Exige Consejo de Jornaleros en Tlapa sesión de la Comisión Intersecretarial; siguen sufriendo abusos

Los integrantes del Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña durante su capacitación por personal del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) para la elaboración de proyectos Foto: Antonia Ramírez Marcelino

Antonia Ramírez Marcelino

Tlapa

Integrantes del Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña exigieron al gobierno estatal la instalación de la Comisión Intersecretarial para atender y garantizar la protección de los derechos de las personas jornaleras, porque siguen padeciendo abusos y extorsiones en sus trayectos y en los campos.
También pidieron que a través de esa Comisión se busque brindar talleres de capacitación para que los jornaleros conozcan sus derechos laborales.
En conferencia de prensa en la Unidad de Servicios Integrales (USI), los consejeros provenientes de las comunidades de Ayotzinapa y Chiepetepec, municipio de Tlapa; Cacahuatepec de Copanatoyac y Francisco I. Madero de Metlatónoc, acompañados por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, expusieron las violaciones a los derechos humanos que enfrentan cuando salen a trabajar.
En su intervención el coordinador del Área de Migrantes de Tlachinollan, Paulino Rodríguez Reyes informó que han documentado muertes infantiles, muertes maternas, accidentes que cobran vidas, y el año pasado registraron siete homicidios en las zonas complicadas donde opera el crimen organizado.
Resaltó que de enero a la fecha han documentado tres muertes infantiles, principalmente en la zona agrícolas del sur de Mazatlán, Sinaloa de familias provenientes de Tlapa.
En su intervención la jornalera Rocío Ramírez Domínguez dijo que los migrantes son los que más sufren en los campos de Guanajuato, Sinaloa y Nayarit y reprochó que las autoridades no hacen nada para garantizar sus derechos.
Contó que en los campos “hemos sufrido discriminación, maltrato, insultos, porque somos indígenas, somos migrantes, no tenemos la información y no sabemos leer ni escribir”.
Insistió que eso sucede porque las autoridades “no hacen su trabajo, no voltean a ver a los migrantes, porque ellos se preocupan más por su beneficio personal”, pero se molestan cuando se les exige que hagan su trabajo.
Destacó que las mujeres “sufrimos mucho en los campos, trabajamos triple que los hombres, hacemos la comida, lavamos, bañamos a los niños, hemos ido a trabajar al igual que los hombres”.
Roció comentó que no hay una dependencia que proteja a las mujeres, “para las jornaleras agrícolas no hay programas de vivienda digna, centros de salud, a los niños los tenemos que llevar a trabajar, no tienen acceso a la educación”.
Exigió a las autoridades que volteen a mirarlos, porque son necesarios “somos importantes porque gracias a nosotros no les hace falta la comida a los gringos y a nadie de nuestro país”, pero por trabajar les violentan sus derechos laborales y padecen discriminación.
También pidió a las autoridades que realicen las inspecciones en los campos para que los derechos de los jornaleros se respeten.
Otra jornalera, Hermelinda Santiago Ríos, denunció que durante el trayecto sufren abusos por parte de los policías “por cualquier cosa nos marcan el alto y nos quitan lo que ganamos”, al multarlos.
En su participación, el presidente del Consejo, Miguel Martínez Peralta reprochó el abandono del gobierno estatal, explicó que en esta administración no han recibido nada de apoyo y siguen esperando que les digan qué pasa.
Recordó que con Zeferino Torreblanca y Ángel Aguirre Rivero les surtían la despensa e incluso pagaban el salario de tres personas para el comedor, pero dijo que con Héctor Astudillo Flores empezaron los recortes, y con esta administración morenista de Evelyn Salgado Pineda, “nos tienen en total abandono, no hay nada de despensa en la cocina, dicen que no hay presupuesto”.
Pero criticó que para los festejos del cumpleaños del padre de la gobernadora Félix Salgado Macedono si tiene presupuesto, “hasta tres fiestas celebró en Acapulco, Iguala y Chilpancingo”.
La jornalera Martina Ramírez Dominguez de Ayotzinapa, dijo que en los campos los derechos más fundamentales son violados e indicó que hay diferentes necesidades en la región en materia de salud pero “en los campos es al doble o triple, porque no hay servicio médico”.
Resaltó que sufren no sólo abuso laboral, las mujeres sufren de acoso sexual, “hay niñas que han sido abusadas en los campos; se dan ahí los matrimonios infantiles, cuando las niñas regresan a sus comunidades es para oficializar su unión”.
Dijo que sus derechos son vulnerados por “miedo y desconocimiento” pues no pueden exigir que se respeten, porque si hablas te corren en los campos, por ello consideró necesario la implementación de proyectos para que los jornaleros se capaciten sobre sus derechos laborales, para que sepan a dónde acudir.
Rodríguez Reyes agregó que es visible la ausencia de las autoridades ante una gran problemática “que no se quiere ver, que ha existido por varias décadas en la población jornalera agrícola migrante. Por eso la importancia y la urgencia de que se instale la Comisión Intersecretarial, que se formó en 2011 para garantizar la protección de los derechos de los jornaleros agrícolas”.
Precisó que son 10 secretarías estatales las que integran esa Comisión y a pesar de que la Secretaría de Migrantes y Asuntos Internacionales (Semai) ha mostrado interés, las otras no han respondido.

 

No tiene gas ni insumos desde el jueves el comedor del Consejo de Jornaleros en Tlapa, se quejan

Antonia Ramírez Marcelino

Tlapa

El comedor del Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña ubicado en Tlapa está en completo abandono “desde el jueves se acabó el gas, sólo había frijoles para darle a los grupos que están saliendo a los campos, pero ahora ni eso vamos a poder darles”, se quejó la integrante, Aureliana Díaz Benigno.
Díaz Benigno mujer nahua de la comunidad de Chiepetepec, es la encargada de la cocina del Consejo de Jornaleros desde hace más de 12 años, ella todos los días se levanta a las 6 de la mañana, barre el patio, el pasillo y empieza a preparar el almuerzo, después lava los trastes, los baños y nuevamente hace la comida y más tarde la cena, ese es su trabajo diario.
La despensa que le entrega la Secretaría de Asuntos Indígenas y comunidades Afromexicanos (SAIA) que es escasa, tiene que hacer que le rinda durante varios meses para que los jornaleros que llegan al comedor tengan al menos “frijolitos” y ellos se encargan de comprar sus tortillas.
La verdura con las que preparan los alimentos las compra el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan quien además se encarga de pagar el servicio de luz. Casi todos los gastos los asume, “pero ahora dicen que tampoco hay dinero”, agregó.
Dice que ante la desesperación le ha comentado a su compañero Miguel Martínez (quien es el presidente del Consejo de Jornaleros), que mejor se cierre el comedor, porque de enero a julio que es la temporada baja de migración nos le mandan despensa y casi no hay nada que preparar, pero la gente sigue llegando y le preguntan a ella qué comida hay y hasta pena le da decirles todos los días que sólo hay frijoles, pero ahora lo más lamentable es que ni eso va a haber, porque desde hace cinco días que se acabó el gas.
Sostuvo Díaz Benigno que aunque sea temporada baja los jornaleros siguen saliendo a trabajar por su propia cuenta a los estados del norte del país y llegan a alojarse ahí, en lo que sale su transporte, como fue el sábado cuando alrededor de unas 60 personas esperaban la salida de su autobús.
Contó que es muy triste que la situación sea igual o peor con esta autoridad que se dice que es el cambio, pero no se ve, porque la secretaria de la SAIA, Reyna Mejía Morales en su última visita que fue en diciembre “llevó algo de despensas y unas aguas y les pagó su salario de cinco meses, de agosto a diciembre”.
Sin embargo, dijo Díaz Benigno que de enero a junio nadie se quiere hacer cargo, ni el Centro de Derechos Humanos de Montaña Tlachinollan que es la organización que los apoya, pero ahora les dijo que nos va poder dar la beca que les daba porque tampoco tiene recursos y que con el pago que les hizo la SAIA les alcanza a cubrir sus gastos hasta junio.
Pero Díaz Benigno mencionó que ese dinero lo usó para pagar una deuda que adquirió porque un hijo se le enfermó y para curarlo pidió prestado, así que durante seis meses no estará percibiendo ni un pago por su trabajo de estar al cargo de la cocina los siete días de la semana. Contó que sólo tiene vacaciones el 24 y 25 de diciembre así como el 31 de diciembre y 1 de enero.
Dijo que en estas condiciones precarias son las que viven no sólo los jornaleros agrícolas, sino las personas que atiende el comedor del Consejo de Jornaleros y ningún presidente municipal, ni las autoridades estatales y federales aportan para mejorar los servicios y las instalaciones.

 

Los gobiernos no atienden las demandas de los jornaleros de La Montaña, señala el Consejo

 

El Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña lamentó a que a cuatro meses de la temporada alta de migración en la zona los gobiernos federal y estatal no atiendan sus planteamientos.
El integrante del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Paulino Rodríguez Reyes quien acompaña a los integrantes del Consejo de Jornaleros comentó que desde el inicio de la temporada alta, en septiembre, han tenido que exigir a los gobiernos el apoyo a este sector para mejorar la infraestructura, baños, dormitorios; los víveres del comedor para atender a quienes pasan a la Casa del Jornalero y al momento de abordar los autobuses se vayan, por lo menos, de manera segura.
Mencionó que de septiembre a la fecha tienen el registro migratorio de familias jornaleras indígenas na savi, me’phaa, nahuas y mestizos de 5 mil 775, siendo en septiembre 2 mil; en octubre mil 170 y en noviembre 2 mil 605 sin contar los que salieron de febrero a agosto.
Remarcó que el gobierno federal no ha dado cumplimiento a los acuerdos, en específico sobre la fijación de un salario mínimo de 300 pesos al día a los jornaleros en donde tiene que intervenir la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos que depende de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
Y que el gobierno estatal no ha concluido la rehabilitación de la Unidad de Servicios Integrales (USI), mejor conocido como Casa del Jornalero-Tlapa, la falta de atención eficaz a la salud y el control y buen servicio de los camiones que transportan a las familias jornaleras, así como la falta de aportación de víveres para el comedor. (Carmen González Benicio / Tlapa).

Inician jornaleros de la Montaña su viaje a campos de trabajo sin el apoyo de gobiernos


Sin el seguimiento ni la vigilancia de autoridades federales y estatales, cientos de familias de jornaleros agrícolas salieron este lunes de las comunidades de Chilapa rumbo a los estados del norte del país, principalmente a Sinaloa, en busca de trabajo.
Antes del mediodía, se vio a las familias abordar los autobuses, cargando sus petates, televisores, cobijas, envoltorios y bolsas que son lo poco de valor o lo necesario que pudieron llevarse. Entre los grupos se vieron adultos mayores y, mayoritariamente, niños en edad escolar auxiliando en el traslado de sus cosas a sus padres.
El 6 de noviembre, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, informó que, en el contexto de la temporada alta de migración interna, jornaleras y jornaleros indígenas de la Montaña sufren extorsiones, hostigamiento y la falta de apoyo gubernamental, que a pesar de conformar una comisión intersecretarial de atención a familias jornaleras, nada pueden hacer ante los abusos y problemas que padecen miles de campesinos que recorren cientos de kilómetros para trabajar largas jornadas en los campos agrícolas del país, ante la falta de trabajo en sus lugares de origen.
Ayer, no se vio a ninguna autoridad revisando las condiciones de seguridad en que viajan las familias indígenas a los estados del norte del país en busca de empleo.
En Chilacachapa, municipio de Tixtla, a orillas de la carretera Chilpancingo-Chilapa, se vio a mujeres, niños y adultos mayores abordando un autobús. Algunos familiares o vecinos salieron de sus casas a despedirlos. A un costado del autobús, aún se vieron amontonadas sus pocas pertenencias, que serían acomodadas en el portaequipaje.
En Chilapa, tres autobuses estacionados desde la mañana a una cuadra donde el gobernador, Héctor Astudillo Flores encabezó la reunión del Grupo de Coordinación Guerrero, esperaban a las decenas de familias que los abordarían después del mediodía.
Sentados en la banqueta, bajo la poca sombra que les proporcionaba la marquesina de una casa, una pareja con su hijo de unos siete años de edad almorzaban tortillas frías con chiles en vinagre, antes de partir hacia su viaje.
–¿Hacia dónde se van, mi amigo? –preguntó al padre de familia un reportero.
– A Sinaloa, –contestó cabizbajo el hombre, visiblemente contrariado y triste.
En los alrededores de dos autobuses, otras familias mataban el tiempo u ordenaban sus pocas partencias en cajas de cartón o bolsas.
Una cuadra más adelante, a orillas del bulevar Eucaria Apreza, cerca del mercado municipal, decenas de familias, algunas madres con sus hijos en brazos, corrían para abordar el autobús. Una joven de unos 20 años cargaba una pantalla y una antena, mientras que un niño de ocho años arrastraba un petate enrollado rumbo al portaequipaje del autobús.
Indiferentes a la escena, pasaron por ese sitio el gobernador, Héctor Astudillo Flores; el comandante de la Novena Región Militar, Germán Javier Jiménez Mendoza; el secretario de Educación, José Luis González de la Vega; y el fiscal general del estado, Javier Olea Peláez, acompañados de su séquito de colaboradores, rumbo a una conferencia de prensa en el Zócalo de la cabecera municipal.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan informó el 6 de noviembre que el flujo migratorio ha sido de 2 mil 500 jornaleras y jornaleros, “que en su diáspora hacia estados como Michoacán, Chihuahua, Sonora, Guanajuato, Baja California y Nayarit, entre otros, los atropellos en su contra no cesan”.
El Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña denunció “una ola de extorsiones cometidas por parte de policías ministeriales de Guerrero a familias jornaleras que se transportan en vehículos particulares que traen placas de otros estados”.

De septiembre a noviembre el Consejo de Jornaleros registró 3 mil 613 migrantes; mil 665 son mujeres

En la temporada de alta de migración, de septiembre a noviembre salieron 3 mil 613 jornaleros agrícolas de la Montaña, a trabajar a los campos agrícolas de estados del norte del país en la cosecha de verduras como jitomate, chile y pepino, informó el Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña.
De los migrantes mil 665 son mujeres y mil 948 son hombres, según los registros con los que el organismo contaba ayer.
El integrante del Consejo de Jornaleros, Flores Sánchez Crescencio informó que los municipios con mayor expulsión son Tlapa, Metlatónoc, Cochoapa el Grande, Copanatoyac, Atlixtac, Atlamajalcingo del Monte, Iliatenco, Acatepec, Alpoyeca, y Malinaltepec.
Pero también se registraron en la Casa del Jornalero vecinos de San Luis Acatlán, José Joaquín de Herrera (Hueycantenango), Chilapa, Ayutla, Acapulco, Chilpancingo y Tixtla.
Informó que los estados a donde irán a trabajar a los cortes de verduras y hortalizas son Sinaloa, Michoacán, Chihuahua, Baja California Norte y Sur, Nayarit, Jalisco, Aguascalientes y Morelos.
Detalló que este año bajó el número de registros pero que eso no quiere decir que la gente no se vaya del estado a trabajar, sino que está saliendo por cuenta propia y no pasaron a la Casa del Jornalero, porque hubo días que no contaban con nada de despensas para entregarles a las familias.
Hasta el momento continúan saliendo en su mayoría se van todos los integrantes de sus familias, se observó que muchas se llevan costales de maíz, calabazas y sus utensilios de cocina, mismos que les servirá para preparar sus alimentos porque las despensas que les entregan se las terminan durante el camino.
También se observó que estaba una manta colgada que se leía “Las jornaleras y jornaleros de la montaña exigimos al gobierno del estado un trato digno y respetuoso de nuestros derechos”.