Retoman grupos de la delincuencia los vacíos de poder que deja la autoridad: Abel Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, opinó que es grave lo que pasó el lunes en Chilpancingo, cuando irrumpieron violentamente campesinos de varios municipios, porque indica que hay vacíos de poder que están retomado los grupos delincuenciales.
Entrevistado por teléfono, dijo que la frase de que “hay gobierno y gobernadora”, que viene diciendo la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, es sólo para las redes sociales, porque en los hechos no están nutridas de resultados tangibles.
Abel Barrera declaró que los campesinos de Quechultenango, Chilapa, José Joaquín de Herrera y Acatepec han experimentado el racismo, el despotismo, la discriminación y la falta de obras públicas de parte de las autoridades, y ante la ausencia de éstas son presa fácil de los intereses de la delincuencia.
“Quiere decir que la gente está encontrando en otros actores la respuesta, la atención, el apoyo y el acompañamiento que las autoridades de los tres órdenes de gobierno no les están dando”.
En contraparte, dijo, el gobierno está dilapidando dinero en gastos suntuosos en lugar de canalizarlos a los lugares más abandonados donde hay ausencia de obra pública, y todo eso ha colapsado el sistema político.
Alertó que después de que las comunidades irrumpieron el lunes en Chilpancingo, lo van a seguir haciendo con el apoyo de estos grupos porque hay un colapso del sistema político en el estado, “independientemente de qué partido sea, la gente, al final de cuentas, lo que quiere es que le resuelvan sus problemas, pero ya vio que no le está respondiendo ningún partido”.
Añadió que es evidente que el aparato burocrático sigue siendo el mismo elefante que no caminaba antes y que no funciona ahora “y esto está descomponiendo el escenario político en Guerrero, aparte de que hay impunidad, corrupción y no está funcionando el sistema de justicia como debería de ser”.
Explicó que en este panorama sombrío ahora “los grupos violentos” tienen atrapados a los pueblos aunque pongan en riesgo su vida y, sobre todo, el ejercicio público de las libertades y los derechos fundamentales.
Insistió que lo que se vio el lunes en Chilpancingo es que la gente busca canales de interlocución con las autoridades, porque en Guerrero hasta la fecha no los hay, o no son eficaces “ahora es más difícil tener acceso a una reunión con la gobernadora, también las reuniones con el secretario de Gobierno son muy complicadas y la gente tiene que recurrir a acciones como la del lunes.
“Aquí se atiende a las personas cuando se manifiestan públicamente, cuando visibilizan su caso, cuando bloquean la carretera día y noche, como pasa en la Montaña”.
En tanto que los funcionarios que se ofrecen al dialogo no tienen incidencia para resolver los problemas, “es decir, se aplica una política racista y discriminatoria, ese es el problema, hay un descuido total y la gente no encuentra interlocución”.
El director de Tlachinollan explicó que el respaldo que los pueblos dieron al grupo delictivo que los convocó el lunes, indica que estos grupos no sólo dan su dinero para subsidiar campañas, sino que al mismo tiempo trabaja con las comunidades para fortalecer su presencia y legitimidad en los gobiernos municipales.
“Ante la descomposición de la clase política, ahora hay una recomposición de actores de la delincuencia que está reposicionándose en estos territorios”.
Dijo que el control territorial que tienen esos grupos no sólo es tener gente que cuida entradas y salidas de los pueblos y los patrulla, sino que ahora es control poblacional, “tienen ascendencia en las comunidades y a través de su llamado a la comunidad se junta porque ya tienen alianzas, migas y empieza a haber una estructura, hay un consejo de autoridades, hay representantes, consejo de comisarios”.
Explicó que ya se empieza a ver una estructura en estas comunidades en relación a una agenda pública, que tiene que ver con los servicios básicos, con carreteras, “y tiene una implicación, hilos que son finos y cortantes que tienen que ver con los intereses de la delincuencia”.
Ante esta pérdida de poder del gobierno, Abel Barrera dijo que afirmaciones como la que hace la gobernadora de que “hay gobierno y gobernadora”, sólo son frases hechas para las redes sociales, “pero no son frases nutridas de resultados tangibles y programas concretos”.
“No vemos hasta la fecha un programa en el estado que demuestre que hay gobierno, no hay un modelo de seguridad que tome en cuenta a la población para que sea parte del proceso de seguridad ciudadana, los servicios públicos están colapsados, la atención a los colonos, a las madres de familia, a los colectivos de víctimas, a los estudiantes, a los normalistas, a los padres de familia que requieren maestros, ahí es donde vemos que no cuadra la frase con los hechos”.
Dijo que la gente quiere resultados, hechos, acciones, presupuesto, obras, “eso sí tendría sustancia y consistencia, pero una frase para las redes sociales queda, en los hechos, como una voz en el desierto”.