“Buena”, la temporada vacacional, dicen restauranteros de Bonfil y Pie de la Cuesta

Jacob Morales Antonio

Restauranteros de Playa Bonfil y de Pie de la Cuesta calificaron como “buena” la temporada vacacional de Semana Santa, pese a que los restaurantes siguen una remodelación y auguraron una buena expectativa para las vacaciones de verano.
La presidenta de la Asociación de Hoteleros y Restauranteros de Pie de la Cuesta, Nelly Mejía Cienfuegos, dijo que para los restaurantes del poniente de la ciudad “fue un paliativo”, para poder esperar la temporada de verano, y que la derrama ayudará a la reconstrucción de los establecimientos.
La restaurantera indicó que las afectaciones que aun hay en la zona Diamante, permitieron que los visitantes asiduos a las playas de esa zona, visitaran por primera vez las playas y negocios de Pie de la Cuesta, quedando encantados con el servicio, la limpieza de la zona y el sabor de los platillos, así como los precios.
“Hemos cautivado a otro tipo de cliente, que no venía para acá. La mala situación que aún hay en la zona Diamante nos dio oportunidad de atender a este sector”, expresó.
La representante indicó que la llegada de los visitantes también reactivó los puestos de trabajo que estaban en pausa, “tuvimos más turismo y llamamos a nuestros colaboradores, que estaban en la banca, esperando trabajar”.
Mientras, el vicepresidente del Colegio Internacional de Turismo y Gastronomía en Guerrero, Sergio Mejia Vargas, dijo que “nos fue bien a cinco meses de la tragedia del huracán Otis”.
El restaurantero de Playa Bonfil, en la zona Diamante, lamentó que los más de 40 restaurantes de esa zona de la ciudad no pudieron estar rehabilitados al cien por ciento en su infraestructura, pero ante la necesidad, muchos improvisaron y pudieron dar el servicio.
“No fue una temporada excelente, porque no tuvimos las instalaciones que teníamos antes del huracán, pero la temporada fue buena”, expresó.
El restaurantero comentó que estas vacaciones que pasaron “son un termómetro” para las vacaciones de verano, y conocer el comportamiento que habrá, “nos compromete a seguir echándole los kilos, para tener la mejor imagen y pudieramos tener a todo nuestro personal”.
El representante del sector agradeció a todas las familias que decidieron venir a vacacionar al puerto y ser solidarios, luego de la devastación que provocó el huracán Otis.

 

Se acumula basura y falta luz en las calles de playa Bonfil

Jacob Morales Antonio

En playa Bonfil, las familias que por años han acudido a esa zona de Acapulco, fueron las que regresaron en las vacaciones de Semana Santa, donde a pesar del esfuerzo de los restauranteros para tener en mejores condiciones sus negocios, hay basura acumulada ante la falta de recolección y por las noches la mayoría de las calles están oscuras.
En un recorrido realizado al mediodía de este martes, se observó que la playa recuperó unos 100 metros de arena, aunque aun faltan otros 200 metros más, debido a que la corriente que dejó el impacto del huracán aún se mantiene elevada.
Los poco más de 40 restaurantes que hay a lo largo de la playa están operando, sin embargo, la infraestructura a simple vista continúa afectada: techos de palapa sin terminar de colocar, muros socavados, así como bardas y paredes colapsadas.
El propietario del restaurante Anabel, Margarito Pinzón, expresó: “Gracias a que los turistas aman y quieren Acapulco llegaron, y ellos mismo lo comentaban, ‘venimos para que se recupere y sea otra vez la playa hermosa que tienen’”.
El propietario del restaurante fue uno de los más afectados en la zona, parte de su restaurante y un edificio de dos niveles con pequeños departamentos fue socavado, y la parte frontal quedó colgada a unos dos metros del nivel del mar.
Había trabajadores que levantaban un muro de contención y la reconstrucción de la fachada que da al mar, cuyas paredes de la planta baja fueron derribadas para poder levantar nuevas, y poder soportar con seguridad parte del edificio.
Agradeció el apoyo del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, una ayuda que jamás ha visto en otros gobierno.
La preocupación del restaurantero y de otros ubicados a lo largo de la playa es la acumulación de la basura, porque desde hace tres días no va el camión recolector, y urgió a Saneamiento Básico para que vaya, además de la falta de colocación de lámparas en casi todas las calles, que por las noches están oscuras.

 

El surfeo y la comida, lo que atrae a turistas a la playa Bonfil

Caminatas sobre la arena, selfies desde la rompiente del mar, paseos en cuatrimoto y el surfeo, fueron actividades que predominaron entre los turistas más jóvenes en la vigilada playa Bonfil ayer al mediodía.
Desde la concesión del restaurante Lupita, atendido por la señora Alicia Campos, se podían observar apenas a algunos turistas nadando. Eran las 11 de la mañana y las sillas, mesas y camastros de los restaurantes apenas eran ocupados por unos cuantos visitantes.
Al mediodía, las familias comenzaban llegar para disfrutar del calor del día y bañarse en las cálidas aguas del mar en ese sitio turístico vigilado desde la carretera y sus accesos, hasta la franja de arena por policías turísticos y gendarmes.
La enfermera Delia Almazán Cervantes, originaria de Querétaro, observaba desde una silla bajo la sombra de una palapa y sin perder de vista lo que su hijo Mijail, de 12 años, hacía con la tabla de surf. Muy cerca de Mijail estaban su esposo Rogelio Fonseca y su hija Rebeca, quienes habían arrastrado hasta la parte más cercana al mar un brincolín casero.
Delia comentó que desde su llegada al puerto de Acapulco pasaban los días enteros en playa Bonfil porque era la menos concurrida. “Nosotros preferimos llegar temprano para disfrutar de la playa sin tanta gente, aunque sabemos que en estas fechas está lleno en todos lados”, expresó entre risas sin perder de vista lo que hacía su hijo sobre las olas.
La familia Fonseca Almazán se hospeda en un pequeño hotel de la zona Dorada, “cerca de La Base, porque es más barato”, pero son clientes de restaurantes como el Lupita, en playa Bonfil, porque tienen especialidades en productos como los camarones, el pescado y los mariscos en general.
Los turistas más jóvenes en ese tramo de la playa utilizaban tablas de surf para adentrarse entre las olas y deslizarse en ellas. Los de mediana edad, buscaban otra área fuera de tránsito de cuatrimotos, para tender toallas o pareos y tostarse la piel.
Los mayores, disfrutaban solo de la vista; algunos tomaban cervezas, otros refrescos, agua o limonadas.
Las masajistas, aunque apartadas entre el mar y las palapas, ofrecían energizantes masajes con olor a aceite de coco.
En parte de la mañana, pasó un grupo de cinco gendarmes caminando en la arena. Cuando se sintieron observados por los reporteros se acercaron a preguntar qué hacíamos. Luego de un par de fotografías, los agentes también fotografiaron a los comunicadores y continuaron su paso.
El subsecretario de Servicios Turísticos, Noé Peralta Herrera, comentó, luego del asesinato de dos hombres en playa Angosta, frente a los turistas el martes por la tarde, que esa dependencia estatal continuaría con la promoción del destino como un sitio seguro, pues confiaba en la puesta en marcha del operativo de seguridad en el que participan 4 mil 459 soldados, marinos y policías de los tres órdenes de gobierno.
“Hay vigilancia en la zona costera como en otras zonas. Es lamentable lo que pasa pero veo seguridad y sobre todo en la franja costera”, dijo durante la supervisión que realizó el procurador del Consumidor, Ernesto Nemer, en la zona Diamante del puerto al que lo acompañó.
Sobre la violencia en sitios turísticos de Acapulco, los visitantes se dijeron confiados pues señalaron la presencia de policías en carretera, en los accesos a la playa, en el poblado Alfredo Villa de Bonfil y en la playa.
También mencionaron la presencia de salvavidas en la zona, pues dijeron, es una de las que el mar “a veces es traicionero”.