Continúa la violencia hacia mujeres y niños a pesar de acciones para prevenirla, advierte el Centro Morelos

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La violencia contra mujeres y niñas continúa a pesar de la Convención y de la Resolución aprobadas por la ONU hace 43 y 29 años, respectivamente, y aún con las acciones anunciadas por el gobierno estatal para resolver el problema, declaró el Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos).
El organismo informó que hasta el mes de octubre, sumaron 90 mujeres asesinadas y de ellas solo 12 fueron tipificados como feminicidios.
En un pronunciamiento con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el organismo mencionó que la violencia contra mujeres y niñas continúa, a pesar de la Convención y de la Resolución aprobadas por la ONU, “en pos de la igualdad de mujeres y hombres, y aun cuando han pasado 43 y 29 años, respectivamente”.
El Centro Morelos opinó que lucha ha sido muy complicada “porque siempre vamos a contracorriente, ya que si bien es cierto que dichos instrumentos internacionales sientan las bases para una sociedad donde hombres y mujeres disfruten los mismos derechos, existen causas subjetivas que no lo ha hecho posible”.
Explicó que por ejemplo están los intereses políticos y económicos de gobernantes y autoridades.
“En Guerrero, hasta el mes de octubre suman alrededor de 90 mujeres asesinadas y, de ellas solo 12 son tipificadas como feminicidios”, informó el organismo citando como fuente un recuento publicado por El Sur el 23 de noviembre.
“Lo anterior nos indica que es necesario combinar los esfuerzos jurídicos para inhibir la violencia de género con castigos corporales y pecuniarios, así como con una estrategia de concientización, poniendo énfasis en las nuevas generaciones, porque no podemos olvidar que el patriarcado se instauró miles de años, de acuerdo al desarrollo de la sociedad y la instauración del modo de producción capitalista”.
El Centro Morelos reconoció que el proceso de cambio puede llevar mucho tiempo, “siempre de acuerdo a las estrategias que implementemos para avanzar en la eliminación de la violencia contra nosotras, contra nuestras hermanas, contra nuestra hijas y contra todas las mujeres de Guerrero y de México”, expuso el organismo en su escrito.
Añadió que por lo pronto se debe seguir exigiendo a las autoridades que asuman su responsabilidad de garantizar seguridad y justicia para las mujeres “que somos víctimas de violencia sistémica-patriarcal, porque no basta decir que el estado de Guerrero será un santuario de los derechos humanos o que está avanzando en la construcción de la paz y la justicia social o que los índices de inseguridad van a la baja”.
Añadió que mientras la violencia contra las mujeres, los feminicidios y la desaparición de mujeres de todas las edades sea el pan de cada día, no puede decirse que se va resolviendo el problema, o que Guerrero es el santuario de los derechos de las mujeres.
El organismo cuestionó: ¿El caso de Aurelia, mujer indígena náhuatl de la comunidad de Xochimilco municipio de Chilapa, condenada por un aborto espontaneo, por una jueza con mentalidad patriarcal, no es violencia?, ¿acaso la declaración del secretario de gobierno, en el sentido de que no hay presupuesto para atender el desplazamiento interno forzado donde el mayor número de víctimas son mujeres, no es violencia?.
También preguntó: ¿Acaso no es violencia que las madres, esposas, hijas de los desaparecidos a quienes les han entregado los restos de su familiar desaparecido no puedan acceder a la reparación del daño?, ¿acaso no es violencia que las madres o esposas de los desaparecidos que se quedaron con la responsabilidad de sacar adelante a sus hijos o nietos y, al mismo tiempo buscar a su desaparecido, reciban por parte de la CEAV del estado, dos mil pesos mensuales para la canasta básica, siempre con el pretexto de que no hay dinero?.
Otra de las interrogantes al gobierno es: ¿Acaso no es responsabilidad del Estado y sus instituciones garantizar nuestros derechos humanos a la vida, a la seguridad pública, a la paz, y a la justicia?, además, concluye con la pregunta: ¿Acaso la venta de niñas para el matrimonio en la región de la montaña de Guerrero no es violencia?