Sobreviviente de la guerra sucia saluda que se señale a Figueroa Figueroa y Acosta Chaparro

Ramón Gracida Gómez

Acapulco

La sobreviviente de desaparición forzada ordenada por el gobernador Rubén Figueroa Figueroa y ejecutada por su jefe de la Policía Judicial, Arturo Acosta Chaparro, Alejandra Cárdenas Santana, consideró que es parte del derecho a conocer la verdad que ambos funcionarios de alto nivel son señalados como participantes de desapariciones forzadas en el anexo tres del informe de la Comisión de la Verdad de Guerrero (Comverdad).
La militante de izquierda y maestra emérita de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) saludó el informe porque quienes cometieron violaciones graves a los derechos humanos deben ser “exhibidos como lo que fueron, torturadores, criminales finalmente, porque son criminales esta gente que cometió desapariciones forzadas de personas, torturas, secuestros, robo”.
Los ex integrantes de la Comverdad, Nicomedes Fuentes y Pilar Noriega, presentaron el jueves en la Facultad de Derecho de la UAG en Acapulco el anexo tres de su Informe final, Personas participantes en desapariciones forzadas, que fue editado por la organización internacional pro libertad de expresión Artículo 19.
El anexo del informe de la Comverdad señala que el ex gobernador Rubén Figueroa Figueroa (1975-1981) “golpeó sin respiro” a la UAG y “se le hace responsable de más de un centenar de desapariciones forzadas de campesinos, activistas sociales, maestros y estudiantes”.
De Arturo Acosta Chaparro, la investigación arroja que llegó a ser el director de todas las corporaciones policiacas del estado y en el gobierno de Figueroa Figueroa “mandó a construir 16 celdas bajo las instalaciones que están hoy a cargo de la Dirección de Tránsito de Acapulco. Las habilitó como cárcel clandestina, a la que fueron llevados muchos detenidos que en ocasiones aparecieron muertos”.
Consultada vía telefónica, Alejandra Cárdenas Santana afirmó que esta parte del informe de la Comverdad “está abonando al esclarecimiento de hechos que son una herida abierta para el estado de Guerrero y es muy importante porque finalmente la gente tenemos derecho a saber la verdad y la gente joven también tiene derecho a conocer la verdad”.
Consideró que “no sólo se trata del castigo a los culpables, sino al derecho a la verdad y además de que la gente sea exhibida como lo que fueron, torturadores, criminales finalmente, porque son criminales esta gente que cometió desapariciones forzadas de personas, torturas, secuestros, robo”.
Alejandra Cárdenas Santana formó parte del grupo de apoyo del Partido de los Pobres fundado por Lucio Cabañas, “yo nunca he negado mi participación en este grupo, pero fui solamente, dijéramos, personal de apoyo y aun así tanto Antonio Hernández (su pareja sentimental) como yo fuimos detenidos en la Ciudad de México” en agosto de 1978.
Ambos fueron llevados a una cárcel clandestina de la capital del país y luego fueron trasladados a diversas cárceles clandestinas de Guerrero, “donde pude ver con vida a varios de los compañeros que el gobierno decía que estaban muertos, que los habían matado sus propios compañeros y, sin embargo yo los vi en las cárceles clandestinas”; Luis Armando Cabañas, Jaime López Sollano, hermano de Saúl López Sollano, el ahora delegado del gobierno estatal en la región Sierra, entre otras personas.
Señaló que Acosta Chaparro, el procurador Carlos Ulises Acosta Víquez, que también aparece en el informe, “y un tal capitán Aguirre fueron los directamente responsables de mi desaparición y tortura, entonces me parece muy bien que lo saquen a la luz, me parece excelente, sobre todo, porque se sienta un precedente de que la impunidad no va a ser un elemento que se le deba adjudicar al presente gobierno”.
Salió amnistiada en noviembre de 1978 por el apoyo de Rosario Ibarra de Piedra “y en gran medida porque Amnistía Internacional nos declaró a Antonio y a mí presos de conciencia”, lo cual casi no había ocurrido. Alejandra Cárdenas presentó su denuncia frente al Comité de Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en sus oficinas de Nueva York, Estados Unidos.
Respecto a la inclusión del ex gobernador Rubén Figueroa Figueroa en la lista de participantes de desapariciones forzadas, la profesora emérita de la UAG indicó que “uno de los grandes problemas, incluso de la inseguridad hoy en día, es la impunidad, entonces a mí me parece que este tipo de informes abonan al esclarecimiento, a que no permanezcan en la penumbra estos delincuentes porque son delincuentes”.
Resaltó que aparezcan funcionarios de este nivel porque el ex mandatario estatal “no solamente fue responsable por omisión, sino por participación directa, fíjate, no es lo mismo. Normalmente se acusa a los gobernadores o funcionarios de altísimo nivel por omisión, pero en este caso es participación directa”.
Señaló que Figueroa Figueroa “participa directamente, da las órdenes directamente y estaba orgulloso de eso” y agregó que una vez el mandatario estatal declaró que “los desaparecidos están muertos, ¿y cómo sabe él que están muertos? ¿Porque dio órdenes específicas sobre eso o a qué se debe que él sepa que están muertos?”.
“Declararlo como parte del engranaje de la tortura y de la desaparición forzada me parece un hecho de gran envergadura”, concluyó.

 

Nombra la UAG Maestros Eméritos a Alejandra Cárdenas y Rosalío Wences

El Consejo Universitario entregó también reconocimientos a 41 profesores por 30 años de servicio dentro de la institución educativa

 

Con quórum especial y en sesión solemne, este sábado el Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) reconoció como Maestra Emérita a la ex militante del Partido de los Pobres, Alejandra Cárdenas Santana, y al tres veces rector, Rosalío Wences Reza. También entregó reconocimientos a 41 profesores por 30 años de servicio dentro de la UAG.

Cerca del medio día, ante directores de unidades académicas, universitarios y en el Día del Maestro, el Consejo Universitario se instaló en sesión solemne, con quórum especial –75 de 110 consejeros– para entregar reconocimientos a académicos de la UAG.

En su discurso el presidente y rector de la universidad, Nelson Valle López, felicitó a los maestros por su “aportación a la educación media superior y superior que ofrece la UAG, y que cada vez pretendemos sea de mejor calidad para que los egresados reúnan los requisitos básicos de calidad para incorporarse al campo laboral, de investigación, difusión o docencia”.

Luego sin precisar quiénes, dijo que “para algunos, que utilizan como método la descalificación para tipificar a una institución o al trabajo de un maestro, les decimos que su método es obsoleto” y que para evaluar a la universidad “necesitamos acudir a indicadores que nos permitan decir si el servicio es de buena o mala calidad”.

Insistió Valle López en que la UAG, “sin renunciar a su compromiso social, se transforma, por la participación de los universitarios, y con la certificación de cinco procesos administrativos es la que pone el ejemplo”.

Mencionó también que “la principal fortaleza” de la universidad son sus maestras y maestros, por ello dijo ha pactado con el Comité Ejecutivo Central del STAUAG una “certidumbre laboral, salarial, mejores condiciones de vida”.

Dijo que ha otorgado de igual modo a “más de 400 trabajadores académicos la recategorización por la vía no escolarizada, continuamos sosteniendo el programa de Becas al Desempeño Académico, de becas para los hijos de trabajadores que tienen capacidades, y se pactó el establecimiento de la figura del maestro emérito”.

Más tarde expuso que el “éxito” en la universidad no es “ni del rector, ni de la administración central, sino que es gracias al trabajo que aportan nuestras maestras y maestros, incluso ayer –el viernes– en un hecho inédito firmamos un convenio con la CFE –Comisión Federal de Electricidad– para desarrollar los proyectos del complejo hidroeléctrico La Parota”.

Apuntó que anteriormente la CFE para el desarrollo de sus proyectos recurría a empresas particulares, “pero hoy depositaron su confianza en la universidad y con ello nos convertimos en la primera universidad pública que contrata la comisión para que todos los universitarios y universitarias guerrerenses desarrollen los proyectos”.

Posterior al discurso del rector, entre porras y aplausos recibieron el reconocimiento de Maestros Eméritos, los investigadores del Centro de Investigación y Postgrado en Estudios Territoriales en Chilpancingo, Alejandra Cárdenas Santana y de la Unidad de Ciencias de Desarrollo Regional en Acapulco, Rosalío Vences Reza. Luego desfilaron los 41 docentes para recibir un reconocimiento por 30 años de servicio a la universidad.

En su breve intervención la investigadora Alejandra Cárdenas Santana, expresó que durante la época medieval las mujeres “no estábamos consideradas en el mundo intelectual y para penetrar a ese mundo masculino hemos tenido que luchar bastante”.

El nombramiento, según Cárdenas Santana, es como la premisa por mi participación en la lucha por la universidad democrática y por ello “no puedo dejar de mencionar a –los desaparecidos durante la Guerra Sucia– Carlos Bonavides, a Teresa Estrada, porque sería tanto como olvidar nuestro futuro”.

Por su parte el tres veces rector, Rosalío Wences Reza, dijo que el galardón que le entregó el Consejo Universitario “tiene significado especial, porque éste nunca ha flaqueado como fue en 1984 cuando la SEP retuvo el subsidio a la UAG”.

Los galardonados

Alejandra Cárdenas Santana, nació en Manzanillo Colima, es historiadora y desde el hace 32 años –18 de septiembre de 1972– ingresó a la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) por medio del ex rector, Rosalío Wences Reza, fue cofundadora de la Preparatoria número 9, Ernesto Che Guevara de Chilpancingo.

Impartió clases en la Facultad de Filosofía y Letras, actualmente es investigadora e imparte cátedra en el Centro de Investigación y Postgrado en Estudios Territoriales, de Chilpancingo.

Además de la academia y la política, Cárdenas Santana también fue militante activa del Partido de los Pobres que encabezaba Lucio Cabañas durante los años 70; durante la guerra sucia salió del estado, aunque fue detenida y estuvo desaparecida por más de tres meses en distintas cárceles clandestinas.

En cuanto al sociólogo Rosalío Wences Reza, éste nació en Arcelia, en la región de la Tierra Caliente del estado de Guerrero, hizo sus estudios de nivel básico en la entidad, mientras que los de nivel superior los hizo en Estados Unidos.

Wences Reza ingresó a la UAG hace 44 años –en 1960–, impartió clases en la Preparatoria número 1 Aarón M. Flores, en la unidad académica de Filosofía y Letras y en la unidad académica de Derecho, ambas en Chilpancingo. Actualmente es director de la Unidad de Ciencias de Desarrollo Regional de Acapulco.

También fue rector durante nueve años, en tres periodos distintos: el primero de 1972 a1975, el segundo de 1978 a 1981 y el último de 1984 a 1987, siendo éste el “más difícil”, según lo expresó el propio Wences Reza, ya que “la SEP retuvo el subsidio de la UAG, pero con movilizaciones la universidad logró recuperar su salario”.

Asimismo Wences Reza fue el principal impulsor del modelo de universidad-pueblo que comenzó en 1972, con el que pretendían promover la revolución social al interior de las aulas y “construir el socialismo real”.