La Federal y el Ejército sólo decoran carreteras, pues han sido rebasados, señala el obispo Rangel

 

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, dijo que en Guerrero los grupos de la delincuencia organizada han rebasado el orden y a la autoridad del estado, y señaló que los efectivos de la Policía Federal, estatal y del Ejército sólo sirven para “decorar” las carreteras.
Al término de la misa con el nuncio apostólico Christophe Pierre, al obispo se le preguntó sobre la inseguridad en el estado y si las corporaciones y el gobierno han sido rebasados por los grupos de la delincuencia, ante la ola de ejecuciones diarias a pesar de los operativos estatales y federales.
“Yo lo que he visto en siete meses que llevo en la diócesis y la he visitado de extremo a extremo, y como saben esta zona la tienen dividida cuatro grupos delincuenciales, y desgraciadamente esos grupos han superado el orden y la autoridad del estado, y al final, al final, yo veo muchas veces que la Policía Federal, la estatal y el mismo Ejército, sirven para decorar las carreteras, han quedado rebasados”.
Insistió en que una de las formas de frenar la violencia y la inseguridad en el estado es mediante el diálogo con los grupos delincuenciales, “sin que esto signifique llegar a acuerdos”.
En el diálogo, dijo, se les pediría “que no maten, que no asesinen y que no secuestren, llegar a algunos arreglos, porque ustedes saben que desde antes ya hay ciertos arreglos”.
Habló de luchar por la paz, el diálogo, la concordia, la tolerancia y el respeto a la vida, lo cual, dijo, se haría a través de la educación desde los padres, la iglesia, el Estado y la sociedad, “porque sólo teniendo una familia dispuesta y educada, podemos sacar adelante este problema de violencia que estamos viviendo”.
Una reportera le preguntó sobre la legalización del cultivo de la amapola con fines medicinales.
Dijo que “en lugar de que se satanice la amapola y la mariguana, se pueden aprovechar para fines medicinales o industrializarla”, y agregó que otra salida es que el gobierno y las asociaciones creen fuentes de empleo para todas esas familias que viven en la montaña del cultivo de esos enervantes.
Sostuvo que la iglesia católica está a favor de que se legalice el cultivo de estos enervantes con fines medicinales.