El dinero de la reconstrucción se va a la parte turística y no a donde más se necesita, cuestionan

Ramón Gracida Gómez

La asociación Cooperación Comunitaria plantea una reconstrucción de los Bienes Comunales de Cacahuatepec participativa, que involucre a los vecinos y recupere la vivienda y la producción agrícola tradicionales.
En entrevista con El Sur, la coordinadora de la organización, Isadora Hastings, indicó que el dinero de la reconstrucción del municipio se va a la parte turística y no se dirigen fondos “a donde más se necesita”.
Cooperación Comunitaria nació en 2012 con el fin del rescate de la vivienda tradicional ante los desastres naturales identificando las causas de las vulnerabilidades. Participó en la reconstrucción en la región Montaña tras los fenómenos meteorológicos de Ingrid y Manuel de septiembre de 2013, y en Oaxaca tras los sismos de 2017.
Durante la asamblea de ayer del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (Cecop) en Cacahuatepec, la coordinadora de Cooperación Comunitaria expuso los resultados del diagnóstico de las afectaciones en los Bienes Comunales de Cacahuatepec por el huracán Otis.
Isadora Hastings comentó después en la entrevista, que en las tres reconstrucciones que han participado han observado que “las ciudades más grandes jalan más la atención. ¿Por qué?, porque es como los lugares donde pueden llegar todas las organizaciones cómodamente, porque la prensa también se va a los lugares más grandes”.
Agregó que en los desastres socionaturales “siempre hay lugares de preferencia y claro, todo el dinero se va Acapulco turístico porque pues según esto, es lo que más genera, pero es una pena que no haya una política pública en donde se dirijan los fondos a donde más se necesita”.
Dijo que la reconstrucción que la asociación promueve es “participativa y la idea es trabajar mucho sobre el proceso, no sólo, ah, ya, terminó el objeto y ya me voy. No, el proceso que significa también reforzar los sistemas constructivos tradicionales, que es lo que trabajamos, no nos metemos con viviendas de materiales industrializados”.
La también arquitecta destacó la importancia del rescate de la “vivienda tradicional, recuperación de formas tradicionales de producir, de formas de relacionarse con los ecosistemas, que esas pérdidas también han ocasionado muchas vulnerabilidades”.
Comentó que el diagnóstico en los Bienes Comunales de Cacahuatepec empezó con un mapeo satelital de riesgos para identificar “las amenazas, las vulnerabilidades y que puedan ver en el territorio todo lo que está afectando”.
Luego vino el análisis de las causas del desastre para reflexionar los problemas del agua, la salud, el saneamiento, la vivienda y la producción agrícola, y después se llevaron a cabo los diagnósticos familiares.
Desde la primera entrega de ayuda en noviembre empezó el diagnóstico de las comunidades y hace un mes se efectuaron los mapeos y los diagnósticos en las localidades Rancho las Marías, Hilamos, Cacahuatepec, Apanhuac, Cruces de Cacahuatepec, El Cantón, Huamuchitos y Apalani, y en estas cuatro últimas van a empezar el trabajo “más integral”.
Expuso que este proyecto consiste en el acceso al agua y su saneamiento, y puso de ejemplo un espacio comunitario de Apalani donde las mujeres sacan agua de un pozo y donde va a intervenir Oxfam en la parte técnica y Cooperación Comunitaria con las usuarias, aunque sigue el diagnóstico.
Otra propuesta del proyecto es la instalación de baños secos porque “ante la inexistencia o la poca cantidad de agua, pues vendría no usar agua para el baño y si no tienen baños, además pues poder” construirlos.
Asimismo, la recuperación de la vivienda tradicional, “vemos que sí muchas están, sobre todo las de adobe, afectadas de los muros, entonces también está planteado una parte de reconstrucción de la vivienda reforzada tradicional, pero reforzada contra sismos y vientos”, ahondó.
También plantean el rescate de la milpa “orgánica con técnicas agroforestales para, uno, recuperar la milpa porque muchos ya tienen maizales, no tienen milpa, pero poderla recuperar con cultivos diversificados y con técnicas que requieren menos agua y que esa diversidad también las hace más resistente a plagas”.

Tiene menos pedidos y ha subido el costo de ingredientes, lamenta vendedora de tamales

Aurora Harrison

Este 2 de febrero se celebra el Día de la Candelaria, se acostumbra a comer tamales y llevar al niño Dios a la iglesia. La señora Guadalupe Campos lleva 30 años elaborando ese platillo, para ese día tiene pocos pedidos en comparación con otros años, dijo que sí le afecta el aumento en algunos productos de la canasta básica.
“Tenemos poquitos pedidos de tamales (aunque no precisó la cantidad) esperamos que vengan porque ya somos muy reconocidos aquí en Hogar Moderno, la gente sabe de nuestro sazón y aquí los vamos a estar esperando para que vengan a comer”, dijo.
Con ayuda de sus hijos, poco antes de las 7 de la mañana empieza a preparar los guisos de carne de cerdo y de pollo en verde y rojo, luego prepara la masa, calienta las hojas de plátano, porque las de maíz “está muy cara”, subió a 150 pesos cada manojo.
Pero no fue lo único que subió su precio, dijo, también el jitomate, la cebolla, la masa, la carne de puerto, el pollo y la manteca que es lo que más se ocupa para los tamales.
En la colonia Hogar Moderno, donde tiene su negocio, la señora Guadalupe ayer nos permitió ingresar a su local donde prepara los tamales, eran las 11 de la mañana y ya tenía varios preparados envueltos en las hojas, listos para ponerlos en las ollas para que se cosan, para que a las 3 de la tarde se empiecen a vender. Estaba por preparar los atoles.
“Ahorita los tamales que estamos haciendo son en hoja de plátano, rojos, verdes, rajas, de dulce, no los estamos haciendo en hoja de maíz porque está carísima”, dijo la señora Guadalupe.
Los tamales de dulce que prepara son los llamados heridos, que son de color rojo con queso filadelfia, piña y elote, “es cuestión de gustos de las personas cual quiere comprar”.
Recordó que en otros años la hoja de maíz la compraba en 50 pesos el manojo, ahora está al triple y por lo tanto es que no elabora con esa hoja para que no se eleven los costos, porque “todo ha estado subiendo mucho y nos ha perjudicado, no podemos bajarle el precio al tamal los gastos están un poco elevados”.
Dijo que sí le afecta el aumento en productos de la canasta básica, eso llevá a que el tamal ahora cueste 30 pesos la pieza, antes costaba 20 o hasta 25 pesos. El kilo de jitomate rojo está en 50 pesos, el verde que antes lo compraba en 20 pesos, ahora está en 30, y la cebolla su precio subió a 40, cuando costaba 20 o 25 pesos.
“Aquí vendemos de todo por la sabrosura en la preparación que le ponemos mucho amor al trabajo, otros de los tamales que preparamos es de chipil con queso, pero como la hoja de maíz esta carísima hemos dejado un poco de hacer”, puntualizó la señora que mencionó que en los pedidos depende de el gusto de las personas y para acompañar a los tamales también prepara atoles.