Celebran la última audiencia del proceso penal del preso de la OCSS Orlando Ávila

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

El lunes se realizó en el Juzgado Tercero de Primera Instancia del Ramo Penal del Distrito Judicial de Tabares (Acapulco), la última audiencia de vista del proceso penal que se le sigue al preso de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), Orlando Ávila Mesino.
El abogado encargado de la defensa, Hegel Mariano Ramírez explicó que esta audiencia fue para que la Fiscalía General del Estado (FGE) presentara sus conclusiones acusatorias y la defensa las inacusatorias.
“Lo que implica que cada una de las partes presenta sus argumentos, la Fiscalía sostiene que debe ser condenado Orlando y la defensa que debe ser absuelto y dejarlo en inmediata libertad”, agregó.
Mariano Ramírez informó ayer en declaraciones por teléfono, que a partir del lunes pasado el juez que lleva la causa, Abimael Guzmán Nava entró al estudio y análisis de las constancias que se presentaron para que emita su veredicto en un plazo aproximado de 16 días hábiles.
El defensor de derechos humanos declaró que está convencido de que la sentencia será absolutoria y se ordenará la inmediata libertad de Orlando Ávila Mesino.
Explicó que al llegar a este punto del proceso en el que se emitirá la sentencia definitiva, “los elementos de la responsabilidad deben ser plenos, sin duda alguna, el juez no debe dejar ninguna duda de que Orlando es culpable, porque cualquier motivo de duda es motivo de libertad”.
“Nosotros esperamos un criterio judicial que garantice los derechos humanos y el principio de presunción de inocencia a favor de Orlando, no hay elementos fundamentales que no pueden sustentar una sentencia condenatoria”, sostuvo.
Orlando Ávila es acusado de homicidio y está detenido desde el 13 de marzo del 2012, señalado por tres personas que también están procesadas por el mismo delito, mismos que se auto incriminaron.
El abogado Mariano Ramírez declaró ayer que existen inconsistencias en los señalamientos que hicieron y que fueron parte de los elementos que presentaron el lunes pasado en la audiencia en defensa de Ávila Mesino, mismas que “no puede ignorar el juez”.
Por ejemplo, quienes señalan a Orlando refieren que la víctima murió de varias pedradas, pero el dictamen médico y de criminalística indica que murió de una sola. Además señalaron que cuando le tiraron las pedradas a la víctima la colocaron boca abajo, pero de acuerdo al dictamen de criminalística y de medicina forense, la herida la recibió de frente.
El abogado agregó que de acuerdo con los tres que acusan a Orlando, la víctima fue enterrada en el mismo lugar donde lo mataron y fue localizado el cuerpo, pero dijo que la ropa del cadáver tenia abundante arena fina impregnada y la tierra donde fue encontrado el cuerpo es arcillosa, lo que se deduce que la víctima fue privada de la vida en el lugar donde se le impregnó la arena y después la trasladaron al lugar donde la enterraron y fue hallada.
El abogado también explicó que en su momento se demostró que el día de los hechos Orlando estuvo trabajando comisionado como policía municipal de Atoyac, y se mandó el parte informativo, mismo que no fue objetado ni refutado por la FGE, “incluso sus compañeros que estuvieron con él ese día fueron a declarar y reforzaron la versión de que estaba trabajando con ellos el día de los hechos”.
Añadió que una peritó del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) determinó que una de las tres personas que lo acusan tiene secuelas de tortura, “esto, aunado a todas las inconsistencias anteriores le quita credibilidad al dicho de quienes incriminan a Orlando”, explicó el abogado.
Para Mariano Ramírez, con estos elementos no se reúnen los requisitos para que se dicte una sentencia condenatoria, “aun cuando después haya alguna apelación o se vayan al amparo para que se revise por cualquier tribunal”.
Reconoció que le preocupa a la defensa que a los jueces de Guerrero “les asustan los delitos graves, y les genera muchos prejuicios cuando ven que alguien es acusado por homicidio calificado o por secuestro, se espantan y tienen miedo de dejar libre a una persona acusada por un delito grave y prefieren dictar una sentencia condenatoria para dejarle la responsabilidad a la sala penal”.
Añadió que, en tanto, la sala penal confirma porque prefiere dejar la responsabilidad a un tribunal federal, “y siempre tiene que ser este el que les dicte los lineamientos cuando van a decretar una libertad”.
Explicó que de esta manera los jueces y magistrados locales se lavan las manos y se deslindan de cualquier responsabilidad, “y eso es lo que a nosotros nos preocupa, que les dé miedo dictar una sentencia de libertad, aun cuando hay varias inconsistencias”.
El abogado pidió al TSJ que en este caso haya un criterio judicial garante de los derechos humanos de Orlando y del principio de la presunción de la inocencia.
Recomendó que, en todo caso, la exigencia se la hagan a quien está acusando, “y analicen con lupa los elementos que presentó en garantía de los derechos humanos y la presunción de inocencia de Orlando, y no al revés, tratar de cuestionar las pruebas que aportó Orlando, sino de quien acusa”.
Insistió en que la defensa está convencida de que alcanza su libertad, “pero sí nos preocupa que ésta se pudiera prolongar por un criterio erróneo o un criterio temeroso del juzgador, o en su momento de la sala penal”.
Llamó al poder Judicial a que en casos emblemáticos como éste, en el que ya se ha documentado toda la serie de irregularidades y la forma en que se integró la averiguación, se ponga un alto a la serie de injusticias cometidas en contra de Orlando Ávila, “esta es la oportunidad”, declaró.
De los cuatro miembros de la OCSS y sobrevivientes de la masacre de Aguas Blancas, en Coyuca de Benítez, siguen presos Orlando Ávila Mesino y Antonio Barragán Carrasco, el segundo preso en Morelos.
Gilberto Aguirre Bahena salió libre el 5 de abril y Gerónimo Hernández Refugio el 12 de febrero pasado.

Acuerdan la OCSS y la Segob que se facilitará la libertad de dos presos; termina el plantón

Familiares de presos e integrantes de la OCSS en conferencia de prensa en la Ciudad de México Foto: Juan Luis Altamirano Uruñuela

Juan Luis Altamirano Uruñuela

Ciudad de México

La representante de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), Norma Mesino, anunció que terminará el plantón que está desde el pasado domingo en el Zócalo de la Ciudad de México, porque en una reunión el lunes con funcionarios de la Secretaría de Gobernación, se acordó facilitar la liberación de los presos políticos Orlando Ávila y Gilberto Aguirre.
“El acuerdo al que se llegó ayer es que se va a liberar a dos compañeros. (son) El compañero Gilberto Aguirre Bahena y Orlando Ávila Mesino, se les va a facilitar su proceso para que puedan salir en libertad”, dijo Mesino.
Aclaró que en el caso del preso Antonio Barragán Carrasco se seguirá trabajando para resolver las causas por las que se le acusa, y solicitó que apoyo para dar difusión a la situación que presenta.
“En el caso de Antonio Barragán Carrasco vamos a intensificar una campaña por su libertad, le pedimos a todos los medios que nos apoyen a darle difusión, es un preso inocente que lleva más de 21 años en la cárcel”, explicó Norma Mesino.
Agregó que la reunión del lunes se llevó a cabo con Cresencio Jiménez y Facundo Santillán, intengrantes de la Secretaría de Gobernación. Indicó que continuarán buscando la libertad de sus compañeros.
“Desde nuestro estado, la lucha por la libertad de cada uno de nuestros compañeros que ya no pueden estar en la cárcel, no podemos hablar de transformación si no hay justicia, no podemos hablar de transformación cuando hay presos en el estado”, expuso.
De igual forma aseguró que la OCSS ha resultado agraviada por el estado de Guerrero y el país, resaltando que hay más de 500 personas que mantienen el estatus de desaparecidas en la entidad.
“La OCSS ha sido una de las organizaciones más agraviadas del estado y del país, nosotros como militantes de esta organización, somos hijos, somos nietos, somos familiares de los más de 500 desaparecidos en el estado de Guerrero”, comentó.
Mediante un posicionamiento escrito, la OCSS indicó que los acuerdos alcanzados en conjunto con la Secretaría de Gobernación, resultaron en la gestión y trámites necesarios para la liberación de los apresados.
“En este sentido, los acuerdos a los que se comprometieron los funcionarios de las dependencias fueron: gestionar, ante las instancias correspondientes, los trámites necesarios para concretar la libertad de nuestros compañeros sobrevivientes a la masacre de Agua Blancas”, manifestaron.
Expresaron que en la reunión se establecieron y pactaron compromisos con los funcionarios de las instituciones y visitarán Morelos y Guerrero para dialogar con las instancias correspondientes y agilizar los procedimientos.
En la reunión se establecieron una serie de compromisos, “en los que los funcionarios de las dependencias mencionadas se trasladarán a los estados de Morelos y de Guerrero para, con los presidentes de los Tribunales de Justicia de ambos estados, acordar y efectuar los procedimientos jurídicos necesarios para que nuestros tres compañeros obtengan su pronta libertad”, indicaron.

Reivindica el FODEG como presos políticos a 40 guerrerenses recluidos en siete penales

 

El Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero (FODEG) reivindicó como presos políticos a 40 guerrerenses recluidos en siete penales estatales y uno federal; además, de los detenidos del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Parota (Cecop), emblemáticos en el proceso de amnistía que revisa el gobierno federal.
El expediente más conocido en esta relación, es el del promotor de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), Gonzalo Molina González, interno en el penal de Chilpancingo desde 2013.
En un escrito abierto, el coordinador de la organización, Mario Alberto Martínez Rosario, hijo del extinto luchador social Bertoldo Martínez Cruz, solicitó la libertad inmediata de 18 personas internas en la cárcel de Las Cruces en Acapulco, cinco en Chilpancingo, tres en Iguala; cuatro en Tecpan, dos en Coyuca de Catalán, seis en Ayutla de los Libres, uno en Ometepec y uno en el penal del Altiplano, del Estado de México.
Varios de los nombres en la lista están documentados en el página del Comité Cereso y otros organismos civiles de derechos humanos.
El primer caso es el de Erasto Hurtado Díaz, militante del PRD e integrante de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), detenido el 17 de julio de 1998 en Tepetixtla, municipio de Coyuca de Benítez, quien fue acusado del homicidio del dirigente de la organización donde participaba, Euzebio Bárquez Juárez, y sentenciado a 15 años y seis meses de prisión, pero sigue en proceso por el delito de secuestro.
Asimismo, señala que en el penal de Acapulco se encuentran detenidos injustamente Gerardo y Palemón Cabrera González, Rodolfo Cabrera González, Gilberto Aguirre Bahena, Emilio Salas Silva, Telésforo Espinoza Valencia, Catarino Chávez Primo, Gerónimo Hernández Refugio y Ángel Guillermo Martínez González.
También Daniel Ruano García, Uriel Ruano García, Rey David Galeana Pastrana y Salvador del Carmen Vázquez, de quienes el 29 de octubre de 2013, la Organización Popular de Productores de la Costa Grande (OPPCG), de Coyuca de Benítez, denunció su detención ilegal y arbitraria. Además, Gabino García Avilez, Orlando Ávila Mesino, Alejando Ortiz Santiago y Rubén Maceda Salazar.
En Chilpancingo están detenidos Víctor Manuel Rodríguez Alemán, Gonzalo Molina González, José Eduardo García Reyes, Raúl y Félix Barragán Rentería.
De la prisión de Iguala, menciona a Margarito Santana Bahena, vinculado al EPR, de acuerdo con la información de su detención publicada el 23 de mayo de 2005; además de Claudio Marcos Zarcos Higuera y Alejandro Herculano Santana.
En el penal de Tecpan se encuentran el profesor, militante del PRD y luchador social Máximo Mojica Delgado y su esposa, María de los Ángeles Hernández Flores, detenidos el 27 de noviembre de 2008, cuando participaban en un movimiento por la vivienda; además de los activistas Santiago Nazario Lezma y Javier Ruiz Córdova.
Internos en el penal de Coyuca de Catalán, Martín Cruz Avellaneda y Matías Jaimes Olivares; en Ayutla, Antonio García Albina, Germán Morales Lucas, Gildardo Díaz Pérez, Clemente Mateo Flores, Leonisio Luna Victoriano y Pedro Victoriano Teresa.
En la prisión de Ometepec, Bernardo García Merino, y en el penal del Altiplano, en el Estado de México, Jorge Astudillo Martínez, quien de acuerdo con registros periodísticos, fue acusado de terrorismo.