Son “acusaciones sin sustento”, responde el diputado Bernardo Ortega al Cipog-EZ

Rosalba Ramírez García

Chilpancingo

El diputado local perredista Bernardo Ortega Jiménez afirmó que son “acusaciones sin sustento”, las que realizaron en su contra integrantes del Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-EZ) y de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) ante el presidente de la República, de ser uno de los líderes del grupo criminal Los Ardillos.
Durante la última visita de Andrés Manuel López Obrador a Guerrero, éste fue interceptado por al menos 200 pobladores de Chilapa y José Joaquín Herrera. El líder del Cipog, Jesús Plácido, entregó un documento al mandatario, donde le expresó que “desde hace varios años, el grupo de Los Ardillos, que encabezan Celso Ortega y su hermano el diputado Bernardo Ortega, ha atacado a balazos sus pueblos en varias ocasiones, ha asesinado y desaparecido a mujeres y hombres, dejando huérfanos a los niños”.
Este domingo por la tarde, en un comunicado, el diputado Bernardo Ortega, hermano del líder del grupo criminal Los Ardillos, Celso Ortega, de nuevo negó ser parte de la delincuencia organizada. En el escrito apunta su trayectoria en la política, desde 1996, cuando fue candidato por primera vez a presidente municipal de Quechultenango y hasta el actual cargo, como diputado local por el distrito 24, con cabecera en Tixtla.
Señala: “Soy humano. He tenido errores a lo largo de mi vida y me pueden señalar por ello, pero nunca de corrupto, criminal o que me dedique a actividades ilícitas. Yo soy responsable de mis actos y acciones”.
En ese sentido continuó su escrito, en el que se deslinda de las actividades de sus hermanos, “jamás seré responsable de lo que hagan con su vida terceras personas mayores de edad, así sean familiares o amigos”.
Lamentó que “por falta de información o por la razón que sea, se use mi nombre en acusaciones sin sustento”, en referencia a lo señalado por el líder Cipog ante el presidente de la República, Andrés Manuel López.
Bernardo Ortega insistió en que sólo es “responsable de mis actos y decisiones, no de las de otras personas. Y a las pruebas me remito”. En otros momentos, ante señalamientos similares, ha insistido en que se presenten las denuncias en su contra, para que sea investigado.
Para finalizar, señaló: “En México no es delito compartir un apellido. Cada quien construye el camino de su vida y la mía está dedicada a mi familia, a representar a la gente que más necesita. Así ha sido y así seguirá”.

Un indígena nahua ex policía comunitario desapareció en el área del grupo rival FDP

Zacarías Cervantes

Alcozacán, Chilapa

El indígena nahua Felipe Tlalxintle Tepexco, salió muy temprano el 11 de diciembre de su casa en Xochitempa, municipio de Chilapa. Su hijo Humberto, contó que les dijo que iba al cerro entre Mexcaltepec y San Jerónimo Palantla, a recoger tierra para curar a su nieta que está enferma “de espanto”.
El hombre de 66 años de edad, ex policía comunitario, no había regresado hasta ayer y es uno de los tres indígenas que la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) denunció como desaparecidos el lunes pasado y reclama a las autoridades su presentación.
“Caminó por el rumbo de Mexacaltepec, fue a traer tierra porque creo que por allá se espantó mi sobrina y le fue a traer un poquito para curarla de espanto. Salió a las 7 de la mañana y ya no regresó”, contó el hijo de Felipe, Humberto Tlalxintle Chautla.
Vestido de policía comunitario y con una escopeta terciada al hombro, Humberto se preparaba a las 10 de la mañana de ayer para ir en busca de su padre, junto con un numeroso grupo de policías comunitarios de la CRAC-PF, acompañados por agentes de la Guardia Nacional, militares y policías estatales.
Contó que por la tarde del mismo 11 de diciembre cuando vieron que no llegaba, su hermano se fue a buscarlo pero regresó sin él y entonces el propio Humberto partió al cerro con otros de sus compañeros comunitarios y tampoco lo encontraron, de regreso dieron aviso a las autoridades del pueblo.
“Pero hasta ahora (ayer) no sabemos nada, no sabemos dónde está, si está vivo o está muerto, no sabemos nada y lo que queremos es que aparezca.
Por la ruta de Mexcaltepec, está también la comunidad de San Jerónimo Palantla donde hay presencia de miembros del Frente de Defensa Popular (FDP), cuyos integrantes mantienen rivalidad con la CRAC-PF.
Por eso Humberto creé que lo tienen privado de su libertad en esa esa comunidad; “sólo ha tenido problemas con la gente de San Jerónimo Palantla porque ya lo habían secuestrado hace tiempo pero lo regresaron y ahora otra vez ya lo desaparecieron”.
Recordó que cuando su padre fue policía comunitario hace años le gente de San Jerónimo Palantla secuestró a 14 de la CRAC-PF, entre ellos su padre, y que los que hacen guardia ahora en la entrada de ese pueblo son los mismos que en aquella ocasión se llevaron a su papá.
Dijo que por la mañana del 11 de diciembre, su padre pasó por el cerro, cerca de donde está el módulo de la guardia que cuida el pueblo de San Jerónimo; “yo creo que lo vieron y de regreso lo agarraron. Es lo que queremos saber, que si lo tienen nos lo regresen”.
Dijo que no cree que se lo hayan llevado otras gentes por otros problemas; “él nunca ha tenido problemas de otro tipo, no toma, jamás ha andado molestando por ahí o que ande diciendo groserías, no es de esas personas”.
Otro de los tres desaparecidos es el policía comunitario Marcelino Chino Mendoza, vecino de Alcozacán y de quien la CRAC-PF sabe que policías municipales vinculados con el grupo delictivo de Los Ardillos, lo tienen en una cueva cerca de Hueycantenango, municipio de José Joaquín de Herrera.
El ex coordinador de la CRAC-PF de la desaparecida casa de justicia de Rincón de Chautla, David Sánchez Luna dijo que Marcelino, de 30 años de edad, el 7 de diciembre salió a visitar a unos familiares a Hueycantenango de donde se lo llevaron policías municipales vinculados con el grupo delictivo de Los Ardillos.
Aseguró que saben que lo tienen con vida porque el domingo por la mañana habló por teléfono con sus familiares y les dijo que le están pidiendo 200 mil pesos para que lo liberen.
“Pedimos el apoyo de los tres niveles de gobierno para que lo rescaten. Sabemos que lo tiene el grupo delictivo de Los Ardillos en una cueva cerca de Hueycantenango”.
Aseguró que ya tienen los datos la Fiscalía General del Estado donde presentaron la denuncia, pero denunció que no quieren actuar para rescatarlo.

 

Deja emboscada tres policías comunitarios heridos de gravedad, denuncia el Cipog-EZ

 

Redacción

Chilpancingo

Civiles armados emboscaron a las 9 de la mañana de ayer a policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) en un camino de terracería entre las comunidades nahuas de Ahuixtla y Papaxtla, municipio de Chilapa.
El dirigente del Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-EZ), Jesús Plácido Galindo, informó por teléfono que los agresores son miembros del grupo delictivo de Los Ardillos y que en el ataque dejaron tres comunitarios heridos.
Denunció que a las 2 de la tarde, el mismo grupo agresor atacó la comunidad de Zacapexco, también del municipio de Chilapa, en donde ocurrió un enfrentamiento con policías comunitarios que defendieron el pueblo.
El dirigente del Cipog-EZ responsabilizó a los gobiernos del estado y federal, porque dijo que desde hace meses están denunciando la presencia de ese grupo armado cerca de sus pueblos y no actúan para su desarme o repliegue.
En tanto, en un comunicado que envió la dirigencia del Cipog-EZ la tarde de este martes a los medios de comunicación, informó que la emboscada de las 9 de la mañana ocurrió en contra de cinco policías comunitarios de la comunidad de Tula, que perteneciente al Cipog-EZ.
Explicó que los comunitarios se dirigían de Ahuixtla hacia Papaxtla.
“Nuestros compañeros fueron atacados por ocho personas que bajaron del cerro con armas de fuego R-15 y cuernos de chivo; tres de nuestros compañeros resultaron heridos. Los atacantes vestían pantalón militar y llevaban los rostros cubiertos, además de las armas de alto calibre”, explicó la organización en su comunicado.
Informó que el 23 de septiembre “ya habíamos denunciado la presencia de personas vestidas tipo militar que sabemos pertenecen al grupo narco-paramilitar de Los Ardillos, hoy a 5 días de la denuncia, tres de nuestros compañeros se encuentran gravemente heridos”.
El Cipog-EZ responsabilizó al gobierno de Héctor Astudillo Flores, a la Fiscalía General del Estado (FGE), así como a la Guardia Nacional, Policía Estatal y municipal, “por su complicidad con los narcoparamilitares y su silencio cómplice desde siempre”.
Denunció que saben que quienes emboscaron a sus compañeros fueron Los Ardillos “a quienes hemos denunciado ya en muchas ocasiones, en los tres niveles de gobierno, pero éstos han cerrado sus oídos y se han puesto del lado de quienes nos masacran”.
Concluyó que saben que Los Ardillos se están preparando para entrar a las comunidades del Cipog-EZ, y piden a las organizaciones y organismos de derechos humanos que denuncien y difundan “la guerra narco-paramilitar que

Recorren su territorio 200 indígenas armados para prevenir incursiones de grupo criminal

El coordinador de la CRAC-PF-PC, Margarito Silva Hernández, durante un recorrido de vigilancia por el cerro de Tlakuescomatl cerca de la comunidad El Caracol, municipio de José Joaquín de Herrera, donde al menos 200 indígenas armados realizaron una operación en busca de grupos delictivos en su territorio Foto: Lenin Ocampo Torres

Lenin Ocampo Torres

Ayahualtempa

Al menos 200 indígenas armados de tres poblaciones del municipio de José Joaquín de Herrera, que pertenecen a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores–Policía Comunitaria (CRAC-PF-PC), se organizaron para recorrer los cerros de sus comunidades ante la amenaza de que incursione el grupo delictivo Los Ardillos.
“Tenemos que hacer esto, nosotros no tenemos seguridad como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador de que hay Guardia Nacional (GN), eso es mentira, ustedes vieron en su recorrido que no hay nada y si no lo hacemos el grupo delictivo ve que bajamos la guardia y nos mata”, comentó Margarito Silva Hernández coordinador de la CRAC-PF a un grupo de reporteros que fue invitado al operativo.
Los indígenas salieron a las 7 de la mañana de Olintepec cerca de la comunidad de Ayahualtempa, para iniciar un recorrido de 12 kilómetros por las montañas y linderos de sus comunidades.
Se dividieron en 10 grupos de 20 personas que caminaron en forma de abanico para rencontrarse en un mismo punto y dar un informe de lo que vieron.
“Nosotros no tenemos miedo, tenemos estas armas (escopetas) de bajo calibre, pero sabemos que sí los vamos a enfrentar, salimos a caminar pensando en nuestros hijos y nuestra gente, ya nos hemos enfrentado con el grupo delictivo y sí les hemos respondido”, platicó uno de los policías comunitarios mientras caminaba en medio de los pinos del cerro de Tlalkuascomatl.
En esta parte de la Montaña Baja de Guerrero, desde hace siete años los pobladores tuvieron que organizarse para defender su territorio de la inseguridad y la guerra entre los grupos de la delincuencia que pelean el control de la región.
“En estos siete años nos han matado a 14 compañeros y desaparecido a mucha gente, nosotros nos asomamos fuera de nuestros pueblos y nos matan, no podemos ir a Chilapa y mucho menos Hueycantenango”, explicó el coordinador a los reporteros mientas dirigía la caminata.
Hueycantenango es la cabecera municipal de José Joaquín Herrera y está a 20 minutos de sus localidades, desde hace varios años los indígenas de Ayahualtempa, El Caracol y colonia Los Pinos no pueden salir de sus territorios por el temor de no regresar a sus casas.
“Hacemos esto para que tengan la seguridad nuestros niños donde cuidan (los chivos), donde trabajan, ya vieron que hay milpa, por eso los compañeros que siembran les damos seguridad, no queremos que el grupo delictivo ande por ahí escondiéndose, es necesario hacer esto, a nosotros nos regañan (el gobierno) porque enseñamos a defenderse a nuestros niños, pero ellos no hacen nada para terminar la violencia”, justificó Margarito Silva.
Los policías comunitarios recorrieron durante 5 horas los caminos de Olintepec, Tlalkuescomatl, Punto Trino, Amatitlán, Hornito, Guayabitas, Mazatepec y llegaron todos al punto del Membrillo.
En ese lugar caminaron todos a Topilahuates donde los comisarios pasaron lista a los policías comunitarios y los encargados de cada grupo dieron un pequeño informe donde la mayoría señaló que no encontraron nada fuera de lo común en la zona.
“Hasta ahorita no hay rastros, vamos a continuar más adelante, en caso de que hay algo o ven alguna persona desconocida inmediatamente nosotros nos reunimos para ver todo esto…”
Le exigimos al presidente que ponga la Guardia (Nacional) aquí en el crucero de Tlachimaltepec y salida los Postes Negros. Nosotros no podemos ni ir caminando a Hueycantenango, ni eso podemos hacer porque ahí están las personas (armadas), los que no más están viendo, nos tienen cercados”, exclamó el coordinador.
Ayahualtempa, El Caracol y la colonia Los Pinos quedan a una hora de distancia de Chilapa, para llegar ahí se tiene que pasar un retén del grupo rival Paz y Justicia que se encuentra en el crucero del Jaguey.
En el camino hay dos módulos de militares y policías estatales que según los pobladores “sólo funcionan cuando la gente protesta o llega algún mando”.
Los indígenas evitan salir de sus pueblos por temor a ser asesinados por los grupos de la delincuencia.
“Nuestros alimentos nosotros los trabajamos, les enseñamos a nuestros hijos a sembrar, a limpiar la milpa, a fumigar y triar, tenemos unos animalitos para rastro, hasta ahorita no podemos viajar a ningún lado, también (a los niños) les enseñamos a defenderse y eso le enoja el gobierno, pero nosotros lo seguiremos haciendo mientras sigamos viviendo en estas condiciones de olvido en que nos tienen”, finalizó diciendo el coordinador Margarito Silva mientras los 200 hombres armados regresaban a sus comunidades.

Ataca grupo criminal en Zacapaxco, Chilapa; hieren a un comunitario, denuncia Cipog-EZ

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Integrantes del grupo delictivo Los Ardillos atacaron el martes la comunidad de Zacapaxco, municipio de Chilapa, lo que originó un enfrentamiento con policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) de la Casa de Justicia de Alcozacán.
En la balacera, que según el dirigente del Consejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata (Cipog-EZ), Jesús Plácido Galindo, duró de las 12:20 del día a las 4 de la tarde, resultó herido el policía comunitario Severiano Diego Jiménez.
El dirigente indígena informó que fueron aproximadamente 50 civiles armados del grupo delictivo que atacaron la comunidad de Zacapexco, vecina de Rincón de Chautla.
En un comunicado de prensa enviado por la noche del mismo martes, el Cipog-EZ y la CRAC-PF denunciaron que “así nos ha pasado una y otra vez”, a pesar de que lo han denunciado muchas veces a las autoridades federales y estatales que no han atendido el problema de violencia en la zona.
En su escrito, recordaron que la violencia la denunciaron recientemente en la Ciudad de México cuando presentaron su informe Crímenes de lesa humanidad y graves violaciones a los derechos humanos en la Montaña Baja de Guerrero el pasado 16 de mayo.
“Se los dijimos a los malos gobiernos y lo sabía la prensa nacional e internacional”, reprocharon en su escrito las dos agrupaciones.
“Les dijimos que los grupos narco-paramilitares nos están matando y que a cada acción de denuncia contra estos ataques que hacemos, Los Ardillos nos responden con ataques y que lo seguirán haciendo mientras los malos gobiernos sigan siendo cómplices de los grupos delincuenciales”.
Informaron que la gente de Los Ardillos bajó de la comunidad de Zelocotitlán que está controlada por ellos hacia Zacapexco, “disparando contra la comunidad, resultando herido de bala un compañero de nuestras comunidades”.
“Cabe resaltar que el mal gobierno no nos ha escuchado, al contrario, se ha burlado de nosotros y nosotras, programa reuniones para después cancelarlas y nos quiere ofrecer migajas”.
Denunciaron que los afectivos de la Guardia Nacional, de la Marina y de la Policía Estatal llegaron hasta las 4 de la tarde, “aproximadamente 4 horas después del ataque”.
Las agrupaciones responsabilizaron al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, al gobernador Héctor Astudillo Flores, al secretario de Seguridad Pública estatal David Portillo Machaca y al Fiscal General del Estado (FGE), Jorge Zuriel de los Santos Barrila por el ataque “y por las consecuencias que éste acarree”.
Ayer por la tarde, Plácido Galindo informó por teléfono que las autoridades de los 24 pueblos donde tiene presencia el Cipog-EZ, analizaban la posibilidad de impedir las elecciones el 6 de junio, en protesta porque los gobiernos federal y estatal no han pacificado la zona.

 

Piden paz en El Ocotito con una peregrinación nocturna de penitentes; cargan espinos y se azotan

Por primera vez en El Ocotito hubo una peregrinación nocturna de penitencia similar a la famosa en Taxco, para exigir paz y seguridad en el valle y en el estado, luego de la violencia que golpea constantemente la zona en disputa por grupos criminales.
En la procesión de San Nicolás de Tolentino por la celebración de la Semana Santa participaron Los Cargadores, hombres cargando ramas de espino en los hombros, Los Agachados que caminan encogidos con los pies encadenados y vestidos con mantas negras, y Los Flagelados que con lazos se azotan la espalda.
A las 8 de la noche unas 200 vecinos y participantes se congregaron en la parroquia de la Santa Cruz, partieron en procesión en la que dieron un recorrido en las principales calles de El Ocotito y la carretera federal Chilpancingo-Acapulco para regresar a la iglesia.
En la procesión participaron seis cargadores que vestían pantalón negro y mantas negras que cubrían sus rostros y cabeza, llevaban en sus hombros varas de espino y caminaban lentamente.
En la caminata había cuatro hombres agachados, vestían mantas negras y los pies los llevaban encadenados, en las manos portaba una charola con una tela blanca con la figura de una cruz, y tres flagelados vestían pantalones de manta y máscaras negras, sin playera se azotaban con un mecate blanco la espalda y debido a los golpes les brotaba sangre que les escurría sobre la piel.
En la peregrinación participaron mujeres que vestían de negro, otras con falda negra y blusa blanca rezaban durante la actividad.
Los vecinos asombrados salieron de sus casas al ver la procesión.
Consultado durante la peregrinación el sacerdote Margarito Salgado Calderón comentó que esta procesión es la primera ocasión que se realiza en esta comunidad por la celebración de la Semana Santa, y que fue para exigir paz en el mundo y especialmente en el estado y en el valle de El Ocotito.
“Esta peregrinación es para pedir paz y tranquilidad, evidentemente en todo el mundo y especialmente en el estado y en el valle de El Ocotito, todo lo que estamos ofreciendo es por la paz anegada”, declaró.
Uno de los participantes, Guadalupe Iván Ramírez Reyes comentó que esta representación en la procesión de Los Cargadores, Los Agachados y Los Flagelados es para pedir tranquilidad y seguridad para que pare la violencia en el estado y en el valle que provoca miedo y zozobra entre la población.
En el valle de El Ocotito hombres armados han intentado irrumpir y controlar la zona para el trasiego de droga, según fuentes de la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), que ahí tiene presencia.
El 4 de marzo, según fuentes de la UPOEG, presuntos integrantes del grupo criminal Los Ardillos atacaron con granadas y armas de alto poder la base de la Policía Ciudadana en Buenavista de la Salud, con un saldo de dos heridos. Por este hecho se suspendieron las clases todos los niveles educativos en El Ocotito, Mohoneras, Dos Caminos, Buenavista de la Salud, Cajelitos y Rincón de la Vía.
El 8 de febrero tres integrantes de la organización fueron heridos a balazos en dos emboscadas, y el 21 de febrero un policía ciudadano resultó herido en otro ataque con armas de grueso calibre.
El 29 de enero, según la UPOEG, Los Ardillos intentaron irrumpir en Buenavista de la Salud y asesinaron y calcinaron a un comandante, un consejero y a dos peones luego de que los emboscaron en los límites de Chilpancingo y Mochitlán.
El 27 de noviembre del año pasado, se suscitó una balacera entre civiles armados y agentes de la Policía Estatal en Buenavista de la Salud, donde resultó un civil muerto y dos agentes de la Policía Estatal heridos, además se decomisó armamento, equipo táctico y vehículos.