Registra Acapulco ocupación de 71.7% de las habitaciones disponibles: Turismo

Familias disfrutan de la playa en Puerto Marqués donde se observó que la mayoría de las lanchas y embarcaciones están ancladas. Al fondo se ve como los árboles poco a poco van recuperando las hojas que perdieron por los vientos del huracán Otis Foto: Jacob Morales

Jacob Morales Antonio

La Secretaría de Turismo de Guerrero informó que la ocupación hotelera en Acapulco alcanzó el 71.7 por ciento de las 4 mil 534 habitaciones disponibles, de un total de 19 mil 600 cuartos de hotel que había antes del impacto del huracán Otis.
La dependencia estatal informó que la zona Dorada alcanzó el 77.3 por ciento, seguida de la zona Náutica con 60.4 por ciento, y la zona Diamante con un porcentaje de 48.3 por ciento, obteniendo un global del 71.7 por ciento, diez puntos más con la ocupación del miércoles.
Desde muy temprano en la Costera hubo un intenso tráfico vial, desde el centro de la ciudad hasta la Base Naval en ambos sentidos. Lo mismo se observó en el bulevar de Las Naciones, donde también ya abrieron algunos restaurantes como Mariscos el Plebe Alegre y La Granja.
En las paradas de camiones, se observó durante la tarde a decenas de personas esperando el transporte público que pasaba lleno, incluso los taxis colectivos amarillos. En la parada de Las Anclas, en la avenida Cuauhtémoc, la gente corría para poder ocupar un asiento en los taxis.
Al inicio de la temporada vacacional, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda adelantó que se esperaba la llegada de unos 80 mil visitantes “solidarios”, como llamó a quienes considera que vendrán para apoyar a los acapulqueños luego de la devastación que dejó el huracán del 24-25 de octubre. La cifra es de alrededor de un 10 por ciento de los que vinieron a Acapulco el año pasado, que según cifras oficiales fueron 836 mil.
La Secretaría de Turismo informó asimismo que la ocupación en Ixtapa alcanzó el 83.8 por ciento, mientras que en Zihuatanejo fue de 83.6 por ciento, y en la ciudad de Taxco se alcanzó una ocupación de los cuartos de hotel de 65.2 por ciento, teniendo Guerrero, un promedio general de 80.1 por ciento.

Disfrutan turistas de la playa de Puerto Marqués aún con daños y escombros tras Otis

En la bahía de Puerto Marqués los visitantes aprovechan cada espacio de playa que el mar ha despejado para tomar el sol. Uno de los restauranteros dijo que desde el lunes comenzó a llegar un mayor número de visitantes.
Al entrar al poblado, todavía se observan casas con daños, y algunos montones de escombros. El mercado está completamente vacío y sin vendedores, Ni las fondas de comida han abierto, porque el techo fue destruido por el huracán Otis, al igual que el de la cancha que se encuentra en la entrada principal.
En la bahía hay zonas donde el mar dejó al descubierto hasta seis metros de arena, pero en otras sigue golpeando parte de los cimientos de los restaurantes. En el poco espacio que hay y donde las olas pegan, los niños acompañados de sus mamás y papás disfrutan de la playa.
En el restaurante La Langosta, la familia del comerciante Carlos Mata, provenientes de la Ciudad de México, decidió quedarse a disfrutar del mar. Las olas llegaban a dos metros de donde estaban.
Mata compartió que durante la pandemia de Covid-19 como comerciante en la Ciudad de México le fue muy mal, y gracias al apoyo que dio el gobierno federal pudo subsistir, “yo sé lo que se siente quedarte sin nada, sin un peso para poder sacar tu negocio adelante, por eso decidimos con mi familia venir a Acapulco”.
Los nueve integrantes de la familia rentaron una casa por 6 mil pesos por una semana, y al día en promedio están gastando alrededor de 2 mil pesos en los restaurantes o lugares a donde han ido, como Caleta, y playa Papagayo.
Don Carlos dijo que desde hace cinco años que no venía a Acapulco, por las complicaciones que tuvo y la falta de dinero, sin embargo estaba impresionado de que la zona turística estaba en buenas condiciones, a dos meses del impacto del huracán Otis.
“Nosotros pensamos que encontraríamos la ciudad en otras condiciones, pero la verdad es que la gente le ha puesto mucho empeño, y lo que hemos recorrido de la bahía, hasta Caleta está limpio, pero sí da tristeza ver los edificios dañados, y los árboles sin hojas”.
El hombre dijo que durante las dos primeras semanas luego del impacto del huracán, su familia compró y reunió productos básicos de consumo y las entregó a un centro de acopio en la Ciudad de México para apoyar a los damnificados.
Dijo que en cada lugar que va y a cada comerciante que se acerca a venderle algo, le pregunta si han sido apoyados por el gobierno federal y si recibieron los apoyos anunciados, porque en la Ciudad de México hay mucha desinformación de que no llegó la ayuda a los afectados, “me quiero cerciorar, y a todos los que vienen a venderme algo les pregunto, porque llegando a la Ciudad voy a informar a mis familiares y amigos”.
El propietario del restaurante, Sergio Bernal Toscano, comentó que después de Navidad, comenzaron a llegar más turista. En su caso dijo que muchos clientes que durante años le han consumido.
Resaltó el trabajo del gobierno federal con la colocación de los focos en los postes, lo que está permitiendo que los turistas se queden más noche o salgan a caminar, porque todas las calles tienen lámparas, y pidió al Ayuntamiento mantener la recolección de basura para evitar una mala imagen.
Cerca del restaurante está la cancha de basquetbol del poblado, que está repleto de automóviles estacionados, y en toda la calle principal en ambos lados hay automóviles estacionados, mientras en la calle que rodea la Laguna Negra se observó a 20 autobuses estacionados.

 

Son asiduos 60% de comensales en restaurantes tras Otis: empleados

Un grupo de ballenas captado ayer cerca de la isla de La Roqueta. Se trata de uno de los primeros avistamientos en Acapulco de estos cetáceos que visitan el puerto en la temporada que va de noviembre a abril Foto: Carlos Carbajal

Jacob Morales Antonio

El 60 por ciento de los comensales que llegan a los restaurantes son clientes asiduos que han sido muy generosos con los trabajadores a quienes dejan buenas propinas, y el resto son trabajadores que han llegado a la ciudad a apoyar en las labores de reconstrucción y del gobierno federal.
En un recorrido realizado a los restaurantes ubicados en la zona comercial de Costa Azul, se pudo observar, casi al mediodía, pocos comensales, pero al ser jueves la mayoría acude a la comida, debido a la tradición del jueves pozolero.
En el restaurante Los Chamorros, el encargado, Luis Aparicio, dijo que a pesar de ser una franquicia tiene tres años de operar en la ciudad, y es de propietarios acapulqueños, y donde se sirve comida mexicana.
El inmueble quedó parcialmente afectado por el impacto del huracán Otis, que dañó parte del mobiliario, ventiladores, y derribó una gran rama de un árbol de mango que está al centro del local y daba sombra.
En el restaurante, antes de Otis, trabajaban 25 personas, pero luego del devastador huracán cinco ya no regresaron a laborar, y el resto estuvo acudiendo a apoyar en las labores de limpieza.
El hombre informó que el restaurante abrió hace dos semanas y se han colocado 20 mesas para 150 personas, y donde se han llegado a ocupar hasta 60 por ciento de las mesas. El lugar mantiene su horario habitual de 9 de la mañana a 6 de la tarde.
Dijo que el restaurante que atendía a familias o gente adulta ahora es frecuentado por los jóvenes, quienes han dejado buenas propinas al personal que los atiende.
“Nos estamos reactivando nosotros mismos los acapulqueños. No estamos dependiendo de gente que viene de fuera, yo mismo voy a los tacos de acá al lado, le compro a la señora de los tamales o unos tacos de canasta, somos nosotros mismos los que estamos reactivando los negocios”.
En la sucursal del restaurante Buzos de Costa Azul, la encargada, Idalys Ortiz, coincidió que los primeros clientes en llegar desde el 20 de noviembre, fueron los acapulqueños, fastidiados de comer arroz, frijol, atún y otros productos enlatados.
La trabajadora comentó que los clientes que han acudido en la última semana han dejado muy buena propina a los meseros del restaurante especializado en mariscos, “si han sido muy generosos en cuestiones de dejar la propina, no sé si se están apiadando de nosotros, o si están siendo un poco comprensivos”.
En todo el restaurante trabajan 35 personas, en el área de mesas hay 15 meseros, pero en la actualidad se van rolando dos grupos por semana para ir a trabajar, pero ahora en un horario de 9 a 6 de la tarde, cuando antes cerraba a las 9 de la noche, debido a la falta de transporte y por la seguridad de los trabajadores.
En restaurante tuvo afectaciones en la estructura de carga de la palapa que tiene hoja de palma, y el portón de acceso que fue doblado por el fuerte viento, además de mesas y sillas que volaron y ventiladores se dañaron por mojarse.
Informó que han habilitado 30 mesas de las 86 que se pueden atender en un solo día, de las colocadas se ocupan hasta 22, y los fines de semana sí han llegado a las 30 mesas ocupadas.
Los trabajadores en común acuerdo con los dueños acordaron durante la limpieza y arreglo del restaurante un pago mínimo y desde que comenzaron a abrir su salario volvió como antes de Otis.
En el restaurante de playa Bocana Beach en playa Papagayo, el gerente Jorge Silva indicó que desde hace dos semanas que abrieron, el restaurante poco a poco ha ido recuperando la clientela que tenía, pero no en la proporción de antes del impacto del huracán.
El trabajador dijo que en el restaurante, donde aún se realizan trabajos de reconstrucción, del total de las personas que llegan al lugar, 40 por ciento son personas que llegan de otras partes del país a la ciudad ha realizar trabajos de reconstrucción y de trabajadores de la Secretaría de Bienestar.
“El Bocana Beach se mantiene más de acapulqueños que son un 60 por ciento de los que vienen, el otro 40 por ciento, es de gente que viene de fuera a trabajar”, indicó.
En el local se han colocado 20 mesas de un total de 60 que tiene la capacidad el lugar. El representante indicó que los 20 trabajadores que tiene el lugar continúan acudiendo a trabajar desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, recortando dos horas de servicio.
“Lo que pedimos es que venga la gente, esa es la mayor ayuda, eso es lo que necesita Acapulco. Qué vengan los turistas, que vengan a consumir”.