Para sobrevivir a la pobreza, la mitad de la población nahua de San Juan Totolcintla se hizo migrante

San Juan Totolcintla, municipio de Mártir de Cuilapan (Apango), es un pueblo nahua casi abandonado. El 50 por ciento de sus aproximadamente 3 mil habitantes ha emigrado ante la insensibilidad de los tres órdenes de gobierno, pues a pesar de la abundante agua que les provee el río Balsas se debaten en la pobreza, viven marginados y olvidados del apoyo oficial.
La localidad se encuentra a unos 40 minutos de recorrido desde el entronque con la Autopista del Sol que está cerca del puente Solidaridad, y para llegar se debe pasar por las comunidades de Tula del Río y San Agustín Oxtotipan, también del municipio de Mártir de Cuilapan. Frente a estos pueblos, cruzando el río, están San Francisco Ozomatlán, municipio de Huitzuco y Ahuetlixpa, de Mártir de Cuilapan.
En todos estos pueblos sus habitantes se ven obligados a emigrar debido a la pobreza y la falta de empleos. En San Juan Totolcintla, del 50 por ciento que se van el 30 por ciento son jornaleros agrícolas, y un 20 por ciento son migrantes en Estados Unidos. Los primeros salen por temporadas de seis meses de su pueblo y los segundos los abandonan años, o ya no regresan.
Los migrantes han logrado algún progreso que se evidencia con amplias casas de arquitectura moderna, aunque la mayoría están abandonadas en las orillas del pueblo o en pleno centro, con vistosas fachadas de cantera.
En cambio las de los jornaleros se ven ruinosas y desvencijadas. Son construcciones pequeñas, de adobe o madera, pero igual permanecen abandonadas y cerradas hasta que sus propietarios regresan, “la mayoría peor que como se fueron, porque lo que fueron a ganar fue sólo para ir al día”, contó el presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Totolcintla, Melquiades García Ríos, un ex jornalero que ha recorrido varios estados del país.
Muchos, incluso, no regresan con vida, como Fresnia Juárez Domínguez de apenas 13 años y su prima Diana Juárez Villegas de 18.
Ambas vecinas de esta comunidad perdieron la vida en un accidente automovilístico el 10 de febrero cuando eran trasladadas en una camioneta de redilas de Autlán de Navarro, Jalisco, a la huerta Casimiro Castillo donde se empleaban en el corte de tomate.
En ese accidente hubo ocho muertos, seis mujeres y dos hombres. De las mujeres cinco eran de Guerrero pero sólo tres fueron trasladadas el domingo 12 de febrero a sus comunidades de origen. Fresnia y Diana fueron sepultadas el 13 de febrero en San Juan Totolcintla y Evelin Domínguez Juárez, de 12 años, ese mismo día en Ahuetlixpa.
Las otras dos mujeres eran de San Francisco Ozomatlán, localidad de la misma zona nahua. Ellas no fueron trasladadas para ser sepultadas en su comunidad por la precariedad económica de sus familiares, quienes las inhumaron en Autlán, según contaron los vecinos de Totolcintla.
En el accidente también hubo 18 heridos, la mayoría originarios de estas comunidades bordeadas por el río Balsas.
Estas muertes consternaron a los habitantes de estos pueblos y responsabilizaron no sólo a las empresas que contratan a los migrantes por las condiciones en que los tienen trabajando, también a las autoridades de los tres órdenes de gobierno por la falta de proyectos y oportunidades para arraigar a los habitantes y evitar que salgan en busca de trabajo a otros lugares, a pesar de que se puso en marcha aquí en 2013 el programa federal Cruzada Nacional contra el Hambre que resultó un fraude, según la queja de don Melquiades García Ríos.
Consultado en una visita al pueblo, el presidente del Comisariado de Bienes Comunales declaró que lo que hace falta en San Juan Totolcintla es mucha inversión del gobierno, “todos sabemos que aquí se echó a andar el plan piloto de la Cruzada Nacional contra el Hambre pero desgraciadamente nosotros nunca la vimos”.
Denunció que “así como llegaron los técnicos así se fueron, muchos ni nos dimos cuenta pero se llevaron la lana (el dinero) de las dependencias y nosotros seguimos igual, no hay empleo, no hubo proyectos productivos, no hubo inversión para arraigar a la gente, como se dijo que era el objetivo (del programa)”.
Dijo que por eso los habitantes se ven obligados a emigrar sobre todo a los estados del norte del país, e incluso a los Estados Unidos, “de donde nos han mandado también como a tres muertos porque se han accidentado, pero el gobierno no se da por enterado, se entierran con la cooperación de los paisanos que están allá”.

El 50 por ciento de los habitantes abandonó el pueblo

García Ríos dijo que los migrantes o jornaleros de este pueblo se van con la esperanza de sacar adelante a su familia, “pero muchos allá encuentran la desgracia, otros regresan peor que como se fueron porque lo que les pagan apenas les alcanza para ir al día”.
Mientras que los que se quedan se dedican a las labores del campo, sobre todo a la siembra de maíz para el autoconsumo, otros siembran sandía, cortan leña y las mujeres tejen la cinta o elaboran sombreros. Según el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), San Juan Totolcintla cuenta con 3 mil 60 habitantes, de los cuales según Melquiades García Ríos el 50 por ciento ha abandonado la comunidad. De éstos el 30 por ciento se va de jornaleros agrícola a otros estados y el 20 por ciento es de migrantes que radican en Estados Unidos.
“Los que se van como jornaleros a otros estados del país como Colima, Nayarit, Jalisco, Michoacán o Morelos se van por temporadas, regresan cada seis meses. Pero los que van a Estados Unidos se van por 10 o 15 años, algunos, incluso desde que se fueron no han regresado”.
El líder agrario dijo que en el caso de los jornaleros la mayoría regresa en peores condiciones que cuando se fueron, “nunca regresan en mejores condiciones, si se van es para irla pasando con toda la familia. Se van todos porque aquí no hay un empleo y si aquí no lo encuentran se van para allá pero regresan otra vez sin nada, vienen a sembrar y otra vez se van. En realidad nunca mejora su condición de vida”.
De los que se van de migrantes a Estados Unidos reconoció que se ve la mejoría, “la mayoría está construyendo, tienen su dinero ahorrado en el banco, otros tienen ganado, y son pocos los que regresan igual o peor que cuando se fueron”.
Mencionó el caso de un amigo suyo, Faustino Linares, quien hace poco comenzó a construir en el Mirador, cerca del puente Solidaridad, un restauran y habitaciones tipo hotel, pero que el gobierno federal y el que tiene la concesión de la carretera no lo dejan, le quieren cerrar.
Cuando menos este martes 21 de febrero la soledad que denota el pueblo abandonado se disipó con la algarabía de sus pocos habitantes, que se concentraron en la Comisaría y en la cancha techada del centro del pueblo. Allí celebraron el Día Internacional de las Lenguas Indígenas.
Los maestros de la Escuela Primaria Intercultural Bilingüe Francisco Villa se encargaron del festejo, organizaron bailables, danzas, poesías corales y narraron cuentos en nahua y en español.
Desde la mañana la banda de música de viento del pueblo, en la que toca Melquiades García Ríos, amenizó la fiesta y acompañó a la danza de Los Chinelos.
En la mesa del presídium estuvieron las autoridades educativas y el comisario municipal, Marcial Barrios Jiménez.

No hay trabajo

Al final de la celebración, volvió a la realidad, “en San Juan Totolcintla no tenemos trabajo, por eso la gente sale a buscarlo a otros estados en donde se emplean en los diferentes cultivos”.
Después se quejó, “tenemos bastante agua en el río pero nos falta el recurso para poder extraerla y utilizarla, y la gente tiene que buscar la forma de sobrevivir, por eso abandona el pueblo”.
Denunció que el gobierno los tiene abandonados y que la gente que se queda, “algunos se mantienen de la siembra de sandía, de milpa o de papaya, pero lo hacen por su propia cuenta, no tienen los recursos como camionetas para transportar su producto y venderlo en otros lugares”.
Barrios Jiménez declaró que a los pocos que les va bien en este pueblo es a los que tienen familiares trabajando en Estados Unidos, pero que ahora ellos también están en riesgo por las medidas antiinmigrantes del nuevo presidente Donald Trump.
Contó que la gente que se va a Estados Unidos está temerosa por la amenaza de ser deportada, y dijo que entre enero y febrero dos habitantes de esta localidad ya fueron deportados.
Consideró que las medidas asumidas por el nuevo gobierno estadounidense van a afectar a San Juan Totolcintla porque los migrantes que trabajan en Estados Unidos envían recursos a sus familias, y la mayoría construye sus casas y da empleo a la gente de la región, pero que si las medidas en contra de ellos se endurecen van a tener que regresarse y dejar de mandar ese dinero.
Informó que los migrantes también aportan sus cooperaciones para las obras del pueblo, como drenaje, pavimentación de calles, agua o canchas deportiva.
Casi a las 3 de la tarde, San Juan Totolcintla volvió a ser un pueblo abandonado. Sus calles lucían solitarias y la mayoría de sus casas permanecían cerradas y abandonadas. La monotonía se interrumpía sólo por la música que se transmitía desde un altavoz colocado en lo alto de algún lugar del pueblo. A través del aparato “Cristian” mandaba saludos y felicitaciones a “Yamilet” por su cumpleaños.
Llamó la atención los nombres de los jovencitos, evidentemente contrastaban con el festejo que recién había terminado con motivo del Día Internacional de las Lenguas Indígenas que parece que también quieren emigrar, no han podido arraigarse.

La Procuraduría Agraria no interviene en Ahuetlixpa porque no se lo pidieron, dice el delegado

 

El delegado de la Procuraduría Agraria (PA) en Guerrero, Ezequiel Zúñiga Galeana afirmó que esa dependencia no ha intervenido en el conflicto entre San Francisco Ozomatlán, municipio de Huitzuco y Ahuetlixpa, municipio de Mártir de Cuilapan (Apango), porque no fue solicitado por los pobladores “ante los intereses de abogados particulares que han llevado el caso”.
Desde el 22 de mayo, más de 400 indígenas nahuas de Ahuetlixpa están incomunicados luego de que sus vecinos de San Francisco Ozomatlán cerraron la carretera con una cerca de postes y alambre de púas, debido a un conflicto por 89 hectáreas de tierra.
Según los comuneros del núcleo agrario de San Juan Totolcintla, al que pertenece Ahuetlixpa, el conflicto es por 89 hectáreas de tierra, pero los de San Francisco Ozomatlán aseguran que es por más de 600 hectáreas.
Vía telefónica el delegado de la Procuraduría Agraria informó que el conflicto está a cargo de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios, la Secretaría de Asuntos Políticos del gobierno estatal y del Tribunal Unitario Agrario (TUA).
Detalló que la dependencia federal intervino con algunas asesorías en el TUA, sin embargo, las comunidades en conflicto tienen abogados particulares.
“Cuando los ejidos no tienen quién los represente en el Tribunal, el mismo Tribunal ordena asesorar a un sujeto agrario o a un ejido, pero cuando se presentan con abogados particulares nosotros ya no somos parte en el litigio, que es lo que sucede en esta ocasión”, expuso.
Agregó que si los pobladores hubieran requerido el apoyo de esa Procuraduría para resolver el conflicto, “tal vez ya se hubiera arreglado, pero en este caso la dependencia no interviene, pues lo no pedido es lo no concedido… y si no te buscan es porque no te necesitan”.
El delegado enfatizó que de momento no tienen una vía conciliatoria para resolver ese conflicto porque no forman parte del mismo, y dijo que los abogados particulares alejan a los pobladores de la Procuraduría Agraria, “por una simple razón: ellos cobran y nosotros no”.
Zúñiga mencionó que el TUA sabe que la Procuraduría no interviene en el problema, y que “en el momento de que nos presentemos a una audiencia nos rechazarían; entonces para qué voy”, dijo.
Por otro lado, se dio a conocer que la presidenta municipal de Mártir de Cuilapan, Felícitas Muñiz Gómez reconoció que sigue sin resolverse el conflicto agrario por el que habitantes de San Francisco Ozomatlán mantienen bloqueado al pueblo de Ahuetlixpa.
La alcaldesa refirió que la situación es grave, pues los habitantes nahuas de Ahuetlixpa siguen incomunicados, y actualmente la única salida que tienen es por el río Balsas, el cual se encuentra muy crecido.

Corresponde al TUA resolver el conflicto entre Ahuetlixpa y Ozomatlán, dice la alcaldesa de Apango

La presidenta municipal de Mártir de Cuilapan (Apango), Felicitas Muñiz Gómez reconoció que no se ha podido resolver el conflicto agrario por el que habitantes de San Francisco Ozomatlán, municipio de Huitzuco, mantienen bloqueado el pueblo de Ahuetlixpa, de Mártir de Cuilapan. Este miércoles, los habitantes de ese pueblo cumplirán un mes con su carretera cerrada.
Consultada ayer al respecto, la alcaldesa del partido Movimiento Ciudadano, declaró que la solución del conflicto depende de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios del gobierno del estado y del Tribunal Unitario Agrario (TUA) de Iguala.
Explicó que la alcaldía solamente está participando en las pláticas, pero que hasta ayer no se había resuelto el conflicto.
Mientras tanto, los más de 400 habitantes de la localidad seguían bloqueados por los comuneros de San Francisco Ozomatlán, quienes desde el 22 de mayo cerraron la carretera que comunica a Ahuetlixpa con una cerca de postes y alambre de púas.
“No se ha podido llegar a un arreglo, apenas el viernes de la semana pasada estuvo el personal del Tribunal Unitario, y hoy están en Ahuetlixpa realizando el trabajo de medición para determinar qué comunidad tiene la razón”, informó la alcaldesa.
El conflicto agrario, según los comuneros del núcleo agrario de San Juan Totolcintla, del que es anexo Ahuetlixpa, es de 89 hectáreas de tierras, pero según los de San Francisco Ozomatlán es de más de 600 hectáreas.
La alcaldesa Muñiz Gómez informó que el diferendo se resolverá cuando el TUA termine el trabajo que comenzó desde el 15 de junio.
Dijo que, mientras tanto, la situación es grave porque los habitantes de Ahuetlixpa siguen incomunicados y que en el Ayuntamiento, “hemos estado muy atentos por el problema que se está viviendo allí y nos preocupa porque los de San Francisco Ozomatlán les han estado cerrando el paso, y actualmente la única salida que tienen es el río y actualmente ya está crecido”.
Sin embargo aseguró que la autoridad municipal no puede hacer nada porque la solución está en el TUA, que depende del gobierno federal, e informó que precisamente ayer se encontraban en un recorrido en Ahuetlixpa.
Muñiz Gómez dijo que, por lo pronto la autoridad municipal no puede emitir una opinión de quién tiene la razón, “porque no nos corresponde y porque sería irresponsable de mi parte”.
Es el gobierno federal el que tiene que determinar quién tiene la respuesta adecuada”, dijo.
Por lo pronto, aseguró que la autoridad municipal ha estado pendiente del problema que viven los habitantes de la comunidad bloqueaba, dijo que han estado en constante comunicación con la presidencia municipal y que la autoridad local les ha apoyando en la medida que ha sido posible, pero la presidenta no precisó en qué concretamente les ha apoyado.
Aseguró que cuando menos los habitantes y las autoridades municipales, “tomamos decisiones juntos para que no se sientan solos y las decisiones sean acertadas”, dijo.

Cumple 23 días el bloqueo a Ahuetlixpa; se reúnen con el gobierno pero no hay acuerdos

 

Habitantes de Ahuetlixpa, municipio de Mártir de Cuilapan, cumplieron este martes 23 días con el acceso a su comunidad bloqueado por comuneros de San Francisco Ozomatlán, Huitzuco, a raíz de un conflicto agrario; mientras que el gobierno del estado citó ayer a una reunión a las partes confrontadas, que siguen sin llegar a acuerdos.
La reunión fue a puerta cerrada en la Secretaría de Gobierno; consultado al final de la reunión, el subsecretario de Asuntos Agrarios, Fernando Jaimes Ferrel no quiso dar detalles del encuentro, argumentando que, “ya estamos avanzando en el diálogo, pero si damos a conocer los avances se podrían echar a perder los acuerdos”.
Sin embargo, asistentes al encuentro aseguraron que el conflicto sigue igual y que no existen posibilidades de solución a corto plazo, debido a que las dos partes se encuentran cerradas en sus posturas.
Mientras tanto, los casi 400 habitantes de Ahuetlixpa siguen con su carretera bloqueada desde el 22 de mayo por los comuneros de San Francisco Ozomatlán, quienes reclaman más de 600 hectáreas de tierras que, según ellos, tienen los comuneros de San Juan Totolcintla, núcleo agrario del que es anexo Ahuetlixpa.
Según el comisario de Totolcintla, no son 600 hectáreas de tierras las que están en conflicto, sino 89, mismas que reconoce que tienen en posesión, pero porque han sido trabajadas por sus antepasados, aunque ahora se las reclaman sus vecinos de Ozomatlán.
El 13 de junio, el comisariado de Bienes Comunales de Totolcintla, Melquiades García Ríos, el comisario municipal Santiago Méndez Leyva y el comisario de Ahuetlixpa, Juan Cabrera Nájera, enviaron un oficio al gobernador Héctor Astudillo Flores, a quien le solicitan que mientras se resuelve el conflicto, les done una lancha para cruzar el río para “ya no pasar en medio del pueblo de San Francisco Ozomatlán, porque nos resulta incómodo”.
También le piden una camioneta para transportarse de la orilla del río a Totolcintla, y víveres, agua embotellada y medicamentos para la sobrevivencia de los habitantes de Ahuetlixpa”.
Las autoridades de la comunidad explican en su documento que, “nuestros vecinos de San Francisco Ozomatlán, en un principio nos demandaron y nos culparon de robarles tierras que, según ellos les corresponde, y propusieron cotejar documentos, y así lo aceptamos en el Tribunal Agrario 51 de Iguala”.
Sin embargo, agregan que, después de más de tres años el mismo Tribunal comprobó, “que son ellos los que habían parcelado nuestras tierras a sabiendas que no eran suyas”.
En el documento añaden que después de esa declaratoria de un perito en topografía, San Francisco Ozomatlán no acepta los resultados del Tribunal, y que, “como no lograron su pretensión, para chantajear al Tribunal Agrario desde el 22 de mayo bloquearon el único camino de acceso del pueblo anexo de Ahuetlixpa”.
En la reunión de ayer en la Subsecretaría de Asuntos Agrarios, tanto el núcleo agrario de San Francisco Ozomatlán como el de San Juan Totolcintla se mantuvieron en sus posturas; el primer pueblo no liberará el paso hacia a Ahuetlixpa, y el segundo no retirará el cerco de 10 de las 89 hectáreas que están en conflicto.