Benigno fue un gestor que hizo temblar al gobierno de Guerrero, dicen sus familiares en su funeral

“¡Benigno Vive, la lucha sigue!” fue la consigna con la que amigos, vecinos, familiares y compañeros despidieron ayer al fundador de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), Benigno Guzmán Martínez, en el panteón de Tepetixtla, Coyuca de Benítez.

El dirigente luchó no sólo por su comunidad sino por el pueblo y su última lucha fue junto a los padres de los 43 normalistas desaparecidos, recuerda su primo Oscar Guzmán.
Dos coronas de flores al frente y una cruz encabezaron la procesión que acompañó al féretro que salió de las oficinas de la OCSS. En el panteón, su hermano José Guadalupe agradeció a quienes asistieron al funeral, entre ellos la esposa del extinto luchador social Arturo Hernández Cardona, Sofía Lorena Mendoza Martínez.
Desde muy temprano, sentados frente a la oficina de la organización, nueve músicos tocaron a todo pulmón en un ambiente sereno. El inmueble lucía un impecable color blanco en sus paredes bajo el radiante sol de la mañana.
Adentro, el ataúd del dirigente que murió de cáncer el martes era acompañado de rezos. A sus pies flores y veladoras. Para los vecinos que asistieron hubo pozole blanco, café y pan de rosca. El mezcal se reservó para los varones.
A las 11:30 de la mañana, el ataúd salió de las oficinas, la esposa de Benigno, Sofía Bustamante, y los cinco hijos y hermanos del dirigente despidieron el cuerpo. Un centenar de conocidos caminaron hasta la iglesia del poblado, donde sólo hubo una parada simbólica.
Fueron unos 2 kilómetros de camino hasta el panteón, el último tramo fue de terracería. Todos tuvieron que cruzar un pequeño riachuelo. A las 12:02 del mediodía, el cuerpo llegó a su morada final.
Parados alrededor de la abertura donde fueron depositados los restos del dirigente de la OCCS, el maestro integrante de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), Pablo Díaz Teodoro dijo que “Benigno es un hombre universal que luchó por las causas justas”.
Con guitarra en mano y a la letra de la canción El Revolucionario, recitó “cuando la vida se pierde en la trinchera rebelde, no se pierden las ideas… compañero luchador su muerte no ha sido en vano, el fusil que dejaste lo tengo en las manos”, terminando con la frase “compañero Benigno, no un minuto de silencio, sino toda una vida lucha”.
A las 12:15, el ataúd que contenía el cuerpo fue bajado a la fosa, al tiempo que los presentes consignaron “¡Benigno Vive, la lucha sigue!” y “Cuando el pueblo se levante por pan, libertad y gloria, ¡temblaran los poderosos desde la Costas hasta la Sierra!”.
El primo de Benigno Guzmán, Oscar Guzmán expresó que la vida del luchador social fue de sacrificios y una lucha revolucionaria no armada que decidió emprender cuando se dio cuenta de las injusticias contra los campesinos.
“Él fue uno de los gestores más fuerte que hizo temblar al gobierno de Guerrero, él siempre luchó por las mejorías, no nada más de Tepetixtla, sino de muchos lugares, y su última lucha nos recuerda a los 43 (normalistas desaparecidos). Por eso creemos que se nos fue el hombre, pero que su espíritu sigue entre nosotros”, recordó Oscar Guzmán.
Dijo que se fue un gran hombre, pero dejó su ejemplo a seguir, el de no ver sólo de manera individual, sino por toda la comunidad, “esa es la lucha que decidió tomar Benigno, y por la que dio su vida”.