Se incendian pastizales en El Veladero, cerca de la colonia Silvestre Castro

Se produce un incendio en parque nacional El Veladero, en las inmediaciones de la colonia Silvestre Castro, en la zona poniente de Acapulco.
El incendio comenzó a las 2 de la tarde y hasta las 10 de noche el fuego seguían activo, de acuerdo con Bomberos.
El incendio de pastizales y troncos de árboles colapsados por el huracán Otis se ubica arriba de la calle 18.
Bomberos del municipio hasta ayer en la noche seguía en las maniobras para sofocar el incendio en un terreno accidentado.
Al parecer el incendio fue provocado por la quema de maleza que se salió de control y se extendió hacia el cerro.
La distancia del fuego a la última casa es de aproximadamente un kilómetro, de acuerdo con los bomberos municipales. (Argenis Salmerón).

 

Serios problemas de movilidad en colonias de clase media por la obstrucción de calles

La calle La Suiza del fraccionamiento Las Playas tapada por postes caídos Foto: Ramón Gracida

Ramón Gracida Gómez

Los vecinos del fraccionamiento Las Playas, en la zona de Caleta, aún tienen dificultades de movilidad por la basura acumulada, así como por los enormes troncos y los postes caídos que bloquean las calles, después de dos semanas del huracán Otis.
Condominios y hoteles de la zona continúan siendo despejados de los vidrios, que explotaron por los fuertes vientos que se vivieron en la zona, una de las más afectadas por la cantidad de muertes que se concentran ahí y los daños materiales en las residencias que pueblan estos cerros.
En un recorrido por esta zona del municipio, se pudo constatar el lento cambio en las condiciones que prevalecen desde el impacto del huracán Otis, sobre todo, por los enormes árboles y postes de luz caídos que tapan totalmente las calles. Los automovilistas aún siguen preguntando a los vecinos por dónde sí se puede pasar.
En la avenida La Suiza, cuyo inicio desde la avenida Costera, tiene de referencia la estatua de Tin Tan, prevalece la interrupción constante de la movilidad automovilística. Pasando la bifurcación con la calle Coyuca, un enorme tronco está atravesado en la avenida La Suiza.
“Déjelos trabajar, joven, apenas llegaron”, salió una vecina, ya acostumbrada a dar indicaciones a los automovilistas de que no se puede avanzar más allá de cierto punto de la avenida La Suiza, que se estrecha aún más por la cantidad de basura acumulada.
Una calle más abajo está el condominio La Suiza, un complejo habitacional de varios edificios, que quedaron deteriorados tras el paso del huracán de categoría 5. Se pueden ver huecos en los departamentos, porque las grandes ventanas quedaron hechas trizas.
No se puede avanzar más por la desviación de un poste que está caído, sólo hay un poco más de dos metros de espacio para el cruce de los coches. El chofer de una pipa de gas se veía indeciso de pasar o no, porque más adelante otro poste y otros árboles están tirados, de tal forma que da la impresión de que no hay paso. Al fondo se ve una camioneta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) estacionada en medio de la calle.
En Tambuco, los automovilistas tienen que preguntarle a los vecinos que los miran desde las banquetas si se puede pasar o hasta qué punto llega la calle, para doblar antes y bajar a la playa Caleta.
En la avenida Gran Vía Tropical, que recorre el punto extremo de la bahía, frente a la isla La Roqueta, se percibe la misma situación de aislamiento, en una zona que de por sí parece abandonada por los viejos edificios que se construyeron en décadas pasadas.
Los vidrios de las ventanas de las pequeñas casas y los departamentos están en el piso. Los vecinos lograron apenas liberar algunas calles de las ramas y las palmeras, que cayeron por los fuertes vientos.
Un pequeño cerro, de unos cuatro metros de altura, tapa todo un carril en un punto de la avenida Gran Vía Tropical, cerca del hotel Alba Suites, que tiene su letrero en la cima del edificio derruido a la mitad. Los grandes jardines se ven intactos, pero en el muelle, un yate quedó encima de la estructura, claramente dañado.
Por la misma avenida, que da una vuelta entera a la zona, se desemboca a los juzgados de Caleta y más adelante al hotel Acamar, en el que se repite la escena de habitaciones al descubierto, por las ventanas que quedaron rotas.