El gobierno abandonó a la gente en la primera semana tras Otis, señala párroco

Coches en la colonia Revolución del Sur a 14 días del paso del huracán Otis Foto: Carlos Carbajal

Daniel Velázquez

El párroco de La Sabana, Jesús Mendoza Zaragoza, consideró que el huracán Otis mostró que no hay autoridades, pues “en la primera semana después del huracán vimos la ausencia del gobierno, de todos los gobiernos, la gente se sintió abandonada”.
Consultado en la parroquia de San Isidro Labrador, el padre Jesús Mendoza indicó que “la gente está desalentada por lo que padeció, por lo que perdió, y lo que nosotros hacemos es tratar de fortalecer la esperanza de la gente para que no se deprima, no se amargue y pueda estar en mejores condiciones”.
A los ciudadanos les dio un mensaje: “en esta circunstancia tan dolorosa necesitamos sostener la esperanza, nos vamos a levantar, tenemos los recursos humanos, espirituales para hacerlo. Si cada quien piensa en los demás y ayuda al que tuvo más pérdidas, de esa manera vamos a salir adelante”,
Confió en que las autoridades de los tres niveles de gobierno también hagan lo que les corresponde. A los ciudadanos y autoridades los llamó a no estar pasivos en espera de que otros resuelvan los problemas, “necesitamos todos hacer lo que cada quien debe hacer desde su metro cuadrado y de esa manera esperamos que con el paso del tiempo las cosas recuperen su rumbo y así podamos levantar nuestra ciudad, reconstruyendo a las personas, las familias, las comunidades y reconstruyendo a la sociedad en su conjunto. Nos va a hacer mucho bien si todos ponemos nuestras manos a trabajar”.
Los vecinos de La Sabana, advirtió, carecen de servicios básicos como agua y el internet que sirve para la comunicación.
Narró que allí el huracán Otis pegó doble, por el viento y por desbordamiento del río, lo que afectó a todos los vecinos que viven en la parte baja, y recordó que el agua del río llegó a 20 metros de la iglesia de San Isidro Labrador.
El reporte que tenía hasta ayer es que a siete capillas que dependen de la parroquia los fuertes vientos del huracán las dejaron sin techo. Indicó que la recomendación que dio es que primero se enfoquen en sus viviendas, “ya después veremos las capillas, ahorita la primera necesidad es la familia”.

Las acciones inmediatas

El párroco informó que esta semana está en preparación la instalación de un comedor comunitario en la parroquia para dar alimento a las familias que perdieron trabajo y no alcanzaron despensas porque la ayuda que llega  es insuficiente.
Adelantó que esta semana llega una planta tratadora para potabilizar el agua y llenar garrafones a los vecinos, pues sabe que es una carencia y el precio aumentó por la contingencia.
Y adelantó que el comedor comunitario tendrá insumos para operar mediante las donaciones que reciba la arquidiocesis de Acapulco de otras entidades, y se prevé que a partir del viernes o sábado empiece a funcionar. Al principio será solo una comida al día y después verán si es posible entregar dos, mientras dura la contingencia.
Empezarán a trabajar con seis equipos de cocina, uno para cada día  y el número de raciones que entregarán dependerá de los insumos que puedan conseguir.
Informó que la diócesis de Acapulco ha empezado el reparto de despensas en las colonias de la parte alta del municipio pues saben que ahí es difícil que llegue la ayuda humanitaria porque son colonias de difícil acceso y en ocasiones la ayuda se concentra en las partes bajas de la ciudad.
Estimó que la planta potabilizadora llegará hoy o mañana y el viernes, personas de la Ciudad de México vendrán a instalarla y que empiece a funcionar de inmediato. Ese equipo es una donación de la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos, mediante el aporte de algunas familias.
La planta tomará el agua que envía la CAPAMA para purificarla y sea apta para consumo humano. Los vecinos llevarán sus garrafones para que sean llenados.