Otra escuela privada cierra en Acapulco; el colegio La Paz anuncia fin de actividades

Daniel Velázquez

Otra escuela de educación privada anunció su cierre definitivo en Acapulco, a consecuencia de los daños causados por el huracán Otis y por las dificultades económicas que enfrenta la administración del plantel.
En un comunicado, el Centro Educativo La Paz, conocido como colegio La Paz, informó que al concluir este ciclo escolar cerrará definitivamente sus instalaciones, porque está imposibilitado para hacer las reparaciones qué exige la nueva normatividad, a consecuencia del huracán ocurrido el pasado 25 de octubre.
El Centro Educativo La Paz se ubica entre las calles Monte Blanco y Del Tanque. Dio servicio de educacion privada durante 35 años a estudiantes de preescolar, primaria y secundaria. Está casi frente al Palacio Municipal del parque Papagayo, junto a la tienda Home Depot.
En un comunicado informa que “a fines del año pasado, las instalaciones sufrieron severos daños por el huracán Otis, cuya reparación representa una inversión imposible de realizar, conforme a las nuevas exigencias gubernamentales. También este año, por nuevas disposiciones gubernamentales, se han incrementado los sueldos, salarios, las cargas de seguridad social e impuestos derivados de aquellos, cuyo pago representa un costo imposible de mantener en el siguiente ciclo escolar”.
Se agrega que “nuestra matrícula de alumnos ha disminuido en un alto porcentaje, derivado de la pandemia, del huracán Otis y de la situación económica del puerto de Acapulco, junto con la incompleta recaudación de colegiaturas, lo que impide tener ingresos suficientes para cubrir los gastos de operación actuales y mantener su pago en el futuro, así como realizar las reparaciones de nuestras instalaciones por completo. Así las cosas, se ha decidido que este ciclo escolar 2023-2024 será el último en el que el centro escolar La Paz prestará servicios educativos”.
En el comunicado se precisa que la administración del colegio cumplirá con sus obligaciones, tanto en los servicios educativos como en los laborales, pero no informa cuántas personas perderán su empleo.
La administración del Centro Escolar La Paz agradece la confianza de quienes les permitieron la formación escolar de infantes durante 35 años, “ha sido un privilegio y motivo de orgullo el haber acompañado a tantas generaciones de alumnos y sus familias”.

 

Restaurante de Acapulco cierra por extorsión y denuncia falta de apoyo de la fiscal

La manta que explica por qué cerró la taquería y pozoleria Chely Foto: Argenis Salmerón

Argenis Salmerón

Familiares de un comerciante asesinado a balazos el 14 noviembre pasado, colocaron una lona afuera de su restaurante frente a la playa Tlacopanocha, para anunciar su cierre definitivo y denunciar que la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón no otorgó seguridad, a pesar que denunciaron el delito de extorsión.
En declaraciones a reporteros, la comerciante Aracely Bautista Vicente reclamó que la fiscal General, Sandra Luz Valdovinos Salmerón, le recomendó, “que me fuera de Acapulco porque mi vida corría peligro”.
El negocio de venta de tacos y pozole se ubica a un costado del popular restaurante Tamales Licha, cerca de la cancha de la CROM.
Narró que su esposo fue asesinado en su presencia en su negocio, “dejando en total desamparo a su familia”.
Reprochó que ya había acudido a denunciar el delito de extorsión ante la Fiscalía Regional de Acapulco en dos ocasiones este año.
Criticó que la FGE no otorgó seguridad a su familia o al menos recorridos de la policía, afuera de su negocio que tenía 20 años funcionando, “yo pedí protección y llevé pruebas, pero no me hicieron caso”.
Indicó que el crimen ocurrió a cinco días de reactivar su negocio, luego del impacto del huracán Otis, “apenas íbamos otra vez a reactivar la economía y nos pasa esto”.
Sostuvo que la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón la citó, y en esa reunión lejos de hacerle justicia le dijo que se fuera de Acapulco.
Puntualizó que no “me queda otro remedio que irme de Acapulco con mis dos hijas y nietos”, pero exhortó a quienes han sido víctimas de la misma tragedia que denuncien y no se queden callados.
Admitió que por la delincuencia organizada la situación en Acapulco “es muy difícil”, pero dijo que tiene confianza en que cambien las cosas en el puerto.
Dijo que su esposo se llamó José Alfredo Orozco y fue atacado adentro del negocio.
“Era un negocio limpio y familiar y lamentablemente mi vida cambió y no me queda otra opción que irme de Acapulco”, concluyó.