Señalan vecinos que carecen de servicios en la colonia Roca de Oro, afectada por el huracán Otis

Aurora Harrison

Agua potable, drenaje y pavimentación de calles es lo que requieren vecinos de la colonia Roca de Oro, ubicada en la parte alta de la colonia Jardín y dijeron que con el huracán Otis a varias viviendas se les voló el techo que era de lámina.
Para llegar a la colonia se entra por colonia Jardín Azteca, hasta la parte alta, en la terminal de las camionetas Urvan de Jardín Almendros, donde hay tramos pavimentados y de terracería, las casas son de concreto, otras de madera y con el techo de lámina.
De acuerdo con los vecinos, es una colonia que ya está regularizada que algunos ya pagaron sus trámites para tener sus escrituras ante el Invisur.
Tienen servicio de energía eléctrica, la señal de telefonía es regular, no tienen agua potable ni drenaje y hay zonas donde se requiere de alumbrado público.
Una de las vecinas, que no quiso dar su nombre, contó que tiene 22 años viviendo en el lugar, que la necesidad de tener una vivienda la hizo irse a vivir hasta esa zona.
“Nos falta un pedazo de calle por pavimentar, sí tenemos el servicio de transporte, pero cuando llueve la calle es poco transitada y la tenemos que arreglar”, dijo.
Otros de los servicios que hacen falta en la colonia es “el tubo para red de drenaje, la pavimentación, falta el agua potable” y piden que les construyan un puente para que las personas adultas mayores puedan caminar por una de las calles.
Abundó que la colonia está regularizada, “pero apenas se van a pagar los terrenos, pero ya está medido y todo, en mi caso yo ya pagué ante las autoridades para poder tener mis escrituras, pero hay personas que todavía les falta que los paguen”.
Servicio de agua potable no tienen: “bajamos agua del cerro o en pipas, pero las compramos”. Mencionó que el tambo pequeño de 20 litros lo compra en tres pesos y el tinaco en 120 pesos, estos últimos nada más duran para una semana si se sabe administrar.
Con el huracán Otis, en su casa “nos fue de la patada, nos voló todo el techo, nos dejó los puros cáscaros, porque si se da cuenta puros techos de casas con láminas, es muy raro el que tiene concreto. Nos hizo feo Otis nos dejó los puros cajones, la pura pared”.
Aunque reconoció que puede suscitarse otro fenómeno natural, dijo que volvió a comprar lámina para poner en el techo de su casa “porque para eso fue que le alcanzó el apoyo que le dio el gobierno federal”. Agregó que fue hasta hace un mes que encontró material y quien pudiera hacer el trabajo porque estuvo escaso el trabajo”.
“Cuando yo llegue ya había unas cuántas casas, pero ahorita ya se hizo más grande ya hay más casas y más gente, pero antes eran pocas familias cuando yo llegue”, dijo.

 

Falta una agenda gobierno-sociedad para la recuperación de la naturaleza: Octavio Klimek

El especialista en medio ambiente, Octavio Klimek, durante la entrevista con El Sur en un receso del Retiro Estratégico por Acapulco y Coyuca celebrado en Cuenavaca el viernes y sábado de la semana pasada Foto: Ramón Gracida Gómez

Ramón Gracida Gómez

A tres meses del paso del huracán Otis, aún hace falta una agenda en común entre gobierno y sociedad sobre las acciones a realizar para la recuperación de la naturaleza, señaló el doctor en ciencias forestales, Octavio Klimek, después de participar en un evento de dos días sobre la reconstrucción de Acapulco y Coyuca de Benítez.
Alertó en entrevista con El Sur que en las próximas temporadas de huracanes se pueden repetir meteoros similares al Otis, “entonces tenemos que ver, una, cómo logramos, por un lado, reducir la vulnerabilidad de asentamientos urbanos en el caso de Acapulco, para que si llega a pasar un fenómeno en estos tiempos de cambio climático, pues por un lado la gente reduzca su riesgo de ser, como ahora, damnificado”.
El Retiro Estratégico por Acapulco-Coyuca y Guerrero reunió el viernes y sábado a más de 60 integrantes de la sociedad civil, funcionarios de los tres órdenes de gobierno e integrantes de agencias internacionales, en el hotel Aristos de Cuernavaca; entre ellos estuvo Octavio Klimek, activo en las discusiones sobre la naturaleza como eje transversal de la recuperación después de meteoro del 25 de octubre.
Al finalizar el acto, el también delegado federal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de 2001 a 2003, avisó: “no vamos a garantizar que toda la gente no salga damnificada, pero que no vuelva a suceder” lo que pasó con el huracán categoría 5 que afectó a todos los habitantes de alguna u otra manera.
Enfatizó que la biodiversidad también fue damnificada y “eso se expresa en daños severos a la vegetación, sobre todo, y por lo tanto a todo aquello que representa o que está interrelacionado con la vegetación que es la fauna de todo tipo y no sabemos incluso el estado de las poblaciones realmente animales, más que monitoreos con aves, que es lo más simple, digamos, que hacer”.
Comentó que en estos primeros tres meses de los estragos que ocasionó el paso del huracán Otis, las acciones se han encaminado a resolver la coyuntura inmediata de las carencias de la población “y obviamente muchas cosas que tienen que ver con la naturaleza todavía no entran en el primer lugar”.
En la atención de la naturaleza, de la que los seres humanos formamos parte junto con la biodiversidad y los servicios de aprovisionamiento de la misma naturaleza, resaltó Octavio Klimek, el cambio climático es el “gran elefante como lo decían hoy aquí en la mesa, que no lo estamos todavía atendiendo con una perspectiva de futuro”.
En la recuperación de esta naturaleza, el doctor en ciencias forestales planteó que una acción de corto plazo a realizar consiste en “reducir la posibilidad o los riesgos de que haya incendios de vegetación en los próximos meses que es el estiaje”; y la recuperación de las embarcaciones hundidas en la bahía de Acapulco por la cantidad de combustible y baterías que traen, agregó.
“Pero también debemos de pensar en mediano y largo plazo, no podemos, como te decía, seguir en la idea de que vamos a recuperar a Acapulco y dejar donde fueron más vulnerables la gente o la naturaleza y dejar las cosas como están”, dijo Octavio Klimek.
En particular, una acción que destacó el ambientalista, es la recuperación de áreas de vegetación y la reforestación que evite los fracasos de experiencias pasadas por plantas especies exóticas o que no son idóneas para el suelo y el clima de la región.

“Hay que trabajar en territorio con las comunidades, si tú vas a sembrar árboles, tienes que pactar y aliarte con la comunidad en su territorio porque si no, lo que puede pasar es que dejen, si no hay compromiso, que esa planta se muera, ya sea por sequía, se muera por invasión de ganado, se muera por incendio”.
El ex titular de Semaren, en el gobierno interino de Rogelio Ortega, dijo que posiblemente los gobiernos estatal y federal ya tengan un plan en este sentido, en especial con el programa Sembrando Vida, “pero yo creo que necesitamos revisar, conocer qué van a hacer porque podemos apoyar”.
Planteó una “agenda sociedad y gobierno articulada sobre qué acciones en específico vamos a realizar”, con la premisa de que no todo se va a resolver en 2024 y ampliando las acciones más allá del área urbana de Acapulco, “tenemos que tener una visión en distintas escalas del territorio, región y hasta el propio estado”.
Porque “si seguimos apostando todo a que el turismo de Acapulco nos va a sacar del subdesarrollo, pues sería un error”, indicó y especificó que se debiera potenciar las vocaciones regionales, como un sistema agroforestal en la Sierra, otro sistema agropecuario en la Costa Grande y la Tierra Caliente, todo con “una visión de vivir en armonía con la naturaleza”.
El también articulista de El Sur dijo que hace falta “un mayor compromiso y educación de la sociedad misma sobre por qué debemos de vivir con la naturaleza” porque antes de Otis, Acapulco vivió las experiencias de los fenómenos de Ingrid y Manuel en 2013 y Paulina en 1997, “no podemos ir repitiendo estas historias”.

 

Decretan extinción del fideicomiso que definía como paraestatal al Centro de Convenciones

Ramón Gracida Gómez

El gobierno estatal publicó el 11 de julio pasado en el Periódico Oficial el decreto por el que autoriza la extinción del fideicomiso público 277 que daba el carácter de entidad paraestatal al Centro Internacional Acapulco (nombre oficial del Centro de Convenciones de Acapulco) y lo desincorpora de la administración pública estatal.
Justifica esta decisión porque el inmueble ya no está en condiciones para ser usado, tiene pasivos, falta de ingresos, y aun si el gobierno estatal tuviera los recursos para rehabilitarlo, “este ya no podrá ser destinado como fuente de ingresos del Fideicomiso, ya que en él, se construirá el Hospital de Tercer Nivel” del ISSSTE.
El documento de 12 páginas sintetiza la historia administrativa de este espacio cultural, comenzando con el “Fideicomiso de Desarrollo Económico Social de Acapulco, Gro.” celebrado por el gobierno federal y Nacional Financiera S.A. el 21 de junio de 1976, y que tiene como patrimonio el Centro de Convenciones.
El 15 de julio de 1987 se publicó otro decreto presidencial con el fin de que el gobierno de México “cediera los derechos y obligaciones que como Fideicomitente tenía en dicho Fideicomiso, en favor del estado de Guerrero”.
El 27 de junio de 2009 se suscribió un nuevo Convenio Modificatorio al Contrato de Fideicomiso Irrevocable denominado Fideicomiso Número 277 Centro Internacional Acapulco.
El 21 de julio de 2014 se formalizó en el Diario Oficial de la Federación la entrega al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) las instalaciones del Centro de Convenciones de Acapulco, “con la finalidad de contribuir a la planeación, programación, fomento y desarrollo de la actividad turística y de los recursos turísticos, así como a la promoción del financiamiento de las inversiones privadas y sociales”.
La Secretaría de Finanzas y Administración del gobierno estatal pidió en un oficio con fecha del 10 de julio pasado la extinción del Fideicomiso Público 277 por varias razones, entre ellas que un dictamen de riesgo del 16 de junio y firmado por el secretario de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Roberto Arroyo Matus, determinó “que el inmueble no se encuentra en condiciones de uso y por tanto inhabitable”.
La segunda justificación es que “que no se cuenta con presupuesto para rehabilitar el inmueble” y una tercera señala que no existen “movimientos en el Fideicomiso” desde el 2016.
Asimismo, se reportan pasivos “que a la fecha no han sido resueltos por falta de ingresos” y a la vez no hay ingresos porque el inmueble “no está en condiciones de uso”. El decreto indica que la administración estatal pasada ya había iniciado trámites para promover la extinción.
Finalmente, “aun cuando se contara con recursos para rehabilitar el inmueble, este ya no podrá ser destinado como fuente de ingresos del Fideicomiso, ya que en él, se construirá el Hospital de Tercer Nivel del ISSSTE”.
El artículo primero del decreto del gobierno estatal señala: “Se autoriza la Extinción del FIDEICOMISO PÚBLICO 277.- “CENTRO INTERNACIONAL ACAPULCO” y/o FIDEICOMISO PÚBLICO “CENTRO INTERNACIONAL ACAPULCO”, (en lo sucesivo “EL FIDEICOMISO”), con carácter de entidad paraestatal y se ordena su desincorporación de la Administración Pública Estatal”.
El decreto también abroga diversos acuerdos, entre ellos, el que crea la galería Dolores Olmedo en la Unidad de Servicios Culturales y publicado en el Periódico Oficial del gobierno estatal el 8 de julio de 1988.

 

Aumentó el precio de la gasolina hasta 10 centavos por cada litro al empezar el 2018

En el primer día del 2018 hubo un incremento al precio de la gasolina de 3 a 10 centavos, dependiendo de la región económica.
Este lunes primero de enero se constató que en Guerrero las gasolinas registraron un incremento entre 3 a 10 centavos.
En Zihuatanejo el litro de gasolina Magna esta más cara que en el resto del estado, ya que se vende en 16.79 pesos, mientras que el lugar más barato es Acapulco, en donde está en 16.26.
El segundo lugar donde la gasolina Magna esta más barata es en Iguala con un costo de 16.37 pesos, mientras que en la capital del estado, Chilpancingo, se vende en 16.50 pesos.
El gobierno federal impulsó el año que terminó la reforma energética, con la que espera que este año subirá hasta 20 pesos  el litro de la gasolina Magna, mientras que la Premiun llegará a 23 pesos, lo que representa un alza promedio de entre 22 y 26 por ciento.
Se espera que ante estos aumentos siga un alza en los precios de los servicios básicos y a la canasta básica, debido a que cada producto que se transporta requiere del uso de ese combustible. (Anarsis Pacheco Polito / Chilpancingo).