Continúa la remodelación del hospital Vicente Guerrero a más de siete meses del huracán

La mayoría de las ventanas del hospital del IMSS Vicente Guerrero aún no han sido reparadas después de que se rompieron por los fuertes vientos registrados durante el paso del huracán Otis Foto: Ramón Gracida Gómez

Ramón Gracida Gómez

A más de siete meses del paso del huracán Otis, el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Vicente Guerrero, aún sigue en remodelación, todavía no colocan todas las ventanas reventadas por los fuertes vientos la madrugada del 25 de octubre y los trabajadores sustituyen el material de construcción dañado de los pisos y las paredes.
En un recorrido por el interior de las instalaciones se pudo constatar que en algunas partes la reparación aún continúa por los daños ocasionados por el meteoro del 25 de octubre porque los vientos rompieron las ventanas y causaron destrozos en el interior del hospital.
Los médicos llevan a cabo sus labores, mientras que los albañiles reparan el piso, pintan las paredes o mueven los muebles que resultaron dañados por el huracán y que aún no son removidos, como ocurre en el piso más abajo del hospital y que está destinado a la quimioterapia.
Los pacientes también se adaptan a las reparaciones de los pasillos que atraviesan o las salas donde tienen que esperar para su consulta, como en el área de traumatología, donde este jueves había decenas de derechohabientes que esperaban entrar con el médico de turno, en medio de bultos de cemento y pintura.
Un letrero cerca del área de la farmacia es explícito: “Precaución, estamos trabajando”. Y es que las paredes de alrededor se encuentran aún en reconstrucción, algunos asientos están sucios del polvo de la remodelación o les cayeron algunas gotas de la pintura que ponen los albañiles en distintos puntos de las salas.
En otros puntos en el interior del nosocomio aún no son repuestas las tapas de los conductos de aire, y al fondo se escuchan los golpes de los martillos para instalar los diversos materiales que aún faltan.
También se pudo ver el cuarto de archivo con cientos de papeles acumulados, cables colgados y hay muebles dañados acumulados en un espacio abierto dentro del hospital; el estacionamiento también es una bodega para los muebles nuevos y viejos del hospital.
Pero la simple fachada del hospital Vicente Guerrero da una idea de los daños que ocurrieron en el transcurso de las primeras horas del 25 de octubre, cuando entró el huracán Otis y golpeó principalmente a los municipios de Acapulco, Coyuca de Benítez y San Marcos.
En una de la esquina de las paredes están expuestas las varillas y los ladrillos, y en otras partes simplemente está deteriorado el exterior color gris que caracteriza al hospital del IMSS.
Las puertas giratorias metálicas aún no son inauguradas, todavía tienen el plástico en las que fueron envueltas para instalarlas en la entrada de la avenida Ruiz Cortines; a un costado, el cajero dañado de Banamex tiene una lámina de metal puesta para cubrir el espacio de un ventanal para que no pase la gente.
En la misma entrada del hospital se encuentran las docenas de losetas que apenas van a ser instaladas en el nosocomio y también esta parte del hospital es utilizada para la herrería y trabajadores ensamblaban piezas ayer a orilla de la banqueta; arriba de ellos, un trabajador instalaba aún ventanas para cubrir los huecos que persisten después de siete meses.
En otro punto de la misma avenida, una de las principales de Acapulco, se puede ver la acumulación de basura de los muebles dañados por la lluvia y el viento que entraron al inmueble.
Entonces, la entrada alternativa está a unos metros, por donde ingresan los automóviles, una pendiente que le fue difícil subir a una mujer adulta mayor asistida por su hija, “un paso grande”, le pidió para continuar.
Es perceptible que a un costado del área de rehabilitación para pacientes con fracturas están remodelando a cierta profundidad porque está tapada el área con tablas de madera; unas sillas están colocadas para familiares que esperan y en la orilla está una cafetería.
Desde la calle Paseo de la Cañada, donde también se ve muy dañada la fachada de la Escuela de Enfermería de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), se puede ver que la mayoría de las ventanas del hospital Vicente Guerrero no han sido colocadas de nuevo.
El hospital Vicente Guerrero fue inaugurado en 1992, durante el gobierno priista de Francisco Ruiz Massieu; está catalogado como un hospital de segundo nivel con 39 consultorios de especialidad y cuenta con 12 quirófanos, además de una plantilla de más de 2 mil trabajadores de base y confianza.