Los Tarascos ha regalado 700 kilos de tacos al pastor en dos sucursales

 

Durante tres días, en la sucursal Costa Azul de la cadena de taquerías Los Tarascos se han preparado 700 kilos de carne de pastor y se han regalado a los afectados, a militares y los técnicos de la Comisión Federal de Electricidad y de Teléfonos, que tratan de restablecer los servicios.
Este domingo se observó una larga fila de personas, esperando un plato de carne, tortillas acompañada de salsa y limones. En esa sucursal, el jueves se prepararon 150 kilos y el viernes 200 kilos, este domingo se dieron otros 200 kilos, informó el encargado de mercadotecnia de la taquería, Alfredo Santiago Flores.
En la sucursal, el encargado dijo que la iniciativa fue de los propietarios de la cadena de taquerías, que nació en la colonia Progreso en 1987, y ahora tiene presencia en Monterrey, Puebla, Guadalajara, Tlaxcala, Querétaro, Cancún y Mérida, y con cinco sucursales en Panamá.
La taquería comenzó a entregar los primeros platos de tacos a las 12 del día, pero no es la única sucursal que lo está haciendo, en la colonia Renacimiento también se entregan tacos de forma gratuita en la taquería ubicada en el bulevar Vicente Guerrero.
El encargado de mercadotecnia comentó que a pesar de que algunos de los trabajadores tuvieron daños en sus casas, se han presentado a laborar con entusiasmo. (Jacob Morales Antonio).

El Estado simula que cumple recomendaciones sobre desaparecidos, dice Radilla en la CIDH

 

Tita Radilla Martínez, hija del desaparecido de la guerra sucia, Rosendo Radilla Pacheco, denunció que desde la década de los 70 a la actualidad no hay en México condiciones ni voluntad para impulsar investigaciones de las desapariciones de personas, y solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que identifique con mayor detalle las prácticas institucionales que impide el esclarecimiento de estos casos.
En la sesión pública de la CIDH en Panamá sobre desapariciones de personas celebrada el 5 de diciembre, Tita Radilla aseguró que los supuestos avances del gobierno son “cosméticos” para simular el cumplimiento de recomendaciones y sentencias de los organismos internacionales.
Consideró fundamental que la Fiscalía Especializada para la Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Procuraduría General de la República (PGR) atraiga los casos del fuero local donde por las condiciones de inseguridad no puede tener seguimiento en los estados.
Representando a la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), Tita Radilla recriminó que las víctimas hagan la búsqueda de sus familiares porque no hubo un mecanismo adecuado y efectivo de búsqueda de personas desde la guerra sucia, “y es lo que nos tiene en este escenario”.
Ella estuvo en la audiencia con otros representantes de organizaciones de familiares de diferentes partes del país, donde el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Roberto Campa Cifrián explicó ante los comisionados de la CIDH las acciones que el Estado mexicano para atender el problema.
Tita Radilla aclaró que en algunos de los supuestos avances que presentó el Estado mexicano, hay evidencia de que “se trata de avances cosméticos para simular el cumplimiento de recomendaciones y sentencias de los organismos internacionales pero no cuentan con estructura operativa que garantice resultados”.
Aseguró que persisten las deficiencias estructurales como falta de recursos y agentes especializado, además persiste la actitud negligente de servidores públicos encargados de emprender las investigaciones cuyas irregularidades evitan que se sanciones a los responsables y se localicen a las víctimas y que optan por estigmatizar y criminalizar para evadir su responsabilidad de iniciar investigación inmediata.
Destacó que en el sistema de procuración de justicia no hany sanciones tipificadas para mandos medios y altos, que con sus acciones y falta de control, envían mensajes de impermeabilidad para que tipo de actuaciones se sigan repitiendo y obstaculiza el libre y efectivo ejercicio de los derechos.
Recordó que la desaparición forzada de su padre ocurrió hace 42 años, cuando las fuerzas armadas recibieron facultades ilegales “”para adelantar la política criminal de atacar a la población civil, como ocurre actualmente en el marco de la guerra contra el narcotráfico”.
Aunque han pasado siete años de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh) emitió una sentencia a favor de Rosendo Radilla para que el gobierno mexicano abriera este caso, señaló que hoy es la única desaparición forzada de la época que tiene una investigación activa y “deficiente”, porque no hay pista alguna de su paradero y ni un sólo responsable sancionado.
Subrayó que los delitos cometidos en la guerra sucia son catalogados de lesa humanidad y no han recibido justicia, ni verdad, ni reparación del daño y “desde entonces se ha incubado la actual crisis de derechos humanos donde, nuevos actores como el crimen organizado agravan y dificultan las desapariciones forzadas y de particulares en México, generando la repetición crónica con la consecuente impunidad”.
Señaló que desde la situación política de la década de los 70 a la actualidad, no hay condiciones ni voluntad del Estado para impulsar las investigaciones, y sigue siendo una dolorosa realidad que enfrentan las familias.
Para remediarlo, consideró fundamental que la Fiscalía Especializada de Búsqueda de Personas Desaparecidas asuma de manera responsable la competencia de los casos del fuero local que por contexto específico de inseguridad de las familias no pueden seguir en los estados, “no es tolerable que los familiares estén personalmente haciendo labores de búsqueda en muchos lugares del país”.
Solicitó a la CIDH identifique a mayor detalle cuáles son las práctica institucionales que impiden el esclarecimiento de los hechos, la sanción de responsables y que el Estado rinda cuenta de las actuaciones de los procuradores de justicia a fin de evitar actos irregulares y revictimizantes y violatorios de los derechos humanos.
Concluyó que el desafío de México es terminar de manera urgente con el ciclo de impunidad que predomina desde épocas históricas, a fin de lograr efectiva prevención, investigación, procesamiento de los casos, y abrir un diálogo con las organizaciones de la sociedad civil para consensuar las características de la Fiscalía, del fiscal y de las reformas legislativas en esta materia.

Los gobiernos federal y estatal son omisos con las víctimas de la masacre de El Charco, dice el relator de la CIDH

 

El relator para México de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Enrique Gil Botero, señaló que los gobiernos de México y de Guerrero son omisos e invisibilizan la injusticia, las ejecuciones extrajudiciales y torturas contra las víctimas de la masacre de El Charco, municipio de Ayutla.
Ayer en un diálogo con representantes de la Red Solidaria Década Contra la Impunidad, durante las audiencias del organismo en Panamá, la organización civil que solicitó la apertura del caso ante el organismo internacional, informó del acercamiento con el comisionado en el 159 periodo de sesiones públicas de la CIDH, mediante un breve comunicado.
En este diálogo la sobreviviente de la masacre, Ericka Zamora Pardo habló de la tortura a la que fue sometida por el Ejército, luego del ataque de militares a una escuela en donde ejecutaron a 10 indígenas na savi y al estudiante Ricardo Zavala, el 7 de junio de 1988.
Recordó que hay una petición de justicia ante la CIDH que interpusieron los sobrevivientes, y el señor Gil Botero reconoció la importancia de que el caso “tenga un informe de fondo, ya que han pasado más de 16 años de los hechos y los sobrevivientes de la masacre se encuentran en total desprotección y con las secuelas de la tortura que sufrieron”.
Agregó que “tanto el gobierno del estado de Guerrero como el gobierno federal son omisos a esta masacre, e invisibilizan la injusticia, las ejecuciones extrajudiciales y torturas de las que fueron víctimas la y los sobrevivientes de esta masacre”.
Los abogados de los sobrevivientes, Ernesto Rodríguez y Magdalena López, denunciaron que la impunidad ante las violaciones de los derechos humanos, el acoso a las y los activistas y las ejecuciones son continuas.
Aseguraron que la admisibilidad de este caso en la CIDH será un precedente que frenará la violencia que se vive día a día, porque es necesario frenar ya las ejecuciones.
Antes, la Red informó que había vencido el plazo para que el gobierno mexicano respondiera ante la CIDH sobre lo ocurrido el 7 de junio de 1988 en El Charco, Ayutla.
En otras comunicaciones reveló algunos aspectos de la respuesta de los militares, que no reconocen los 11 asesinatos, a pesar de que las víctimas tenían tres y hasta 10 tiros de bala, y justifica la matanza porque al final de la agresión encontraron cuatro armas largas, cartuchos de diferentes calibres, cobertores, vestimentas verdes y libros insurgentes.