Irrumpen sicarios en una casa y ejecutan a madre e hija en Sabana Grande, Tepecoacuilco

Soldados del Ejército mexicano patrullan la ciudad de Chilpancingo como parte de los recorridos de seguridad. La imagen ayer en la avenida Francisco Ruiz Massieu Foto: José Luis de la Cruz

 

 

Madre e hija fueron ejecutadas a balazos la tarde de ayer por hombres armados que irrumpieron en su casa, en la orilla de la carretera federal México-Acapulco en la comunidad de Sabana Grande, municipio de Tepecoacuilco.
Con este hecho suman cuatro personas ejecutadas en el municipio de Tepecoacuilco en lo que va del año, de acuerdo con el recuento de notas publicadas en El Sur.
Según fuentes policiacas a las 7:20 de la tarde de ayer se dio a conocer que un policía municipal de Tepecoacuilco reportó al 911 que en una casa ubicada junto a la gasolinería que está a un costado de la entrada principal a la comunidad de Sabana Grande, se escucharon disparos, por lo que solicitaban apoyo.
Se dio a conocer que a las 8 de la noche, 40 minutos después del reporte, llegaron policías estatales al lugar y confirmaron que en una casa en la que también hay una fonda, había dos mujeres ejecutadas a balazos.
La primera se localizó recostada boca arriba en una cama con varios impactos de bala y el tiro de gracia en la frente, fue identificada como Aloina de 43 años. Asimismo se localizó el cuerpo de su hija de nombre Guadalupe, de 28 años, la cual estaba hincada en el piso y recargada en otra cama, también tenía el tiro de gracia en la cabeza.
Según información de las autoridades un familiar de las dos víctimas narró que tres hombres armados que llegaron a bordo de un vehículo blanco irrumpieron por la fuerza a la casa, dispararon en contra de las dos mujeres y huyeron en el mismo carro en el que llegaron.
Se dio a conocer que durante las diligencias fueron hallados dos casquillos percutidos calibre .9 milímetros, y los dos cuerpos fueron trasladados a la morgue de Iguala.

 

Ejecutan en Zotoltitlán a ex comisario y a su hijo en la zona del manantial en conflicto con Apango

 

El cuerpo del ex comisario de Zotoltitlán, Ricardo Fiscal, quien fue ejecutado por hombres armados, en la zona del manantial y las válvulas de la red de agua que surte a la cabecera municipal, Apango. Foto: El Sur

Un comando de sicarios atacó a vecinos de Zotoltitlán, municipio de Mártir de Cuilapan, y mató al ex comisario municipal Ricardo Fiscal Estrada y a su hijo, el niño Ricardo Fiscal Saltillo, en la zona donde se encuentra el manantial y las válvulas de la red de agua que surten a ese pueblo y a Apango, la cabecera municipal.
“Nos estaban venadeando desde el cerro, dijo uno de los pobladores que fue golpeado y abandonado amarrado por dos de los hombres armados, uno de ellos con un rifle AK-47 o cuerno de chivo.
El pueblo de Zotoltitlán cerró las válvulas de la red de agua que surte a la cabecera municipal desde el 2 de marzo como protesta porque la presidenta municipal Felícitas Muñiz Gómez, no cumplió una minuta de acuerdos de compromisos de obras para esa localidad.
En respuesta los habitantes de Apango bloquearon la carretera Apango-Zotoltitlán desde el 11 de marzo.
Ayer pobladores de Zotoltitlán fueron atacados por unos 12 hombres armados que llegaron a las orillas del pueblo, donde se encuentra el manantial del agua en conflicto y a unos 100 metros las válvulas de la red de agua que surte a la cabecera municipal.
En el ataque que ocurrió aproximadamente a las 2 y media de la tarde murió el ex comisario y su hijo Ricardo, otros dos pobladores fueron golpeados y abandonados amarrados en la zona.
A la hora del ataque se encontraban cerca de la zona del manantial seis pobladores, dos fueron asesinados, otros dos fueron golpeados y amarrados y dos más escaparon ilesos, informó la fuente.
Uno de los golpeados consultado vía telefónica informó que él y su acompañante andaban arreglando los corrales cerca del manantial del agua cuando dos hombres armados los agarraron por sorpresa, los golpearon y los dejaron amarrados. Contó que después atacaron a balazos al ex comisario y a su hijo cerca de la zona.
Enseguida llegaron unos 10 hombres armados a bordo de una camioneta roja con quienes se fueron los dos agresores, rumbo a la comunidad de La Esperanza por el lado oriente de Zotoltitlán.
Dijo que los agresores no son de la zona y que no tenían aspecto de campesinos o indígenas, y que suponen que vienen de las comunidades de Chilapa.
El síndico municipal, Benito Sánchez Ayala confirmó el ataque y dijo que los pobladores impidieron que los cuerpos fueran trasladados al Servicio Médico Forense de Chilpancingo.
Informó que él se encontraba circunstancialmente en el Palacio de Gobierno cuando le notificaron de los hechos y que solicitó de manera urgente una audiencia con el secretario de gobierno, Florencio Salazar Adame y que el funcionario intervino para que enviaran a esa localidad a soldados del Ejército y a la Policía Estatal.
Sánchez Ayala informó que algunos pobladores de Apango estaban proponiendo al gobierno estatal que intervinieran el Ejército y la Policía Estatal para abrir las válvulas de la red de agua, pero que a raíz de estos acontecimientos no hay condiciones para que se tome una medida así.

En enero pidieron seguridad ante la presencia de hombres armados, pero no les hicieron caso

El 27 de enero vecinos de ese lugar denunciaron la presencia en ese pueblo de un grupo de al menos 25 hombres armados que recorrían las calles y pretendían asumir el control del pueblo. Entonces el comisario municipal Sabino Sevilla Rodríguez demandó a los gobiernos del estado y federal que enviaran fuerzas de seguridad para resguardar al pueblo, pero no fue atendida su petición.
En una reunión el 7 de marzo habitantes de la localidad denunciaron que la presidenta municipal mal informó al gobierno estatal, en el sentido de que no era verdad la presencia de ese grupo armado.
Ayer uno de los pobladores responsabilizó a los gobiernos federal, estatal y municipal de las muertes del comisario municipal y su hijo debido a que no atendieron su petición de seguridad.
Declaró que los dos asesinatos son consecuencia del conflicto por el agua que no han querido resolver los gobiernos estatal y municipal.
Aseguró que uno de los atacantes antes de disparar al ex comisario y de su hijo gritó: “venimos de parte de la presidenta municipal”.
Tras los asesinatos los pobladores acordaron reforzar los retenes en las entradas del pueblo, y advirtieron que van a actuar en contra de toda persona extraña que llegue al pueblo.

Ya se investiga el doble homicidio, dice el vocero

El vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia dijo que la Policía del Estado “reforzó la seguridad en Apango” después de los homicidios del excomisario de Zotoltitlán y su hijo, ocurridos alrededor de las 3 de la tarde de este jueves, mientras agentes de la Fiscalía General del Estado hacían las diligencias de ley.
Dijo que al lugar acudió el comisario Sabino Sevilla Rodríguez, quien confirmó que los cuerpos correspondían a Ricardo de 65 años, y su hijo Antonio de 18. Los familiares de ambos no permitieron su traslado a las instalaciones del Servicio Médico Forense para que se les practicara la necropsia de ley.
Álvarez Heredia añadió que poco después de las 4 de la tarde una comisión de vecinos de Apango encabezada por el síndico Benito Sánchez, acudió a Palacio de Gobierno donde solicitaron una investigación a fondo y el reforzamiento de la seguridad en esa población, por lo que elementos de la Policía Estatal acudieron a esa cabecera municipal, “sumándose a las acciones de búsqueda de los responsables del doble asesinato”.

 

Matan a ex comisario y a su hijo en la zona del manantial en conflicto con Apango

Ejecutan en Zotoltitlán a ex comisario y a su hijo en la zona del manantial en conflicto con Apango

Fueron atacados por unos 12 hombres armados con cuernos de chivo, informan. “Nos estaban venadeando desde el cerro”, dijo un vecino, de dos que fueron golpeados y amarrados

Un comando de sicarios atacó a vecinos de Zotoltitlán, municipio de Mártir de Cuilapan, y mató al ex comisario municipal Ricardo Fiscal Estrada y a su hijo, el niño Ricardo Fiscal Saltillo, en la zona donde se encuentra el manantial y las válvulas de la red de agua que surten a ese pueblo y a Apango, la cabecera municipal.
“Nos estaban venadeando desde el cerro, dijo uno de los pobladores que fue golpeado y abandonado amarrado por dos de los hombres armados, uno de ellos con un rifle AK-47 o cuerno de chivo.
El pueblo de Zotoltitlán cerró las válvulas de la red de agua que surte a la cabecera municipal desde el 2 de marzo como protesta porque la presidenta municipal Felícitas Muñiz Gómez, no cumplió una minuta de acuerdos de compromisos de obras para esa localidad.
En respuesta los habitantes de Apango bloquearon la carretera Apango-Zotoltitlán desde el 11 de marzo.
Ayer pobladores de Zotoltitlán fueron atacados por unos 12 hombres armados que llegaron a las orillas del pueblo, donde se encuentra el manantial del agua en conflicto y a unos 100 metros las válvulas de la red de agua que surte a la cabecera municipal.
En el ataque que ocurrió aproximadamente a las 2 y media de la tarde murió el ex comisario y su hijo Ricardo, otros dos pobladores fueron golpeados y abandonados amarrados en la zona.
A la hora del ataque se encontraban cerca de la zona del manantial seis pobladores, dos fueron asesinados, otros dos fueron golpeados y amarrados y dos más escaparon ilesos, informó la fuente.
Uno de los golpeados consultado vía telefónica informó que él y su acompañante andaban arreglando los corrales cerca del manantial del agua cuando dos hombres armados los agarraron por sorpresa, los golpearon y los dejaron amarrados. Contó que después atacaron a balazos al ex comisario y a su hijo cerca de la zona.
Enseguida llegaron unos 10 hombres armados a bordo de una camioneta roja con quienes se fueron los dos agresores, rumbo a la comunidad de La Esperanza por el lado oriente de Zotoltitlán.
Dijo que los agresores no son de la zona y que no tenían aspecto de campesinos o indígenas, y que suponen que vienen de las comunidades de Chilapa.
El síndico municipal, Benito Sánchez Ayala confirmó el ataque y dijo que los pobladores impidieron que los cuerpos fueran trasladados al Servicio Médico Forense de Chilpancingo.
Informó que él se encontraba circunstancialmente en el Palacio de Gobierno cuando le notificaron de los hechos y que solicitó de manera urgente una audiencia con el secretario de gobierno, Florencio Salazar Adame y que el funcionario intervino para que enviaran a esa localidad a soldados del Ejército y a la Policía Estatal.
Sánchez Ayala informó que algunos pobladores de Apango estaban proponiendo al gobierno estatal que intervinieran el Ejército y la Policía Estatal para abrir las válvulas de la red de agua, pero que a raíz de estos acontecimientos no hay condiciones para que se tome una medida así.

En enero pidieron seguridad ante la presencia de hombres armados, pero no les hicieron caso

El 27 de enero vecinos de ese lugar denunciaron la presencia en ese pueblo de un grupo de al menos 25 hombres armados que recorrían las calles y pretendían asumir el control del pueblo. Entonces el comisario municipal Sabino Sevilla Rodríguez demandó a los gobiernos del estado y federal que enviaran fuerzas de seguridad para resguardar al pueblo, pero no fue atendida su petición.
En una reunión el 7 de marzo habitantes de la localidad denunciaron que la presidenta municipal mal informó al gobierno estatal, en el sentido de que no era verdad la presencia de ese grupo armado.
Ayer uno de los pobladores responsabilizó a los gobiernos federal, estatal y municipal de las muertes del comisario municipal y su hijo debido a que no atendieron su petición de seguridad.
Declaró que los dos asesinatos son consecuencia del conflicto por el agua que no han querido resolver los gobiernos estatal y municipal.
Aseguró que uno de los atacantes antes de disparar al ex comisario y de su hijo gritó: “venimos de parte de la presidenta municipal”.
Tras los asesinatos los pobladores acordaron reforzar los retenes en las entradas del pueblo, y advirtieron que van a actuar en contra de toda persona extraña que llegue al pueblo.

Ya se investiga el doble homicidio, dice el vocero

El vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia dijo que la Policía del Estado “reforzó la seguridad en Apango” después de los homicidios del excomisario de Zotoltitlán y su hijo, ocurridos alrededor de las 3 de la tarde de este jueves, mientras agentes de la Fiscalía General del Estado hacían las diligencias de ley.
Dijo que al lugar acudió el comisario Sabino Sevilla Rodríguez, quien confirmó que los cuerpos correspondían a Ricardo de 65 años, y su hijo Antonio de 18. Los familiares de ambos no permitieron su traslado a las instalaciones del Servicio Médico Forense para que se les practicara la necropsia de ley.
Álvarez Heredia añadió que poco después de las 4 de la tarde una comisión de vecinos de Apango encabezada por el síndico Benito Sánchez, acudió a Palacio de Gobierno donde solicitaron una investigación a fondo y el reforzamiento de la seguridad en esa población, por lo que elementos de la Policía Estatal acudieron a esa cabecera municipal, “sumándose a las acciones de búsqueda de los responsables del doble asesinato”.

 

Cinco muertos en ataques a sitios de taxis en Acapulco, cuatro de ellos choferes

Cuatro taxistas y un hombre muertos en ataques a tres sitios; un degollado en Puerto Marqués

En uno de los atentados, un hombre de unos 65 años de edad resulta herido con una bala en una pierna

Jacob Morales Antonio

Este miércoles tres ataques a balazos a sitios de taxis en el centro y en la zona suburbana dejaron cinco hombres muertos, de los cuales cuatro eran choferes y otro resultó gravemente herido. Además fue encontrado un joven degollado en un auto-lavado en la glorieta de Puerto Marqués.
Los atentados contra los choferes del transporte público iniciaron a las 10 de la mañana con el ataque a un chofer de una urvan de la ruta Centro-Fovissste, en la calle Diego Hurtado de Mendoza, a una cuadra de la transitada avenida Cuauhtémoc, cerca del Mercado Central, en la colonia Progreso.
De acuerdo con fuentes de Seguridad Pública, el chofer resultó herido a balazos en la cabeza y el pecho, y fue trasladado a un hospital grave. El hecho registrado causó temor y por un momento obligó a algunos negocios de mercería a cerrar sus cortinas en dicha calle.
A las 12:30 del día, en la en la puerta de entrada de la tienda Woolworth ubicada en la avenida Cuauhtémoc, a unos cien metros de la Costera un taxista fue acribillado, en el sitio de taxis “Humbor” 252. a pesar de la gran cantidad de gente que pasaba por el lugar y salía de la tienda comercial.
El cuerpo del chofer uniformado con una playera blanca y pantalón azul, quedó entre la banqueta y la puerta del copiloto del taxi número económico 4680 ante las expresiones de asombro de la gente que pasaba por el lugar.
Media hora después del hecho, la gente y los vendedores ubicados en la banqueta seguían sus actividades de manera habitual, como si nada hubiese pasado.
Un turista canadiense que salía de comprar de la tienda, preguntó a un reportero si el hombre había fallecido por causas naturales o a balazos, al obtener la respuesta de la ejecución, el hombre de unos 70 años con asombro y miedo de inmediato se alejó de la zona.
El asesinato del taxista pudo haber sido captado por las cámaras de seguridad de la tienda, porque dos de ellas están exactamente en la entrada. En el lugar la policía del estado detuvo a dos hombre, uno de ellos por estar tomando fotografías y regresar a la zona en varias ocasiones.
Mientras en el centro continuaban las diligencias, a la 1:20 de la tarde otro ataque se registró ahora en el sitio de taxis de la ruta alimentadora ubicado en la esquina de la calle Niños Héroes y la avenida Cuauhtémoc, de la Progreso, (a un lado del centro mecánico Firestone), misma que llega hasta la avenida Ruiz Cortines.
En el lugar quedó tendido boca abajo el cuerpo del taxista Ricardo, que recibió impactos de bala en la cabeza, mientras que un hombre de nombre Rogelio fue trasladado al hospital de El Quemado donde a las 5 de la tarde falleció, también de impactos de bala en la cabeza. De acuerdo con las autoridades ministeriales que llegaron al lugar, ambos tenían entre 35 y 40 años de edad.
A la hora del ataque aun había clases en la primaria del Colegio Español, cuya puerta está a 50 metros del lugar del atentado, posteriormente se observó llegar a algunos padres por sus hijos.
Otro ataque se suscitó en el transitado bulevar Vicente Guerrero, en el sitio de taxis ubicado frente a la plaza comercial Caracol, en la colonia Vacacional, en el lugar quedaron los cuerpos de dos personas, un hombre de unos 40 años de edad, y un joven de unos 20 años que recibió un balazo en la boca.
De acuerdo con versiones de testigos, cuando los militares llegaron al lugar, uno de los efectivos trató de revivir al taxista, sin embargo éste ya había fallecido; por este ataque otro hombre de unos 65 años de edad, resultó herido con una bala en una pierna, quien fue enviado al hospital de El Quemado. En el lugar las autoridades ministeriales localizaron al menos 25 casquillos percutidos.

El degollado

En otro hecho, a las 9 de la mañana fue reportado a las autoridades el hallazgo del cuerpo de un joven de unos 25 años de edad en el interior de un negocio de autolavado ubicado en la lateral del bulevar de Las Naciones, a escasos 15 metros de la glorieta de Puerto Marqués, en dirección hacia el Cayaco.
Según versiones que obtuvo la policía federal que llegó al lugar, el joven llegó la noche del martes y pidió alojo en el lugar y por la mañana fue encontrado muerto adentro de una caseta de la Coca-cola.
El cuerpo de joven fue encontrado por los trabajadores del lugar cuando llegaron a iniciar su jornada laboral. Por el hecho, al lugar llegó dos patrullas de militares, una de federales, otro de estatales y una de municipales. El cuerpo fue enviado al servicio médico forense sin ser reconocido.

Hallan un desmembrado en pueblo de San Luis Acatlán y ejecutan a otro hombre en Coyuca

Reportan a una mujer y a sus dos hijos, uno de 7 años y otra de 11 meses, desaparecidos en Chilapa y a una estudiante de secundaria en Iguala. Hieren a balazos a un hombre en Chilpancingo

Jacob Morales Antonio , Luis Blancas y Alejandro Guerrero

Acapulco, Chilpancingo e Iguala

Un hombre desmembrado fue encontrado la noche del martes en Piedra Ancha, San Luis Acatlán, y otro fue asesinado a balazos en el centro de Coyuca de Benítez.
El reporte fue a los policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) a las 9 de la noche del martes, quienes informaron que en el lugar fueron encontradas las piernas y los brazos cortados cerca del tronco del cuerpo.
Al lugar llegaron policías municipales y el agente del Ministerio Público que hizo las diligencias, levantó el cuerpo y lo mandó a una funeraria habilitada como Servicio Médico Forense (Semefo) en Marquelia.
El cuerpo del hombre podría pertenecer a la cabeza humana encontrada el 9 de febrero en la entrada del panteón municipal de la cabecera municipal, la parte del cuerpo era de un joven identificado como Said de 16 años.
Mientras que en Coyuca de Benítez según un reporte de la Policía Municipal, a las 8:20 de la noche enfrente de la terminal de autobuses, un hombre de unos 40 años de edad fue acribillado.
La víctima recibió al menos un impacto de bala en la cabeza, calibre 9 milímetros. El lugar fue acordonado por los policías municipales, mientras policías ministeriales realizaron las diligencia y trasladaron el cuerpo al Servicio Médico Forense de Acapulco sin ser identificado.

Las desapariciones en Iguala y Chilpancingo

Una mujer y sus dos hijos, entre ellos un bebé de 11 meses, desaparecieron la tarde del lunes cuando salieron de su casa en el barrio San José en Chilapa y no se sabe de su paradero, mientras que ayer en Iguala se denunció en la agencia del Ministerio Público la desaparición de una niña de 14 años, alumna de la escuela secundaria Técnica 70 Vicente Guerrero Saldaña, desaparecida desde el 29 de enero.
En la página de Facebook Chilapa Sufre 2 que comparte noticias sobre la violencia en la región, se publicó que la señora María del Rocío Ramírez Nava de 25 años, su hijo Christopher Luciano Ramírez de 7 años y su bebé de 11 meses de nacida salieron de su casa este lunes a las 3 de la tarde y no han sido localizados.
En Chilapa son comunes las desapariciones de personas. El 23 de enero cinco comerciantes originarios de la comunidad indígena Coxolitla de Arriba del municipio de Acultzingo, Veracruz, fueron desaparecidos y después hallados desmembrados en 15 bolsas de plástico.
El 24 de enero la joven Azucena Abarca Vargas de 17 años junto a su bebé de una semana de nacida y su esposo desaparecieron en Chilapa, dos días después fueron encontrados asesinados y la bebé fue hallada viva dentro de una hielera.
La desaparición de la niña de 14 años ocurrida el 29 de enero en Iguala, ayer fue denunciada por sus padres ante la agencia del Ministerio Público. Se dio a conocer que es vecina de la colonia Martín Aceves González y ayer se desconocía su paradero.
Según la información que dieron a conocer fuentes ministeriales, la niña fue vista por última vez hace un mes, luego de que salió de su casa para ir a la Escuela Secundaria Técnica, donde estudiaba en el turno vespertino.
Los familiares de la menor informaron que no habían denunciado el hecho porque anteriormente había escapado de la casa pero regresaba días después, pero ahora ya pasó un mes y no se sabe de ella.
En otro hecho la noche del martes un hombre resultó herido de bala luego de ser atacado por dos hombres que iban en un taxi, en la colonia Obrera al norte de Chilpancingo.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal informaron que minutos después de las 11:30 de la noche del martes, recibieron un reporte de que había una persona herida de bala en la calle Ricardo Flores Magón.
El hombre de unos 40 años caminaba por la calle cuando fue atacado por dos hombres. Paramédicos de la Cruz Roja atendieron al herido porque tenía impactos de bala en el abdomen y brazo, después lo trasladaron al Hospital General Raymundo Abarca Alarcón para recibir atención médica.
Roban una camioneta y una motocicleta cerca del cuartel militar de Iguala

En hechos distintos hombres armados robaron con violencia una motocicleta en el bulevar Heroico Colegio Militar, y en el estacionamiento de la plaza Galerías Tamarindos un hombre armado robó una camioneta, ambos asaltos ocurrieron cerca de las instalaciones del 27 Batallón de Infantería.
Fuentes policiacas informaron que a la 1:40 de la madrugada de ayer dos hombres armados a bordo de una motocicleta robaron una Yamaha Ray ZR modelo 2018, a un vecino de la colonia Américas en el bulevar Heroico Colegio Militar.
El motociclista fue amagado por los dos delincuentes cuando iba hacia su casa, y después del robo de su motocicleta y otras pertenencias los asaltantes huyeron sin que nadie intentara detenerlos.
Además a las 9:40 de la noche del martes un hombre armado con una pistola asaltó al propietario de una camioneta Toyota pick up doble cabina, en el estacionamiento de la plaza comercial Galerías Tamarindos, a donde fue al cine.
El propietario del vehículo de hombre Inocencio dijo que cuando iba a abrir su camioneta le llegó por la espalda un hombre que llevaba una pistola, y bajo la amenaza de matarlo le quitó las llaves, la cartera y teléfono celular y se fue.

Ocupan 25 sicarios la comunidad de Zotoltitlán, Apango, denuncian vecinos

Han pedido la presencia de la Policía Estatal, del Ejército y de otras fuerzas federales, pero nadie ha acudido a ayudarlos, dice el comisario. El grupo armado llegó el miércoles de la semana pasada y patrullan las calles, dice que va contra extorsionadores y amenaza a los pobladores

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Pobladores de Zotoltitlán, municipio de Mártir de Cuilapan (Apango), encabezados por el comisario municipal Sabino Sevilla Rodríguez denunciaron la presencia de entre 20 y 25 sicarios que tienen bajo amenaza a los vecinos.
En conferencia de prensa el comisario municipal denunció que han pedido la presencia de la Policía Estatal, del Ejército y de otras fuerzas federales, pero que nadie ha acudido a ayudarlos.
Los hombres armados llegaron a Zotoltitlán el miércoles de la semana pasada y entraron a una casa donde se establecieron, presionando a los habitantes, desde entonces recorren las calles de la comunidad y mantienen amenazados a los habitantes de la comunidad, dicen que van en contra de extorsionadores y no han agredido físicamente a ningún habitante.
El comisario municipal y una comisión de los representantes de Zotoltitlán denunciaron las amenazas del grupo armado y que no han puesto una denuncia formal ante las autoridades estatales debido a la presencia de los sicarios.
El comisario acompañado del representante de la comunidad, Romero Avilés Martínez, denunció que presionan a los habitantes hombres armados con rifles de grueso calibre.
Denunció que los hombres armados llegaron a la comunidad desde el miércoles de la semana pasada en dos camionetas, y que se distribuyeron en varias partes del pueblo.
Dijo que desde hace ocho días entraron a una casa de una adulta mayor que vive sola, en donde se quedaron a dormir cinco días.
Denunció que los habitantes de la comunidad demandaron la presencia de la Policía Estatal y del Ejército mexicano pero que nadie ha acudido a apoyar a la población.
El comisario municipal exigió que las autoridades intervengan para que los habitantes salgan a las calles y al centro de la ciudad para ejercer sus actividades políticas, como las venían realizando desde que los comerciantes atendieron sus peticiones.

Descubrí la infinidad de obras y facturas sin concepto de la alcaldesa, dice el síndico

También denunció que la alcaldesa Felícitas Muñiz Gómez no ha ejercido en esa comunidad más de 12 millones 988 mil 920 mil pesos del año fiscal 2017.
La representación denunció que Muñiz Gómez con el RFC del Ayuntamiento y registrado ante el SAT reportó ante el Síndico Municipal, Benito Sánchez Ayala y a las autoridades municipales.
Dijo que también se tiene información de los recibos de pago a familiares y aviadores en 2015 donde destacan su hermana, Yucundina Muñiz Gómez con un sueldo de 6 mil 109.20 pesos, su hija Vicky Anahí Nava Muñiz con 10 mil 933.90, su sobrino Edgar Geovany Muñiz Alquiciras con 7 mil 419, otra sobrina Denysse Amairani Muñiz Cardera con un sueldo de 3 mil 60, Guadalupe Guerrero Zacarías a quien le pagan 2 mil 508.60, Emelia Torres Chino con 3 mil 8 pesos y “su chacho” quien desfiló el 24 de febrero de abanderado del Ayuntamiento, y cobra 3 mil 109.05, entre otros familiares de la alcadesa.
Lo anterior configura el delito de nepotismo, aseguró el sindico Sánchez Ayala, porque la alcaldesa tiene solicitud de revocación de mandato ante el Congreso del estado, por nepotismo, corrupción y autoritarismo entre otros señalamientos.
“Me habían bloqueado al acceso al SAT de las adquisiciones y pagos que se hacían con el RFC del Ayuntamiento de Mártir de Cuilapan, y en estos días en calidad de apoderado legal del Ayuntamiento pude tener acceso al SAT, y descubrí la infinidad de obras y facturas sin concepto que Muñiz Gómez comprobó ante Hacienda federal”, aseguró Sánchez Ayala.
Dijo que se configuran delitos fiscales estas falsificaciones de costos, facturas y obras inexistentes que representan varios millones de pesos, “y me veo obligado a denunciar penalmente a la alcaldesa”.
Dijo que también denunció ante la Auditoría Superior de la Federación y ante la Secretaría de la Función Pública para que investigue al auditor general, Alfonso Damián Peralta, “porque permitió que Muñiz Gómez cometiera estos fraudes y no sancionó como corresponde”.

 

Ocupan 25 sicarios la comunidad de Zotoltitlán, Apango, denuncian vecinos

Pobladores de Zotoltitlán, municipio de Mártir de Cuilapan (Apango), encabezados por el comisario municipal Sabino Sevilla Rodríguez denunciaron la presencia de entre 20 y 25 sicarios que tienen bajo amenaza a los vecinos.
En conferencia de prensa el comisario municipal denunció que han pedido la presencia de la Policía Estatal, del Ejército y de otras fuerzas federales, pero que nadie ha acudido a ayudarlos.
Los hombres armados llegaron a Zotoltitlán el miércoles de la semana pasada y entraron a una casa donde se establecieron, presionando a los habitantes, desde entonces recorren las calles de la comunidad y mantienen amenazados a los habitantes de la comunidad, dicen que van en contra de extorsionadores y no han agredido físicamente a ningún habitante.
El comisario municipal y una comisión de los representantes de Zotoltitlán denunciaron las amenazas del grupo armado y que no han puesto una denuncia formal ante las autoridades estatales debido a la presencia de los sicarios.
El comisario acompañado del representante de la comunidad, Romero Avilés Martínez, denunció que presionan a los habitantes hombres armados con rifles de grueso calibre.
Denunció que los hombres armados llegaron a la comunidad desde el miércoles de la semana pasada en dos camionetas, y que se distribuyeron en varias partes del pueblo.
Dijo que desde hace ocho días entraron a una casa de una adulta mayor que vive sola, en donde se quedaron a dormir cinco días.
Denunció que los habitantes de la comunidad demandaron la presencia de la Policía Estatal y del Ejército mexicano pero que nadie ha acudido a apoyar a la población.
El comisario municipal exigió que las autoridades intervengan para que los habitantes salgan a las calles y al centro de la ciudad para ejercer sus actividades políticas, como las venían realizando desde que los comerciantes atendieron sus peticiones.

Descubrí la infinidad de obras y facturas sin concepto de la alcaldesa, dice el síndico

También denunció que la alcaldesa Felícitas Muñiz Gómez no ha ejercido en esa comunidad más de 12 millones 988 mil 920 mil pesos del año fiscal 2017.
La representación denunció que Muñiz Gómez con el RFC del Ayuntamiento y registrado ante el SAT reportó ante el Síndico Municipal, Benito Sánchez Ayala y a las autoridades municipales.
Dijo que también se tiene información de los recibos de pago a familiares y aviadores en 2015 donde destacan su hermana, Yucundina Muñiz Gómez con un sueldo de 6 mil 109.20 pesos, su hija Vicky Anahí Nava Muñiz con 10 mil 933.90, su sobrino Edgar Geovany Muñiz Alquiciras con 7 mil 419, otra sobrina Denysse Amairani Muñiz Cardera con un sueldo de 3 mil 60, Guadalupe Guerrero Zacarías a quien le pagan 2 mil 508.60, Emelia Torres Chino con 3 mil 8 pesos y “su chacho” quien desfiló el 24 de febrero de abanderado del Ayuntamiento, y cobra 3 mil 109.05, entre otros familiares de la alcadesa.
Lo anterior configura el delito de nepotismo, aseguró el sindico Sánchez Ayala, porque la alcaldesa tiene solicitud de revocación de mandato ante el Congreso del estado, por nepotismo, corrupción y autoritarismo entre otros señalamientos.
“Me habían bloqueado al acceso al SAT de las adquisiciones y pagos que se hacían con el RFC del Ayuntamiento de Mártir de Cuilapan, y en estos días en calidad de apoderado legal del Ayuntamiento pude tener acceso al SAT, y descubrí la infinidad de obras y facturas sin concepto que Muñiz Gómez comprobó ante Hacienda federal”, aseguró Sánchez Ayala.
Dijo que se configuran delitos fiscales estas falsificaciones de costos, facturas y obras inexistentes que representan varios millones de pesos, “y me veo obligado a denunciar penalmente a la alcaldesa”.
Dijo que también denunció ante la Auditoría Superior de la Federación y ante la Secretaría de la Función Pública para que investigue al auditor general, Alfonso Damián Peralta, “porque permitió que Muñiz Gómez cometiera estos fraudes y no sancionó como corresponde”.

 

Atacan sicarios San Felipe, Apaxtla; hieren a cuatro vecinos y después a tres de la autodefensa

Alrededor de las 8 de la mañana de ayer vecinos de la localidad de San Felipe del Ocote, municipio de Apaxtla de Castrejón, fueron atacados a balazos por sicarios del grupo criminal La Familia Michoacana, lo que dejó a cuatro heridos.
De acuerdo con el parte de la Secretaría de Seguridad Pública después de este hecho todos los 900 pobladores se desplazaron de la localidad y la mayoría se fue a Apaxtla.
Agrega que después, a las 10:26 de la mañana policías comunitarios del Movimiento Apaxtlense Adrián Castrejón (MAAC) recorrían la localidad cuando fueron atacados por civiles armados que se encontraban escondidos entre la maleza, vestían ropa camuflajeada tipo militar, e hirieron a tres comunitarios.
A las 7 de la noche agentes de la Policía Estatal y militares que hacían recorridos en San Felipe del Ocote hallaron 20 casquillos percutidos para AR-15.
Mientras que fuentes de la localidad en una llamada a la redacción de El Sur dijeron que después de la agresión hubo un éxodo y unas 700 personas de la localidad se refugiaron en la cabecera municipal, donde desde anoche están en las instalaciones del DIF municipal y en la Casa del Jubilado.
Indicaron que un día antes, el jueves, el grupo delictivo secuestró con fines de extorsión al conductor de una máquina de rastreo del camino.
Molestos los ciudadanos denunciaron el caso ante el alcalde Salvador Martínez Villalobos. Al parecer la información se filtró y ayer un grupo criminal agredió a la población. Luego se supo que otras familia del poblado pidieron asilo en Teloloapan.
Según las primeras versiones, antes de la llegada de los sicarios fue al pueblo un grupo de militares a hacer un recorrido, y los pobladores les informaron del secuestro del trabajador y que temían una agresión porque hicieron la denuncia a las autoridades.
Aseguraron que los soldados respondieron que no podían quedarse porque no tenían instrucciones, pero no que no pasaría nada.
Consideró que los estaban vigilando, porque unos 15 minutos después que se fueron los soldados comenzó la agresión armada. Afortunadamente la población estaba en alerta con sus escopetas y pudieron repeler a los delincuentes.
Sin embargo cuatro personas resultaron heridas de bala, las dos de mayor gravedad fueron trasladadas al hospital general de Iguala, y dos fueron atendidos en Apaxtla. Los refugiados solicitaron el resguardo de la Policía Comunitaria del MAAC.
La fuente reveló que los vecinos se sienten asustados porque el alcalde no pidió refuerzos a las autoridades estatales.
Mencionó que hace tres años vecinos de Xochitepec también fueron desplazados por un grupo de narcotraficantes, y entonces desde la primera noche hubo coordinación con las autoridades estatales para proteger a los afectados.
Los pobladores se quejaron de que no acudieron militares ni la Policía Estatal pero integrantes del MAAC resguardan la comunidad.
La localidad de San Felipe del Ocote se ubica a unas dos horas de Apaxtla, es el segundo pueblo más grande y anoche era resguardada por 40  policías comunitarios.

Cierran civiles armados cuatro horas la carretera a Acapulco en Petaquillas, cerca de Chilpancingo

Integrantes del grupo civil armado que opera en Petaquillas, que se presenta como policía rural, bloquearon más de cuatro horas los cuatro carriles de la carretera federal Chilpancingo-Acapulco, a un lado del retén que tienen en la entrada a Chilpancingo, ante la amenaza de que irían policías estatales y federales a desarmarlos tras la detención de un comandante que después fue liberado.
A las 12 del día inició el bloqueo con llantas atravesadas en la vialidad. Los manifestantes impidieron tomar fotografías y en un primer momento no quisieron dar información del motivo del bloqueo en la transitada carretera federal que se dirige a los pueblos del valle de El Ocotito donde tiene presencia la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), donde desde el domingo han sucedido ataques armados por la irrupción del grupo del crimen organizado Los Ardillos, según denuncias de la UPOEG.
Antes de las 12 del día se observó un convoy de seis patrullas de la Policía Estatal, dos de la Policía Ministerial y dos del Ejército que se dirigían a Chilpancingo tras los enfrentamientos a balazos del domingo y martes en Buenavista de la Salud y Palo Blanco.
Después los civiles armados que están en el retén cerca de la colonia La Cinca, en la entrada a Chilpancingo desde Acapulco, cerraron con llantas los cuatro carriles de la carretera federal.
Aunque la mayoría de los manifestantes no quisieron informar del motivo de la movilización, los civiles armados que se autodenominan policías rurales de Petaquillas, de los cuales se deslindó el gobierno del estado, dijeron que las autoridades policiacas pretenden desarmarlos tras los asesinatos y ataques a balazos en el valle de El Ocotito.

Retienen a comandante del grupo de civiles armados en Petaquillas

Un autodenominado policía rural de Petaquillas dijo que después de las 10:30 de la mañana su comandante Germán Alvarado Flores acompañado de su chofer y otro joven iban en un vehículo Focus rojo, al llegar a la gasolinería en la entrada a Petaquillas fue detenido por la Policía Estatal, la Ministerial y militares.
Comentó que los uniformados sacaron del auto al comandante, “lo golpearon en la espalda, le escupieron, le quitaron su radio, dos cartuchos y una pistola, lo tuvieron retenido más de 15 minutos y después lo liberaron”.
Dijo que como forma de presión para las autoridades bloquearon la carretera federal, después vecinos de Petaquillas se sumaron al movimiento para exigir la entrega de sus pertenencias al comandante.
“Lo que pasa es que íbamos a bordo del auto Focus rojo, no tenía logotipos que nos identificaran como policías y las corporaciones nos confundieron como personas sospechosas, yo como chofer y a mi acompañante no nos detuvieron, sólo a nuestro comandante lo retuvieron como unos 15 minutos”.
Antes de las 3 de la tarde llegaron al bloqueo el subsecretario de Asuntos Políticos de la Secretaría General de Gobierno, Martín Maldonado del Moral y el vicefiscal Nelson Fiallo, quienes atendieron a los inconformes.
Los funcionarios negaron la intención de desarmar a los policías rurales quienes controlan la comunidad de Petaquillas tras expulsar a balazos al Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), hace más de un año, y pidieron a los manifestantes que liberaran la vialidad.
Los pobladores y civiles armados pidieron que les entregaran el radio de comunicación, dos cartuchos y una pistola para que liberaran la carretera, la respuesta de los funcionaros fue que les entregarían dinero en efectivo y los manifestantes aceptaron la propuesta.
Después de las 4 de la tarde los manifstantes se retiraron y se reanudó la vialidad de la carretera federal México-Acapulco en la comunidad de Petaquillas, ubicada a 12 kilómetros del centro  de Chilpancingo.

Advierte el crimen organizado a comerciantes de la capital que les cobrará piso, informa la Canaco

El terror generalizado que viven los comerciantes de Chilpancingo ante la violencia se agravó el viernes 9 de junio, luego de que integrantes de una de las bandas del crimen organizado que se diputan la plaza visitaron armados a varios vendedores en sus locales para decirles que ahora ellos se harán cargo del cobro de piso.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Chilpancingo, Víctor Manuel Ortega Corona informó que ante esa advertencia de los delincuentes los comerciantes del centro de la ciudad acordaron medidas de seguridad, como tener un arma en sus locales, cerrar antes de las 8 de la noche cuando comienza a oscurecer y colocar cámaras de seguridad afuera de sus locales.
Además, dijo que pedirán posiblemente hoy una audiencia con el gobernador Héctor Astudillo Flores para que les indique cómo proceder e insistirán en que el gobierno federal se haga cargo de la seguridad en la capital.
Consultado vía telefónica, el presidente de la Canaco en Chilpancingo, Ortega Corona declaró que el terror generalizado que se ha apoderado del sector económico en la capital inhibe y desalienta la inversión.
Lamentó que el terror que viven los comerciantes no sea contrarrestado por los gobiernos municipal, estatal y federal, “hay una verdadera preocupación por toda esta ola de violencia que se ha desatado en Chilpancingo”.
El sábado 10 de junio, varios comerciantes de la zona centro que omitieron su nombre por miedo manifestaron su preocupación ante las cinco ejecuciones que ocurrieron ese día, resultado de la guerra entre dos grupos del crimen organizado (Los Rojos o Los Jefes y el Cártel del Sur), y denunciaron que integrantes de una de estas dos bandas recorrieron armados la noche del viernes 9 de junio varios negocios y les advirtieron que a partir de ese día ellos cobrarán la cuota.
El líder de la Canaco confirmó este domingo que 10 de sus agremiados le informaron personalmente de la amenaza de la gente armada y que muchos más lo hicieron mediante una conversación grupal en WhatsApp.
“Recibimos el reporte de nuestros compañeros de Chilpancingo muy aterrados, hay preocupación por la situación que esto genera”, dijo Ortega Corona.
En un recorrido en el centro de la capital, algunos de los comerciantes quienes omitieron su nombre por miedo afirmaron que han consultado con su agrupación si es mejor cerrar sus negocios, “mientras haya más adelante mejores condiciones, porque la vida vale más que nuestra actividad”, dijo uno de ellos.
Otros comerciantes aseguraron que se están organizando en grupos de cinco o 10 para que armados impidan las extorsiones.
En tanto, Víctor Manuel Ortega declaró que sólo están planteando la posibilidad de tener armas en sus negocios, “un arma reglamentaria, autorizada por el Ejército”.
Aclaró que a partir del viernes 9 de junio asumieron medidas de protección como cerrar temprano, “antes de las 8 de la noche”; así como instalar cámaras adentro y afuera de sus negocios.
Comentó que posiblemente hoy solicitarán una audiencia con el gobernador Héctor Astudillo Flores para que les informe cuáles serán los mecanismos que aplicarán y cómo actuar ante las amenazas, y añadió que insistirán en que la federación asuma la seguridad en el municipio.
Además, denunció que los últimos días los comerciantes han sido visitados por supuestos funcionarios de Migración o de Protección Civil, pero por las características que le han proporcionado los comerciantes, “creemos que son personas que no representan a alguna institución”.
Detalló que los presuntos funcionarios piden a los comerciantes datos personales y de sus negocios, pero insistió que quienes los visitaron el viernes fueron personas armadas, quienes recorrieron los locales de varias calles del centro informando que ellos cobrarán piso.
Aseguró que tras la advertencia la mayoría de los comerciantes cerraron de inmediato sus negocios.
De la ola de ejecuciones ocurrida en los últimos días en la capital, el presidente de la Canaco en Chilpancingo respondió que no se justifica que los gobiernos municipal, estatal y federal argumenten que es una guerra entre cárteles del crimen organizado y que el resto de los ciudadanos están a salvo.
“Para nosotros la muerte de cualquier ser humano es lamentable. Para las autoridades es un argumento fácil y rápido decir que se trata de crímenes entre bandas, pero atrás de esos delincuentes, si así lo fueran, hay seres humanos, padres, hijos, hermanos”, manifestó.
Afirmó que todos los ciudadanos tienen garantías que marca la Constitución, “y lo que necesitamos (es) que el gobierno asuma con responsabilidad esas garantías, porque todos como ciudadanos pagamos impuestos y nosotros como comerciantes también pagamos impuestos”.
Agregó que espera que el gobernador los reciba en una audiencia esta semana porque quieren decirle lo que viven los comerciantes en la capital, “y que de manera irresponsable nos desdeña el presidente municipal (el priista, Marco Antonio Leyva Mena)”.
Ortega Corona declaró que últimamente no se han reunido con el gobernador y que el encuentro más reciente fue hace cinco meses, aunque reconoció que los comerciantes siempre han tenido su apoyo y sensibilidad, por eso “queremos acudir con él, porque en las autoridades municipales hay una apatía muy marcada. No confiamos en la seguridad que ofrece el municipio”.
Denunció que algunos comerciantes han sido hostigados por el director de Gobernación municipal, Juan Manuel Valenzuela, quien es primo del alcalde Marco Antonio Leyva Mena.

Sicarios instalan retenes en las noches en calles de Chilpancingo; vecinos piden la presencia del Ejército

Asediados por las bandas del crimen organizado, vecinos de colonias del noreste de esta ciudad en donde está la colonia San José y la noche del martes hombres armados incendiaron dos casas y un vehículo, pidieron la presencia de soldados del Ejército, policías federales y estatales, para someter a los criminales que tienen la zona bajo su control.
Habitantes de estas colonias denunciaron que la osadía de los sicarios ha llegado al grado de instalar retenes en los accesos para controlar el paso, sin que las fuerzas de seguridad federal, estatal o municipal hayan intervenido.
En esta zona que abarca desde la parte alta del cuartel de la Policía Municipal hasta la cima del mercado Baltasar R. Leyva Mancilla, los integrantes de una banda del crimen organizado de las que se disputan la plaza de Chilpancingo se posicionó, protagonizó balaceras y revisó vehículos en los accesos de las colonias la noche del martes, y según los vecinos cuando menos tres personas fueron levantadas entre las colonias San José, Pino Suárez y CNOP sección C.
“Anoche aquí fue casi un infierno, nadie podía salir ni entrar después de las 9 de la noche”, contó un vecino de la colonia Ignacio Manuel Altamirano que se encuentra en la parte superior de la Pino Suárez a la salida hacia la comunidad de Huiteco, y a unos 2 kilómetros de la colonia San José, que entre las 9 y las 11 de la noche fue el centro del ataque y en donde fueron incendiadas dos viviendas, una de dos plantas y un taxi.
En esta colonia los habitantes se mostraron temerosos todavía este miércoles, y pocos quisieron hablar.
Los de las colonias vecinas aseguraron que una de las dos bandas delincuenciales que se disputan la plaza en la capital (Los Rojos y el Cártel del Sur) se posicionaron de la zona y que desde el domingo pasado comenzaron a instalar retenes en los accesos, sin que las fuerzas federales y estatales hayan intervenido, hasta anoche después de las 11 cuando terminaron las balaceras.
En uno de estos retenes, contó un vecino, habrían levantado entre las 9 y media y 10 de la noche a tres personas por separado. El retén fue en la calle que comunica a las colonia Atlitenco e Ignacio Manuel Altamirano.
A su vez vecinos de la colonia Ricardo Flores Magón que se encuentra a menos de un kilómetro del cuartel de la Policía Preventiva, denunciaron que el domingo en la noche, de 9 a 9:30, integrantes de un grupo criminal instalaron un retén en la entrada para impedir el paso a todos los automovilistas durante casi media hora, sin que ninguna corporación haya llegado a retirarlos, mientras los habitantes eran asediados.
Confirmaron que las balaceras se generalizaron en casi toda la zona en donde se encuentran asentadas unas 20 colonias.

Sólo balearon dos casas e incendiaron un taxi, dice el vocero

Al respecto el vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia atribuyó la violencia y lo que ocurrió la noche del martes a “décadas de descuido”, pero dijo que frente a este contexto de inseguridad “las instituciones federales y estatales encabezadas por el gobernador Héctor Astudillo Flores emprenden una lucha día a día contra la delincuencia con estrecha unidad y coordinación”.
Ayer en un boletín Álvarez Heredia negó que hayan ocurrido múltiples balaceras y aseguró que únicamente personas armadas balearon dos casas e incendiaron un taxi con la intención de generar caos, aunque no precisó el lugar.
Aseguró que inmediatamente la Policía del Estado y el Ejército implementaron una operación para perseguir a los delincuentes, quienes huyeron abandonando el vehículo en el que se transportaban.
Mientras tanto el grupo criminal Los Rojos que en sus mensajes se hacen llamar Los Jefes, se deslindó de la violencia de la noche del martes mediante un mensaje que difundió en redes sociales, y responsabilizó al Cártel de Sur.
“Este es un comunicado para la ciudadanía de Chilpancingo, ya que el día de ayer (el martes) se vivieron echos violentos de los cuales nos deslindamos total mente del terror q vivieron dond fueron rafagueadas casas autos insendiados de las cuales no tienen nada que ver con nosotros”, dice textual el mensaje, del que aquí se reproducen párrafos como están escritos, incluyendo la ortografía.
Agrega: “como es costumbre que los sicarios del cartel del sur almando de Isacc Celis Navarrete matar gente inosente entre eyas mujeres y niños gente de la tercera edad y diacapasitados solo para aterrorisar a la ciudad y culpar a otros carteles. nosotros traemos la lista muy clara nadie se va escapar savemos perfectamente akien matar y kienes colaboran para el cartel.del.sur sin nesecidad de dañar a la ciudad lo tienen claro les vasmos aseguir matando gente”, y firman “Los jefes”.
Un vecino de la colonia Ignacio Manuel Altamirano informó que gente armada comenzó a apoderarse de la zona desde hace aproximadamente dos semanas y que por las noches cuando se suspende el servicio público, instalan retenes en los accesos de las colonias para controlar la entrada y salida de los vecinos.
Informó que a raíz de esta situación, el lunes pasado representantes de varias colonias enviaron un oficio a la secretaría de Seguridad Pública Estatal y al presidente municipal Marco Antonio Leyva Mena, solicitando la presencia de las fuerzas federales y estatales, pero que no han tenido respuesta.
“No es posible que esta gente se mueva libre e impunemente sin que ninguna corporación policiaca los vea, mientras la gente está expuesta a ser víctima de las balas perdidas en las balaceras como la que ocurrió anoche (el martes)”, dijo el vecino.

No disparen, soy el casero, estoy con mi familia, suplicó Eduardo Catarino al policía que lo mató, dice su esposa

Antes de que recibiera el balazo que lo hirió y después le quitó la vida, el abogado y líder de Morena, Eduardo Catarino Dircio pidió piedad bocabajo tirado en el piso: “No disparen, soy el casero, estoy con mi familia”, pero un policía ignoró su súplica y ordenó, “¡Mátenlo al hijo de su puta madre!”.
La mañana de este lunes en conferencia de prensa afuera de su casa en Tixtla, la viuda de Catarino Dircio, Hilda Vázquez Cipriano contó que su esposo todavía tardó varios minutos vivo pidiendo ayuda, pero los policías no la dejaron acercarse para auxiliarlo, “si te acercas disparamos”, le advirtió uno.
Dijo que afuera, en la calle Insurgentes, militares y policías estatales impidieron el paso de una ambulancia para que los paramédicos lo atendieran.
Explicó que luego de que murió su esposo, uno de los policías le dijo que su suegra la llamaba en la planta baja de la casa, fue a ver qué quería y cuando regresó, vio cuando le estaban tomando fotografías a Eduardo ya con un arma larga en las piernas, ella intentó quitársela, pero la amenazaron.
Eduardo Catarino vivía en el número 61 de la transitada avenida Insurgentes, entrada principal de la cabecera municipal de Tixtla, y salida a la carretera hacia Chilpancingo.
La casa de Eduardo es de dos niveles, la planta baja está construida de tabique y concreto, la planta alta es de hojas de triplay y techo de lámina galvanizada. A 1:30 de la tarde del domingo entró a esta casa uno de los delincuentes que era perseguido por la Policía Estatal desde Chilpancingo.
Los sicarios quienes se dispersaron en varias casas vecinas entraron violentamente impactando la camioneta Ford Ranger azul en la que escapaban en el portón de la iglesia La Luz del Mundo, ubicada en la calle Alejandro Sánchez Castro, del patio de este terreno uno de ellos saltó una barda, atravesó un terreno baldío y luego brincó una malla para entrar a la casa de Eduardo. Hasta allí lo siguieron los policías, algunos entraron por la misma ruta del delincuente y otros derribaron su portón en la avenida Insurgentes con una patrulla.
A esa hora Eduardo Catarino cortaba la maleza de su patio en la parte posterior de su casa, su esposa Hilda Vázquez estaba en la planta alta donde viven, pues en la planta baja habita la mamá de Eduardo, una mujer de la tercera edad que se mueve en silla de ruedas.
Hilda contó que estaba con su hija de 11 años y un sobrino de 12, apenas habían terminado de almorzar. Su hija y su sobrino veían una película en la computadora en una habitación contigua y ella se colocó un gorro para ayudar a su esposo cuando oyó los primeros disparos y decidió quedarse en la cocina con su hija y su sobrino.
–Son cohetes–, trató de calmarla su sobrino.
–No, son balazos– respondió ella.
Narró que los primeros balazos se escucharon en la calle y mientras pasaban los minutos se oían cada vez más cercanos.
Hilda corrió con su hija y su sobrino a refugiarse a un cuarto ante el temor de ser heridos por las balas.
Dijo que al poco rato Eduardo subió al segundo piso donde estaban ella, su hija y su sobrino, y cuando los vio les dijo, “allí estense porque hay una balacera”. Después le dijo a su mujer, “acaba de entrar un hombre, se metió a la sala donde está mi mamá, es uno de los malos”, luego cerró la puerta del cuarto donde estaban para protegerlos.
Hilda observó la desesperación de Eduardo porque su madre estaba en la planta baja, dijo que cuando intentó bajar a verla le suplicó, “por favor no salgas”, pero el insistió que su madre estaba sola y temerosa, a pesar de que ella le volvió a suplicar que se metiera.
Manifestó que desde la habitación donde se encontraban oían los destrozos en la planta baja y la balacera que se intensificaba en la calle. Hilda, su hija y su sobrino rezaron, mientras después de unos minutos se dejaron de escuchar los balazos y ella se asomó en una ventana, desde allí vio que la casa vecina estaba llena de policías, estaban en el patio y apuntaban en todas direcciones.
Asustada jaló a su esposo hacia la habitación y se tiró al piso con su hija y su sobrino, encima se echaron un colchón, “pero mi mamá, mi mamá, Hilda”, le decía Eduardo, pero ella le insistió, “si, pero por favor, no salgas”. Entonces oyeron el tropel de los policías en el patio, luego en la planta baja de la casa.
Vázquez Cipriano aseguró que no sabe por dónde entraron los policías a su casa, si por el patio o por la puerta principal, sólo escuchó el alboroto y la irrupción violenta cuando los agentes se metieron al baño y destrozaron todo, después oyeron balazos adentro de la casa, y luego gritos, “allí está tírenle”.
Escuchó que los policías gritaban que saliera y supone que le hablaban al sicario que había entrado a su casa, al final, no supo cómo se escapó entre los policías y militares, “yo no sé cómo se les pudo escapar de sus narices”.
Vázquez Cipriano consideró que como a los policías se les escapó el delincuente tenían que justificar su trabajo, “tenían que matar a alguien para presentarlo como el maloso”.
Hilda oyó que un policía gritó, “allá está una puerta, allá va a estar escondido” y escuchó los pasos de los policías que subían a la planta alta hacia donde estaban por las escaleras de metal gritando, “abran, abran esa puerta hijos de su puta madre”. Vio que Eduardo iba a abrir la puerta, aunque ella le pidió que no lo hiciera, pero los policías seguían gritando, “abran si no vamos a balacearla”.
Eduardo le dijo a su esposa que abriría porque si no matarían a toda su familia, Hilda vio cómo se tiró al piso para salir del cuarto donde estaban y abrió la puerta de la sala contigua, mientras anunció a los policías, “yo soy el casero, por favor, está aquí mi familia. Voy abrir la puerta, pero soy el casero”.
Catarino Dircio se enderezó para abrir la puerta, pero luego se volvió a tirar al piso bocabajo para que no le dispararan, pero los policías entraron gritando, “¡mátenlo al hijo de su puta madre!”.
Hilda vio todo desde las rendijas de la habitación donde estaba, dijo que subieron muchos policías y que los tres primeros no le dispararon, incluso dijeron, “él es el casero, no disparen”. Sin embargo, atrás subían más agentes gritando, “denle al hijo de su puta madre”, entre éstos iba el policía que le disparó, “fue un despiadado, un desgraciado”, acusó con rabia la mujer.
En la pequeña sala, su marido seguía implorando bocabajo, pidiendo piedad, “aquí está mi familia, yo soy el casero”, “pero el maldito policía lo mató a sangre fría. Yo lo vi, cómo le disparó cuando él estaba pidiendo piedad, tirado bocabajo, le disparó cruelmente ese maldito”, narró Vázquez Cipriano.
Contó que el dirigente municipal de Morena estaba vivo y ella se hincó mirando desde la puerta de la habitación contigua suplicándoles, “yo soy la esposa, acaban de matar a un hombre inocente”, cuando la vieron, los policías entraron a la otra habitación apuntándole con sus armas, revisaron todo, abrieron un ropero, mientras uno gritaba, “vamos a darles a estos hijos de su puta madre”, otro policía, vio el colchón y les ordenó, “levanten ese colchón allí está el hijo de la chingada”, pero era la hija y el sobrino de Hilda, la hija de Eduardo suplicó, “somos unos niños, no nos maten por piedad”.
Hilda Vázquez comentó que cuando los policías dejaron a los niños, todavía hincada les pidió que le permitieran ver a su esposo quien pedía ayuda, “movía la mano, pidiendo ayuda, pero los policías no me dejaron, nos apuntaron y nos dijeron, ‘no se muevan de aquí porque les vamos a disparar’”.
Manifestó que pidió varias veces que llamaran una ambulancia para que Eduardo fuera trasladado a un hospital, pero los policías la ignoraron, “sólo bajaban a la planta baja y volvían a subir para revisar todo”.
Detalló que vía telefónica pidió a sus hermanos y cuñados que mandaran una ambulancia, la cual llegó minutos después, pero los policías y militares tenían un cerco en la calle Insurgentes y no le permitieron pasar, sólo dieron paso a trabajadores de Protección Civil quienes no llevaban nada para auxiliarlo.
Hilda reconoció a Félix, un vecino, quien acompañó a los trabajadores de Protección Civil, sintió alivio y valor, y salió corriendo de la habitación para abrazar a su esposo quien ya había muerto.
“Murió sin que yo pudiera si quiera ir a tocarle la mano. Murió tirado cerca de la puerta bocabajo. ¡Malditos policías!, me lo mataron en un ratito”, reprochó con coraje.
Manifestó que un policía que subió de la planta baja le preguntó, “¿qué es para usted la señora que está allá abajo?”, es mi suegra respondió, y el agente le ordenó que fuera a verla porque le estaba llamando, ella no quería bajar porque dejaría solos a su hija y a su sobrino quienes lloraban, pero el policía le insistió, “baje, yo los voy a ver”.
Contó que bajó sólo para avisarle a su suegra que habían matado a su hijo y cuando regresó, los policías ya habían puesto un arma larga encima de las piernas de Eduardo y otro le tomaba fotografías, ella les reclamó por qué le pusieron el arma, “son unos cobardes, vinieron a matar a un hombre inocente a su casa”.
Hilda Vázquez les exigió que le quitaran el arma, pero le dijeron que nadie la había puesto, y otro de los agentes le dijo que tenían que mandar un reporte. La viuda agregó que cuando cubrió el cuerpo con una sábana intentó quitarle el rifle, pero un policía le apuntó y le ordenó, “no la mueva porque le voy a disparar”, y ella sólo lo cubrió.
Dijo que cuando los policías se bajaron, uno de ellos se quedó cuidando el cadáver, a quien le pidió que por piedad le quitara el arma porque cuando le dispararon no la tenía, pero se negó con el argumento de que él no la había puesto.
“Fue uno de ellos, yo lo vi con mis propios ojos”, acusó Hilda, indicó que cuando subieron los trabajadores de Protección Civil y su vecino Félix vieron que no tenía ninguna arma.
“Mi esposo estaba limpio, mi esposo es inocente, quiero justicia para que ya no se siga repitiendo esto. Ya no le hagan más daño a gente inocente. Ya no. Quiero justicia, por favor”, suplicó frente a los reporteros.
La viuda del abogado Eduardo Catarino Dircio consideró a quienes dicen que su esposo era un sicario unos sinvergüenzas e ignorantes, porque insistió que quieren culpar a gente inocente.
Exigió al gobernador Héctor Astudillo Flores que haga bien su trabajo, “que ya no forme parte de esa delincuencia”, para que ya no haya gente inocente muerta y si no puede que renuncie.
Al inicio de la conferencia, Hilda Vázquez explicó que decidió hablar a pesar de las condiciones en las que se encuentra, porque ya no quiere que se cometan más injusticias, que ya no se haga daño a más gente inocente.
Exigió que se limpie el nombre de su esposo, quien fue señalado en un boletín de prensa de sicario por el vocero en materia de seguridad, Roberto Álvarez Heredia.