Con pocos restaurantes y negocios abiertos celebraron acapulqueños y turistas la Navidad

Turistas alojados en el hotel Emporio disfrutan de una cena de Navidad la noche del domingo en la playa frente a la hospedería Foto: Aurora Harrison

Aurora Harrison

Familias acapulqueñas y turistas celebraron la fiesta de Navidad de forma diferente: los primeros con esperanza de recuperarse pronto por los daños materiales que dejó el huracán Otis en sus hogares; los segundos, en los pocos hoteles, restaurantes y negocios abiertos que ofrecían paquetes de cenas navideñas.
A las 9 de la noche del domingo, en la zona turística de la Costera familias bajaron a espacios iluminados con adornos navideños para tomarse la fotografía. Otros se detuvieron en el Asta Bandera con bocinas, botanas, bebidas y comida para disfrutar la noche frente al mar, o en los pocos negocios abiertos.
En las calles se podía transitar con rapidez. Eran pocos los autos que circulaban. El transporte público escaseó. Las personas que salieron de sus trabajos esperaban por varios minutos en la parada para tomar un autobus que los llevara a sus casas. Los pocos restaurantes abiertos atendían a los clientes que llegaban.
En los restaurantes de taquería había varios comensales. En El Zorrito se tenía que hacer una fila para poder entrar. Había personas que caminaban por la Costera, y aunque se encontraban las calandrias para hacer recorridos tuvieron pocos viajes.
Los bares, restaurantes del área de Condesa estaban cerrados. Cerca del Centro de Negocios Costera 125 los negocios de venta de cerveza y botana tenían las cortinas abajo, unos con madera. Los turistas y acapulqueños caminaban por la avenida dijeron que buscaban algún lugar donde pudieran sentarse para cenar y celebrar estas fechas.
Fue el caso de la familia de Miguel Dávila, quien dijo que su casa se dañó con el huracán, y con su familia decidieron pasar la cena de Navidad y se trasladaron a la Plaza Quebec, frente a la Diana. Pusieron una mesa, colocaron la comida, pollo relleno, bolillos, ensalada de manzana, bebidas y para ambientar el espacio llevaron una bocina.
Fueron cinco adultos, incluyéndolo a él y un menor de edad, quienes estuvieron en la banca de la plaza. Dijo que este año para ellos la Navidad es “diferente a las otras, aquí en esta plaza está muy iluminado, limpio y se nos ocurrió venir a cenar, porque en la colonia la luz viene y va”.
Además, no hay buena señal de internet, la televisión no se ve, las llamadas tardan para que uno se pueda comunicar y “para no quedarnos encerrados mejor venimos aquí a celebrar”.
“Estamos bien, gracias a Dios, como le digo a mi familia vamos un día a la vez, estamos sanos, y vamos arreglando la casa con el apoyo que no dio el gobierno Federal, que ha sido suficiente para poder arreglar los desperfectos causas por los vientos del huracán”.
Sostuvo que estos dos meses que han pasado del fenómeno “estamos bien, como le digo a mi familia y familiares vamos un día a la vez, estamos arreglando con el apoyo que nos ha dado el gobierno, y dio la casualidad que antes de venirnos para acá nos encontramos que en la colonia el Ejército estaba repartiendo despensas”.
En eso otra de los integrantes de la familia dijo: “estamos vivos y eso es un motivo por el cual celebrar, que a pesar de Otis seguimos en pie y unidos”.
A la plaza llegaban familias para tomarse la fotografía en el árbol que instaló la empresa refresquera, y así como en ese punto había en el parque de la Reina, y el área de Oceanic en donde personas bajaron para tomarse la fotografía en dichos adornos navideños.
Cerca de la plaza, por el área de playa se escucha música. Era afuera del hotel Emporio. Ahí varias decenas de personas que se encontraban hospedadas compraron la cena bufete para celebrar la Navidad. Había animadores caracterizados de Santa y del Grinch.
La familia López, integrada por nueve miembros, vienen de Querétaro. Llevan una semana en Acapulco, dijeron que la Navidad la pasaron en la cena bufete del hotel, vienen cada año y es el cuarto que vienen de manera consecutiva porque “nos gusta”.
Jesús López aseguró que Acapulco es un lugar “bonito y que la gente tiene que venir, es verdad que después del huracán hay mucho por hacer, creo que los acapulqueños tienen esa fortaleza para salir adelante, lo vemos bien, creo que se va ir recuperando”.
Consideró que este año fue diferente a los demás porque “hay muchas cosas de Acapulco que no están al cien por ciento por obvias razones, por el fenómeno que hubo, pero se disfruta mucho la playa”. No han paseado en la ciudad porque “obviamente hay lugares en donde no se puede ir, nosotros íbamos mucho a La Roqueta y nos quedamos aquí en el hotel y salimos al mercado de la Diana, el Fuerte de San Diego”.
“La parte turística en Acapulco es importante para que Acapulco vuelva a florecer y la economía se reactive, si hay cosas que atender en las colonias, pero creo que la Costera, el puerto los hoteles es lo que va hacer que haya esa derrama económica para apoyar a los demás”, dijo Jesús López.
De los restaurantes que estuvieron abiertos el domingo por la noche, además de las taquerías, estaba el restaurante Sanborns Café, el Zorrito, Barra 25, por mencionar algunos en donde se sirvieron cenas de Navidad, pero también había taquerías.
Antes en la iglesia de Cristo Rey, ubicada en la colonia Progreso hubo una misa el lugar se encontraba lleno, y en su mensaje el sacerdote dijo que este día debe ser motivo de alegría, alabanza, de dar gracias por estar vivos.

 

Dañan las lluvias 32 casas y derriban 10 árboles en San Luis Acatlán; prevén que continuarán

Las lluvias fuertes acompañadas por intensos vientos y granizo la tarde de ayer en el municipio de San Luis Acatlán, dejaron 32 casas afectadas y varios árboles caídos.
Fuentes de la Secretaría de Protección Civil estatal informaron que, en la cabecera municipal de San Luis Acatlán, a dos viviendas se les desprendió el techo de lámina de asbesto y otras 30 tuvieron daños parciales en techos de lámina de cartón.
El reporte indica que cayeron 10 árboles, de los cuales ocho fueron en la cabecera municipal y dos en la carretera estatal Tlapa-Marquelia.
Socorristas de Protección Civil estatal acudieron a San Luis Acatlán para retirar los daños y atender a los afectados, quienes se refugiaron con sus familiares.
Por otro lado, un árbol caído afectó la malla ciclónica de la Unidad Deportiva, ayer al medio día en Zumpango, cabecera municipal de Eduardo Neri.
También se registraron lluvias de moderadas a fuertes en Igualapa, Ometepec y Xochistlauaca; en Chilpancingo hubo una llovizna y el día estuvo nublado.
En un boletín de prensa, Protección Civil estatal recomienda a la población mantener medidas de prevención, ya que se prevén lluvias fuertes para los próximos días en el estado, debido a la entrada de aire marítimo tropical procedente del océano Pacífico en interacción con otros sistemas meteorológicos.

No informan en Taxco a vecinos evacuados de la colonia Martelas sobre dictámenes de daños


En la colonia Martelas, al norte de Taxco, las casas dañadas por el sismo del 19 de septiembre fueron censadas por el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), y de acuerdo con la Secretaría de Protección Civil estatal, 19 viviendas tienen daños mayores, y de éstas, tres se demolieron, en una zona que en gran parte fue evacuada debido “al alto riesgo”, y de la que varias familias permanecen en un albergue cercano.
El comisario del lugar, César Manuel Ruiz Romero expresó que, hasta ahora el Ayuntamiento de Taxco no les ha informado a los habitantes de los resultados de los dictámenes, tanto en la franja de mayor riesgo como otros sitios que detectó Protección Civil estatal, y en las laderas en las que comenzó a trabajar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para retirar las formaciones rocosas que presentan peligro.
En un recorrido, se pudieron observar las actividades de cuadrillas de trabajadores que muestran la magnitud del “movimiento de tierra” al que se refirió el pasado domingo el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, cuando expresó que “el asunto no es sencillo” y “la información que tenemos no es halagadora”, durante la entrega de paquetes de apoyo a damnificados de Taxco.
La colonia parece perdida, ya que sus actividades cotidianas están paralizadas, igual que la circulación vial y el transporte, con una carretera federal cerrada debido a las grietas, y los derrumbes y deslizamientos de tierra que se han registrado.
Ruiz Romero dijo que los especialistas que monitorean diariamente el movimiento de la tierra les informaron que empezaron a trabajar el domingo y ayer continuaron, y que en uno de los tramos utilizaron dinamita para debilitar una parte rocosa.
Reconoció que ante la dimensión del problema, vecinos de comunidades cercanas “no puede pasar a la brava, no es así, porque está de por medio la vida de todos”, pero no cuentan con transporte, y sólo pueden cruzar a pie.
“Estamos prácticamente aislados”, contó, y agregó que sí hay combis a la hora de la entrada y salida de la escuela hacia la ciudad y de regreso, pero durante el día el servicio se suspende, y eso ha derivado en otro conflicto, originado en pugnas entre transportistas suburbanos y urbanos; los primeros no les permiten a éstos proporcionar el servicio de transporte, y los otros no los prestan “porque hay pleitos”.
En ese tramo, donde fallecieron cuatro pasajeros de una Urvan de la ruta Taxco-Teacalco a la que le cayó una roca que se desprendió del cerro, a lo largo de varios metros de los carriles del lado del cerro se observan cientos de costales con tierra como contención, y de ambos lados árboles tirados, varios postes de energía eléctrica en reposición y otros de teléfonos que derribó el sismo.
En esa misma ruta cerraron una tortillería, una tienda de uniformes, una mueblería, una casa de materiales para construcción, una miscelánea, una carpintería y un taller mecánico, donde vecinos del lugar se mueven a pie y, en pocos casos, en el transporte público. Ahí, se observa el trajinar de trabajadores de la SCT y de la Comisión Federal de Electricidad.
Los afectados, unos en el albergue, otros en sus actividades y trabajos, están a la espera del dictamen para saber hacia dónde dirigir sus destinos después de la crisis y la inminente pérdida de su patrimonio en una zona calificada de “alto riesgo”.