En la Sierra estamos contra la falta de humanidad, y defendemos la vida y la legalidad, responde el obispo

 

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, entrevistado este lunes . Foto: Jessica Torres Barrera

El obispo Salvador Rangel Mendoza declaró que en el problema de violencia en la Sierra, él no puede ser ni parcial ni imparcial, o estar a favor de un pueblo o de otro, “estamos en contra de la falta de humanidad de estas personas, estamos defendiendo los derechos humanos, defendiendo la vida y la legalidad”.
El prelado respondió así ayer al señalamiento del vocero del Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero, Salvador Alanís, quien lo acusó de asumir una postura parcial porque solamente se ha reunido con Isaac Navarrete Celis, líder del cártel del Sur de quien dijo que ha recibido prebendas, y reprochó que no se ha reunido con el otro grupo ni con ellos como Policía Comunitaria, por lo que dijo que no es verdad que el obispo busque una tregua.
“Yo no soy parcial ni imparcial, aquí se trata de derechos humanos, ellos han desplazado a personas y las han despojado de sus casas, de sus tierras, de sus animales, de sus pertenencias, y eso es un despojo, allanamiento de morada y de pueblo”, insistió en acusar a la Policía Comunitaria que está desde el 11 de noviembre a Filo de Caballos, municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco).
Agregó que tampoco puede estar a favor de un pueblo o de otro, “estamos en contra de la falta de humanidad de estas personas, cómo se atreven a correr a señoras embarazadas, a niños cargando en brazos, a ancianos. No se trata estar de parte de un grupo o de otro, estamos defendiendo los derechos humanos, defendiendo la legalidad”, recalcó.
Dijo que cualquiera que quebrante la ley; la iglesia, el gobierno, cualquier grupo o institución, debe ser sancionado porque no se puede estar en contra de los derechos de los demás “y sobre todo al gran derecho a vivir en casa”.
Acusó que lo que hicieron los policías comunitarios “es un flagrante agravio contra la dignidad humana y contra la persona”.
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, que abarca la zona de la Sierra, aseguró que sí ha buscado al otro grupo a través de segundas personas para platicar sobre una tregua para la paz, “que ellos mismos se informen en Tlacotepec”, les pidió.
Aseguró que dos veces quiso reunirse con el “jefe de Tlacotepec” pero que en una ocasión le dijeron que no estaba allí porque había presencia de soldados.
Añadió que en otra ocasión le mandó decir con otra persona “que por qué no llegábamos a algún arreglo y no he tenido respuesta”.
El obispo añadió que la Policía Comunitaria tampoco lo ha buscado o invitado a platicar, “o que me digan quién de ellos me ha invitado a que yo vaya, no ha habido nadie que me invite, yo estoy de acuerdo a hacer lo que sea por la paz”, expresó.
En cuanto al señalamiento de que se ha reunido con líderes del narcotráfico, admitió que “yo como me reúno con los de abajo, me reúno con los de arriba”, y rechazó que haya recibido prebendas del líder del Cartel del Sur, Isaac Navarrete, El señor de la I.
“Que me digan cuándo, dónde las he recibido y cuánto es el monto. Lo mismo de ellos no he recibido nada, no les he aceptado absolutamente nada, ni al grupo de arriba ni al grupo de abajo”, aseguró.
Con respecto a la petición de que el gobierno proceda en su contra por sus vínculos con narcotraficantes al reunirse con ellos, Salvador Rangel dijo que no puede proceder el gobierno porque está haciendo su labor pastoral, “no sé si esté penado en la ley o en la Constitución platicar o hablar con la gente”.
El martes, Salvador Alanís advirtió, asimismo, que si el gobierno no procede en contra del obispo por sus reuniones con un líder del narcotráfico, serán los comunitarios quienes lo van a detener y a someterlo a reeducación.
Al respecto dijo que “ellos pueden decir lo que gusten, lo que quieran” y luego se preguntó: “¿bajo qué pretexto me pueden detener?, ¿cuál es la acusación, o tienen el derecho a detenerme?, y luego declaró que la suya sería una detención arbitraria “y los penalizados serian ellos, no yo”.
Insistió: “¿Cómo me van a detener?, ¿me van a secuestrar?, ¿y luego a dónde me van a llevar?. Yo creo que son palabras demás”, expresó.