En Guerrero se violan constantemente los derechos humanos y no hay justicia, dice la Codehum ante abogados

El presidente de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno dijo que los ataques del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, durante los que fueron desaparecidos 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa mantienen al estado “en el ojo mundial”.
Expuso que en Guerrero se violan los derechos humanos de manera constante y que las autoridades han descuidado la impartición de justicia, aunque también expresó que los guerrerenses no son los mejores a la hora de resolver los conflictos.
En la sesión del Colegio de Licenciados y Posgraduados en Derecho del Estado de Guerrero Julio César Hernández Serna en la que se nombró a los representantes de Chilpancingo, Navarrete Magdaleno expuso la ponencia Los Derechos Humanos en el Estado de Guerrero, en la que resaltó los más de 500 desaparecidos y recordó la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando supo sobre los ataques en Iguala.
Denunció que en el estado no se cumplen los derechos básicos ya que en el tema educativo, los habitantes de las comunidades marginadas del estado no cuentan con escuelas cercanas, mientras que en salud el servicio no es gratuito si no que se cobra a los trabajadores mediante seguros médicos, tampoco se garantiza el derecho a la seguridad y a la paz, ya que de manera constante ocurren hechos violentos.
Dijo que la Codehum se creó hace 20 años con sustento constitucional, contrario a otro tipo de comisiones que eran del gobierno, además de que cuenta con “características únicas” como la Comisión del Ministerio Público.
Expuso que en Guerrero “deberíamos estar más adelante en el estudio de derechos humanos y no enfrascados en casos que nos llevan tiempo”, ya que la Codehum no cuenta con suficientes abogados como para resolver todos los casos de manera inmediata, aunque ha disminuido el número de quejas.
Dijo que cuando hay choques entre manifestantes y policías en alguna protesta, la Codehum tiene que escuchar a las dos partes, pero la versión de los uniformados es distinta a la de los inconformes, por lo que tiene que hacer una investigación de fondo para determinar qué fue lo que pasó.
Luego dijo que en Guerrero la violación a los derechos humanos es histórica y señaló como íconos de la omisión de los derechos la matanza de Aguas Blancas, el caso Ayotzinapa en el 2011 y luego en el 2014, el asesinato del líder guerrillero Lucio Cabañas, la desaparición del líder del Movimiento Revolucionario del Magisterio Jacob Nájera Hernández, y del líder social de Atoyac Rosendo Radilla Pacheco durante la guerra sucia que dejó más de 500 desaparecidos.
Navarrete Magdaleno recordó que estuvo en el acto del perdón en Atoyac en noviembre de 2011, cuando el Estado Mexicano reconoció su responsabilidad en la desaparición de Radilla Pacheco, pero “un perdón nunca será suficiente”.
En la ronda de preguntas se le pidió a Navarrete Magdaleno que mencionara cuál era el caso más representativo en la omisión de los derechos humanos en Guerrero, a lo que contestó que, pese a que evitar hablar Ayotzinapa en los foros de discusión porque es reiterativo su discurso, la desaparición de los 43 normalistas “nos ha marcado”.
Recordó que la noche del 26 de septiembre estaba cenando solo cuando supo de los ataques en Iguala, y de inmediato fue al lugar de los hechos, “en un arranque inexperto” ya que apenas 8 meses antes había asumido la presidencia de la Codehum”.
Dijo que acompañó a los normalistas y documentó los casos de los desaparecidos, pero hace más de dos años que no se esclarecen los hechos.
Agregó que hay quienes consideran que no debe haber más reformas a la Constitución, mientras que otros opinan que se debe crear una nueva, luego reflexionó “si el 90 por ciento de la población no la conoce (la Constitución) ¿para qué crear otra? Hay millones de mexicanos esperando justicia y paz”.
La sesión se llevó a cabo en el Salón Cuicalli y estuvo el presidente del Colegio de Licenciados y Posgraduados en Derecho del Estado de Guerrero Julio César Hernández Serna, Hugo Hernández Martínez, y unos 30 integrantes de esa organización.