Cientos se siguen quedando sin despensas en plaza Patio; los marinos no guardan el orden

Para conseguir una despensa de las que se entregan por el huracán Otis, en el estacionamiento de la plaza comercial Patio, no se necesita madrugar ni pagar a los que apartan lugares, sólo basta amontonarse en un lugar de la fila y después los marinos imponen orden y autorizan el paso de quienes están ahí.
Este jueves, en el estacionamiento de plaza Patio, cientos de personas formadas desde la madrugada vieron como se acababan las despensas de cinco tráileres y la fila en la estaban formados nunca avanzó.
En plaza Patio se reparten despensas a los damnificados por el huracán Otis. Ahí se forman dos filas, una de adultos mayores y otra general. En la fila general es donde estuvo el desorden, los damnificados buscan evitar la fila y para eso se amontonan abajo del puente peatonal, allí van metiendose en la formación oficial, a empujones.
Este jueves hubo reclamos a los marinos, por parte de ciudadanos que estaban al final de la fila general, quienes se quejaron de que la fila no avanzaba, mientras que la de los adultos mayores fluía con rapidez. La mayoría de quienes estaban formados madrugaron y llegaron desde las 3 de la mañana.
A las 8 de la mañana llegaron tres tráileres con despensas, y media hora después comenzó el reparto. La fila de adultos mayores comenzó a avanzar y la fila general se quedó rezagada, y así estuvo dos horas. Desde lejos, las personas vieron cómo se vaciaban los camiones pero su formación seguía sin moverse.
A las 10 de la mañana llegaron otros dos tráileres y fue cuando empezaron los reclamos. La gente preguntaba a los marinos porqué no avanzaba la fila. Al principio, los marinos respondían que ya habían entregado el contenido de dos contenedores, que esperaran en su lugar su turno, pero después fueron aumentando los reclamos, de ciudadanos que preguntaban porqué no avanzaba esa fila.
A esa hora salieron cuatro marinos a revisar la formación. Pidieron a la gente que no permitiera el paso a quienes no estaban formados. En su recorrido encontraron que bajo el puente peatonal, que está frente a plaza Patio, estaban las personas amontonadas para evitar formsrse al final de la fila.
Entonces, lo que hicieron los marinos fue meter en la formación a todos los que estaban amontonados y las personas que llegaron en la madrugada a formarse se quedaron atrás, viendo como salieron los tráileres vacíos y la fila nunca avanzó.
En la madrugada, sobre la banqueta se vio que cientos de personas pernoctaron en torno al estacionamiento de la plaza Patio, dormidos sobre cartones, colchonetas o sillones.
En el lugar, las personas contaron que llevaban tres días en la fila, pero que no alcanzaban despensas. (Daniel Velázquez).

 

Los que se quedan a dormir venden los espacios en la fila de enseres, dicen vecinos

Entrega de enseres domésticos en el parque Papagayo Foto: Argenis Salmerón

Argenis Salmerón

Vecinos de la colonia Hogar Moderno dijeron que la mayor parte de las personas que se quedan a dormir afuera del parque Papagayo para la entrega de los enseres domésticos, venden esos espacios en la fila en 500 y hasta los mil pesos.
Otros vecinos dijeron que llegaron a las 4 de la madrugada del lunes, para salir hasta el mediodía con los enseres.
El paquete de enseres domésticos contiene un refrigerador, una estufa, un colchón, un ventilador, una licuadora y un juego de sartenes.
Afuera del parque Papagayo hay hombres con, que rentan diablitos para transportar los enseres domésticos de las personas, y quienes cobran de 200 a 250 pesos.
Mientras que la mudanza cuesta de 350 a 400 pesos el viaje, aunque el precio varía por la distancia, y es por sólo un paquete de enseres.
Este lunes, después del mediodía hubo personas formadas afuera del parque Papagayo, en la lateral de la calle Juan Sebastián El Cano, en el fraccionamiento Hornos, quienes esperan que hoy le sean entregados los equipos.
La calle Juan Sebastián El Cano fue cerrada a la circulación de automóviles, para facilitar la entrega de los paquetes domésticos.
La vecina Griselda Valentina Silvestre contó que llegó a las 4 de la madrugada del lunes y salió al mediodía.
Añadió que la mayoría de las personas se quedan a dormir para vender los espacios en la fila, los que ofrecen en 500 y mil pesos. Mientras que otros, son familiares que hace fila para los adultos mayores.
Declaró que los enseres domésticos le van servir, porque aseguró que perdió todo en el huracán Otis, “no importa que sean de China o más pequeños, se agradece la ayuda”.
Manifestó que tiene la mayoría de cupones de despensa, “no tengo tiempo, yo trabajo. Hoy pedí permiso en mi trabajo, para traer mis enseres domésticos”.
El vecino Carmelo Jaimes Ontiveros relató que llegó a formarse a las 4 de la madrugada, pero después del mediodía ya tenía su paquete.
“Las personas que se quedan a dormir es porque venden los espacios, y otros les apartan a los abuelitos”, subrayó.
Sostuvo que si se organiza con tiempo “no hay necesidad de dormir en la calle. Yo aproveché el puente y me vine a formar desde la madrugada”.
Declaró que le hacen falta cinco cuponeras para cambiar por despensa, “los que trabajan creo que tienen esa cantidad o más, y los que no trabajan ya cambiaron todas, incluso, en internet venden el talón de cupones”.

 

Más de 2 mil personas hacen fila en la plaza Patio para recibir las despensas

Karina Contreras

Más de 2 mil personas hicieron fila en la plaza Patio para recibir las despensas del apoyo que está dando el gobierno federal a los afectados por el huracán Otis y varios de los entrevistados reconocieron que van más por las tarjetas que traen para poder comprar productos en las tiendas de autoservicio.
Incluso una de las señoras dijo que estaba juntando para comprar una televisión que le costaba 4 mil pesos y nada más le faltaban mil pesos. Manifestó que perdió todo en su vivienda y esas tarjetas le han ido ayudando porque primero compró su horno y ahora quería comprar una televisión. Dijo que recibió ya sus enseres domésticos y que en esos no tardó mucho en la fila.
Manifestó que ella no fue a saquear tiendas porque tiene valores que le ha estado inculcando a sus hijos, pues manifestó que cómo en el futuro los iba a poder reprender si como madre le está enseñando a robar y añadió: “Que caiga un rayo y se abra la tierra si miento”.
La señora manifestó que es vendedora ambulante en las playas, pero que no hay turistas por lo que no va a trabajar y manifestó que ni los “chilangos” quieren venir a Acapulco. Comentó que llegó a las 4 de la mañana para poder alcanzar una despensa, pero ya le ha tocado días que no alcanza y mostró su repelente para que no se le acerque “ni un pinche mosco”. Una joven mostró su bloqueador para aguantar las largas jornadas a pie, a veces en la sombra y otras en el sol, y la vendedora le dijo “es marca Otis”( en referencias a los productos que fueron robados de las tiendas durante la rapiña) a lo que la joven le contestó: “No, me costó 400 pesos”.
Los vecinos provenientes de las colonias 1 de Mayo, El Coloso y los poblados de La Sabana y Llano largo canjearon este miércoles el cupón número 10 del apoyo federal. Los beneficiarios se formaron un día antes para recibir la canasta básica, aunque algunos reconocieron que su interés es por las tarjetas con las que pueden comprar en las tiendas de autoservicio otras cosas, pues las despensas traen cosas enlatadas.
La larga fila rodeó el centro comercial, mientras los vecinos intentaban cubrirse del sol con sombrillas, gorras y pedazos de cartón de las mismas despensas que dejan los beneficiados, pues muchos llevan sus bolsas para llevárselas. En el lugar había socorristas de la Cruz Roja, así como vendedores ofreciendo electrolitos, chilate frío, aguas y refrescos para atenuar el intenso sol de las 10 de la mañana. Los vecinos tienen que aguantar por varias horas el sol, estar entre basura y absorver polvo que levanta el aire, muy pocos portan cubrebocas, para recibir la caja de despensa que este miércoles estaba entegrando la Marina.

 

Forman fila ocho días vecinos de la colonia Progreso para recibir enseres

Cientos de vecinos de la colonia Progreso esperan en una tumultuosa fila que les sean entregado su paquete de enseres Foto: Aurora Harrison

Aurora Harrison

Vecinos de la colonia Progreso afectados por el huracán Otis estuvieron ocho días formados cerca de la malla ciclónica del parque Papagayo, durmieron en sillas y hasta ayer recibieron sus enseres domésticos por parte de la Secretaría de Bienestar.
Comentaron que durante el tiempo de espera se dieron cuenta que había personas que cobraban por apartar los lugares y que por esa razón es que tardaron para recibir el apoyo del gobierno, porque metían a otras personas a las filas.
Ayer había dos filas, una de los que ya tenían una ficha y que estaban esperando para que se les entregaran los enseres y los otros que tenían que esperar otro día. La fila estaba más organizada y es que había rumores de que ya no iban a entregar en el parque, pero es una versión que no estaba confirmada sólo “rumores” que se escucharon.
Los soldados ahora metieron los camiones al área de estacionamiento y las camionetas de mudanzas y los carros esperan sobre la calle Andrés de Urdaneta, de manera que ese tramo de vialidad está cerrado a la circulación de vehículos. También había botes de basura saturados debido a la cantidad de desechos de comida que las personas que hacen fila tiran.
La señora Rebeca es vecina de la colonia Progreso y estaba formada en la fila de los que ya iban a recibir el apoyo. Recordó que con el huracán que impactó el 25 de octubre su vivienda resultó afectada, como la mayoría de los inmuebles en la ciudad; ayer, luego de ocho días que pasó desvelándose y mal comiendo, recibió sus enseres domésticos.
Sentada en una silla plegable, la señora Rebeca recordó que estuvo “ocho días aquí y hubo bastantes personas que estuvieron cobrando, empezaron a meter gente, hasta que los mismos que estábamos formados empezamos a sacar y la misma gente de la fila que se fue organizando”, porque dijo “había personas que gritaban y eran muy déspotas”.
“A los militares los tuvieron que cambiar, porque la fila no avanzaba, los cambiaron, porque a las 3 de la tarde se acaba la entrega de enseres, y ahorita no, ahorita siguen entregando hasta muy tarde, y ahorita personalmente pasan el jefe (de los militares) para preguntar si avanzaba la fila, porque gracias a él es que avanzó”, dijo.
Mencionó que había versiones entre las personas de la fila que los “militares estaban vinculados con los que apartaban lugares”, porque después de que llegaron nuevos soldados y agentes de la Guardia Nacional hubo más movimiento y la fila empezó a avanzar.
“Nos venimos en equipo con otros vecinos y gracias a eso es que la pasamos divertidos, porque estar aquí fue un infierno, los primeros días ya no aguantábamos, hasta que tuvimos que hacer relajo… que de campamento, de picnic para soportar el sol, el hambre, y sin baños porque si no tomas agua los intestinos apretados, el estrés porque ya eran siete días y nos fuimos a bañar cuando dieron las fichas”, declaró.
Abundó que los soldados dieron fichas y “ya estamos a nada de que nos entreguen nuestros enseres, desde el domingo pasado llegué y era de esperarse porque había mucha gente, aparte la fila era larga porque venían de colonias, de María de la O, Santa Cruz, porque decían que también llevaban varios días en la UDA y no salían y todo esto estuvo mal organizado, porque no lo hicieron por letra, así como nos dieron el dinero para reconstrucción así nos hubieran llamado para darnos los enseres”.
Otra vecina también afectada, la señora Martha, dijo que ella también lleva ocho días ahí esperando la entrega de sus enseres, que al igual que la señora Rebeca estos días de espera los ha sabido sobrellevar porque con sus vecinos están platicando, se comparten comida que les llevan sus hijos, y se intercambian para hacerse guardia y poder ir al sanitario.

Siguen transporte irregular y largas filas por los enseres

Ayer se observaron aglomeraciones en las paradas del Acabús y damnificados por el huracán Otis estuvieron ocho días formados cerca del parque Papagayo donde durmieron para recibir los electrodomésticos que reparte el gobierno federal. En Renacimiento (en la imagen) hubo fricciones con vecinos de otras colonias y muchos se quedaron formados y con las manos vacías. Ayer también, la gobernadora Evelyn Salgado anunció la puesta en marcha de un plan de reforestación en la ciudad y en Coyuca de Benítez Foto: Jacob Morales

Forman fila ocho días vecinos de la
colonia Progreso para recibir enseres

La gente se organiza e impide que haya personas que cobran por apartar lugar

Aurora Harrison

Vecinos de la colonia Progreso afectados por el huracán Otis estuvieron ocho días formados cerca de la malla ciclónica del parque Papagayo, durmieron en sillas y hasta ayer recibieron sus enseres domésticos por parte de la Secretaría de Bienestar.
Comentaron que durante el tiempo de espera se dieron cuenta que había personas que cobraban por apartar los lugares y que por esa razón es que tardaron para recibir el apoyo del gobierno, porque metían a otras personas a las filas.
Ayer había dos filas, una de los que ya tenían una ficha y que estaban esperando para que se les entregaran los enseres y los otros que tenían que esperar otro día. La fila estaba más organizada y es que había rumores de que ya no iban a entregar en el parque, pero es una versión que no estaba confirmada sólo “rumores” que se escucharon.
Los soldados ahora metieron los camiones al área de estacionamiento y las camionetas de mudanzas y los carros esperan sobre la calle Andrés de Urdaneta, de manera que ese tramo de vialidad está cerrado a la circulación de vehículos. También había botes de basura saturados debido a la cantidad de desechos de comida que las personas que hacen fila tiran.
La señora Rebeca es vecina de la colonia Progreso y estaba formada en la fila de los que ya iban a recibir el apoyo. Recordó que con el huracán que impactó el 25 de octubre su vivienda resultó afectada, como la mayoría de los inmuebles en la ciudad; ayer, luego de ocho días que pasó desvelándose y mal comiendo, recibió sus enseres domésticos.
Sentada en una silla plegable, la señora Rebeca recordó que estuvo “ocho días aquí y hubo bastantes personas que estuvieron cobrando, empezaron a meter gente, hasta que los mismos que estábamos formados empezamos a sacar y la misma gente de la fila que se fue organizando”, porque dijo “había personas que gritaban y eran muy déspotas”.
“A los militares los tuvieron que cambiar, porque la fila no avanzaba, los cambiaron, porque a las 3 de la tarde se acaba la entrega de enseres, y ahorita no, ahorita siguen entregando hasta muy tarde, y ahorita personalmente pasan el jefe (de los militares) para preguntar si avanzaba la fila, porque gracias a él es que avanzó”, dijo.
Mencionó que había versiones entre las personas de la fila que los “militares estaban vinculados con los que apartaban lugares”, porque después de que llegaron nuevos soldados y agentes de la Guardia Nacional hubo más movimiento y la fila empezó a avanzar.
“Nos venimos en equipo con otros vecinos y gracias a eso es que la pasamos divertidos, porque estar aquí fue un infierno, los primeros días ya no aguantábamos, hasta que tuvimos que hacer relajo… que de campamento, de picnic para soportar el sol, el hambre, y sin baños porque si no tomas agua los intestinos apretados, el estrés porque ya eran siete días y nos fuimos a bañar cuando dieron las fichas”, declaró.
Abundó que los soldados dieron fichas y “ya estamos a nada de que nos entreguen nuestros enseres, desde el domingo pasado llegué y era de esperarse porque había mucha gente, aparte la fila era larga porque venían de colonias, de María de la O, Santa Cruz, porque decían que también llevaban varios días en la UDA y no salían y todo esto estuvo mal organizado, porque no lo hicieron por letra, así como nos dieron el dinero para reconstrucción así nos hubieran llamado para darnos los enseres”.
Otra vecina también afectada, la señora Martha, dijo que ella también lleva ocho días ahí esperando la entrega de sus enseres, que al igual que la señora Rebeca estos días de espera los ha sabido sobrellevar porque con sus vecinos están platicando, se comparten comida que les llevan sus hijos, y se intercambian para hacerse guardia y poder ir al sanitario.

 

No son censados vecinos de San Marcos por no estar incluidos en la declaración de desastre

Por la razón “política” de ser parte del municipio de la Costa Chica y no de Acapulco los discriminan, aunque hayan sufrido severas pérdidas, señalan

 

Ramón Gracida Gómez

Paredes de viviendas de adobe partidas a la mitad, techos de lámina que no han sido reparados por falta de dinero y milpas completas de maíz perdidas son algunos de los estragos ocasionados por el huracán Otis en diez comunidades de San Marcos colindantes con Acapulco, que no fueron censadas.
Damnificados criticaron que no fueron tomados en cuenta por una razón “política” de ser parte del municipio de la Costa Chica que no fue incluido en la declaración de desastre, a pesar de vivir las mismas consecuencias que los habitantes de Acapulco y Coyuca de Benítez.
Pidieron la visita del delegado federal Iván Hernández, porque los funcionarios con los que se han reunido sólo “están jugando” con ellos, les piden pruebas de sus daños y no cumplen los acuerdos que firman. Advirtieron de un nuevo bloqueo en la carretera federal de la Costa Chica este lunes si no son atendidos.
El Sur hizo un recorrido este sábado en algunas de estas comunidades afectadas por el meteoro del 25 de octubre, con la ayuda de representantes de los poblados que han organizado la toma de los pozos de agua y los bloqueos de la carretera federal, el último apenas el viernes pasado.
Fueron más de cuatro horas de recorrido por distintas viviendas dañadas y que aún no han sido reparadas porque los propietarios, muchos adultos mayores, no tienen los recursos económicos para comprar ni siquiera láminas de 900 pesos porque viven de su pensión que da la federación.
Ningún funcionario o servidor de la Nación ha acudido a revisar las afectaciones, por lo que es mucha la necesidad de los pobladores consultados de mostrar todos los daños que tienen, todo lo que perdieron, todo lo que no han podido recuperar a casi tres meses del paso del huracán.
La visita empezó a las 12:30 de la tarde en El Tejoruco, la comunidad de Florencio Villareal en la que se encuentra la intersección entre la carretera hacia la Costa Chica que se prolonga desde Barra Vieja, y la carretera hacia la misma región desde el crucero de El Cayaco, en la zona suburbana de Acapulco.
Para sobrevivir las primeras semanas después de la catástrofe, Alberta Morales García y su hija Isabel Gaspar, vecinas de esta localidad, pedían agua y comida a los automovilistas porque la Marina y el Ejército sólo entregaron despensas en su localidad dos veces y tenían que ir hasta Lomas de Chapultepec por ellas.
“A lucha salimos” de la casa, recordó Alberta dentro de su vivienda que parece deshabitada porque se echaron a perder varias pertenencias, pero que no quiere dejar porque ahí crió a sus nueve hijos. Vende pollos al menudeo, pero su principal fuente de ingreso es la pensión de adulto mayor.
La casa de Alberta está cerca de la escuela primaria rural estatal Benito Juárez, cuyo techo resultó afectado y los niños de primero a sexto toman clases en la cancha techada que se encuentra a un costado; para poder entrar a ver los daños durante el recorrido, la comisaria municipal, Yazmín Navarrete Guerrero, tuvo que insistir con los agentes de la Guardia Nacional que pernoctan en los salones desde finales de diciembre.
Es una comunidad de campesinos, indicó el comisario suplente, Ezequiel Flores Hernández, y hay una dependencia económica de la milpa que siembra, tres hectáreas en promedio por productor, porque venden una mitad y consumen la otra mitad; casi todos perdieron todo por Otis.
Acompañado de representantes de otras comunidades, el vecino de Tejoruco, Álvaro Arcos, contó que los damnificados de San Marcos decidieron protestar por primera vez el 11 de noviembre porque los “Servidores de la Nación” les dijeron que no acudirían a sus casas porque pertenecían a San Marcos, municipio que no fue incluido en la declaración de desastre.
Para los damnificados, es una cuestión “política” porque sí pertenecen oficialmente al municipio de la Costa Chica, pero tuvieron los mismos daños materiales que los vecinos de Acapulco porque sus comunidades colindan con este municipio.
Luego tomaron los pozos de agua que están dentro del Ejido de La Barrera, no de Lomas de Chapultepec, enfatizó el campesino, del 18 al 20 de diciembre, con lo que lograron la primera reunión en las oficinas de la Promotora Turística (Protur) en el bulevar de Las Naciones.
En el encuentro participaron el delegado federal de Gobernación en Guerrero, Juan Carlos Barrios Curtis; el representante de la Secretaría de Gobernación del estado, Lucio García Villalba; el delegado de la misma dependencia estatal, Osiel Morales Nava, y otro funcionario del estado del que no saben su nombre.
Los representantes de los gobiernos federal y estatal, ambos morenistas, les pidieron “pruebas” de los daños que tenían, además de que el alcalde de San Marcos, el perredista Tomás Hernández Palma, mandara un oficio al estado.
Hernández Palma les contestó en la misma reunión que ya había enviado el documento y señaló al secretario de Protección Civil, Roberto Arroyo Matus, de no hacer avanzar la solicitud, de acuerdo con la versión de los pobladores presentes.
Ante la falta de resultados, las comunidades se organizaron por su cuenta y son alrededor de mil habitantes de Medanitos, Perros de Agua, Llano de la Puerta, San Juan Grande, San Juan Guatemala, Las Minas, Tamarindillo, Lomitas de Papagayo, Barrera, El Tejoruco, Cacao y Palmitas.
El 3 de enero tuvo lugar una reunión más, donde estuvieron presentes la subdelegada federal de Gobernación en Guerrero, Edith Mariel Panches Giles, los funcionarios García Villalba y Morales Nava, y otro representante de Gobernación estatal, Rafael Montalván Astudillo.
Acordaron que el miércoles 17 de enero tendrían una respuesta con la condición de que ya no se manifestaran; un día antes, Álvaro Arcos habló con García Villalba para que le diera la hora en que tendrían la respuesta, pero el funcionario la pospuso durante el transcurso del día.
El jueves se manifestaron otra vez los damnificados porque lo acordado fue “una mentira, están jugando con nosotros o qué quieren que hagamos nosotros”, les dijeron a los representantes del estado, García Villalba y Morales Nava, quienes se comprometieron mediante un convenio firmado a que el viernes acudiría el delegado federal, Iván Hernández.
Los damnificados de San Marcos ubican a Iván Hernández como el único que les puede dar un respuesta, porque es el “único autorizado del gobierno federal y está más cerquita de López Obrador” y de la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel.
Pero no llegó el delegado el viernes y entre 600 y 800 pobladores bloquearon la carretera federal hasta las 7 de noche, sólo liberaron la vía porque “nos sentíamos mal nosotros porque había mucha gente enferma con hemodiálisis, mucho niño con tos, la cola se hizo grandísima”, dijo Álvaro Arcos.
Entre el crucero de El Tejoruco y el puente de Lomas de Chapultepec se ubica la localidad de La Barrera, de apenas unas 30 viviendas, varias de ellas fungen también como tiendas de artesanías. Una de ellas es de Luz Divina Hernández Espíritu, quien estimó en 50 mil pesos la pérdida de mercancía mientras mostraba el cuarto en el que se encontraba el 25 de octubre y fue arrasado también por el huracán.
Ahora sólo tiene un colchón, la base de la cama y unas enormes láminas colgando, y contó que le ofrecieron en Acapulco el paquete de enseres domésticos en 5 mil pesos. A un costado vive su hija Juana, quien enseñó el tiradero de pertenencias que ocasionó Otis; y al lado vive otra hija de Luz, en total son siete personas que viven en tres casas contiguas, todas afectadas.
Sus vecinos son Eleuterio Colón, de 71 años, y su esposa Cruz Cortés Muñoz, de 57 años, quienes huyeron de su cuarto cuando se les empezó a meter el agua y se refugiaron en su cocina, donde ahora duermen porque una pared de adobe de su recámara se partió a la mitad y está a punto de colapsar.
“Parece burla”, se quejó el comisario de San Juan Guatemala, Gonzalo Guatemala Luna, de la falta de respuesta por parte del gobierno, que les pide “pruebas, pruebas”, pero no les ha ayudado, aunque se las muestran.
Un último ejemplo: la casa de María Pérez se inundó por un cuerpo de agua cercano que creció con la lluvia, la señora de 67 años y su nieta fueron rescatadas por sus vecinos y todo se le echó a perder, incluyendo su máquina de coser de la que se mantiene.
Una brecha de tierra debajo del puente de Lomas de Chapultepec es el camino que conduce a San Juan Guatemala y antes se cruza la localidad de Lomitas de Papagayo; ambas comunidades están a 50 minutos en automóvil de su cabecera municipal de San Marcos y solamente a dos minutos del territorio que ya empieza a ser Acapulco.

 

Esperan 10 horas las despensas de la Marina 800 personas de ocho colonias pero no llegan

Fila de personas en la calle Del Rastro a las 2 de la tarde Foto: Daniel Velázquez

Daniel Velázquez

Unas 800 personas se congregaron en la Calle del Rastro, en La Sabana, para esperar la segunda entrega de la canasta básica de la Marina, y estuvieron ahí 10 horas, desde la 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde.
La fila de personas de congregó desde la tienda Oxxo, que está en la entrada de la Calle del Rastro, hasta la calle Amín Zarur, frente a la tienda Novedades Nahomi.
Las personas formadas venían de las colonias El Rastro, Manantiales, 5 de Mayo, Canuto Nogueda, Mártires de Cuilapa, La Sabana, Rufo Figueroa y La Máquina.
Los vecinos llevaron sombrillas, bancos y sillones para esperar la despensa, pero nunca llegó el camión de la Marina.
De acuerdo con testimonios de los vecinos formados, el martes de la semana pasada los marinos hicieron la primera entrega de despensas en ese lugar y no anduvieron casa por casa. Ahí, las personas se formaron y les dieron una papeleta color guinda, con los logotipos del gobierno federal y la Secretaría de Marina, la cual tiene 12 recuadros, cada uno correspondiente a una semana y les dijeron que volverían y deberían llevar esa papeleta, para entregarles otra vez una despensa.
La mecánica de entrega de las despensas en esta parte del municipio fue diferente a como ocurrió en la colonia Nueva Generación, también de La Sabana, donde con un megáfono los marinos pedían que un integrante de cada familia estuviera en la puerta de su casa para recibir la despensa y se entregaban sólo a quienes ya habían sido censados por los “servidores de la nación”.
En El Rastro, los vecinos se quejaron de que la semana pasada, cuando vino la Marina por primera vez, no todos se enteraron y por esa razón no todos tienen la papeleta color guinda, que estaban en la fila porque las despensas son ayuda humanitaria y no pueden estar condicionadas a tener o no un papel, porque todos los vecinos de Acapulco son damnificados, porque no hay alimentos en las tiendas y lo que hay está más caro.
Una vecina formada en la fila contó que la semana pasada, los marinos llegaron a la 1:15 de la tarde y empezaron a repartir a la 1:40 de la tarde, que les dijeron que esta semana volverían entre 3 y 4 de la tarde a realizar la segunda entrega.
La mayoría de los vecinos contaron que llegaron desde las 9 de la mañana a formarse, sólo una persona dijo que llegó desde las 6 de la mañana y otro que desde las 7, por lo que estuvieron 8, 9 y hasta 10 horas de pie, formados bajo el sol en espera de los marinos, que nunca llegaron.
A las 2 de la tarde había unas 800 personas formadas y a las 5 de la tarde la fila disminuyó a unas 150 personas. A las 6 de la tarde sólo quedaron 21 vecinos.
Las personas informaron que el lunes por la noche, un camión del Ejército subió a la colonia El Rastro y entregó despensas casa por casa, que entregaron una papeleta color verde, pero el problema fue que no entraron a los andadores, sino que fueron por la avenida principal y por eso no todos alcanzaron, que en la parte alta, en Los Manantiales, tampoco alcanzaron despensas porque a los militares se les acabaron las despensas y las papeletas.
Al lugar llegaron integrantes de la asociación civil Anarcho Acapulco, a preguntar qué esperaban, los vecinos dijeron que a la Marina que quedó de entregar despensas y los integrantes de la asociación contaron que en la Sinaí estaba también una fila de gente esperando despensas, que ellos sólo tomarían nota de que hacía falta entregar ayuda en esa colonia, luego, un vecino intervino y empezó a decir que sí hay ayuda del gobierno federal y que eso que hacían era amarillisno. Los vecinos lo callaron, le dijeron que pedían despensas y que la Marina no llegaba.
A las 4:09 de la tarde, sobre la avenida Lázaro Cárdenas pasó un camión tortón de la Marina y los vecinos les hicieron señas. Uno de los marinos hizo un gesto con sus manos de que no había nada.
También, a esa misma hora, llegó una camioneta estaquitas con comida preparada y se puso a repartir a los vecinos que estaban en espera de las despensas. Era caldo de pollo con arroz y tortillas. Uno de los encargados dijo que son originarios de Ayutla de los Libres, que fue iniciativa de ellos venir a ayudar a Acapulco con comida preparada, agua embotellada y agua de sabor, calzado y ropa usada, que todo fue producto de donaciones de sus vecinos y de familiares que están en Estados Unidos. Este martes repartieron alimentos en La Sabana.
Los vecinos de Ayutla que se organizaron son de las colonias Reforma, San José y La Hacienda, para el reparto en Acapulco les prestaron la camioneta y se organizaron Ezequiel, Alina, Celsa, Segio, Guadalupe, Marcial, Abad y Sergio, el grupo de ayuda no tiene nombre, pero pidieron que se les identificara como “ayutlecos con causa”, porque son muchas las personas que hicieron donaciones para que pudierna venir a entregar comida preparada.
Algunos de los vecinos formados tenían diablitos y carritos de las tiendas de autoservicio que fueron saqueadas después del huracán, del 25 al 28 de octubre.

Queman basura en las calles; 40% de usuarios, sin agua

Pese a que hay más camiones en la recolección, continúan grandes acumulamientos de desechos en la ciudad y en algunos lugares vecinos les prenden fuego como en la avenida Durango de la colonia Progreso (imagen). La secretaria de Salud Aidé Ibarez dijo que se aplica “un cerco sanitario fuerte”. Ayer la CAPAMA informó que tras las reparaciones a tanques, se mantiene el mismo déficit que dio a conocer la alcaldesa Abelina López hace una semana. Siguieron las fallas en Internet y familiares de marineros desaparecidos siguen buscándolos Foto: Jesús Trigo

 

Sigue amontonada la basura en las calles pese a que hay más camiones recogiéndola

Aurora Harrison

Aunque hay más camiones recogiendo los desechos sólidos, siguen montones de basura en las calles, como en la mayoría de la colonia Progreso, en la avenida Ruiz Cortines, frente a La Laja, en la Alianza Popular y avenida Costera, por la zona del fraccionamiento Las Playas.
En varios puntos los montones ya tienen cal o los vecinos la están quemando, como fue en el caso de la Costera por playa Dominguillo.
Del servicio de agua, sigue habiendo colonias que no tienen el suministro. Hay zonas donde no hay luz, ya hay carburadoras que están dando servicio de venta de gas LP y también hay purificadoras que venden garrafones con agua.
Sigue habiendo problemas en el servicio de internet, y como el lunes por la tarde-noche todo este martes en la colonia Centro no hubo servicio. En la Costera por la Diana tampoco hubo.
Durante un recorrido en la mañana, por la Costera, en la zona del fraccionamiento Las Playas, había acumulamiento de basura, como en el condominio Los Cocos y la Marina Acapulco. También por la zona de playa Manzanillo.
Había varias brigadas de los gobiernos municipal, estatal y de la Universidad Autónoma de Guerrero, en la Costera recogiendo escombros, por lo que ya se ve más limpia la vialidad en algunos tramos como frente al parque Papagayo, en La Diana y en Condesa.
En la colonia Progreso en las calles Durango, Michoacán y en la principal, Niños Héroes, hay montones de basura, lámina y residuos de árboles.
Lo mismo sucede en la colonia Módulo Social Fovissste, que su avenida principal tiene varios puntos con desechos sólidos.
El director de Ecología, Jesús Castillo Aguirre, dijo que para evitar focos de infección en la ciudad, junto con autoridades de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), ponen cal en puntos de basura de colonias y avenidas.
Dijo que han ido a la unidad deportiva Los Fantasmas, ubicada en la colonia Las Cruces, y la Unidad Deportiva Acapulco, de la colonia Progreso.
En Ciudad Renacimiento, Emiliano Zapata, La Cima y Lirios también se puso cal, pero ya las recorren camiones para recoger la basura.
En un comunicado, el Ayuntamiento dijo que en Cumbres de Llano Largo e Icacos se han recolectado más de 55 toneladas de basura.
Del servicio de agua potable, vecinos de las calles Draga, Velero, del Módulo Social Fovissste, no tienen agua, así como tampoco en la calle Monterrey, de la colonia Progreso, en El Coloso y en la Francisco Villa; las colonias Morelos, Palma Sola y Santa Cruz.
Las autoridades municipales aseguran que el abasto de agua está al 60 por ciento y que hay zonas que no tienen servicio.
Del servicio de luz, en la colonia Francisco Villa los vecinos dijeron que la Comisión Federal de Electricidad no ha podido entrar a arreglar los postes, porque hay montones de basura y árboles que obstruyen la vialidad.
Otra zona donde no tienen luz es en la colonia La Poza, zona Diamante, y hay calles de la colonia Emiliano Zapata donde no cuentan con el servicio.
El servicio de transporte sigue cobrando por arriba de su precio normal. Durante la mañana hay más afluencia de transporte público, en la tarde noche es más escaso y hay personas que esperan por varios minutos para tomar un colectivo.
Sobre la venta de gas LP, en carburadora de la avenida Rancho Acapulco y en la colonia Garita ya están vendiendo, al igual que en la avenida Ruiz Cortines, por la subida de la colonia Santa Cruz.
Siguen instalados los módulos de atención médica en la ciudad, por parte de la Secretaría de Salud y por las farmacias particulares.

Siguen sin servicio 40% de usuarios, reconoce el director de la CAPAMA

Una semana después de que la alcaldesa Abelina López informó que el 40 por ciento de los usuarios no tenían el servicio, ayer la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA) confirmó que sigue el problema en la misma proporción luego de los trabajos de reparación de los tanques de almacenamiento dañados por el huracán Otis a los que se refirió entonces la presidenta municipal.
El director de la CAPAMA, Hugo Lozano Hernández, informó en un boletín de prensa que hasta este martes en la tarde se tenía un caudal de 2 mil 585 litros por segundo, los cuales son enviados desde las captaciones Papagayo I, Papagayo II, Lomas de Chapultepec, Real Hacienda, así como el sistema El Quemado.
Aseguró que desde el 12 de noviembre, las colonias de la zona urbana que cuentan con el servicio son la parte baja del fraccionamiento Las Playas, Manzanillo, zona Centro, Fraccionamiento Hornos, Condesa (parte baja), Club Deportivo, la parte baja de Costa Azul, avenida Cuauhtémoc, Hogar Moderno, Las Brisas, Brisas Guitarrón, Joyas de Brisamar, Nuevo Centro de Población, Marina Brisas, Icacos (parte alta) y Alianza Popular.
En la zona conurbada, las colonias que cuentan con el servicio son la Emiliano Zapata, Postal tercera y quinta, Industrial, CNOP, Narciso Mendoza, Leyes de Reforma, Roberto Esperón parte baja, Ampliación La Mica, Porvenir en sus dos secciones, 2 de Febrero, Nabor Ojeda, Batalla Cardenista, Nopalitos, Coral, Las Parotas, Reclusorio, la parte baja de 5 de Mayo, Héroes de Guerrero. Ciudad Renacimiento, sector 1, está al 80 por ciento y sector 2 al 20 por ciento.
También informó que falta un 10 por ciento en el arreglo de la fuga registrada en el acueducto Papagayo II, que abastece a más del 50 por ciento de la población, y que se estima que se concluyan los trabajos en dos días. (Redacción).

 

Por segundo día consecutivo no hay servicio de Internet en varias partes de la ciudad

Siguen familiares la búsqueda de los marineros desaparecidos por Otis

Aurora Harrison

Familiares de capitanes y marineros siguen con sus brigadas de búsqueda. Unos se concentran en el malecón y otros pegaron fichas con las fotografías y características de los desaparecidos en postes del zócalo.
Este martes, en una visita a la Marina de Acapulco, ubicada en avenida Costera, en el fraccionamiento Las Playas, trabajadores dijeron que son nueve los compañeros que están desaparecidos, aunque no proporcionaron los nombres.
“Son varios los que están desaparecidos”, dijo el trabajador y mencionó que esos datos lo manejan “los jefes”, que a ellos no le dan esa información, pero entre los mismos compañeros el comentario es que “son varios”.
En el malecón están las tías, primos y conocidos del capitán del yate privado Vida, el joven Mauricio Adrián Bibiano Ochoa, que lleva 21 días desaparecido.
María Azucena Ochoa Santiago es tía del muchacho y dijo que a su sobrino lo siguen buscando, porque las autoridades de la Secretaría de Marina “no hacen nada, ninguno hace nada”.
“Nosotros, por nuestra cuenta, estamos buscando desde el otro día del huracán”, dijo la tía, quien mencionó que las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) los han citado, pero nada más para hacerles preguntas y no les dicen nada de la búsqueda.
Agregó que a los compañeros de su sobrino sí los encontraron con vida y que uno de ellos les platicó que cuando fue el huracán, Mauricio estaba al mando de la embarcación y después lo perdieron de vista, que ya no supieron de él.

Los desaparecidos del Lito

En los postes del malecón y el Zócalo están las fotografías de tres tripulantes de la embarcación Lito, que también están desaparecidos. Entre ellos, una joven de nombre Abigail Andrade Rodríguez, que trabajaba como hostess.
En las fotografías de búsqueda de Ulises Díaz Salgado, capitán del yate Litos, y de Fernando Parra, quien también trabajaba en la misma embarcación, se menciona que sus familiares no saben nada de su paradero y siguen buscándolos.
Aunque no hay fotografía, pero también están desaparecidos los tres tripulantes de la embarcación Tourbillón. Se trata del capitán Leonardo Leiro, los marineros Marco Antonio Cipriano y Alex David.
El lunes los familiares se manifestaron en el malecón, para exigir a las autoridades que sigan buscándolos.

 

En medio de la basura reabren en el
Zócalo puestos y pequeños negocios

Óscar Ricardo Muñoz Cano

A 20 días del huracán, este lunes reabrieron joyerias en el centro de Acapulco Foto: jesus Trigo

De la mano de vendedores ambulantes y pequeños comerciantes, las actividades económicas del centro de Acapulco retornan cierta “normalidad”, a casi 20 días del impacto del huracán Otis.
Lo anterior, pese a que aún se mantiene la falta de recolección y las actividades se desarrollan en medio de escombros, basura, lodo y olores pestilentes.
En un recorrido este lunes desde la calle Benito Juárez hasta Mina y Velázquez de León, atravezando el zócalo, se observó que muchos de los comercios importantes se preparan ya para su reapertura, a la par que los vendedores ambulantes recuperaron la calle y ofrecen ya su mercancía.
Mientras, ya abrió la sucursal del centro de los restaurantes Amigo Miguel, en Benito Juárez, en contra esquina, la tienda Neto y su personal ya trabaja para la reapertura.
Ello, teniendo como escenario de fondo los restos de la otrora Casona de Juaréz, que terminó de destruirse con el paso del huracán.
Salones de belleza, misceláneas y tiendas de abarrotes, como Los Muchachos, y otros comercios ya están abiertos, incluyendo el café internet sobre la calle Hidalgo.
En la plancha del zócalo, en el restaurante La Casa de los Abuelos se instaló el módulo de atención de la Secretaría del Bienestar federal, y ahí ya es visible la presencia de vendedores ambulantes, principalmente de comida.
Más adelante, ya sobre la calle Cuauhtémoc, personal de la tienda Woolworth trabaja en su limpieza.
–¿Saben cuándo van a abrir la tienda o el restaurante? –se les preguntó.
“No, no temenos fecha, pero ya estamos trabajando. Estamos limpiando, a ver cuánto nos toma”, aseguró uno de los trabajadores, que acarreaba basura del interior del restaurante hacia la calle.
Mientras tanto, negocios como la sucursal de la zapatería Giovanna, en Roberto Posada, ya ofrece su mercancía a la gente desde hace un par de días y en contra esquina, la tienda Súper Che hace lo propio, con presencia de elementos de la Guardia Nacional.
Es visible la presencia de vendedores ambulantes sobre las aceras de avenida Cuauhtémoc, que van desde los que venden dulces y accesorios de celulares, hasta los que venden ropa y detalles de ferretería.
Más adelante, a la altura del Centro Joyero, ya abrieron algunos puestos colocados en su perifería, al igual que taquerías, tiendas de regalos y de manualidades, así como algunas ópticas.
Llegando hasta Francisco Javier Mina, esquina con Velázquez de León, el popular Café Wadi también se prepara para su reapertura.
“Venimos desde ayer (domingo) a limpiar. Temenos luz, pero no toda. Tenemos dos líneas, pero una aún no sirve”, dijo la encargada, señalando que tampoco tiene una fecha límite para dar servicio. “Si quiere darse una vuelta mañana (martes), quizás ya estemos en servicio”.
Cuestioanda sobre las afectaciones sufridas por el negocio tras el impacto de Otis, comentó que “aquí, gracias a Dios, no pasó nada, sólo fue lo de la basura”, señalando hacia la calle, donde se amontonan decenas de bolsas y escombro desde hace días.

 

Esperan 10 horas las despensas de la Marina 800 personas de ocho colonias pero no llegan

Los vecinos se congregan en la calle del Rastro, en La Sabana, porque hace una semana los marinos anunciaron que regresarían este martes a la segund segunda entrega. Llevan sombrillas, bancos y sillones

Daniel Velázquez

Unas 800 personas se congregaron en la Calle del Rastro, en La Sabana, para esperar la segunda entrega de la canasta básica de la Marina, y estuvieron ahí 10 horas, desde la 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde.
La fila de personas de congregó desde la tienda Oxxo, que está en la entrada de la Calle del Rastro, hasta la calle Amín Zarur, frente a la tienda Novedades Nahomi.
Las personas formadas venían de las colonias El Rastro, Manantiales, 5 de Mayo, Canuto Nogueda, Mártires de Cuilapa, La Sabana, Rufo Figueroa y La Máquina.
Los vecinos llevaron sombrillas, bancos y sillones para esperar la despensa, pero nunca llegó el camión de la Marina.
De acuerdo con testimonios de los vecinos formados, el martes de la semana pasada los marinos hicieron la primera entrega de despensas en ese lugar y no anduvieron casa por casa. Ahí, las personas se formaron y les dieron una papeleta color guinda, con los logotipos del gobierno federal y la Secretaría de Marina, la cual tiene 12 recuadros, cada uno correspondiente a una semana y les dijeron que volverían y deberían llevar esa papeleta, para entregarles otra vez una despensa.
La mecánica de entrega de las despensas en esta parte del municipio fue diferente a como ocurrió en la colonia Nueva Generación, también de La Sabana, donde con un megáfono los marinos pedían que un integrante de cada familia estuviera en la puerta de su casa para recibir la despensa y se entregaban sólo a quienes ya habían sido censados por los “servidores de la nación”.
En El Rastro, los vecinos se quejaron de que la semana pasada, cuando vino la Marina por primera vez, no todos se enteraron y por esa razón no todos tienen la papeleta color guinda, que estaban en la fila porque las despensas son ayuda humanitaria y no pueden estar condicionadas a tener o no un papel, porque todos los vecinos de Acapulco son damnificados, porque no hay alimentos en las tiendas y lo que hay está más caro.
Una vecina formada en la fila contó que la semana pasada, los marinos llegaron a la 1:15 de la tarde y empezaron a repartir a la 1:40 de la tarde, que les dijeron que esta semana volverían entre 3 y 4 de la tarde a realizar la segunda entrega.
La mayoría de los vecinos contaron que llegaron desde las 9 de la mañana a formarse, sólo una persona dijo que llegó desde las 6 de la mañana y otro que desde las 7, por lo que estuvieron 8, 9 y hasta 10 horas de pie, formados bajo el sol en espera de los marinos, que nunca llegaron.
A las 2 de la tarde había unas 800 personas formadas y a las 5 de la tarde la fila disminuyó a unas 150 personas. A las 6 de la tarde sólo quedaron 21 vecinos.
Las personas informaron que el lunes por la noche, un camión del Ejército subió a la colonia El Rastro y entregó despensas casa por casa, que entregaron una papeleta color verde, pero el problema fue que no entraron a los andadores, sino que fueron por la avenida principal y por eso no todos alcanzaron, que en la parte alta, en Los Manantiales, tampoco alcanzaron despensas porque a los militares se les acabaron las despensas y las papeletas.
Al lugar llegaron integrantes de la asociación civil Anarcho Acapulco, a preguntar qué esperaban, los vecinos dijeron que a la Marina que quedó de entregar despensas y los integrantes de la asociación contaron que en la Sinaí estaba también una fila de gente esperando despensas, que ellos sólo tomarían nota de que hacía falta entregar ayuda en esa colonia, luego, un vecino intervino y empezó a decir que sí hay ayuda del gobierno federal y que eso que hacían era amarillisno. Los vecinos lo callaron, le dijeron que pedían despensas y que la Marina no llegaba.
A las 4:09 de la tarde, sobre la avenida Lázaro Cárdenas pasó un camión tortón de la Marina y los vecinos les hicieron señas. Uno de los marinos hizo un gesto con sus manos de que no había nada.
También, a esa misma hora, llegó una camioneta estaquitas con comida preparada y se puso a repartir a los vecinos que estaban en espera de las despensas. Era caldo de pollo con arroz y tortillas. Uno de los encargados dijo que son originarios de Ayutla de los Libres, que fue iniciativa de ellos venir a ayudar a Acapulco con comida preparada, agua embotellada y agua de sabor, calzado y ropa usada, que todo fue producto de donaciones de sus vecinos y de familiares que están en Estados Unidos. Este martes repartieron alimentos en La Sabana.
Los vecinos de Ayutla que se organizaron son de las colonias Reforma, San José y La Hacienda, para el reparto en Acapulco les prestaron la camioneta y se organizaron Ezequiel, Alina, Celsa, Segio, Guadalupe, Marcial, Abad y Sergio, el grupo de ayuda no tiene nombre, pero pidieron que se les identificara como “ayutlecos con causa”, porque son muchas las personas que hicieron donaciones para que pudierna venir a entregar comida preparada.
Algunos de los vecinos formados tenían diablitos y carritos de las tiendas de autoservicio que fueron saqueadas después del huracán, del 25 al 28 de octubre.

 

Arrasó Otis con árboles y se llevó las casas, recuerdan vecinos de Infonavit Alta Progreso

Aurora Harrison

Vecinos de la colonia Infonavit Alta Progreso y de la Panorámica, dijeron que el huracán Otis se sintió como un “remolino”, que además de arrasar con los árboles, se llevó los techos de lámina y casas.
En las calles principales de ambas colonias se vieron este lunes montones de basura, láminas y árboles que reducen la circulación; aunque varios ya fueron podados por autoridades estatales y del municipio, muchos aún están en la calle.
“Estuvo muy feo. Nosotros estuvimos mirando por medio de las ventanas de la casa y hacía como un remolino el aire, de la vecina venía toda la madera de su casa y caía en mi casa”, dijo este lunes pasado la señora Ruth, de la colonia Panorámica.
Agregó que “nunca pensó que iba a pasar esto. Pensé que iba a ser más calmado, pero no, creo que fue peor que Paulina, porque hubo más daño en las casas”.
“Todas las casa quedaron sin techo porque se voló la lámina y hay unas que se ve que no quedaron casas”, platicó la señora, que mencionó que ella, como a las 2 de la madrugada se salió de su casa y se refugió en la de la vecina, que es de concreto.
Dijo que tiene 62 años viviendo en Acapulco y no había pasado un huracán categoria 5, mencionó que con Paulina fue mucha lluvia “pero éste fue poca agua y mucho viento, era un remolino”.
“Hubo mucho grito, llanto. Como ya estaba todo oscuro, se oía el murmullo de personas que clamaban a Dios. Muchos nos pusimos orar que el viento se llevará donde no había personas”, dijo.
En la Alta Progreso, segunda etapa en el edificio 2 A, también se cimbró el edificio, además de que rompió vidrios y despejó la herrería de los departamentos.
“Fue muy feo. Personas que viven en la parte de abajo decían que el edificio se estaba moviendo como si se fueran a caer, pero yo estaba debajo de una mesa y otros vecinos decían que estaban en el baño, con el temor de que alguna lámina nos degollara”, platicó César Salazar.
Agregó que en la mayoría de los departamentos las ventanas están rotas, “como estamos frente al mar fue más fuerte, fue un viento que nunca lo había sentido de esa manera, fue demasiado duro y otras personas estuvieron en la histeria. Creo que aquí habrá más enfermedades de presión alta y del corazón”.
Vecinos piden a las autoridades que vayan a recoger los residuos sólidos, porque llevan 20 días, y además del mal olor pueden causar enfermedades en los niños y los adultos mayores que viven en esa colonia.

Comenzó su parto horas después de Otis, relata vecina de la Ampliación 5 de Mayo

Daniel Velázquez

Sarahí Lizbeth Godínez Hernández parió el 26 de octubre, a la 1 de la tarde, los dolores de parto le comenzaron a las 10 de la noche del miercoles 25 de octubre, unas horas después del paso del huracán Otis.
Vive en la calle Profesor Juan Matías, de la colonia Ampliación 5 de Mayo, la parte alta, por lo que salir de su casa después del paso del huracán fue difícil, porque tuvo que hacerlo caminando, pues no había transporte. Fueron dos horas a pie, hasta llegar a la avenida Lázaro Cárdenas, la avenida principal, acompañada de su mamá y su hermana. Estuvieron hasta la medianoche esperando transporte, sin éxito, por lo que pidieron ayuda a una patrulla, no saben si era de la Policía Municipal, Ejército, Marina o Guardia Nacional.
La patrulla las llevó al hospital Donato G Alarcón, donde no las quisieron recibir. Un guardia que estaba en la puerta les dijo que se fueran, que ahí no había nadie, “estaba todo oscuro”. La misma patrulla las llevó al hospital El Quemado y allá “tampoco había luz, ni doctores, sólo estaban dos pasantes” y les dijeron que se fueran que no las podían atender, pero después de insistir, recibieron a Sarahí Lizbeth Godínez.
Fue hasta la 1 de la tarde del 26 de octubre que nació su hija, y a las 5 de la tarde de ese mismo día, la dieron de alta, “no querían tener a nadie en el hospital, no tenían luz ni agua”, contó su mamá Agustina Hernández Romero.
El regreso a su casa fue más complicado, la dieron de alta recién parida y no había transporte. Tardó siete horas en llegar, al salir del hospital de El Quemado, caminó un poco con su hermana pero luego pidieron aventón, pero debido al intenso tráfico que había en la zona sólo avanzaron un tramo y después volvieron a caminar.
Después las auxilió una patrulla, que las acercó hasta el bulevar Vicente Guerrero, y ahí encontraron un taxi que las trajo hasta el monumento a Lázaro Cárdenas y a partir de ahí todo el trayecto fue a pie, “veníamos despacio, pues ella acaba de dar a luz y no podía caminar recio”.
Llegaron a su casa a medianoche. Sarahí Lizbeth Hernández no ha decidido qué nombre ponerle a su hija. Ella permanece dentro de un pabellón, donde amamanta a la bebé.
La casa de doña Agustina Hernández también fue afectada por el huracán Otis, pues el viento se llevó las láminas de su casa. Lo que hicieron fue recuperar láminas de las que arrastró el aire, para reutilizarlas y contar con sombra para refugiarse del sol. Fueron dos días buscando láminas y dos días para colocarlas.