Denuncian que autoridades ya no buscan a los pescadores desaparecidos de Mezcala

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Desde la semana pasada, las corporaciones de los gobiernos federal y estatal suspendieron la búsqueda de los tres pescadores desaparecidos en Mezcala, municipio de Eduardo Neri, denunció ayer Javier Bautista Garduño, padre de Guadalupe Bautista, uno de los desaparecidos.
Informó que el martes llamaron por teléfono y les dijeron que el viernes van a regresar para informarles si continuarán o nos las búsquedas.
El 16 de julio desaparecieron Ángel Cabrera Ávalos, de 35 años; su hijo Ángel Esauly Cabrera García, de 16; Juan Carlos Catalán Silva de 19, y Guadalupe Bautista Astudillo, de 30.
Su desaparición ocurrió después de que salieron a pescar a las 8 de la mañana en el punto conocido como Barranca El Cangrejo que se encuentra a 40 minutos de Mezcala, y desde entonces ya no regresaron.
El 19 de julio apareció golpeado el menor Ángel Esauly, en la carretera federa Iguala-Chilpancingo, antes de llegar al crucero de Atzala que comunica con la comunidad de Nuevo Balsas, municipio de Cocula, pero los otros tres pescadores siguen desaparecidos.
Entrevistado por teléfono ayer, Javier Bautista Garduño, informó que desde el jueves de la semana pasada las corporaciones federales y estatales suspendieron la búsqueda “y aquí estamos esperándolos, ya no han venido”.
Dijo que los mandos de las corporaciones les aseguraron que iban a regresar el martes pasado pero no fueron y ayer por la mañana les llamaron por teléfono y les anunciaron que van a regresar el viernes para que les informen si van a continuar con las búsquedas o ya no.
“Eso es lo que queremos, que nos expliquen si van a continuar con la búsqueda o ya no para decidir qué vamos a hacer”, declaró.
Dijo que al parecer las autoridades ya están perdiendo interés en el caso, “pero el viernes vamos a saber cuál es su plan, cuando se retiraron nos aseguraron que iban a seguir buscando e investigando, pero ya desde la otra semana no han venido”, reiteró.
El padre de Guadalupe Bautista, dijo que dependiendo de lo que les infórmen las autoridades este viernes, los familiares y los pobladores de Mezcala van a determinar las acciones que van a realizar, “por eso les hablamos ayer (el martes) porque hoy nos queríamos ir a Chilpancingo para buscar a ver quién nos quiere apoyar”.
Informó que suspendieron su traslado a Chilpancingo para esperar lo que les informarán el viernes, “vamos a esperar a ver qué es lo que traen y ya si dicen que hasta aquí nomás, ahora si vamos a ver a donde nos vamos, si a Chilpancingo o a México para presentar la queja”.

 

Se cumplen 10 días de la desaparición en el río Balsas de los pescadores de Mezcala

Después de diez días de la desaparición de tres pescadores de Mezcala, municipio de Eduardo Neri, continúan los pescadores sin poder salir a trabajar para llevar el sustento a sus familias. Al menos 50 lanchas se encuentran varadas en el embarcadero de Mezcala Foto: Lenin Ocampo Torres

Lenin Ocampo Torres

Chilpancingo

En Mezcala, municipio de Eduardo Neri, siguen sin aparecer desde hace una semana tres pescadores y sin trabajar sus compañeros, que han dejado varadas unas 50 lanchas que no han salido por la inseguridad que se vive en el río Balsas, donde grupos del crimen pelean el control pesquero y minero.
El domingo 16 de julio desaparecieron Ángel Cabrera Ávalos, de 35 años; su hijo Ángel Esauly Cabrera García, de 16 años; Juan Carlos Catalán Silva, de 19 y Guadalupe Bautista Astudillo, de 30 años, cuando fueron a pescar a las 8 de la mañana río abajo, a la barranca El Cangrejo, que se encuentra a 40 minutos de Mezcala y no regresaron.
El miércoles 19 de julio apareció golpeado Ángel Esauly, el joven fue dejado por sus captores en la carretera federal Iguala-Chilpancingo, antes de llegar al crucero de Atzala, que comunica con la comunidad Nuevo Balsas, municipio de Cocula, y es la entrada a una de las minas canadienses más importantes que operan en México: Media Luna.
Desde ese día, más de 50 pescadores pararon sus labores, para ayudar con la búsqueda de sus tres compañeros, que aún no encuentran las autoridades.
Los familiares y pescadores tomaron como base El Embarcadero, donde dan de comer a las personas que les ayudan en la búsqueda y esperan en ese lugar que sus desaparecidos regresen con bien.
En la exploración, los pescadores viajan río abajo arriesgando su vida, en una zona donde hay una guerra que no es de ellos, pues es por el control de la región rica en minerales.
“Se han perdido muchas horas de trabajo. Ahorita, por las lluvias, pues tenemos que ir río abajo para poder traer pescados o langostinos, de eso sacamos nuestro día y con eso llevamos dinero a la casa”, dice un pescador, que aprovecha el paro para limpiar el motor de su lancha.
Los pescadores, en una semana, han perdido al menos 300 mil pesos y muchos lugares se han quedado esperando la producción pesquera, que llega a los mercados de Chilpancingo, Iguala, Cuernavaca y la Central de Abasto, en Ciudad de México.
“Ahora no sabemos que hacer, la verdad tenemos miedo de mover nuestras lanchas y nos pase algo. Es una situación que nunca se había vivido, creo nunca habíamos parado (la producción por la inseguridad). Ahora, en tiempos de corrientes, pues tenemos que buscar lugares amplios donde se pueda pescar, pero ya no es recomendable porque no tenemos garantías. Tampoco sabemos que nos puede pasar”, expresó otro de los pescadores.
En medio de esta guerra de los grupos de la delincuencia, quedaron indefensos los pobladores, que constantemente han denunciado su situación, pero las autoridades estatales no les han hecho caso.
“Aquí llegan a ayudarnos con la búsqueda por tierra (la Policía Ministerial y el Ejército), nosotros vamos con miedo en las lanchas. Ya les dijimos que nos acompañen por el río, pero ellos burlonamente nos dicen que no saben nadar, entonces, aquí se requiere que nos ayude la Marina, que son los que tienen el equipo adecuado para andar en el agua”, comentó uno de los pescadores con más experiencia, pero por seguridad no dio su nombre.
“Nosotros sólo le pedimos al presidente y a la gobernadora que nos ayuden, que vean lo que pasa en estos lados de la tierra. Nosotros no creemos en los abrazos y no balazos, porque pues nuestra situación es difícil, sólo le pedimos que realmente nos ayuden a seguir trabajando”, finalizó.
Desde enero, Los Tlacos y La Familia Michoacana se pelean el corredor minero y pesquero en el Río Balsas, un bastión importante, donde está la hidroeléctrica de El Caracol y las minas en Cuetzala del Progreso, Nuevo Balsas y Carrizalillo.