Reinauguran familiares de desaparecidos el Muro de la Memoria en el Zócalo

Integrantes del Colectivo Memoria, Verdad y Justicia, durante la reinauguración del Muro de la Memoria, en el Zócalo de la ciudad Foto: Carlos Carbajal

Aurora Harrison

Con la consigna de que las desapariciones de personas no son hechos aislados, el sábado los integrantes del Colectivo Memoria, Verdad y Justicia en compañía de otras organizaciones sociales y madres buscadoras de otros estados reinauguraron el Muro de la Memoria, instalado en el Zócalo.
Solicitaron a la población que se una a la lucha para que ese tipo de hechos ya no sucedan y señalaron que en México son más de 100 mil personas que se encuentran desaparecidas.
El muro de la memoria que se reinauguró el sábado está cerca de las oficinas del Instituto Municipal de la Mujer y frente a la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad. La primera vez que se instaló fue el 3 de septiembre del año pasado, pero fue destruido por los trabajos de remodelación del Zócalo de Acapulco, y después de gestiones ante el gobierno municipal fue reinstalado.
Para celebrar esta reinauguración hubo un concierto con la orquesta típica y coro infantil García Blanco, del Estado de México, en solidaridad con los integrantes del colectivo.
El encargado del corte de listón de la reinauguración fue el director de la Orquesta Típica García Blanco, Ricardo Gutiérrez García, quien en su mensaje dijo: “esto no es un hecho aislado, que esto no sucede solo en Acapulco, Guerrero, estamos siendo testigos que las desapariciones forzadas son en absolutamente en todo el país”.
“Cada familia que pierde a un ser querido es nuestra familia también, no somos conocidos, no son hechos aislados, hoy estamos rodeados de niñas y niños que el día de hoy están teniendo un crecimiento porque se están enfrentando a la vida y les están generando memoria y si generamos memoria podremos evitarlo juntos, ningún desaparecido más ni una desaparecida más, nunca más una madre mexicana atravesando este dolor”, dijo.
Agregó que las diferentes organizaciones que acompañan a los integrantes del colectivo “es el principio de una caminata más allá de nuestras fronteras, vamos a gritar hasta que nos escuche y que la gente sea capaz de apagar las bocinas y unirse, necesitamos que todo el pueblo de México se una a esta lucha”.
Los integrantes del colectivo leyeron un comunicado donde agradecieron al gobierno municipal por recuperar un espacio para colocar los rostros de las personas desaparecidas y que no han regresado a casa.
En representación de la alcaldesa, Abelina López Rodríguez, acudió el director de Gobernación, Ramón Montiel Mejía, en su intervención dijo: “hay que reconocer que es producto de la lucha, de la iniciativa del Colectivo Memoria, Verdad y Justicia”.
Integrantes de la Orquesta Típica García Blanco y del coro infantil de Netzahualcóyotl, ofrecieron un concierto bajo las ramas del Árbol de la Esperanza.
En el mensaje que leyeron los integrantes del Colectivo Memoria Verdad y Justicia recordaron que “iniciamos el 7 de mayo de 2022 con la idea de que ante la negligencia y estigmatización que hace el Estado de la grave crisis de desapariciones en el país, visibilizar para denunciar, renombrar para resignificar, salir a exigir Verdad y Justicia en todos los casos de personas desaparecidas en México y hacer de las plazas públicas, un lugar de transformación del dolor en resistencia”.
Aseguraron que el estado es “responsable de todos estos crímenes por acción, por omisión” y “hoy dentro de nuestro dolor, nos complace estar aquí reinaugurando nuestro Muro de la Memoria”.
En la ceremonia la madre de Jonathan Guadalupe Romero Gil, Socorro Gil, recibió por parte de la directora de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero, América Bautista, el título de su hijo por cumplir con sus estudios.

Fueron a Palo Blanco los 4 desaparecidos de Chilpancingo; exigen su localización

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Una pareja, su hijo y la novia de éste están desaparecidos desde el sábado pasado, cuando se trasladaron a Palo Blanco, ayer sus familiares presentaron la denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (Codehum), donde exigieron su búsqueda y localización.
Los desaparecidos son Elizabeth Catalán Olalde de 39 años, Eloy Peralta García de 38, su hijo Diego Gael Peralta de 17 y la novia de éste, la estudiante de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Brithany Castro Santiago de 16 años.
Presentaron la denuncia Guadalupe Olalde, madre de Elizabeth Catalán Olalde y Ciri Santiago, madre de la joven Brithany Castro Santiago, acompañadas de integrantes del Colectivo de familiares de desaparecidos de Chilpancingo, Lupita Rodríguez.
Denunciaron que sus familiares desaparecieron juntos en el tramo de regreso de Palo Blanco a Chilpancingo.
Ayer martes El Sur informó en su edición impresa de la desaparición de las cuatro personas, sin embargo, de acuerdo con la nueva información que se recogió ayer, tres de los desaparecidos corresponden a una misma familia y la adolescente universitaria es la novia del hijo de la pareja.
Por la desaparición de las mujeres, las autoridades emitieron el lunes la Alerta Amber y el Protocolo Alba.
Desde el lunes los familiares con el apoyo de la Comisión Estatal de Búsqueda (CEB) implementaron una operación de búsqueda en el trayecto de Chilpancingo a Palo Blanco sin resultado alguno, informó el representante del Colectivo Lupita Rodríguez, David Molina Rodríguez.
Ciri Santiago, madre de la joven Brithany Castro Santiago informó que su hija estudia en la escuela Preparatoria Número Uno de la UAG y relató que el viernes a las 10:15 de la mañana salió de su casa y le dijo que iba a salir con su novio, después ya no supo más de ella.
“A las personas que tengan a mi niña les pido por favor que me la regresen, yo no quiero nada contra nadie, no quiero problemas, lo único que pido es que me regresen a mi niña, por favor se los suplico”, clamó entre sollozos.
Aseguró que ella “es niña de casa”, y que siempre está con ella “y hasta donde yo sé no tiene problemas con nadie, casi no sale de la casa”.
Guadalupe Olalde, madre de Elizabeth Catalán Olalde, abuela de Diego Gael y suegra de Eloy Peralta García explicó que desaparecieron junto con Brithany desde la noche del viernes.
Contó que ese día en la noche llegaron a su casa los cuatro. Después llegó un padrino de la pareja con quien estuvieron un rato conviviendo y cuando ya se iba le dijeron que lo iban a dejar a Palo Blanco, de donde es originario.
Salieron de su casa entre 12 y 12 y media de la noche y le dijeron que de regreso pasarían a comprar cena. Recordó que su nieto le pidió: ‘“Sabe qué abuela, no se vaya a dormir, vamos a traer para que cenemos’, los vi que iban contentos, no les vi nada raro”.
Relató que uno de sus hijos le llamó a su hermana Elizabeth a las 2:50 de la madrugada y ella le informó que ya venían de regreso, pero a partir de entonces perdieron contacto.
Les mandaron mensajes y les marcaron a sus teléfonos pero estaban apagados.
“Yo recurro a la gente que por favor me devuelva a mis hijos. No quiero nada contra la gente, sólo les pido que se apiaden de mí porque estoy destrozada. No saber de ellos es muy difícil, no sé qué hacer”.
Pidió que le ayuden a localizarlos, “que se apiaden de esta madre que está sufriendo por sus hijos”.
Informó que su hija trabaja en Liverpool como promotora de ventas y su yerno en una constructora, e incluso salieron en el vehículo de la empresa para la que trabaja.
Beatriz Rivera del colectivo Lupita Rodríguez declaró que este no es un caso más de desaparecidos y que llama la atención que haya sido colectivo, algo que no había ocurrido, y que seguramente las víctimas estuvieron en un lugar y a la hora equivocada.
“En estas condiciones afloran las emociones, Guerrero es el epicentro de las desapariciones y vemos la indiferencia e indolencia de las instituciones. Las personas que pasan por esta situación tienen que estar acompañadas por los colectivos que tienen lastimosamente cierta experiencia de esta situación, para que les hagan caso”, reprochó.
Reclamó a todas las instituciones que se pongan a trabajar y aprovechó para exigir al Congreso local la aprobación de la Ley de Desaparición de Personas para definir las responsabilidades que corresponden a cada una de las dependencias.
“Nos va definir el protocolo inmediato que se debe ejercer en estos casos. Exigimos que los legisladores se toquen el corazón y tomen en cuentan nuestra petición de que se apruebe esa ley tan importante”, insistió.
Exclamó un “ya basta” a las autoridades en un estado “donde le dan prioridad a las fiestas y las bodas en lugar de atender las prioridades de las personas, por ejemplo, las desapariciones que están a la orden del día, diario hay desaparecidos”, reprochó.
Se quejó de que no hay acciones para prevenir la violencia desde el Ejecutivo del estado hasta el municipal, a pesar de que es una de sus responsabilidades.
Dijo que tienen meses pidiendo una reunión con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda para plantearle la gravedad de problema, pero no ha querido recibirlos, “y está bien, que no nos atienda, pero que actúe, que trabaje, es su obligación darnos seguridad, ya no podemos salir a las calles, cualquiera está expuesto a la violencia”.
Pidió apoyo y que les den informes “si vieron o saben algo que lo hagan de manera anónima para encontrarlos pronto”.

Homenaje de familiares y activistas al buscador de fosas Mario Vergara en Cdmx

Asistentes a la misa en honor a Mario Vergara Hernández, sosteniendo sus manos al realizar una oración, en la Ciudad de México Foto: Juan Luis Altamirano Uruñuela

Familiares e integrantes de colectivos se reunieron este domingo en la Ciudad de México para realizar un homenaje a la memoria del activista Mario Vergara Hernández, fallecido el pasado jueves 18 de mayo.
Cerca de 40 personas se reunieron en la Glorieta de las y los Desaparecidos, anteriormente conocida como la Glorieta de la Palma, para la realización de una misa en honor a Vergara.
Alrededor de las 12 horas dio inicio la misa dedicada al activista con la presencia de familiares, amigos e integrantes de colectivos, en la cual se hizo mención a las acciones de Vergara en el terreno de la localización y búsqueda de personas desaparecidas.
Durante el servicio religioso algunas personas que conocieron y colaboraron junto a él, recordaron experiencias con el activista, destacando la importancia que tuvo su trabajo desde 2014.
Entre las prácticas que recordaron, destacaron que cada ocasión en la que Vergara Hernández encontraba a una persona desaparecida pedía formar un círculo, tomarse de las manos y realizar una oración religiosa, misma situación que para honrar su memoria replicaron.
De igual forma al aproximarse a la zona de la Glorieta en la que se llevó a cabo la misa, algunos asistentes pintaron las suelas de blanco de su calzado para que se vieran marcadas en el pavimento para honrar su trabajo.
La misa duró cerca de dos horas y también se exclamó que se buscaba al hermano del activista, Tomás Vergara Hernández, desaparecido desde el 2012 en Hutizuco.
El pasado 18 de mayo, se dio a conocer que el fundador del colectivo Los Otros Desaparecidos, Mario Vergara Hernández falleció a causa de un accidente de trabajo en el municipio de Huitzuco de los Figueroa.
El 16 de mayo, se dio a conocer que Vergara Hernández encontró cerca de la caseta de Paso Morelos en la Autopista del Sol, el cuerpo de Lesly Martínez Colín, joven desaparecida desde el 30 de abril en la Ciudad de México. (Juan Luis Altamirano Uruñuela / Ciudad de México).

Recibe amenazas y la criminaliza la Fiscalía en la búsqueda de su hijo, cuenta la señora Engracia

Engracia Guerrero López muestra la foto de su hijo desaparecido Jesús Antonio Moyao desaparecido el 23 de febrero en Chilapa Foto: Lenin Ocampo Torres

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Para doña Engracia Guerrero López estos días de Navidad y Año Nuevo serán distintos, los pasará sin su único hijo varón Jesús Antonio Moyao, quien fue levantado el 23 de febrero en Chilapa, y sigue desaparecido.
“Habíamos pasado ausencias con él porque trabajaba fuera, pero siempre estaba en constante comunicación, mucho buscaba a su familia, estaba al pendiente, nos hablaba siempre. Ahora será distinto, no sabemos realmente nada de él”, declaró la mujer el 7 de diciembre.
Engracia, quien dijo que antes siempre fue empática con las familias que denunciaban la desaparición de uno de los suyos compartiendo en las redes sociales las fichas con sus datos y decía, “que feo se ha de sentir”, ahora en 10 meses ha vivido su propio drama: está amenazada por quienes se llevaron a su hijo, fue criminalizada por la Fiscalía General del Estado (FGE) e intimidada por los agentes que investigan el caso.
Jesús Antonio Moyao Guerrero de 29 años y de oficio chofer desapareció después de las 4:40 de la tarde del 23 de febrero, cuando trabajaba la ruta del transporte público Mercado-Centro-San Juan, de Chilapa.
La hora la tiene precisa su madre porque minutos antes habló con él, unos 40 o 50 minutos y quedaron de verse más tarde cuando terminara de trabajar, pero Jesús ya no regresó. Antes de las 40:40 también había hablado con su esposa.
Engracia dijo que a las 5:02 de la tarde le preguntaron si estaba con ella porque no lo encontraban y había dejado abandonada la Urvan. Le marcó y el aparato mando a buzón y los mensajes de Whatsaap no le llegaban.
Contó que Francisco, el propietario de la Urvan anduvo preguntando por él muy molesto porque, dijo, “había abandonado la combi”.
Después supieron que de la Urvan se llevaron a su hijo cuando estaba en la colonia Flor Morada, a un costado de la iglesia.
Ahora, 10 meses después, todavía no tiene ninguna idea de qué pasó con él.
“No sé si está con vida, yo quiero creer que sí, que está en algún lugar, mucha gente comenta que a lo mejor ye le hicieron algo, pero yo no quiero creer eso. Yo tengo la esperanza de que mi hijo está vivo”, expuso.
Se quejó de que ha aportado mucha información a la FGE y ha pedido que se vuelva a indagar, “a las personas o a la persona” de quienes hay sospechas, pero que la Fiscalía no ha hecho nada, “el expediente sigue tal cual”, aun cuando hay una indicación de la fiscal general, Sandra Luz Valdovinos, con quien se reunió los primeros días de septiembre, “pero no hay absolutamente ningún avance”.
El 30 de agosto, durante el mitin afuera de la FGE, después de la marcha por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, la Fiscal se acercó a ella y prometió que la iba atender, tres días después la recibió y le ofreció encontrar a su hijo, “pero de eso ya pasaron tres meses y hasta el momento no sé nada, no hay avances, no hay investigaciones, no hay nada. Todo está exactamente como hace 10 meses”.

No hay personal eficiente, capacitado y con empatía con las víctimas, ni espacios adecuados para atenderlas, informa

“Yo veo que las autoridades no investigan, si quisieran resolver el caso ya toda la información se les proporcionó, incluso existe una sábana de llamadas (telefónicas), muchas cosas se han hecho a través del colectivo (Lupita Rodríguez de Chilpancingo), búsquedas, presiones…”.
Denunció que lo que sí ha tenido como respuesta son intimidaciones de agentes ministeriales.
Contó que una ocasión fueron a su casa y le preguntaron a su esposo que si ella conocía a algún testigo, que si sabía por qué los ocultaba y su esposo les dijo que no conocía a nadie.
“Preguntaron en forma intimidante y altisonante. Eso se lo dije a la fiscal, que no se vale, que nosotros somos víctimas y resulta que las víctimas somos las que nos tenemos que andar cuidando de todo y de todos, y la gente que nos ha causado mucho daño anda felizmente caminando por la calle”, señaló.
Engracia Guerrero también se quejó de la criminalización constante que sufren los familiares de los desaparecidos, nos dicen: “seguramente andaban metidos en algo, seguramente hicieron algo, cuando no es así, o cuando menos no les consta”.
En su caso dijo que la criminalización fue directa y desde el momento que fue a presentar la denuncia ante el Ministerio Público, donde el agente de turno que la atendió le advirtió, “si encontramos a su hijo y resulta que hizo algo, va a recibir su castigo”.
Contó que su respuesta fue: “adelante, estoy de acuerdo, si hizo algo se lo merece, pero por la autoridad, no por cualquier persona”.
Reprochó que no hay personal eficiente, capacitado y con empatía con las víctimas, así como espacios adecuados para atenderlas, “no hay privacidad, no hay discreción, los escritorios están todos juntos, todo mundo escucha lo que denunciamos o informamos. No hay seriedad en estos casos”.
Recordó que cuando solicitó las sabanas con las llamadas del teléfono de su hijo le dijeron en el Ministerio Público que no se podía por la secrecía de la investigación, “pero resulta que para nosotros no hay, nos hacen las preguntas delante de toda la gente que está ahí y todo mundo escucha lo que decimos y lo que ellos nos dicen a nosotros”.
Denunció que esto tiene que ver con las amenazas y represalias que después reciben los familiares de las víctimas, como las ha sufrido ella.
“Primero fueron económicas, me dijeron que si quería recuperar a mi hijo tenía que dar cierta cantidad, y no creímos porque sabemos que existen personas que abusan del dolor de nosotros para obtener un recurso económico, y no se vale”, mencionó.
Agregó que después siguieron las amenazas y el acoso, le advirtieron que se tenía que ir de Guerrero para que pudiera saber de su hijo. “Me amenazaron que no me querían volver a ver y mis preguntas fueron, ¿yo que les hice?, ¿quiénes son esas personas?, ¿por qué a mí?, ¿por qué a mi hijo?, ¿qué mal les hemos hecho?.
Entre sollozos, Engracia Guerrero explicó que es muy complicado vivir de esa forma, “son personas cobardes que se esconden bajo perfiles falsos”.

Tres veces le han cambiado al agente del Ministerio Público

Dijo que cuando se reunieron con la fiscal Valdovinos Salmerón, supuestamente para informarle de los avances de la investigación, paradójicamente le dijeron que no había resultados.
Contó que estuvo ahí un nuevo agente del Ministerio Público del caso, quien le argumentó que él apenas se estaba empapando del caso, y que es como volver a empezar de cero la investigación.
La madre del desaparecido informó que inicialmente el Ministerio Público que atendía el caso era un licenciado llamado Kevin, a quien destituyeron o cambiaron y que varios meses el caso estuvo sin atenderse, después, hace dos meses se enteró que designaron a una licenciada Doris, pero el 2 de diciembre cuando se reunió con la Fiscal se enteró que hay uno nuevo que apenas está revisando el expediente.
Reprochó: ¿por qué no en lugar de estar cambiando constantemente personal los capacitan o les dicen que hagan mejor su trabajo?
El mismo 2 de diciembre se enteró que desde el inicio de la investigación debía tener un asesor jurídico, y reclamó porque no le habían dicho nada, y la respuesta fue que: “todo está en oficios”.
Dijo que nueve meses después de que presentó la denuncia le explicaron que debe tener un asesor jurídico, “para el acompañamiento y cualquier duda, pero yo no lo tuve, desafortunadamente”.
Explicó que ahora es como si todo lo que denunció e informó a la FGE sobre la desaparición de su hijo lo hubiera hecho ante un escritorio vacío, “les dicté, archivaron y ahí está la información en simples papeles, porque ellos no pueden hacer nada”.
Engracia Guerrero denunció que en su caso, como en el de miles de familias con desaparecidos en Guerrero, están fallando las autoridades.
“Nos fallaron totalmente a todos los que estamos viviendo este drama, y si contamos cuántas familias están viviendo esta situación, nos fallaron a toda la sociedad en general, a todo el estado y a todo nuestro país”, señaló.

 

En diciembre le pesa más la ausencia de Alberto, desaparecido en la capital, cuenta su mamá

La mamá del joven desaparecido Alberto Fonseca Leyva, Margarita Leyva Cruz, en entrevista para El Sur Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

En diciembre del 2019 Margarita Leyva Cruz prometió a sus dos niños Dios que no los volverá a “acostar” hasta que su hijo Alberto regrese, “mientras, no” y este ya será el cuarto año que en su casa no se colocará el nacimiento porque Alberto, quien era el encargado de eso, no aparece.
Alberto Fonseca Leyva, desapareció el 18 de mayo del 2019 en Chilpancingo cuando tenía 22 años de edad, después de que salió de trabajar como peón de albañil en unos edificios en construcción cerca de su casa en la colonia Eduardo Neri, al poniente de la ciudad.
En entrevista el 6 de diciembre, su madre Margarita Leyva contó que ese día desapareció en un trayecto de 20 minutos que se hacía de camino de la obra a su casa, y desde entonces no sabe nada de él.
Dijo que en diciembre le pesa más su ausencia porque los días 11 de este mes cumple años y el pasado cumpliría 25, “y otra vez fue muy triste pasarlo sin él”.
Margarita tiene tres hijos, Alberto es el único varón y el de en medio, la mayor es la única casada. Contó que estos días de diciembre Alberto se encargada de los arreglos de la casa para esperar la Navidad.
“Le gustaba poner el nacimiento, tengo dos niños Dios grandes y él era el que se encargaba de arreglar el nacimiento, pero desde que él desapareció ya no tengo esa emoción de arreglar y de acostar a mis niños, hasta que él regrese”.
Dijo que desde diciembre del 2019 que Alberto ya no estuvo, les dijo a sus dos figuras religiosas, “no los voy a acostar hasta que mi hijo regrese, mientras, no”.
Margarita dijo aquella mañana de sábado que su hijo salió, “me dijo: mami, al rato regreso” y lo esperó a las 4 de la tarde para comer, “pero dieron las 5 y a las 6, pensé que se iría con sus compañeros a tomarse un refresco, porque era sábado de raya”,
Pero la noche del sábado Alberto no llegó, y a la mañana siguiente Margarita recorrió el trayecto de 20 minutos que caminaba Alberto de su casa a la obra, pensando que lo habían asaltado y que estaría por ahí tirado a orillas del camino, pero no encontró nada.
Dijo que no pensó en otras cosas porque Alberto no toma, no fuma, no tiene amigos, no tiene novia, “es de esos que de la casa al trabajo”.
Ese día llegó a la obra donde trabajaba, pero como era domingo no encontró a nadie que le diera alguna información.
Se esperó al lunes para regresar a la obra, el patrón de Alberto le dijo que el sábado salió normal, a las 3 de la tarde, y que le

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extrañó que no se haya presentado a trabajar ese lunes.

“Las autoridades no investigan, argumentan: hay muchos casos, pero ya estamos en su asunto, y no es cierto”

Informó que ese día fue a la agencia del Ministerio Público a presentar la denuncia por la desaparición de su hijo.
De regreso a su casa revisó sus cosas, porque tuvo la esperanzadora idea de que se pudo haber ido voluntariamente, como le insinuaron al presentar la denuncia, pero encontró todo en orden, “no tiene mucha ropa y no fue difícil comprobar que estaba toda, se llevó solamente la puesta y la que usaba en el trabajo”.
Esa misma semana Margarita buscó la ayuda de la 35 Zona Militar pero la mandaron a la agencia del Ministerio Público donde ya había ido a presentar la denuncia.
“Las autoridades no investigan, argumentan: hay muchos casos, pero ya estamos en su asunto, y no es cierto”.
Declaró que pidió al agente del Ministerio Público que fueran a buscarlo de inmediato, los primeros días, “por si lo asaltaron y le hicieron algo, pero no hicieron nada”.
Contó que agentes del Ministerio Público subieron un mes después a preguntar a la obra, y que después bajaron por la vereda donde caminaba pero no tardaron ni media hora y se retiraron.
Declaró que pensó que iban a preguntar a los que trabajaban en otras obras cercanas, porque hay más en la zona, que iban a consultar a los vecinos, que llevarían su fotografía, que harían su trabajo con más interés y convicción, pero que vio que lo hicieron sólo por cumplir una orden.
Agregó que incluso cuando se retiraban le hablaron para informarle que ya habían subido a buscar y a preguntar pero que no habían encontrado nada.
A partir de entonces Margarita se dedicó a buscar por su cuenta a Alberto.
De tarde en tarde salía con la credencial del INE de su hijo en mano a preguntar a los que trabajaban en las obras cercanas, a cualquiera que veía con su mochila colgada a la espalda y suponía era albañil le mostraba la foto de su hijo, igual que a vecinos de colonias cercanas.
“A partir del 2019 cada Día de Muertos para mí es muy doloroso porque yo no sé si está vivo o muerto, si prenderle una veladora o no, al fin de cuentas se la prendo, por si está muerto, resignarme, y si está vivo que esa luz lo ilumine donde quiera que este”.
Reprochó que, en tanto, las autoridades le están fallando porque no buscan, “dicen que no tienen personal, que no cuentan con tiempo suficiente por los muchos casos que hay, y que hay otros más urgentes que sacar”.
Incluso contó que la Comisión Estatal de Búsqueda le hizo un análisis de contexto y la conclusión fue que salió voluntariamente del estado al norte del país, opinión que ella rechazó porque no tienen conocidos en Estados Unidos, “él no tiene ni amigos, cómo para que con alguno de ellos se haya ido”, objetó la mujer.
“Él es muy reservado, desconfiado, por más que le hubieran ofrecido un trabajo fuera no lo hubiera aceptado sin pedirme mi opinión. No es arrojado, es tímido, siempre me consulta, no es alguien que le guste la aventura. Es muy callado, muy serio, del trabajo a casa”, describió.
Agregó que con esa conclusión las autoridades pretendían cerrar el caso, pero ella se opuso y lo reabrieron, y por el contrario exigió búsquedas en vida en los reclusorios y en los anexos de Iguala, Acapulco y Taxco, petición que no ha tenido respuesta y pidió a las autoridades “que se conduelan”.
Informó que con el apoyo del Colectivo de Chilpancingo Lupita Rodríguez recientemente se reabrió el caso, se revisó la carpeta de investigación, logró una reunión con la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón y se organizó un grupo de búsqueda en vida, del que su hija la menor es la encargada.
“Ya andan rastreando los cerros de Chilpancingo y sus alrededores”, dijo e informó que se han realizado cuatro búsquedas, aunque sin resultados.

Denuncian familiares de los desaparecidos de la UPOEG que la Fiscalía no les da información

Destrozos que provocaron policías estatales en las oficinas de la UPOEG de Cruz Grande el 8 de octubre, según el relato que el comandante desaparecido, Octavio Maganda, envió a la fiscal del estado, Sandra Luz Valdovinos Foto: El Sur

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

A 15 días de la desaparición de los cuatro miembros de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), los familiares no han recibido información de las autoridades respecto a los resultados de la búsqueda, declaró ayer el dirigente de la agrupación Bruno Plácido Valerio.
El comandante regional de la Policía Ciudadana de la UPOEG de Cruz Grande, Octavio Maganda Gallardo, la promotora de la organización del mismo municipio y viuda del coordinador Esteban Ramos Gallardo, Angélica López Cruz, así como Antonio Mejía Villa y Diego González Lorenzo, desaparecieron aproximadamente a las 2 de la tarde del 17 de noviembre, después de que asistieron a una reunión de la organización en Barra Vieja municipio de Acapulco.
Según el dirigente de la UPOEG, las autoridades ya suspendieron las búsquedas y hasta ayer solo los miembros de la organización seguían realizando recorridos en los pueblos que se encuentran en el trayecto de Barra Vieja, municipio de Acapulco, a San Marcos.
Sin embargo informó que en 14 días de búsqueda (iniciaron un día después de su desaparición), no han hallado indicios de su paradero y ni si quiera el vehículo en el que viajaban el día que desaparecieron.
En declaraciones por teléfono, el dirigente de la UPOEG, denunció que la Fiscalía General del Estado (FGE) ni el gobierno estatal han informado de avances o hallazgos de las investigaciones a los familiares de los cuatro desaparecidos.
Incluso dijo que se sabe que desde el sábado pasado dejaron de realizar los operativos que mantenían supuestamente en busca de los miembros de la UPOEG en el tramo de la carretera de Barra Vieja a San Marcos.
“Todo está muy raro, ya suspendieron los operativos como si no les importara que sigan desaparecidos, a la organización no tienen por qué dar información, pero entiendo que es su obligación informar a los familiares y no lo han hecho”, reprochó.
Informó que a diferencia de otros casos que funcionarios de la FGE o del gobierno del estado buscan y se reúnen con los familiares de las víctimas para darles información, en este caso no los han buscado.
“No han informado nada, hay un silencio total y eso nos parece raro, no han informado de las sábanas (de las llamadas telefónicas), ni han informado de los videos, ni se han reunido con los familiares”, reclamó.
Denunció que a pesar de que hay una queja de Octavio Maganda que presentó ante las comisiones nacional y estatal de derechos humanos antes de que desapareciera, en la que advirtió que estaba en riesgo su vida por amenazas que dejaron en un mensaje policías estatales que allanaron las oficinas de la UPOEG el 8 de octubre, los organismos no han intervenido en el caso.
Reprochó que a diferencia de otros casos, en este se está viendo mucha impunidad.
Informó que los únicos que siguen buscando son los integrantes de la UPOEG, aunque explicó que lo hacen un día sí y otro no, porque tienen que recabar fondos para la gasolina.
Agregó que la dirigencia de la organización está convocando a una reunión para el sábado para tomar acuerdos del plan de acción de los próximos días.
Mientras tanto, los familiares cercanos de los desaparecidos desde la semana pasada se han negado a hablar públicamente del caso.
Algunos de ellos reconocieron que la impunidad, indiferencia y la apatía de las autoridades, los pone en riesgo ante quienes tienen privados de su libertad a sus familiares.

 

Homenajea la ACNR en Iguala a la estudiante Victoria Hernández, desaparecida hace 46 años

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Al cumplirse ayer 46 años de la desaparición de la estudiante de la Escuela Superior de Agricultura (ESA) de Iguala y luchadora social, Victoria Hernández Brito, su hermano, el ex integrante del movimiento de Genaro Vázquez Rojas, Gregorio Hernández declaró por teléfono que sigue exigiendo su presentación con vida, porque “es imposible pensar que ya no exista”.
La tarde de ayer integrantes de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), directivos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias Ambientales (antes ESA) y ex alumnos de esa institución, rindieron un homenaje a la estudiante de esa escuela desaparecida el 11 de noviembre de 1976.
En la mañana Gregorio Hernández dijo que a 46 años de la desaparición forzada de su hermana, sigue exigiendo justicia y la presentación con vida de Victoria porque necesita saber qué fue de ella, y dijo que el principal responsable es el ex gobernador Rubén Figueroa Figueroa.
“El principal responsable fue Figueroa Figueroa, él fue enemigo acérrimo de los universitarios, y apenas había desaparecido la ESA cuando mi hermana anduvo activa exigiendo la devolución, ese fue el motivo de que la desaparecieran”, recordó.
Agregó que con ello el ex gobernador ya fallecido quiso golpear a la Universidad, a los maestros y a los estudiantes, “por eso lo considero como uno de los primeros asesinos de Guerrero y de México”.
Reprochó que autoridades como el presidente municipal de Iguala, (el priista) David Agama Pérez haya rendido un homenaje el miércoles pasado al ex gobernador con motivo de su 114 aniversario de nacimiento.
Dijo que el ex gobernador fue uno de los gobernadores que más reprimieron al pueblo durante su periodo de gobierno y que su hermana fue una de las víctimas.
Sin embargo insistió: “yo no puedo pensar que ella ya no exista, por eso sigo con la demanda de que quiero saber dónde está, que me digan qué pasó con ella, que la presenten con vida”.
Informó que recientemente ha reanudado la exigencia de su presentación mediante la recién creada Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a los Derechos Humanos Cometidas de 1965 a 1990.
Mencionó que en junio pasado con otras víctimas de la represión de 1960 hasta la década de 1980, acudieron al Campo Militar número uno en la Ciudad de México para exigir verdad y justicia al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y al subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, “a ellos les exigimos que hagan algo por investigar y se esclarezcan los casos de los desaparecidos”.
Reconoció que no tienen seguridad de que se esclarezcan los casos, “pero aún tenemos la esperanza, a ver si dan algunos resultados, al menos eso esperamos”.
El presidente del colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos de la Guerra Sucia del Municipio de Atoyac de Álvarez Octaviano Gervasio Serrano, también declaró por teléfono que Victoria Hernández Brito, “fue desaparecida por órdenes directas del cacique y asesino Rubén Figueroa Figueroa”.
La recordó como una alumna egresada de la Escuela de Agricultura “con mucha valentía, honor y ejemplo para todos los guerrerenses y mexicanos porque defendió no sólo esa escuela, sino los derechos y las libertades de los guerrerenses”, y eso le costó, “lamentablemente, que fuera desaparecida y torturada por este delincuente, el entonces gobernador”.
Añadió que el Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos de la Guerra Sucia del Municipio de Atoyac de Álvarez hace suyo el reclamo y exigencia de justicia para Victoria Hernández, que hoy cumple 46 años desaparecida”.
También criticó que autoridades como el alcalde de Iguala haya participado en el homenaje que le rindieron los priistas y familiares al ex gobernador Figueroa Figueroa, “es una situación lamentable que se siga adulando a un asesino, a una persona que no solo ordenó la desaparición de Victoria, sino de cientos guerrerenses, hombres y mujeres”.
En la noche el integrante de la ACNR, Moisés Ocampo Delgado informó que hubo un homenaje en la Facultad de Ciencias Agropecuarias Ambientales de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), donde estudió Victoria Hernández, cuando aún era la ESA.
El hermano de Victoria, Lenin Hernández dijo que en el homenaje se contaron testimonios de los ex compañeros de Victoria, uno de ellos Palemón Castrejón Salgado, compañero de generación de la luchadora social desaparecida.
Informó que asistió también el director de la Facultad de Ciencias Agropecuarias Ambientales, Blas Cruz Lagunas, y el hermano de la desaparecida, Gregorio Hernández.