Sorprende a europeos que policía de Acapulco desaparezca personas, dice madre buscadora

Socorro Gil Guzmán en su participación en la Caravana Abriendo Fronteras, en Europa Foto: Cortesía Socorro Gil

Ramón Gracida Gómez

La madre buscadora Socorro Gil Guzmán recorrió hace unas semanas algunos países de Europa como parte de la Caravana Abriendo Fronteras para exponer la desaparición de su hijo Jhonatan Guadalupe Romero Gil, ocurrida en la avenida Costera en 2018, y los europeos quedaban “sorprendidos” de que la Policía Municipal perpetrara este crimen y también de que hubiera miles de madres en México en la misma situación de búsqueda y sufrimiento.
Visitó Italia, Bosnia y Croacia, y algunas personas del público se le acercaban para preguntarle si era verdad o rumores la violencia de Acapulco y ella contestaba que sí, comentó ayer por teléfono la también vocera del colectivo Verdad, Memoria y Justicia que regresó hace unos días al país.
“Varios que se acercaron a preguntarme conocen Acapulco y preguntaban cómo está, que saben que hay violencia, que si es verdad o solamente rumores, y pues sin mentirles, ésa es la realidad, yo he dicho lo que es, que tenemos un municipio donde la presidenta prefiere perder su tiempo haciendo conciertos que darle prioridad a las calles que están llenas de bache, la violencia, que por todas partes hay gente muerta todos los días”.
Gil Guzmán fue invitada por Ugo Zamburru, organizador de la Caravana Migrante, que a su vez participa en la Caravana Abriendo Fronteras y que participó en las búsquedas del colectivo que se llevaron a cabo en marzo pasado en diferentes puntos de Acapulco.
Este año fue la séptima edición de la Caravana Abriendo Fronteras que duró poco más de una semana y participaron decenas activistas que hacen mítines en los cuarteles militares para protestar contras las guerras y hacen actos de memoria donde fueron asesinados migrantes.
Gil Guzmán dijo que “lo importante es visibilizar y llevar si es posible a todo el mundo, pues lo que está pasando en México y a ver si otros gobiernos obligan al gobierno mexicano a parar con tantas desapariciones, pues el gobierno mexicano parece que no quiere hacer nada, se hace el tonto, el loco, el sordo, el ciego que dice que no hay tantos desaparecidos aquí”.
Gil Guzmán se presentó por primera vez el 13 de julio en un mitin en una universidad de Turín, Italia, luego acudió a la ciudad de Padua al festival de Sherwood, donde fue presentada en un concierto ante mil personas.
“El mensaje que llevé fue hablar de la desaparición forzada aquí en México, que las autoridades no hacen por frenar la desaparición, las autoridades nos revictimizan, que vivimos en un país con autoridades y gobierno indolentes, donde no les importa lo que está pasando a la sociedad, y sobre todo del tema de mi hijo”.
Gil Guzmán comentó que “todo mundo se quedaba como sorprendido, que no habían escuchado, habían ido algunas otras madres, pero cada quien cuenta su testimonio, yo creo que lo que más les cala es el testimonio de cada quien”.
Jhonatan Guadalupe fue desaparecido el 5 de diciembre de 2018 en la cancha de la CROM, a un costado del Zócalo de Acapulco, por policías municipales, y a su madre le decían en la caravana que “cómo es posible que la misma policía, si se supone que la policía está para proteger a la gente, no hacerle daño, y se sorprendían, ya cuando terminaba, mucha gente me abordaba, me preguntaba y me decían de cómo me enteré exactamente que habían sido policías o por qué yo decía que eran policías”.
Gil Guzmán, quien pegó fichas de su hijo en todas partes, hasta en Venecia, vio que había personas que “sí han venido al país y saben lo que está pasando, pero hay quienes nunca han venido al país, entonces se sorprenden mucho que todo esto pasa aquí en México y que no solamente soy yo, sino somos más de miles de madres buscando a nuestros hijos o sufriendo esta tortura”.
Después de Italia, Gil Guzmán, la única madre buscadora que participó de América Latina en la caravana de este año, acudió a Bosnia y a Croacia, en el primer país se reunió con madres que perdieron a sus hijos en la guerra de la década de 1990.
“Allí yo siento que es diferente la visión porque ella sabe que sus hijos están muertos, pero nosotros aquí no sabemos que nuestros hijos estén muertos porque no los vimos, aunque a mí me lo hayan dicho, no es algo de que yo les pueda creer que mi hijo está muerto porque puede que sí, puede que no, que a lo mejor lo hacen para que yo pierda el tiempo buscando en el cerro”.

 

Busca su familia al joven Luis Ángel Tornez Manrique a casi 7 años de su desaparición

Ramón Gracida Gómez

A casi siete años de la desaparición del joven Luis Ángel Tornez Manrique en la glorieta de Puerto Marqués, su mamá aún le llama a su celular con la esperanza de que le conteste, y sus hermanas Érika y Angie buscan sus restos en los cerros de Acapulco porque la búsqueda oficial sólo quedó en una carpeta de investigación.
El 5 de abril de 2017, Luis Ángel, de 21 años, salió de su casa a cortarse el cabello y es la única información que tiene su familia de su desaparición. Sus hermanas indican que lo desaparecieron en la glorieta de Puerto Marqués, cerca de la colonia Nuevo Puerto Marqués, donde lo buscaron ayer con otras integrantes del colectivo Verdad, Memoria y Justicia y la Brigada Nacional de Búsqueda.
Ayer se hizo la primera búsqueda destinada a Luis Ángel, pero sus hermanas Erika y Angie Tornez Manrique han participado en otras jornadas del colectivo Verdad, Memoria y Justicia, al que pertenecen desde hace dos años y que encabeza Socorro Gil Guzmán, quien contactó a Angie para que participara en la exposición fotográfica que llevan a cabo en el Zócalo de Acapulco el primer sábado de cada mes.
“Y de ahí empezamos pues que era más accesible a salir a buscar algún familiar que estando sola como familia”, declaró Angie a El Sur después de cinco horas de buscarlo, al igual que a José Luis Ramírez Delgado, en el cerro detrás de la colonia Nuevo Puerto Marqués, cerca de la planta de Pepsi.
Cuando desapareció Luis Ángel, su familia no tenía conocimiento de que existieran instituciones y colectivos de familiares que acompañan a las víctimas y que hicieran búsquedas. Sus hermanas lo buscaron en los primeros años preguntando en las calles.
La familia levantó la denuncia ante las autoridades, “pero pues prácticamente quedó sólo en una carpeta porque nosotros fuimos, fuimos a Semefo (Servicio Médico Forense), dimos vueltas”, declaró Érika.
“Te pedían un papel, otro papel, muestras de ADN dejamos; fuimos a preguntar, pero ya con el paso del tiempo, nosotros, encontraban alguna fosa, salía en las noticias, íbamos a preguntar lo que encontraran, lo que fuera ropa”.
“Pero ya conforme fue pasando el tiempo ya decían que no, que mi familiar no podía ser ése, porque ya mi familiar tenía tantos meses y que él ya no era cuerpo, que ya eran restos”, indicó Érika. “Imagínese el sentir”: tristeza, frustración.
Y ahondó: “son tantas emociones que se juntan porque como yo les digo a ellas, tú no estás segura de que mi familiar murió ese día que desapareció. Yo pues tengo la esperanza, quisiera encontrarlo vivo, pero a como está la situación, tengo que buscarlo así”.
Luis Ángel trabajaba de mozo en el hotel Embassy, que se ubica en la avenida Costera, a un costado del supermercado Soriana de la colonia Costa Azul, frente al CICI. En el mismo edificio laboraba su hermana Angie.
“Él tenía una rutina, se podía decir, él entraba a trabajar a las 3 de la tarde, salía a las 11 de la noche. Por ser el hermano menor, nosotros bajábamos a traerlo, ya ve cómo está la situación. Nosotros vivimos en un lugar que tenemos que subir pues caminando y por la hora de la noche y la preocupación de él, que no le pasara nada, bajábamos a traerlo” a la carretera Cayaco-Puerto Marqués.
Luis Ángel “en malos pasos no andaba”, afirmó su hermana Érika, porque cuando salía del trabajo le marcaba a su mamá para avisarle que ya iba en camino a su casa para que fueran por él.
Después de que desapareció, nunca hubo una llamada de extorsión para pedirles dinero, no tuvieron más información de él, pero su familia lo sigue esperando porque “eso es lo que nos mueve, la fe de encontrarlo”.
Esta búsqueda les representa “esperanza, tal vez, pero a la vez tristeza, le digo, porque no lo queremos encontrar así, mi corazón quisiera encontrarlo vivo”, dijo Érika mientras se le empezaban a llenar los ojos de lágrimas y se entrecortaba su voz.
Sus hermanas le llevan varios años diferencia a Luis Ángel, Érika era adolescente cuando nació Luis Ángel, “era como que llegó un muñequito a tu casa. Imagínese, tenernos, tratarlo; de todas, era el más cariñoso de todos. En cuestión de mi mamá, te digo, para mi mamá era todo”.
“Mi familia se rompió: a partir de que él desapareció, no, lo desaparecieron, se rompió: ver llorando a mi mamá, caer enferma por lo mismo, la tristeza, la desesperación de no saber dónde está”.
Sus hermanas están tristes por no tener a Luis Ángel, les duele, pero se tienen que hacer fuertes por su mamá porque es la que sufre más y a sus hijas les duele verla así. “A veces ella tiene la esperanza, ella aún marca su número de teléfono con la esperanza de que le conteste”.
Hasta el viernes se van a hacer búsquedas para localizar los restos de Luis Ángel.