Demora tres días la entrega de enseres domésticos en plaza Patio por los trámites

Daniel Velázquez

Una noche en vela, un día de espera y una carrera contra el tiempo invierten los damnificados por el huracán Otis para recoger sus enseres.
El estacionamiento de la plaza Patio se ha convertido en centro de operaciones del gobierno federal, una parte es ocupada para repartir diariamente despensas y otra para entregar un paquete de muebles básicos para el hogar, que consiste en un refrigerador, una estufa, un colchón, un ventilador, una licuadora y un juego de sartenes.
Los interesados en recibir esa ayuda deben esperar que su colonia sea anunciada para recibir el paquete de enseres, una vez en lista de colonias a entregar deben hacer un trámite que demora tres días, es desgastante, los damnificados deben pernoctar al menos una noche en la calle, defecar al aire libre y comer en ese mismo ambiente.
También deben defender su lugar en la fila para evitar que otras personas se metan. La gente que busca poner orden o hacer negocio empiezan a hacer listas, primero improvisadas en carpetas, después en hojas de cuaderno sueltas y al final en una libreta y organizan pases de lista, en esos pases de lista es donde se descubren a quienes consiguen un lugar en la fila sin formarse, lo que se dice es que los espacios se venden hasta en 500 pesos. El número que se asigna en esa lista no sirve de nada.

Día 1. Dormir en la banqueta

En la calle Juan Álvarez que conecta con el estacionamiento de plaza Patio, no sirve el alumbrado público, aunque están los postes las lámparas no prenden; en ese lugar es donde se congregan los damnificados para poder conseguir el paquete de enseres.
El lugar es agreste, hay banquetas pero están cubiertas por tierra que se ha ido acumulando por las lluvias. La mayoría de los predios están baldíos, hay hierbas, palmas, árboles, el lado izquierdo es donde se forman los vecinos y la zona montosa del lado derecho, se ocupa como sanitario, la gente defeca al aire libre. Algunas casas del lugar tienen letreros que rentan sanitarios pero el costo es de 20 pesos.
La calle está inmersa en una enorme nube de polvo debido a que el constante paso de vehículos levanta los residuos acumulado a los costados de la calle. Por la noche con la luz de los automóviles se ve la nube de polvo que es arrastrada por el viento.
La noche del jueves se reunieron unas 700 personas,quienes llegaron desde las 5:30 de la mañana pero no alcanzaron ficha y decidieron quedarse a esperar al siguiente día.
Lo que se constató esa noche es que los vecinos llegan durante todo el día y hasta las 10 de la noche, todos dispuestos a dormir en la calle, algunos llevan colchonetas, otros cartones y una sábana, y la gente que se duerme, hasta ronca.
A la 1 de la mañana en el lugar se puede ver a la mayoría de los vecinos envueltos en sábanas y dormidos en la banqueta, alguos llevan las famosas sillas Acapulco y en esas se duermen, otros sólo un banco o una silla plegable, el sueño se interrumpe por el pase de lista.
Durante el día uno de los vecinos formados en la fila tuvo la idea de anotar en un folder los nombres de las personas formadas, por la noche eso fue motivo de discusión pues aparecen nombres de personas que nunca fueron a formarse en el día y por la noche reclaman su espacio. Eso sucedió el jueves por la noche: Evodia estaba en la lista, pero en la fila ocho personas señalaron que ellas estuvieron formadas desde las 4 de la tarde y en ese lugar nunca estuvo Evodia, la que hizo la lista pide que dejen formarse a Evodia porque ese es su lugar según la lista, pero la gente en la fila se negó contundentemente y después de una larga discusión se impusieron, Evodia tuvo que irse a la fila no la dejaron meter en el lugar 271.
Ese mismo jueves, a las 9 de la noche, pasaron dos patrullas de la Guardia Nacional, entraron, hicieron recorrido en Costa Dorada, salieron a las 10 de la noche y ya no hubo más patrullajes.
La noche fue fresca, no hizo calor y hasta las 5 de la mañana hizo algo de frío.

Día 2. Recibir una ficha

A las 3 de la mañana empiezan a llegar más vecinos a formarse, la fila se extienden pues la madrugada es el horario preferido por al menos un centenar de personas para hacer la fila.
También llegan los vendedores informales, ofrecen café, atole, tamales, bolillos, volovanes.
Luego sigue el espectáculo de ver pasar los camiones del Ejército y la Guardia Nacional cargados de enseres, esa es la primera vista de los vecinos formados al despertar. Algunos cuentan cuántos camiones llegan y cuántos paquetes llevan, el viernes sobre la calle Juan Álvarez pasaron 16 carros cargados cada uno con 8 paquetes, al menos eso se vio desde la banqueta.
La gente formada hace cuentas de cuántos van a alcanzar y si se van a quedar a dormir otra vez en la calle.
Desde un megáfono un soldado les pide a las personas no atravesarse en la calle cuando pasan los vehículos y pide que muevan sus automóviles para permitir el paso y en caso de no hacerlo, advierte que suspenderán la entrega de enseres, la gente se apura a mover los carros para no afectar el paso de los camiones militares.

El mismo soldado también pide que no dejen basura en el lugar donde pasaron la noche, nadie atiende el llamado, en el lugar hay basura acumulada de varios días, de las miles de personas que han acudido a pernoctar en la calle y que hace evidente el abandono en que se encuentra la zona por parte del gobierno municipal.
A las 6 de la mañana la fila empieza a moverse. El primer grupo de 50 personas pasa al estacionamiento y después la marcha de personas se detiene y continúa con ese ritmo de cada tanto avanzar y detenerse.
Al entrar al estacionamiento lo primero que reciben los vecinos es un áspero mensaje de un soldado: “aquí las cosas se hacen como decimos nosotros no como ustedes digan” y después vienen las amenazas de que si no se obedecen las órdenes que ellos den los van a sacar del grupo y tendrán que volver a formarse, a esa hora el cansancio y la noche sobre el suelo hace a las personas obedientes y sumisas. Los soldados también son exigentes, piden

que la copia de la credencial de elector esté en perfecto estado, que no esté maltratada, que el papel no lleve quebraduras ni manchas de comida y la advertencia es la misma, si no cumplen esa condición le van a sacar del grupo y tendrán que volver a empezar el trámite.
Los militares forman grupos de 50 personas, piden que anoten la fecha en el cintillo y que lo firmen, despues pasan a los ciudadanos a un mesa, donde les anotan un número y la fecha en que recogerán los enseres, ahí empieza la depuración, personas salen porque se formaron pero su colonia no está en la lista de entregas, el desvelo fue inútil, los vecinos que sí pertenecen a las colonias autorizadas son formados frente al Sol a la espera de indicaciones y que pongan un sello de una escuela militar a los cintillos que entregó el gobierno federal, que ya vienen sellados por la Secretaría del Bienestar.
A cada grupo le dan su horario para que vaya a recoger los enseres, empiezan desde la 5 de la mañana, la indicación es llegar una hora antes porque si no llegan en el turno asignado no les van a entregar los enseres. El lugar donde deben esperar es junto a la tienda de comida rápida KFC, en otro acceso del estacionamiento de la plaza Patio.

Día 3. Los “diez minutos”

El tercer día, el primer grupo citado a recoger enseres llega desde las 4 de la mañana. A las 5 de la mañana llegan los soldados y empiezan a formar a las personas de acuerdo con el número que se les asignó el día anterior, en grupos de 50 personas, vuelven las amenazas, no pueden salirse de la formación porque si lo hacen perderán el pase a recibir los enseres.
Aún con la advertencia de que si no llegaban a la hora asignada perderían el trámite, los grupos de 50 no están completos, la gente faltó o llegará más tarde.
Los grupos son guiados por un soldado a entregar los documentos a los militares. Donde vuelven a asignar un número, esta vez lo escriben en la mano y a partir de ese momento empieza el régimen miltar diseñado para los damnificados de Acapulco por el huracán Otis, no pueden salirse de la fila ni para ir al baño es la advertencia, pero al final esa orden no se cumple, la gente corre al monte sin pedir permiso porque en el lugar no hay baños por lo que se corrige la orden “si van a ir al baño, avisen” .
Otra orden, “a partir de este momento no pueden usar el celular, no pueden tomar fotos por su seguridad y la de sus familias”, en Acapulco después del huracán Otis hay 10 mil agentes de la Guardia Nacional y en el estacionamiento de la plaza Patio había al menos medio centenar de soldados, entre los que descargarban los camiones y los que cuidaban a las personas y los responsables de la seguridad advierten del problema que aqueja a Acapulco desde hace casi 20 años.
Los vecinos citados a las 5 de la mañana deben permanecer dos horas y media de pie, viendo como descargan los enseres, los que pudieron se sentaron en el suelo y los demás anduvieron como garzas, levantaban un pie y luego el otro o hacían flexiones de rodilla constantes para mitigar el cansancio.
Luego un persona se acerca y destaca el trabajo de los militares y la Marina para ayudar a los damnificados, pide un aplauso para la Marina y el Ejército por su ayuda y después elogia el trabajo del presidente Andrés Manuel López Obrador y también pide un aplauso para el mandatario, la gente cansada de estar de pie, aplaude sin ganas.
A las 7:30 de la mañana un militar da permiso de avisar a los familiares de que podían pasar para ayudar a llevar los enseres y al mismo tiempo la orden de que la primera fila  puede tomar posesión del paquete de enseres, cada paquete está numerado y debe coincidir con el número marcado en la mano, después de hora y media de estar de pie se les dijo a los damnificados que sólo se tenían 10 minutos para subir los enseres a las camionetas y empieza la cuenta regresiva “y ya van 5”, “ya van 9” y la gente corre de un lugar a otro, primero para ubicar donde está su familia para cuidar el paquete de enseres porque si no se los roban, los que tienen camioneta contratada reciben ayuda de un diablito para llevar el refrigerador y la estufa y los que llevan su auto particular contratan un cargador por 100 pesos. El cobro de flete va desde los 300, 500 y hasta los 800 pesos de acuerdo con la distancia.

Más de 2 mil personas hacen fila en la plaza Patio para recibir las despensas

Karina Contreras

Más de 2 mil personas hicieron fila en la plaza Patio para recibir las despensas del apoyo que está dando el gobierno federal a los afectados por el huracán Otis y varios de los entrevistados reconocieron que van más por las tarjetas que traen para poder comprar productos en las tiendas de autoservicio.
Incluso una de las señoras dijo que estaba juntando para comprar una televisión que le costaba 4 mil pesos y nada más le faltaban mil pesos. Manifestó que perdió todo en su vivienda y esas tarjetas le han ido ayudando porque primero compró su horno y ahora quería comprar una televisión. Dijo que recibió ya sus enseres domésticos y que en esos no tardó mucho en la fila.
Manifestó que ella no fue a saquear tiendas porque tiene valores que le ha estado inculcando a sus hijos, pues manifestó que cómo en el futuro los iba a poder reprender si como madre le está enseñando a robar y añadió: “Que caiga un rayo y se abra la tierra si miento”.
La señora manifestó que es vendedora ambulante en las playas, pero que no hay turistas por lo que no va a trabajar y manifestó que ni los “chilangos” quieren venir a Acapulco. Comentó que llegó a las 4 de la mañana para poder alcanzar una despensa, pero ya le ha tocado días que no alcanza y mostró su repelente para que no se le acerque “ni un pinche mosco”. Una joven mostró su bloqueador para aguantar las largas jornadas a pie, a veces en la sombra y otras en el sol, y la vendedora le dijo “es marca Otis”( en referencias a los productos que fueron robados de las tiendas durante la rapiña) a lo que la joven le contestó: “No, me costó 400 pesos”.
Los vecinos provenientes de las colonias 1 de Mayo, El Coloso y los poblados de La Sabana y Llano largo canjearon este miércoles el cupón número 10 del apoyo federal. Los beneficiarios se formaron un día antes para recibir la canasta básica, aunque algunos reconocieron que su interés es por las tarjetas con las que pueden comprar en las tiendas de autoservicio otras cosas, pues las despensas traen cosas enlatadas.
La larga fila rodeó el centro comercial, mientras los vecinos intentaban cubrirse del sol con sombrillas, gorras y pedazos de cartón de las mismas despensas que dejan los beneficiados, pues muchos llevan sus bolsas para llevárselas. En el lugar había socorristas de la Cruz Roja, así como vendedores ofreciendo electrolitos, chilate frío, aguas y refrescos para atenuar el intenso sol de las 10 de la mañana. Los vecinos tienen que aguantar por varias horas el sol, estar entre basura y absorver polvo que levanta el aire, muy pocos portan cubrebocas, para recibir la caja de despensa que este miércoles estaba entegrando la Marina.

 

Hasta cuatro horas esperan familias la entrega de enseres en Plaza Patio

Una gran fila de personas en la explanada de Plaza Patio, ubicada entre la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio y Llano Largo, para recibir una despensa que entregan soldados del Ejército. (Abajo) Mujeres felices con despensas que recibieron en la explanada de Plaza Patio Fotos: El Sur

Redacción

De cuatro a cinco horas esperaron unas 200 personas en la explanada de Plaza Patio, ubicado entre Llano Largo y la unidad habitacional El Coloso, para recibir un paquete de enseres domésticos.
Yesica Clemente Rentería fue una de las vecinas que ayer recibió enseres. Su esposo llegó desde las 5 de la mañana a la parte trasera del estacionamiento de Plaza Patio, para formarse en la fila, alcanzar una ficha y poder ser parte de las 200 familias que recibieron el apoyo de los enseres, tras ser censados.
Ella reemplazó a su esposo en la fila, sin embargo, estando en ella los Servidores de la Nación le informaron que le hacían falta unos documentos, por lo que fue a  conseguirlos y regresó.
Ya pasadas las 11 de la mañana, con el turno 174, con una actitud positiva, explicó que su casa sufrió muchos daños, el agua de la lluvia les dañó una lavadora y un refrigerador, por eso que se preocupó por estar al pendiente de la entrega de enseres.
Dijo que por lo menos ya no tendría que comprar un nuevo refrigerador y que con el apoyo económico para la limpieza y para reconstrucción adquiriría su lavadora, arreglaría una parte de su casa y que no alcanzaría el dinero para los cristales de su auto, al que le cayó la cochera de estructura metálica.
En esa misma la fila antes del mediodía, también estaba formada Guadalupe Quintero Gárnica, quien esperaba el turno de su abuela Georgina Montes, a quien ya le tocaba recibir el paquete de enseres que está compuesto por un refrigerador, una estufa, un ventilador de pedestal, un juego de ollas o sartenes, una licuadora y un colchón tamaño matrimonial.
A unos 200 metros de donde ellas hacían fila, detrás de una cadena y con su cintillo marcado con el turno que les corresponde para reclamar su apoyo por ser damnificadas por el huracán Otis, habia familias que recibían los paquetes de enseres.
La seguridad, el orden y la entrega de los enseres está a cargo del Ejército
De acuerdo con el personal castrense, desde las 7 de la mañana comienzan con la logística del día, con métodos que han tenido que ir acondicionando y modificando conforme a las experiencias que enfrentan.
Llegan los grandes camiones cargados con los enseres, y apoyados por jóvenes del programa Construyendo el Futuro, descargan y acomodan.
Los militares coadyuban con elementos de la Guardia Nacional, quienes resguardan los alrededores de las zonas de entrega y se encargan de mantener el orden entre la población.
El señor Nicolás Díaz, de la colonia Navidad de Llano largo, es un adulto mayor que llegó al lugar en su silla de ruedas, apoyado por el compadre de su hija, quien le ayudó a recibir y trasladar los enseres.
En el lugar había personas que rentaban “los diablitos” para el  traslado de los productos del punto de entrega al estacionamiento, lo cuales no son más de 20 metros, y cobran 100 pesos. Este servicio es sin cargar los artículos a las camionetas.
En el lugar también hay personas que ofrecen el servicio de “flete”, el cual tiene diversos costos; es decir, en camionetas tipo pick up o de redilas, por 300, 500 o hasta mil pesos, de acuerdo a la tarifa impuesta por el chofer y la distancia de la plaza comercial ubicada en el tramo carretero Puerto Marqués-Cayaco a la colonia donde vive el beneficiario.
En estos temas ni el Ejército ni la Guardia Nacional interfieren, ya que los tratos se dan entre los ciudadanos interesados.
Del otro lado de la plaza, por la parte de enfrente, cientos de ciudadanos se forman para recibir sus despensas, las cuales se encargan de entregar elementos de la Marina.
De acuerdo con personal de la Marina, diariamente entregan cerca de ocho mil cajas con ayuda alimenticia, las cuales llegan a bordo de cuatro tráileres que son estacionados en el estacionamiento.
Los marinos organizan dos filas, una de ellas, para dar atención especial a personas con alguna discapacidad, adultos mayores, embarazadas y con niños en brazos. La otra es para el resto de la población.
Ordenados, este miércoles, cada ciudadano debía presentar su boleto de canje marcado con el número 6 y recibía una caja de productos no perecederos y un casillero con 18 huevos.
Las filas las comienzan a formar a veces desde la madrugada, pero en los últimos días, explicó uno de los encargados, ya no pernoctan, esperan a que se hagan las 6 o 7 de la mañana, para empezar a formarse.
Los elementos de la Marina a las 7 comienzan a acomodar y organizar para que a la brevedad se empiecen a entregar las despensas y la gente no tenga que esperar tanto, explicaban al ser cuestionados sobre las estrategias de entrega.
Había, otras filas de personas en otra área del inmenso estacionamiento de dicha plaza, pero en esas, la población se divide en tres más. Una es para entrar a comprar a la tienda Soriana. Las otras dos se dividen en grupos vulnerables y población en general, los cuales esperan su turno para activar las tarjetas de vales que vienen en algunas cajas de despensa y las cuales lentamente pasan para ser activadas una por una en el área de atención a clientes y horarios de 8 de la mañana 6 de la tarde.
La señora Alondra Huerta fue un día antes a formarse para activar su tarjeta con dinero electrónico, pero ya no alcanzó a pasar, por lo que este miércoles nuevamente llegó a formarse a las 9 de la mañana y a las 2 de la tarde con 45 minutos seguía formada, sin poder avanzar hasta el punto de activación, debido a es poco el personal que está apoyando y además el flujo de personas está siendo controlado “para evitar aglomeraciones o que se pierda el control”, argumentó uno de los agentes de seguridad privada del centro comercial.

 

Pasan familias viacrucis para recibir despensas; en La Sábana se dicen engañados por militares

Vecinos del poblado La Sabana persiguen un camión con despensas con soldados que no se detuvieron, el domingo 24 de diciembre Foto: Daniel Velázquez

Daniel Velázquez

El domingo 24 de diciembre, cientos de vecinos del poblado de La Sabana acusaron ser engañados por soldados del Ejército, del camión con el número de matrícula 1001275. Lo siguieron por medio kilómetro y al final no les entregaron las despensas que llevaba.
Como parte de la distribución de la ayuda a los damnificados por el huracán Otis, el gobierno del estado publica diariamente los lugares donde el Ejército y la Marina entregarán enseres o despensas. El sábado apareció en la lista el poblado de La Sabana. Los vecinos se formaron, en la calle Margarita Maza de Juárez, a un costado de minisúper Santa Rita porque ahí fue el sitio en que la vez pasada las entregaron despensas.
Al lugar las llegaron desde las 9 de la mañana. Los soldados con el camión se presentaron minutos antes de las 12 del día, pero no se detuvieron donde estaba la fila de personas esperándolo, sino que subió por la calle contigua, la Emiliano Zapata y avanzó hasta la parte alta, la colonia Ampliación Mártir de Cuilapa.
Como el camión del Ejército no se detuvo, las personas formadas lo fueron siguiendo, algunos caminando y otros corriendo. Los más jóvenes iban cerca del vehículo, pero los adultos mayores se quedaron atrás y las personas con bastón ya no lo siguieron. El camión avanzó sin detenerse hasta la parte mas alta donde ya no había paso, como a unos 500 metros de donde estaba la fila de personas esperándolo. Los soldados hasta grabaron con sus celulares a las personas que los iban siguiendo.
Cuando el camión se detuvo, los soldados ordenaron a las personas retroceder para permitir a los soldados organizar la entrega de despensas. Bajaron los cartones con los casilleros de huevos, ordenaron a las personas formarse y anunciaron que la entrega se haría con cupones y con credencial de elector. En ningún punto de entrega de despensas solicitan la credencial de elector, el único requisito ha sido el vale.
Las personas se formaron, se alistaron con la credencial de elector y el vale y esperaron durante unos 30 minutos a que empezara el reparto, pero después de ese tiempo los soldados empezaron a subir las cajas que ya habían bajado y dijeron que no entregarían las despensas y que si había reclamos los hicieran a la Secretaría de Bienestar porque es esa dependencia la que les da la orden donde entregar y ellos, los soldados, solo son “mano de obra”, pero en el camión del Ejército no iba ningún trabajador de Bienestar. Iba acompañado por una patrulla de soldados.
Luego de que dispersaron a la gente, uno de los soldados preguntaba de manera insistente a los vecinos quién les había informado de la entrega de despensas en ese lugar. Le respondieron que se enteraron por Facebook. El camión se retiró sin problemas.
La gente se quedó molesta porque vieron en el teléfono de uno de los soldados que el sitio de entrega era la colonia Mártir de Cuilapa y le dijeron al soldado que ahí era la colonia, pero el soldado les dijo que esa entrega era cerca del panteón de La Sabana y que las personas que se fueran para allá.

Sigue la espera

Este lunes 25, en el estacionamiento de la Plaza Patio, ubicada entre la Unidad Habitacional Colosio y Llano Largo, amanecieron personas formadas en torno a la plaza en espera de las despensas que entrega la Marina. De acuerdo con el testimonio de una vecina, la fila llegaba hasta Casas Ara, pero muchos se retiraron después de las 10 de la mañana porque no llegaron los tráileres de la Marina.
Una vecina contó que el sábado, fueron 5 tráileres a entregar despensas y que no alcanzaron, y muchas personas se quedaron sin éstas y por eso ayer volvieron a formarse, pero que un marino les dijo que no era seguro, y sí tenían más en bodega las entregarían y si no hasta el martes o miércoles, aún con la advertencia las personas seguían formadas. Una señora dijo que esperaría hasta las 2 de la tarde.
También una vecina informó que este lunes por la mañana un trabajador de Bienestar les fue a avisar que no entregarían despensas que se retiraran del lugar para que no estuvieran en el sol.
En la fila había vecinos de El Coloso, Lomas del Valle, Alta Loma La Esperanza, Puerto Marques, Miramar.
Una vecina se quejó de que los vecinos de las colonias cercanas a plaza Patio no alcanzan despensas porque en la noche llegan vecinos de las colonias Arroyo Seco, Real Hacienda, Sinai, Sector 6, El Retorno, Cruces, Zapata, Renacimiento, La Cima, Primero de Mayo y apartan lugares para 10 o 15 personas y por eso los que viven cerca no pueden conseguirlas aunque lleguen a las 6 de la mañana.
Todo el contorno de la Plaza Patio es un enorme basurero, resultado de las horas que pasan los damnificados por el huracán Otis bajo el sol para poder canjear los vales que entregó el gobierno federal. Hay restos de cartones, que por las noches son los petates donde pernoctan los que llegan a dormir en el lugar, hay basura acumulada en diferentes lugares que son residuos de alimentos y bebidas que consumen durante las horas que están formados. También hay polvillo fino del que fue arrastrado por las lluvias huracán.

Enseres

Este lunes en la fila de la entrega de despensas, dos vecinas se quejaron de que su colonia “no está reconocida” y por tanto no aparecen en la lista de entrega de enseres, Las colonias son La Lajita en Llano Largo y Alta Loma la Esperanza en El Coloso. Las dos vecinas relataron el mismo problema que ya entregaron en Llano Largo los enseres pero no a la colonia La Lajita que está en ese poblado, porque les dijeron que no está reconocida.
La vecina Guadalupe Patricia Bautista de la colonia Alta Loma La Esperanza dijo que ya acudió a recoger sus enseres en Plaza Patio pero le dijeron que su colonia no está reconocida. Contó que ella está interesada en los enseres porque su casa fue la más afectada de toda la colonia pues es madera y el huracán desprendió el techado y derribó las paredes, “me quedé sin nada”. Pero a más de dos meses no ha podido hacer efectivo el cintillo para recibir los enseres.

Sin aglomeraciones

Esta Navidad cientos de vecinos de las colonias Navidad de Llano Largo, Puerto Marqués, Glorieta de Puerto Marqués, Nuevo Puerto Marqués, Alborada Cardenista, Costa Dorada, Homex, Lomas del Valle, Altos de Miramar, Miramar, Real del Palmar, Pacífico Dorado y Misión de Mar recibieron su paquete de enseres domésticos en la sede de entrega que está en el estacionamiento de la plaza Patio.
Cada paquete incluye un refrigerador, una estufa, un colchón, un ventilador, una licuadora y un juego de sartenes. El responsable de la entrega de enseres informó que llegaron desde las 6:30 de la mañana y para ayer en esa sede estaba programada la entrega de 480 paquetes.
Explicó que todas las personas tenían ficha y en caso de que hubiera quienes no tuvieran si había oportunidad de entregarles el paquete de enseres se les darían pero sólo en las colonias enlistadas en el acceso.
A las 11 de la mañana, habían repartido 447 fichas de las 480 y había en espera de fichas unas 17 personas. Los vecinos con ficha que estaban formados eran 137 en espera de poder ingresar al estacionamiento a recoger su paquete de enseres, para agilizar la entrega a los vecinos ingresaban en grupos de 40 personas, los beneficiarios por una puerta y las camionetas para transportar el paquete por otra puerta. Todo el lugar estaba resguardado por gendarmes de la Guardia Nacional.
A diferencia de otros sitios de entrega de enseres en este lugar se vio todo en orden, no había aglomeraciones ni reclamos. Las personas que llevaban su comprobante de domicilio, credencial de elector y el cintillo pasaban sin problemas.
Una trabajadora de Bienestar les pidió a los vecinos que eviten el papeleo de comprobante de domicilio, que esperen a que el reparto de enseres llegue a su colonia.