Bloqueos y quejas por reparto de enseres y despensas

En protesta porque el Ejército cambió sin aviso el lugar de entrega de los electrodomésticos del parque Papagayo a la plaza de Toros de Caletilla, damnificados de Otis bloquearon la avenida Costera el sábado, molestos además porque tenían hasta seis días esperando. Y ayer, cientos se aglomeraron en el Zócalo de Acapulco (imagen) preguntando por los recursos para la reconstrucción de sus viviendas que no les han entregado y por el resultado del segundo censo Foto: Carlos Carbajal

Bloquean vecinos de Barrios Históricos las avenidas Cuauhtémoc y Costera por los enseres

La Sedena cambia el lugar de entrega hasta la plaza de Toros, en la zona de Caletilla. Ayer se vuelven a formar afuera del parque Papagayo y les dicen que esperen a que su nombre aparezca en listas que se difundirán en redes

Aurora Harrison

Vecinos de Barrios Históricos bloquearon el sábado en dos momentos, cada uno por más de tres horas, las avenidas Cuauhtémoc y Costera, frente al parque Papagayo para exigir la entrega de los enseres domésticos, que el gobierno federal da a las personas censadas afectadas por el huracán Otis, porque dijeron que llevaban seis días formados.
El primer bloqueo fue de 10:30 de la mañana a una 1:30 de la tarde de manera simultánea en la avenida Cuauhtémoc y Costera; el segundo bloqueo fue de 6:30 de la tarde a 10 de la noche y sólo fue en la Costera y eso se debió a que hicieron falta 150 que les dijeran el día que tendrían que recoger sus enseres.
Ayer domingo en el parque Papagayo por la mañana y hasta poco antes del mediodía había unas 150 personas formadas esperando ficha para recibir sus enseres. El sábado y domingo no se entregaron enseres en la sede del parque Papagayo.
Unos 100 vecinos de los Barrios Históricos hicieron el primer bloqueo a las 10:30 de la mañana del sábado en la avenida Cuauhtémoc y simultáneamente en la Costera, eso ocasionó un fuerte congestionamiento vial y que los automovilistas se bajaran de sus carros y pidieran a los inconformes que se quitaran o que su bloqueo fuera intermitente.
Una de las vecinas dijo que la inconformidad es porque la Secretaría de la Defensa Nacional cambió el lugar de entrega de los enseres, del parque Papagayo hasta la plaza de Toros, en la zona de Caletilla, en la zona Tradicional de Acapulco.
“Tenemos seis días y noches durmiendo aquí, y el viernes por la noche el Ejército pasó y dijo que se cancelaba la sede en el parque Pa-pagayo y que nos fuéramos a nuestras casas porque habría un evento de la gobernadora, pero no es justo que después de seis días que estamos en el rayo del sol salgan a decirnos que se cambia la sede”, dijo.
Abundó que el Ejército tuvo la responsabilidad de la logística, porque pensaron que los Barrios Históricos era una sola colonia y “ellos tuvieron la culpa al no especificar las colonias que de verdad eran, porque pusieron la colonia Centro y Barrios Históricos y somos muchos barrios, queremos una solución, llevamos seis días”.
“La Secretaría de Bienestar debe de estar dando la cara y poniendo orden en la entrega para que no suceda esto, y que el Ejército sea más accesible y no sea tan grosero”, dijo.
En la avenida Costera los inconformes colocaron láminas, tabicones, cajas de madera para que los vehículos no pudieran pasar, eso causó molestia entre los conductores que se bajaron e intercambiaron palabras con los inconformes; incluso un adulto mayor que traía unas muletas se tiró al piso para que los taxistas no pudieran pasar.
Mientras que en el bloqueo que estaba en la avenida Cuauhtémoc los inconformes usaron unas cartulinas y fueron atendidos por efectivos de la Guardia Nacional. Fue poco antes de las 12 del día que llegó el director de Gobernación, Ramón Montiel Mejía; el delegado de Gobernación del estado, Osiel Morales Nava, y un coronel del Ejército a dialogar con los manifestantes y ahí estuvieron por más de una hora.
El coronel del Ejército estuvo fuertemente resguardado por soldados y policías de la Guardia Nacional, que después del diálogo y aceptar el acuerdo recorrió la fila para constatar la organización de las personas y que recibieran algún registro previo para conservar tal orden y así les entregasen los enseres en días posteriores.
Se quitaron después de 1 de la tarde del sábado, a casi tres horas de bloqueo, tras acordar que se les entregaría una ficha para que recojan los enseres por lo menos a las que llevaban hasta seis días formados, les serán entregados en el parque Papagayo.
El segundo bloqueo fue poco antes de las 7 de la noche del sábado en la avenida Costera y se debió a que nada más atendieron a 150 personas, que a esas se les iban a dar los enseres sin que tuvieran que hacer fila, pero que eran más los que estaban formados, incluyendo los adultos mayores que estaban en una fila diferente.
Sólo bloquearon la avenida Costera en ambos sentidos, lo que causo congestionamiento y aunque las autoridades dialogaban con ellos y les daban propuestas de solución, los vecinos estuvieron hasta las 10 de la noche bloqueando la vialidad.
Ayer domingo unas 150 personas amanecieron haciendo fila afuera del parque Papagayo en espera de que les dieran la ficha y el día en que tenían que regresar para recibir sus enseres. Fue el caso de Jaqueline Padilla, que dijo que ella tiene siete días con el de ayer domingo “en vela para recibir el apoyo del gobierno”.
Recordó que el sábado se bloqueó en dos ocasiones porque el Ejército hizo un “desorden” al avisar que ya le correspondía a los damnificados de la colonia Centro, pero después que “siempre no, y eso nos desconcertó por eso es que se bloqueó, porque nadie daba solución y nosotros pedíamos y no nos daban”.
“Hubo un pequeño mal entendido de que algunos sí empezaron a abusar y que no querían estar esperando y empezaron a vender sus lugares y ahí es donde se hizo la complicación, los oficiales decidieron retirarse”, dijo la damnificada.
Al lugar llegó un coronel del Ejército quien les pidió a los que estaban formados los nombres de las zonas en donde vivían, cuántos eran y que esperaran a que en las redes sociales saliera su colonia y que les iban a dar prioridad, que no se quedaran a dormir porque no sabían cuando se iba a habilitar el parque para la entrega de enseres.

Preguntan en el Zócalo por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo

Argenis Salmerón

Ayer hubo largas filas de personas en la explanada del Zócalo, en el módulo de la Secretaría del Bienestar federal, para preguntar por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo de las viviendas afectadas por el huracán Otis.
En los módulos de la Secretaría del Bienestar federal había desorden con las filas y personas con dudas del pago y resultados del segundo censo.
En pleno rayo del sol, las personas se cubrieron con sombrillas y cartones y la mayoría llevaba una carpeta con diferentes documentos.
En la fila iban los que les llamaron del segundo censo para pagarles y los que fueron censados en la primera etapa, pero que no podían cobrar.
Otros para informarse del resultado del segundo censo. Según los damnificados, tenían formados de cinco a seis horas.
Se quejaron que no había organización por parte de los “Servidores de la Nación” y módulos específicos para los diferentes casos.
La señora de la colonia Centro, Agustina Gómez Lázaro, dijo que no ha podido cobrar ningún pago, “porque según los ‘Servidores de la Nación’, no están mis datos”, y “yo tengo cintillo, ya comprobé con fotos y fueron a verificar”.
“No entiendo el problema, todo está en orden, lo que pasó fue que no me capturaron mis datos desde un principio, porque no encuentro la lógica”, reclamó.
Sostuvo que ya se gastó lo que no tiene de dinero, “me quedé sin empleo por el huracán Otis, y no he recibido mi apoyo federal, siendo que fui damnificada por el huracán Otis”.
La señora de la colonia La Mira, Carolina Miranda Sánchez, manifestó que fue a preguntar del resultado del segundo censo.
“Yo llame a la línea del Bienestar, también entregue documentación y me fueron a verificar, y como hay personas que ya les dieron el dinero, vine a preguntar”, puntualizó.
Reconoció que después de dos días del huracán Otis se fue de Acapulco por “mis dos niños, no había luz, ni comida”.
“Se me pasó el primer censo, pero me registré cuando el presidente dijo que nadie se iba quedar con la ayuda y por eso estoy aquí formada para pedir información”, destacó.
Argumentó que tuvo pérdidas en su casa como su techo y sus enseres domésticos, “me quedé con mis paredes de ladrillo y como pudimos nos protegimos de los vientos”.

 

Genera la entrega de despensas en plaza
Patio oportunidades para el autoempleo

Comerciantes informales recorren las filas o se establecen en un sitio para ofrecer sus alimentos y mercancías. De manera muy discreta se ubican también quienes apartan espacios para obtener un ingreso adicional

Daniel Velázquez

El reparto de despensas en el estacionamiento de plaza Patio es una oportunidad para el autoempleo, decenas de comerciantes informales recorren las filas o se ubican en un sitio para ofrecer sus mercancías y también un ingreso adicional para quienes apartan espacios.
Al menos unas 35 personas ofrecen diferentes productos a quienes esperan por días una despensa del gobierno federal, sus ventas dependen de la afluencia y de la permanencia de las personas formadas en la fila.
Los lugares en la formación para recibir una despensa también son una mercancía, se venden en 100 pesos, pero la garantía depende del ofertante y que las despensas que entreguen, algunos cobran al llegar y otros cuando se recibe la despensa.
Las ventas comienzan desde la madrugada, a las 5 de la mañana empiezan a ofrecer a las personas formadas en la fila cafe y té en 15 pesos, atole de avena en 20 pesos y chocolate en 25 pesos más una pieza de pan en 8 pesos o un bolillo en 7 pesos.
Conforme va amaneciendo, el menú se amplia, llegan vendedoras de yogurt hecho en casa, gelatinas, churros y hotcakes, cada producto se vende en 20 pesos.
Después se incorporan los vendedores de volovanes a 25 pesos, cocas de 10 y 15 pesos, y agua de 10 y 20 pesos y electrolitos en 25 pesos.
Después llegan las vendedoras de elotes, tamales y tacos, van en triciclos o en carritos de supermercados con sus mercancías o se aposentan en la banqueta con una mesa, los alimentos que venden y bancos. También llega la vendedora de botanas, pistaches y golosinas.
Sobre la banqueta, en torno al estacionamiento de plaza Patio están dispersos ocho puestos improvisados de venta de tacos de canasta, la orden se vende en 45 pesos, las gorditas de manteca a diez pesos la pieza, las picadas a 50 la orden, los tacos de guisado en 50, relleno ofrece sus tortas en 35 pesos, tamales en 25 pesos.
La mayoría de las vendedoras son mujeres, los hombres sólo venden bolillo, refrescos, volovanes, gelatinas, cremas de Maizena, chips para teléfonos celulares.
Las mujeres venden todo lo que es posible ofrecer de alimentos, pescadillas, bolillos rellenos con guisado, mole o salpicón, recorren la fila de extremo a extremo mientras ofrecen la orden en 45 pesos, quienes venden chilate en 20 pesos, el agua de sabor en 15, las paletas de hielo en 12 pesos, los algodones de azúcar en 30 pesos.
También hay músicos que recorren la fila entonando canciones y a cambio reciben propina.
Los venta de espacios en la fila es discreta, se pacta por teléfono, en la red de mensajería instantanea de WhatsApp con al menos un día de anticipación o vía telefónica, nadie lo grita pero es un secreto que todos saben, las personas que compran espacios llegan despues de las 6 de la mañana, y se nota su apariencia lucen muy diferentes a quienes pasaron la noche en la banqueta.
Las despensas que entrega la Marina en plaza Patio nunca alcanzan, las filas son incalculables, de unos dos kilómetros más las personas que permanecen aglutinadas en grupos de 30 o más ciudadanos. En un monitoreo hecho del 8 al 11 de febrero se constató que las personas que tenían por costumbre madrugar, llegaban a las 4 o 5 de la mañana ya no alcanzaban despensas porque mucha gente se aglutina en la fila y los de atrás nunca avanzan, eso sucedió miércoles, jueves, viernes y sábado, la única fila que avanzaba era la de adultos mayores pero la fila de los menores de 60 años permaneció estancada, sólo avanzó cuando se terminaban las despensas y la gente se iba.
Otro factor que influye en que la fila no avance es que entre semana la Marina reparte uno, dos o tres tráilers, el viernes 9 de febrero, de acuerdo con el testimonio de una vecina, sólo repartieron 480 despensas, sostuvo que ella las contó, “la fila no avanzó ni un paso”, sólo se entregron a los que estaban aglutinados en la puerta, los marinos terminaron en media hora y se retiraron. Ese día hubo reclamos de la gente, del porque entregaron tan poquitas, la misma vecina contó que un marino le dijo “¿todavía tienen hambre? tantas despensas que les hemos dado”.
El sábado llegaron tres tráilers, el domingo llegaron cinco tráilers, estos dos días, se pudo observar que “ir a las despensas” se ha vuelto parte de la actividad dominguera de los acapulqueños de la zona suburbana del municipio, llegan familias enteras a ocupar los espacios que un familiar apartó durante toda la semana, llegan mujeres con bebés en brazos o con menores, y los dos adultos se forman para canjear dos vales porque entre semana esa actividad se ha vuelto imposible. Los marinos estuvieron recibiendo los cupones 10, 11 y 12.
Este domingo los marinos modificaron la estrategia de reparto de despensas, metieron a personas formadas al final de la fila, que son las que nunca alcanzan y mantuvieron en suspenso a quienes se apuestan sobre la reja del estacionamiento y que son quienes apartan espacios, estos estuvieron pasando en grupos de cinco o diez personas, para conseguirlo primer despejaron el acceso principal al área de entrega de despensas y luego realizaron su plan, con lo que se formaron tres filas para la entrega de despensas.
En plaza Patio también está una cuarta fila, la que atiende sólo a familiares de soldados y marinos, trabajadores del gobierno federal y de la plaza comercial, ellos se forman dentro del estacionamiento de la plaza sin aglomeraciones y ahí reciben las depensas.

Entrega Bienestar unos 650 créditos a la palabra a clavadistas y prestadores de servicios

Aurora Harrison

Unos 650 créditos a la palabra fueron entregados ayer a clavadistas y prestadores de servicios que fueron afectados por el huracán Otis, por parte de Financiera para el Bienestar, con un aproximado de 16 millones 300 mil pesos, informó la directora Rocío Mejía Flores.
Ayer en el Centro de Convenciones junto a la secretaria de Fomento y Desarrollo Económico, Teodora Ramírez Vega y el secretario de Turismo del estado, Santos Ramírez Cuevas, la funcionaria dijo que los beneficiarios recibieron dicho apoyo.
En su mensaje dijo que en las sucursales de Telecom que están en Ciudad Renacimiento, Centro y en Xaltianguis podrán acudir para recibir el apoyo que se les está entregando, este crédito a la palabra con tasa de interés cero porque no van a pagar intereses.
“La idea es reactivar el negocio y en septiembre empezar a pagar los 834 pesos por 30 meses”, dijo la funcionaria federal que indicó que a partir del viernes en las sucursales van a poder cobrar el apoyo.
Dijo que son montos de 25 mil pesos como anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, que “se les está dando seis meses de gracia, en ese tiempo no van a pagar hasta septiembre”.
Entre los que recibieron el apoyo son 31 clavadistas y 623 prestadores de servicios, como guías de turistas, camaristas, tolderos, restauranteros y el martes se va a continuar con hoteles, restaurantes para luego seguir con los comerciantes de plazas de artesanías y otros giros que nos han solicitado el apoyo.
“Calculamos unas 15 mil personas que cuando se acabe el monto de los 500 millones de pesos en ese momento terminamos”, dijo la funcionaria federal que esto seguirá hasta que se termine de entregar el apoyo a los micro y pequeños negocios.
Explicó que sí se está apoyando a hoteles pequeños que pueden tener hasta 50 trabajadores y “nos han pedido hasta 100, 200 y 300 mil pesos” para que inviertan en la rehabilitación de sus negocios o para comprar equipo que se le dañó con el huracán.
“Los hoteles y restaurantes lo han estado invirtiendo en equipo, más sillas, más mesas o en el horno que se les echó a perder y es que es importante que utilicen este recurso para su negocio y le vamos a dar seguimiento con la secretaría”, declaró la funcionaria.
Recordó que los créditos a la palabra ya no se habían entregada desde que pasó la pandemia de Covid-19, y lo que se daba eran las Tandas para el Bienestar y ahora se les llama créditos solidarios o créditos productivos que van a las personas que tuvieron una tanda y que cubrieron el 100 por ciento y pagaron.
“En todo el país estamos colocando unos 40 mil créditos en todo el país, que ya ahorita estamos aquí trabajando en todos los demás estados para que puedan cobrar”, dijo.
En su intervención el secretario de Turismo, Santos Ramírez Cuevas, dijo que Acapulco tiene una carrera contra el tiempo en la recuperación de las habitaciones de hotel, pues dijo que era un destino de 19 mil cuartos y eso permitía una gran movilidad de turistas.
“Hoy tenemos 6 mil 500 habitaciones y para Semana Santa espera estar en 7 mil 500 u 8 mil habitaciones para tener lo mínimo”, dijo el funcionario que mencionó que también se trabaja en la conectividad aérea.

Preguntan en el Zócalo por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo

Argenis Salmerón

Ayer hubo largas filas de personas en la explanada del Zócalo, en el módulo de la Secretaría del Bienestar federal, para preguntar por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo de las viviendas afectadas por el huracán Otis.
En los módulos de la Secretaría del Bienestar federal había desorden con las filas y personas con dudas del pago y resultados del segundo censo.
En pleno rayo del sol, las personas se cubrieron con sombrillas y cartones y la mayoría llevaba una carpeta con diferentes documentos.
En la fila iban los que les llamaron del segundo censo para pagarles y los que fueron censados en la primera etapa, pero que no podían cobrar.
Otros para informarse del resultado del segundo censo. Según los damnificados, tenían formados de cinco a seis horas.
Se quejaron que no había organización por parte de los “Servidores de la Nación” y módulos específicos para los diferentes casos.
La señora de la colonia Centro, Agustina Gómez Lázaro, dijo que no ha podido cobrar ningún pago, “porque según los ‘Servidores de la Nación’, no están mis datos”, y “yo tengo cintillo, ya comprobé con fotos y fueron a verificar”.
“No entiendo el problema, todo está en orden, lo que pasó fue que no me capturaron mis datos desde un principio, porque no encuentro la lógica”, reclamó.
Sostuvo que ya se gastó lo que no tiene de dinero, “me quedé sin empleo por el huracán Otis, y no he recibido mi apoyo federal, siendo que fui damnificada por el huracán Otis”.
La señora de la colonia La Mira, Carolina Miranda Sánchez, manifestó que fue a preguntar del resultado del segundo censo.
“Yo llame a la línea del Bienestar, también entregue documentación y me fueron a verificar, y como hay personas que ya les dieron el dinero, vine a preguntar”, puntualizó.
Reconoció que después de dos días del huracán Otis se fue de Acapulco por “mis dos niños, no había luz, ni comida”.
“Se me pasó el primer censo, pero me registré cuando el presidente dijo que nadie se iba quedar con la ayuda y por eso estoy aquí formada para pedir información”, destacó.
Argumentó que tuvo pérdidas en su casa como su techo y sus enseres domésticos, “me quedé con mis paredes de ladrillo y como pudimos nos protegimos de los vientos”.