Es de mala fe el señalamiento de que destruyó milpas en Tlacoachistlahuaca, responde el Ejército

Luego de las acusaciones de vecinos de las comunidades de Santa Cruz Yucucani y Juquila Yucucani, municipio de Tlacoachistlahuaca, de que el Ejército les destruyó sus milpas al aterrizar un helicóptero, el comandante de la Novena Región Militar, Germán Javier Jiménez Mendoza respondió que revisó unos videos de los hechos y “es una muy mala interpretación y de muy mala fe, porque los pobladores no quieren que se destruyan los plantíos (de amapola) y no entienden que es una función de nosotros”.
En breves declaraciones al concluir una actividad de destrucción de armas en las instalaciones del 56 Batallón de Infantería en la región militar, en Cumbres de Llano Largo, se le preguntó y respondió que se estableció un diálogo para que los vecinos “entiendan que nosotros no estamos en contra de ellos, estamos en contra de toda una serie de ilícitos que se cometen a raíz de la siembra de amapola”.
De que los soldados acampan a unos 3 kilómetros de las comunidades de Santa Cruz y Juquila porque no los dejan pasar los habitantes, dijo que están en donde están los plantíos, “no tenemos por qué estar donde está la población”.
Advirtió que todos los plantíos que se encuentran en la zona van a ser destruidos.
Respecto de que la siembra de amapola es la forma de vida de muchas familias, el general consideró que esa es la polémica, pero “a nosotros nos obliga la ley y ellos están en una situación fuera de la ley”.
Añadió que deben cambiar sus cultivos por algo más productivo, con menos trabajo y más beneficios. Agregó que van a estar en comunidades desde Cruz Grande para entregar útiles escolares y medicinas.
Del repunte de la violencia en Acapulco y a qué lo atribuye evitó responder, “ahí no podría ser temerario en dar una opinión”.
Pidió que las “notas fueran más analíticas y vieran en términos generales cómo vamos al año pasado, es un motivo de análisis profundo que les invito que hagan, el motivo, cuál es la razón en un momento y por unos días repunta la delincuencia”.

 

Acampan soldados a 3 kilómetros de Santa Cruz y Juquila Yucucani; vecinos les impiden pasar

Vecinos na savi de Santa Cruz Yucucani y de Juquila Yucucani, municipio de Tlacoachistlahuaca, impidieron la tarde y noche del domingo que unos 100 militares entraran a esos dos pueblos, supuestamente a destruir plantíos de enervantes.
Los soldados tuvieron que acampar a unos 3 kilómetros al sur de las dos localidades que se encuentran en las colindancias con el estado de Oaxaca, informó el abogado Mardonio Ramírez García, quien asesora a los comuneros de Juquila Yucucani.
El abogado contó, vía telefónica la tarde de ayer, que después de tres intentos de entrar a las dos comunidades por la carretera la tarde del domingo, los pobladores de Santa Cruz y de Juquila Yucucani se impusieron y les impidieron el paso por la carretera a los militares.
Dijo que los soldados tuvieron que salirse del camino e internarse en el cerro. Explicó que se quedaron, ya entrada la noche, a unos 3 kilómetros al sur de los dos pueblos en donde se quedaron durante todo el día ayer.
Los habitantes de los dos pueblos les impidieron la entrada porque denunciaron que el 6 de marzo los soldados les destruyeron una milpa cuando aterrizaron dos helicópteros en medio de una siembra.
El abogado denunció que ese día, un primer helicóptero aterrizó a las 11 de la mañana en una plantación de milpa y destruyó una amplia extensión del cultivo, agregó que dos horas después aterrizó un segundo helicóptero y acabó con un pedazo de siembra de milpa de uno de los pobladores.
Pero agregó que lo que molestó más a los habitantes de las dos localidades fue que los militares golpearon y empujaron a mujeres embarazadas.
Dijo que desde ese día los habitantes de las dos localidades, están exigiendo a los soldados que les paguen a los campesinos sus cultivos dañados.
Mardonio Ramírez informó ayer, vía telefónica, que los habitantes de las dos localidades se mantienen en las entradas de los dos pueblos para impedir que entren los soldados, porque temen que vayan a detener a algunos de los líderes.
Dijo que ayer enviaron escritos al Ayuntamiento, así como a los gobiernos estatal y federal, para que acudan a esa comunidad a verificar la violación a los derechos humanos que están viviendo por parte de los militares.

 

En comunidad de Tlacoachistlahuaca retienen indígenas a 100 soldados

Retienen indígenas de Yucucani a 100 soldados; piden el pago de maíz que destruyó el Ejército

Ayer los militares pretendían avanzar hacia Santa Cruz y Juquila Yucucani, supuestamente para combatir enervantes. Frente a ellos, campesinos na savi, la mayoría mujeres con palos, se concentraron y les cerraron el paso; los soldados las empujaron para quitarlas del camino, se observa en un video enviado por el abogado de esas comunidades del municipio de Tlacoachistlahuaca. Anoche, un contingente más numeroso de pobladores mantenía bloqueados el paso de las tropas

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Indígenas ñu saavi de Santa Cruz Yucucani y Juquila Yucucani, municipio de Tlacoachistlahuaca, mantenían retenidos la noche de ayer a más de 100 militares que pretendían llegar a esas dos comunidades colindantes con el estado de Oaxaca, supuestamente con la intención de destruir plantíos de enervantes.
El asesor legal de Juquila Yucucani, Mardonio Ramírez García, informó vía telefónica que los habitantes de los dos poblados se encuentran molestos con los soldados porque el 6 de marzo pasado aterrizaron dos helicópteros en medio de la milpa y destruyeron un cultivo cercano a las localidades.
Contó que ese día, habitantes de las dos localidades, en su mayoría mujeres, exigieron a los soldados que se retiraran de sus tierras, y que en respuesta algunas de ellas fueron agredidas por los militares.
Denunció que entre las agredidas a empujones había algunas indígenas embarazadas.
Informó que los soldados se retiraron, ante la presión de la gente.
Sin embargo, este sábado llegaron a San José, una comunidad que se encuentra a unos 8 kilómetros, unos 100 soldados y por la tarde de ayer avanzaban caminando hacia las dos localidades.
La tarde de ayer, pobladores de las dos localidades bloquearon el paso de los soldados a la mitad del camino y ocurrió un conato de enfrentamiento que sólo llegó a los empujones.
En un video enviado a El Sur se observa cómo los soldados avanzan empujando a las mujeres y niños, algunas de ellas con palos en las manos pero son replegadas hacia su comunidad.
Después de las 7 de la noche, un grupo más numeroso de indígenas y ya con hombres adultos entre el contingente, se había apostado en otro punto del camino e impedía el paso a los soldados.
El abogado denunció que el 6 de marzo el primer helicóptero aterrizó a las 11 de la mañana en una milpa y destruyó una amplia extensión del cultivo de maíz.
Agregó que dos horas después aterrizó un segundo helicóptero “y acabó con nuestro pedazo de siembra de milpa”, dijo que le contó el indígena afectado.
Añadió que lo que más molestó a los indígenas de las dos localidades fue que los militares golpearon y empujaron a mujeres embarazadas.
Dijo que ahora los pobladores de Santa Cruz Yucucani y Juquila Yucucani están exigiendo que los militares les paguen la milpa que destruyeron.
El 27 de marzo del año pasado los habitantes de Juquila Yucucani retuvieron al presidente municipal en la comisaría, Juan Javier Carmona Villavivencio, del PT. Según el alcalde los pobladores le exigieron 2 millones de pesos para que lo dejaran libre y como pago por daños ocasionados por militares a sus sembradíos de amapola.
Sin embargo, los indígenas desmintieron días después el señalamiento del alcalde y aseguraron que lo retuvieron porque incumplió con varias obras que fueron compromisos de campaña, entre ellas la construcción de la comisaría municipal, y que por esas obras que no había hecho le pidieron millón y medio de pesos y no 2 millones como lo informó el presidente a los medios de comunicación.
Esta comunidad se dio a conocer a nivel nacional mediante un video que se difundió en las redes sociales en donde aparecen mujeres indígenas ahuyentando con palos y piedras a soldados que intentaban destruir un plantío de amapola en un paraje cercano a Juquila Yucucani.

 

 

Retienen indígenas de Yucucani a 100 soldados; piden el pago de maíz que destruyó el Ejército

Indígenas ñu saavi de Santa Cruz Yucucani y Juquila Yucucani, municipio de Tlacoachistlahuaca, mantenían retenidos la noche de ayer a más de 100 militares que pretendían llegar a esas dos comunidades colindantes con el estado de Oaxaca, supuestamente con la intención de destruir plantíos de enervantes.
El asesor legal de Juquila Yucucani, Mardonio Ramírez García, informó vía telefónica que los habitantes de los dos poblados se encuentran molestos con los soldados porque el 6 de marzo pasado aterrizaron dos helicópteros en medio de la milpa y destruyeron un cultivo cercano a las localidades.
Contó que ese día, habitantes de las dos localidades, en su mayoría mujeres, exigieron a los soldados que se retiraran de sus tierras, y que en respuesta algunas de ellas fueron agredidas por los militares.
Denunció que entre las agredidas a empujones había algunas indígenas embarazadas.
Informó que los soldados se retiraron, ante la presión de la gente.
Sin embargo, este sábado llegaron a San José, una comunidad que se encuentra a unos 8 kilómetros, unos 100 soldados y por la tarde de ayer avanzaban caminando hacia las dos localidades.
La tarde de ayer, pobladores de las dos localidades bloquearon el paso de los soldados a la mitad del camino y ocurrió un conato de enfrentamiento que sólo llegó a los empujones.
En un video enviado a El Sur se observa cómo los soldados avanzan empujando a las mujeres y niños, algunas de ellas con palos en las manos pero son replegadas hacia su comunidad.
Después de las 7 de la noche, un grupo más numeroso de indígenas y ya con hombres adultos entre el contingente, se había apostado en otro punto del camino e impedía el paso a los soldados.
El abogado denunció que el 6 de marzo el primer helicóptero aterrizó a las 11 de la mañana en una milpa y destruyó una amplia extensión del cultivo de maíz.
Agregó que dos horas después aterrizó un segundo helicóptero “y acabó con nuestro pedazo de siembra de milpa”, dijo que le contó el indígena afectado.
Añadió que lo que más molestó a los indígenas de las dos localidades fue que los militares golpearon y empujaron a mujeres embarazadas.
Dijo que ahora los pobladores de Santa Cruz Yucucani y Juquila Yucucani están exigiendo que los militares les paguen la milpa que destruyeron.
El 27 de marzo del año pasado los habitantes de Juquila Yucucani retuvieron al presidente municipal en la comisaría, Juan Javier Carmona Villavivencio, del PT. Según el alcalde los pobladores le exigieron 2 millones de pesos para que lo dejaran libre y como pago por daños ocasionados por militares a sus sembradíos de amapola.
Sin embargo, los indígenas desmintieron días después el señalamiento del alcalde y aseguraron que lo retuvieron porque incumplió con varias obras que fueron compromisos de campaña, entre ellas la construcción de la comisaría municipal, y que por esas obras que no había hecho le pidieron millón y medio de pesos y no 2 millones como lo informó el presidente a los medios de comunicación.
Esta comunidad se dio a conocer a nivel nacional mediante un video que se difundió en las redes sociales en donde aparecen mujeres indígenas ahuyentando con palos y piedras a soldados que intentaban destruir un plantío de amapola en un paraje cercano a Juquila Yucucani.

 

Promesas sin cumplir, burlas y engaños provocaron la retención del alcalde de Tlacoachistlahuaca

Zacarías Cervantes

Juquila Yucucani, Tlacoachistlahuaca

(Segunda de tres partes)

Promesas incumplidas, engaños y burlas del presidente municipal de Tlacoachistlahuaca, Juan Javier Carmona Villavicencio, del Partido del Trabajo, fueron la causa de que indígenas na savi de Juquila Yucucani, la mayoría mujeres, lo retuvieran el 27 de marzo en la comisaría municipal, y lo liberaron cuando firmó un acta en la que se compromete a entregar un millón y medio de pesos “para beneficio de la propia comunidad”. El texto fue escrito a mano y firmado por el alcalde.
En una entrevista este miércoles 5 de abril, ante la presencia de Principales (ex comisarios, que son autoridades tradicionales) del pueblo en la comisaría de la localidad, el comisario Juan Perfecto Aguilar y el líder Benito Zeferino Sánchez aclararon que el dinero lo utilizarían para construir un albergue comunitario, que también les servirá como comisaría municipal, obra que el alcalde se comprometió hacer en 2016 pero incumplió.
La versión de los representantes del pueblo se dio en medio de la polémica que provocaron las declaraciones de Carmona Villavicencio, en el sentido de que los habitantes de este pueblo lo retuvieron en la cárcel de la comisaría y lo liberaron cuando firmó un acta en la que se compromete a pagarles un millón y medio de pesos, como indemnización por los plantíos de amapola destruidos por el Ejército en días recientes.
Con la ayuda del traductor Miguel Ortiz Ortega, el reportero platicó con el comisario Juan Perfecto Aguilar y el líder de Juquila Yucucani, Benito Zeferino Sánchez, quienes acompañados por los Principales del pueblo narraron el origen del conflicto con el alcalde Carmona Villavicencio, quien después de su detención ha emprendido una campaña en contra de este pueblo al que acusa de exigirle un millón y medio de pesos como indemnización por la amapola destruida por los militares.
Zeferino Sánchez explicó de entrada que a diferencia de los anteriores alcaldes, quienes apoyaron con obras o con dinero en efectivo a esta comunidad, Carmona Villavicencio los engañó desde que anduvo en campaña.

Juquila Yucucani, era una colonia de Santa Cruz Yucucani

Por diferencias partidistas Juquila Yucucani se separó de Santa Cruz Yucucani de la que era una colonia a principios del año 2005. Entonces nombró a un comisario propio y sus habitantes comenzaron su gestoría de manera independiente para tener su propia infraestructura social.
Santa Cruz se encuentra en la parte alta de una loma y las casas de Juquila están asentadas en la parte baja, ambos caseríos están separados por una carretera de terracería que cruza a la mitad y por la que se puede llegar en dos horas en vehículo a Putla de Villa Guerrero, Oaxaca.
En el año de la independencia de Juquila de Santa Cruz, el presidente municipal panista Eloy Salmerón Díaz (quien gobernó el periodo 2005-2008) construyó en Juquila Yucucani las dos primeras aulas de la escuela Miguel Hidalgo y Costilla. También les donó una camioneta de 3 toneladas y les construyó la cancha de básquetbol.
El siguiente alcalde, el priista Oswaldo Salmerón Guerrero (2009-2012) construyó el techado de la cancha, introdujo la red de agua potable y pavimentó 100 metros de la calle principal.
El también priista Amando Ramos Brito, quien sustituyó a Oswaldo Salmerón y que gobernó el 2012 al 2015, construyó las otras dos aulas de la escuela primaria y dio a la comunidad 50 mil pesos en efectivo para un terreno que ahora les sirve para usos múltiples.
Zeferino Sánchez contó que en cambio, el petista Juan Javier Carmona Villavicencio, electo para el periodo 2015-2018, es el único que en año y medio que lleva como alcalde no les ha hecho ninguna obra, y que por el contrario los ha engañado y se ha burlado de ellos.
Dijo que los habitantes de Juquila Yucucani no le pidieron nada, y que fue el propio edil quien cuando andaba en campaña les prometió en una primera visita la construcción de la comisaría municipal, la iglesia y un comedor comunitario.
En una segunda visita se reunió con las mujeres de la localidad y se comprometió a comprarles un terreno para construir un centro de salud, les dijo que les donaría una ambulancia para el traslado de los enfermos a Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, o a Ometepec.
Incluso les anunció que “habrá tanta obra” que la gente de la comunidad que se fue de jornalera a los estados del norte del país, “va a regresar porque yo les daré empleos aquí en las obras”, mencionó Zeferino Sánchez.
Desde entonces a algunos habitantes del pueblo les pareció que las del alcalde eran mentiras y que se estaba burlando de ellos, pero le dieron el beneficio de la duda, sobre todo cuando en su discurso de toma de posesión en septiembre del 2015, Juan Javier Carmona dijo que iba a gobernar sin distinción de personas.
“A todos les voy a servir parejo”, dijo entonces el alcalde según los recuerdos del comisario Juan Perfecto quien estuvo en la ceremonia, cuando además, el recién ungido anunció especialmente al contingente que fue de Juquila que a partir del 15 de octubre de 2015 les enviaría a dos maestros pagados por el Ayuntamiento, como lo hizo el anterior alcalde.

Rompen “relaciones de amistad” con el presidente municipal

El 15 de marzo de 2016 acudió a la Presidencia Municipal una comisión para recordarle al alcalde sus compromisos con Juquila Yucucani, pero entonces el presidente municipal Carmona Villavicencio les respondió que él no podía construir la comisaría, porque los gobiernos federal y estatal no le autorizan recursos para ese tipo de obras.

Para los indígenas el albergue en el que planean que también tenga un espacio grande para su comisaría es la obra prioritaria de su pueblo, porque la actual, construida de bloc por ellos mismos, es insuficiente.
Por la respuesta negativa del alcalde desde ese 15 de marzo, los indígenas se desmoralizaron y rompieron “relaciones de amistad” con Carmona Villavicencio.
“Levantamos un acta que remitimos al gobernador Héctor Astudillo Flores para enterarlo de que el presidente municipal nos dijo que no construiría la comisaría”, contó Benito Zeferino.
El comisario Juan Perfecto Aguilar informó que ha acudido cuatro veces al Palacio de Gobierno en Chilpancingo para gestionar la construcción de la comisaría.
También mostró un oficio de fecha 14 de febrero de 2017 enviado al presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez a quien le piden su intervención ante el gobernador Héctor Astudillo Flores, para que el gobierno del estado les construya el albergue comunitario de 30 por 15 metros dentro del cual se incluya la comisaría, “porque el presidente municipal no quiere hacernos obras para nuestra comunidad”, dice el escrito.
Como reacción de sus gestiones ante el gobierno estatal y ante la dirigencia estatal del PRI, el presidente municipal visitó Juquila Yucucani el 14 de marzo pasado y pidió platicar con los habitantes para planear las obras comprometidas, pero como los habitantes ya habían acordado suspender relaciones con él, el comisario le pidió que regresara después porque primero iba a consultarlo con la gente.
Convinieron entonces que Carmona Villavicencio regresara el 26 de marzo. Ese día la mayoría de los vecinos se reunieron en la comisaría para esperar al presidente municipal. Había un ambiente festivo, pero Carmona Villavicencio no llegó.
En su lugar el alcalde mandó a dos ingenieros del Ayuntamiento, quienes sin consultar a los habitantes ni al comisario se dispusieron a medir la actual comisaría municipal, y cuando el comisario Juan Perfecto les preguntó qué hacían, los empleados le contestaron que sacaban las medidas para “armar el proyecto” de la nueva comisaría y que la obra comenzaría el próximo año, “cuando salga el nuevo presupuesto”.
Una mujer se acercó a los ingenieros y les dijo: “no quedamos así, quedamos que el presidente iba a venir hoy, pero vienen ustedes y no quedamos en ese acuerdo”.
El comisario contó que ese día había reunidas como 70 mujeres, aparte los hombres, juntos pasaban de 100. Las más enojadas eran las mujeres y fueron las que sometieron a los dos ingenieros y a otra persona que los acompañaba y los metieron a la cárcel que se encuentra en una esquina de la comisaría.
Contó que a uno de los retenidos le permitieron salir para que fuera a la caseta telefónica que está en Santa Cruz Yucucani y llamara al presidente municipal, para que le dijera que necesitaban verlo a él para que les informara qué obra va a iniciar.
Cuando regresó el empleado les dijo que le contestó una hermana del presidente, y más tarde lo volvieron a mandar a hablar y al regresar esta vez les informó que le contestó un sobrino del presidente y que iría a darles una explicación.
Pero entonces la irritación de los pobladores aumentó, sobre todo entre las mujeres quienes, según Benito Zeferino, tomaron como una burla la información del ingeniero.
A las 2 de la tarde del mismo 26 de marzo llegó a Juquila un sobrino del presidente municipal, acompañado por el director de Seguridad Pública, Jesús Grandeño López, y el secretario general del Ayuntamiento, Arturo Mejía Cristóbal, resguardados por 14 policías municipales.
Las mujeres ya estaban exaltadas y reclamaron a los funcionario por qué no fue el presidente municipal, “en la campaña bien que vino a gritar hasta con aparato (altavoz) para hacer su promoción, ¿y ahora por qué en vez de él manda a su secretario y a su director de seguridad?”.
La gente agarró al secretario del Ayuntamiento y lo metió a la cárcel y sacaron a los dos ingenieros y a su acompañante, “ustedes no van a pagar por culpa de otros”, les dijeron y los dejaron que se fueran.
En seguida le reclamaron al director de Seguridad Pública por qué bajó sólo y no llevó la patrulla, el jefe policiaco les explicó que la había dejado con el chofer arriba, en Santa Cruz Yucucani y las mujeres le ordenaron que fuera a traerla.
Un grupo de mujeres lo siguió, pero luego el director les dijo que la patrulla no se había quedado con el chofer y que él traía las llaves y las mujeres le reclamaron, “por qué andas contando mentiras, no somos tu calzón para que nos andes contando lo que tú quieras”, le reprocharon e intentaron someterlo, pero el funcionario intentó echarse a correr y sacó su pistola en medio de las mujeres.
Las mujeres quisieron quitarle el arma, pero el director de Seguridad Pública la entregó a uno de sus policías, al que se la quitaron después, mientras el jefe policiaco era llevado a la cárcel.
Durante la noche los policías municipales se quedaron en la comisaría de Santa Cruz Yucucani.
Al día siguiente, el 27, permitieron que los dos funcionarios salieran a almorzar a las 10 de la mañana y le pidieron al comisario que los dejara libres, para que fueran a informarle al presidente municipal que querían hablar con él, pero el comisario y los principales les dijeron que no, porque la gente del pueblo se iba a enojar con ellos.
En cambio, les fueron a comprar fichas de Internet a la comunidad vecina para que se comunicaran desde dentro de la cárcel. Ese día se presentó molesto el alcalde y fue detenido y encarcelado por los vecinos.

Juquila Yucucani, el pueblo que encarceló al alcalde de Tlacoachistlahuaca

Zacarías Cervantes

Juquila Yucucani, Tlacoachistlahuaca

(Primera de tres partes)

Entre las 54 localidades del municipio de Tlacoachistlahuaca, Juquila Yucucani era, hasta antes del 27 de marzo, una comunidad desconocida. Desde ese día se dio a conocer mediante una fotografía en la que el presidente municipal, el petista Juan Javier Carmona Villavicencio, está tras las rejas de una reducida celda de la comisaría municipal de ese pueblo.
Sobre el caso hay dos versiones. La del alcalde que dice que los pobladores lo detuvieron para exigirle el pago de 2 millones de pesos como indemnización por la destrucción de plantíos de amapola por militares en días recientes, y la del comisario y representantes del pueblo que aseguran que lo encerraron porque no cumplió con obras prometidas, entre éstas un albergue que también serviría para su comisaría municipal.
Juquila Yucucani es una comunidad de 800 habitantes que hasta antes del 2005 era una colonia de Santa Cruz Yucucani asentada en la falda de un “cerro alargado”, el significado en tu’ un savi (la lengua del pueblo na’ savi) de Yucucani.
Juquila y Santa Cruz Yucucani son dos de las localidades más alejadas de Tlacoachistlahuaca. Se encuentran ubicadas en la parte alta al noreste de la cabecera municipal, en las colindancias con el vecino estado de Oaxaca, a las que se llega en 3 horas y media o en cuatro en vehículo (según la pericia del conductor), partiendo desde Tlacoachistlahuaca, la cabecera del municipio.
La mitad del tramo carretero de la localidad Rancho Viejo a Santa Cruz y Juquila Yucacani, (unos 80 kilómetros) se transita por una accidentada y sinuosa carretera.
Por la distancia y la dificultad para transitar el camino de terracería las actividades económicas de los habitantes de Juquila Yucucani las realizan en Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, que se encuentra a dos horas en vehículo.
Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informan que en Juquila Yucucani hay 89 viviendas. De ellas el 82.46 por ciento cuenta con electricidad, el 87.72 tiene agua entubada, el 1.75 tiene excusado o sanitario, el 17.54 tiene radio, el 22.81 televisión, el 14.04 refrigerador, el 5.26 lavadora, el 8.77 automóvil, nadie tiene computadora personal, el 8.77 por ciento tiene teléfono fijo, y nadie cuenta con teléfono celular ni con Internet.
En esta comunidad el 100 por ciento de sus 800 habitantes es na’ savi (mixteco) y carecen de un centro de salud, médicos y medicamentos, mientras que un sólo maestro que va de vez en cuando, atiende a los 64 niños de primaria.
En el centro de la localidad se encuentra la escuela primaria Miguel Hidalgo y Costilla, es de cuatro aulas construidas de concreto. La mañana del miércoles 5 de abril la escuela estaba cerrada, tres de las cuatro aulas son utilizadas como bodegas y las butacas yacen amontonadas en los rincones.
“El maestro tiene 54 niños de primaria pero muy poco viene, llevamos dos años solicitando al gobierno estatal y al municipio por lo menos dos o tres maestros más, pero no nos responden”, contó el comisario Juan Perfecto Aguilar, mediante el traductor Miguel Ortiz Ortega, mientras mostraba el abandono en que se encuentran los salones y los niños jugando en los patios, o trabajando en el campo con sus padres.
Declaró que han gestionado ante el gobierno del estado una escuela de calidad, pero que les contestó que “no hay recursos de ese programa para comunidades como ésta”.
Los habitantes de Juquila Yucucani no cuentan, además, con un jardín de niños y sólo algunos de los padres llevan a sus hijos a Santa Cruz Yucucani, la comunidad vecina, en donde además siete maestros atienden a 400 alumnos de primaria.
Tampoco hay aquí un centro de salud, y desde hace dos años los habitantes no han recibido respuesta a su solicitud para que les manden cuando menos un enfermero o enfermera y medicamentos.
El comisario denunció que el centro de salud que está en la comunidad de Santa Cruz Yucucani, casi siempre está cerrado porque el médico va dos o tres días por semana y se regresa, e incluso hay semanas que definitivamente no va, “y aunque esté sólo da la consulta, no hay medicamentos”.
Las mujeres embarazadas, los niños con diarrea o vómito, que son lo común en Juquila y Santa Cruz Yucucani, son trasladadas a Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, entre los dolores que les provocan los tumbos que dan las camionetas que atraviesan el cerro por una accidentada carretera sin pavimentar.
A pesar su ubicación alejada de las zonas urbanas y de difícil acceso, los habitantes de Juquila Yucucani no parecen vivir en la pobreza extrema. La mayoría de las casas son construcciones de concreto y hay muchas de dos y hasta tres plantas. En las calles estorba al paso de los vehículos el material de construcción amontonado de las familias que construyen modernas viviendas.
–¿De qué vive la gente aquí, de dónde obtienen sus ingresos?
–Vivimos de la siembra de caña, maíz y frijol, aquí todos nos dedicamos a la agricultura–, responde el comisario mientras recorre con la vista los cerros aledaños desmontados. En los descampados se alcanzan a ver, a lo lejos, plantaciones verdes, difícil de reconocer qué tipo de sembradíos son.
El comisario explicó que antes se dedicaban a la ganadería pero que ahora cada campesino tiene su parcela y ya no quieren que haya ganado suelto, porque provocan daños a los cultivos.
Otro campesino le dijo al traductor que les hace falta una buena carretera para poder sacar a vender sus productos. Contó que el actual presidente municipal, Carmona Villavicencio les aseguró que en marzo del 2016 comenzaría la pavimentación del tramo carretero de Rancho Viejo a Santa Cruz Yucucani, “y ya cumplió un año y no se ve nada”.
Agregó que por eso sus actividades económicas las realizan del lado de Oaxaca, en Putla Villa de Guerrero, que les queda más cerca en comparación con su cabecera municipal, Tlacoachistlahuaca.
En esta comunidad las familias están desprovistas de los apoyos que dan los gobiernos federal y estatal a través de los programas sociales.
El comisario Juan Perfecto explicó que viven muy alejados como para viajar a la capital del estado a hacer los trámites.
“Además no sabemos cómo ni dónde gestionar, sabemos que hay programas sociales para los campesinos y que los adultos mayores reciben apoyos de los gobiernos federal y estatal, pero no sabemos a dónde ni con quien ir”, se quejó el comisario.

Marginación en el pueblo que encarceló al alcalde

Una mujer y sus dos hijos en una calle de Juquila Yucucani donde el pasado lunes 27 de marzo pobladores de esa comunidad de indígenas nu’savi retuvieron al presidente municipal petista en reclamo de obras. Sus habitantes viven de la siembra de caña, maíz y frijol, dijo el comisario a enviados de El Sur. Sólo el 1 por ciento cuenta con sanitario. Foto: Jesús Eduardo Guerrero
Una mujer y sus dos hijos en una calle de Juquila Yucucani donde el pasado lunes 27 de marzo pobladores de esa comunidad de indígenas nu’savi retuvieron al presidente municipal petista en reclamo de obras. Sus habitantes viven de la siembra de caña, maíz y frijol, dijo el comisario a enviados de El Sur. Sólo el 1 por ciento cuenta con sanitario. Foto: Jesús Eduardo Guerrero
Una mujer na’savi con su hijo a un costado hace tortillas de maíz, en el interior de su casa en la comunidad de Juquila Yucucani, Tlacoachistlahuca .Foto: Jesús Eduardo Guerrero
Una mujer na’savi con su hijo a un costado hace tortillas de maíz, en el interior de su casa en la comunidad de Juquila Yucucani, Tlacoachistlahuca .Foto: Jesús Eduardo Guerrero

Juquila Yucucani, el pueblo que encarceló al alcalde de Tlacoachistlahuaca

Viven de la siembra de caña, maíz y frijol, afirma el comisario. Sólo el 1 por ciento de sus habitantes cuenta con sanitario

Zacarías Cervantes

Juquila Yucucani, Tlacoachistlahuaca

(Primera de tres partes)

Entre las 54 localidades del municipio de Tlacoachistlahuaca, Juquila Yucucani era, hasta antes del 27 de marzo, una comunidad desconocida. Desde ese día se dio a conocer mediante una fotografía en la que el presidente municipal, el petista Juan Javier Carmona Villavicencio, está tras las rejas de una reducida celda de la comisaría municipal de ese pueblo.
Sobre el caso hay dos versiones. La del alcalde que dice que los pobladores lo detuvieron para exigirle el pago de 2 millones de pesos como indemnización por la destrucción de plantíos de amapola por militares en días recientes, y la del comisario y representantes del pueblo que aseguran que lo encerraron porque no cumplió con obras prometidas, entre éstas un albergue que también serviría para su comisaría municipal.
Juquila Yucucani es una comunidad de 800 habitantes que hasta antes del 2005 era una colonia de Santa Cruz Yucucani asentada en la falda de un “cerro alargado”, el significado en tu’ un savi (la lengua del pueblo na’ savi) de Yucucani.
Juquila y Santa Cruz Yucucani son dos de las localidades más alejadas de Tlacoachistlahuaca. Se encuentran ubicadas en la parte alta al noreste de la cabecera municipal, en las colindancias con el vecino estado de Oaxaca, a las que se llega en 3 horas y media o en cuatro en vehículo (según la pericia del conductor), partiendo desde Tlacoachistlahuaca, la cabecera del municipio.
La mitad del tramo carretero de la localidad Rancho Viejo a Santa Cruz y Juquila Yucacani, (unos 80 kilómetros) se transita por una accidentada y sinuosa carretera.
Por la distancia y la dificultad para transitar el camino de terracería las actividades económicas de los habitantes de Juquila Yucucani las realizan en Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, que se encuentra a dos horas en vehículo.
Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informan que en Juquila Yucucani hay 89 viviendas. De ellas el 82.46 por ciento cuenta con electricidad, el 87.72 tiene agua entubada, el 1.75 tiene excusado o sanitario, el 17.54 tiene radio, el 22.81 televisión, el 14.04 refrigerador, el 5.26 lavadora, el 8.77 automóvil, nadie tiene computadora personal, el 8.77 por ciento tiene teléfono fijo, y nadie cuenta con teléfono celular ni con Internet.
En esta comunidad el 100 por ciento de sus 800 habitantes es na’ savi (mixteco) y carecen de un centro de salud, médicos y medicamentos, mientras que un sólo maestro que va de vez en cuando, atiende a los 64 niños de primaria.
En el centro de la localidad se encuentra la escuela primaria Miguel Hidalgo y Costilla, es de cuatro aulas construidas de concreto. La mañana del miércoles 5 de abril la escuela estaba cerrada, tres de las cuatro aulas son utilizadas como bodegas y las butacas yacen amontonadas en los rincones.
“El maestro tiene 54 niños de primaria pero muy poco viene, llevamos dos años solicitando al gobierno estatal y al municipio por lo menos dos o tres maestros más, pero no nos responden”, contó el comisario Juan Perfecto Aguilar, mediante el traductor Miguel Ortiz Ortega, mientras mostraba el abandono en que se encuentran los salones y los niños jugando en los patios, o trabajando en el campo con sus padres.
Declaró que han gestionado ante el gobierno del estado una escuela de calidad, pero que les contestó que “no hay recursos de ese programa para comunidades como ésta”.
Los habitantes de Juquila Yucucani no cuentan, además, con un jardín de niños y sólo algunos de los padres llevan a sus hijos a Santa Cruz Yucucani, la comunidad vecina, en donde además siete maestros atienden a 400 alumnos de primaria.
Tampoco hay aquí un centro de salud, y desde hace dos años los habitantes no han recibido respuesta a su solicitud para que les manden cuando menos un enfermero o enfermera y medicamentos.
El comisario denunció que el centro de salud que está en la comunidad de Santa Cruz Yucucani, casi siempre está cerrado porque el médico va dos o tres días por semana y se regresa, e incluso hay semanas que definitivamente no va, “y aunque esté sólo da la consulta, no hay medicamentos”.
Las mujeres embarazadas, los niños con diarrea o vómito, que son lo común en Juquila y Santa Cruz Yucucani, son trasladadas a Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, entre los dolores que les provocan los tumbos que dan las camionetas que atraviesan el cerro por una accidentada carretera sin pavimentar.
A pesar su ubicación alejada de las zonas urbanas y de difícil acceso, los habitantes de Juquila Yucucani no parecen vivir en la pobreza extrema. La mayoría de las casas son construcciones de concreto y hay muchas de dos y hasta tres plantas. En las calles estorba al paso de los vehículos el material de construcción amontonado de las familias que construyen modernas viviendas.
–¿De qué vive la gente aquí, de dónde obtienen sus ingresos?
–Vivimos de la siembra de caña, maíz y frijol, aquí todos nos dedicamos a la agricultura–, responde el comisario mientras recorre con la vista los cerros aledaños desmontados. En los descampados se alcanzan a ver, a lo lejos, plantaciones verdes, difícil de reconocer qué tipo de sembradíos son.
El comisario explicó que antes se dedicaban a la ganadería pero que ahora cada campesino tiene su parcela y ya no quieren que haya ganado suelto, porque provocan daños a los cultivos.
Otro campesino le dijo al traductor que les hace falta una buena carretera para poder sacar a vender sus productos. Contó que el actual presidente municipal, Carmona Villavicencio les aseguró que en marzo del 2016 comenzaría la pavimentación del tramo carretero de Rancho Viejo a Santa Cruz Yucucani, “y ya cumplió un año y no se ve nada”.
Agregó que por eso sus actividades económicas las realizan del lado de Oaxaca, en Putla Villa de Guerrero, que les queda más cerca en comparación con su cabecera municipal, Tlacoachistlahuaca.
En esta comunidad las familias están desprovistas de los apoyos que dan los gobiernos federal y estatal a través de los programas sociales.
El comisario Juan Perfecto explicó que viven muy alejados como para viajar a la capital del estado a hacer los trámites.
“Además no sabemos cómo ni dónde gestionar, sabemos que hay programas sociales para los campesinos y que los adultos mayores reciben apoyos de los gobiernos federal y estatal, pero no sabemos a dónde ni con quien ir”, se quejó el comisario.

No hablará más del caso de la amapola en un pueblo de Tlacoachistlahuaca, dice el alcalde

 

El alcalde del PT de Tlacoachistlahuaca, Javier Carmona Villavicencio afirmó que “ya no le echará más leña al fuego” y no hablará del caso de la comunidad de Juquila Yucucani, donde el 16 de marzo fue destruido un plantío de amapola por el Ejército y un helicóptero militar fue atacado.
Expresó que buscará alternativas para mejorar las condiciones de las comunidades de la zona alta del municipio, donde los habitantes de na savi viven en la pobreza extrema.
Carmona Villavicencio dijo que está buscando ayuda al gobierno del estado, y de la federación para las comunidades ubicadas en los límites con el estado de Oaxaca.
Se buscó ayer al alcalde por teléfono para conocer su postura luego de que el segundo comisario de Juquila Yucucani, Francisco López Aguilar y otros dos vecinos señalaron que es falso que solicitaran al alcalde un millón y medio de pesos como indemnización por la destrucción de la siembra de amapola, y advirtieron que con sus declaraciones ponen en riesgo a la población.
El comisario indicó que el dinero que pidieron al alcalde luego de que fue retenido en la comisaría, sería para la construcción de un albergue que ocuparán como comisaría, mismo que desde el 2015 han solicitado al presidente municipal a quien también le recriminaron que haya construido un albergue en la comunidad vecina de Santa Cruz Yucucani.
Mientras la diputada local del PRD del distrito 16, Rosa Coral Mendoza Falcón, reconoció que los problemas de las comunidades indígenas de esa zona no se han podido atender.
Dijo que a los pobladores no se les puede culpar de la siembra de enervantes, pero que se tienen que buscar alternativas de siembra de cultivos como el maíz, el frijol. “Que los gobiernos de los tres niveles, y no sólo al municipal se le quede la responsabilidad. Que exista una coordinación para generar opciones para la gente y buscar salvaguardar la salud y educación de los ciudadanos”.
En consulta por teléfono opinó que el tema de la legalización medicinal de los enervantes como la amapola es una situación “compleja” que se tiene que estudiar, en el impacto local, nacional e internacional, además de que se tendrían que regular nuevas normas de salud, que no se salga de control su uso, y se tiene que demostrar que es un beneficio para la salud.

 

Falso, que pidieran dinero por la amapola destruida, dicen vecinos de Juquila Yucucani

 

El segundo comisario de la comunidad de Juquila Yucucani, Francisco López Aguilar y los vecinos Benito Zeferino Sánchez y Clemente Santiago de Jesús negaron que hayan exigido un millón y medio de pesos como indemnización al alcalde del PT de Tlacoachistlahuaca, Javier Carmona Villavicencio, por el plantío de amapola que el Ejército destruyó y que ese dinero sería para la construcción de la comisaría.
El señor López Aguilar con ayuda de su traductor expresó que si el presidente municipal de Tlacoachistlahuaca sabe que hay sembradíos de amapola en la comunidad, que denuncie en la Procuraduría General de la República (PGR) de lo contrario se vuelve cómplice.
La autoridad de la comunidad afirmó que “el que caiga, caiga por su propio delito que se está cometiendo”, detalló el periódico regional Diario Alternativo a donde los vecinos acudieron a demandar su derecho de réplica, luego de que el alcalde petista dijo que fue liberado el lunes pasado luego de firmar un documento donde se comprometía dar un millón y medio a los inconformes por los sembradíos de amapola que el Ejército destruyó.
Aclaró que no pidieron una indemnización por la destrucción de sembradíos de amapola que hizo el Ejército, sino que el dinero es para construir la comisaría, porque llevan dos años sin que el alcalde invierta en obra pública en su comunidad.
Según el medo citado le fueron entregadas copias de las solicitudes hechas de los habitantes al alcalde desde el 15 de diciembre de 2015, cuando tenía dos meses de haber asumido la alcaldía, para que les construya un albergue de 30 por 15 metros, que usarían como comisaría del pueblo.
Otro escrito del 14 de enero de 2016 fue entregado al alcalde quien respondió que no haría la comisaría porque no estaba en el presupuesto de 2016, “ni por el gobierno del estado de Guerrero”, sin embargo en la comunidad vecina de Santa Cruz Yucucani fue construido el albergue.
De la retención del secretario de seguridad, así como del secretario general del Ayuntamiento y dos ingenieros, dijo que fue porque llegaron a medir una casa que utilizan como comisaría y realizaron el comentario de que “si es que sale el proyecto hoy, o si no hasta próximos años”.
Afirmó que el alcalde fue retenido por el incumplimiento a las peticiones de obras. De la camioneta fue retenida para presionar al alcalde a invertir en obra pública.
“El compromiso que… estamos pidiéndole al alcalde de Tlacoachistlahuaca, el doctor Juan Javier Carmona Villavicencio, es que cumpla el compromiso de las obras que hizo en su tiempo de campaña, y es lo único que estamos pidiendo. Hemos entregado peticiones en tiempo y forma”, informó.
Agregó que en “el momento que él regrese nos entregue el recurso, el compromiso que se quedó, y ya, se termina el problema”.
Además dijo que al secretario de seguridad se le retuvo el arma porque al momento de la retención la sacó, y por eso quedó en resguardo en la comisaría.
López Aguilar dijo que “en el pueblo se dedican a sembrar frijol, maíz, algunos señores se dedican también a sembrar lo que es jitomate de cáscara, de ese verde, de los criollo, se dedican a sembrarlo. Ese es el trabajo que realizan, pero del conocimiento de lo que se está diciendo que se está diciendo sobre el enervante, no es trabajo de ser humano, eso sí desconocemos nosotros las autoridades”.
El segundo comisario dijo que después de las declaraciones del alcalde a los medios de comunicación ahora temen que las autoridades federales lleguen y los detengan.
Indicó que en un próxima asamblea la población analizará qué procederá con el acuerdo firmado por el alcalde y donde fue testigo el comisario de la localidad, Juan Perfecto Aguilar.

 

Toman en Ometepec la Jurisdicción Sanitaria; piden médicos y enfermeras

 

Desde hace dos años, dos centros de salud que atienden a ocho comunidades na savi de la parte alta de Tlacoachistlahuaca, no tienen médicos, enfermeras ni medicinas, porque no hay trabajadores de la salud que quieran ir a pueblos alejados de la cabecera municipal.
Ayer, desde las 8 de la mañana unos 100 habitantes tomaron las oficinas de la Jurisdicción Sanitaria 06, ubicada en Ometepec, para presionar a las autoridades a enviar a un médico, enfermeras y medicamentos al centro de salud que atiende a las comunidades de Jicayán de Tovar, El Limón Guadalupe y Barranca Estaca.
El comisario, Demetrio Velázquez Hernández, vía telefónica denunció que las solicitudes que han enviado a la Secretaría de Salud del estado (Ssa) han sido ignoradas.
Los habitantes na savi viven a dos horas de recorrido en carro desde la cabecera municipal; los médicos y enfermeras que han sido enviados al lugar no duran más de tres o cuatro meses y son cambiados, pero no repuestos por la Ssa.
Para los habitantes, viajar a Ometepec para recibir la atención de un médico particular es prácticamente imposible, sólo de transporte deben gastar al menos 220 pesos de ida y vuelta, más la consulta, que cuesta de 150 a 400 pesos.
En las comunidades, los campesinos viven de sus cosechas de maíz y frijol principalmente, y de la venta de los granos. La mayoría, si no es que todos los habitantes, que entre las tres comunidades suman 2 mil, viven en la pobreza.
El comisario dijo que el martes pasado, una mujer murió en Jicayán de Tovar, ante complicaciones de su embarazo y la falta de un médico que la atendiera en el centro de salud que desde hace un año no funciona.
Dijo que la última médica que tuvieron estuvo tres meses y la cambiaron, “piden sus cambios porque tienen palancas, el problema es que se deja descubierto y nos dejan abandonados”.
Indicó que antes de la protesta, el viernes todavía hablaron con el jefe de la Jurisdicción, Macario Navarrete Chávez, a quien le reiteraron su necesidad, pero no hubo respuesta.
El comisario contó que en las tres comunidades las enfermedades comunes, como la gripe o la diarrea, son atendidas de forma casera, pero que en algunos casos hay el peligro de que a los niños o a los adultos mayores se les compliquen las infecciones y mueran.
Velázquez Hernández indicó que el alcalde de Tlacoachistlahuaca, Javier Carmona Villavicencio había apoyado la petición de las comunidades ante el gobierno del estado, pero tampoco obtuvo buena respuesta. Por la tarde se informó que hoy serán enviados un médicos y una enfermera.

No se da servicio en dos de los 11 centros de salud del municipio, informa el alcalde

El alcalde Carmona Villavicencio dijo que, además del centro de salud de Jicayán de Tovar, en el de la comunidad de Santa Cruz Yucucani no tiene un médico y sólo está una enfermera desde hace dos años; este centro atiende también a las comunidades de Las Chanecas, Juquila Yucucani, Plan Mamey, San José Rancho Limón y El Trapiche.
En estas comunidades, hay al menos 2 mil habitantes, y están hasta a tres horas y media de recorrido en carro desde la cabecera municipal, aunque en temporada de lluvias el recorrido es de nueve horas, porque no hay una vía pavimentada.
El alcalde sostuvo que ha solicitado médicos a la Ssa, pero la propia dependencia no encuentra a médicos que quieran irse a la comunidad, y los que son enviados buscan la forma de ser cambiados a otros centros de atención en zonas urbanas.
En el municipio hay 11 centros de salud, y sólo estos dos tiene el problema.
El alcalde petista ofreció que el médico que esté dispuesto a ir a trabajar en esas comunidades recibirá una gratificación extra del municipio, porque hay una obligación de atender la salud de los vecinos de la zona alta de Tlacoachistlahuaca.