Dictan auto de formal prisión a los curas que mataron al alcalde de Xalpatláhuac

 

 Se encontraron elementos de prueba suficientes para demostrar la existencia del delito, indicó el juez. Niega que lo haya presionado el gobernador

 Zacarías Cervantes Chilpancingo

El juez Jesús Campos Ramírez dictó ayer el auto de formal prisión a los sacerdotes Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez, como probables responsables del delito de homicidio calificado y lesiones en agravio del presidente municipal de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal y de su hijo Lorenzo Ruiz García.

La resolución la leyó la primera secretaria de Acuerdos, Ana Gabriela Bello Tovar, a los dos sacerdotes ahora procesados, quienes fueron sacados a la rejilla de prácticas poco antes de las 6 de la tarde de ayer para firmar dicha resolución.

El juez Campos Ramírez resolvió el auto de formal prisión luego de que –según el documento– “se encontraron elementos de prueba suficientes para demostrar la existencia del delito, y se demostró que uno de ellos (Cuéllar Vázquez) fue el causante del daño y el otro (García Rodríguez) lo auxilió antes y cuando se cometieron los hechos”.

Para el juez, los sacerdotes actuaron “de manera dolosa” y procedieron “intencionalmente”, y señala en su resolución que hay “bastantes datos para acreditar su probable responsabilidad” en los hechos.

Pero además señala que Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez “acreditaron el consenso” en su actuación en contra de Ruiz Villarreal, quien falleció dos horas después de recibir dos impactos de bala y en contra de su hijo Ruiz García, quien resultó lesionado de un balazo en la pantorrilla, por lo que resolvió dictarles el auto de formal prisión por el delito de homicidio y lesiones, así como la suspensión de sus derechos ciudadanos.

El juez concedió cinco días para que la defensa de los dos sacerdotes impugnen el auto, y además se declaró incompetente para seguir conociendo del caso agotadas las diligencias, por lo que lo turnó al juzgado de Huamuxtitlán –distrito al que corresponde el municipio de Cualac–, donde ocurrieron los hechos.

Mientras tanto los abogados de los dos sacerdotes, José Ramírez Villalba y Pablo Santana Alfaro, entrevistados después de escuchar la resolución del juez, declararon su inconformidad y ambos coincidieron que recurrirán al amparo de la justicia federal a favor de sus respectivos clientes.

Ramírez Villalba, abogado de Ernesto García Rodríguez, y Santana Alfaro, defensor de Lorenzo Cuéllar Vázquez, coincidieron en que recurrirán al amparo de la justicia federal para que el caso se salga de los jueces locales y pase a los federales, donde ya no pueda influir el Ejecutivo estatal.

Santana Alfaro reiteró que su cliente fue torturado por los policías judiciales para que declarara que disparó en defensa propia y que la pistola era de él, cuando la realidad es lo que dijo ante el juez, “ya sin presiones”, en el sentido de que fue agredido por unas personas entre las que se encontraba el presidente municipal y su hijo, y que durante la riña forcejearon y el arma, “que al parecer era del presidente municipal”, se disparó.

Incluso el abogado aseguró que hay elementos suficientes para desvirtuar en las instancias federales los cargos que le impuso el juez a su cliente.

Santana Alfaro dijo que el término legal para dictar el auto de formal prisión no fue suficiente para presentar las pruebas a favor de su cliente, pero aseguró que “hay elementos suficientes para desvirtuar los cargos durante el proceso que sigue”.

Mientras tanto, el juez Jesús Campos aseguró que la resolución fue dictada conforme a la ley y con base a las pruebas y elementos que fueron aportadas las dos partes.

Con respecto a los señalamientos del abogado de Ernesto García Ramírez, Pedro Ramírez Millán, en el sentido de que emitió su resolución por consigna del gobernador Rene Juárez, dijo que “estamos en un estado de derecho y ello nos permite ser autónomos”, y aseguró que “no he recibido línea de nadie”.

Aseguró que para él este es sólo un caso más, pues los dos sacerdotes, en materia de del derecho, sólo son ciudadanos con todos sus derechos.

Campos Ramírez indicó que las cuestiones por las que la PGJE los trasladó del distrito judicial a donde se cometieron los hechos a esta capital las desconoce; “yo recibí el caso porque estaba de turno, lo demás lo desconozco”, aseguró.

El gobernador ordenó que el juez dicte la prisión a los curas, dice el abogado

Hay muchas irregularidades en el caso, asegura el defensor de Ernesto García, el otro párroco implicado

 Zacarías Cervantes Chilpancingo El abogado del sacerdote Ernesto García Rodríguez, uno de los involucrados en el homicidio del alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal, Pedro Ramírez Millán, denunció ayer que hay la consigna del gobernador Rene Juárez para que la resolución del juez –que emitirá el jueves– sea auto de formal prisión contra los clérigos.

Pero aseguró que hay muchas cosas que aún no se aclaran e irregularidades que cometío la Procuraduría General de Justicia del Estado durante las horas posteriores al crimen.

“Hay puntos oscuros en el caso que causó la Procuraduría y que deben aclararse”, denunció el abogado, y entre estos mencionó el hecho de que no haya certificado de la necropsia del difunto, asimismo que se les haya tomado su declaración a los dos acusados en la PGJE, cuando las primeras diligencias se desarrollaron en Tlapa, y que la consignación haya sido a un juez de Chilpancingo, cuando correspondía a uno de Tlapa.

Para el abogado no es justificable que fueran trasladados a Chilpancingo por razones de seguridad, “porque no toda la población está contra ellos, sino sólo los familiares del presidente municipal”. Dijo en realidad “querían vigilar de cerquita el caso”.

Entrevistado en su despacho, Ramírez Millán dijo que así como ve las cosas la resolución del juez será el auto de formal prisión para los dos sacerdotes, “ante el maridaje que priva entre la PGJE y el Poder Judicial”.

Dijo que el plazo es sólo para cumplir el trámite, “porque la resolución ya está dada por el Ejecutivo estatal.

Y es que Ramírez Millán informó que hace cuatro días el gobernador René Juárez fue a visitar a la viuda del alcalde Ruiz Villarreal, Ofelia García Guevara, para darle el pésame y a ella le dijo “que se haría justicia y que se emplearía todo el paso de la ley” contra los responsables.

El abogado opinó que con ello el gobernador “no tuvo el tacto para atender el caso solamente de manera política, si no que incursionó en la cuestión jurisdiccional, lo que desde mi punto de vista es grave tomando en cuenta que el titular del Poder Judicial en realidad sirve a quien manda en Guerrero: el Ejecutivo estatal”.

Pero además el abogado dijo que al gobernador “se le olvidó que cuando se habla de justicia es porque ya se ha oído a las dos partes y no sólo a una, como es el caso”.

Indicó que en el caso de su cliente, el párroco García Rodríguez, ha demostrado que no intervino en los hechos, y que si se dicta el auto de formal prisión en su contra “el juez va a contradecir las constancias de la causa y va a cumplir con el deseo puro y bonito del gobernador cuando habla de justicia”.

En cuanto al caso del sacerdote Lorenzo Cuéllar Vázquez, dijo que debe investigarse “imparcialmente para conocer exactamente cómo ocurrieron los hechos”, porque dijo que la parte ofendida, como que el hijo del alcalde, Lorenzo García Villarreal, y los policías que intervinieron en la detención de los sacerdotes “ocultan cosas importantes”.

Por ejemplo señaló que en sus declaraciones –que obran en la causa penal– señalan que no iban armados y que no andaban tomados, cuando los testimonios señalan que si iban armados y alcoholizados.

El gobernador ordenó que el juez dicte la prisión a los curas, dice el abogado

 

 Hay muchas irregularidades en el caso, asegura el defensor de Ernesto García, el otro párroco implicado

 Zacarías Cervantes Chilpancingo

El abogado del sacerdote Ernesto García Rodríguez, uno de los involucrados en el homicidio del alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal, Pedro Ramírez Millán, denunció ayer que hay la consigna del gobernador Rene Juárez para que la resolución del juez –que emitirá el jueves– sea auto de formal prisión contra los clérigos.

Pero aseguró que hay muchas cosas que aún no se aclaran e irregularidades que cometío la Procuraduría General de Justicia del Estado durante las horas posteriores al crimen.

“Hay puntos oscuros en el caso que causó la Procuraduría y que deben aclararse”, denunció el abogado, y entre estos mencionó el hecho de que no haya certificado de la necropsia del difunto, asimismo que se les haya tomado su declaración a los dos acusados en la PGJE, cuando las primeras diligencias se desarrollaron en Tlapa, y que la consignación haya sido a un juez de Chilpancingo, cuando correspondía a uno de Tlapa.

Para el abogado no es justificable que fueran trasladados a Chilpancingo por razones de seguridad, “porque no toda la población está contra ellos, sino sólo los familiares del presidente municipal”. Dijo en realidad “querían vigilar de cerquita el caso”.

Entrevistado en su despacho, Ramírez Millán dijo que así como ve las cosas la resolución del juez será el auto de formal prisión para los dos sacerdotes, “ante el maridaje que priva entre la PGJE y el Poder Judicial”.

Dijo que el plazo es sólo para cumplir el trámite, “porque la resolución ya está dada por el Ejecutivo estatal.

Y es que Ramírez Millán informó que hace cuatro días el gobernador René Juárez fue a visitar a la viuda del alcalde Ruiz Villarreal, Ofelia García Guevara, para darle el pésame y a ella le dijo “que se haría justicia y que se emplearía todo el paso de la ley” contra los responsables.

El abogado opinó que con ello el gobernador “no tuvo el tacto para atender el caso solamente de manera política, si no que incursionó en la cuestión jurisdiccional, lo que desde mi punto de vista es grave tomando en cuenta que el titular del Poder Judicial en realidad sirve a quien manda en Guerrero: el Ejecutivo estatal”.

Pero además el abogado dijo que al gobernador “se le olvidó que cuando se habla de justicia es porque ya se ha oído a las dos partes y no sólo a una, como es el caso”.

Indicó que en el caso de su cliente, el párroco García Rodríguez, ha demostrado que no intervino en los hechos, y que si se dicta el auto de formal prisión en su contra “el juez va a contradecir las constancias de la causa y va a cumplir con el deseo puro y bonito del gobernador cuando habla de justicia”.

En cuanto al caso del sacerdote Lorenzo Cuéllar Vázquez, dijo que debe investigarse “imparcialmente para conocer exactamente cómo ocurrieron los hechos”, porque dijo que la parte ofendida, como que el hijo del alcalde, Lorenzo García Villarreal, y los policías que intervinieron en la detención de los sacerdotes “ocultan cosas importantes”.

Por ejemplo señaló que en sus declaraciones –que obran en la causa penal– señalan que no iban armados y que no andaban tomados, cuando los testimonios señalan que si iban armados y alcoholizados.

Presentarán abogados a testigos a favor de los sacerdotes que mataron al alcalde

Piden al juez ampliar el término para mostrar pruebas               que los exoneren

Cambia el cura Lorenzo Cuéllar su declaración: no era su arma, sino del presidente municipal de Xalpatláhuac. “Forcejeamos y la pistola se disparó”, asegura

Luego de la declaración preparatoria que rindieron ante el Juzgado Primero del Ramo Penal el domingo, los sacerdotes Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez, sus abogados solicitaron la ampliación del término para presentar pruebas a su favor, por lo que la situación jurídica podría resolverse el jueves.

En su declaración, sólo el clérigo Ernesto García Rodríguez ratificó lo que señaló ante el Ministerio Público, en tanto que Lorenzo Cuéllar Vázquez cambio el sentido de sus primeras versiones, pues aseguró que el arma no era de él, sino del alcalde muerto, Ruiz Villarreal, y que durante la riña se la quitó y la pistola se disparó en el forcejeo.

Previamente el cura había indicado que disparó el arma en defensa propia, luego de una agresión que sufrió por parte de las personas que acompañaban al presidente municipal.

Incluso admitió que traía el arma porque en los últimos meses había recibido amenazas de muerte a través de anónimos, por escrito y vía telefónica.

Mientras que el párroco García Rodríguez, quien oficia en Pascala del Oro, municipio de San Luis Acatlán, insistió que él bailaba en la plazuela, donde se efectuaba la fiesta, cuando su compañero se fue al atrio de la parroquia y lo siguió, pero que al llegar a la puerta de la iglesia observó que tres personas lo estaban golpeando.

Aseguró que antes de llegar escuchó tres disparos, por lo que se fue sobre él para quitarle el arma.

Ambas declaraciones quedaron asentadas en la causa penal 73/2004, que se abrió sobre el caso a partir de que los dos curas fueron puestos a disposición del juez.

El plazo para que el juez determinara venció a las 4:30 de la tarde del domingo, pero la defensa solicitó la ampliación del término legal para presentar testigos de descargo, y en este contexto a las 12 del día de hoy martes ambos sacerdotes presentarán un testigo cada uno.

Los abogados del clérigo Ernesto García Rodríguez son Pedro Ramírez Millán y José Ramírez Villalva, quienes promovieron el juicio político en contra de los magistrados Jesús Martínez Garnelo y Miguel Maya Manrique, así como en contra de la juez María del Pilar Campos Tapia.

En tanto que los abogados de Lorenzo Cuéllar Vázquez son Pablo Santana Alfaro y Pedro Lamberto Guevara, quienes pertenecen a un despacho del puerto de Acapulco.

Presentarán abogados a testigos a favor de los sacerdotes que mataron al alcalde

  Piden al juez ampliar el término para mostrar pruebas  que los exoneren

 

 Cambia el cura Lorenzo Cuéllar su declaración: no era su arma, sino del presidente municipal de Xalpatláhuac. “Forcejeamos y la pistola se disparó”, asegura

Luego de la declaración preparatoria que rindieron ante el Juzgado Primero del Ramo Penal el domingo, los sacerdotes Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez, sus abogados solicitaron la ampliación del término para presentar pruebas a su favor, por lo que la situación jurídica podría resolverse el jueves.

En su declaración, sólo el clérigo Ernesto García Rodríguez ratificó lo que señaló ante el Ministerio Público, en tanto que Lorenzo Cuéllar Vázquez cambio el sentido de sus primeras versiones, pues aseguró que el arma no era de él, sino del alcalde muerto, Ruiz Villarreal, y que durante la riña se la quitó y la pistola se disparó en el forcejeo.

Previamente el cura había indicado que disparó el arma en defensa propia, luego de una agresión que sufrió por parte de las personas que acompañaban al presidente municipal.

Incluso admitió que traía el arma porque en los últimos meses había recibido amenazas de muerte a través de anónimos, por escrito y vía telefónica.

Mientras que el párroco García Rodríguez, quien oficia en Pascala del Oro, municipio de San Luis Acatlán, insistió que él bailaba en la plazuela, donde se efectuaba la fiesta, cuando su compañero se fue al atrio de la parroquia y lo siguió, pero que al llegar a la puerta de la iglesia observó que tres personas lo estaban golpeando.

Aseguró que antes de llegar escuchó tres disparos, por lo que se fue sobre él para quitarle el arma.

Ambas declaraciones quedaron asentadas en la causa penal 73/2004, que se abrió sobre el caso a partir de que los dos curas fueron puestos a disposición del juez.

El plazo para que el juez determinara venció a las 4:30 de la tarde del domingo, pero la defensa solicitó la ampliación del término legal para presentar testigos de descargo, y en este contexto a las 12 del día de hoy martes ambos sacerdotes presentarán un testigo cada uno.

Los abogados del clérigo Ernesto García Rodríguez son Pedro Ramírez Millán y José Ramírez Villalva, quienes promovieron el juicio político en contra de los magistrados Jesús Martínez Garnelo y Miguel Maya Manrique, así como en contra de la juez María del Pilar Campos Tapia.

En tanto que los abogados de Lorenzo Cuéllar Vázquez son Pablo Santana Alfaro y Pedro Lamberto Guevara, quienes pertenecen a un despacho del puerto de Acapulco.

Llama Aguirre Franco a no escandalizarse si algunos sacerdotes cometen faltas

Pide perdón a los familiares del alcalde de Xalpatláhuac y al pueblo por el “antitestimonio” de los sacerdotes Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez

Magdalena Cisneros

Luego de pedir perdón a los familiares y al pueblo por el “antitestimonio” de los sacerdotes Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez, al participar en el asesinato del alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal, el arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, pidió no escandalizarse cuando algunos clérigos no sean “tan resplandecientes”, y apeló a “la madurez cristiana de los creyentes frente a los hechos tan dolorosos de esta semana”.

En su homilía de ayer, el prelado católico dijo que no hay que escandalizarse cuando algunos miembros de la iglesia, sobre todo pastores, “no seamos tan resplandecientes, y pidió perdón a Dios, a la iglesia y al pueblo para que “El Señor tenga misericordia de todos nosotros y nos ayude a reparar semejante ofensa”.

El miércoles, el párroco del municipio de Cualac, Lorenzo Cuéllar, asesinó de dos balazos al alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz. El viernes junto al sacerdote Ernesto García, Lorenzo Cuéllar fue recluido en el penal de Chilpancingo.

Al término de la misa, al anticiparse a las preguntas de los reporteros, Aguirre Franco dijo que Jesucristo habló de escándalos sobre el mundo, pero insistió que “no hay que escandalizarse, hay que superar esa crisis que provocan los escándalos”.

También pidió al pueblo no extrañarse de que sucedan estos acontecimientos en la Iglesia Católica, y solicitó de nuevo perdón a Dios, pero también a los familiares del alcalde de Xalpatláhuac “por nuestros antitestimonios, y el que pide perdón quiere decir que es la puerta de la rehabilitación para que enmiende el camino que hubiera fallado”.

Indicó que confiarán en el proceso que se lleve a cabo para que aparezca “la verdad de los acontecimientos y las sanciones que se deben dar”; asimismo solicitó a los medios de información que no exijan que “demos la sentencia, entonces para qué existen los juzgados y los ministerios públicos y los tribunales eclesiásticos, vamos dejando que haya estos juicios”.

Pidió no adelantarse a los acontecimientos, a juzgar, porque todo tiene su proceso.

Hizo una “llamadita a los medios de información” porque resaltan fallas de los sacerdotes, que son reales, pero “se sobredimensionan”, y dijo que será cuando falle Jesucristo que se acabe la iglesia, pero no se acabará aún con estos acontecimientos.

Indicó que le preocupan algunas denuncias sobre sacerdotes que ingieren bebidas alcohólicas, “pero hay que comprobarlo, y existen tribunales tanto civiles como eclesiásticos, nosotros estamos pendientes de todo”.

Precisó que las denuncias “las investigamos muy detalladamente”, que la Iglesia ha encontrado casos “de diferentes clases”.

Antes, el arzobispo informó sobre la celebración del Día de las Comunicaciones Sociales, el domingo 21 de mayo, y un día después hará un desayuno para los reporteros donde pedirá por el trabajo, la familia y que no falten noticias.

Ingresa al penal de Chilpancingo el cura que mató al presidente municipal

También encarcelan al padre Ernesto Rodríguez, como cómplice

 Su confinamiento en la capital es por medidas de seguridad ante las protestas de habitantes de Xalpatláhuac, informa el director de Averiguaciones Previas de la PGJE, Joaquín Juárez Solano

 Zacarías Cervantes Chilpancingo Los sacerdotes Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez, detenidos como presuntos responsables del asesinato del alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal, fueron ingresados ayer al Centro de Readaptación Social de Chilpancingo y puestos a disposición del juez Jesús Campos.

Los dos clérigos fueron trasladados de los separos de la Policía Judicial del Estado a la cárcel de esta capital por una decena de policías de Seguridad Pública y de la PJE, así como por el director de Averiguaciones Previas de la PGJE, Joaquín Juárez Solano.

Vestido con una camisa a cuadros, negro con blanco, pantalón de mezclilla color negro y botas tipo militar, el sacerdote Lorenzo Cuéllar ingresó al penal cabizbajo y con un semblante triste. Atrás lo seguía el párroco Ernesto García Rodríguez, quien vestía una camisa verde, pantalón gris y huaraches. Ambos se negaron a hacer comentarios a la prensa.

Afuera del penal, presenció de lejos el ingreso de los dos clérigos la madre de Lorenzo Cuéllar, Agustina Vázquez, quien sólo iba acompañada por un joven que se dijo amigo de la familia.

“Esta es una situación grave tanto para una parte como para la otra”, dijo con una voz apenas audible, y agregó que desconoce lo que le espera a su hijo, “porque ese es un asunto de las autoridades, la justicia sabrá qué hacer”, señaló.

A los familiares del presidente municipal muerto les dijo que: “lo siento, se siente perder a un ser querido, yo también estoy sintiendo a mi hijo”, indicó y después se negó a hablar más.

Mientras que el director de Averiguaciones Previas de la PGJE, Joaquín Juárez Solano, dijo que los dos sacerdotes son probables responsables del delito de homicidio en agravio del alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal.

Y es que señaló que de acuerdo con testimonios y declaraciones hechos ante la Policía Judicial, también hubo alguna participación del párroco Ernesto García Rodríguez, porque en algún momento retuvo al alcalde y a su hijo mientras Lorenzo Cuéllar fue al curato por el arma con la que disparó.

También informó que una de las hipótesis es que los hechos se generaron por una confusión, porque durante el baile algunas personas agredieron a los sacerdotes, y que éstos los confundieron con el alcalde y su hijo cuando ya se retiraban.

Dijo que es apenas una de las hipótesis porque las investigaciones van a continuar hasta que se esclarezca el caso.

Juárez Solano reconoció que los detenidos fueron trasladados a esta capital por medidas de seguridad, toda vez que ciudadanos de Xalpatláhuac comenzaban a efectuar protestas en Tlapa, donde se encontraban detenidos.

La situación jurídica de los dos clérigos será resuelta en un plazo de 72 horas, por el juez Jesús Campos.

Actué en defensa propia, dice el cura que mató al presidente municipal

Los sacerdotes detenidos dan su versión en la Procuraduría estatal

Gente que iba con el alcalde me agredió primero, dice. Reconoce que estaba “un poquito tomado”. Ni siquiera conocía a la víctima, señala. Fueron cinco disparos, dice el otro cura

Zacarías Cervantes Chilpancingo Cabizbajo y arrepentido, el sacerdote Lorenzo Cuéllar Vázquez, acusado de asesinar al alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal, pidió perdón por el delito, pero dijo que actuó bajo los efectos del alcohol y en defensa propia ante una agresión física que sufrió del grupo que acompañaba al munícipe.

Los dos sacerdotes, Cuéllar Vázquez y su compañero de San Luis Acatlán, Ernesto García Rodríguez, quien presenció los hechos, fueron trasladados la noche del miércoles por el director de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Joaquín Juárez Solano, y aunque funcionarios negaron que los dos clérigos se encontraran en la PGJE, ambos fueron presentados en las instalaciones de ésta a las 3:30 de la tarde de ayer y respondieron a preguntas de los reporteros sobre los hechos de las primeras horas del miércoles en Cualac.

Con una barba de dos días, mirada dura y penetrante, el sacerdote Lorenzo Cuéllar Vázquez dijo: “Quiero pedir perdón porque sé que he cometido un delito”, pero agregó que actuó en defensa propia luego de que fue agredido por los acompañantes de la víctima. El clérigo también pidió perdón a la familia del alcalde.

Sobre cómo ocurrieron los hechos, recordó que durante la corrida de toros amenizaron tres bandas de música, y que acordaron –no precisó quiénes– que éstas tocaran en el baile que se efectuaba en la plaza cívica de la población.

Dijo que retiraba a las bandas del lugar donde se celebró la fiesta cuando, sin saber por qué, fue agredido físicamente por algunas personas.

Admitió que andaba “un poquito tomado”, y que cuando fue derribado a golpes sacó su pistola y disparó contra quienes lo agredían. Dijo que observó que algunos corrieron, pero que siguió disparando.

Aseguró que no tenía ningún problema con el alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal, y que incluso personalmente no lo conocía. Aseguró que se enteró de que el muerto era presidente municipal porque se lo dijeron en la Agencia del Ministerio Público de Tlapa, cuando ya estaba detenido el miércoles pasado.

El sacerdote explicó que andaba armado –usó una pistola 9 milímetros– porque desde hace algunos meses es amenazado de muerte por llamadas telefónicas y escritos que le dejan en el curato, pero dijo desconocer los motivos de dichas amenazas.

Por su parte, el sacerdote Ernesto García Rodríguez, con un semblante que mostraba menos preocupación, informó que cuando sucedieron los hechos él se encontraba bailando, y que al escuchar el pleito, casi frente a la iglesia de San Miguel a cargo del padre Lorenzo Cuéllar, dejó la fiesta y vio que el párroco disparaba.

Explicó que se abalanzó hacia él y lo abrazó tratando de quitarle el arma, pero ya había hecho cuando menos cinco disparos.

Al igual que el cura Lorenzo Cuéllar, dijo que no conocía “para nada” al muerto y que tampoco sabe cuál fue el origen de la agresión física que sufrió su compañero.

Aunque hasta la tarde de ayer estaban detenidos en Chilpancingo, los sacerdotes están a disposición de la Agencia del Ministerio Público de Tlapa, y en un plazo de 48 horas se pondrán a disposición del juez penal para que resuelva si les dicta auto de formal prisión o de libertad.

Actué en defensa propia, dice el cura que mató al presidente municipal

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 Zacarías Cervantes Chilpancingo

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Los dos sacerdotes, Cuéllar Vázquez y su compañero de San Luis Acatlán, Ernesto García Rodríguez, quien presenció los hechos, fueron trasladados la noche del miércoles por el director de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Joaquín Juárez Solano, y aunque funcionarios negaron que los dos clérigos se encontraran en la PGJE, ambos fueron presentados en las instalaciones de ésta a las 3:30 de la tarde de ayer y respondieron a preguntas de los reporteros sobre los hechos de las primeras horas del miércoles en Cualac.

Con una barba de dos días, mirada dura y penetrante, el sacerdote Lorenzo Cuéllar Vázquez dijo: “Quiero pedir perdón porque sé que he cometido un delito”, pero agregó que actuó en defensa propia luego de que fue agredido por los acompañantes de la víctima. El clérigo también pidió perdón a la familia del alcalde.

Sobre cómo ocurrieron los hechos, recordó que durante la corrida de toros amenizaron tres bandas de música, y que acordaron –no precisó quiénes– que éstas tocaran en el baile que se efectuaba en la plaza cívica de la población.

Dijo que retiraba a las bandas del lugar donde se celebró la fiesta cuando, sin saber por qué, fue agredido físicamente por algunas personas.

Admitió que andaba “un poquito tomado”, y que cuando fue derribado a golpes sacó su pistola y disparó contra quienes lo agredían. Dijo que observó que algunos corrieron, pero que siguió disparando.

Aseguró que no tenía ningún problema con el alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villarreal, y que incluso personalmente no lo conocía. Aseguró que se enteró de que el muerto era presidente municipal porque se lo dijeron en la Agencia del Ministerio Público de Tlapa, cuando ya estaba detenido el miércoles pasado.

El sacerdote explicó que andaba armado –usó una pistola 9 milímetros– porque desde hace algunos meses es amenazado de muerte por llamadas telefónicas y escritos que le dejan en el curato, pero dijo desconocer los motivos de dichas amenazas.

Por su parte, el sacerdote Ernesto García Rodríguez, con un semblante que mostraba menos preocupación, informó que cuando sucedieron los hechos él se encontraba bailando, y que al escuchar el pleito, casi frente a la iglesia de San Miguel a cargo del padre Lorenzo Cuéllar, dejó la fiesta y vio que el párroco disparaba.

Explicó que se abalanzó hacia él y lo abrazó tratando de quitarle el arma, pero ya había hecho cuando menos cinco disparos.

Al igual que el cura Lorenzo Cuéllar, dijo que no conocía “para nada” al muerto y que tampoco sabe cuál fue el origen de la agresión física que sufrió su compañero.

Aunque hasta la tarde de ayer estaban detenidos en Chilpancingo, los sacerdotes están a disposición de la Agencia del Ministerio Público de Tlapa, y en un plazo de 48 horas se pondrán a disposición del juez penal para que resuelva si les dicta auto de formal prisión o de libertad.

No se prevé excomulgar al sacerdote, dice Aguirre Franco Llama “malhechores” a los dos curas involucrados

 

El arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, llamó “malhechores” a los sacerdotes  Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez, el primero acusado de asesinar al alcalde de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villareal, pero precisó que no serán excomulgados.

En una conferencia para algunos reporteros, Aguirre Franco dijo que pide el descanso eterno del alcalde de Xalpatláhuac, asesinado a balazos de pistola 9 milímetros por el sacerdote de Cualac, Lorenzo Cuéllar Vázquez. El prelado dijo que lamentaba los acontecimientos, y los calificó como una “tragedia por la confusión”.

Aguirre Franco dijo que no sólo se debe aplicar la justicia de la tierra, sino las sanciones del derecho canónico.

Aunque precisó que no se habla de excomunión y dijo que “el ministerio sacerdotal no se puede quitar porque es algo que queda, es como el bautismo: ni con la muerte se puede quitar”.

Finalmente, señaló que el obispo de la diócesis de Tlapa, Alejo Zavala Castro, sabrá aplicar la sanción más conveniente, pues no se trata de un instrumento de venganza, sino de la rehabilitación de la persona.

Mientras que en el informativo radiofónico Al Tanto, se informó que Aguirre Franco consideró que en la región de La Montaña la violencia y la justicia por propia mano están a la orden del día.

Mientras, el vocero de la arquidiócesis de Acapulco, el padre Miguel Contreras Aguilera, indicó que la Iglesia tomará una decisión sobre el futuro del sacerdote cuando las autoridades civiles presenten toda la evidencia de su responsabilidad en el asesinato.

–Padre ¿no hay doble moral en la iglesia? pues hay que recordar que hace unos meses se dijo que excomulgaría a todas las mujeres que tomaran la píldora de emergencia –para evitar un embarazo–, y ahora, cuando un sacerdote mata a una persona, lo defienden y no aplican la excomulgación.

–No defiende a los suyos, pues espera que se haga justicia; mientras la justicia divina en términos morales deben ser rescatados y tener misericordia; pero también hay  punición, y que es la excomulgación. (Karina Contreras).