Siguen formados a la espera de enseres a pesar de que no se están entregando

A pesar que no hay entrega de enseres domésticos afuera del centro acuático El Rollo, las personas siguen formadas porque temen que se acaben los artículos otorgados por el gobierno federal tras el impacto del huracán Otis.
Aseguraron que hay pocos enseres domésticos que reparte el Ejército, porque suspenden las entregas de uno a tres días.
La vecina de la colonia Bocamar, Adolfina Flores Mancilla, se quejó que llevaba más de 48 horas formada para recibir sus enseres domésticos, afuera del centro acuático El Rollo.
“Se están acabando los enseres, así como pasó con las despensas, ahora posponen la entrega, antes no pasaba eso, constante y todos los días”, manifestó.
Expresó: “yo no voy a esperar el comunicado, porque cuando salga ya no habrá lugar para formase, todos ahora están cazando los enseres”.
El señor Gerardo Solís Mendoza del fraccionamiento Marroquín, dijo que los enseres se están terminando y teme que se quede sin los artículos.
“El Ejército dice que esperemos el llamado, y cuando salgan las colonias asignadas no voy a alcanzar”, puntualizó. (Argenis Salmerón).

 

Continúan en Renacimiento las filas a pesar de la suspensión de la entrega de enseres

A pesar de que el Ejército suspendió la entrega de enseres en la colonia Ciudad Renacimiento, porque se acabaron las estufas, la gente continúa haciendo fila y algunas ya van para cinco días.
Una de ellas es la señora Blanca, de Paso Limonero, quien es la primera persona que se encuentra en la fila para recibirlos una vez que se reanude la entrega. Sentada en un sillón de los llamados Acapulco la señora Blanca dijo que quedó a un “pelito”, pero espera que ya hoy se los puedan entregar y dijo que llegó el lunes a la fila donde se ha turnado con otras personas para guardar los espacios.
Comentó que no ha podido hacer la reconstrucción de su casa porque no hay mano de obra y el material está muy caro –el carro de grava está en 5 mil pesos y la tonelada de cemento en 4 mil 500–, pero sí se puede encargar.
En un recorrido alrededor de las 2 de la tarde por la unidad deportiva Jorge Campos de Ciudad Renacimiento había unas 100 personas cubriéndose con sombrillas de los intensos rayos del sol. En el lugar había decenas de sillones cubriendo espacios y las personas explicaron que hay listas en “bloques de 10” donde unos se quedan en la tarde y otros en la noche. Cuando ya van llegando los efectivos recogen esas listas para irlos pasando.
Una de las señoras comentó que ella tenía un lugar después del 400 y que había llegado la tarde del miércoles, por lo que esperaba no tardan muchos días. La fila rodea más de la mitad de lo que es la unidad deportiva donde la gente tiene que estar entre la basura y las moscas.
El Ejército emitió un comunicado informando que este jueves no habría entrega de enseres, porque no tenían estufas para completar el paquete que se está entregando a los afectados por el huracán Otis. (Karina Contreras).

Tardan vecinos de la Garita hasta ocho horas en la fila para recibir una despensa

Argenis Salmerón

Vecinos de la colonia Del Valle, colindante con la Garita, se quejaron que tardaron de seis a ocho horas formados para recibir una despensa y que la mayoría de los vecinos tienen la mayoría de los cupones, porque aseguraron que los soldados no acuden a repartir.
La fila de personas estuvo en la calle África, que conecta de la avenida Cuauhtémoc a la avenida Farallón.
En la línea la mayoría eran mujeres, adultas mayores o amas de casa, formadas en 300 metros aproximadamente.
Las mujeres se cubrían del sol con paraguas, cartón y bolsa de mano, y algunas sentadas en silla de plástico portátiles.
En declaraciones a El Sur, la vecina Gladys Morales Villalobos dijo que tardó en recibir una despensa de seis a ocho horas formada.
Criticó que esta semana los soldados piden cupones del 1 a 11, dos por una despensa y el 12, que es el último a cambio de una despensa.
Manifestó que solamente ha cambiado seis cupones de 12, “es que trabajo y no tengo tiempo para hacer fila por tanto tiempo”.
Reclamó que hay personas que otras colonias y vienen a recoger las despensas, “se bajan de sus carros o se llaman por teléfono”.
Recalco: “aquí también se apartan lugares o se meten a la fila cinco personas, por eso en ocasiones no alcanzan los de las colonias asignadas”.
Declaró que “hay personas que se suben en sillas de ruedas, sin ocuparla para pasar primero por la despensa, una vez descubrimos eso, hasta donde ha llegado la gente”.
“Todavía no voy por mis enseres domésticos, en los trabajos no dan permiso para eso, voy a ver cómo le hago o al final que me descuenten el día”, comentó.
Una despensa contiene un kilogramo de azúcar, arroz, frijol, jabón de tocador, sopa, atún, sardinas, papel sanitario, harina de maíz, pan blanco, medio casillero de huevo, un litro de aceite y la tarjeta de regalo.

Llama el Ejército a denunciar a quienes apartan y venden espacios en la entrega de enseres

A partir de este lunes, el Ejército pidió a la población denunciar aquellas personas que vendan o aparten lugares en la fila de entrega de enseres domésticos.
La medida de la Sedena se debe a que ha habido diferentes denuncias de personas, que se forman por más de 48 horas en los puntos establecidos.
En la mayoría de la sedes establecidas para la entrega de enseres domésticos se venden los espacios en cantidades que van de 500 a mil pesos.
Las sedes establecidas del Ejército para entregar los enseres domésticos son plaza Patio, Ciudad Renacimiento, Emiliano Zapata, afuera de centro acuático El Rollo y el parque Papagayo.
De manera intirerante en la UDA, afuera de la iglesia Nuestra Señora de Fátima, en jardín Mangos; atrás de la tienda Chedraui y afuera de la tienda Aurrerá en la colonia San Isidro.
En un comunicado del Ejército, que da a conocer el rol diario establecido de entrega de despensa, enseres domésticos y atención médica en Acapulco y Coyuca de Benítez, el domingo dio a conocer nuevas recomendaciones.
Pidió a la ciudadanía denunciar ante la Guardia Nacional la venta de espacios o aparta espacios en la fila de los enseres domésticos y que no se dejen sorprender.
Se indica que los enseres domésticos son entregados de formar personalizada, y que son entregados conforme el rol establecido.
Se añade que denuncien a los que se aprovechen de la necesidad. Advirtió que que caso de sorprender vendiendo lugares o apartando puede denunciar.
“No seas parte del problema. No compres lugares”, se recomienda y recuerda que si se cuenta con el cintillo está garantizada la entrega de enseres domésticos. (Argenis Salmerón).

 

Bloqueos y quejas por reparto de enseres y despensas

En protesta porque el Ejército cambió sin aviso el lugar de entrega de los electrodomésticos del parque Papagayo a la plaza de Toros de Caletilla, damnificados de Otis bloquearon la avenida Costera el sábado, molestos además porque tenían hasta seis días esperando. Y ayer, cientos se aglomeraron en el Zócalo de Acapulco (imagen) preguntando por los recursos para la reconstrucción de sus viviendas que no les han entregado y por el resultado del segundo censo Foto: Carlos Carbajal

Bloquean vecinos de Barrios Históricos las avenidas Cuauhtémoc y Costera por los enseres

La Sedena cambia el lugar de entrega hasta la plaza de Toros, en la zona de Caletilla. Ayer se vuelven a formar afuera del parque Papagayo y les dicen que esperen a que su nombre aparezca en listas que se difundirán en redes

Aurora Harrison

Vecinos de Barrios Históricos bloquearon el sábado en dos momentos, cada uno por más de tres horas, las avenidas Cuauhtémoc y Costera, frente al parque Papagayo para exigir la entrega de los enseres domésticos, que el gobierno federal da a las personas censadas afectadas por el huracán Otis, porque dijeron que llevaban seis días formados.
El primer bloqueo fue de 10:30 de la mañana a una 1:30 de la tarde de manera simultánea en la avenida Cuauhtémoc y Costera; el segundo bloqueo fue de 6:30 de la tarde a 10 de la noche y sólo fue en la Costera y eso se debió a que hicieron falta 150 que les dijeran el día que tendrían que recoger sus enseres.
Ayer domingo en el parque Papagayo por la mañana y hasta poco antes del mediodía había unas 150 personas formadas esperando ficha para recibir sus enseres. El sábado y domingo no se entregaron enseres en la sede del parque Papagayo.
Unos 100 vecinos de los Barrios Históricos hicieron el primer bloqueo a las 10:30 de la mañana del sábado en la avenida Cuauhtémoc y simultáneamente en la Costera, eso ocasionó un fuerte congestionamiento vial y que los automovilistas se bajaran de sus carros y pidieran a los inconformes que se quitaran o que su bloqueo fuera intermitente.
Una de las vecinas dijo que la inconformidad es porque la Secretaría de la Defensa Nacional cambió el lugar de entrega de los enseres, del parque Papagayo hasta la plaza de Toros, en la zona de Caletilla, en la zona Tradicional de Acapulco.
“Tenemos seis días y noches durmiendo aquí, y el viernes por la noche el Ejército pasó y dijo que se cancelaba la sede en el parque Pa-pagayo y que nos fuéramos a nuestras casas porque habría un evento de la gobernadora, pero no es justo que después de seis días que estamos en el rayo del sol salgan a decirnos que se cambia la sede”, dijo.
Abundó que el Ejército tuvo la responsabilidad de la logística, porque pensaron que los Barrios Históricos era una sola colonia y “ellos tuvieron la culpa al no especificar las colonias que de verdad eran, porque pusieron la colonia Centro y Barrios Históricos y somos muchos barrios, queremos una solución, llevamos seis días”.
“La Secretaría de Bienestar debe de estar dando la cara y poniendo orden en la entrega para que no suceda esto, y que el Ejército sea más accesible y no sea tan grosero”, dijo.
En la avenida Costera los inconformes colocaron láminas, tabicones, cajas de madera para que los vehículos no pudieran pasar, eso causó molestia entre los conductores que se bajaron e intercambiaron palabras con los inconformes; incluso un adulto mayor que traía unas muletas se tiró al piso para que los taxistas no pudieran pasar.
Mientras que en el bloqueo que estaba en la avenida Cuauhtémoc los inconformes usaron unas cartulinas y fueron atendidos por efectivos de la Guardia Nacional. Fue poco antes de las 12 del día que llegó el director de Gobernación, Ramón Montiel Mejía; el delegado de Gobernación del estado, Osiel Morales Nava, y un coronel del Ejército a dialogar con los manifestantes y ahí estuvieron por más de una hora.
El coronel del Ejército estuvo fuertemente resguardado por soldados y policías de la Guardia Nacional, que después del diálogo y aceptar el acuerdo recorrió la fila para constatar la organización de las personas y que recibieran algún registro previo para conservar tal orden y así les entregasen los enseres en días posteriores.
Se quitaron después de 1 de la tarde del sábado, a casi tres horas de bloqueo, tras acordar que se les entregaría una ficha para que recojan los enseres por lo menos a las que llevaban hasta seis días formados, les serán entregados en el parque Papagayo.
El segundo bloqueo fue poco antes de las 7 de la noche del sábado en la avenida Costera y se debió a que nada más atendieron a 150 personas, que a esas se les iban a dar los enseres sin que tuvieran que hacer fila, pero que eran más los que estaban formados, incluyendo los adultos mayores que estaban en una fila diferente.
Sólo bloquearon la avenida Costera en ambos sentidos, lo que causo congestionamiento y aunque las autoridades dialogaban con ellos y les daban propuestas de solución, los vecinos estuvieron hasta las 10 de la noche bloqueando la vialidad.
Ayer domingo unas 150 personas amanecieron haciendo fila afuera del parque Papagayo en espera de que les dieran la ficha y el día en que tenían que regresar para recibir sus enseres. Fue el caso de Jaqueline Padilla, que dijo que ella tiene siete días con el de ayer domingo “en vela para recibir el apoyo del gobierno”.
Recordó que el sábado se bloqueó en dos ocasiones porque el Ejército hizo un “desorden” al avisar que ya le correspondía a los damnificados de la colonia Centro, pero después que “siempre no, y eso nos desconcertó por eso es que se bloqueó, porque nadie daba solución y nosotros pedíamos y no nos daban”.
“Hubo un pequeño mal entendido de que algunos sí empezaron a abusar y que no querían estar esperando y empezaron a vender sus lugares y ahí es donde se hizo la complicación, los oficiales decidieron retirarse”, dijo la damnificada.
Al lugar llegó un coronel del Ejército quien les pidió a los que estaban formados los nombres de las zonas en donde vivían, cuántos eran y que esperaran a que en las redes sociales saliera su colonia y que les iban a dar prioridad, que no se quedaran a dormir porque no sabían cuando se iba a habilitar el parque para la entrega de enseres.

Preguntan en el Zócalo por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo

Argenis Salmerón

Ayer hubo largas filas de personas en la explanada del Zócalo, en el módulo de la Secretaría del Bienestar federal, para preguntar por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo de las viviendas afectadas por el huracán Otis.
En los módulos de la Secretaría del Bienestar federal había desorden con las filas y personas con dudas del pago y resultados del segundo censo.
En pleno rayo del sol, las personas se cubrieron con sombrillas y cartones y la mayoría llevaba una carpeta con diferentes documentos.
En la fila iban los que les llamaron del segundo censo para pagarles y los que fueron censados en la primera etapa, pero que no podían cobrar.
Otros para informarse del resultado del segundo censo. Según los damnificados, tenían formados de cinco a seis horas.
Se quejaron que no había organización por parte de los “Servidores de la Nación” y módulos específicos para los diferentes casos.
La señora de la colonia Centro, Agustina Gómez Lázaro, dijo que no ha podido cobrar ningún pago, “porque según los ‘Servidores de la Nación’, no están mis datos”, y “yo tengo cintillo, ya comprobé con fotos y fueron a verificar”.
“No entiendo el problema, todo está en orden, lo que pasó fue que no me capturaron mis datos desde un principio, porque no encuentro la lógica”, reclamó.
Sostuvo que ya se gastó lo que no tiene de dinero, “me quedé sin empleo por el huracán Otis, y no he recibido mi apoyo federal, siendo que fui damnificada por el huracán Otis”.
La señora de la colonia La Mira, Carolina Miranda Sánchez, manifestó que fue a preguntar del resultado del segundo censo.
“Yo llame a la línea del Bienestar, también entregue documentación y me fueron a verificar, y como hay personas que ya les dieron el dinero, vine a preguntar”, puntualizó.
Reconoció que después de dos días del huracán Otis se fue de Acapulco por “mis dos niños, no había luz, ni comida”.
“Se me pasó el primer censo, pero me registré cuando el presidente dijo que nadie se iba quedar con la ayuda y por eso estoy aquí formada para pedir información”, destacó.
Argumentó que tuvo pérdidas en su casa como su techo y sus enseres domésticos, “me quedé con mis paredes de ladrillo y como pudimos nos protegimos de los vientos”.

 

Genera la entrega de despensas en plaza
Patio oportunidades para el autoempleo

Comerciantes informales recorren las filas o se establecen en un sitio para ofrecer sus alimentos y mercancías. De manera muy discreta se ubican también quienes apartan espacios para obtener un ingreso adicional

Daniel Velázquez

El reparto de despensas en el estacionamiento de plaza Patio es una oportunidad para el autoempleo, decenas de comerciantes informales recorren las filas o se ubican en un sitio para ofrecer sus mercancías y también un ingreso adicional para quienes apartan espacios.
Al menos unas 35 personas ofrecen diferentes productos a quienes esperan por días una despensa del gobierno federal, sus ventas dependen de la afluencia y de la permanencia de las personas formadas en la fila.
Los lugares en la formación para recibir una despensa también son una mercancía, se venden en 100 pesos, pero la garantía depende del ofertante y que las despensas que entreguen, algunos cobran al llegar y otros cuando se recibe la despensa.
Las ventas comienzan desde la madrugada, a las 5 de la mañana empiezan a ofrecer a las personas formadas en la fila cafe y té en 15 pesos, atole de avena en 20 pesos y chocolate en 25 pesos más una pieza de pan en 8 pesos o un bolillo en 7 pesos.
Conforme va amaneciendo, el menú se amplia, llegan vendedoras de yogurt hecho en casa, gelatinas, churros y hotcakes, cada producto se vende en 20 pesos.
Después se incorporan los vendedores de volovanes a 25 pesos, cocas de 10 y 15 pesos, y agua de 10 y 20 pesos y electrolitos en 25 pesos.
Después llegan las vendedoras de elotes, tamales y tacos, van en triciclos o en carritos de supermercados con sus mercancías o se aposentan en la banqueta con una mesa, los alimentos que venden y bancos. También llega la vendedora de botanas, pistaches y golosinas.
Sobre la banqueta, en torno al estacionamiento de plaza Patio están dispersos ocho puestos improvisados de venta de tacos de canasta, la orden se vende en 45 pesos, las gorditas de manteca a diez pesos la pieza, las picadas a 50 la orden, los tacos de guisado en 50, relleno ofrece sus tortas en 35 pesos, tamales en 25 pesos.
La mayoría de las vendedoras son mujeres, los hombres sólo venden bolillo, refrescos, volovanes, gelatinas, cremas de Maizena, chips para teléfonos celulares.
Las mujeres venden todo lo que es posible ofrecer de alimentos, pescadillas, bolillos rellenos con guisado, mole o salpicón, recorren la fila de extremo a extremo mientras ofrecen la orden en 45 pesos, quienes venden chilate en 20 pesos, el agua de sabor en 15, las paletas de hielo en 12 pesos, los algodones de azúcar en 30 pesos.
También hay músicos que recorren la fila entonando canciones y a cambio reciben propina.
Los venta de espacios en la fila es discreta, se pacta por teléfono, en la red de mensajería instantanea de WhatsApp con al menos un día de anticipación o vía telefónica, nadie lo grita pero es un secreto que todos saben, las personas que compran espacios llegan despues de las 6 de la mañana, y se nota su apariencia lucen muy diferentes a quienes pasaron la noche en la banqueta.
Las despensas que entrega la Marina en plaza Patio nunca alcanzan, las filas son incalculables, de unos dos kilómetros más las personas que permanecen aglutinadas en grupos de 30 o más ciudadanos. En un monitoreo hecho del 8 al 11 de febrero se constató que las personas que tenían por costumbre madrugar, llegaban a las 4 o 5 de la mañana ya no alcanzaban despensas porque mucha gente se aglutina en la fila y los de atrás nunca avanzan, eso sucedió miércoles, jueves, viernes y sábado, la única fila que avanzaba era la de adultos mayores pero la fila de los menores de 60 años permaneció estancada, sólo avanzó cuando se terminaban las despensas y la gente se iba.
Otro factor que influye en que la fila no avance es que entre semana la Marina reparte uno, dos o tres tráilers, el viernes 9 de febrero, de acuerdo con el testimonio de una vecina, sólo repartieron 480 despensas, sostuvo que ella las contó, “la fila no avanzó ni un paso”, sólo se entregron a los que estaban aglutinados en la puerta, los marinos terminaron en media hora y se retiraron. Ese día hubo reclamos de la gente, del porque entregaron tan poquitas, la misma vecina contó que un marino le dijo “¿todavía tienen hambre? tantas despensas que les hemos dado”.
El sábado llegaron tres tráilers, el domingo llegaron cinco tráilers, estos dos días, se pudo observar que “ir a las despensas” se ha vuelto parte de la actividad dominguera de los acapulqueños de la zona suburbana del municipio, llegan familias enteras a ocupar los espacios que un familiar apartó durante toda la semana, llegan mujeres con bebés en brazos o con menores, y los dos adultos se forman para canjear dos vales porque entre semana esa actividad se ha vuelto imposible. Los marinos estuvieron recibiendo los cupones 10, 11 y 12.
Este domingo los marinos modificaron la estrategia de reparto de despensas, metieron a personas formadas al final de la fila, que son las que nunca alcanzan y mantuvieron en suspenso a quienes se apuestan sobre la reja del estacionamiento y que son quienes apartan espacios, estos estuvieron pasando en grupos de cinco o diez personas, para conseguirlo primer despejaron el acceso principal al área de entrega de despensas y luego realizaron su plan, con lo que se formaron tres filas para la entrega de despensas.
En plaza Patio también está una cuarta fila, la que atiende sólo a familiares de soldados y marinos, trabajadores del gobierno federal y de la plaza comercial, ellos se forman dentro del estacionamiento de la plaza sin aglomeraciones y ahí reciben las depensas.

Entrega Bienestar unos 650 créditos a la palabra a clavadistas y prestadores de servicios

Aurora Harrison

Unos 650 créditos a la palabra fueron entregados ayer a clavadistas y prestadores de servicios que fueron afectados por el huracán Otis, por parte de Financiera para el Bienestar, con un aproximado de 16 millones 300 mil pesos, informó la directora Rocío Mejía Flores.
Ayer en el Centro de Convenciones junto a la secretaria de Fomento y Desarrollo Económico, Teodora Ramírez Vega y el secretario de Turismo del estado, Santos Ramírez Cuevas, la funcionaria dijo que los beneficiarios recibieron dicho apoyo.
En su mensaje dijo que en las sucursales de Telecom que están en Ciudad Renacimiento, Centro y en Xaltianguis podrán acudir para recibir el apoyo que se les está entregando, este crédito a la palabra con tasa de interés cero porque no van a pagar intereses.
“La idea es reactivar el negocio y en septiembre empezar a pagar los 834 pesos por 30 meses”, dijo la funcionaria federal que indicó que a partir del viernes en las sucursales van a poder cobrar el apoyo.
Dijo que son montos de 25 mil pesos como anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, que “se les está dando seis meses de gracia, en ese tiempo no van a pagar hasta septiembre”.
Entre los que recibieron el apoyo son 31 clavadistas y 623 prestadores de servicios, como guías de turistas, camaristas, tolderos, restauranteros y el martes se va a continuar con hoteles, restaurantes para luego seguir con los comerciantes de plazas de artesanías y otros giros que nos han solicitado el apoyo.
“Calculamos unas 15 mil personas que cuando se acabe el monto de los 500 millones de pesos en ese momento terminamos”, dijo la funcionaria federal que esto seguirá hasta que se termine de entregar el apoyo a los micro y pequeños negocios.
Explicó que sí se está apoyando a hoteles pequeños que pueden tener hasta 50 trabajadores y “nos han pedido hasta 100, 200 y 300 mil pesos” para que inviertan en la rehabilitación de sus negocios o para comprar equipo que se le dañó con el huracán.
“Los hoteles y restaurantes lo han estado invirtiendo en equipo, más sillas, más mesas o en el horno que se les echó a perder y es que es importante que utilicen este recurso para su negocio y le vamos a dar seguimiento con la secretaría”, declaró la funcionaria.
Recordó que los créditos a la palabra ya no se habían entregada desde que pasó la pandemia de Covid-19, y lo que se daba eran las Tandas para el Bienestar y ahora se les llama créditos solidarios o créditos productivos que van a las personas que tuvieron una tanda y que cubrieron el 100 por ciento y pagaron.
“En todo el país estamos colocando unos 40 mil créditos en todo el país, que ya ahorita estamos aquí trabajando en todos los demás estados para que puedan cobrar”, dijo.
En su intervención el secretario de Turismo, Santos Ramírez Cuevas, dijo que Acapulco tiene una carrera contra el tiempo en la recuperación de las habitaciones de hotel, pues dijo que era un destino de 19 mil cuartos y eso permitía una gran movilidad de turistas.
“Hoy tenemos 6 mil 500 habitaciones y para Semana Santa espera estar en 7 mil 500 u 8 mil habitaciones para tener lo mínimo”, dijo el funcionario que mencionó que también se trabaja en la conectividad aérea.

Preguntan en el Zócalo por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo

Argenis Salmerón

Ayer hubo largas filas de personas en la explanada del Zócalo, en el módulo de la Secretaría del Bienestar federal, para preguntar por la falta de pago de la reconstrucción y el resultado del segundo censo de las viviendas afectadas por el huracán Otis.
En los módulos de la Secretaría del Bienestar federal había desorden con las filas y personas con dudas del pago y resultados del segundo censo.
En pleno rayo del sol, las personas se cubrieron con sombrillas y cartones y la mayoría llevaba una carpeta con diferentes documentos.
En la fila iban los que les llamaron del segundo censo para pagarles y los que fueron censados en la primera etapa, pero que no podían cobrar.
Otros para informarse del resultado del segundo censo. Según los damnificados, tenían formados de cinco a seis horas.
Se quejaron que no había organización por parte de los “Servidores de la Nación” y módulos específicos para los diferentes casos.
La señora de la colonia Centro, Agustina Gómez Lázaro, dijo que no ha podido cobrar ningún pago, “porque según los ‘Servidores de la Nación’, no están mis datos”, y “yo tengo cintillo, ya comprobé con fotos y fueron a verificar”.
“No entiendo el problema, todo está en orden, lo que pasó fue que no me capturaron mis datos desde un principio, porque no encuentro la lógica”, reclamó.
Sostuvo que ya se gastó lo que no tiene de dinero, “me quedé sin empleo por el huracán Otis, y no he recibido mi apoyo federal, siendo que fui damnificada por el huracán Otis”.
La señora de la colonia La Mira, Carolina Miranda Sánchez, manifestó que fue a preguntar del resultado del segundo censo.
“Yo llame a la línea del Bienestar, también entregue documentación y me fueron a verificar, y como hay personas que ya les dieron el dinero, vine a preguntar”, puntualizó.
Reconoció que después de dos días del huracán Otis se fue de Acapulco por “mis dos niños, no había luz, ni comida”.
“Se me pasó el primer censo, pero me registré cuando el presidente dijo que nadie se iba quedar con la ayuda y por eso estoy aquí formada para pedir información”, destacó.
Argumentó que tuvo pérdidas en su casa como su techo y sus enseres domésticos, “me quedé con mis paredes de ladrillo y como pudimos nos protegimos de los vientos”.

Largas filas para solicitar créditos a la palabra que da el gobierno federal

Continúan las largas filas de afectados por el huracán Otis que buscan la ayuda de despensas. La imagen, en la plaza comercial Las Palmas, en la zona Diamante Foto: El Sur

Argenis Salmerón

Ayer hubo largas filas de personas afuera del Centro de Convenciones para solicitar el crédito a la palabra que otorga el gobierno federal para los pequeños y grandes negocios que resultaron afectados por el huracán Otis.
Más de 500 personas estuvieron formadas, a metros de la avenida Costera, en el fraccionamiento Costa Azul.
Los créditos a la palabra del gobierno federal son por 25 mil pesos para los pequeños negocios afectados por el huracán Otis.
La señora Georgina Ávila Valente dijo que desde la 7 de la mañana de ayer estaba formada para presentar los daños en su local de venta de ropa en el fraccionamiento Hornos Insurgentes.
“Toda ayuda es buena, yo no me censé porque me fui de Acapulco porque no había las condiciones después del huracán Otis”, manifestó.
Declaró que requiere reactivar su negocio porque aseguró que “depende mi familia, ya son tres meses y no hay ganancias y todos los ahorros ya se terminaron”.
Indicó que ojalá le otorguen el crédito a la palabra de 25 mil pesos, “si me lo dan me voy a surtir de productos y poco a poco a pagarlo”.
“La verdad el presidente se ha portado de buena manera con Acapulco, les dio a las viviendas afectadas y ahora a los pequeños empresarios”, celebró.
El señor Julian Salgado Álvarez, dueño de una refaccionaría, manifestó que llegó desde la 5 de la madrugada para formarse y ser atendido.
“La verdad me saquearon mi negocio en la avenida Universidad, no me quedó nada, pero quiero reactivar mi changarro”, sostuvo.
Pidió al gobierno federal agilizar el pago para poder “generar ganancias en los diferentes negocios, no lo queremos regalado, lo queremos pagar”.
“El huracán Otis devastó a Acapulco y será difícil levantarlo, pero con ganas y esfuerzo se puede ir para arriba”, acotó.
Agradeció al gobierno federal por la ayuda al municipio de Acapulco, “el que no quiera trabajar o levantar su negocio, es porque no quiere”.

Esperan hasta cinco horas las despensas en Marbella por el atractivo de la tarjeta de regalo

Argenis Salmerón

Hasta cinco horas esperaron los vecinos del fraccionamiento Marbella para recibir la despensa con la tarjeta de regalo para canjearlo en las tiendas Soriana, que entrega el Ejército.
Incluso vecinos de otras colonias se bajaron de su automóvil para recoger la despensa, todo por la tarjeta de tarjeta de 502 pesos.
La fila de personas se ubicó afuera del fraccionamiento, a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo.
La despensa viene en una caja de cartón y contiene pan, medio casillero de huevo, un kilogramo de arroz, azúcar y frijol, dos bolsas de harina de maíz en polvo, un litro de aceite, dos atunes y cuatro rollos de papel higiénico. Y tarjeta de regalo.
La señora Carmen Gatica Pérez, expresó que es una “odisea” obtener la despensa, porque aseguró que no hay lugar en específico de entrega ni horario y “a veces no viene como lo publican en las redes sociales, en páginas oficiales”.
Se quejó que tuvo que esperar cinco horas en la fila y “en una ocasión los soldados se fueron porque algunas personas se gritaron por pelar el lugar en la fila”.
Contó que tres cupones de la talonera ha cambiado, “es muy poca, porque no viene para acá o porque yo trabajo y no me entero”.
Añadió que dos despensa tenían la tarjeta de regalo y una no, pero “desde que empezaron a exhibir en las redes, ya aparecen las tarjetas de regalo”.
“La verdad las personas van por la despensa, pero sobre todo por la tarjeta de regalo, porque completas tu despensa de la semana, todo puedes comprar en Soriana, excepto alcohol y cigarros”, puntualizó.
Manifestó que hay “caza” despensas, porque dijo que “hay personas que no son del fraccionamiento y se forman para tener la canasta básica; todo por la tarjeta de regalo”.
El señor Gonzalo Cárdenas Vázquez, expresó que “es un viacrusis” recibir la despensa que entrega el Ejército, “cinco horas formados”.
“Eso no es todo, hay peleas entre los vecinos y los habitantes de otras colonias por el espacio para ser uno de los primeros en recibir”, manifestó.
Declaró que una vez los soldados al ver la discusión de los vecinos se retiraron y no entregaron las despensas, “dejan a los vecinos sin el beneficio y hasta los siguen en sus carros a los camiones del Ejército”.

 

Terminan el año los acapulqueños haciendo filas para recibir los apoyos del gobierno federal

Familias esperan su turno para entrar a marisquerías del centro de Acapulco Foto: Carlos Carbajal

Ramón Gracida Gómez

Los acapulqueños terminaron el 2023 en las filas interminables para recibir los enseres domésticos, las despensas y los apoyos del gobierno federal; en el trabajo de esperar a los turistas que no llegaron a las playas; y en los pocos restaurantes y puestos de comida que ya abrieron.
Este viernes, dos días antes del fin de año, comenzó temprano para los beneficiarios de los apoyos federales en las colonias populares, continuó a mediodía para los prestadores de servicios turísticos sin muchos clientes que atender, y prosiguió en la tarde para los comensales que regresaron a sus comidas típicas de siempre.
La colonia Emiliano Zapata, la avenida Costera, la playa Suave, el Centro y Tepito fueron algunas postales de los contrastes que se viven en el municipio: el desempleo y la incipiente reactivación económica; los daños materiales inalterados después de 66 días del huracán Otis y los todavía pocos negocios abiertos; la presencia de muchos menos turistas en una temporada de fin de año y la concurrencia de los locales a los pocos lugares que han abierto.

Toda una mañana para hacer fila por los apoyos federales

Las primeras horas del amanecer son ocupadas en las filas de entrega de los diversos apoyos que dio la federación para los acapulqueños, y que alcanza la cifra de 270 mil familias beneficiarias de este municipio y el aledaño de Coyuca de Benítez, de acuerdo con la información proporcionada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia matutina de este jueves.
En el estacionamiento de la tienda Soriana, de la colonia Emiliano Zapata, fueron entregados 250 paquetes de enseres domésticos desde las 8 de la mañana para los beneficiarios cuyo apellido empieza N, O y P, contó un soldado.
Norma se sostenía en el par de muletas que traía por el dolor de rodilla que le comenzó recientemente, “se regó el líquido”, explicó a mediodía sin ahondar en su condición que no le impidió acudir por sus enseres domésticos.
Era cocinera del hotel Copacabana, pero fue despedida días antes de que llegara el meteoro devastador, entonces ahora paga su seguro social para tener acceso a un hospital y atenderse. Comentó que a los que sobrevivieron al recorte de empleados del Copacabana les pagan la mitad de salario.
Estaba agradecida de lo que iba a recibir ayer, pero cuestionó la forma en que la trataron los “Servidores de la Nación” porque ella, que perdió su techo, sólo recibió la mitad del dinero que un beneficiario puede obtener, y sus vecinos, que no fueron tan afectados, recibieron todo.
A un costado estaba Isabela, quien también estaba molesta de las personas que recibieron más apoyos económicos que ella y, además, saquearon, “métanse en su casa para que vean todo lo que se llevaron”.
Incluso, agregó la quejosa que le cayeron dos árboles sobre sus paredes y las derrumbó parcialmente, sus vecinas le pidieron fotos de sus daños para presentar sus afectaciones como propias y así conseguir más recursos a partir del censo.
Otra molestia de Isabela es que los soldados ya no entregan despensas en la colonia Emiliano Zapata y por ello, su hija se tuvo que ir a dormir hasta la plaza Sendero para conseguir un paquete de comida.
En medio de Norma e Isabela estaba Lupe, un adulto mayor con una voz casi inaudible, pero que contó con énfasis que tuvo que salir de su casa cuando sentía con mayor intensidad la fuerza de Otis porque el agua subía cada vez más.
A kilómetros de distancia, en otra tienda Soriana, pero en la sucursal ubicada en la avenida Costera, una fila más estaba formada y ocupaba a la 1 de la tarde toda la banqueta de esta tienda en la vía turística y daba vuelta en la calle Gabriel Avilés. A las 6 de la tarde aún existía esa fila que parecía interminable, aunque fuera más corta.

El almuerzo en los pocos restaurantes abiertos y las playas semi vacías

Ante la falta de restaurantes y centros comerciales abiertos en la Costera, los acapulqueños clase-medieros buscan desayunar en los pocos lugares que ya abrieron después de que prácticamente todo negocio cerró, a excepción del fa-moso El Zorrito, que era literal-mente una luz en medio de la os-curidad de la famosa vía turística en los primeros días después de Otis.
Ahora está Sanborns Café, que estaba lleno ayer, como siempre desde que abrió hace unas semanas, y enfrente el 100% Natural, éste también ocupado por varios comensales locales y uno que otro de fuera de la ciudad. Es inevitable, sin embargo, no recordar el huracán con un desecho banco HSBC a un lado de estos restaurantes y la clausurada Universidad Americana de Acapulco.
Otro restaurante abierto, más pequeño y más escondido que los mencionados, pero conocido entre un sector de la juventud acapulqueña, es Emilia, que está en el centro comercial Costera 125, pero la entrada es en la calle Israel, cerca del acceso a la playa El Morro. No había mesa disponible en este café.
En la playa Suave, los prestadores de servicios esperaban la llegada de turistas a la 1 de la tarde, eran unos cuantos que ocupaban las sillas y las sombrillas acomodadas en la franja de arena, frente al Edificio Inteligente.
La expectativa era vigente porque el fin del año, la gran temporada vacacional de Acapulco, es su última esperanza de cerrar el 2023 con ciertas ganancias. Pero no hubo mucho que hacer y un trabajador de playa estaba acostado en su hamaca para, por lo menos así de manera cómoda, pasar el día.
El panorama parecía cambiar a las 7 de la noche porque ya no había espacio para acomodar algún automóvil en la calle, y las camionetas con placas de otros estados buscaban y algunas estaban incluso en doble fila.

Tepito y los mariscos en la tarde

El centro de Acapulco tampoco parecía agitado de compras de fin de año, gran parte de los comercios, formales e informales, están abiertos, pero no había muchos transeúntes que caminaran por la avenida Cuauhtémoc y entraran en las calles aledañas, aunque sea para ver qué había.
Esta vez, uno de los negocios más concurridos fue una ferretería cerca del mercado El Parazal, donde varios hombres y mujeres hacían fila para comprar herramientas, posiblemente como parte de sus comprobaciones para justificar el segundo apoyo en efectivo de parte del gobierno federal para reconstruir viviendas.
Tepito, de por sí casi sin negocios abiertos desde antes del paso de Otis, ahora proyecta una imagen más desoladora con la herrería aún colgando del techo de algunas tiendas cerradas.
Unas playeras con la leyenda de “Feliz Año Nuevo” y otras tiendas que venden productos propios de la temporada decembrina hicieron recordar este viernes que ya casi acababa el 2023, además de una queja lejana de una señora que informaba por teléfono del precio de la carne que buscaba para la cena del 31 de diciembre.
Sin embargo, la concurrencia en la calle Velázquez de León contrastó con toda posible conclusión de que era un fin de año triste: hombres y mujeres departían en las marisquerías 3 Hermanas, Pano, entre otras, con cerveza en mano y un plato bien servido. O por lo menos eso es lo que ofrecía el mesero en la banqueta a los transeúntes que pasaban por ahí.
El tránsito era lento sin que se supiera muy bien la razón, más allá de ver unas máquinas retroexcavadoras limpiando la basura; algunas mujeres con niños esperaban un taxi y el restaurante La Fogata, otro de los emblemáticos de Acapulco, también tenía casi todas sus mesas ocupadas.

 

Hasta cuatro horas esperan familias la entrega de enseres en Plaza Patio

Una gran fila de personas en la explanada de Plaza Patio, ubicada entre la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio y Llano Largo, para recibir una despensa que entregan soldados del Ejército. (Abajo) Mujeres felices con despensas que recibieron en la explanada de Plaza Patio Fotos: El Sur

Redacción

De cuatro a cinco horas esperaron unas 200 personas en la explanada de Plaza Patio, ubicado entre Llano Largo y la unidad habitacional El Coloso, para recibir un paquete de enseres domésticos.
Yesica Clemente Rentería fue una de las vecinas que ayer recibió enseres. Su esposo llegó desde las 5 de la mañana a la parte trasera del estacionamiento de Plaza Patio, para formarse en la fila, alcanzar una ficha y poder ser parte de las 200 familias que recibieron el apoyo de los enseres, tras ser censados.
Ella reemplazó a su esposo en la fila, sin embargo, estando en ella los Servidores de la Nación le informaron que le hacían falta unos documentos, por lo que fue a  conseguirlos y regresó.
Ya pasadas las 11 de la mañana, con el turno 174, con una actitud positiva, explicó que su casa sufrió muchos daños, el agua de la lluvia les dañó una lavadora y un refrigerador, por eso que se preocupó por estar al pendiente de la entrega de enseres.
Dijo que por lo menos ya no tendría que comprar un nuevo refrigerador y que con el apoyo económico para la limpieza y para reconstrucción adquiriría su lavadora, arreglaría una parte de su casa y que no alcanzaría el dinero para los cristales de su auto, al que le cayó la cochera de estructura metálica.
En esa misma la fila antes del mediodía, también estaba formada Guadalupe Quintero Gárnica, quien esperaba el turno de su abuela Georgina Montes, a quien ya le tocaba recibir el paquete de enseres que está compuesto por un refrigerador, una estufa, un ventilador de pedestal, un juego de ollas o sartenes, una licuadora y un colchón tamaño matrimonial.
A unos 200 metros de donde ellas hacían fila, detrás de una cadena y con su cintillo marcado con el turno que les corresponde para reclamar su apoyo por ser damnificadas por el huracán Otis, habia familias que recibían los paquetes de enseres.
La seguridad, el orden y la entrega de los enseres está a cargo del Ejército
De acuerdo con el personal castrense, desde las 7 de la mañana comienzan con la logística del día, con métodos que han tenido que ir acondicionando y modificando conforme a las experiencias que enfrentan.
Llegan los grandes camiones cargados con los enseres, y apoyados por jóvenes del programa Construyendo el Futuro, descargan y acomodan.
Los militares coadyuban con elementos de la Guardia Nacional, quienes resguardan los alrededores de las zonas de entrega y se encargan de mantener el orden entre la población.
El señor Nicolás Díaz, de la colonia Navidad de Llano largo, es un adulto mayor que llegó al lugar en su silla de ruedas, apoyado por el compadre de su hija, quien le ayudó a recibir y trasladar los enseres.
En el lugar había personas que rentaban “los diablitos” para el  traslado de los productos del punto de entrega al estacionamiento, lo cuales no son más de 20 metros, y cobran 100 pesos. Este servicio es sin cargar los artículos a las camionetas.
En el lugar también hay personas que ofrecen el servicio de “flete”, el cual tiene diversos costos; es decir, en camionetas tipo pick up o de redilas, por 300, 500 o hasta mil pesos, de acuerdo a la tarifa impuesta por el chofer y la distancia de la plaza comercial ubicada en el tramo carretero Puerto Marqués-Cayaco a la colonia donde vive el beneficiario.
En estos temas ni el Ejército ni la Guardia Nacional interfieren, ya que los tratos se dan entre los ciudadanos interesados.
Del otro lado de la plaza, por la parte de enfrente, cientos de ciudadanos se forman para recibir sus despensas, las cuales se encargan de entregar elementos de la Marina.
De acuerdo con personal de la Marina, diariamente entregan cerca de ocho mil cajas con ayuda alimenticia, las cuales llegan a bordo de cuatro tráileres que son estacionados en el estacionamiento.
Los marinos organizan dos filas, una de ellas, para dar atención especial a personas con alguna discapacidad, adultos mayores, embarazadas y con niños en brazos. La otra es para el resto de la población.
Ordenados, este miércoles, cada ciudadano debía presentar su boleto de canje marcado con el número 6 y recibía una caja de productos no perecederos y un casillero con 18 huevos.
Las filas las comienzan a formar a veces desde la madrugada, pero en los últimos días, explicó uno de los encargados, ya no pernoctan, esperan a que se hagan las 6 o 7 de la mañana, para empezar a formarse.
Los elementos de la Marina a las 7 comienzan a acomodar y organizar para que a la brevedad se empiecen a entregar las despensas y la gente no tenga que esperar tanto, explicaban al ser cuestionados sobre las estrategias de entrega.
Había, otras filas de personas en otra área del inmenso estacionamiento de dicha plaza, pero en esas, la población se divide en tres más. Una es para entrar a comprar a la tienda Soriana. Las otras dos se dividen en grupos vulnerables y población en general, los cuales esperan su turno para activar las tarjetas de vales que vienen en algunas cajas de despensa y las cuales lentamente pasan para ser activadas una por una en el área de atención a clientes y horarios de 8 de la mañana 6 de la tarde.
La señora Alondra Huerta fue un día antes a formarse para activar su tarjeta con dinero electrónico, pero ya no alcanzó a pasar, por lo que este miércoles nuevamente llegó a formarse a las 9 de la mañana y a las 2 de la tarde con 45 minutos seguía formada, sin poder avanzar hasta el punto de activación, debido a es poco el personal que está apoyando y además el flujo de personas está siendo controlado “para evitar aglomeraciones o que se pierda el control”, argumentó uno de los agentes de seguridad privada del centro comercial.