Sin transporte ni servicios de salud viven los desplazados que regresaron a pueblos de Chilapa

Las comunidades de Tepozcuautla, Ahuihuiyuco y Tetitlán de la Lima del municipio de Chilapa continúan sin servicios básicos, el centro de salud permanece cerrado, no hay transporte público regular y existe incertidumbre sobre el funcionamiento de las escuelas en el siguiente ciclo escolar.
La mitad de los vecinos regresó a más de un mes de que prácticamente todos huyeran por temor tras la amenaza anónima de un ataque armado, sustentado en al menos 45 casos de desapariciones y asesinatos en la región desde el 2015, según cálculos de las autoridades comunitarias.
En Ahuihuiyuco la música que se pone en altavoces para todo el pueblo ha vuelto a escucharse, han abierto las tiendas, se puede ver gente en los patios de sus viviendas, campesinos trabajando y vecinos en el centro.
Con melancolía los jefes de los hogares regresaron a recuperar la poca siembra que les dejaron los animales que en el éxodo fueron liberados, a darles de comer a sus animales desahuciados, a buscarlos o a malbaratarlos para tener dinero para comer.
Algunos pobladores claman por cobijas y colchonetas pues en su ausencia sus casas fueron saqueadas. Cuando el alcalde priista de Chilapa, Jesús Parra llevó una jornada asistencialista y celebró que el problema había concluido, su personal anotó a las personas que necesitaban cobijas pero éstas no han llegado.
Las raquíticas despensas que llevó el alcalde y que sirvieron para la fotografía oficial y un video promocional con la frase “por la tierra que queremos”, se acabaron en unas horas.
La nueva construcción de un centro de salud ni siquiera se puso en funcionamiento y con la zozobra y la crisis social actual no hay para cuándo, dijeron los vecinos.
En condiciones aparentemente normales la población de Ahuihuiyuco iba a la vecina Tepozcuautla al centro de salud, pero desde hace un mes está cerrado. La doctora y las tres enfermeras también abandonaron su centro de trabajo.
Los vecinos informaron que a veces los soldados comparten el poco medicamento básico que tienen, pero no tienen ni suero para el piquete de alacrán.
“Acá nos podemos morir”, diji resignada una señora.
Militares en una base en la Comisaría son los encargados de dar seguridad y no hay policías estatales.
En Tepozcuautla las condiciones son las mismas hay tensión en la población que ha regresado y que intenta recuperar su vida, su trabajo y su cotidianidad. La coincidencia en las dos comunidades es la falta de servicios de salud.
La crisis del transporte público inició desde hace unos dos años. Ahora tienen que caminar a Tepehuizco y Lodo Grande, relataron algunos vecinos.
El camión que surte de refresco ha vuelto a subir.
Los niños que egresarían de las escuelas de Tepozcuautla se quedaron sin clausura, regalos y fiesta. La falta de funcionamiento obligó a las escuelas a dar vacaciones.
Los directivos, dijeron padres de familia, prometieron regresar en el siguiente ciclo escolar pero es sólo una expectativa.

Les prometieron seguridad pública en Ahuihuiyuco

El comisario de Ahuihuiyuco, Ambrosio Vázquez Casarrubias informó que la mitad de los habitantes, de unas 250 familias, ya se encuentran en la localidad, que el alcalde de Chilapa les prometió seguridad pública permanente y que gestionaría la regularización del transporte.
Él salió de la comunidad al siguiente día de la amenaza de ataque, entregó el Bastón de Mando en el Ayuntamiento al síndico procurador Esteban García García.
Dijo que aunque persiste el temor los vecinos van a esperar, “qué vamos hacer, ni modo de salirse nuevamente, hay que esperarse”.
Solicitó al gobierno del estado y al federal patrullajes en los caminos y los alrededores de la comunidad.
El comisario de Tepozcuautla, Joaquín González Leyva informó que hay 180 viviendas habitadas, casi la mitad del total. “Están llegando”.
Dijo que desde las 5 de la tarde la gente ya no sale de sus casas y que no hay transporte público, por lo que tienen que caminar a las vecinas comunidades de Tepehuizco y Lodo Grande.
Pidió que el gobierno los apoye con el Ejército y restablecer los servicios de salud.

Se refugian por sus medios en Iguala desplazados por la violencia de Chilapa, La Gavia e Ixcateopan

Unos 60 integrantes de 20 familias que fueron desplazados por la violencia de la comunidad de Tepozcuautla, municipio de Chilapa, se refugiaron en precarias casas en las que viven hacinados y con carencias en una colonia de esta cabecera municipal, donde además hay refugiados de La Gavia, San Miguel Totolapan, e Ixcateopan.
Los desplazados por la violencia advirtieron que no regresarán a su comunidad “porque si regresamos ya sabemos lo que nos espera, la muerte”, informaron este martes las familias que desmintieron al alcalde de su municipio, el priista Jesús Parra García, quien afirmó que los que huyeron por la violencia ya habían regresado.
La tarde del martes las familias fueron visitadas por el director del Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos) de Chilapa, Manuel Olivares Hernández, organismo que está levantando un censo de las familias desplazadas por la violencia de Chilapa.
Las víctimas llegaron a Iguala en diferentes momentos, algunas ya llevan un año, otras desde septiembre y las más recientes, unas siete familias llegaron entre el 7 y el 9 de junio pasado.
El miedo es evidente, no quieren que nadie sepa de su ubicación y dudan en ser parte de la petición de reubicación que se planteó en la reunión con integrantes del Centro Morelos.
Al presentarse ante unas nueve familias que llegaron poco a poco al encuentro, Manuel Olivares dijo que la seguridad de las familias es responsabilidad del Estado, “pero al ser incapaces de dar esas garantías vuelve a las familias víctimas de desplazamiento forzado”.
En la reunión se dijo que las familias huyeron con miedo y a escondidas de la delincuencia organizada, sacaron únicamente ropa y algunas pertenencias que podían llevar cargando, pocos sacaron más cosas porque no tienen vehículo.
Las familias que abandonaron sus casas, pertenencias y animales de corral no sabían cómo estaban sus pertenencias pero dijeron que no regresarán.

A un hombre le desaparecieron a dos hijos; la presencia policiaca y militar no sirve, afirma

Uno de los desplazados, un hombre de unos 65 años dio a conocer que le desaparecieron a dos de sus hijos de 26 y 18 años el 24 de febrero, afirmó que no sirve de nada que el Ejército y la Policía Estatal estén en la comisaría, pues dejan el resto de la comunidad, las carreteras y los caminos desprotegidos. Informó que también fue amenazado por los delincuentes para que saliera del pueblo o lo matarían.
Expuso que los hombres ya no podían salir a trabajar por miedo a ser asesinados al ser confundidos en la disputa en esa zona, entre los grupos de la delincuencia organizada Los Ardillos y Los Rojos, “no podíamos ya salir ni a la esquina a comprar a la tienda y menos a Chilapa o a las tierras de cultivo porque teníamos miedo de ya no regresar, sólo estábamos encerrados en las casas”.
Otro desplazado narró que él con su esposa y sus cuatro hijos dejaron su casa, caballos, aves de corral, algunas reces y puercos, los cuales tuvieron que soltar para que pudieran alimentarse solos. También dejaron el maíz que habían cultivado para autoconsumo.
Dio a conocer que ante la precaria condición en la que viven se apoyan entre las familias con la alimentación, comparten un refrigerador que uno logró sacar de su casa.
Agregó que no regresarán a Chilapa por miedo a que la delincuencia les arrebate sus hijo de 17 y de 14 años, y tiene otros dos de 9 y de seis años y mencionó que antes de que ellos huyeran del lugar los delincuentes se llevaban a los adolescentes de 13 y 14 años para obligarlos a trabajar para ellos, “preferimos salirnos y dejar todo, como quiera la vida es lo más importante”.
Un caso más es el de una familia que también huyó dejando todo luego de que delincuentes querían obligar al jefe de familia a servir como informante de un grupo, dieron a conocer que en los medios de comunicación en Tepozcuautla vieron que en su casa hubo saqueo de pertenencias, aun así no piensan regresar.
Informaron que a otras colonias de Iguala llegaron más familias de desplazados de su comunidad, por lo que la cantidad exacta de cuantas familias están refugiadas en Iguala no se sabe.

Vivir en casas prestadas y sin ayuda del gobierno

Sin la ayuda del gobierno las familias con apenas escolaridad de secundaria, primaria y otros sin ningún estudio, narraron las precarias condiciones en las que viven hasta diez personas en una pequeña vivienda de unos seis metros cuadrados, con piso de tierra, en su mayoría sin camas ni trastes para cocinar porque todo lo dejaron en sus casas que abandonaron.
Padecen hambre a pesar de que los hombres salen todos los días a buscar empleo “de lo que haya”, las casas carecen de los servicios básicos como drenaje y agua que en esta temporada aprovechan las lluvias para captar un poco, y en el caso de la energía eléctrica a algunos les prestan los vecinos.
Los adolescentes tuvieron que dejar la preparatoria y los menores fueron incorporados al kínder y a una primaria cercana a donde están.
Una de las mujeres informó que solicitaron que fuera cambiado a este municipio el lugar para que puedan recibir el apoyo de Prospera, ya que desde que salieron huyendo de su comunidad no lo han recibido.
En el encuentro con integrantes del Centro Morelos la representante del asentamiento al que llegaron la mayor parte de desplazados por la violencia, quien pidió omitir toda información de su ubicación, indicó que según el censo que tiene son unas 100 personas de 40 familias que recibieron de desplazados por la violencia, de estos más de la mitad son niños menores de 9 años y pocos adolescentes de entre 12 y 17 años.
Indicó que son unas 25 familias de Tepozcuautla, Chilapa, siete de La Gavia en San Miguel Totolapan y tres de Ixcateopan, a las que les buscaron algunas casas desocupadas donde podían quedarse.
Informó que las autoridades locales y estatales ya saben de la situación.

Abandonan vecinos tres comunidades de Chilapa ante amenazas de sicarios, informa Siempre Vivos

 

Familias de las comunidades de Ahuiyuco, Tepozcuautla y Tetitlán, municipio de Chilapa, están abandonando la zona ante las bandas del crimen organizado que se disputan la plaza y los amenazan.
Las familias solicitaron desde el martes el apoyo del Colectivo Siempre Vivos, informó el presidente de esa agrupación José Díaz Navarro, quien consultado vía telefónica dijo que en los últimos tres días los habitantes de esos pueblos han recibido amenazas mediante mensajes en cartulinas y en mantas para que abandonen las localidades.
Fuentes de la cabecera municipal informaron que la noche del martes irrumpieron hombres armados a Ahuiyuco e incendiaron algunas casas, pero oficialmente no se pudo confirmar la versión, el vocero en materia de seguridad, Roberto Álvarez Heredia no respondió las llamadas telefónicas.
“Desde antier (el martes) me llamaron y ayer (el miércoles) con más urgencia”, dijo el presidente del colectivo Siempre Vivos, Díaz Navarro, quien ha venido acompañando a los familiares de las víctimas de desapariciones y asesinatos en la zona baja de la región de La Montaña.
Informó que le avisaron que algunas familias de esas localidades buscan refugio en la cabecera municipal o en la capital del estado ante las amenazas que han venido recibiendo desde el martes, y que se intensificaron el miércoles, “cuando les dejaron hasta mantas”.
Sin embargo admitió que no tiene con precisión la información de lo que está pasando en esas localidades y que acudirá a Ahuiyuco este viernes, para corroborar la información, “porque me están pidiendo que vaya a ver sus casas cómo están, o bien a apoyar a algunas que quieren salir y no pueden por el riesgo”.
Informó que una de las familias más asesinadas es la de Bernardo Carreto González, familiar de cinco desaparecidos (tres de ellos sus hijos) quien fue asesinado en diciembre del 2015 en Ahuiyuco.
Las comunidades de Ahuiyuco, Tepozcuautla y Tetitlán están asentadas en una zona que desde el año 2015 se disputan los grupos criminales Los Ardillos y Los Rojos.
En Ahuiyuco el 16 de enero cuatro hombres fueron encontrados ejecutados, dos en ese pueblo y dos más en el crucero de la comunidad de Amate Amarillo, a unos 15 minutos.
En Tetitlán de la Lima, en enero pasado fue detenido un presunto líder del grupo criminal de Los Rojos, de nombre Enedino, lo que provocó el recrudecimiento de la violencia en la zona.
Fuentes de la cabecera municipal informaron que la noche del martes hombres armados entraron a la comunidad de Ahuiyuco e incendiaron algunas viviendas y que debido a la gravedad del caso el gobierno estatal solicitó presencia militar y envió a la Fuerza Estatal. La versión no pudo ser confirmada oficialmente. El vocero Roberto Álvarez no respondió las llamadas telefónicas.

Ejecutan en Chilapa al padre de tres jóvenes desparecidos en mayo y familiar de otros dos

El padre de tres jóvenes desaparecidos que desde mayo exigía públicamente su presentación, Bernardo Carreto González, de 49 años, así como la de otros dos familiares, fue asesinado en un camino de terracería en el municipio de Chilapa.
La víctima es también hermano del ex director de Seguridad Pública de Chilapa, Silvestre Carreto, cesado en julio de 2014 por el Grupo de Coordinación Guerrero, por no “resultar confiable”, y del que hasta el momento no se sabe nada.
Con Bernardo Carreto suman siete familiares asesinados del ex jefe de la policía de Chilapa, entre ellos dos menores de edad.
Reportes policiacos precisaron que el homicidio ocurrió alrededor de las 2 y media de la tarde del martes, en un camino de terracería entre las comunidades de Tepozcuautla y Ahuihuiyuco.
Conducía una camioneta Nissan blanca, placas 74-44FMC de la ruta Chilapa-Ahuihuiyuco, e iba acompañado por tres pasajeros, que eran su esposa y sus dos nueras, cuando hombres armados le dispararon; el conductor perdió el control y volcó a unos metros del camino, muriendo en ese momento.
Las autoridades policiacas y ministeriales confirmaron que Bernardo Carreto recibió un balazo en la cara y que los pasajeros que viajaban con él resultaron ilesos.
Bernardo Carreto, junto con familiares de 14 desaparecidos en mayo, durante la incursión de hombres armados del sur del municipio, reclamaba públicamente la presentación de sus tres hijos: Víctor, Juan y Miguel Carreto Cuevas, de 15, 21 y 25 años de edad.
Según la denuncia ante autoridades ministeriales, los hermanos fueron vistos por última vez el 10 de mayo en un retén que  civiles armados instalaron en la entrada a Chilapa.
Además de a sus tres hijos, también buscaba a Crispín Carreto González de 39 años, y a su hijo Samuel Carreto Vázquez, de 15.
Los familiares de los desaparecidos ya se habían constituido en la asociación civil Siempre Vivos, a la que pertenecía Bernardo Carreto.
Este grupo se reunió en su momento con el gobernador Rogelio Ortega Martínez, el fiscal Miguel Ángel Godínez Muñoz, el comisionado general de la Policía Federal Enrique Francisco Galindo Ceballos, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación Roberto Campa Cifrián y con otros funcionarios, así como con peritos de la Procuraduría General de la República, que tomaron su denuncia ministerial y muestras de ADN.
Hasta ayer, ninguno de los familiares tenía información sobre el paradero de sus parientes.
Bernardo Carreto se reunió en dos ocasiones con Héctor Astudillo Flores: en su calidad de gobernador electo, el 14 de octubre, y como gobernador constitucional apenas el 16 de diciembre, en esta cabecera municipal, donde fue acompañado por el recién nombrado fiscal general del estado, Xavier Olea Peláez.
El mandatario estatal, en su última reunión ofreció enviar en enero de 2016 una iniciativa al Congreso del Estado para la creación de una Comisión Especial para  investigar las desapariciones ocurridas en mayo pasado durante la irrupción de los pobladores armados del sur del municipio.
Como publicó El Sur, el 3 de noviembre, el hijo de Silvestre Carreto, Alejo Carreto Cuevas de 27 años de edad fue asesinado a balazos cerca de su casa en la comunidad de Ahuihuiyuco, municipio de Chilapa. El 9 de noviembre en la comunidad de Tetitlán de las Limas, en una persecución armada seis personas fueron asesinadas, entre ellas cinco familiares de Silvestre Carreto, dos menores de edad.

Ejecutan a cinco familiares del ex secretario de SP y a otro hombre en una comunidad de Chilapa

 

Tres hombres, una niña, un niño y una mujer fueron asesinados en una incursión de civiles armados en la comunidad de Tetitlán de las Limas, municipio de Chilapa; cinco víctimas eran familiares del ex secretario de Seguridad Pública municipal, Silvestre Carreto González.
La Secretaría de Seguridad pública municipal recibió por la tarde una denuncia de que civiles armados habían incursionado a la comunidad de Tepozcuautla y que estaban “levantando gente”.
Tepozcuautla se ubica a 40 minutos al noroeste de la cabecera municipal, cerca de Ahuihuiyuco, donde el 3 de noviembre fue ejecutado un hijo del ex director de Seguridad Pública de Chilapa, Carreto González.
Entre las 5:30 y las 6 de la tarde, se trasladaron al lugar policías municipales, de las Fuerzas Estatales, federales y efectivos del Ejército.
De acuerdo con fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, cuatro hombres armados con rifles de asalto AK-47, cuernos de chivo, que viajaban a bordo de un taxi llegaron a Tepozcuautla para buscar a las victimas, dándoles alcance en la comunidad vecina de Tetitlán de las Limas.
Reportes policiacos indican que fueron encontrados seis cuerpos asesinados con rifles AK-47, o cuerno de chivo.
Una víctima, identificada como Moisés Calzada Rendón, fue hallada cerca de una camioneta blanca con placas HD-75-355 de Guerrero; en otro lugar se encontraron los cuerpos de otras cinco personas cerca de un taxi de Chilapa número 012, que fue incendiado.
También corrió la versión de que los cinco cuerpos habrían sido degollados, entre ellos tres hombres, una mujer y una niña.
Otra de las víctimas era un niño de un año de edad y otro una niña de siete años, así como María Guadalupe Carreto González, mamá de los dos menores; Rubén Carreto Carreto y Antonio Godínez Cortés.
El 3 de noviembre, el hijo del ex director de Seguridad Pública de Chilapa, Silvestre Carreto González, Alejo Carreto Cuevas fue asesinado a balazos cerca de su casa en la comunidad de Ahuihuiyuco, municipio de Chilapa.
El 2 de este mes, dos hombres fueron asesinadas a balazos en la comunidad de Atzacoaloya, en este municipio.
El domingo 25 de octubre, en dos hechos distintos, por la mañana fue asesinado un chofer de transporte público cerca del tianguis dominical, en la cabecera municipal; y horas antes, fueron hallados dos cuerpos, uno de ellos de una mujer degollada, en la carretera Tixtla-Chilapa, entre las comunidades de Chautla y Amate Amarillo.
El jueves 29 de octubre, la Secretaría de Seguridad Pública reportó el hallazgo del cuerpo sin vida de una persona tirada boca abajo y con un disparo de arma de fuego en la orilla de la carretera, a unos 100 metros del Colegio de Bachilleres en los límites de la localidad de Acatlán y la cabecera de Zitlala.
El viernes 30, reportes oficiales confirmaron que cinco personas fueron encontradas sin vida en la cabecera y sus alrededores; una fue encontrada en el bulevar Eucaria Apreza, frente a una Secundaria Técnica; el cuerpo de un taxista ejecutado fue hallado en la carretera que conduce a Acatlán, y otros tres cuerpos sin vida y semidesnudos fueron encontrados en la orilla de la carretera Chilapa-Tixtla, en el crucero a la comunidad de Chautla.
El sábado 31, fuentes policiacas informaron que el cuerpo de un hombre decapitado fue hallado en la carretera Chilapa–Acatlán; la víctima estaba entre la vegetación, recargada en un poste.