falta caminos, drenaje, muchas obras, y hay muy baja luz”. Pero la lista de carencias sigue y señala que están obligados a hacer del baño por ahí en la orilla nada más, porque ni siquiera tienen letrinas, lo cual constituye un foco de infección para todos los que viven en el lugar.

“El presidente de Metlatónoc dice ‘yo te voy a dar todas las obras, te doy comisaría, escuela, todo lo que hace falta’, pero aquí, ahorita, no hay nada”, expresa el regidor.

“Este es un pueblo muy simple”, se lamenta.

En Cochoapa no hay un solo camino pavimentado. A este poblado de casas de adobe –en el mejor de los casos– y de ranchitos de madera se llega a través de la carretera –por llamarla de algún modo– Tlapa-Metlatónoc. En el trayecto para llegar a esta comunidad na savi todo es polvo y el traqueteo del vehículo se vuelve monótono, casi insoportable. Cuando llueve no se puede entrar con carro, relatan. A su vez, el transporte público es poco. En todo el día, sólo tres camionetas “pasajeras” salen a la ciudad de Tlapa de Comonfort porque “de este lado está feo el camino, el cerro”.

Los perros están flacos y los niños sucios. No es fácil estar limpio aquí. El agua, que sale de pozos, no abunda. De más está decir que no hay agua potable. Tampoco tienen sanitarios que les permitan acceder al lujo de la higiene personal.

El nivel de marginalidad en el que vive esta comunidad indígena es alto. La mayoría de sus habitantes es monolingüe y habla sólo su idioma, el na savi. Muchas mujeres no entienden el español y tampoco pueden hablarlo. En cuanto a los hombres, algunos pueden expresarse en español y lo comprenden, pero lo hacen con dificultad.

“Si se divide, poco (dinero) Metlatónoc, poco acá, pero no hay problema porque queremos trabajar, pues”, sostiene el oficial del Registro Civil, quien considera que “es mejor poco para acá y poco para allá, para poder trabajar, porque con un solo grande no se puede avanzar”.

(Los de Metlatónoc) No quieren que Cochoapa se convierta en municipio “para que no se reparta el recurso”, opina Rivera Chávez.

Ante la pregunta de qué harán en la comunidad con el presupuesto que les otorguen cuando se establezca el municipio, responden que “el poco recurso” que reciban será usado “para apoyar a la gente, arreglar calles, carreteras, diferentes obras”.

“Ellos (los habitantes de Metlatónoc) sí viven mejor porque allá ya tardó su municipio, ellos sí ya tienen sus ventas, sus casas; su dinero de Cochoapa ya están gastando todo ellos porque casi están jalando todo de la gente”, se queja el regidor, que cuando habla de que en Metlatónoc “tienen ventas” se refiere a que, como tienen caminos en mejores condiciones, pueden comercializar sus productos. No como los vecinos de Cochoapa que, según las condiciones climáticas, pueden quedarse aislados y sin posibilidad de vender la cosecha o lo que tejen las mujeres en sus telares.

Los hombres son todos campesinos. Siembran milpa “donde hay terreno”. A veces “no nace bien la milpa”, reconocen, a pesar del empeño que le ponen al trabajo en el campo, y lo atribuyen a la falta de fertilizantes y de tierras aptas.

Anexos que quieren separarse y los que quieren seguir en Metlatónoc

Hay 78 comunidades na savi que son anexos de Cochoapa, donde las autoridades provisionales afirman que “el núcleo comunal entero (que suma alrededor de 13 mil habitantes) se quiere separar”. Sin embargo, 33 de esos anexos manifestaron que no desean incorporarse al futuro municipio. Las comunidades que se niegan son Calpanapa, Joya Real, Dos Ríos, San Pedro El Viejo, Río Cantador Chiquito, Vista Hermosa, Guadalupe La Joya, Costa Rica, Cuesta Bajos, Itia Tuu, Arroyo Olor, El Ciruelo, El Naranjo, Yuvi Cani, Agua Azul, Yuvi Chonuu y Loma Canoa. Además de Divino Pastor, Barranca Ceniza, Llano de la Yagua, Cieneguilla, Barranca de la Palma, Rancho de los Hilarios, Llano Perdido, Piedra Negra, Llano de Durazno, Cruz Verde, Río Encajonado, Xalpa, Santa María Cahuañaña, Río Hamaca, Santa Cruz y Barranca Ocotera, que también se oponen al proyecto.

Dichos anexos insisten en que no fueron consultados ni informados adecuadamente acerca de la creación del nuevo municipio. No obstante, Díaz García denuncia que “siguen engañando a la gente, están pagando 5 mil pesos a cada comisario o delegado, para que diga que no pertenezca a Cochoapa” y asevera que “tratan de dividir a la gente”, al tiempo que destaca la necesidad de “no engañar, no pelear, sino hacer una unidad (con los anexos) para poder trabajar”.

La educación y la salud tampoco pasan por su mejor tiempo: “los maestros salen mucho, abandonan la escuela, no están permanentemente. Hace como 10 años que no funciona bien. Los niños no saben leer y escribir muy claro, sacar sumas no saben”, comentan. Y si bien hay una clínica que cuenta con médico, no hay especialistas.

Bloquean 800 indígenas los accesos a Tlapa; piden pavimentar la carretera a Metlatónoc

* Hasta anoche no había algún contacto con las autoridades

 * Anuncian que la protesta es por tiempo indefinido, todos los días que sea necesario, hasta tener respuesta * El cierre fue en cuatro puntos: la puerta del Cebetis, la carretera Tlapa-Chilpancingo y la Tlapa-Marquelia y la salida a Puebla * El año pasado, en una reunión con Xóchitl Gálvez, se acordó que los trabajos de pavimentación comenzarían los primeros días de febrero de 2004, informan en una carta

 Tlachinollan, Tlapa * Alrededor de 800 indígenas mixtecos, nahuas y tlapanecos de 57 comunidades de los municipios de Alcozauca, Atlamajalcingo del Monte, Metlatónoc, Tlapa de Comonfort y Xalpatláhuac bloquearon por tiempo indefinido los accesos a la ciudad de Tlapa para reclamar la pavimentación de la carretera Tlapa-Metlatónoc, la cual gestionan ante dependencias federales y estatales desde hace más de 10 años.

También impidieron la entrada al Cebetis (Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicio N° 178), porque sus autoridades se oponen al trazado original de este camino que establece su paso por ese lugar.

En una carta abierta dirigida a autoridades federales y estatales firmada por el Comité de Gestoría Social (integrado por representantes de las comunidades que pugnan por la ejecución de dicha obra) expresaron que, en una reunión mantenida el año pasado con la directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez Ruiz, se estableció que los trabajos de pavimentación comenzarían los primeros días de febrero de 2004. Sin embargo, esto no sucedió.

“El gobierno del estado debe iniciar a la voz de ya esta obra, que es la pavimentación del camino Tlapa-Igualita-Los Puentes-Metlatónoc. Todos sabemos que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) tiene 35 millones de pesos autorizados para este año. Nos preocupa que se vaya a cancelar como nos han hecho ya en dos ocasiones, en 1996 y en el 2000”, aseveró Felipe Ortiz Montealegre, quien ex presidente municipal de Metlatónoc desde 1990 hasta 1993 y actual miembro del Comité de Gestoría Social.

“Estamos solicitando que en forma inmediata se dé inicio a la obra porque ya hay un dinero, está el recurso, nada más falta que tengan voluntad de empezar”, dijo.

La llegada de los contingentes

Hombres, mujeres y niños comenzaron a llegar al crucero de San Antonio a las 6 de la mañana, cuando todavía no amanecía. De sus casas salieron entre las 2 y las 3 de la madrugada, para recorrer más de cuatro horas y llegar a la entrada de Tlapa.

Mujeres cubriéndose del fresco de la mañana con sus rebozos de colores. Cubriendo también a sus hijos pequeños, cargándolos en sus espaldas o llevándolos de la mano. Por casualidad era el Día Internacional de la Mujer y ellas estaban ahí junto a los hombres, en un camino polvoriento con trasfondo de montañas y cactus, ejerciendo su derecho a intentar mejorar su calidad de vida.

Ese crucero fue el primer camino que obstruyeron. A las 6:25 había cinco camionetas detenidas que esperaban para poder circular en dirección a Tlapa. Una hora más tarde, eran 18 camionetas.

“Nos toman el pelo porque somos indígenas”, afirma un hombre de sombrero blanco que vino desde Igualita para participar de la manifestación. No quiere dar su nombre porque “hay represalias”. Al terminar de hablar se pierde entre los demás sombreros blancos, los de sus compañeros.

Ahora ya está despuntado el sol.

Empiezan a partir los grupos conformados por indígenas de las tres etnias más numerosas de la región de La Montaña rumbo a los distintos lugares elegidos para protestar y hacerse escuchar: la puerta del Cebetis, las carreteras Tlapa-Chilpancingo y Tlapa-Marquelia y, finalmente, la salida a Puebla.

El conflicto con el Cebetis

En lo que respecta al conflicto con el Cebetis, Ortiz Montealegre explicó que, según el proyecto original, la carretera pasaría por una parte de la propiedad del mismo y que las comunidades quieren que se respete ese trazado, ya que no quieren que pase por el camino viejo “porque ese lado no reúne las pendientes, la amplitud de la corona, lo ancho, y el terreno no se presta porque ya hay muchas construcciones”.

En una circular que distribuyeron durante el bloqueo, los indígenas de estos cinco municipios demandan que la autoridad municipal de Tlapa y las autoridades del Cebetis les “brinden las facilidades necesarias con relación a la apertura del nuevo trazo”, sin obstruir el desarrollo de los pueblos de La Montaña, y que la SCT “gire instrucciones a la constructora Torreblanca”, empresa que ganó el concurso para pavimentar la primera etapa de la carretera Tlapa-Igualita-Los Puentes “para que de manera inmediata se inicien los trabajos correspondientes” y se respeten “las especificaciones técnicas de acuerdo al expediente técnico original”. También exigen la integración de un equipo de especialistas “propuesto por las autoridades de las comunidades beneficiadas que posibilite la supervisión, seguimiento y evaluación de la obra” en coordinación con el Comité, así como el apoyo financiero del gobierno estatal para que la carretera esté terminada en el 2005.

Para finalizar, al presidente municipal de Tlapa, Rufino Vázquez Sierra, le solicitan que cumpla la “demanda añeja” de la reubicación del basurero municipal porque constituye “un foco de infección permanente”.

Los manifestantes anunciaron que mantendrán cerradas las entradas a la ciudad todos “los días necesarios, hasta que haya una respuesta; una atención urgente y precisa de parte de los gobiernos estatal y federal”. Parecen estar convencidos de que bloqueando carreteras se abrirán nuevos caminos para los pueblos indígenas de La Montaña guerrerense.

Mientras tanto, ya eran las 6 de la tarde del lunes y no habían recibido respuesta alguna por parte de las autoridades.

No es un camino para que transiten personas, dicen los manifestantes

 Hay una banda de música acompañándolos. De vez en cuando desempolvan sus instrumentos y los hacen sonar para su gente, entre carteles que aluden tanto al Poder Ejecutivo federal como al estatal y en los que se leen distintas leyendas: “basta de engaños”, “la Montaña en lucha”, “qué viva la Montaña”, “unidos ganaremos”, entre otras no menos firmes.

Ortiz Montealegre prosigue y menciona la necesidad de que “los comisarios y el Comité tengan presencia y una activa participación” en la pavimentación para evitar “que se despilfarren los recursos”. Pero también “para que se haga una buena obra. No queremos que pase lo que está pasando en la carretera Tlapa-Marquelia. Todos sabemos que se ha inaugurado dos o tres veces por los presidentes de la República, y más tardan en terminar que ya están los baches nuevamente. Queremos que haya calidad, que se cumplan los procedimientos técnicos”.

Un promotor de Derechos Humanos de la comunidad de Atzompa, municipio de Metlatónoc, Félix Rivera Chávez, sintetiza en tres palabras lo que es vivir del otro lado del camino de terracería: “sufrimos el camino”, dice. Y un habitante de la comunidad de Francisco Madero, también de Metlatónoc, refuerza el sentido de esa frase cuando cuenta que “ha habido muchos accidentes” y que “como está el camino ahorita, no es para que transiten personas, sobre todo las señoras que traen niños o que están enfermas, que tienen que viajar durante cuatro horas en temporada seca” para llegar al hospital más cercano, el de Tlapa. O muchas más horas si es época de lluvias, las cuales vuelven aún más crueles las distancias y la falta de obras públicas para los indígenas.

Por otra parte, este mismo hombre destaca que es “lógico” que deseen “tener una carretera digna” porque con frecuencia deben venir a Tlapa a comercializar sus productos, por lo cual les urgen “mejores vías de comunicación”. Asimismo, todo tipo de abarrotes en Metlatónoc

cuesta el doble que en Tlapa debido a que “el camino está feísimo”. Quienes se perjudican con esto estiman que si la carretera estuviera en condiciones, los precios de los productos básicos serían más baratos.