Encuentran vecinos dos fosas más en Carrizalillo; acuden la SEIDO y la PF con equipo de búsqueda

Vecinos de Carrizalillo en el municipio de Eduardo Neri encontraron ayer otras dos fosas clandestinas con restos humanos en sitios diferentes, y en la tarde llegaron al lugar agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y de la Policía Federal, quienes anunciaron un recorrido por la zona con equipo técnico de búsqueda y perros a partir de las 8 de la mañana de este miércoles.
Con las de ayer suman tres fosas halladas en los últimos tres días, después de que el presunto halcón del grupo criminal Guerreros Unidos, Modesto Peña Celso fue detenido por los pobladores junto a nueve policías federales a los que guiaba y que llegaron a este pueblo para detener al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López García.
Un grupo de pobladores esperó ayer hasta las 2 de la tarde al personal de la Procuraduría General de la República (PGR) que acudiría a recorrer con ellos las zonas en donde Peña Celso les indicó que había fosas clandestinas en las que el grupo criminal sepultó a personas a las que asesinó.
El personal de la PGR llegó cerca de las 4 de la tarde de ayer, pero antes un grupo de ciudadanos acompañado de reporteros de medios locales y nacionales se trasladó al poniente de la localidad, y a unos 5 kilómetros encontraron una fosa que ya habían abierto en la mañana.
La fosa se encontraba en el lugar conocido como El Pedregal, ubicado a unos 5 kilómetros al este de Carrizalillo, al pie de un encino prieto y una palma real.
Después el grupo de ciudadanos se trasladó a otro sitio que se encuentra a unos 200 metros, en un terreno plano, en el lugar conocido como El Puertecito, allí con pico y pala abrieron y encontraron otra fosa con restos humanos.
Las dos fosas que encontraron ayer los lugareños son distintas a la que hallaron el sábado al lado extremo, en el lugar conocido como Los Cazahuates, a unos 5 kilómetros al poniente de Carrizalillo.
El comisario municipal, Nelson Figueroa Peña informó que los restos de la primera fosa fueron recogidos el lunes en la tarde por personal del Servicio Médico Forense (Semefo) y policías ministeriales.
Los habitantes esperaban ayer a personal de la PGR y de la Marina para que recorrieran al otro extremo de la localidad, en donde el presunto halcón Modesto Peña Celso les indicó que había más fosas, sin embargo hasta las 3 de la tarde no habían llegado.
Antes, el grupo de ciudadanos de Carrizalillo llevaron a los representantes de los medios de comunicación a los sitios, donde según dijeron les indicó Peña Celso durante el tiempo que lo tuvieron retenido el 29 de octubre.
La versión de los habitantes es que en los alrededores de Carrizalillo el grupo criminal Guerreros Unidos sepultó a sus víctimas que traía de otros lugares como Iguala y Mezcala.
“Aquí todo mundo sabe que desde abril del 2014 que llegaron a establecerse, traían a sus víctimas y los metían a sus casas de seguridad que están en la calle principal y que ahora le dicen la calle del terror, pero nadie decía nada, ni denunciaba porque nos tenían amenazados”, denuncio uno de los habitantes, que con el dedo índice vertical sobre los labios sugería al reportero que su declaración era confidencial.
De regreso de la loma en donde se encontraron las dos fosas distintas a la que hallaron el sábado, los habitantes mostraron a los reporteros las casas deshabitadas en donde, dicen, vivían los integrantes de Guerreros Unidos en la calle principal y que ahora llaman “la calle del terror”.
Allí mostraron la casa que tiene un túnel de unos 200 metros que cruza de una calle a la otra y que es propiedad de Modesto Peña Celso. En el lugar mostraron una cabellera y un maxilar de una de sus víctimas que se encontraba a la entrada del túnel.
En esta casa, según los habitantes, los miembros de Guerreros mantuvieron refugiado y protegido en octubre del año pasado al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velásquez y a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, versión que no ha sido confirmada oficialmente.
Los habitantes y el comisario municipal esperaban hasta las 2 de la tarde la presencia de personal de la PGR ante quienes pretendían denunciar y presentar las evidencias que, según él, mantuvieron guardadas hasta el jueves 29 de octubre pasado cuando retuvieron a los agentes federales y al halcón, sin embargo el personal de la dependencia federal no llegaba.
A las 3 de la tarde, los reporteros que subieron a Carrizalillo encontraron en Mezcala a un convoy de 10 patrullas de la Policía Federal y peritos de la PGR en dirección a Carrizalillo, sin embargo cuando los periodistas se incorporaron al grupo, éstos se desviaron y se metieron a unas instalaciones del 27 Batallón de Infantería en Mezcala.
Vía telefónica el comisario municipal Figueroa Peña dijo que eso indica que el personal que pretendía subir forma parte y está coordinado con el 27 Batallón de Infantería de Iguala, a quienes los pobladores relacionan con el grupo criminal Guerreros Unidos, por lo que dijo que no permitirían su ingreso a la comunidad.
Confió que había recibido una llamada por parte de personal de la PGR que le advirtió que no permitirían la presencia de los medios de comunicación durante el recorrido por la zona.
Sin embargo a las 8:30 de la noche confirmó que el personal de la SEIDO y de la PGR llegaron por la tarde al lugar y se trasladaron a los sitios en donde les indicaron que estaban las fosas con restos humanos, pero les dijeron que el trabajo del peritaje lo comenzarían a partir de las 8 de la mañana de este miércoles.
El comisario informó que el personal de la SEIDO y de la PGR lleva equipo técnico y perros amaestrados para la búsqueda de más fosas en los alrededores de la comunidad.
Al medio día el comisario informó que tenía información oficial de la PGR de que los nueve policías federales y el presunto halcón que detuvieron el 29 de octubre pasado en esa comunidad, fueron consignados e internados en la cárcel de Chilpancingo.

Nadie les cree pero Carrizalillo era guarida del grupo del crimen organizado Guerreros Unidos, dicen vecinos

Los habitantes de aquí se quejan de que nadie les cree, pero insisten que como en Iguala, el grupo criminal Guerreros Unidos hizo del lugar su guarida y de ellos sus rehenes.
Lo sabían desde antes de los ataques la noche del 26 y la madrugada del 27 a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que dejaron seis personas muertas, tres de ellos estudiantes, más de 25 heridos y 43 normalistas desaparecidos por policías municipales de Iguala y Cocula e integrantes del mencionado grupo criminal.
Sin embargo en Carrizalillo nadie se atrevía a hablar, hasta que perdieron el miedo el jueves 29 de octubre, cuando nueve policías federales y un presunto halcón de Guerreros Unidos llegaron por el presidente del Comisariado de Bienes Comunales, Ricardo López García, y los cientos de pobladores convocados a través de las campanas del pueblo, y de voz en voz salieron de sus casas para impedir que se lo llevaran secuestrado.
A partir de entonces, los habitantes no solamente se decidieron a hacer frente a quienes los han asesinado, levantado, extorsionado y amenazado, sino también a hablar de lo que saben, y en cinco días han llevado a los medios de comunicación a lugares en donde hay tres fosas clandestinas con restos humanos.
“Esto es la prueba de que aquí hay algo más, pero los gobiernos federal y estatal no nos quieren escuchar ni hacer caso, posiblemente porque son cómplices o porque sus fuerzas policiacas y militares están involucradas y temen un nuevo escándalo peor que el de Iguala”, dijo uno de los habitantes.
Otro ciudadano afirmó que en los alrededores de la comunidad que pertenece al municipio de Eduardo Neri, y al que se llega en aproximadamente una hora con 20 minutos entrando por Mezcala por la carretera federal México-Acapulco, está llena de cadáveres sepultados en fosas clandestinas.
Cuenta que todo comenzó cuando Modesto Peña Celso (el comunero que fue detenido junto con nueve agentes de la Policía Federal la semana pasada) fue electo comisariado de Bienes Comunales en el periodo del 2009 al 2012, y se hizo concesionario de la minera Goldcorp que explota la mina Los Filos-El Bermejal, “él por la renta de sus tierras recibe 800 mil pesos anuales. Además recibe otros recursos por el servicio de sus camiones de volteo y pipas que hacen trabajos para la minera”, dijo el vecino que es teniente retirado del Ejército.
Agregó que desde entonces Modesto formó un grupo con su hermano Onofre Peña Celso, El Pescado, quien hace 10 días fue asesinado en Iguala junto a su padre Antonio Peña Montiel en Iguala, y con su sobrino Israel Peña López, El Cinsel, radicados en Iguala a donde emigraron tras de la irrupción de la Gendarmería, la Marina y el Ejército el 21 de octubre del 2014 en Carrizalillo, a donde llegaron en busca de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos.
“No sabemos por qué Modesto se metió con los de la maña si él tiene dinero; recibe unos 800 mil pesos anuales por la renta de sus tierras, más los recursos por la renta de sus camiones de volteo y pipas, además en Iguala tiene restaurantes y bares, es el dueño del bar Las Palomas”, dijo otro de los vecinos, y él mismo se responde que tal vez se metió a la delincuencia “porque siempre le gusta ser ostentoso, se luce en buenos carros, carga alhajas y viste bien”.
Dice que tal vez por eso cuando fue comisariado se metió con el grupo de Guerreros Unidos que llegaron de Iguala a éste pueblo en junio del 2014 y con los que primero extorsionaba a la gente del pueblo, con el argumento de que eran policías comunitarios que venían de la Montaña para hacerse cargo de su seguridad.
Con ese argumento cobraban hasta 2 mil pesos mensuales a los trabajadores de la mina Goldcorp por su seguridad, “imagínese y son 600 trabajadores”.
“Primero llegaron unos 30 cabrones y eran respetuosos con nosotros, pero poco a poco se volvieron prepotentes y violentos, a tal grado que a quien se les atravesaba en la calle con su vehículo le gritaban cosas como: hazte a un lado hijo de la chingada si no quieres que rafaguee tu camioneta”, mencionó el militar retirado.
Después colocaron retenes en la entrada del pueblo para controlar el ingreso de la gente y obligaban a participar a los habitantes. A quien se negaba le cobraban 400 pesos de multa. Además cuando sabían que subiría el Ejército obligaban a los habitantes a bloquearles el paso para impedir que entraran al pueblo, “el que se niegue no se la va a acabar después”, advertían blandiendo sus armas largas en las calles y echaban a los civiles por delante para evitar el ingreso de los militares.
Así llegó el 27 de noviembre del 2014, cuando después de la media noche muchos de los vecinos que viven en la calle principal, ahora conocida como “la calle del terror” porque es la que estaba controlada por el grupo delictivo, escucharon y después vieron la llegada de mucha gente en varias camionetas de lujo.
Eran como 100 personas armadas las que llegaron a parte de los 30 que ya estaban en el pueblo, le exigieron al comisariado el camión que recoge la basura en el pueblo y una retroexcavadora con la que se llevaron un escombro que estaba a la orilla de la calle y enfilaron rumbo al punto conocido como Los Mangos, al noroeste de la localidad a unos 4 kilómetros, en donde escucharon que trabajó la máquina casi una hora.
Los habitantes suponen que a ese lugar pudieron haberse llevado a algunos de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que los miembros de Guerreros Unidos recibieron de la policía en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014, sin embargo más allá de sus testimonios, no han mostrado más evidencias que confirmen su dicho.
En cambio, sí han mostrado a los medios de comunicación más de 20 casas en donde se alojaban los criminales en la calle principal que ahora conocen como la “calle del terror”, una de ellas provista de un túnel de más de 20 metros que tiene salida a otra calle y que es propiedad de Modesto Peña Celso, el detenido el 29 de septiembre pasado, en donde dicen, en octubre pasado llevaron a refugiarse al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, dicho que tampoco han sustentado con evidencias.
Pero la retención de nueve agentes federales que llegaron con un presunto halcón de Guerreros Unidos la semana pasada, así como el hallazgo de al menos tres fosas clandestinas en los alrededores del pueblo y sus testimonios que han tenido eco en medios de comunicación nacional e internacional, han logrado atraer la atención de las autoridades federales.
Ayer en la tarde unos 30 agentes federales a bordo de 12 patrullas y peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) llegaron aquí para comenzar las investigaciones tanto del hallazgo de las fosas como de sus testimonios, contó el comisario Nelson Figueroa Peña.

Hallan vecinos de Carrizalillo una fosa con restos humanos que les indicó el halcón que retuvieron

 

Vecinos de la comunidad de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, localizaron una fosa con restos humanos a un costado de la carretera que comunica con los pueblos de Amatitlán y Tenantla.
Ayer en un recorrido, los pobladores mostraron a medios de comunicación un montón de huesos y dos mandíbulas que encontraron en una fosa de aproximadamente un metro de profundidad, a unos 20 metros de la carretera, en el lugar conocido como Los Cazahuates.
Informaron que Modesto Onofre Peña Celso, el presunto halcón que fue detenido con nueve policías federales el miércoles pasado en Carrizalillo, les confesó que en los cerros de esa comunidad hay varias fosas clandestinas, en donde están enterrados cuerpos de las víctimas de los Guerreros Unidos.
Quienes convocaron a los medios para mostrar la fosa pidieron omitir sus nombres por temor a que la delincuencia organizada, concretamente Guerreros Unidos, intenten una represalia en su contra. Estas personas forman parte del grupo que defendió al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López García, a quien el miércoles, policías federales intentaron detener y que finalmente fueron retenidos por los habitantes.
Uno de ellos explicó que ese día, luego de que se tocaran las campanas del pueblo y los habitantes de Carrizalillo retuvieron a los policías federales, Onofre Peña Celso les informó que en los cerros de la comunidad había fosas clandestinas.
“Cuando los policías vieron que nos los dejaríamos ir, nos dijeron que nos iban a dejar a Onofre y que hiciéramos con él lo que quisiéramos, y él al creer que lo íbamos a linchar nos comenzó a dar información para que no le hiciéramos nada, y nos dijo que aquí hay muchas fosas”.
Comentó que el viernes, un grupo de pobladores acompañados de un Ministerio Público federal recorrieron por la carretera que comunica con Amatitlán y Tenantla, y en el lugar conocido como Los Cazahuates encontraron huesos y mandíbulas dentro y fuera de un hoyo de aproximadamente un metro de profundidad.
Dijo que el Ministerio Público regresaría este sábado con forenses para excavar, pero la actividad fue suspendida.
En el lugar se observaba, dentro del hoyo, una mandíbula con dientes, y afuera un montón de huesos y otra mandíbula, todos con un color verdoso ocasionado por la humedad.
Los habitantes de Carrizalillo los dejaron en el lugar donde los encontraron esperando a que las autoridades les informen cuándo subirán para recoger los restos, excavar y seguir buscando fosas.

La familia Peña Celso no fue desplazada por el crimen sino por las autoridades, afirman

De los desplazados por la violencia en Carrizalillo, que se refugian en Iguala y que pertenecen a la familia Peña Celso, el grupo que respalda al presidente del comisariado informó que estas personas abandonaron la comunidad luego de un operativo implementado por corporaciones de seguridad federales el 21 de octubre del año pasado, y no por presiones de la delincuencia.
A los reporteros mostraron un video que se grabó desde un helicóptero y que presuntamente corresponde a un operativo en el que participaron policías federales, gendarmes, militares y marinos.
En las imágenes, que ellos consiguieron en internet, se observa cómo los uniformados catearon casas que, a decir de los pobladores de Carrizalillo, eran de la familia Peña Celso, mismas que actualmente están abandonadas.
Dijeron que en ese operativo fueron detenidas seis personas y unos 30 miembros de la familia Peña Celso huyeron a Iguala donde, denunciaron, se refugian y se hacen pasar por desplazados por la violencia.
Uno de ellos explicó que el operativo implementado por las autoridades federales se realizó en el marco de las acciones para buscar a los 43 normalistas de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos en Iguala entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014.
“Podría decirse que fuimos los únicos beneficiados por los lamentables hechos de Iguala, porque gracias a eso vinieron muchos policías en helicópteros y catearon las casas de estas personas, detuvieron a algunos y otros escaparon a Iguala”.
Explicó que cuando la familia Peña Celso estaba en Carrizalillo, los pobladores vivían con miedo, pues los supuestos desplazados forman parte de los Guerreros Unidos, quienes se encargaban de cobrar derecho de piso y levantar a vecinos de Mezcala.
Comentó que los habitantes de Carrizalillo estaban obligados a participar en los filtros de los sicarios que estaban al servicio de la familia Peña Celso, y quienes se negaban tenían que pagar 400 pesos de sanción o ser castigados “a tablazos”.
A los habitantes de Amatitlán y Tenantla, dijeron que no les permitían bajar a Mezcala para surtirse de alimentos, y a quienes lograban pasar Carrizalillo, de regreso les quitaban sus despensas.
“A nosotros nos aislaron totalmente, no nos dejaban bajar por comida, cuando llegábamos aquí (Carrizalillo) nos regresaban, y no era opcional, teníamos que regresar, y se burlaban de nosotros, decían que con nosotros no gastarían balas porque nos íbamos a morir de hambre”, contó un habitante de Amatitlán.
Recordó también que un niño de esa comunidad enfermó, por lo que su padre intentó trasladarlo a Chilpancingo, pero cuando llegó al filtro de Carrizalillo lo regresaron, y a pesar de que explicaba que el menor iba enfermo no le permitieron el paso, por lo que el niño murió.
Para sobrevivir, contó que los pobladores compartían sus cosechas de maíz, chile y tomate, mientras que algunos se aventuraban a caminar cuatro horas hasta Mezcala, entre las veredas, para conseguir alimentos.
Los pobladores acompañaron a los reporteros a un recorrido por las casas, ahora deshabitadas, de la familia Peña Celso, mismas que fueron cateadas por policías federales y gendarmes en el operativo del 21 de octubre de 2014, según consta en un video.
En al menos cinco de las 10 de casas que están vacías había impactos de bala que, a decir de los pobladores, resultaron de los enfrentamientos entre miembros de la familia Peña Celso y grupos rivales.
Incluso, dentro de la última casa que se visitó se observaron casquillos percutidos de un arma larga; además, en el inmueble hay un túnel que comunica a una barranca, “por ahí se escaparon varios el día del operativo”, contó uno de los habitantes.
De los señalamientos en su contra en el sentido de que quienes respaldan al presidente del comisariado ejidal pertenecen a Los Rojos, dijeron estar en la disposición de ser investigados para desmentir esas acusaciones.

Entregan a la Marina a nueve policías federales y un halcón retenidos por vecinos en Carrizalillo

 

Habitantes de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, entregaron a las 3 de la mañana de ayer a nueve agentes de la Policía Federal y a un presunto halcón, quienes detuvieron el martes en ese pueblo al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López García.
Los policías y el civil acusados de pertenecer al grupo criminal Guerreros Unidos fueron entregados a efectivos de la Secretaría de Marina.
Los 10 fueron puestos a disposición de la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), en donde ayer durante todo el día estuvieron declarando ante el Ministerio Público federal.
También declararon ante en esa dependencia federal el comisario municipal, Nelson Figueroa Peña y López García, a quien iban a detener los agentes federales que eran guiados por el presunto halcón Modesto Onofre Peña Celso.
Ambas autoridades acudieron a declarar acompañados de ciudadanos que el martes participaron en la retención.
El comisario municipal, Nelson Figueroa reiteró en una entrevista con los medios de comunicación, después de su declaración ante el Ministerio Público, que los agentes federales que retuvieron y entregaron a la Marina colaboran con la banda criminal Guerreros Unidos, y que el martes iban a detener a la autoridad comunitaria.
También dijo que los elementos federales en colaboración con criminales de Guerreros Unidos son los responsables de las ejecuciones, levantones, secuestros, extorsiones y amenazas que han cometido en contra de los habitantes de Carrizalillo en los últimos dos años.
Los nueve agentes federales (en un principio los habitantes habían informado que eran cinco) y el civil Peña Celso fueron retenidos a las 11 de la mañana del miércoles cuando ya tenían detenido al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López.
Los agentes y el civil llegaron a Carrizalillo en las patrullas 15121 y 17231 y tras detener a López García en la entrada de Carrizalillo lo llevaron a su casa, en donde entraron violentamente presuntamente en busca de armas, pero los habitantes tocaron las campanas del pueblo y se organizaron para rescatar al comisariado, después retuvieron a los agentes.
Entonces se entraron que en una de las patrullas, la 17231, estaba el civil Modesto Onofre Peña a quien reconocieron como habitante de esa comunidad e integrante del grupo criminal Guerreros Unidos, que en los últimos dos años ha cometido asesinatos, secuestros, levantones y extorsiones en contra de los habitantes de ese lugar.
Los habitantes lo bajaron de la unidad oficial y la situación se agravó porque pretendían lincharlo. También descubrieron que en una de las patrullas los policías federales llevaban dos rifles AK-47, dos Barret 50 milímetros, escopetas, herramientas como picos y palas, y una tabla con agujeros para infligir tortura.
La detención de los oficiales y el civil ocurrió a las 11 de la mañana, desde que comenzaron a pedir la intervención del gobierno del estado para entregarlos, porque desconfían del gobierno federal porque relacionan al grupo Guerreros Unidos con el 27 Batallón de Infantería de Iguala, y con la presencia del presunto halcón en una de las patrullas de la Policía Federal aumentó su desconfianza hacia las autoridades federales.
A las 3 de la tarde cuando llegaron reporteros de diferentes medios de comunicación a Carrizalillo, los habitantes permitieron que otros agentes federales que llegaron al pueblo a rescatar a sus compañeros los desarmaran. Los agentes intentaron llevarse a sus compañeros y al civil de donde los habitantes los mantenían rodeados, afuera de la casa del comisariado ejidal.
Sin embargo, cuando ya los subían a una de las patrullas para sacarlos del pueblo los habitantes los rodearon, colocaron piedras y troncos delante de la patrulla para impedir que se los llevaran y los obligaron a que los trasladaran a la comisaría municipal.
De las 11 de la mañana del miércoles hasta las 3 de la madrugada del jueves, a pesar de que el comisario municipal y el comisariado ejidal fueron insistentes para que acudieran las autoridades estatales para entregarles a los detenidos, nadie acudió a pesar del ambiente de tensión y los riesgos de un enfrentamiento.
Fue hasta a las 3 de la madrugada de ayer que con la intervención del coordinador de la Oficina Foránea de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Hipólito Lugo Cortés, acudieron elementos de la Marina para recibir a los detenidos, a quienes se los entregaron a condición de que fueran puestos a disposición de la PGR.
Los 10 fueron entregados a las 5 de la mañana del jueves debido a que en el camino sufrieron la descompostura de uno de los vehículos.
El miércoles los habitantes de Carrizalillo mantenían detenidos a ocho de los nueve agentes que llegaron al pueblo, además del civil.
Sin embargo, cuando a las 3 de la tarde que fueron trasladados a la comisaría municipal por sus compañeros que pretendieron rescatarlos, solamente dejaron a cinco de ellos, aunque al momento de que fueron entregados a la Marina a las 3 de la madrugada de ayer los pobladores exigieron que se trajeran a los 9 y al civil. Estos fueron, al final, los que hasta al cierre de la edición seguían declarando ante el Ministerio Público federal, en las instalaciones de la delegación de la PGR en Chilpancingo.

Retienen vecinos de Carrizalillo a cinco policías federales y a un halcón de Guerreros Unidos

 

Vecinos de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, mantenían retenidos anoche a cinco policías federales y a un presunto halcón (vigilante de la delincuencia), señalados como participantes en el grupo criminal Guerreros Unidos y quienes iban a detener al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López García.
Cerca de las 4 de la tarde se observó a ocho agentes retenidos, pero al cierre de esta edición López García dijo que sólo tenían a cinco; no informó el destino de los otros tres, y se presume que  fueron liberados.
Los agentes federales a bordo de las patrullas 15121 y 17231 llegaron a las 11 de la mañana al poblado. El presidente del comisariado ejidal, López García, declaró que en una de ellas iba Modesto Onofre Peña Celso, y dijo que fue quien lo acusó ante los policías federales para que fuera detenido en la entrada del pueblo.
Modesto Onofre es hermano de Celso Onofre Peña, quien el 22 de octubre fue asesinado en Iguala junto a su padre, Antonio Peña Montiel y Justino Camargo, éste último trabajador del primero, en la colonia Nuevo Horizonte de Iguala. Su familia abandonó el pueblo de Carrizalillo después de que denunció que era extorsionada.
El comisariado informó que los agentes federales lo detuvieron a la entrada del pueblo cuando se dirigía a sus oficinas. Explicó que el comandante de la Policía Federal de inmediato lo increpó y le dijo: “ya estás bien cagado, estás manejando dinero del narcotráfico”, lo esposaron y después lo trasladaron a su casa.
Cuando los habitantes se percataron de su detención tocaron las campanas del pueblo y se concentraron y rodearon a los agentes cuando todavía estaban en la casa del presidente del comisariado, en donde los policías hicieron tres disparos al aire y se metieron en busca supuestamente de armas.
López García declaró que supone que iban por él porque querían extorsionarlo debido a que maneja el dinero que reciben los ejidatarios por la renta de sus tierras a la minera Gold Corp, que explota la mina Los Filos-El Bermejal.
Más de 200 habitantes del lugar mantuvieron retenidos desde las 12 del día hasta aproximadamente las 3 de la tarde a los agentes federales frente a la casa del presidente del comisariado, allí cerca estaban las dos patrullas con las llantas desinfladas.
Ya casi a las 4 de la tarde, las decenas de pobladores, hombres mujeres y niños bajaron a los uniformados y a Onofre Peña hacia la comisaría municipal, en donde esperaban a las autoridades estatales y federales para entregárselos, pero con la garantía de que no serían liberados.

Policías y sicarios irrumpen juntos y asesinan a los pobladores denuncia el comisariado

Los retenidos también son acusados de que el 27 de marzo irrumpieron en el pueblo y asesinaron a Miguela Barrios Ojeda de 80 años, a Bertha Santos Peña de 36, a Yesenia Villalva Montiel y a Fabián Adame Durán de 26 años. Ese día, hombres armados entraron a las casas de las víctimas y les robaron dinero en efectivo y alhajas.
Asimismo el comisariado ejidal denunció que fueron los agentes federales acompañados por Modesto Onofre Peña los que hace dos meses mataron a su hijo Ricardo López Vargas, en la entrada del pueblo.
Onofre Peña fue exhibido por los habitantes vestido con una camisola con el logotipo de las Fuerzas Especiales de la Policía Federal y un pantalón de mezclilla. Aseguraron que al momento de que fue retenido junto con los agentes federales llevaba puesta una capucha.
López García informó que incluso cuando los habitantes retuvieron a los agentes y al civil, el comandante de quien no fue posible conocer su nombre, le pidió que dejara ir a los agentes y que le dejaban a Onofre Peña, “para que hagan con él lo que quieran”.
Los vecinos mostraron en la patrulla 15121 varias armas largas, entre ellas una Barret para cartuchos 50 milímetros. Según los habitantes pretendían sembrarlas al comisariado para que pudieran detenerlo.
Después de las 4 de la tarde cuando los habitantes habían trasladado a los policías federales y al civil a la comisaría municipal, en la entrada del pueblo se encontraban soldados del Ejército, policías federales y agentes de la Policía Ministerial, en espera de instrucciones para rescatarlos.
A su vez los habitantes esperaban la llegada de autoridades estatales para entregárselos pues no querían que se los llevaran los militares y policías federales, pues dijeron que venían de Iguala y que estaban coludidos con el grupo criminal Guerreros Unidos, al que responsabilizan de ejecuciones, levantones y detenciones arbitrarias en la zona.
Dijo que le encontraron un celular a uno de los agentes federales en el que le mandaron un mensaje que decía: ¿ya tienen al comisariado ejidal, flota?”.
El comisariado advirtió que a partir de la acción de los habitantes ayer, sabe que habrá represalias en su contra, “seguro me van a matar, pero el pueblo ya no puede seguir permitiendo que sigan cometiendo atropellos”.
Agregó que ayer cuando entraron los federales al pueblo rompieron con las culatas de sus armas los cristales de siete vehículos particulares que se encontraron en las calles.
También los acusaron de que fueron los mismos que el 23 de octubre del año pasado detuvieron al tesorero ejidal, Aarón Peña, a quien acusaron de delincuencia organizada y posesión de droga.
Denunciaron que en marzo del 2014 detuvieron y torturaron a David Fernando Gómez, quien sigue detenido, acusado por delincuencia organizada.
Hasta las 8:30 de la noche los policías federales y Modesto Onofre Peña seguían retenidos  afuera de la Comisaría Municipal, mientras tanto, en la entrada del pueblo seguían unos 100 militares, aproximadamente 30 policías federales e igual número de policías ministeriales del estado en espera de que las autoridades negociaran la libertad de los retenidos.
En el interior del pueblo seguían las dos patrullas con las llantas ponchadas, en los accesos principales habían atravesado vehículos y bloqueado las calles con piedras y troncos para impedir que los agentes federales pudieran rescatar a sus compañeros y sacarlos en las patrullas.