Pide el obispo González por quienes “han sido y son víctimas de las violencias” y alude a Taxco

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

En un mensaje con motivo de la Semana Santa, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, convocó a iniciar el “triduo pascual” de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, pidiendo “por todos los hermanos que han sido y son víctimas de las violencias, especialmente ponemos en nuestro corazón y en nuestras oraciones los hechos ocurridos en Taxco”.
El prelado se refirió con ello al caso de Camila, la niña de ocho años que fue secuestrada la tarde del miércoles y hallada muerta ayer, lo que derivó a que familiares y vecinos de la víctima se hicieran justicia por mano propia y detuvieran y golpearan a tres de los presuntos implicados, de los cuales una mujer falleció horas después como consecuencia del ataque.
En el mensaje que se publicó en la página de la diócesis, el obispo se pronunció porque “nuestro Dios de misericordia, de la paz y el consuelo a las familias afectadas. Así como la conversión de todos aquellos que provocan sufrimiento y muerte”.
Llamó a que “todos seamos artífices y constructores de la paz en estos momentos, en que todos anhelamos un Guerrero en paz”.
Pidió “a todos nuestros hermanos unirnos en una oración incesante, para que pronto llegue la paz y la justicia a nuestro querido Estado de Guerrero, especialmente a nuestra Diócesis de Chilpancingo Chilapa”.
Antes, durante la misa del lavatorio de pies que se realiza el Jueves Santo, el obispo José de Jesús González Hernández, pidió por la paz “tan necesitada en nuestro estado y en nuestra diócesis, en nuestros territorios y en nuestras familias”.
Ante unos 500 feligreses que se congregaron a las 5 de la tarde en la plaza Primer Congreso de Anáhuac de Chilpancingo, el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa encabezó la ceremonia religiosa, en la que los católicos imitan el lavatorio de pies que Jesucristo hizo a sus discípulos la noche antes de morir en la Cruz, González Hernández, pidió por igual, “por la paz de nuestros corazones y por todos aquellos que trabajan en la construcción de la paz, de la justicia, de la verdad y del amor”.
El llamado a la paz del prelado, se realizó a unas horas de que en Taxco, que forma parte de su diócesis, Camila, una niña de ocho años, fue secuestrada y después hallada asesinada, lo que derivó que los familiares, vecinos y amigos de la familia de la menor detuvieran y lincharan a tres de los presuntos implicados.
Sin embargo, el obispo no se refirió al caso en particular, mismo que ocurrió en plena Semana Santa en una ciudad emblemática por sus procesiones, que atraen la atención en estas fechas de turistas nacionales y extranjeros, pero que, esta vez, lo que sobresalió fue el episodio violento.
Después de su breve mención a la necesidad de la paz en el estado y en su diócesis, González Hernández también pidió por un buen temporal y oportunas lluvias para nuestros campos, “pidamos por los campesinos, que se alegren con sus semillas para que tengamos buenas cosechas y el alimento para nuestras vidas”, dijo.
Después de la misa que duró más de hora media, el obispo encabezó una procesión de la plaza cívica a la parroquia de la Asunción de María cargando el Santísimo, mismo que quedaría expuesto hasta las 10 de la noche.

 

Espera el obispo que no caiga en errores la nueva autodefensa y ayude a los desplazados

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, ponderó el esfuerzo de los campesinos de la Sierra para apoyar el regreso a sus casas de las familias que fueron desplazadas, no obstante, rechazó el uso de las armas.
“Por una parte estoy muy agradecido de que estén para asegurar las familias que están desplazadas y ojalá las puedan hacer regresar a sus casas y que vuelvan los que fueron desplazados y sería muy loable de felicitarles”, dijo respecto a al nuevo grupo de autodefensa de San Miguel Totolapan y Tlacotepec que se presentó este lunes.
Consideró necesario que se cambien las estrategias de seguridad debido a que no le han funcionado a la sociedad porque al gobierno le corresponde poner paz en su territorio y debe buscar la manera hacerlo.
Entrevistado en Iguala después de oficiar una misa en honor al santo patrono de la ciudad, San Francisco de Asís, monseñor pidió que las autodefensas no vayan a cometer errores, y den seguridad.
Al preguntarle si está a favor de que los pueblos se levanten en armas para defenderse, dijo que no “porque la iglesia no quiere que nos matemos unos y otros y no usemos las amas; al contrario, la iglesia tiene esperanza en que los hombres y mujeres nos reconciliemos, que tenemos inteligencia y corazón para buscar otros medios para la pacificación y reconciliación y ofrecemos el diálogo para que juntos busquemos la verdad y justicia y paz”.
El clérigo afirmó que la iglesia nunca aprobará las armas, por lo que espera que no vuelvan nunca porque han hecho mucho daño a través de la historia y que por eso se debe buscar los medios pacíficos.
Opinó que no es la respuesta que la gente se arme al no tener seguridad del gobierno, porque pueden morir y no se pretende eso.
“Ahí esperamos a los constructores y artífices de la paz, es decir hombres y mujeres artífices de la paz que nos pongamos a trabajar incluida la iglesia, porque se puede construir y tejer la paz, pero no aprobar nunca las armas”.
Agregó que la intervención de las empresas multinacionales es armarnos y acabar con la gente, “somos hermanos los mexicanos y nos arman para dividirnos y al contrario hay que desechar las armas cuánto antes”.
Respecto al proceso electoral, comentó que los ciudadanos deben ejercer su voto que costó tanto para que todos pudieran ejercerlo, sobre todo las mujeres.
Finalmente pidió a los jóvenes que se pronuncien y que sean ellos quienes le den un nuevo rumbo a la nación. (Redacción / Iguala).

 

Oran en viacrucis del Viernes Santo en la capital por la paz, la seguridad y los desaparecidos

Asistentes a la procesión del viacrucis que partió de la Catedral de la Asunción de María en el Zócalo de Chilpancingo, por la avenida Juárez Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes / María Avilez Rodríguez

Chilpancingo

La feligresía católica pidió ayer durante el viacrucis del Viernes Santo que organizó la catedral de la Asunción de María de Chilpancingo, por la paz, la seguridad, los derechos humanos, el derecho a la vida y por las causas indígenas.
Durante la procesión encabezada por el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, los creyentes católicos también se manifestaron por la conciencia ecológica, a favor de los grupos vulnerables y migrantes, por las mujeres violentadas y las personas en situación de calle.
Por separado, el sacerdote y director del Centro de Derechos de Víctimas de Violencia Minerva Bello, José Filiberto Velázquez Florencio coordinó un viacrucis con vecinos de colonias del norte de la capital y familiares de desaparecidos en el que pidieron reflexionar sobre la pobreza y violencia en que viven muchos ellos.
Durante el viacrucis de la catedral, que representó las 14 estaciones y las tres caídas en lo que se conoce como la pasión de Cristo, más de 500 católicos recorrieron de las 10 de la mañana a las 12 del día las calles cercanas al Zócalo de Chilpancingo y al final se concentraron en la plaza Primer Congreso de Anáhuac, donde se pronunciaron las siete palabras de Jesús antes de morir en la cruz.
Desde la primera estación, el mensaje fue de vinculación y cercanía con la sociedad en general y los distintos sectores sociales.
“Queremos dialogar y colaborar con la sociedad civil y con los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos para construir la paz”, fue el llamado de una de las feligreses que intervino.
Dijo que la Iglesia católica quiere que todos sus “espacios esenciales” sean verdaderos espacios de misericordia, “y que la palabra amable y la preocupación sincera por el sentimiento del otro, sean lugares privilegiados para apoyar la conversión del prójimo”.
Pidió por el respeto a los derechos humanos en las comunidades cristianas, “de manera que se fortalezca el Estado de derecho en nuestro país”.
Enseguida, el párroco de la catedral de la Asunción de María, Benito Cuenca Mayo, dijo que los feligreses ahora están llamados a construir la paz “y a ejercer el sentido profético ante toda situación que condena la injusticia”, asimismo pidió fuerzas para enfrentar las injusticias y atropellos que se cometen, dejando de lado temores y egoísmos, “aun a costa de nuestra propia vida como ha sucedido con periodistas, defensores de los derechos humanos y líderes sociales, laicos y sacerdotes”, arengó.
El clérigo pidió el apoyo en materia de derechos humanos para las comunidades cristianas “de manera que se fortalezca el Estado de derecho en nuestro país”.
En la segunda estación, se ofrecieron como una iglesia “que identifique y acompañe a los grupos vulnerables de nuestra sociedad; migrantes, mujeres violentadas, indigentes, damnificados por los constantes desastres naturales, jóvenes en situación de riesgo, enfermos y presos”.
El representante de esta estación pidió que la pastoral implemente un centro de “escucha y atención” para toda víctima “y a todos aquellos que carguen con la cruz del sufrimiento para que el señor los ayude a realizar con creatividad y efectividad en los diferentes ámbitos, eclesiales y el compromiso de una iglesia pobre para los pobres”.
Más adelante, otro de los católicos recomendó que ante los cambios profundos y vertiginosos de esta nueva época, “marcados por los diferentes ambientes humanos, sociales y tecnológicos, deben acercarse a los avances tecnológicos con los ojos bien abiertos para contemplar la voz del Señor que también se manifiesta a través de ellos para dar respuestas pastorales”
Pero pidió comprender, discernir y llevar a la vida lo que él pide a su iglesia “en este momento trascendental para el mundo, desde las nuevas tecnologías y medios de comunicación para poder acompañar de manera especial a quienes sufren las consecuencias y estragos de estos nuevos fenómenos”.
También hubo exigencias para los representantes de la iglesia. Los feligreses pidieron a sus pastores “ser verdaderos padres para que los pastores interpelados por la miradas de Dios sean más sensibles y más cercanos a todos, saliendo de sus zonas de confort y enfrentar los desafíos de nuestros país”.
Una de las feligreses les pidió que desde su carisma busquen vivir el espíritu original del instituto religioso y se fortalezca su integración en los procesos evangelizadores en las diócesis donde se encuentran.
“Que la iglesia ofrezca una formación calificada e integrada a los ministros, a los agentes de pastoral y a los laicos en general, para incentivar su servicio al mundo”, recomendó.
Sin mencionarlo directamente los creyentes católicos se manifestaron, también en contra del aborto y a favor de la vida.
“Queremos proteger la vida no sólo como una consecuencia biológica natural, sino como un don extraordinario de Dios encomendado al hombre en el cual entra su principio vital y el valor fundamental”.
La feligrés a quien le correspondió hablar al respecto durante el recorrido, pidió el diálogo y dijo: “queremos como Iglesia sentarnos a la mesa con muchas otras organizaciones ciudadanas, religiosas, autoridades civiles, entidades educativas y medios de comunicación, entre otros, para que juntos podamos reconstruir el tejido social de nuestro país”.
En otro momento, un representante del contingente católico llamó a la conciencia ecológica para que las instituciones, grupos humanos y personas fomenten un equilibrio ecológico y prevenir los desastres naturales.
El recorrido por las calles cercanas al zócalo de Chilpancingo duró casi dos horas, y al final el contingente entró al zócalo en donde se pronunciaron las siete palabras que expresó Jesús de Nazaret antes de morir en la Cruz.
En esta celebración, el obispo José de Jesús González Hernández sólo agradeció a los feligreses su participación en la procesión y por la tarde encabezó la celebración litúrgica de la “Pasión del Señor” en la misma plaza Primer Congreso de Anáhuac.
Viacrucis por los desaparecidos
El viacrucis convocado por el sacerdote la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José Filiberto Velázquez Florencio y director del Centro de Derechos de Víctimas de Violencia Minerva Bello inició a las 8 de la mañana.
Entre cantos y rezos participaron principalmente familiares de personas desaparecidas, y los asistentes también demandaron servicios públicos.
Los feligreses portaron playeras con el rostro de su familiar desaparecido y en cada estación rezaron. El sacerdote oró por las madres que han perdido a un hijo, como lo padeció María, la madre de Jesús.
Unas 150 personas que participaron en el primer viacrucis con familiares de desaparecidos fueron de las colonias: 11 de Marzo, La Candelaria, Las Joyas, El Huajal, Lomas de Chapultepec, Las Brisas, pasaron al Hospital General Raymundo Abarca Alarcón hasta llegar a la Casa del Peregrino.
En declaraciones, Velázquez Florencio, dijo que son colonias de la periferia de Chilpancingo, donde hacen falta servicios públicos, “lo que se pretende es que se reflexione de la realidad en la que vivimos muchas de estas personas, que están en la pobreza o situación de violencia, quienes son víctimas de la desaparición forzada ”.
Detalló que fueron los vecinos de las colonias que quisieron participar porque hay madres que sufren la situación que pasan sus hijos o sus esposos desaparecidos, “ese es verdadero viacrucis que viven las familias todos los días de su vida”.
Contó que hay personas que piden hablar con él y le informan que desaparecieron a su familiar “es una situación crítica, porque ya no es un hecho aislado, en esta ciudad no hay una persona que no tenga relación con alguien que no haya pasado por una situación de desaparición forzada o de ejecución”.
Niños, adultos y jóvenes caminaron aproximadamente cinco horas, cruzaron dos cerros bajo los intensos rayos del sol; unos apoyaron cargando la cruz de madera, otros con los rezos o cantos.
En la procesión una madre portó una playera blanca con la leyenda: “Buscando a mi corazón. José Rafael Reyna Mendoza. Desaparecido en Chilpancingo, el 25 fr marzo del 2015”, y el rostro de su hijo sonriendo.
Olga Mendoza Chávez, dijo que su hijo desapareció, “llevo viviendo ocho años un viacrucis en busca de su aparición”.
Contó que lo ha buscado en varios lugares, en montañas, cuevas y barrancos para encontrarlo, pero no tiene resultados.
Detalló que hay personas que están en la cárcel por la desaparición de su hijo y que no le dan información de él, “algunos dicen que lo fueron a tirar por un barranco y me voy a escarbar para localizarlo”.
La madre mencionó que su hijo tenía 19 años cuando lo desaparecieron, “estás personas que hacen la maldad no piensan que no nada más desaparecen a un hijo, afectan a toda la familia”.
Mendoza Chávez manifestó que esas personas que desaparecen a los hijos no saben el dolor que dejan, “el dolor que padecemos todos los días, este caminar no tiene fin”.
Detalló que como madre ora y busca a Jesús y le dice que si en algo falló que la perdone, “pero que a mi hijo me lo devuelva como quiera que esté”.
La madre lloró y contó que su hijo trabajaba en una Urvan del transporte público de Chilpancingo, “de esa unidad a mi hijo lo bajaron y desde ese momento empezó mi delirio”.
Indicó que ha acudido a varias dependencias, entre ellas la Fiscalía General del Estado (FGE), hay detenidos, pero no ha tenido alguna respuesta, no han querido decir dónde está Rafael.

 

El obispo González no se recupera aún del Covid, informa el obispo Rangel

Luis Daniel Nava

Chilapa

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González aún no se recupera tras estar enfermo de Covid-19, reveló su par Salvador Rangel.
El obispo emérito hizo el anuncio durante una misa la tarde de este lunes en el Seminario Diocesano de esta ciudad, donde dijo:.
“Hermanos quiero saludarlos con afecto y cariño a todos y cada uno de ustedes. Primeramente quiero saludar al señor obispo don Jesús, hace rato hable con él, me dice que se siente mal todavía.
“De hecho me pidió que los saludara y que mañana vaya yo a Ahuacuotzingo (a celebrar la misa a san Antonio Abad) porque él no se siente bien. Desde aquí le mandamos un saludo”.
La tarde de ayer Salvador Rangel encabezó una procesión en el barrio de San José en Chilapa.
El prelado José de Jesús González, contrajo Covid-19 a finales del año pasado.
La primera semana de enero, fuentes de la Diócesis informaron que el obispo ya se encontraba en recuperación.
En los dieciseis días de enero José de Jesús no ha tenido actividad alguna por indicaciones médicas.