Hubo omisiones de los tres niveles de gobierno en el manejo del basurero de Chilpancingo

 

El problema de la basura pasó de un proceso legal para el alcalde de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, a un problema de salud, pues la Secretaría de Salud Guerrero declaró el miércoles emergencia sanitaria ante los riesgos que existe por la basura acumulada y esparcida en las calles de la capital, y que el gobierno municipal ni el estatal han podido resolver.
De acuerdo al amparo indirecto 1021/2016-1 promovido por Miguel Duarte Ortuño a favor de 58 ciudadanos de Chilpancingo, que el 7 de octubre de 2016, la Jueza Séptima de Distrito en el estado de Guerrero, Iliana Contreras Perales les otorgó contra actos del alcalde Marco Antonio Leyva Mena, y otros funcionarios, y que ordena el cierre del relleno sanitario capitalino, mandamiento que el alcalde omitió, y que generó que ahora la ciudad se convierta en un foco de infección por la basura en las calles.
El documento menciona que algunos de los actos reclamados fueron al alcalde y al Cabildo por “el funcionamiento indebido e injustificado del relleno sanitario y/o botadero de basura a cielo abierto, ubicado al sur de esta ciudad, el cual violenta nuestro derecho colectivo  a un medio ambiente sano”.
También detalla que las autoridades omitieron “aplicar los principios de prevención, precaución, y de sensibilidad de medio ambiente establecidos en la ley del artículo cuarto constitucional, ya que con tales omisiones, mantienen abierto un relleno sanitario a cielo abierto, que está saturado y fuera de su vida útil, con lo cual se produce a diario una afectación a nuestro medio ambiente, que nos repercute en lo personal y en nuestras familias, incluidos niños”.
Otra omisión del gobierno municipal, que se lee en el documento, es que “no existe un plan elaborado o desarrollado de ordenamiento territorial, pues los gases que emanan  de relleno sanitario a diario, resultan insoportables, insalubres y peligrosos”.
Además de que el gobierno capitalino no vigiló “el cumplimiento de la norma oficial mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003, relativa a las especificaciones de protección ambiental, para la selección del sitio, diseño, y construcción, operación, monitoreo, y clausura y obras complementarias, lo que se concretiza en la omisión de cerrar o clausurar el relleno sanitario de esta ciudad, el cual se encuentra injustificadamente en operación hasta este día (cuando se otorgó el amparo)”.
El documento menciona la omisión del gobierno estatal y de otras autoridades por no emitir ninguna recomendación a la autoridad municipal, para promover el cumplimiento de la legislación ambiental.
El amparo responsabiliza también al gobierno federal porque la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), no atendió el problema, y “omitió  prevenir y controlar la contaminación del suelo, omitió aplicar los principios de prevención, precaución y de sustentabilidad del medio ambiente establecido en la ley, ya que mantuvo abierto un relleno sanitario a cielo abierto que está saturado y fuera de su vida útil”.
La responsabilidad la comparten diversas dependencias del gobierno federal y estatal porque “al rendir sus informes previos negaron la existencia de los actos que les atribuyen los quejosos. Sin embargo del contenido de sus informes previos, se desprenden manifestaciones de las cuales se evidencia la existencia de los actos reclamados en cada una de ellas, por lo que se tienen como ciertos los mismos”.
En la página 47 del documento ordena “conceder la suspensión definitiva de los actos reclamados”, y al alcalde Marco Antonio Leyva, y al cabildo Constitucional “se abstengan de seguir depositando residuos sólidos en el relleno sanitario y/o botadero de basura a cielo abierto, ubicado al sur de Chilpancingo, en las (dos) celdas que no cumplan con las normas ambientales”.
El ordenamiento judicial fue omitido por las autoridades federales, estatales y municipales, la clausura ocurrió el viernes 27 de enero.

 

Llevan la basura de la capital al cerro de Las Antenas, zona de mantos acuíferos

Luego de tres días de que unas 70 camionetas recolectoras de basura independientes cargadas con más de 40 toneladas de desechos se estacionaron en la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac en Chilpancingo, y de varios conflictos de los recolectores con vecinos de colonias, comunidades e integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) que no permitieron que en predios cercanos tiraran los desechos, el alcalde capitalino Marco Antonio Leyva Mena prestó 80 hectáreas de un terreno propiedad de su papá, Ronaldo Leyva Adame, para que ahí se lleven los residuos.
La zona del cerro de Las Antenas es una cúspide en donde existen mantos acuíferos, ayer en la tarde se observó a decenas de camionetas ir al lugar, incluso cerraron medio carril de la carretera a Tixtla, a 3 kilómetros de la salida de Chilpancingo.
Los malos olores en el centro de la ciudad provocaron que algunos negocios como panaderías y fondas de comida cerraran temporalmente. El dueño de un hotel dijo que el mal olor ahuyentó a los huéspedes, en tanto, los boleros afirmaron que sus ganancias disminuyeron en un 70 por ciento.
En un recorrido en la plaza cívica se observó que algunos peatones al pasar por el lugar escupían y otros vomitaron por el olor que emitía la basura en las camionetas, que tenían gusanos y lixiviados (líquidos residuales).
Debido a la acomulación de basura en el centro de la ciudad, la Secretaría de Salud estatal informó a los vendedores de alimentos y al público en general que en la zona se debían tomar medidas de higiene.
También una brigada de la dependencia arrojó cal en la plaza cívica y en tiraderos clandestinos para que los lixiviados no contaminaran y no hubiera malos olores, sin embargo el olor se mantuvo.
Trabajadores de negocios cercanos y personas que transitaron por la plaza cívica portaron cubrebocas. Algunos pepenadores y recolectores pididieron dinero o alimentos a los vecinos y en los comercios cercanos, porque manifestaron que no tienen dinero para alimentar a sus familias ni para los gastos de la escuela de sus hijos, debido a que no pueden trabajar ante la falta de un tiradero.
Los recolectores mostraron pancartas en las que se leía: “Chilpancingo apóyenos para que nuestras calles estén limpias y no haiga infecciones. Apóyanos con una moneda voluntaria para pagar los víveres, muchas gracias”, y “Pedimos un apoyo voluntarios a la ciudadanía para nuestros compañeros pepenadores y camioneteros para poder sacar la basura de sus colonias que seguimos en pie de lucha, Apóyanos con una monedita para comprar víveres. Muchas gracias”.
Uno de los pepenadores, Juan Valente informó que, “el alcalde nos quiso sobornar, nos dijo que si nos retirábamos de la plaza nos daría dinero, los pepenadores dijimos que no, porque sería dinero pasajero, lo que necesitamos en un basurero de Chilpancingo, porque en otros lugares no nos dejan (depositar los desechos)”.
Algunas vecinos les regalaron comida a los 200 pepenadores y 150 recolectores que estacionaron sus camionetas en la plaza cívica, quienes afirmaron que de las despensas que les dio el alcalde hicieron comida para todos, y que un carnicero les regaló un marrano para alimentarse.
Vecinos que pasaban por el lugar recriminaron que el alcalde Marco Antonio Leyva Mena no hiciera algo para solucionar lo más pronto posible el problema de la basura. Una señora manifestó a los recolectores: “Deberían de tirar la basura en la casa del presidente municipal a ver si iba a soportar el olor”.
Ante la falta de un basurero, las calles del centro de la capital y las banquetas están invadidas con bolsas de basura, lo que ocasiona que los peatones caminen por la vía vehicular.
Consultado en la plaza cívica, uno de los recolectores, Jaime Peralta informó que el alcalde ya no los recibió, ahora fueron atendidos por funcionarios municipales, y afirmó, “Leyva Mena ya no quiere dar la cara porque nos ha engañado en reiteradas ocasiones”.
Agregó que varias veces intentaron depositar los desechos en algún tiradero, y que incluso sus compañeros recolectores fueron “secuestrados y liberados”, por pobladores e integrantes de la UPOEG en Palo Blanco.
Una recolectora de basura, Audencia Sánchez manifestó: “El alcalde nos dio un botecito de aceite medio kilo de azúcar, arroz y frijoles, maseca y papel higiénico, desde el jueves estamos sin recibir dinero, el poco que teníamos ya los gastamos, tengo nueve hijos y necesitamos un basurero para tener ingresos”.
El viernes 27, al alcalde Marco Antonio Leyva Mena anunció el cierre definitivo del basurero capitalino, luego de que firmó un acuerdo con el gobernador y el alcalde de Eduardo Neri (Zumpango), para que este último reciba la basura de la capital.
Sin embargo, aun no está listo el relleno sanitario de El Platanal, y Leyva Mena dialogó con comisarios, comuneros y vecinos de Zumpango, Palo Blanco, Mazatlán, Buenavista de la Salud y en terrenos de Servicios Públicos municipal para depositar los desechos en predios de esas localidades, pero todos se negaron y no permitieron que las recolectores descargaran la basura.
Ante la presión de los recolectores de basura y de los vecinos de la capital, y la falta de un predio provisional para depositar la basura, Leyva Mena autorizó un predio de 80 hectáreas propiedad de su padre, Rolando Leyva Adame.
A las 6 de la tarde, las camionetas recolectoras se retiraron de la plaza cívica luego de que el secretario de Servicios Públicos municipal, Sergio del Moral Benítez informó que podían descargar la basura en el predio ubicado en un cerro en el lugar conocido como Las Antenas.
Vía telefónica, Del Moral Benítez dijo que el terreno es propiedad del padre del alcalde y que son 80 hectáreas de tierra, que los desechos serán depositados ahí hasta el próximo lunes, mientras se rehabilita el basurero de Eduardo Neri (Zumpango).
“Está muy bien ese terreno, porque no hay casas cerca, es algo temporal, hasta que se tenga habilitado el basurero de Zumpango, (después) el terreno será saneado”, precisó el secretario.
Cuando se retiraron las camionetas recolectoras, trabajadores de Servicio Públicos municipal realizaron labores la limpieza en la plaza cívica.