Pide el obispo González por quienes “han sido y son víctimas de las violencias” y alude a Taxco

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

En un mensaje con motivo de la Semana Santa, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, convocó a iniciar el “triduo pascual” de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, pidiendo “por todos los hermanos que han sido y son víctimas de las violencias, especialmente ponemos en nuestro corazón y en nuestras oraciones los hechos ocurridos en Taxco”.
El prelado se refirió con ello al caso de Camila, la niña de ocho años que fue secuestrada la tarde del miércoles y hallada muerta ayer, lo que derivó a que familiares y vecinos de la víctima se hicieran justicia por mano propia y detuvieran y golpearan a tres de los presuntos implicados, de los cuales una mujer falleció horas después como consecuencia del ataque.
En el mensaje que se publicó en la página de la diócesis, el obispo se pronunció porque “nuestro Dios de misericordia, de la paz y el consuelo a las familias afectadas. Así como la conversión de todos aquellos que provocan sufrimiento y muerte”.
Llamó a que “todos seamos artífices y constructores de la paz en estos momentos, en que todos anhelamos un Guerrero en paz”.
Pidió “a todos nuestros hermanos unirnos en una oración incesante, para que pronto llegue la paz y la justicia a nuestro querido Estado de Guerrero, especialmente a nuestra Diócesis de Chilpancingo Chilapa”.
Antes, durante la misa del lavatorio de pies que se realiza el Jueves Santo, el obispo José de Jesús González Hernández, pidió por la paz “tan necesitada en nuestro estado y en nuestra diócesis, en nuestros territorios y en nuestras familias”.
Ante unos 500 feligreses que se congregaron a las 5 de la tarde en la plaza Primer Congreso de Anáhuac de Chilpancingo, el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa encabezó la ceremonia religiosa, en la que los católicos imitan el lavatorio de pies que Jesucristo hizo a sus discípulos la noche antes de morir en la Cruz, González Hernández, pidió por igual, “por la paz de nuestros corazones y por todos aquellos que trabajan en la construcción de la paz, de la justicia, de la verdad y del amor”.
El llamado a la paz del prelado, se realizó a unas horas de que en Taxco, que forma parte de su diócesis, Camila, una niña de ocho años, fue secuestrada y después hallada asesinada, lo que derivó que los familiares, vecinos y amigos de la familia de la menor detuvieran y lincharan a tres de los presuntos implicados.
Sin embargo, el obispo no se refirió al caso en particular, mismo que ocurrió en plena Semana Santa en una ciudad emblemática por sus procesiones, que atraen la atención en estas fechas de turistas nacionales y extranjeros, pero que, esta vez, lo que sobresalió fue el episodio violento.
Después de su breve mención a la necesidad de la paz en el estado y en su diócesis, González Hernández también pidió por un buen temporal y oportunas lluvias para nuestros campos, “pidamos por los campesinos, que se alegren con sus semillas para que tengamos buenas cosechas y el alimento para nuestras vidas”, dijo.
Después de la misa que duró más de hora media, el obispo encabezó una procesión de la plaza cívica a la parroquia de la Asunción de María cargando el Santísimo, mismo que quedaría expuesto hasta las 10 de la noche.

 

El asesinato del normalista, exceso de autoridad que no debe repetirse: obispo

Lourdes Chávez

Chilpancingo

El obispo de la Diocesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, pidió que no vuelva a ocurrir otro exceso del uso de la fuerza pública, en alusión al asesinato a balazos del estudiante de la normal rural de Ayotzinapa, Yanqui Kothan Gómez Peralta, a manos de policías estatales.
Enfatizó: “Que no vuelva a pasar, que cada uno se mida, que los que tienen el poder que no se le pase la mano, que se aguanten, que tengan prudencia, que recapaciten, que no porque tengan armas sean para disparar a los semejantes. Somos humanos todos”.
Consultado después de misa de 7 de la noche, en la catedral de la Asunción de María, en Chilpancingo, sobre el hecho ocurrido el jueves en la noche y las reacciones de protesta de los normalistas, dijo que es una pena que haya muertos.
Recriminó la violencia institucional, “no podemos quitarle a nadie la vida, a nadie, que hubiera manera de detener (a presuntos infractores), con mucha precaución y demás, ¡pero disparar! Eso es violencia y a la violencia no se le frena con más violencia”.
Señaló que la muerte de un estudiante es una pena para la familia y a los que dispararon, los llamó a arrepentirse y que no vuelva a pasar, “porque de otra manera, estamos abonando a la violencia, (y) no es el camino”.
Dijo que en la catedral han rezado por la paz, “que no nos la quite nadie, que luchemos por mantener la paz, y pues es un mensaje de paz para toda la ciudadanía, víctimas y victimarios, justificado o injustificado, que perdonemos mutuamente para que haya paz, de otra manera habrá más violencia”.
Se le recordó que hechos similares ocurrieron en 2011, al sur de Chilpancingo, en la Autopista del Sol; en 2014 en Iguala, y hoy de nueva cuenta en la capital del estado, agentes de seguridad pública agredieron a balazos a los estudiantes de la normal rural.
Respondió que en la Iglesia, la cuaresma es el momento para la reconciliación y el arrepentimiento, “no estamos de acuerdo con que se quite la vida y que luchamos por que cada uno se convierta. Es el tiempo de convertirnos, de invitarlos a la reconciliación más que a la venganza”.
Sin embargo, añadió que se tienen que esclarecer los hechos, “que las personas encargadas de buscar la justicia, que la hagan, se les va a agradecer en la tierra y también allá en el cielo, por esclarecer y buscar la verdad, a la cual todos tenemos derecho”.
Aclaró que no se sabe exactamente que lo que ocasionó la agresión a balazos contra los normalistas la semana pasada, pero “que al haber un muerto, que nos da pena, y nos unimos con los que sufren, sobre todo en las pérdidas del ser querido, y con las autoridades a que esclarezcan, que no vuelva a pasar, porque de otra manera nunca vamos a parar la violencia”.
No descartó que haya fuerzas extrañas o externas que quieran manipular para ocasionar “conflictos entre nosotros”. Precisó que no sabe quiénes son, pero insistió en que ningún actor social o de la función pública se debe mover por estas fuerzas.
“Ojalá seamos inteligentes para observar quiénes están moviendo al país, a Guerrero. Quiénes están moviendo a Chilpancingo que nos hace dividir, esas fuerzas muy poderosas, (y) que no nos dejemos llevar por ellos”.
De las familias de las víctimas, que han sufrido, señaló que son mártires de la situación que se vive en el estado, “son mártires que nos duelen y que ojalá no vuelva a pasar”.

Rechazaron líderes de la delincuencia una tregua de paz pedida por obispos

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, en entrevista en las oficinas de la Catedral de la Asunción de María en la capital del estado Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

En busca de una tregua para pacificar Guerrero, los tres obispos y el arzobispo de la entidad se reunieron a fines de diciembre con líderes de los grupos criminales, pero no hubo resultados, porque a éstos sólo les interesa la ambición del dinero, el territorio y el poder, reveló ayer el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.
Tras el fracaso del diálogo, el prelado dijo que los gobernantes tienen la solución “y nosotros quisiéramos que no se corrompa y que puedan ellos mediar, ellos tienen también el poder, los recursos y los medios, pero parece que nos han dejado solos”.
Al término de la celebración de la misa con motivo del Miércoles de Ceniza, el prelado respondió a preguntas de los reporteros y dijo que los obispos se reunieron por separado y en distintos momentos con diferentes líderes del crimen organizado, los últimos días de diciembre, antes de que se agudizara la violencia en diferentes ciudades de la entidad en donde se ha paralizado el transporte.
Contó que en su caso habló con líderes de la Tierra Caliente y de la Sierra, pero aunque se le preguntó, no precisó cuándo ni con quiénes de los que operan en esas regiones se reunió.
En la Tierra Caliente operan los grupos La Familia Michoacana (FM), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y en la sierra Los Tlacos.
En la entrevista, el obispo dijo que el papa Francisco les ha pedido que sigan tejiendo la paz “y que le busquemos como artesanos de paz, pero yo siento que los intentos que llevamos no salen, entonces hay que volverlos a hacer, no podemos decir que con una vez ya se puede, pero los intentos los hemos tenido”.
Indicó que la falta de acuerdos es porque “se mueven intereses en el corazón y en la cabecita de cada uno y no se logró, pero no nos detendremos en seguir buscando los espacios de diálogos, ahí nos toca trabajar mucho como Iglesia”.
Informó que el papa Francisco les pidió que incluso llamen a que se sumen otros obispos, como de Morelos y Michoacán, “y al final de cuentas de toda la Conferencia Episcopal de la República Mexicana, y ya nos estamos animando porque esto ya nos caló también a nosotros, ya nos llegó también a nosotros y no podemos quedarnos cruzados de brazos”.
Indicó que les han matado ministros de la Comunión, presidentes de la Adoración Nocturna, padres de acólitos, mayordomos y comisarios que están dentro de la Iglesia “y ya nos da pena y tristeza que a miembros de nuestra Iglesia, voluntarios al servicio de la espiritualidad, los estén matando por equivocación o por una cosa u otra, pero no se puede más”.
El prelado, declaró que en este primer intento de diálogo no se pudo llegar a un acuerdo “por la avaricia, por la ambición de tener, la ambición al dinero, ambición al poder, ambición al territorio, ambición al cobro”.
Aunque inicialmente dijo que los líderes criminales con los que se reunió estaban de acuerdo en una tregua, cada uno quiso imponer sus condiciones “y no fueron de agrado para algunos de los participantes”.
Precisó que esas condiciones fueron la división del territorio y fue lo que evitó que llegaran a la tregua.
Y argumentaron que el territorio que ahora controlan “les ha costado vidas y trabajo”.
Por ello anunció que van a buscar otras formas de ofrecerse como mediadores para lograr la paz.

Que el gobierno no se haga a un lado

El prelado declaró que en cambio, el gobierno tiene la solución “y nosotros quisiéramos que no se corrompa y que puedan ellos mediar, ellos tienen también el poder, los recursos y los medios, pero parece que nos han dejado solos”.
Pidió a las autoridades “que no se hagan a un lado y que le entren porque ellos pueden, el gobierno puede, les llamaríamos a que ejerzan todo su conocimiento, su poder, toda su sabiduría y sus recursos, para que dialoguen y pueda haber tregua y paz para las elecciones.
José de Jesús, dijo que de parte de las autoridades “hay mentira, por eso llamamos a que lo que hagamos lo hagamos con recta intención, “porque si se hace con otras intenciones caemos en la hipocresía, es decir que se busca la paz y no se ve, queremos el cambio y no lo hay, queremos mejores condiciones y no las tenemos, entonces que es lo que hay, mentira, falsedad y el llamado es a ser íntegros, verdaderos”.
Insistió que lo que se ve del gobierno es falsedad, “como es que estamos llenos de Ejército y los delincuentes tan fácil que llegan y liquidan y se van, es una vergüenza, es penoso. Por eso yo siempre llamo a que no nos corrompamos, ya basta la corrupción”.
Informó que por separado los otros obispos del estado se reunieron con otros líderes de los grupos criminales, “pero igualmente no se pudo y está pendiente”.
Los otros tres obispos de Guerrero son Joel Ocampo Gorostieta de la diócesis de Ciudad Altamirano; Dagoberto Sosa de Tlapa y el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González.
González Hernández informó que seguirán buscando mediante otras estrategias una tregua para la paz, la Iglesia tiene que redoblar sus esfuerzos y celebró que el Decanato de Chilpancingo, haya iniciado ayer una jornada de oración y de ayuno.
González Hernández añadió que tienen autorizado por el Papa, alzar la voz y que eso implica que ya no pueden estar indiferentes, “sino movernos como Iglesia, no cerrar los ojos, no taparnos los oídos, no tapar la boca, sino animarnos nosotros mismos”, dijo, y llamó a otros sacerdotes que se unan a la iniciativa del Decanato de Chilpancingo.
El prelado declaró que los obispos tienen el temor de que por las elecciones se recrudezca la violencia y que vaya a haber hasta un conflicto social y más muerte.

 

Pide el obispo González la liberación del hijo del periodista secuestrado en Taxco

Redacción

Iguala

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández pidió por la liberación de Alberto, hijo del periodista Marco Antonio Toledo, quien está desaparecido desde el 19 de noviembre, luego de ser privado de la libertad junto a sus padres en el municipio de Taxco de Alarcón.
González Hernández consideró necesario que a los afectados del huracán Otis en el puerto de Acapulco y las costas se les debe dedicar más recursos humanos y materiales, principalmente aquellos que tienen dinero acumulado.
En una breve entrevista, luego de asistir a celebrar una misa del Sacramento de Confirmación en la parroquia del Sagrado Corazón de la colonia Emiliano Zapata de Iguala, el obispo lamentó que se prive de la libertad a las personas, lo cual, dijo está prohibido, por ello llamó a los captores de Alberto, que lo dejen libre.
“Estamos a favor de unirnos y no de divisiones, tenemos que seguir luchando y resistiendo, además nadie debe privar a nadie de su libertad y menos de la vida y en nombre de Cristo rey y del universo les prohibimos que hagan eso”, expresó.
Al preguntarle sobre si considera que este tipo de privaciones de la libertad de periodista son un acto de intimidación y de coartar la libertad de expresión, el obispo José de Jesús, dijo que dichosos los periodistas que hacen el bien, aunque los persigan y los amenacen porque tienen a Cristo y a la iglesia de su lado.
“El evangelio dice felices los perseguidos a causa de la justicia, es decir, que los periodistas no deben dejar de hacer justicia y tienen a Cristo como su ayudante y el mal hay que combatirlo con el bien y ustedes periodistas hacen el bien y sigan haciendo el bien y que haya más reporteros cuidándose y que el señor los proteja de todos los enemigos y el Espíritu Santo de todo lo malo y enfermedades”, subrayó.
En cuánto a que la violencia no ha cesado en el estado, opinó que hace falta que se trabaje unidos, “porque no podemos solos y necesitamos que nos unamos, la sociedad, los inteligentes y los que tienen poderes se unan porque de otra manera nos descartan y hace falta la unidad”, señaló.
El obispo José de Jesús consideró que a un mes de los daños del huracán Otis, se debe dedicar más recursos humanos y materiales a los afectados el puerto de Acapulco como en las costas y Tierra Caliente, principalmente aquellos que tienen dinero acumulado.

“No podemos estar callados”, responde el obispo González al líder estatal de Morena

Luis Daniel Nava

Chilapa

“En Guerrero las personas están heridas, sufriendo y quieren ser atendidas. No podemos estar callados”, respondió el obispo José de Jesús González Hernández al líder de Morena, Jacinto González Varona.
El representante religioso pidió al gobierno estatal detener los ataques a conductores del transporte público y garantizar el libre tránsito del servicio hacia la capital del estado.
“La verdad es que se tiene miedo ya en los transportes, nos duele mucho. Le pedimos de favor, ahora sí de favor, arregle esta situación”, dijo.
El obispo José de Jesús González fue consultado la tarde de este domingo, en la catedral de Chilapa, acerca del amague del dirigente estatal de Morena, de acudir a la Secretaría de Gobernación para pedir que prohíba a los obispos opinar de temas políticos.
“Cuando la realidad rebasa, una opinión es válida. Si no hablamos los que tenemos voz, es peor para la sociedad. La Iglesia y los ministros de culto tenemos voz por los que no la tienen. Hablamos pensando en los que no son escuchados y cuando lo hacemos, esperamos que nos escuchen”.
El obispo agregó: “Más bien sería buscar el diálogo, tocar el asunto, en lugar de buscar diferencias y divisiones. El político aprendería mucho de nosotros, nosotros aprenderemos mucho de esas normas que tengan. Lo importante es el bien de todos y las personas. Las personas están heridas, están sufriendo, quieren ser atendidas. No podemos estar callados”.
Insistió en que se tenga un diálogo respetuoso entre la Iglesia católica y el gobierno estatal.
Respecto a los ataques y asesinatos que han sufrido conductores de transporte público en la capital y en Tixtla, el prelado envió, de entrada, su solidaridad con las familias de las víctimas.
“A las familias de las víctimas, nuestra cercanía y oraciones. Hemos celebrado los funerales en distintos lugares de Guerrero con mucho dolor”, aseguró.
Exhortó al gobierno del estado a investigar qué está sucediendo, “tiene el poder y los recursos para poner el remedio”.
“No debe pasar esto, es vergonzoso, da pena ver esta situación que continúa y que es grave. Confiamos en el Estado de Derecho y en los tres órdenes de gobierno, para que puedan poner esa paz. La verdad es que se tiene miedo ya en los transportes, nos duele mucho que en la parte de la Sierra, no puedan entrar a Chilpancingo”.
“Le pedimos de favor, ahora sí de favor, arregle esta situación”, solicitó.
Agregó que la capital del estado debe estar libre y todos deben de entrar y salir. “Nos damos cuenta y sufrimos. ¿Quién va a remediar esto? La capital debe estar libre, todos debemos entrar y salir, pero a ellos les compete remediar la situación”, expresó.

 

Chilpancingo está en poder del crimen con la complacencia oficial, señala el obispo Rangel

Jesús Guerrero

Agencia Reforma / Chilpancingo

Luego del hallazgo de siete cadáveres descuartizados en una zona céntrica de esta ciudad, el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza afirmó que la capital del estado ya está en poder del crimen organizado, ante la complacencia de las autoridades municipales y estatales.
“Ya se apoderó el crimen organizado de Chilpancingo y las autoridades estatales y municipales no saben cómo solucionar el problema o están coludidos con ellos (los líderes de los grupos delictivos)”, expresó Rangel en entrevista telefónica.
El obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa insistió que es necesario que las autoridades dialoguen con las organizaciones criminales y se llegue a una solución.
Rangel Mendoza ha reconocido que él ha tenido acercamientos con dirigentes de agrupaciones de la delincuencia para establecer la paz en algunas regiones de Guerrero.
“Se tienen que cambiar las estrategias, pues el gobierno y la Fiscalía General del Estado no hacen gran cosa para resolver la violencia en Guerrero”, mencionó el prelado.
Señaló que la semana pasada, los obispos de las tres zonas del centro y sur del país tuvieron un encuentro con el papa Francisco, a quien le presentaron las iniciativas que están planteando para resolver la inseguridad que se vive en México.
“No hablamos (con el Papa) específicamente de Guerrero, sino de la situación general que se vive en todo el país”, afirmó Rangel, quien formó parte delos obispos que estuvieron en el Vaticano.
La homilía que se celebró el viernes en Roma, Italia estuvo a cargo del obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.
Apenas el domingo pasado, durante una jornada de oración por las víctimas de la violencia, Benito Cuenca Mayo, vicario de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, consideró que los más de 156 mil asesinatos acumulados durante el sexenio y los casi 111 mil casos de desaparecidos demuestran que la estrategia de seguridad del actual gobierno no ha funcionado.
Ante ello, el religioso llamó a alzar la voz y a impulsar un trabajo que permita reconstruir el tejido social en el país.

 

Oran en viacrucis del Viernes Santo en la capital por la paz, la seguridad y los desaparecidos

Asistentes a la procesión del viacrucis que partió de la Catedral de la Asunción de María en el Zócalo de Chilpancingo, por la avenida Juárez Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes / María Avilez Rodríguez

Chilpancingo

La feligresía católica pidió ayer durante el viacrucis del Viernes Santo que organizó la catedral de la Asunción de María de Chilpancingo, por la paz, la seguridad, los derechos humanos, el derecho a la vida y por las causas indígenas.
Durante la procesión encabezada por el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, los creyentes católicos también se manifestaron por la conciencia ecológica, a favor de los grupos vulnerables y migrantes, por las mujeres violentadas y las personas en situación de calle.
Por separado, el sacerdote y director del Centro de Derechos de Víctimas de Violencia Minerva Bello, José Filiberto Velázquez Florencio coordinó un viacrucis con vecinos de colonias del norte de la capital y familiares de desaparecidos en el que pidieron reflexionar sobre la pobreza y violencia en que viven muchos ellos.
Durante el viacrucis de la catedral, que representó las 14 estaciones y las tres caídas en lo que se conoce como la pasión de Cristo, más de 500 católicos recorrieron de las 10 de la mañana a las 12 del día las calles cercanas al Zócalo de Chilpancingo y al final se concentraron en la plaza Primer Congreso de Anáhuac, donde se pronunciaron las siete palabras de Jesús antes de morir en la cruz.
Desde la primera estación, el mensaje fue de vinculación y cercanía con la sociedad en general y los distintos sectores sociales.
“Queremos dialogar y colaborar con la sociedad civil y con los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos para construir la paz”, fue el llamado de una de las feligreses que intervino.
Dijo que la Iglesia católica quiere que todos sus “espacios esenciales” sean verdaderos espacios de misericordia, “y que la palabra amable y la preocupación sincera por el sentimiento del otro, sean lugares privilegiados para apoyar la conversión del prójimo”.
Pidió por el respeto a los derechos humanos en las comunidades cristianas, “de manera que se fortalezca el Estado de derecho en nuestro país”.
Enseguida, el párroco de la catedral de la Asunción de María, Benito Cuenca Mayo, dijo que los feligreses ahora están llamados a construir la paz “y a ejercer el sentido profético ante toda situación que condena la injusticia”, asimismo pidió fuerzas para enfrentar las injusticias y atropellos que se cometen, dejando de lado temores y egoísmos, “aun a costa de nuestra propia vida como ha sucedido con periodistas, defensores de los derechos humanos y líderes sociales, laicos y sacerdotes”, arengó.
El clérigo pidió el apoyo en materia de derechos humanos para las comunidades cristianas “de manera que se fortalezca el Estado de derecho en nuestro país”.
En la segunda estación, se ofrecieron como una iglesia “que identifique y acompañe a los grupos vulnerables de nuestra sociedad; migrantes, mujeres violentadas, indigentes, damnificados por los constantes desastres naturales, jóvenes en situación de riesgo, enfermos y presos”.
El representante de esta estación pidió que la pastoral implemente un centro de “escucha y atención” para toda víctima “y a todos aquellos que carguen con la cruz del sufrimiento para que el señor los ayude a realizar con creatividad y efectividad en los diferentes ámbitos, eclesiales y el compromiso de una iglesia pobre para los pobres”.
Más adelante, otro de los católicos recomendó que ante los cambios profundos y vertiginosos de esta nueva época, “marcados por los diferentes ambientes humanos, sociales y tecnológicos, deben acercarse a los avances tecnológicos con los ojos bien abiertos para contemplar la voz del Señor que también se manifiesta a través de ellos para dar respuestas pastorales”
Pero pidió comprender, discernir y llevar a la vida lo que él pide a su iglesia “en este momento trascendental para el mundo, desde las nuevas tecnologías y medios de comunicación para poder acompañar de manera especial a quienes sufren las consecuencias y estragos de estos nuevos fenómenos”.
También hubo exigencias para los representantes de la iglesia. Los feligreses pidieron a sus pastores “ser verdaderos padres para que los pastores interpelados por la miradas de Dios sean más sensibles y más cercanos a todos, saliendo de sus zonas de confort y enfrentar los desafíos de nuestros país”.
Una de las feligreses les pidió que desde su carisma busquen vivir el espíritu original del instituto religioso y se fortalezca su integración en los procesos evangelizadores en las diócesis donde se encuentran.
“Que la iglesia ofrezca una formación calificada e integrada a los ministros, a los agentes de pastoral y a los laicos en general, para incentivar su servicio al mundo”, recomendó.
Sin mencionarlo directamente los creyentes católicos se manifestaron, también en contra del aborto y a favor de la vida.
“Queremos proteger la vida no sólo como una consecuencia biológica natural, sino como un don extraordinario de Dios encomendado al hombre en el cual entra su principio vital y el valor fundamental”.
La feligrés a quien le correspondió hablar al respecto durante el recorrido, pidió el diálogo y dijo: “queremos como Iglesia sentarnos a la mesa con muchas otras organizaciones ciudadanas, religiosas, autoridades civiles, entidades educativas y medios de comunicación, entre otros, para que juntos podamos reconstruir el tejido social de nuestro país”.
En otro momento, un representante del contingente católico llamó a la conciencia ecológica para que las instituciones, grupos humanos y personas fomenten un equilibrio ecológico y prevenir los desastres naturales.
El recorrido por las calles cercanas al zócalo de Chilpancingo duró casi dos horas, y al final el contingente entró al zócalo en donde se pronunciaron las siete palabras que expresó Jesús de Nazaret antes de morir en la Cruz.
En esta celebración, el obispo José de Jesús González Hernández sólo agradeció a los feligreses su participación en la procesión y por la tarde encabezó la celebración litúrgica de la “Pasión del Señor” en la misma plaza Primer Congreso de Anáhuac.
Viacrucis por los desaparecidos
El viacrucis convocado por el sacerdote la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José Filiberto Velázquez Florencio y director del Centro de Derechos de Víctimas de Violencia Minerva Bello inició a las 8 de la mañana.
Entre cantos y rezos participaron principalmente familiares de personas desaparecidas, y los asistentes también demandaron servicios públicos.
Los feligreses portaron playeras con el rostro de su familiar desaparecido y en cada estación rezaron. El sacerdote oró por las madres que han perdido a un hijo, como lo padeció María, la madre de Jesús.
Unas 150 personas que participaron en el primer viacrucis con familiares de desaparecidos fueron de las colonias: 11 de Marzo, La Candelaria, Las Joyas, El Huajal, Lomas de Chapultepec, Las Brisas, pasaron al Hospital General Raymundo Abarca Alarcón hasta llegar a la Casa del Peregrino.
En declaraciones, Velázquez Florencio, dijo que son colonias de la periferia de Chilpancingo, donde hacen falta servicios públicos, “lo que se pretende es que se reflexione de la realidad en la que vivimos muchas de estas personas, que están en la pobreza o situación de violencia, quienes son víctimas de la desaparición forzada ”.
Detalló que fueron los vecinos de las colonias que quisieron participar porque hay madres que sufren la situación que pasan sus hijos o sus esposos desaparecidos, “ese es verdadero viacrucis que viven las familias todos los días de su vida”.
Contó que hay personas que piden hablar con él y le informan que desaparecieron a su familiar “es una situación crítica, porque ya no es un hecho aislado, en esta ciudad no hay una persona que no tenga relación con alguien que no haya pasado por una situación de desaparición forzada o de ejecución”.
Niños, adultos y jóvenes caminaron aproximadamente cinco horas, cruzaron dos cerros bajo los intensos rayos del sol; unos apoyaron cargando la cruz de madera, otros con los rezos o cantos.
En la procesión una madre portó una playera blanca con la leyenda: “Buscando a mi corazón. José Rafael Reyna Mendoza. Desaparecido en Chilpancingo, el 25 fr marzo del 2015”, y el rostro de su hijo sonriendo.
Olga Mendoza Chávez, dijo que su hijo desapareció, “llevo viviendo ocho años un viacrucis en busca de su aparición”.
Contó que lo ha buscado en varios lugares, en montañas, cuevas y barrancos para encontrarlo, pero no tiene resultados.
Detalló que hay personas que están en la cárcel por la desaparición de su hijo y que no le dan información de él, “algunos dicen que lo fueron a tirar por un barranco y me voy a escarbar para localizarlo”.
La madre mencionó que su hijo tenía 19 años cuando lo desaparecieron, “estás personas que hacen la maldad no piensan que no nada más desaparecen a un hijo, afectan a toda la familia”.
Mendoza Chávez manifestó que esas personas que desaparecen a los hijos no saben el dolor que dejan, “el dolor que padecemos todos los días, este caminar no tiene fin”.
Detalló que como madre ora y busca a Jesús y le dice que si en algo falló que la perdone, “pero que a mi hijo me lo devuelva como quiera que esté”.
La madre lloró y contó que su hijo trabajaba en una Urvan del transporte público de Chilpancingo, “de esa unidad a mi hijo lo bajaron y desde ese momento empezó mi delirio”.
Indicó que ha acudido a varias dependencias, entre ellas la Fiscalía General del Estado (FGE), hay detenidos, pero no ha tenido alguna respuesta, no han querido decir dónde está Rafael.

 

“Estamos secuestrados y esclavizados” por el crimen organizado: obispo de Chilpancingo

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa José de Jesús González Hernández en el momento en el que les dice a los feligreses “estamos secuestrados y esclavizados colectivamente”, durante el sermón de la celebración de la misa del Miércoles de Ceniza Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, llamó ayer a los feligreses y a la sociedad en general a empezar a cambiar “por uno mismo”, y no permitir la violencia, porque “estamos secuestrados y esclavizados colectivamente” por el crimen organizado.
Entrevistado por la mañana, después de la celebración de la misa con motivo del Miércoles de Ceniza en la parroquia de la Asunción de María de Chilpancingo, con la que da comienzo la Semana Santa, el prelado declaró que la situación está así porque las autoridades lo han permitido, pero que este es un tiempo para cambiar.
Antes, en su homilía, González Hernández se refirió al mensaje que dieron los cuatro obispos de Guerrero en su 32 Encuentro Provincial de Pastoral en Acapulco sobre las condiciones de violencia que vive el estado, y al preguntarle sobre ello en la entrevista, dijo que el diagnóstico que tienen es que “colectivamente estamos secuestrados, es decir, ya no es un secuestro individual o familiar, ahora son masas, son comunidades, regiones, municipios secuestrados por el crimen y por grupos a quienes se les ha dado mucha fuerza”.
Agregó que por eso (los obispos) alzaron la voz pero que no generalizan porque saben que no todos están a favor de los “secuestros colectivos”, sobre todo las víctimas que no pueden salir a comprar y a hacer sus cosas porque están “esclavizados” por los grupos armados.

“El mal no vencerá”

A pregunta expresa respecto a la situación de violencia que vive el estado, González Hernández respondió que “por eso tenemos que creérnosla nosotros, creer en nuestros gobiernos, en la sociedad y en nuestras personas que podemos cambiar”.
Pidió empezar “por uno mismo”, no permitiendo la violencia y ninguna maldad.
“En este tiempo de Cuaresma queremos que venzamos el mal a fuerza del bien, que autoridades, sociedad, nosotros, personalmente, cambiemos, este es un tiempo bueno para cambiar”, declaró.
Añadió que se necesita de todos porque el “mal parece que vence, pero no, al final no vencerá, vencerá el bien, tenemos la fuerza de Dios, somos religiosos, creemos en nosotros mismos y debemos tener confianza en los demás, tener confianza en la prensa para que se vaya publicando la verdad”, pidió.
Pero reconoció que “nosotros no podemos cambiar la mente y los corazones de los criminales, solamente Dios, por eso confiemos también en Dios”.
Indicó que la Iglesia quiere influir en sus fieles “y ojalá podamos influir también en la sociedad y poner nuestro granito de arena para que haya paz, confianza, libertad y verdad, confiamos en el ser humano”.

En las regiones los grupos del crimen “controlan todo”

–En su homilía se refirió al mensaje que recientemente dieron los cuatro obispos en el Encuentro de Acapulco, ¿qué ven que está pasando, cuál es el diagnóstico que tienen de la violencia?
–Dijimos que colectivamente estamos secuestrados, es decir, ahora ya no es un secuestro individual, un secuestro personal o familiar, ya no lo podemos decir así, ahora son masas, son comunidades, regiones, municipios secuestrados.
–¿Por el crimen?.
–Pues por el crimen, exactamente, por los grupos que ya tienen mucha fuerza o se les ha dado esa fuerza, se les ha confiado. Así lo hemos detectado nosotros, los obispos en Guerrero.
Agregó que por eso alzaron la voz, “no tan fuerte para no generalizar porque sabemos que no todos están a favor de los secuestros colectivos, sobre todo las víctimas, pobrecitas victimas que están sufriendo, no pueden salir a comprar sus cosas, a hacer sus vidas, a buscar, entonces ya están esclavizados, claro, por los grupos armados, por los grupos delincuenciales que tienen mucha fuerza porque se les ha dado esa fuerza”.
Añadió que por eso en el mansaje de los cuatro obispos, pidieron a las autoridades que no se dejen influir por esas fuerzas: “creemos todavía en nuestros gobiernos, ellos tienen ese deber y son legalmente los responsables para que hagan lo más justo, lo más pacífico y no violentamente”.
–Se habla de que esos grupos contralan el comercio e imponen precios.
–Exactamente, controlan todo eso y nuestra gente está obligada a no salir y sabemos que eso es una esclavitud y no estamos para eso.
Dijo que ven que en Tierra Caliente está difícil que en la Montaña y en la Sierra, que es donde él se mueve, pero que los otros obispos le han dicho que igual está en la Costa Grande donde hay “fronteras; en todo Guerrero hay fronteras, aduanas de control, y no queremos esa situación, no queremos que nuestra gente esté debilitándose, frustrándose, de ahí viene que unos se levanten en armas y encuentran la muerte”.

Militares, sin autorización para intervenir ante la violencia

–¿Falta estrategia de seguridad, o que falta del gobierno? Porque están los militares y la policía en las calles.
–Yo dije que (las autoridades) no se dejen influenciar por el mal. Ellos sabrán dónde se han dejado. También dije (en su homilía) que permitimos, todos hemos permitido la corrupción, el soborno. Todos hemos permitido la maldad que tenemos en México, en todo el mundo y aquí en Guerrero. Nadie puede decir yo no he permitido la maldad en mi escuela, en mi empresa, en mi grupo.
“Pero dijo que la mayoría quiere salir de esto, confiar y coser desde los valores, la educación y la salud, porque hemos descosido el tejido social, hay que tejer los hilos que todavía estén buenos. Tenemos esperanza de que haya hilos buenos todavía en la misma autoridad, en la policía, en la sociedad, en los empresarios y padres de familia”.
Dijo que este es el llamado al inicio de Cuaresma al interior de la Iglesia.
Respecto a la limpieza de retenes de los grupos de autodefensa que las autoridades federales y estatales realizaron el fin de semana pasado en el corredor de Buenavista a Tierra Colorada, el prelado opinó que es lo que debe hacer la autoridad, “eso y más y permanente, porque mientras pasan ellos se hacen a un lado y después salen y vuelven a ponerse”.
Añadió que es a la autoridad a la que le toca la seguridad del estado y de los municipios, “si tenemos autoridades ellas deben ejercer su autoridad”, pero reprochó que han permitido que la autoridad la tengan otros individuos: “a pequeños grupos o ahora grandes grupos se les ha permitido que tengan autoridad y ahora uno se pregunta: ¿a que autoridad nos vamos a dirigir para exigir justicia, seguridad, fuentes de trabajo, salud, educación?
“O si ya ellos (los grupos armados) son la autoridad que tenemos, ya no tenemos gobierno, y no, queremos tener el gobierno al que confiamos”.
En seguida se preguntó: “¿Qué sentirá un militar cuando ve que no está defendiendo a México, que no está defendiendo a su sociedad, a su patria y que ve que hay muertos y no puede decir o hacer nada? Pobres militares, no está cumpliendo su función, o el que los manda, qué trae en mente, qué piensa. Pues que se conviertan, que no busquen sus intereses particulares, personales o grupales, que piensen en los demás, que para eso están”.
Antes, en su homilía, José de Jesús González dijo que “nosotros mismos propiciamos el mal y lo llevamos dentro y hacemos cosas malas, permitimos muchas cosas malas, somos causantes nosotros mismos de lo que pasa”.
Añadió que “el enemigo externo influye mucho en nosotros y nosotros obramos mal”.
Recordó que los obispos de Guerrero ya se expresaron diciendo que “nos sentimos colectivamente secuestrados y hay muchos ejemplos para decir que nos sentimos secuestrados, cada familia ya sabrá de qué estoy hablando porque se sufre interiormente”.
Añadió que en esta Semana Santa “tenemos esperanza de que Dios nos escuche y salga en nuestra ayuda”.
Dijo que como iglesia “pedimos a las autoridades que no se dejen influenciar, que también ellos crean y ejerzan su autoridad para que no permitan y no nos dejen que hagamos malas obras, es triste, es penoso ver que en nuestra propia nariz se ven injusticias y que no se puede hacer nada”.
Manifestó que a sus oídos sus feligreses le dicen: “Obispo, sea nuestra voz, a nosotros no nos hacen caso. Entonces los obispos tenemos que ser la voz de los que no pueden hablar y cuesta”.