Las Alertas de género, mecanismo que hace rato no funciona: Leticia Bonifaz, integrante del CEDAW

Daniel Velázquez

Las Alertas de violencia de género no funcionan porque lo que se ha hecho es uniformar criterios para su declaración y se aplican las mismas medidas como solución, cuando las condiciones de cada lugar son diferentes, señaló la integrante del Comité de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), Leticia Bonifaz Alonzo.
El jueves, como parte del Congreso Internacional de Derechos Humanos por el 75 aniversario de la declaración universal de derechos humanos, se realizó el panel La protección integral de los derechos humanos: igualdad, inclusión y no discriminación, en el que participaron Bonifaz Alonso y el integrante del Foro Permanente de Afrodescendientes, de Naciones Unidas, Pastor Elías Murillo.
En la ronda de preguntas, una de las asistentes preguntó su postura sobre las Alertas de Violencia de Género. Bonifaz Alonzo dijo que su postura la conocen muy bien en el Instituto Nacional de las Mujeres porque “un mecanismo que pudo funcionar bien hace rato que no funciona, son como llamadas a misa”.
Mencionó que los factores que juegan en contra de este mecanismo son el tiempo que lleva para declararse, la poca eficacia de las medidas que se determinan y la no diferenciación entre estados de cuál es el problema. “En síntesis, la sociedad civil pide una alerta, le dan mil vueltas, al final se declara, dos, tres cuatro años después, cuando el tema ya rebasó al estado y luego, las razones por las que se pide se van uniformando y las respuestas se van uniformando, entonces sea Veracruz, sea Tabasco, sea Nayarit, se Tamaulipas la respuesta es la misma y te ponen una lista como de soluciones que no son necesariamente las soluciones”.
Agregó que se ha vuelto “una cosa repetitiva y de machote y así las cosas no van a funcionar. Es indispensable que repensemos cuál va a ser este mecanismo, porque la Alerta siempre estuvo pensada como preventiva, intervengo cuando va en aumento (la violencia hacia la mujer) y no cuando ya todo se consumó, no está funcionando, ojalá encontremos ese mecanismo”.

Visibilizó el Covid-19 formas
de violencia en hogares

En su exposición Leticia Bonifaz habló sobre lo que se ha avanzado en derechos a favor de la mujer. Uno de ellos es el reconocimiento de todas las formas de violencia que sufren las mujeres. Citó que en 1979 cuando se crea la CEDAW no se hablaba de la violencia hacia la mujer porque esa conducta se tenía naturalizada, y hoy se discute ese problema y se plantean posibles soluciones como la aplicación de “un protocolo facultativo específico para combatir violencia contra las mujeres”.
Agregó que la pandemia de Covid-19 dejó como resultado que se pudo ver qué estaba pasando en el interior de cada hogar. Aunque las formas de violencia en los países no varían, sí debe haber diferencia en el actuar del estado, “que sepa una mujer que su denuncia tendrá respuesta y se va a reducir el margen de impunidad”.
También señaló que se debe trabajar en la evaluación de la presencia de más mujeres en la actividad política, porque el hecho de que más mujeres lleguen a cargos de representación popular no significa el avance de la agenda feminista, pues llegan mujeres que mantienen el esquema patriarcal: “presencia de mujer no te garantiza perspectiva de género, y se trata de que las mujeres lleven la agenda feminista, agenda de derechos humanos de las mujeres porque si no de otra manera sólo tienes a una mujer que puede representar los mismos intereses de toda la vida del patriarcado”.
Otra de las acciones que va a impulsar la CEDAW es que se mida la eficacia de los ordenamientos jurídicos que se incluyen en las legislaciones locales como mecanismo inmediato contra malas conductas, pero que en la realidad no tienen impacto en la inhibición de esos comportamientos. “Es una salida fácil pues se avanza en el punitivismo cuando tenemos el amplísimo margen de impunidad, es un contrasentido, sabemos que no se sanciona, pero seguimos aumentando la sanción a los delitos, es una salida fácil y falsa”.
El integrante del Foro Permanente de Afrodescendientes de Naciones Unidas Pastor Elías, habló sobre la inteligencia artificial y el sesgo racista que esta nueva tecnología tiene que afecta los derechos de los afrodescendientes e indígenas.

 

El Ejército en labores de seguridad es “violencia simbólica”, por su pasado: Rosa Icela Ojeda

El panel Violencia y construcción de paz, del seminario Violencias, desapariciones y desplazamiento forzado interno, en dónde participaron Rafael Esquivel Rosas, de la maestría en Ciencias para la Paz de la Universidad Mexiquense del Bicentenario y la investigadora de IIEPA de la UAG, Rosa Icela Ojeda, ayer en la Facultad de Derecho de la UAG en Acapulco Foto: Carlos Carbajal

Daniel Velázquez

La presencia del Ejército como garante de la seguridad pública en un estado como Guerrero, representa “violencia simbólica”, y renueva “la memoria del miedo y el terror”, afirmó la politóloga e investigadora de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Rosa Icela Ojeda Rivera, en el panel Violencia y Construcción de Paz.
Este jueves comenzaron las actividades del Cuarto Seminario Internacional de la Red Latinoamericana de Estudios Subnacionales (Relades) 2023, con el título Violencias, desapariciones y desplazamiento forzado interno. Ojeda Rivera participó en el panel con la ponencia Salir de la violencia y construir la paz.
El panel se llevó a cabo en la sala de juicios orales de la Facultad de Derecho en Acapulco de la UAG.
Ojeda Rivera reprochó que se confió en el cambio democrático para que los asuntos de seguridad pública fueran de seguridad ciudadana, pues instituciones como el Ejercito y la Marina “están formadas para la seguridad internacional, la seguridad del país, por lo tanto responde a una lógica de atacar la violencia por medio de la violencia, pero además no tienen en sus procesos de formación el respeto a los derechos humanos”.
“Lo que seguimos viendo en entidades como Guerrero donde ha habido un peso muy fuerte y muy importantes en las desapariciones y violaciones de los derechos humanos históricamente administrado por la presencia de militares, en menor medida de marinos, algunas grandes violaciones”, las cuales podría mencionar, pero no era el tema de la ponencia.
“Esto, (la presencia de militares en seguridad pública) en estados como Guerrero, lo que hace es incrementar la violencia simbólica, este es un estado que ha tenido restricciones de libertades muy fuertes, desapariciones colectivas muy fuertes como la de los 43 recientemente, además de todas las desapariciones y una historia larga de agravios y de terrorismo de estado, no de Guerra sucia”.
Y aclaró que no se refiere a la Guerra sucia sino a terrorismo de estado, porque “la guerra es cuando hay dos oponentes que tienen mas o menos equilibrada la misma fuerza, aquí no había equilibrada la misma fuerza, aquí fue terrorismo estatal, esta memoria está presente en Guerrero y está presente en la cultura que ahora una política de seguridad nos vuelva a traer a los militares y a los marinos, que sean ellos los que están interviniendo de manera cotidiana, lo que hace es renovar esta memoria de miedo y de terror y no puede haber democracia con miedo y con terror”.
Las fuerzas armadas, señaló, “están hechas para defensa de la nación, no están hechas para los derechos humanos, no están hechas para una investigación del delito porque su lógica, estructura y formación corresponde a otros intereses”.
Otra observación que hizo la es que las universidades han normalizado el estudio de autores que avalan el uso de la violencia institucional. En el caso de la UAG que está en un contexto de violencia y que debiera tener un registro de los hechos de violencia en la entidad.

Ocupar el espacio público

Ojeda Rivera destacó la fuerza del movimiento de mujeres en Argentina contra la dictadura que gobernó ese país de 1976 a 1983, el de las madres y después las abuelas de la Plaza de Mayo que con un pañuelo blanco “armaron una revolución que no hemos visto en el resto de los países donde hubo el mismo nivel de crueldad, de desaparición, de asesinatos, ahí fue el país donde la sociedad civil, desde un tribunal civil juzgó a los militares que provocaron estas muertes”.
En sus conclusiones Ojeda Rivera insistió en que la seguridad de los ciudadanos debe estar a cargo de instituciones que promuevan la recuperación del espacio público y las libertades, y no por fuerzas castrenses formadas para la guerra y la práctica de la violencia. También deben existir políticas públicas de prevención “dirigidas a modificar la cultura poniendo énfasis en la educación y en la reconstrucción del estado de derecho”. Otra de sus propuestas es construir la Cátedra UNESCO para la paz y los derechos humanos en Guerrero.
En otro panel, el investigador italiano Carmelo Nigro expuso en su ponencia Dinámica de las violencias y experiencias sociales e institucionales de atención y prevención que “la pacificación en el mundo es la victoria de una visión hegemónica del mundo liberado”.
Abundó: “la paz entendida como una situación real que garantice la participación política en naturalidad no ha sido abordada en lo absoluto, en su lugar se logrado, con relativo éxito, ocultar los conflictos permanentes”.
En el panel también participó el estudiante de la maestría en Ciencias para la Paz de la Universidad Mexiquense del Bicentenario Rafael Esquivel Rosas con el tema de la construcción de paz, los derechos humanos, la dignidad humana y relación con la creación del centro cultural en Santa Cruz Cuauhtenco, Zinacantepec en 2023.
Las actividades del seminario continuarán hoy jueves y mañana viernes.