En especial los varones deben luchar para erradicar los feminicidios, plantea el arzobispo

El arzobispo de Acapulco Leopoldo González durante su conferencia, en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe del fraccionamiento Mozimba Foto: Carlos Alberto Carbajal

El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, expuso que para erradicar los feminicidios toda la sociedad debe luchar, pero en especial los varones; a las autoridades les dijo que se debe de investigar cada caso y no dejarlo en la impunidad.
De nuevo, reiteró su llamado a quienes delinquen a la conversión y compartió la tristeza e indignación de los familiares de quienes han muerto en hechos relacionados con la delincuencia organizada. “Vean los cientos de niños que han dejado huérfanos, los cientos de esposas que han dejado viudas, los cientos de mamás a las que han quitado el corazón al asesinar a su hijos, los cientos de familias a quienes les han robado la paz”.
En el comunicado dominical el prelado católico se refirió a la celebración del Día de la Madre y mandó un mensaje a los hijos, para que informen en todo momento de lo que hacen, considerando que es un deber que se tiene hacia los padres.
En conferencia de prensa en la oficina parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en la colonia Mozimba, a donde acudió el arzobispo a oficiar misa dominical y concluyó la visita a todas las parroquias de la arquidiócesis en Acapulco, desde su llegada en agosto.
En su comunicado, el arzobispo habló de la celebración del Día de las Madres, de lo que implica ser una, el atender a los hijos, de cómo muchas de ellas no tiene quien las ayude. Así como las que sufren por la ausencia de sus hijos, porque el crimen se los ha arrebatado o desaparecido, y son muchas las madres que sufren al intuir que sus hijos “andan en La Maña”, que tal vez sean de aquellos que a otras madres les arrebaten o desaparecen a sus hijos.
De esto último, dijo que el llamado es a los hijos a que sean conscientes de que tienen deberes con sus padres, que informen lo que hacen y donde están, porque tiene la obligación de respetar y obedecer a sus progenitores.
Consultado respecto a los casos donde son las madres las que han muerto, como en el caso de los feminicidios, el arzobispo expuso que toda la sociedad debe de trabajar para erradicar los asesinatos por el hecho de ser mujeres, “en especial de los varones”.
Recalcó que la vida humana debe de ser respetada, desde la fecundación hasta su muerte natural, que privar de la vida a una persona es una grave ofensa contra las víctimas, la humanidad y “el creador”.
A las autoridades, el prelado católico les recordó que tiene leyes para tipificar y castigar los feminicidios, por lo que convocó a que se investigue cada uno, hasta llegar a la verdad y se procese, para que se haga justicia y no queden impunes.
Convocó a que se continúe en el esfuerzo de que las mujeres y los hombres tengan igualdad de oportunidades en puestos de dirección, que reciban el mismo salario por igual trabajo y hacer público cualquier comportamiento o rasgo de violencia contra la mujer. “El feminicidio es un crimen al que conduce un camino de violencia ya vivido”.
Leopoldo González llamó a fortalecer las familias para que sean libres de violencia, que no parezca normal infringir cualquier tipo de ésta ya sea física, verbal, emocional, sexual o económica.
Invitó a los padres a asignar a los hijos el reparto equitativo de tareas domésticas, aprender a solucionar conflictos con el diálogo, y a las instituciones educativas a inculcar, proteger y fortalecer el respeto a la igual y dignidad del varón y la mujer.
Respecto a los hechos de violencia que han ocurrido en el estado, como los nueve ejecutados dejados en una camioneta en el libramiento de cuota a Tixtla, el arzobispo dirigió su mensaje de manera general: “Una palabra en torno al clima de violencia y actos tan dolorosos que han sucedido”.
Dijo a las familias de las víctimas que comparte su tristeza y su indignación, “esto no debiera ser así”, e invitó a quienes estén cerca que las visiten para orar con ellas.
Insistió, como cada domingo, en que es necesario conocer la razón de cada hecho para restablecer el orden de justicia “gravemente” quebrantado, y que el crimen no quede impune, así como ver a través de lo que sucedió para prevenir otros asesinatos.
Reiteró el llamado a los que perpetran los crímenes a su conversión y a la sociedad a reforzar la paz alrededor, “si ha sido la violencia así de ruda, también nuestro esfuerzo en reconstruir la paz sea muy grande”.
Respecto al robo de un bebé el pasado miércoles, el cual se recuperó el viernes, el arzobispo expresó que los menores son los que menos posibilidades tienen de cuidar de sí mismos, están al cuidado de todos nosotros lo mayores y de la institución pública para protegerlos. Convocó a todos a cuidar de los infantes.
Consultado en referencia al primer lugar que ocupa Guerrero en la migración de menores de edad que intentan pasar a los Estados Unidos y que son deportados, González González recordó que él conoce la situación por su estancia en la frontera de Chiapas con Guatemala, y enfatizó que la reunificación familiar es un derecho.

 

Organiza el colectivo Los Otros un festejo en Iguala para niños y madres de desaparecidos

Como parte de sus actividades para restaurar el tejido social y fortalecer a las familias que han vivido la desaparición de alguno de sus integrantes, el colectivo Los Otros Desaparecidos de Iguala celebró a 176 niños que han sufrido la pérdida de uno o sus dos padres, así como a 250 mujeres que en su mayoría sufrieron la desaparición de sus esposos.
Durante la mañana de este martes, en el terreno destinado para lo que será la Ciudad Víctima, familiares del colectivo Los Otros Desaparecidos se reunieron para tener su asamblea, que ahora realizan los martes cada 15 días, y ya no cada semana, como era una tradición desde su surgimiento.
En la asamblea, la secretaria del colectivo, Adriana Bahena Cruz, acompañada del presidente, Joel Díaz Díaz, dio a conocer que hasta este 1 de mayo suman 39 cuerpos que han sido identificados y entregados por la PGR a sus familiares. El jueves pasado fue entregado el más reciente.
A pesar de que han pasado muchos años desde las desapariciones de sus familiares, las personas siguen con el miedo de dar a conocer sus testimonios, y sólo reciben los restos de sus familiares para nuevamente sepultarlos, pero ahora de manera legal.
A diferencia de otras ocasiones, el día fue para pasar una mañana amena, pues el comité del colectivo, con la ayuda de autoridades municipales, la Universidad Iberoamericana y la Procuraduría General de la República (PGR) celebraron a los niños y las mamás por su día.
Bahena Cruz precisó que de acuerdo con sus registros, hay 176 niños que son hijos de desaparecidos. Algunos de ellos son huérfanos de padre, otros de madre y unos pocos no tienen ni a uno ni otro y viven con sus abuelos.
En el caso de las mujeres, tienen un padrón de 250, en su mayoría esposas de hombres jóvenes que han sido desaparecidos entre 2010 y 2017. Otras más son madres de estos desaparecidos, que forman la estadística de más de 500 víctimas de desaparición con la que cuenta sólo el colectivo Los Otros Desaparecidos de Iguala.
Este martes se vio felicidad entre los niños rompiendo piñatas y algún juguete que, aunque austero, fue donado por estudiantes de la Universidad Iberoamericana. En el caso de las mujeres del colectivo, sólo algunas fueron las afortunadas de llevarse uno de los 10 obsequios que fueron donados por autoridades locales y que fueron sorteados.
En una actividad, realizada por los psicólogos de la PGR, se colocó un mural, en el que las madres de desaparecidos escribieron emotivos mensajes de cariño para sus hijos.
En declaraciones hechas, Bahena Cruz dijo que en una de las cosas que han insistido como colectivo, y en lo que han trabajado mucho, es en la restauración del tejido social, lo cual impulsan desde adentro de la asociación con actividades como la celebrada este martes.
Señaló que una de las cosas que han tratado de fomentar es fortalecer a todas las compañeras del colectivo, por todos los sucesos que han vivido, que al igual que ella, tienen desaparecido a su esposo, algún hijo o un hermano.
“Siempre hemos querido trabajar y sabemos que el cambio se va a provocar trabajando en la restauración del tejido social. Ahorita estamos trabajando al interior de la asociación, pero si queremos hacerlo hacia afuera, una de las partes fundamentales es despertar en nuestra gente que el dolor no te tiene que limitar, sino impulsar para ayudar a otros para que no vivan lo que nosotros vivimos”.