Nombran a la generación de la Facom como el estudiante víctima de la disputa UPOEG-FUSDEG

La generación 2013-2017 de la Facultad de Ciencias de la Comunicación y Mercadotecnia (Facom) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) lleva el nombre de Cristian Jesús Santiago Navarrete, estudiante que murió el 13 de mayo en una balacera entre el Frente Unido para la Seguridad y Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) en El Ocotito, municipio de Chilpancingo.
Este sábado se celebró la clausura en el auditorio José Joaquín Herrera en el Palacio de Gobierno, a donde asistieron los 218 estudiantes de la generación, excepto Santiago Navarrete, quien a los 22 años fue víctima de la disputa entre los grupos de autodefensa por el control del corredor del Valle de El Ocotito, de Mazatlán a Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero.
La directora de la Facultad, Norma Angélica Sevilla Muñoz lamentó la situación difícil de Guerrero en materia de seguridad y que el joven universitario falleciera.
Por su parte, los compañeros de Santiago Navarrete lo recordaron con cariño como un buen estudiante, y exigieron justicia para todos los universitarios que han sido asesinados.
De acuerdo con cifras que ha dado a conocer el rector, Javier Saldaña Almazán, quien fue padrino de la generación pero no asistió a la ceremonia, en los últimos cinco años 27 universitarios, académicos, trabajadores administrativos y estudiantes han sido asesinados ante la inseguridad en el estado.

Marchan 50 estudiantes de la UAG; exigen el esclarecimiento del asesinato de universitarios

Unos 50 estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) marcharon para protestar por el asesinato de su compañero Darwin Raymundo Barrientos Miranda, de la escuela de Artes, hecho ocurrido este miércoles en esta ciudad, y exigieron su esclarecimiento y recordaron que siguen impunes los de los alumnos Cristian Jesús Santiago Navarrete, de Ciencias de la Comunicación y Mercadotecnia, y Haziel Gálvez Ayatle, de Filosofía y Letras.
A las 3:50 de la tarde, unos 50 universitarios marcharon desde Radio Universidad hasta la escuela de Filosofía y Letras, donde reprocharon a las autoridades la muerte de los tres estudiantes y exigieron el esclarecimiento de los hechos.
Durante la marcha, los universitarios portaron pancartas en las que se leyó: “Exigimos justicia” y corearon consignas como “ni uno más” y “no más estudiantes asesinados”.
Los universitarios participaron en la Tercera Jornada del Estudiante Detenido-Desaparecido, que se llevó a cabo en la escuela de Filosofía y Letras, en donde denunciaron que Barrientos Miranda, quien fue asesinado el miércoles junto a otro joven en la lateral del bulevar Vicente Guerrero a unos 300 metros de la 35 Zona Militar, estaba vivo cuando las policías ministerial y estatal llegaron al lugar de los hechos, en la colonia Vista Hermosa, pero no lo auxiliaron.
Señalaron que, como consta en videos difundidos en medios de comunicación, Barrientos Miranda se aferró a la pierna de un agente, en un claro gesto de auxilio, pero no recibió primeros auxilio ni ningún tipo de atención médica.
En su intervención, el estudiante de la escuela de Artes, Emilio Nava Dionicio, dijo que Barrientos Miranda tenía 26 años y dejó huérfano a un pequeño de 4 años. Reprochó que las autoridades estatales son incapaces de garantizar la seguridad de la sociedad y que los asesinatos de los universitarios permanecen en la impunidad.
La estudiante de Ciencias de la Comunicación y Mercadotecnia, Jessica Salazar Vargas, recordó que Santiago Navarrete fue asesinado durante los enfrentamientos entre el Frente Unido para la Seguridad y Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), el 13 de mayo, en El Ocotito.
Dijo que los universitarios, al igual que todos los guerrerenses, no están exentos de la violencia e inseguridad en el estado. Llamó a los estudiantes y maestros a unirse para exigir el esclarecimiento de los asesinatos de estudiantes y maestros de la UAG.
Por su parte, el estudiante de Filosofía y Letras, Carlos Javier Sánchez Dionicio, recordó que Gálvez Ayatle fue levantado en Chilpancingo y apareció decapitado en Chilapa, de donde era originario, el 8 de mayo.
Reprochó que las autoridades de la UAG no han dado una postura contundente al respecto del asesinato de los jóvenes, quienes sólo se dedicaban a sus estudios y fueron víctimas de la violencia en Guerrero.
Los universitarios llamaron a la comunidad de la UAG a participar en una marcha que se llevará a cabo hoy en la capital, para exigir justicia para sus compañeros asesinados. También reprocharon que el rector Javier Saldaña Almazán no ha hecho ningún pronunciamiento al respecto de los hechos.

Misa en la Facom en memoria del estudiante asesinado

 

Universitarios y familiares del estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación y Mercadotecnia (Facom) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Cristian Jesús Santiago Navarrete, asesinado presuntamente por una bala perdida en el enfrentamiento entre el Frente Unido para la Seguridad y Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) el sábado en El Ocotito, municipio de Chilpancingo, asistieron a una misa luctuosa en la escuela.
Vestidos de negro y de blanco colocaron listones negros en señal de luto, y adornaron un altar con el retrato de Cristian, velas y flores.
El mensaje de la misa católica fue para desear el eterno descanso de Santiago Navarrete, así como consuelo para sus familiares, los universitarios exigieron justicia y castigo para los responsables.
Al concluir la misa los compañeros de salón de Santiago Navarrete lanzaron al aire globos inflados con helio con forma de estrella, plateados, como una despedida simbólica. Le dedicaron varios minutos de aplausos para reconocer su desempeño académico.
El padre de Cristian Jesús, Jesús Santiago Sánchez contó que el estudiante trabajaba como mesero en un restaurante en El Ocotito, ahí ganaba 200 pesos por una jornada laboral nocturna que concluía entre las 4 y las 5 de la madrugada.
Dijo que la familia de Cristian oponía a que trabajara, pero él quería tener ingresos, le gustaba tocar guitarra y estar con sus amigos, y convenció a sus padres para que le permitieran trabajar.
Dijo que el sábado 13 de mayo, Cristian y un compañero de trabajo se dirigían a Mohoneras, cuando terminaron su jornada laboral, en el trayecto hombres desconocidos les hicieron señas para que se detuvieran “pero son jóvenes, no se quisieron parar, no era para que le tiraran, a este Jesús yo nunca le enseñé a disparar con un arma, yo quise que fuera un estudiante que terminara (su carrera)”.