Jornaleros desde Chilapa para Sonora

Unos 200 indígenas salieron hacia el estado del norte donde trabajarán por 10 meses en los campos de chile en Guaymas y ganarán 190 pesos al día. Si hubiera trabajo no nos iríamos de nuestros pueblos, dijo uno de ellos. También se informó aparte que unos 75 jornaleros irán a la cosecha de jitomate en Florida Foto: Lenin Ocampo Torres

Viajarán a Florida, EU, 75 jornaleros agrícolas contratados para cosechar jitomate, informan

Un requisito es que sean jóvenes casados para que envíen el dinero a sus esposas y para garantizar su regreso, dice el secretario del Trabajo y Previsión Social, Oscar Rangel Miravete. Ganarán 11.27 dólares por hora, dicen

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Un grupo de 75 jornaleros agrícolas irá a Florida, Estados Unidos, contratados por la empresa Lipman family farms, con un salario de 11.29 dólares por hora, equivalentes a 208.4 pesos mexicanos según el tipo de cambio de ayer, en un programa piloto de empleo temporal, informó el secretario del Trabajo y Previsión Social, Oscar Rangel Miravete.
Los integrantes del grupo, hombres jóvenes de distintas comunidades de la región Centro, llegaron a un acto público en la capital acompañados de sus esposas e hijos pequeños a firmar sus contratos con la empresa de jitomates, en la sede de la Secretaría.
Sobre la asistencia de los jornaleros con sus familias, el funcionario explicó que un requisito de la convocatoria es que los interesados estén casados para que envíen el dinero a sus esposas y para garantizar su regreso, es decir, para que no se escapen de los campos de cultivos, después de que llegaron de manera legal con una visa temporal tramitada por la empresa, para quedarse en Estados Unidos sin documentos.
El funcionario anunció que a fin de mes saldrá otro grupo de 250 jornaleros, y que a la fecha se han enviado unos 500 campesinos al extranjero, en tres temporadas, como parte del programa.
Del programa, explicó que el gobierno del estado tramita el pasaporte y vincula a los jornaleros con empresas que gestionan las visas temporales con su gobierno, para garantizar el empleo seguro, de acuerdo con las leyes de México y del país que los recibe.
Detalló que en Estados Unidos y Canadá las visas de trabajo tienen una temporalidad de hasta nueve meses, y en Alemania, país con el que también hay convenios, hay contratos de hasta cuatro años.
El representante de la empresa, Joaquín Mendiburo explicó que la compañía ofrece viviendas con servicios de agua y electricidad a sus empleados, con una cocina, refrigerador y una cama; los proveen de una almohada, una cobija y una toalla, y un sitio para lavar su ropa a mano. Hay transporte gratis a la plantación y una vez a la semana, los llevan a una población para que compren víveres, donde muchos llevan su ropa a lavanderías.
Añadió que la condición es que los trabajadores mantengan limpias las viviendas, porque las inspecciones del Departamento de Salud son rigurosas.
Indicó que el gobierno examina cada vivienda y de esto depende que la compañía mantenga los permisos para recibir trabajadores extranjeros, “todo debe funcionar, no se permite ni que las conexiones de energía eléctrica no funcionen, las habitaciones deben contar con ventanas y extintores”, detalló.
Aclaró que los trabajadores no pueden permanecer en el país al terminar el periodo de contrato y algunos prefieren abandonar su empleo para dedicarse a la construcción, sin documentos que respalden su estancia, y sus leyes obligan a la compañía a reportar a cualquier trabajador que renuncie, sea despedida o escape.
Aclaró que el lugar está completamente abierto, pero lejos de un centro urbano, por lo que cada semana los llevan a comprar sus alimentos.
“Queremos, más que nada, que ganen bastante dinero, porque cuanto más eficientes son, hay más producción”. Explicó que en el estado de Florida el salario mínimo es de 11.29 dólares por hora, “si ellos producen más de lo que se tiene estimado por ese costo, 11.29 dólares, les pagamos más”. Reconoció que el interés de la compañía es llegar al personal con alta producción.
Uno de los jóvenes informó que ha ido en tres temporadas a trabajar con esta empresa, incluso lo llamaron para continuar esta temporada, porque duplicó su producción.
En cuanto a los servicios, Mendiburo aclaró que la compañía ofrece un seguro de salud, y que 95 por ciento de los trabajadores no lo toma porque lo tienen que pagar parcialmente.
Por separado, otros jóvenes de Chilapa que han trabajado con la empresa antes y fueron llamados en sus comunidades, indicaron que en cada casa hay siete trabajadores.

Van funcionarios federales y estatales a Chilapa a despedir a 211 jornaleros que viajan a Sonora

Los indígenas nahuas de diferentes comunidades se dedicarán al cultivo de chiles en Guaymas. Percibirán menos de 200 pesos por jornada de trabajo, informan enganchadores

Zacarías Cervantes

Chilapa

Autoridades federales y estatales despidieron este martes en Chilapa, a 211 jornaleros agrícolas nahuas que van al estado de Sonora a emplearse en el cultivo de chile, con salarios de no más de 200 pesos diarios, ante la falta de oportunidades en la entidad.
Las familias se reunieron desde temprano en la Unidad de Servicios Integrales de Chilapa para registrarse y recibir de los gobiernos federal y estatal mil 200 pesos para cada familia, como apoyo para gastos durante su traslado y mientras reciben su primer pago.
Los 211 jornaleros que salieron este martes son originarios de distintas comunidades de Chilapa, y los primeros de la temporada de salida de jornaleros hacia los estados del norte del país en busca de empleo. La temporada, según informaron los enganchadores, comienza en agosto y termina a finales de enero.
Asistieron a despedirlos, el secretario del Trabajo y Previsión Social del Gobierno del estado, Oscar Rangel Miravete; el presidente municipal de Chilapa, Áldy Esteban Román; el delegado federal del Trabajo, Felipe de Jesús Delgadillo Blanno, y el director general del Servicio Nacional de Empleo en Guerrero, Jesús Orbe Torres.
Orbe Torres informó en la actividad que los indígenas fueron contratados para trabajar durante ocho meses con una empresa que cultiva chile en Guaymas, Sonora.
Informó que el gobierno del estado y el federal destinaron una inversión de 253 mil 200 pesos para entregar mil 200 a cada familia de jornaleros como apoyo para su estancia durante los ocho meses en aquél estado.
A su vez, el delegado del Trabajo, Felipe de Jesús Delgadillo presumió el logro de los gobiernos estatal y federal para que otros estados del país reciban a los campesinos, “porque allá les falta la mano de obra y es una oportunidad para las personas que quieran ir a trabajar”, dijo.
Añadió que, “es el momento que debemos de dar el ejemplo y cuando lleguen allá, a Sonora, donde van a estar trabajando, deben de dar su máximo esfuerzo para lograr un beneficio para sus familias”.
El funcionario recomendó a los jornaleros aprovechar este trabajo, porque el gobierno está haciendo una “inversión” en ellos, dijo en referencia a los mil 200 pesos que les entregaron los gobiernos federal y estatal como apoyo para su traslado, porque, agregó, “es una inversión que es de los impuestos de todos”.
Enseguida, el delegado del Trabajo los felicitó por aceptar irse a trabajar, “y les pido que aprovechen este esfuerzo que se hace de parte del gobierno y de todos los mexicanos, para que, obviamente ustedes puedan salir adelante”.
Por su parte, el alcalde priista, Áldy Esteban Román les deseó “un bonito viaje” y “una bonita estancia en donde quiera que se encuentren”, además, “que tengan presente a sus seres queridos que los esperan aquí con los brazos abiertos, y que seguramente estarán al pendiente de ellos en todo momento, mientras estén allá”.
Igual que los funcionarios federales y estatales les pidió a los migrantes que le “echen muchas ganas”, y que “trabajen muy duro”. Celebró que ellos hayan dado la cara para aprovechar esta oportunidad y les dijo que “la aprovechen bien”.
El alcalde les deseó un “bonito retorno” y dijo que el municipio “los espera con los brazos abiertos”.
Los funcionarios hablaron ante un público indiferente e impasible, la mayoría de los asistentes se vieron cabizbajos, distraídos y con la vista perdida en todas direcciones, menos hacia el presidium, pero les llamó la atención cuando, en su turno, el secretario del Trabajo Rangel Miravete les dijo: “les traigo una buena noticia”, todos voltearon hacia él funcionario, quien soltó: “yo soy el último orador, así es que ya acabó el evento”.

Igual que los funcionarios federales y estatales les pidió a los migrantes que le “echen muchas ganas”, y que “trabajen muy duro”. Celebró que ellos hayan dado la cara para aprovechar esta oportunidad y les dijo que “la aprovechen bien”.
El alcalde les deseó un “bonito retorno” y dijo que el municipio “los espera con los brazos abiertos”.
Los funcionarios hablaron ante un público indiferente e impasible, la mayoría de los asistentes se vieron cabizbajos, distraídos y con la vista perdida en todas direcciones, menos hacia el presidium, pero les llamó la atención cuando, en su turno, el secretario del Trabajo Rangel Miravete les dijo: “les traigo una buena noticia”, todos voltearon hacia él funcionario, quien soltó: “yo soy el último orador, así es que ya acabó el evento”.
En el mismo tono festivo que el resto de los que intervinieron, el encargado de promover el empleo en el estado, felicitó a los indígenas por hacer un viaje “hasta el estado de Sonora, para trabajar nueve meses (el delegado del trabajo había dicho que son ocho), reconoció que es un viaje complicado y largo porque, “son nueve meses que van a requerir de su esfuerzo y de muchos sacrificios”, y añadió que le daba “gusto que vayan hombres y mujeres”.
También se refirió al acto que había encabezado en la mañana en la Secretaría del Trabajo, donde informó que despidieron a 75 migrantes que van a los Estados Unidos para trabajar de manera legal allá.
El funcionario estatal les dijo a los jornaleros que los mil 200 pesos no son mucho dinero, “pero les alcanza mientras les pagan la primera quincena allá”, les aseguró que se van con la protección del gobierno del estado y les recomendó que nombren a un jefe de grupo que esté en contacto con las autoridades estatales, para que avise si llegaron bien y si les están cumpliendo lo que les prometieron en el contrato.
Después, insensible a la tragedia de las familias que dejan sus comunidades, sus casas, sus bienes, sus cosechas y a sus parientes por falta de oportunidades aquí, bromeó, “muy buen viaje, buena estancia, a las muchachas guapas que se van, no se vayan a enamorar de alguien allá y se queden, regrésense con su grupo que se van”, dijo sin despertar una pizca de gracia en los asistentes.
El funcionario agregó que, “el recurso que ustedes ganan allá es muy importante para el estado, porque así como los que se van al extranjero mandan divisas, ustedes traen recursos de otros estados para beneficio de sus comunidades de Chilapa y de sus familias”.
Miravete finalizó, “la gente que emigra siempre es la mejor gente de cada país, los que no tienen el valor de buscar un mejor futuro, a veces se quedan allí en su lugar a esperar a que les griten las piedras del campo y ustedes no, ustedes tienen el valor, tienen el coraje, el arrojo de seguir a buscar un futuro mejor para ustedes y sus familias”.
Uno de los enganchadores consultados informó que, los salarios que reciben en las plantaciones van de los 180 pesos diarios (mil 80 pesos semanales), hasta los 2 mil semanales, según la actividad.
Dijo que los que más ganan son los zanqueros (los que trabajan en zancos, principalmente para el corte de jitomate) que ganan 380 pesos por jornal y pueden alcanzar hasta dos jornales por día, así como los bomberos (los que operan las bombas para fumigar), que ganan 330 pesos por jornal y pueden hacer hasta dos jornales diarios.
Informó que, ahora tienen prohibido contratar a menores de 18 años, y que debido a ello ha disminuido considerablemente el número de familias que se contratan.
Gudelia, una jornalera que se contrata cada año, contó que, si bien sus hijos tienen garantizada la educación y la salud en las plantaciones donde son contratados, tienen que pagar hasta 20 pesos diarios a las personas que cuiden a los niños que no están en edad escolar.
También tienen que comprar o cocinar ellos mismos sus alimentos, lo que disminuye sus percepciones, “regresamos con poquito, pero nos vamos porque aquí no tenemos otra cosa que hacer”, dijo.

Si hubiera trabajo no nos iríamos de nuestros pueblos, dice jornalero antes de salir a Sonora

Zacarías Cervantes

Chilapa

El campesino nahua, Marciano Torres López es originario de Xochitempa, municipio de Chilapa, y padre de un niño de 7 años y una niña de 5. Con ellos y su mujer ayer abandonó su comunidad, donde dejó su casa con todas sus pertenencias, sus pocos animales, su cosecha de la temporada pasada y el resto de su familia.
Él es uno de los 211 indígenas que fueron contratados como jornaleros agrícolas para las plantaciones de chile en Guaymas, Sonora. Se trata del primer grupo de jornaleros agrícolas que sale del estado durante la temporada que comienza en agosto y termina en enero.
Marciano se dice contento porque va en busca de un empleo, pero su semblante contrasta con lo que expresa y, finalmente, reconoce que, “si tuviéramos tierra para sembrar o trabajo seguro aquí no habría necesidad de salir de nuestro pueblo, pero tenemos que sacar adelante a la familia”.
Alrededor del jornalero, decenas de campesinos se arremolinan rodeados de mochilas, vasijas, petates, bolsas llenas de cachivaches, barricas y hasta antenas de televisión que se llevan, mientras en las amplias instalaciones de la Unidad de Servicios Integrales de Chilapa, los niños, ajenos a la nueva vida que les espera, se entretienen jugando en grupos.
En distintos sitios de las instalaciones, familias completas comen en círculos y en cuclillas. Sobre el piso colocan sus alimentos, tortillas con salsa o frijoles que han traído de sus comunidades, y los de más suerte degustan pollo rostizado.
Recargado en uno de los camiones que los trasladarán a Sonora, Marciano observa entre triste y distraído el escenario. En tanto, su mujer entretiene a poca distancia a Fernando y a Nancy, sus dos hijos.
Dice que fue contratado por el Campo Guadalupe, ubicado cerca de Empalme, Sonora, para trabajar en los cultivos de chile morrón y jalapeño, tomate, pepino, melón y sandía.
Se le pregunta si sabe cuánto le van a pagar, el indígena mira hacia el cielo, después menea los dedos de ambas manos como haciendo cuentas, “lo que haga uno, eso es lo que vamos a ganar”, responde.
–¿Por cuánto tiempo se van?
–Pues, unos 10 meses, más o menos, como en junio del próximo año regresamos.
Entonces, interviene Lorenzo Nava, otro jornalero también de Xochitempa que observa de cerca la charla, “eso es cuando nos mandan de allá, pero a veces cuando uno se viene antes, se viene uno pagando todo, cundo uno no cumple el contrato, pero cuando uno cumple, entonces nos ponen camión”.
–¿Usted ya ha ido?
–Sí, el año pasado estuve allá, nomás que nos vinimos por algunos compromisos que salen aquí. Yo me vine en abril.
–Oiga, ¿pero por qué se va?
–Yo, la verdad, te voy a decir, yo no tengo terreno para sembrar maíz, por eso salimos a buscarle por allá, para que nos ayudemos un poco porque aquí no hay mucho trabajo, a veces encontramos trabajo pero por tres o dos días, pero es poco, y ya ves que los gastos están caros aquí, y te pagan 120 pesos y si apenas trabajas dos días, es poco.
–¿Y allá cuánto ganan?
–Es por rendimiento, como le digo, el día nos están pagando como 200 pesos.
–¿Usted se va también con su familia?
–No, yo solo con mi esposa, la verdad nosotros no tenemos niños, por eso así nos vamos, pero los que tienen se los llevan.
En cambio, Marciano se va con su esposa y dos de sus hijos de 5 y 7 años.
–¿Sus hijos no van a la escuela?, –se le pegunta a Marciano.
–Sí.
–¿Y cómo le hacen?
–Allá hay escuelas, desde jardín de niños hasta secundaria.
–¿Y si le conviene irse a trabajar allá?
–Pues más o menos, no mucho, pero sí sacamos algo, aunque sea nomás para comer, pues.
–¿Y si nomás saca para comer, por qué no se queda mejor aquí?
–Pus, no hay más que hacer aquí, más que sembrar milpa y frijol, y eso no nos alcanza si queremos hacer una casita o comprar un mueblecito, para eso tenemos que ir a buscar una chamba donde buscar un poquito más, y aquí no se gana para eso.
–¿Aunque deje todo?
–Sí, dejamos la casa, nuestras cositas, los animalitos.

 

Viajarán a Florida, EU, 75 jornaleros agrícolas contratados para cosechar jitomate, informan

Un grupo de 75 jornaleros agrícolas irá a Florida, Estados Unidos, contratados por la empresa Lipman family farms, con un salario de 11.29 dólares por hora, equivalentes a 208.4 pesos mexicanos según el tipo de cambio de ayer, en un programa piloto de empleo temporal, informó el secretario del Trabajo y Previsión Social, Oscar Rangel Miravete.
Los integrantes del grupo, hombres jóvenes de distintas comunidades de la región Centro, llegaron a un acto público en la capital acompañados de sus esposas e hijos pequeños a firmar sus contratos con la empresa de jitomates, en la sede de la Secretaría.
Sobre la asistencia de los jornaleros con sus familias, el funcionario explicó que un requisito de la convocatoria es que los interesados estén casados para que envíen el dinero a sus esposas y para garantizar su regreso, es decir, para que no se escapen de los campos de cultivos, después de que llegaron de manera legal con una visa temporal tramitada por la empresa, para quedarse en Estados Unidos sin documentos.
El funcionario anunció que a fin de mes saldrá otro grupo de 250 jornaleros, y que a la fecha se han enviado unos 500 campesinos al extranjero, en tres temporadas, como parte del programa.
Del programa, explicó que el gobierno del estado tramita el pasaporte y vincula a los jornaleros con empresas que gestionan las visas temporales con su gobierno, para garantizar el empleo seguro, de acuerdo con las leyes de México y del país que los recibe.
Detalló que en Estados Unidos y Canadá las visas de trabajo tienen una temporalidad de hasta nueve meses, y en Alemania, país con el que también hay convenios, hay contratos de hasta cuatro años.
El representante de la empresa, Joaquín Mendiburo explicó que la compañía ofrece viviendas con servicios de agua y electricidad a sus empleados, con una cocina, refrigerador y una cama; los proveen de una almohada, una cobija y una toalla, y un sitio para lavar su ropa a mano. Hay transporte gratis a la plantación y una vez a la semana, los llevan a una población para que compren víveres, donde muchos llevan su ropa a lavanderías.
Añadió que la condición es que los trabajadores mantengan limpias las viviendas, porque las inspecciones del Departamento de Salud son rigurosas.
Indicó que el gobierno examina cada vivienda y de esto depende que la compañía mantenga los permisos para recibir trabajadores extranjeros, “todo debe funcionar, no se permite ni que las conexiones de energía eléctrica no funcionen, las habitaciones deben contar con ventanas y extintores”, detalló.
Aclaró que los trabajadores no pueden permanecer en el país al terminar el periodo de contrato y algunos prefieren abandonar su empleo para dedicarse a la construcción, sin documentos que respalden su estancia, y sus leyes obligan a la compañía a reportar a cualquier trabajador que renuncie, sea despedida o escape.
Aclaró que el lugar está completamente abierto, pero lejos de un centro urbano, por lo que cada semana los llevan a comprar sus alimentos.
“Queremos, más que nada, que ganen bastante dinero, porque cuanto más eficientes son, hay más producción”. Explicó que en el estado de Florida el salario mínimo es de 11.29 dólares por hora, “si ellos producen más de lo que se tiene estimado por ese costo, 11.29 dólares, les pagamos más”. Reconoció que el interés de la compañía es llegar al personal con alta producción.
Uno de los jóvenes informó que ha ido en tres temporadas a trabajar con esta empresa, incluso lo llamaron para continuar esta temporada, porque duplicó su producción.
En cuanto a los servicios, Mendiburo aclaró que la compañía ofrece un seguro de salud, y que 95 por ciento de los trabajadores no lo toma porque lo tienen que pagar parcialmente.
Por separado, otros jóvenes de Chilapa que han trabajado con la empresa antes y fueron llamados en sus comunidades, indicaron que en cada casa hay siete trabajadores.

 

Adeuda la SEG siete meses de salario a 52 maestros de reemplazo en Acapulco, acusan

Maestros de nivel primaria de la región Acapulco denunciaron que la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) no ha cubierto el pago quincenal de 52 docentes durante siete meses, y en los últimos dos lo ha pospuesto hasta en dos ocasiones.
Este martes por la mañana, maestros que laboran en zona rural de Acapulco, sostuvieron una reunión con autoridades educativas, en las oficinas de Administración y Finanzas de la SEG, en el edificio conocido como Casa Blanca, en donde por tercera vez les pospusieron la fecha de pago de sus quincenas.
Ante la nula respuesta, los maestros decidieron tomar el edificio de la Subsecretaría de Finanzas de la SEG, ubicado en Tribuna Nacional, como una medida de presión para que se les resolvieran sus pagos.
En el lugar, el maestro de la primaria Francisco Villa, de la comunidad Metlapil, del municipio de Acapulco, Francisco Javier Colorado Delgado, explicó que las autoridades educativas están lejos de solucionar la petición de los maestros, y sólo se han mantenido en la constante de alargar el periodo de pago.
Detalló que por la falta del pago han resultado afectados maestros de escuelas pertenecientes a las zonas escolares, de la 36 hasta la 60, en el municipio de Acapulco, que fueron contratados sin participar en el examen de oposición del Servicio Profesional Docente, ante la necesidad de maestros en esa región.
Colorado Delgado recordó que se está privando a los maestros de su único ingreso, por lo que en algunos casos tienen que recurrir a un segundo trabajo, para poder comprar comida.
“Algunas de las maestras son ayudadas por sus esposos, quienes les pagan el transporte y la comida, pero hay otros casos en los que debemos contar con doble trabajo”, explicó.
Los 52 maestros, que actualmente no han recibido ningún pago de sus 14 quincenas, fueron contratados por la SEG para cubrir algunas bajas por jubilaciones y defunciones, de unos 2 mil trabajadores, en los últimos dos años.
Aseguró que actualmente los 52 maestros, desde octubre del año pasado han gastado 30 mil pesos para pagar su traslado y alimentación en sus centros de trabajo, inclusive para pagar algunos materiales necesarios.
Explicó que el planteamiento que están presentando es la regularización de pagos, que van de los 5 mil 85 a los 3 mil 600 pesos, de acuerdo con la categoría del profesor.
Los docentes advirtieron que recurrirán a protestas, como bloqueos y paro de labores en las escuelas, debido a la falta de compromiso de las autoridades de la SEG.
Insistió en que las autoridades no están cumpliendo con su deber, a pesar de que ellos acuden diariamente a impartir clases a algunas de las escuelas.

La toma

A la 1:35 de la tarde, los maestros decidieron tomar el edificio ubicado en la colonia Tribuna Nacional, donde se realizan pagos a maestros, ya que no están de acuerdo con que se les continuara dando “largas”.
La acción fue cerrar la puerta principal del edificio de cinco pisos, por lo que los trabajadores, a pesar de que aún no concluía su jornada laboral, decidieron salir del edificio por uno de los balcones que da a la calle.
Los trabajadores del edificio pidieron a un vecino que les prestara su escalera para poder bajar del balcón. Ante la movilización de la gente, llegó al lugar una patrulla de la Policía Estatal, que se encontraba haciendo un recorrido de vigilancia por la zona.
Después de media hora de toma, los maestros decidieron abrir la puerta y retirarse del lugar, para determinar sus próximas acciones ante la falta de certidumbre sobre su pago.