Continúan los damnificados por el huracán Otis reconstruyendo sus casas en la colonia Panorámica

Casas destruidas por el huracán Otis y que fueron abandonadas por sus habitantes en la colonia Panorámica que toma su nombre de la espectacular vista de la bahía que tiene Foto: Carlos Carbajal

Aurora Harrison

A casi siete meses del huracán Otis, damnificados de la colonia Panorámica, ubicada en la parte alta de la Infonavit Alta Progreso, continúan los trabajos de reconstrucción de sus casas donde utilizó todo el apoyo económico que dio el gobierno federal e incluso pidieron prestado.
La colonia tiene una vista espectacular de la bahía, pero el servicio de agua es irregular, hay calles sin alumbrado público, viviendas con daños en los techos, y bajareques de madera colapsados. Uno de los accesos es por la calle Paseo de la Cañada, de la colonia Infonavit Alta Progreso, una zona cercana al parque El Veladero.
La señora Felipa Sánchez tiene más de 30 años viviendo en esa colonia; su casa tenía el techo de lámina y las paredes eran de concreto, pero con el huracán Otis una pared se colapsó porque le cayeron varios árboles.
El huracán Otis “fue mucho más feo que Paulina, estábamos aquí en la casa, vino un aire fuerte se llevó toda la lámina, fue horrible, si no nos hubiéramos salido a la mejor nos hubiéramos muerto, porque todas las láminas vinieron a dar aquí (al patio de su casa), no se podía pasar”, platica sentada en una silla de plástico en el patio de su vivienda.
Recordó que su madre, una adulta mayor y su suegra, que viven cerca, se fueron a refugiar en su casa, donde ella vive con su marido y su hijo, pero tampoco era lugar seguro, “porque toda la lámina ya se la había llevado el huracán”.
“Era tan feo el aire que se veía como rayos que caían del cielo, fue un segundo que nos salimos, fue rápido, mi suegra también se vinieron y rápido nos fuimos para otro lado porque si hubiéramos quedado otro rato nos hubiera caído todo, porque había árboles y todos se los llevó, había muchos palos de mango, todo cayó en el patio, fue muy rápido que nos salimos porque si no ya no estuviéramos aquí contándolo”, dijo.
Contó que fue un “terror” para ella y sus familiares el huracán “lo vivimos muy feo y nos quedamos como traumados, ahora hay que echarle ganas, vamos a seguir construyendo, la ayuda del gobierno aunque sea poquito nos sirvió, porque usted sabe que se le mete mucho dinero a una casa, lo que nos dio el gobierno fue un empujón, porque si hubiera estado otro gobierno ni siquiera nos hubieran dado nada”.
Cuando se salieron de su casa corrieron a refugiarse en el área del baño de una vivienda que está en construcción. Fue lo más cerca que les quedaba, no podían irse a otro lado porque el aire se los podía llevar. Porque también se les cayó la barda, “a mi suegra se le cayó la casa, se quedó sin casa, mi sobrina también, y no teníamos a donde irnos, así que tuvimos que empezar a limpiar, recogimos todas las láminas viejas que había para volver a construir de nuevo”.
“Quedamos como traumados, ayer (domingo en la noche) estaba pringando y mi nieto al escuchar los rayos me dice abuelita ya viene otro huracán, le dije no te asustes, esperemos en Dios que todo lo que han dicho no sea cierto, pero sólo Dios sabe”, dijo.
Su casa la está construyendo ahora de concreto, luego de recibir el dinero fue a las casas de materiales para surtirse de tabique, cemento, varilla para levantar su vivienda, porque ahora quiere un lugar donde sea más seguro para su familia y ella, “un lugar en donde nos podamos refugiar”.
“Porque no todos los vecinos te quieren ayudar, o echar la mano en una situación así, por ejemplo mi cuñado fue a pedir permiso a una vecina que su casa es de material y no quisieron darnos el apoyo, entonces le dije a mi marido, hay que construir de material, y pedimos dinero prestado, porque si nos dio el gobierno los 35 mil y los 8 mil, pero eso no iba a alcanzar ni para empezar, por eso pedimos prestado, nos endeudamos para hacer esto, porque si no lo hacíamos a dónde nos vamos a refugiar y tenemos que echarle ganas”.
Con su sombrero y su amarrador de alambre, le ayuda a su marido a construir su casa, van a hacer tres cuartos, para que puedan entrar los ocho miembros de su familia, “pero ya nos quiere agarrar el agua, porque aunque le echamos todas las pilas, no podemos acabar”.
“Nos tardamos porque no había material, y hasta que compramos el material, y luego que comparábamos precios, porque lo están dando más caro, porque antes del huracán había comprado porque hice las paredes de dos cuartitos, estaba más barato me salía en 8 mil el millar de tabicón, ¿ahora sabe cuánto está?, 10 mil u 11 mil el millar del tabicón y la varilla 300 pesos una, y la de tres octavos más de 200 pesos. ¡imagínese! ya no podemos construir, todo el material caro, ya no alcanza el dinero”, platicó.
Abundó que el albañil cobra caro y luego no hace bien el trabajo, “luego aparte te están cobrando por todo, ahorita, ya se hacer las cadenas, mi marido lo arma, yo soy la que los amarro, pero por eso estamos haciendo estos tres cuartos”.
Después del huracán su marido e hijos lo que han hecho es trabajar en la construcción de su casa. “Estamos agradecidos porque es el único gobierno que nos ha ayudado, porque ya ven que la presidenta que está aquí ¿cuándo se vino a parar aquí?, nunca ha dado la cara, ahorita como ya son las votaciones quieren más, cada quien que haga su lucha”.
“Si ya pasó un huracán categoría 5 qué nos esperamos, que venga otro igual o más peor, porque pues ahora nos quedamos sin árboles y los árboles siempre nos ayudan, porque nos dan oxígeno y sombra, además nos protegían, pero ahora el aire vendrá más peor”, opinó.
Ofelia Rodríguez también resultó afectada por el huracán, su casa era de madera y lámina galvanizada, pero el huracán se la llevó, su cama y sus muebles se dañaron.
Actualmente improvisó un bajareque, mientras terminan de construir su cuarto, el cual lo hizo con el apoyo que dio el gobierno federal y con un dinero que pidió prestado, le falta colar la loza, pero para eso necesita más dinero y material.
“Tengo mi casita, estoy contenta, aunque todavía le falta, le voy a poner mientras lámina”, dijo la vecina que mencionó: “el dinero que me dio el presidente lo invertí para mi casa”.
Recordó que ese día que impactó el huracán su hijo, quien se encontraba trabajando, le dijo que se saliera y que buscara un lugar seguro porque “venía feo, yo todavía estaba acostada, eran las 11 de la noche, cuando vi que se llevó un pedazo de techo”, corrió a la casa de su hijo, donde estaba su nuera para refugiarse.
A “ella también se le voló todo, y tuvimos que correr hacia otro lado, porque no estábamos seguras, yo no quería creer que vendría feo, cuando las láminas empezaron a volar, todo eso hizo feo, los árboles se trozaron, hizo muy feo”.
En un barranco, en esa misma colonia Panorámica está la casa del señor Juan Manuel Acosta, un adulto mayor que vive solo. Su vivienda la reconstruyó nuevamente de madera y lámina, porque después de que el huracán la destruyó estaba durmiendo bajo una lona. Con ayuda de otra persona, fue que empezó a levantar su casa.
Recordó que durante el impacto del huracán, volaron las láminas, se cayeron unos árboles en su predio y como pudo se salió, toda la noche la pasó debajo de un puente que está en la barranca. Aunque sus vecinos le decían que se fuera a refugiar y le alumbraban con focos no podía moverse de donde estaba, porque las láminas volaban y los árboles se caían.
“Sentí que no iba a vivir, fue increíble, no sentí miedo, tres veces me levantó el aire, pero no me llevó porque me sostuve de las ramas”, dijo, mientras mostraba su casita que hizo con madera y láminas reutilizadas que se volaron de otras viviendas, mientras que levanta las paredes de lo que será su casa de material.
En la colonia hay casas que las están arreglando por los daños que tuvieron con el huracán, y árboles que se le cayeron algunas ramas ya están retoñando. Sin embargo, hay viviendas que se dañaron y que no han sido reparadas, algunas casas de madera colapsaron.

 

Reconstruyen sus hogares con sus propias manos

Los vecinos de la colonia Panorámica, ubicada arriba del Infonavit Alta Progreso y colindante con el parque El Veladero, han gastado todo el dinero que el gobierno federal les entregó en la reparación de sus hogares que Otis afectó. Ahí, ante una vista espectacular de la bahía, el servicio de agua es irregular, hay calles sin alumbrado público y las viviendas muestran daños en los techos. En la imagen, la señora Felipa Sánchez y su esposo, damnificados por el huracán, en la labor de reconstrucción de su casa Foto: Carlos Carbajal

Continúan los damnificados por el huracán Otis reconstruyendo sus casas en la colonia Panorámica

Invierten el dinero entregado por el gobierno federal, pero es insuficiente, por lo que han pedido prestado para conseguir material y mano de obra

Aurora Harrison

A casi siete meses del huracán Otis, damnificados de la colonia Panorámica, ubicada en la parte alta de la Infonavit Alta Progreso, continúan los trabajos de reconstrucción de sus casas donde utilizó todo el apoyo económico que dio el gobierno federal e incluso pidieron prestado.
La colonia tiene una vista espectacular de la bahía, pero el servicio de agua es irregular, hay calles sin alumbrado público, viviendas con daños en los techos, y bajareques de madera colapsados. Uno de los accesos es por la calle Paseo de la Cañada, de la colonia Infonavit Alta Progreso, una zona cercana al parque El Veladero.
La señora Felipa Sánchez tiene más de 30 años viviendo en esa colonia; su casa tenía el techo de lámina y las paredes eran de concreto, pero con el huracán Otis una pared se colapsó porque le cayeron varios árboles.
El huracán Otis “fue mucho más feo que Paulina, estábamos aquí en la casa, vino un aire fuerte se llevó toda la lámina, fue horrible, si no nos hubiéramos salido a la mejor nos hubiéramos muerto, porque todas las láminas vinieron a dar aquí (al patio de su casa), no se podía pasar”, platica sentada en una silla de plástico en el patio de su vivienda.
Recordó que su madre, una adulta mayor y su suegra, que viven cerca, se fueron a refugiar en su casa, donde ella vive con su marido y su hijo, pero tampoco era lugar seguro, “porque toda la lámina ya se la había llevado el huracán”.
“Era tan feo el aire que se veía como rayos que caían del cielo, fue un segundo que nos salimos, fue rápido, mi suegra también se vinieron y rápido nos fuimos para otro lado porque si hubiéramos quedado otro rato nos hubiera caído todo, porque había árboles y todos se los llevó, había muchos palos de mango, todo cayó en el patio, fue muy rápido que nos salimos porque si no ya no estuviéramos aquí contándolo”, dijo.
Contó que fue un “terror” para ella y sus familiares el huracán “lo vivimos muy feo y nos quedamos como traumados, ahora hay que echarle ganas, vamos a seguir construyendo, la ayuda del gobierno aunque sea poquito nos sirvió, porque usted sabe que se le mete mucho dinero a una casa, lo que nos dio el gobierno fue un empujón, porque si hubiera estado otro gobierno ni siquiera nos hubieran dado nada”.
Cuando se salieron de su casa corrieron a refugiarse en el área del baño de una vivienda que está en construcción. Fue lo más cerca que les quedaba, no podían irse a otro lado porque el aire se los podía llevar. Porque también se les cayó la barda, “a mi suegra se le cayó la casa, se quedó sin casa, mi sobrina también, y no teníamos a donde irnos, así que tuvimos que empezar a limpiar, recogimos todas las láminas viejas que había para volver a construir de nuevo”.
“Quedamos como traumados, ayer (domingo en la noche) estaba pringando y mi nieto al escuchar los rayos me dice abuelita ya viene otro huracán, le dije no te asustes, esperemos en Dios que todo lo que han dicho no sea cierto, pero sólo Dios sabe”, dijo.
Su casa la está construyendo ahora de concreto, luego de recibir el dinero fue a las casas de materiales para surtirse de tabique, cemento, varilla para levantar su vivienda, porque ahora quiere un lugar donde sea más seguro para su familia y ella, “un lugar en donde nos podamos refugiar”.
“Porque no todos los vecinos te quieren ayudar, o echar la mano en una situación así, por ejemplo mi cuñado fue a pedir permiso a una vecina que su casa es de material y no quisieron darnos el apoyo, entonces le dije a mi marido, hay que construir de material, y pedimos dinero prestado, porque si nos dio el gobierno los 35 mil y los 8 mil, pero eso no iba a alcanzar ni para empezar, por eso pedimos prestado, nos endeudamos para hacer esto, porque si no lo hacíamos a dónde nos vamos a refugiar y tenemos que echarle ganas”.
Con su sombrero y su amarrador de alambre, le ayuda a su marido a construir su casa, van a hacer tres cuartos, para que puedan entrar los ocho miembros de su familia, “pero ya nos quiere agarrar el agua, porque aunque le echamos todas las pilas, no podemos acabar”.
“Nos tardamos porque no había material, y hasta que compramos el material, y luego que comparábamos precios, porque lo están dando más caro, porque antes del huracán había comprado porque hice las paredes de dos cuartitos, estaba más barato me salía en 8 mil el millar de tabicón, ¿ahora sabe cuánto está?, 10 mil u 11 mil el millar del tabicón y la varilla 300 pesos una, y la de tres octavos más de 200 pesos. ¡imagínese! ya no podemos construir, todo el material caro, ya no alcanza el dinero”, platicó.
Abundó que el albañil cobra caro y luego no hace bien el trabajo, “luego aparte te están cobrando por todo, ahorita, ya se hacer las cadenas, mi marido lo arma, yo soy la que los amarro, pero por eso estamos haciendo estos tres cuartos”.
Después del huracán su marido e hijos lo que han hecho es trabajar en la construcción de su casa. “Estamos agradecidos porque es el único gobierno que nos ha ayudado, porque ya ven que la presidenta que está aquí ¿cuándo se vino a parar aquí?, nunca ha dado la cara, ahorita como ya son las votaciones quieren más, cada quien que haga su lucha”.
“Si ya pasó un huracán categoría 5 qué nos esperamos, que venga otro igual o más peor, porque pues ahora nos quedamos sin árboles y los árboles siempre nos ayudan, porque nos dan oxígeno y sombra, además nos protegían, pero ahora el aire vendrá más peor”, opinó.
Ofelia Rodríguez también resultó afectada por el huracán, su casa era de madera y lámina galvanizada, pero el huracán se la llevó, su cama y sus muebles se dañaron.
Actualmente improvisó un bajareque, mientras terminan de construir su cuarto, el cual lo hizo con el apoyo que dio el gobierno federal y con un dinero que pidió prestado, le falta colar la loza, pero para eso necesita más dinero y material.
“Tengo mi casita, estoy contenta, aunque todavía le falta, le voy a poner mientras lámina”, dijo la vecina que mencionó: “el dinero que me dio el presidente lo invertí para mi casa”.
Recordó que ese día que impactó el huracán su hijo, quien se encontraba trabajando, le dijo que se saliera y que buscara un lugar seguro porque “venía feo, yo todavía estaba acostada, eran las 11 de la noche, cuando vi que se llevó un pedazo de techo”, corrió a la casa de su hijo, donde estaba su nuera para refugiarse.
A “ella también se le voló todo, y tuvimos que correr hacia otro lado, porque no estábamos seguras, yo no quería creer que vendría feo, cuando las láminas empezaron a volar, todo eso hizo feo, los árboles se trozaron, hizo muy feo”.
En un barranco, en esa misma colonia Panorámica está la casa del señor Juan Manuel Acosta, un adulto mayor que vive solo. Su vivienda la reconstruyó nuevamente de madera y lámina, porque después de que el huracán la destruyó estaba durmiendo bajo una lona. Con ayuda de otra persona, fue que empezó a levantar su casa.
Recordó que durante el impacto del huracán, volaron las láminas, se cayeron unos árboles en su predio y como pudo se salió, toda la noche la pasó debajo de un puente que está en la barranca. Aunque sus vecinos le decían que se fuera a refugiar y le alumbraban con focos no podía moverse de donde estaba, porque las láminas volaban y los árboles se caían.
“Sentí que no iba a vivir, fue increíble, no sentí miedo, tres veces me levantó el aire, pero no me llevó porque me sostuve de las ramas”, dijo, mientras mostraba su casita que hizo con madera y láminas reutilizadas que se volaron de otras viviendas, mientras que levanta las paredes de lo que será su casa de material.
En la colonia hay casas que las están arreglando por los daños que tuvieron con el huracán, y árboles que se le cayeron algunas ramas ya están retoñando. Sin embargo, hay viviendas que se dañaron y que no han sido reparadas, algunas casas de madera colapsaron.

Arrasó Otis con árboles y se llevó las casas, recuerdan vecinos de Infonavit Alta Progreso

Árboles caídos obstruyen la entrada a uno de los edificios de la unidad habitacional Infonavit Alta Progreso en el anfiteatro de Acapulco en imagen del lunes Foto: Carlos Carbajal

Aurora Harrison

Vecinos de la colonia Infonavit Alta Progreso y de la Panorámica, dijeron que el huracán Otis se sintió como un “remolino”, que además de arrasar con los árboles, se llevó los techos de lámina y casas.
En las calles principales de ambas colonias se vieron este lunes montones de basura, láminas y árboles que reducen la circulación; aunque varios ya fueron podados por autoridades estatales y del municipio, muchos aún están en la calle.
“Estuvo muy feo. Nosotros estuvimos mirando por medio de las ventanas de la casa y hacía como un remolino el aire, de la vecina venía toda la madera de su casa y caía en mi casa”, dijo este lunes pasado la señora Ruth, de la colonia Panorámica.
Agregó que “nunca pensó que iba a pasar esto. Pensé que iba a ser más calmado, pero no, creo que fue peor que Paulina, porque hubo más daño en las casas”.
“Todas las casa quedaron sin techo porque se voló la lámina y hay unas que se ve que no quedaron casas”, platicó la señora, que mencionó que ella, como a las 2 de la madrugada se salió de su casa y se refugió en la de la vecina, que es de concreto.
Dijo que tiene 62 años viviendo en Acapulco y no había pasado un huracán categoria 5, mencionó que con Paulina fue mucha lluvia “pero éste fue poca agua y mucho viento, era un remolino”.
“Hubo mucho grito, llanto. Como ya estaba todo oscuro, se oía el murmullo de personas que clamaban a Dios. Muchos nos pusimos orar que el viento se llevará donde no había personas”, dijo.
En la Alta Progreso, segunda etapa en el edificio 2 A, también se cimbró el edificio, además de que rompió vidrios y despejó la herrería de los departamentos.
“Fue muy feo. Personas que viven en la parte de abajo decían que el edificio se estaba moviendo como si se fueran a caer, pero yo estaba debajo de una mesa y otros vecinos decían que estaban en el baño, con el temor de que alguna lámina nos degollara”, platicó César Salazar.
Agregó que en la mayoría de los departamentos las ventanas están rotas, “como estamos frente al mar fue más fuerte, fue un viento que nunca lo había sentido de esa manera, fue demasiado duro y otras personas estuvieron en la histeria. Creo que aquí habrá más enfermedades de presión alta y del corazón”.
Vecinos piden a las autoridades que vayan a recoger los residuos sólidos, porque llevan 20 días, y además del mal olor pueden causar enfermedades en los niños y los adultos mayores que viven en esa colonia.

 

Queman basura en las calles; 40% de usuarios, sin agua

Pese a que hay más camiones en la recolección, continúan grandes acumulamientos de desechos en la ciudad y en algunos lugares vecinos les prenden fuego como en la avenida Durango de la colonia Progreso (imagen). La secretaria de Salud Aidé Ibarez dijo que se aplica “un cerco sanitario fuerte”. Ayer la CAPAMA informó que tras las reparaciones a tanques, se mantiene el mismo déficit que dio a conocer la alcaldesa Abelina López hace una semana. Siguieron las fallas en Internet y familiares de marineros desaparecidos siguen buscándolos Foto: Jesús Trigo

 

Sigue amontonada la basura en las calles pese a que hay más camiones recogiéndola

Aurora Harrison

Aunque hay más camiones recogiendo los desechos sólidos, siguen montones de basura en las calles, como en la mayoría de la colonia Progreso, en la avenida Ruiz Cortines, frente a La Laja, en la Alianza Popular y avenida Costera, por la zona del fraccionamiento Las Playas.
En varios puntos los montones ya tienen cal o los vecinos la están quemando, como fue en el caso de la Costera por playa Dominguillo.
Del servicio de agua, sigue habiendo colonias que no tienen el suministro. Hay zonas donde no hay luz, ya hay carburadoras que están dando servicio de venta de gas LP y también hay purificadoras que venden garrafones con agua.
Sigue habiendo problemas en el servicio de internet, y como el lunes por la tarde-noche todo este martes en la colonia Centro no hubo servicio. En la Costera por la Diana tampoco hubo.
Durante un recorrido en la mañana, por la Costera, en la zona del fraccionamiento Las Playas, había acumulamiento de basura, como en el condominio Los Cocos y la Marina Acapulco. También por la zona de playa Manzanillo.
Había varias brigadas de los gobiernos municipal, estatal y de la Universidad Autónoma de Guerrero, en la Costera recogiendo escombros, por lo que ya se ve más limpia la vialidad en algunos tramos como frente al parque Papagayo, en La Diana y en Condesa.
En la colonia Progreso en las calles Durango, Michoacán y en la principal, Niños Héroes, hay montones de basura, lámina y residuos de árboles.
Lo mismo sucede en la colonia Módulo Social Fovissste, que su avenida principal tiene varios puntos con desechos sólidos.
El director de Ecología, Jesús Castillo Aguirre, dijo que para evitar focos de infección en la ciudad, junto con autoridades de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), ponen cal en puntos de basura de colonias y avenidas.
Dijo que han ido a la unidad deportiva Los Fantasmas, ubicada en la colonia Las Cruces, y la Unidad Deportiva Acapulco, de la colonia Progreso.
En Ciudad Renacimiento, Emiliano Zapata, La Cima y Lirios también se puso cal, pero ya las recorren camiones para recoger la basura.
En un comunicado, el Ayuntamiento dijo que en Cumbres de Llano Largo e Icacos se han recolectado más de 55 toneladas de basura.
Del servicio de agua potable, vecinos de las calles Draga, Velero, del Módulo Social Fovissste, no tienen agua, así como tampoco en la calle Monterrey, de la colonia Progreso, en El Coloso y en la Francisco Villa; las colonias Morelos, Palma Sola y Santa Cruz.
Las autoridades municipales aseguran que el abasto de agua está al 60 por ciento y que hay zonas que no tienen servicio.
Del servicio de luz, en la colonia Francisco Villa los vecinos dijeron que la Comisión Federal de Electricidad no ha podido entrar a arreglar los postes, porque hay montones de basura y árboles que obstruyen la vialidad.
Otra zona donde no tienen luz es en la colonia La Poza, zona Diamante, y hay calles de la colonia Emiliano Zapata donde no cuentan con el servicio.
El servicio de transporte sigue cobrando por arriba de su precio normal. Durante la mañana hay más afluencia de transporte público, en la tarde noche es más escaso y hay personas que esperan por varios minutos para tomar un colectivo.
Sobre la venta de gas LP, en carburadora de la avenida Rancho Acapulco y en la colonia Garita ya están vendiendo, al igual que en la avenida Ruiz Cortines, por la subida de la colonia Santa Cruz.
Siguen instalados los módulos de atención médica en la ciudad, por parte de la Secretaría de Salud y por las farmacias particulares.

Siguen sin servicio 40% de usuarios, reconoce el director de la CAPAMA

Una semana después de que la alcaldesa Abelina López informó que el 40 por ciento de los usuarios no tenían el servicio, ayer la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA) confirmó que sigue el problema en la misma proporción luego de los trabajos de reparación de los tanques de almacenamiento dañados por el huracán Otis a los que se refirió entonces la presidenta municipal.
El director de la CAPAMA, Hugo Lozano Hernández, informó en un boletín de prensa que hasta este martes en la tarde se tenía un caudal de 2 mil 585 litros por segundo, los cuales son enviados desde las captaciones Papagayo I, Papagayo II, Lomas de Chapultepec, Real Hacienda, así como el sistema El Quemado.
Aseguró que desde el 12 de noviembre, las colonias de la zona urbana que cuentan con el servicio son la parte baja del fraccionamiento Las Playas, Manzanillo, zona Centro, Fraccionamiento Hornos, Condesa (parte baja), Club Deportivo, la parte baja de Costa Azul, avenida Cuauhtémoc, Hogar Moderno, Las Brisas, Brisas Guitarrón, Joyas de Brisamar, Nuevo Centro de Población, Marina Brisas, Icacos (parte alta) y Alianza Popular.
En la zona conurbada, las colonias que cuentan con el servicio son la Emiliano Zapata, Postal tercera y quinta, Industrial, CNOP, Narciso Mendoza, Leyes de Reforma, Roberto Esperón parte baja, Ampliación La Mica, Porvenir en sus dos secciones, 2 de Febrero, Nabor Ojeda, Batalla Cardenista, Nopalitos, Coral, Las Parotas, Reclusorio, la parte baja de 5 de Mayo, Héroes de Guerrero. Ciudad Renacimiento, sector 1, está al 80 por ciento y sector 2 al 20 por ciento.
También informó que falta un 10 por ciento en el arreglo de la fuga registrada en el acueducto Papagayo II, que abastece a más del 50 por ciento de la población, y que se estima que se concluyan los trabajos en dos días. (Redacción).

 

Por segundo día consecutivo no hay servicio de Internet en varias partes de la ciudad

Siguen familiares la búsqueda de los marineros desaparecidos por Otis

Aurora Harrison

Familiares de capitanes y marineros siguen con sus brigadas de búsqueda. Unos se concentran en el malecón y otros pegaron fichas con las fotografías y características de los desaparecidos en postes del zócalo.
Este martes, en una visita a la Marina de Acapulco, ubicada en avenida Costera, en el fraccionamiento Las Playas, trabajadores dijeron que son nueve los compañeros que están desaparecidos, aunque no proporcionaron los nombres.
“Son varios los que están desaparecidos”, dijo el trabajador y mencionó que esos datos lo manejan “los jefes”, que a ellos no le dan esa información, pero entre los mismos compañeros el comentario es que “son varios”.
En el malecón están las tías, primos y conocidos del capitán del yate privado Vida, el joven Mauricio Adrián Bibiano Ochoa, que lleva 21 días desaparecido.
María Azucena Ochoa Santiago es tía del muchacho y dijo que a su sobrino lo siguen buscando, porque las autoridades de la Secretaría de Marina “no hacen nada, ninguno hace nada”.
“Nosotros, por nuestra cuenta, estamos buscando desde el otro día del huracán”, dijo la tía, quien mencionó que las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) los han citado, pero nada más para hacerles preguntas y no les dicen nada de la búsqueda.
Agregó que a los compañeros de su sobrino sí los encontraron con vida y que uno de ellos les platicó que cuando fue el huracán, Mauricio estaba al mando de la embarcación y después lo perdieron de vista, que ya no supieron de él.

Los desaparecidos del Lito

En los postes del malecón y el Zócalo están las fotografías de tres tripulantes de la embarcación Lito, que también están desaparecidos. Entre ellos, una joven de nombre Abigail Andrade Rodríguez, que trabajaba como hostess.
En las fotografías de búsqueda de Ulises Díaz Salgado, capitán del yate Litos, y de Fernando Parra, quien también trabajaba en la misma embarcación, se menciona que sus familiares no saben nada de su paradero y siguen buscándolos.
Aunque no hay fotografía, pero también están desaparecidos los tres tripulantes de la embarcación Tourbillón. Se trata del capitán Leonardo Leiro, los marineros Marco Antonio Cipriano y Alex David.
El lunes los familiares se manifestaron en el malecón, para exigir a las autoridades que sigan buscándolos.

 

En medio de la basura reabren en el
Zócalo puestos y pequeños negocios

Óscar Ricardo Muñoz Cano

A 20 días del huracán, este lunes reabrieron joyerias en el centro de Acapulco Foto: jesus Trigo

De la mano de vendedores ambulantes y pequeños comerciantes, las actividades económicas del centro de Acapulco retornan cierta “normalidad”, a casi 20 días del impacto del huracán Otis.
Lo anterior, pese a que aún se mantiene la falta de recolección y las actividades se desarrollan en medio de escombros, basura, lodo y olores pestilentes.
En un recorrido este lunes desde la calle Benito Juárez hasta Mina y Velázquez de León, atravezando el zócalo, se observó que muchos de los comercios importantes se preparan ya para su reapertura, a la par que los vendedores ambulantes recuperaron la calle y ofrecen ya su mercancía.
Mientras, ya abrió la sucursal del centro de los restaurantes Amigo Miguel, en Benito Juárez, en contra esquina, la tienda Neto y su personal ya trabaja para la reapertura.
Ello, teniendo como escenario de fondo los restos de la otrora Casona de Juaréz, que terminó de destruirse con el paso del huracán.
Salones de belleza, misceláneas y tiendas de abarrotes, como Los Muchachos, y otros comercios ya están abiertos, incluyendo el café internet sobre la calle Hidalgo.
En la plancha del zócalo, en el restaurante La Casa de los Abuelos se instaló el módulo de atención de la Secretaría del Bienestar federal, y ahí ya es visible la presencia de vendedores ambulantes, principalmente de comida.
Más adelante, ya sobre la calle Cuauhtémoc, personal de la tienda Woolworth trabaja en su limpieza.
–¿Saben cuándo van a abrir la tienda o el restaurante? –se les preguntó.
“No, no temenos fecha, pero ya estamos trabajando. Estamos limpiando, a ver cuánto nos toma”, aseguró uno de los trabajadores, que acarreaba basura del interior del restaurante hacia la calle.
Mientras tanto, negocios como la sucursal de la zapatería Giovanna, en Roberto Posada, ya ofrece su mercancía a la gente desde hace un par de días y en contra esquina, la tienda Súper Che hace lo propio, con presencia de elementos de la Guardia Nacional.
Es visible la presencia de vendedores ambulantes sobre las aceras de avenida Cuauhtémoc, que van desde los que venden dulces y accesorios de celulares, hasta los que venden ropa y detalles de ferretería.
Más adelante, a la altura del Centro Joyero, ya abrieron algunos puestos colocados en su perifería, al igual que taquerías, tiendas de regalos y de manualidades, así como algunas ópticas.
Llegando hasta Francisco Javier Mina, esquina con Velázquez de León, el popular Café Wadi también se prepara para su reapertura.
“Venimos desde ayer (domingo) a limpiar. Temenos luz, pero no toda. Tenemos dos líneas, pero una aún no sirve”, dijo la encargada, señalando que tampoco tiene una fecha límite para dar servicio. “Si quiere darse una vuelta mañana (martes), quizás ya estemos en servicio”.
Cuestioanda sobre las afectaciones sufridas por el negocio tras el impacto de Otis, comentó que “aquí, gracias a Dios, no pasó nada, sólo fue lo de la basura”, señalando hacia la calle, donde se amontonan decenas de bolsas y escombro desde hace días.

 

Esperan 10 horas las despensas de la Marina 800 personas de ocho colonias pero no llegan

Los vecinos se congregan en la calle del Rastro, en La Sabana, porque hace una semana los marinos anunciaron que regresarían este martes a la segund segunda entrega. Llevan sombrillas, bancos y sillones

Daniel Velázquez

Unas 800 personas se congregaron en la Calle del Rastro, en La Sabana, para esperar la segunda entrega de la canasta básica de la Marina, y estuvieron ahí 10 horas, desde la 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde.
La fila de personas de congregó desde la tienda Oxxo, que está en la entrada de la Calle del Rastro, hasta la calle Amín Zarur, frente a la tienda Novedades Nahomi.
Las personas formadas venían de las colonias El Rastro, Manantiales, 5 de Mayo, Canuto Nogueda, Mártires de Cuilapa, La Sabana, Rufo Figueroa y La Máquina.
Los vecinos llevaron sombrillas, bancos y sillones para esperar la despensa, pero nunca llegó el camión de la Marina.
De acuerdo con testimonios de los vecinos formados, el martes de la semana pasada los marinos hicieron la primera entrega de despensas en ese lugar y no anduvieron casa por casa. Ahí, las personas se formaron y les dieron una papeleta color guinda, con los logotipos del gobierno federal y la Secretaría de Marina, la cual tiene 12 recuadros, cada uno correspondiente a una semana y les dijeron que volverían y deberían llevar esa papeleta, para entregarles otra vez una despensa.
La mecánica de entrega de las despensas en esta parte del municipio fue diferente a como ocurrió en la colonia Nueva Generación, también de La Sabana, donde con un megáfono los marinos pedían que un integrante de cada familia estuviera en la puerta de su casa para recibir la despensa y se entregaban sólo a quienes ya habían sido censados por los “servidores de la nación”.
En El Rastro, los vecinos se quejaron de que la semana pasada, cuando vino la Marina por primera vez, no todos se enteraron y por esa razón no todos tienen la papeleta color guinda, que estaban en la fila porque las despensas son ayuda humanitaria y no pueden estar condicionadas a tener o no un papel, porque todos los vecinos de Acapulco son damnificados, porque no hay alimentos en las tiendas y lo que hay está más caro.
Una vecina formada en la fila contó que la semana pasada, los marinos llegaron a la 1:15 de la tarde y empezaron a repartir a la 1:40 de la tarde, que les dijeron que esta semana volverían entre 3 y 4 de la tarde a realizar la segunda entrega.
La mayoría de los vecinos contaron que llegaron desde las 9 de la mañana a formarse, sólo una persona dijo que llegó desde las 6 de la mañana y otro que desde las 7, por lo que estuvieron 8, 9 y hasta 10 horas de pie, formados bajo el sol en espera de los marinos, que nunca llegaron.
A las 2 de la tarde había unas 800 personas formadas y a las 5 de la tarde la fila disminuyó a unas 150 personas. A las 6 de la tarde sólo quedaron 21 vecinos.
Las personas informaron que el lunes por la noche, un camión del Ejército subió a la colonia El Rastro y entregó despensas casa por casa, que entregaron una papeleta color verde, pero el problema fue que no entraron a los andadores, sino que fueron por la avenida principal y por eso no todos alcanzaron, que en la parte alta, en Los Manantiales, tampoco alcanzaron despensas porque a los militares se les acabaron las despensas y las papeletas.
Al lugar llegaron integrantes de la asociación civil Anarcho Acapulco, a preguntar qué esperaban, los vecinos dijeron que a la Marina que quedó de entregar despensas y los integrantes de la asociación contaron que en la Sinaí estaba también una fila de gente esperando despensas, que ellos sólo tomarían nota de que hacía falta entregar ayuda en esa colonia, luego, un vecino intervino y empezó a decir que sí hay ayuda del gobierno federal y que eso que hacían era amarillisno. Los vecinos lo callaron, le dijeron que pedían despensas y que la Marina no llegaba.
A las 4:09 de la tarde, sobre la avenida Lázaro Cárdenas pasó un camión tortón de la Marina y los vecinos les hicieron señas. Uno de los marinos hizo un gesto con sus manos de que no había nada.
También, a esa misma hora, llegó una camioneta estaquitas con comida preparada y se puso a repartir a los vecinos que estaban en espera de las despensas. Era caldo de pollo con arroz y tortillas. Uno de los encargados dijo que son originarios de Ayutla de los Libres, que fue iniciativa de ellos venir a ayudar a Acapulco con comida preparada, agua embotellada y agua de sabor, calzado y ropa usada, que todo fue producto de donaciones de sus vecinos y de familiares que están en Estados Unidos. Este martes repartieron alimentos en La Sabana.
Los vecinos de Ayutla que se organizaron son de las colonias Reforma, San José y La Hacienda, para el reparto en Acapulco les prestaron la camioneta y se organizaron Ezequiel, Alina, Celsa, Segio, Guadalupe, Marcial, Abad y Sergio, el grupo de ayuda no tiene nombre, pero pidieron que se les identificara como “ayutlecos con causa”, porque son muchas las personas que hicieron donaciones para que pudierna venir a entregar comida preparada.
Algunos de los vecinos formados tenían diablitos y carritos de las tiendas de autoservicio que fueron saqueadas después del huracán, del 25 al 28 de octubre.

 

Arrasó Otis con árboles y se llevó las casas, recuerdan vecinos de Infonavit Alta Progreso

Aurora Harrison

Vecinos de la colonia Infonavit Alta Progreso y de la Panorámica, dijeron que el huracán Otis se sintió como un “remolino”, que además de arrasar con los árboles, se llevó los techos de lámina y casas.
En las calles principales de ambas colonias se vieron este lunes montones de basura, láminas y árboles que reducen la circulación; aunque varios ya fueron podados por autoridades estatales y del municipio, muchos aún están en la calle.
“Estuvo muy feo. Nosotros estuvimos mirando por medio de las ventanas de la casa y hacía como un remolino el aire, de la vecina venía toda la madera de su casa y caía en mi casa”, dijo este lunes pasado la señora Ruth, de la colonia Panorámica.
Agregó que “nunca pensó que iba a pasar esto. Pensé que iba a ser más calmado, pero no, creo que fue peor que Paulina, porque hubo más daño en las casas”.
“Todas las casa quedaron sin techo porque se voló la lámina y hay unas que se ve que no quedaron casas”, platicó la señora, que mencionó que ella, como a las 2 de la madrugada se salió de su casa y se refugió en la de la vecina, que es de concreto.
Dijo que tiene 62 años viviendo en Acapulco y no había pasado un huracán categoria 5, mencionó que con Paulina fue mucha lluvia “pero éste fue poca agua y mucho viento, era un remolino”.
“Hubo mucho grito, llanto. Como ya estaba todo oscuro, se oía el murmullo de personas que clamaban a Dios. Muchos nos pusimos orar que el viento se llevará donde no había personas”, dijo.
En la Alta Progreso, segunda etapa en el edificio 2 A, también se cimbró el edificio, además de que rompió vidrios y despejó la herrería de los departamentos.
“Fue muy feo. Personas que viven en la parte de abajo decían que el edificio se estaba moviendo como si se fueran a caer, pero yo estaba debajo de una mesa y otros vecinos decían que estaban en el baño, con el temor de que alguna lámina nos degollara”, platicó César Salazar.
Agregó que en la mayoría de los departamentos las ventanas están rotas, “como estamos frente al mar fue más fuerte, fue un viento que nunca lo había sentido de esa manera, fue demasiado duro y otras personas estuvieron en la histeria. Creo que aquí habrá más enfermedades de presión alta y del corazón”.
Vecinos piden a las autoridades que vayan a recoger los residuos sólidos, porque llevan 20 días, y además del mal olor pueden causar enfermedades en los niños y los adultos mayores que viven en esa colonia.

Comenzó su parto horas después de Otis, relata vecina de la Ampliación 5 de Mayo

Daniel Velázquez

Sarahí Lizbeth Godínez Hernández parió el 26 de octubre, a la 1 de la tarde, los dolores de parto le comenzaron a las 10 de la noche del miercoles 25 de octubre, unas horas después del paso del huracán Otis.
Vive en la calle Profesor Juan Matías, de la colonia Ampliación 5 de Mayo, la parte alta, por lo que salir de su casa después del paso del huracán fue difícil, porque tuvo que hacerlo caminando, pues no había transporte. Fueron dos horas a pie, hasta llegar a la avenida Lázaro Cárdenas, la avenida principal, acompañada de su mamá y su hermana. Estuvieron hasta la medianoche esperando transporte, sin éxito, por lo que pidieron ayuda a una patrulla, no saben si era de la Policía Municipal, Ejército, Marina o Guardia Nacional.
La patrulla las llevó al hospital Donato G Alarcón, donde no las quisieron recibir. Un guardia que estaba en la puerta les dijo que se fueran, que ahí no había nadie, “estaba todo oscuro”. La misma patrulla las llevó al hospital El Quemado y allá “tampoco había luz, ni doctores, sólo estaban dos pasantes” y les dijeron que se fueran que no las podían atender, pero después de insistir, recibieron a Sarahí Lizbeth Godínez.
Fue hasta la 1 de la tarde del 26 de octubre que nació su hija, y a las 5 de la tarde de ese mismo día, la dieron de alta, “no querían tener a nadie en el hospital, no tenían luz ni agua”, contó su mamá Agustina Hernández Romero.
El regreso a su casa fue más complicado, la dieron de alta recién parida y no había transporte. Tardó siete horas en llegar, al salir del hospital de El Quemado, caminó un poco con su hermana pero luego pidieron aventón, pero debido al intenso tráfico que había en la zona sólo avanzaron un tramo y después volvieron a caminar.
Después las auxilió una patrulla, que las acercó hasta el bulevar Vicente Guerrero, y ahí encontraron un taxi que las trajo hasta el monumento a Lázaro Cárdenas y a partir de ahí todo el trayecto fue a pie, “veníamos despacio, pues ella acaba de dar a luz y no podía caminar recio”.
Llegaron a su casa a medianoche. Sarahí Lizbeth Hernández no ha decidido qué nombre ponerle a su hija. Ella permanece dentro de un pabellón, donde amamanta a la bebé.
La casa de doña Agustina Hernández también fue afectada por el huracán Otis, pues el viento se llevó las láminas de su casa. Lo que hicieron fue recuperar láminas de las que arrastró el aire, para reutilizarlas y contar con sombra para refugiarse del sol. Fueron dos días buscando láminas y dos días para colocarlas.