Para construir la paz se necesita el concurso de los ancianos, dice el arzobispo

Jacob Morales Antonio

El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, dijo que en los grandes retos sociales y los procesos de construcción de la paz en México y Guerrero, no se puede prescindir de los ancianos, y reclamó la falta de proyectos para que este sector pueda vivir con plenitud.
En su mensaje y comunicado dominical, en el contexto de la tercera jornada mundial de los abuelos y las personas mayores, y la jornada mensual de oración por la paz en México, dijo que la vejez es un don y los ancianos son el eslabón entre generaciones, para transmitir entre los jóvenes la esperanza de la vida y la fe.
Insistió en que las generaciones jóvenes han recibido mucho de los ancianos y que no son “extraterrestres”, que dentro de poco tiempo todos llegaremos a ese momento.
González González señaló que los abuelos son olvidados pero guardan una gran riqueza, a pesar de que se les tiene en el olvido y que donde no hay honor para los ancianos, no hay futuro para los jóvenes, pues su abatimiento quita amor y esperanza a todos.
Recordó las palabras del Papa Francisco, de que los jóvenes deben alegrar el corazón de los ancianos y adquirir la sabiduría de sus vivencias, “pero que no dejemos solos a los ancianos, que no los releguemos a los márgenes de la vida, como desgraciadamente sucede frecuentemente”.
Expresó que “las personas mayores entregan al presente un pasado que es necesario para construir el futuro. Este ha sido el camino de la humanidad y se vive en alianza entre generaciones”.
Dijo que en algunas partes del mundo hay planes de asistencia, pero en muchas no hay proyectos para ayudarles a vivir en plenitud y este es un desafío que requiere del compromiso de los jóvenes.
“Las instituciones encargadas de garantizar la seguridad de las personas y de sus bienes, tienen una grande responsabilidad sin la cual no es posible construir la paz en la sociedad, pero también hay un artesanado de la paz que nos involucra a todos. Todos podemos colaborar en la construcción de un mundo más pacifico”, afirmó.
Agregó que “uno de los caminos para lograrlo, es el diálogo entre las diferentes generaciones. Fomentar todo esto, entre las generaciones, significa labrar la dura y estéril tierra del conflicto y la exclusión. Los grandes retos sociales y los procesos de construcción de la paz no pueden prescindir del diálogo entre los depositarios de la memoria, los mayores, y los continuadores de la historia: los jóvenes”.
También pidió por las personas víctimas de la violencia y sus familias, y a quienes son extorsionados, que se restaure la justicia dañada y que conforme a derecho, las personas que cometieron los delitos sean apoyados para ya no repetirlos.

Hay una política de terror para que la gente no salga a votar, insiste Adela Román

La candidata a la alcaldía de Acapulco de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena- PES), Adela Román Ocampo, recorrió el mercado de la colonia 20 de Noviembre y ahí se comprometió a que, de ganar la elección, destinará 50 por ciento de su salario para apoyar la educación, programas para madres solteras, adultos mayores y personas vulnerables.
El salario del alcalde actualmente es de 65 mil 319 pesos, lo que significa que el 50 por ciento son 32 mil 659 pesos.
Por otra parte, en conferencia de prensa, ex funcionarios de turismo, que apoyan el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, reprocharon el abandono del gobierno federal al sector turístico y anunciaron que llevarán a cabo un foro el próximo 6 de junio en el que estará, el ex secretario de Turismo en la Ciudad de México, Miguel Torruco Marqués, quien es el responsable de la propuesta para fomento turístico del candidato de Morena.
Al concluir su recorrido, al consultarle acerca de lo dicho por el gobernador Héctor Astudillo Flores, de que 30 candidatos tienen seguridad, y los exhorta a colaborar para exponerse menos a una ola de agresiones, Román Ocampo respondió que debe dar seguridad para todos los ciudadanos guerrerenses y le pidió “que cese esta política de terror, que quiere obligar a la gente a vivir con miedo y evitar que salgan el 1 de julio”.
“El gobernador debería de preocuparse y ocuparse por darle seguridad al pueblo de Guerrero, mis custodios son todos los que ves aquí. Hasta este momento no he pedido seguridad, ni la voy a pedir, porque si hay inseguridad para todo el pueblo de Acapulco no puedo ser la excepción, y sigo protegida por la gente que confía en este proyecto”, dijo.
Aunque precisó que no ha tenido amenazadas, sí se han suscitado hechos “desagradables” en algunos lugares donde ha tenido actividades.
Con un megáfono invitó a la población acapulqueña para que el 25 de junio acuda al Zócalo, a la visita que hará el candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
A las 9:30 de la mañana llegó al lugar acompañada de su equipo de campaña y saludó a los comerciantes del mercado. Ahí algunos la recibían con porras y preguntaban cuándo vendría Andrés Manuel López Obrador a Acapulco; otros le preguntaron sus propuestas de campaña, otros le dijeron que no creían en las promesas de los políticos.
Un taxista se acercó le preguntó cuáles son sus promesas de campaña, la candidata respondió: “Soy abogada y estoy por la legalidad, cuando fui síndica de Gobernación (en el periodo de Zeferino Torreblanca), mejoramos la calidad de vida de los policías, para brindar seguridad a los acapulqueños; aumentamos el seguro de vida, le dimos seguro social, para que estuvieran protegidos y cuidaran mejor a la sociedad”.
Después, dijo que de resultar electa el 50 por ciento de su salario será para apoyar a madres solteras, a los adultos mayores, “tendrán un apoyo económico, si hoy se les da cada dos meses, con Andrés Manuel será cada mes”.
Hubo una comerciante que le expresó que era difícil creer en la gente y más en los políticos, la candidata acotó: “No todos somos iguales, las mujeres somos más responsables” y les aseguró que Morena es una esperanza para el cambio de México.
De la petición para que el hospital General regrese a la avenida Ruiz Cortines, les informó que “Andrés Manuel va a traer a Guerrero la Secretaría de Salud”.
En declaraciones sobre la donación de su sueldo, respondió que “los candidatos de Morena hacemos un compromiso de regalar el 50 por ciento de nuestro salario, porque no se puede tener un país de pobres, con un gobierno de ricos, luego los altos salarios. No van con las necesidades del pueblo de Acapulco, aquí estamos tratando de llegar al mayor número de habitantes”.
De qué hará con ese 50 por ciento de su salario de resultar electa, respondió que en el país se han creado universidades públicas “van 14 en el país, pero en lo personal, estoy planteando que el salario de los de Acapulco sea para las personas más vulnerables, sobre todo a jefas, madres de familia”.
Abundó que no hay ninguna comunidad, pueblo de Acapulco, donde no haya mujeres que son “padre y madre para los hijos, tenemos las guarderías, que es otra propuesta, que la pusimos en práctica cuando fui diputada a través de un programa de Sedesol federal”.
“Independientemente de la obra pública que es obligatoria, de los servicios públicos que son obligatorios, pensamos en la obra social que muchas veces no se ve, pero es definitiva para que la sociedad viva en armonía y felicidad”, declaró la candidata a la presidencia de Acapulco.
Agregó que “en mi corto paso en los cargos de elección popular, creo que no di el 100 sino el mil por ciento, y todos los apoyos que recibí en esos cargos, la dieta famosa que le den a los diputados y ediles, la canalicé a la obra y apoyos a la gente, andadores, la pavimentación de calles, uno se convierte en promotor y gestor de las necesidades. Porque Guerrero es un pueblo muy lastimado, Acapulco es un pueblo muy lastimado, lleno de carencias, inseguridad, la gente esta harta de corrupción”.

Critican la falta de apoyo federal para el turismo

Por otra parte, en conferencia de prensa, ex funcionarios de turismo que respaldan el proyecto de López Obrador, dijeron que hay un abandono del gobierno federal para apoyar con recursos proyectos de impacto que ayuden para que Acapulco renazca, además que hace falta un nuevo modelo turístico.
El ex secretario de Turismo, Sergio Salmerón Manzanárez, dijo “no es posible que a Guerrero se le trate de una manera diferente en términos de presupuesto, en turismo hoy podemos decir que el turismo es el nuevo petróleo de la actividad económica y debe ser tratado de esa manera. Es irrelevante la cantidad de presupuesto que se le asigna nivel estatal, en lo municipal no tiene nada, en el país es significante; se requiere una visión política de la federación para nuevos proyectos que generen economía”.
El coordinador de los foros, Benjamín Sandoval Melo, dijo que “Acapulco está en el abandono. Por mucho tiempo no ha existido un plan Acapulco, sólo hay unos apoyos emergentes circunstanciales, cuando fue Paulina y Manuel, eso ha sido cuando el gobierno federal volteó sus ojos a Guerrero y Acapulco”, y dijo que se debe revisar el modelo turístico.
Por su parte, Teresa de Jesús Rivas Pérez, directora de Turismo en el gobierno de Félix Salgado, expuso que el objetivo del foro, que se realizará el 6 de junio y que contará con la presencia de Miguel Torruco Marques, es identificar los problemas más relevantes de los destinos turísticos y de sus empresas, con la participación de actores clave en la industria sin chimeneas, quienes propongan posibles alternativas de solución que contribuyan a definir lineamientos para la política turística de México.

 

Nos maltrataban y no nos daban de comer, dicen ancianos del asilo de Iguala

Luego del desalojo de la familia encargada del lugar, hallan los nuevos encargados comida y objetos escondidos en el cuarto de una de las cuidadoras

Oracio Lagunas Ramírez Iguala Ancianos del asilo de la ciudad acusaron a la familia Rosendo Brito –desde hace 20 años encargada del lugar– de maltratarlos física y psicológicamente durante la toma de alimentos, asearlos o al proporcionarles su medicina.

Mientras tanto, feligreses de la parroquia de San Gerardo María Mayela, en conferencia de prensa efectuada al mediodía del miércoles en los pasillos del asilo, pidieron a la familia Rosendo Brito los reportes de entradas y salidas de donativos de personas, organizaciones altruistas y el pago por la permanencia de las 13 personas mayores en el asilo, “porque no hay huella de cómo se manejaron los recursos”.

A casi una semana de la salida de la familia Rosendo Brito (10 personas en total), el asilo ya presenta mejoras en diversas partes, principalmente en los mecanismos de alimentación de los ancianos y la administración de los recursos.

Jovita Pineda Castrejón, una mujer que anda por los 80 años de edad y con poco más de 23 años en el asilo, en silla de ruedas por problemas de columna vertebral a consecuencia de dos caídas provocadas por quienes la cuidaban (sólo recuerda que se llamaban Berta y Margarita Hernández Salgado), relata que los últimos años en el lugar, su vida fue un martirio.

“Durante los últimos cinco años tuvimos un trato muy déspota de parte de Marta (la cocinera), porque nos íbamos sentando a comer o llevábamos dos tortillas, nos retiraba el plato de la mesa y nos llevaba a nuestros dormitorios, sin mayores explicaciones”, revela.

Y agrega: y cuando rogábamos una explicación, nos decía que éramos unos muertos de hambre y que deberíamos estar agradecidos con lo que se nos proporcionaba.

Luego recuerda que hace dos años sufrió un accidente que le desvió el fémur, y por consiguiente le impedida caminar. Un año después –continúa– Berta y Margarita (quien hacía funciones de enfermera) la tiraron de su cama y tuvo una desviación de columna, misma que ahora le impide caminar, por lo tanto permanece atada, prácticamente, a una silla de ruedas.

Versión similar dio la señora Antonia Ibarra, hija de Santso Ibarra, internado en el asilo desde hace más de 15 años con problemas de hipertensión. Dijo que con el cambio de administración su padre tiene otra actitud, “ya no se queja de tantos problemas y asegura que ahora come a sus horas, tomas sus medicamentos como están prescritos”.

Además –añadió– ahora me tienen informada de la evolución de su enfermedad y de los recursos que pago, me explican en qué se gastaron, lo cual no sucedía con los anteriores administradores.

Mientras tanto Moisés Ocampo Delgado, Mario Saúl Moctezuna Salgado, Cruz Martínez Román, Rafael Fernández Mugía y Fernando Núñez Flores indicaron que tras el desalojo, no violento, de la familia Rosendo Brito, hicieron una revisión al edificio y se encontraron con novedades, como el que en su cuarto de la señora Margarita tenían una bodeguita con alimentos que, suponen, eran de los ancianos.

En el caso de Margarita Hernández Salgado, de unos 60 o 70 años de edad, presentó una denuncia ante la Agencia del Ministerio Público, donde establece que fue desalojada de manera violenta.

Por tanto, pidieron a la familia Rosendo Brito, quien también presentó tres denuncias ante el MP y la Comisión Estatal de Defensa de Derechos Humanos por los delitos de despojo, robo y lesiones, que entreguen toda la documentación que pudieron haberse llevado, de lo contrario presentarán denuncias penales en su contra.

Nos maltrataban y no nos daban de comer, dicen ancianos del asilo de Iguala

 

 Luego del desalojo de la familia encargada del lugar, hallan los nuevos encargados comida y objetos escondidos en el cuarto de una de las cuidadoras

 Oracio Lagunas Ramírez Iguala Ancianos del asilo de la ciudad acusaron a la familia Rosendo Brito –desde hace 20 años encargada del lugar– de maltratarlos física y psicológicamente durante la toma de alimentos, asearlos o al proporcionarles su medicina.

Mientras tanto, feligreses de la parroquia de San Gerardo María Mayela, en conferencia de prensa efectuada al mediodía del miércoles en los pasillos del asilo, pidieron a la familia Rosendo Brito los reportes de entradas y salidas de donativos de personas, organizaciones altruistas y el pago por la permanencia de las 13 personas mayores en el asilo, “porque no hay huella de cómo se manejaron los recursos”.

A casi una semana de la salida de la familia Rosendo Brito (10 personas en total), el asilo ya presenta mejoras en diversas partes, principalmente en los mecanismos de alimentación de los ancianos y la administración de los recursos.

Jovita Pineda Castrejón, una mujer que anda por los 80 años de edad y con poco más de 23 años en el asilo, en silla de ruedas por problemas de columna vertebral a consecuencia de dos caídas provocadas por quienes la cuidaban (sólo recuerda que se llamaban Berta y Margarita Hernández Salgado), relata que los últimos años en el lugar, su vida fue un martirio.

“Durante los últimos cinco años tuvimos un trato muy déspota de parte de Marta (la cocinera), porque nos íbamos sentando a comer o llevábamos dos tortillas, nos retiraba el plato de la mesa y nos llevaba a nuestros dormitorios, sin mayores explicaciones”, revela.

Y agrega: y cuando rogábamos una explicación, nos decía que éramos unos muertos de hambre y que deberíamos estar agradecidos con lo que se nos proporcionaba.

Luego recuerda que hace dos años sufrió un accidente que le desvió el fémur, y por consiguiente le impedida caminar. Un año después –continúa– Berta y Margarita (quien hacía funciones de enfermera) la tiraron de su cama y tuvo una desviación de columna, misma que ahora le impide caminar, por lo tanto permanece atada, prácticamente, a una silla de ruedas.

Versión similar dio la señora Antonia Ibarra, hija de Santso Ibarra, internado en el asilo desde hace más de 15 años con problemas de hipertensión. Dijo que con el cambio de administración su padre tiene otra actitud, “ya no se queja de tantos problemas y asegura que ahora come a sus horas, tomas sus medicamentos como están prescritos”.

Además –añadió– ahora me tienen informada de la evolución de su enfermedad y de los recursos que pago, me explican en qué se gastaron, lo cual no sucedía con los anteriores administradores.

Mientras tanto Moisés Ocampo Delgado, Mario Saúl Moctezuna Salgado, Cruz Martínez Román, Rafael Fernández Mugía y Fernando Núñez Flores indicaron que tras el desalojo, no violento, de la familia Rosendo Brito, hicieron una revisión al edificio y se encontraron con novedades, como el que en su cuarto de la señora Margarita tenían una bodeguita con alimentos que, suponen, eran de los ancianos.

En el caso de Margarita Hernández Salgado, de unos 60 o 70 años de edad, presentó una denuncia ante la Agencia del Ministerio Público, donde establece que fue desalojada de manera violenta.

Por tanto, pidieron a la familia Rosendo Brito, quien también presentó tres denuncias ante el MP y la Comisión Estatal de Defensa de Derechos Humanos por los delitos de despojo, robo y lesiones, que entreguen toda la documentación que pudieron haberse llevado, de lo contrario presentarán denuncias penales en su contra.