Sigue el peregrinaje de damnificados al módulo del Zócalo para solicitar apoyos

Karina Contreras

Decenas de personas acudieron al módulo del Bienestar en el Zócalo, luego de dos días que permaneció cerrado, para saber el motivo por el que no les llega el apoyo que está dando el gobierno federal a los afectados del huracán Otis, que impactó en Acapulco en octubre pasado.
En el lugar se percibió desesperación de las personas que se acercaban a preguntar por información a los Servidores de la Nación, quienes les decían que tenían que esperar a que los llamarán, si es que se registraron vía telefónica o en los módulos.
Desde muy temprano, personas de diversas edades se formaron para obtener información sobre el apoyo y manifestaron que les han dicho que último día de pago es el 29 de febrero.
Otros comentaban que se censaron en noviembre, pero no les han hablado y a sus vecinos, que lo hicieron enero, ya les dieron el apoyo de limpieza, de reconstrucción, enseres y la cuponera.
Una de las personas que estaba en la larga fila fue María, quien vive en la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio y dijo que no le han llamado y ella se censó cuando estuvieron pasando casa por casa, días después del impactó del huracán Otis.
Mostró fotos de su vivienda y enumeró los “graves” daños que tuvo, como fueron las ventanas rotas, las puertas que fueron arrancadas, su tubería dañada y la pérdida de sus utensilios, al inundarse varios metros.
Reconoció que está desesperada por no recibir la llamada, para que vaya por el apoyo, pues la mayoría de sus vecinos ya lo tienen, y es que ella es una persona de la tercera edad, que ya no fácilmente va poder trabajar para recuperar lo perdido.
El Infonavit reconoció que la unidad habitacional Colosio y San Agustín fueron los lugares más afectados por el impacto del huracán Otis, pues las inundaciones en las viviendas alcanzaron ahí más del metro.
Otro señor también dijo que él se censó vía telefónica, en noviembre, y no le han llamado para saber qué ha pasado y por eso se acercó al módulo del Bienestar, para que le dieran información.
Las personas fueron pasando lentamente a las mesas donde estaban atendiendo los trabajadores del Bienestar, mientras eran vigilados por efectivos de la Guardia Nacional.

Por desesperación, dichos del presidente, sostiene el senador Emilio Álvarez Icaza

Juan Luis Altamirano Uruñuela

Ciudad de México

El senador Emilio Álvarez Icaza respondió a los señalamientos del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sobre su participación en la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Mediante una publicación en X (antes Twitter), el senador afirmó que el caso Ayotzinapa es un estigma que llevará el presidente el resto de su vida, y agregó que mencionarlo es muestra de su desesperación.
“ #NarcoPresidente y #AyotzinapaFueElEstado son dos estigmas con lo que López Obrador cargará el resto de su vida y, en lo que proceda, ante la justicia internacional. Que me mencione y mencione a organizaciones y defensores de #DDHH ya no es novedad. Es la manifestación de su desesperación”, escribió Álvarez.
El ex secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), agregó que el presidente López Obrador “es el gran encubridor” de militares y personas involucradas en la desaparición de los normalistas y pidió una explicación de esa cobertura a los responsables.
“Ilegal y personalmente, López Obrador conduce la investigación de #Ayotzinapa, entonces explique ¿por qué encubre a militares y criminales involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes?”.
Aseguró que en caso de que Claudia Sheinbaum no obtenga el triunfo en las elecciones presidenciales del presente año, López Obrador deberá responder a la justicia por acciones de su administración.
“El #NarcoPresidenteAMLO sabe (lo sabe muy bien) que si su corcholata no gana, tendrá enfrente a la justicia para que responda por los daños de su gobierno fallido”, puntualizó.
En la conferencia de este viernes, López Obrador se refirió a Álvarez Icaza como un “pseudo defensor de derechos humanos, un farsante” y le acusó de querer utilizar el caso Ayotzinapa con fines políticos.

 

Muestran vecinos de la colonia Progreso su desesperación por la espera de enseres

La larga fila de afectados por el huracán Otis que espera su turno para recibir los enseres que el gobierno fe-deral está entregando Foto: El Sur

Ramón Gracida Gómez

“Estamos desesperados”, exclamó un vecino de la colonia Progreso que este viernes cumplió una semana en la fila para recoger los enseres domésticos que el gobierno federal está entregando en el parque Papagayo por las afectaciones del huracán Otis.
Es tan larga la espera que los vecinos se organizan por “bloques” de 20 beneficiarios formados contiguamente y a mediodía de ayer se había conformado el bloque 216, a unos 50 metros de las escalinatas del Ayuntamiento de Acapulco.
Los últimos vecinos que se formaron eran conscientes de que iban a tardar varios días en recibir los enseres domésticos que da el gobierno federal como parte del censo que se levantó en apoyo a los ciudadanos afectados por el huracán Otis.
Son empleados que tienen que pedir permiso en sus centros de trabajo para acudir a anotarse en la lista de los bloques; de los 20 vecinos que conforman uno de estos grupos, una parte se queda a dormir y la otra la releva hasta el siguiente día.
Se quejaron de la desorganización por parte del gobierno federal debido a que la entrega de enseres en el parque Papagayo es diferente a otros puntos, donde fueron llamados acorde a la primera letra de su apellido, y en este caso fue un llamado general a la populosa colonia Progreso.
La temperatura aumentaba, se sentía más calor, y por ello todos los beneficiarios formados alrededor del parque llevan al menos una sombrilla y los que llevan más días hasta sillas de plástico y uno que otro sillones largos para recostarse; los menos utilizan un pedazo de cartón para sentarse en el suelo.
Casi todos platicaban con sus vecinos, otros sólo veían de frente para esperar, algunos dormían, otros comían y vendedores ambulantes aprovechan la gran concentración de hombres y mujeres para ofrecer sus productos, entre ellos unas paletas de hielo que cuestan 12 pesos.
Los vecinos se encontraban recostados en la reja verde que rodea el parque Papagayo, arriba de ellos están los pedazos de cartón en los que marcan a qué número de bloque pertenecen y los integrantes del número 145 dijeron que llevaban seis días esperando, con la misma dinámica de relevo entre ellos.
Una larga cinta amarilla delimita el espacio entre los vecinos formados y los transeúntes que pasan por ahí, y es que algunos vecinos comentaron que algunos aprovechados venden los lugares de 500 a mil pesos, como se informó en este periódico en su edición del martes pasado.
Hasta el frente de la fila, a punto de recibir los enseres, un grupo de vecinos estaba recostado bajo unos pequeños árboles y arbustos que dan sombra en la banqueta de la avenida Juan Sebastián Elcano; sus lugares estaban delimitados.
Comentaron que lo tienen que hacer así porque otros vecinos se metían y se alargaba la fila, en la que llevaban desde el sábado pasado, cuando aún se entregaban los enseres en la Unidad Deportiva de Acapulco (UDA).
Los primeros de la fila se han quedado a dormir varios días, y no les da temor porque hay rondines de agentes de la Guardia Nacional; pensaron que este viernes, al fin, iban a recibir los enseres domésticos, que consisten en un refrigerador, una cama, una estufa y un juego de sartenes.
Pero los soldados sólo entregaron 250 fichas a partir de las 5 de la mañana, cuando en días anteriores la cifra ha ascendido a 500, y la entrega de los enseres empezó a las 9 de la mañana y se prolongó a mediodía; a la 1 de la tarde ya no había ningún soldado o funcionario que atendiera las dudas de los vecinos.
Ocurre que algunas personas tienen problemas con sus documentos, como una joven madre que cargaba a su bebé y perdió su credencial del INE; el trabajador del parque que abría y cerraba el portón sólo la referenció con una camioneta militar a punto de salir, que sólo se detuvo unos segundos y el jefe militar no le resolvió su planteamiento.

 

Aún sin costo el Acabús, pero tarda hasta 30 minutos, va repleto y es lento

En la estación de Las Anclas, usuarios del Acabús intentan a las 3 de la tarde entrar a una unidad que estaba repleta de personas y se dirigía a Ciudad Renacimiento
Foto: Ramón Gracida

Ramón Gracida Gómez

Usuarios del Acabús esperaron en la tarde de este viernes hasta 30 minutos en la estación de Las Anclas para abordar sin ningún costo alguno de los camiones de transporte que circulan con mucho retraso y atiborrados de pasajeros de la zona suburbana de Acapulco.
Dentro de la estación, unas 15 personas esperaron pacientemente a que llegara el camión del Acabús con dirección a la estación de Transferencia que se ubica debajo del puente vehícular del bulevar Vicente Guerrero, en Las Cruces.
Dos mujeres, una joven y una adulta, salieron de la estación Las Anclas desesperadas porque no había alguna señal en la avenida Cuauhtémoc de que estuviera cerca un camión del Acabús a las 4 de la tarde de este viernes.
Prefirieron, al igual que muchos vecinos que pueblan la zona suburbana del municipio, tomar un taxi amarillo que, aunque los choferes elevaron los precios, dan solución al problema del transporte público durante la emergencia por Otis.
Tal vez la única ventaja del Acabús frente a los caros y veloces taxis amarillos son las bancas de metal que permiten a los usuarios esperar, por lo menos, sentados la media hora que, como mínimo tarda en que llegue el Acabús.
El retraso de los camiones pertenecientes al sistema de Acabús ha sido una constante desde el inicio de su funcionamiento en 2016, pero sigue siendo útil para los acapulqueños, aún más en este periodo de emergencia por el que los empleos no se han restablecido al 100 por ciento, y al contrario, se han perdido.
Pasaron los minutos y los usuarios del Acabús revisaban su celular, platicaban con sus acompañantes o simplemente se asomaban a la avenida con la esperanza de que a lo lejos se pudiera ver una mancha roja, color de los camiones de este sistema de transporte.
Del otro lado de la estación de Las Anclas, uno de los puntos más importantes por la gran concentración de la demanda de transporte público, pasó un camión rumbo al Zócalo lleno de usuarios y otros 10 entraron de alguna manera.
A un costado de las máquinas de cobranza que están apagadas, se encuentra un anuncio de parte de la administración del Acabús que informa que el horario de servicio es de las 6 de la mañana a las 6 de la tarde.
Precisa: “si quieres abordar autobuses de la Ruta Troncal 3 (Coloso), debes transbordar a la Terminal Renacimiento, ahí inician y dan su recorrido por Las Cruces”.
El camión con dirección a Retorno llegó casi a las 3 de la tarde, y unas tres jóvenes, una vestida con el uniforme de enfermera, corrieron rápidamente para entrar de forma apresurada al camión del Acabús.
“Ya no alcancé”, dijo una señora mientras avanzaba a paso muy lento rumbo a la puerta que se le cerró con varios metros de distancia. Se equivocó porque esperó en la parte del andén que está destinado a los autobuses con dirección a la Garita.
No pasaron más de dos minutos cuando llegó otro camión del Acabús rumbo al Retorno, pero la misma usuaria, adulta mayor, ni intentó pararse de la banca porque sabía que no iba a entrar, pues apenas y dos jóvenes se introdujeron y quedaron en la orilla del autobús que estaba repleto.
Después del paso del huracán Otis el 25 de octubre, el sistema de transporte Acabús dejó de funcionar durante 8 días y el servicio se reanudó el 2 de noviembre con 27 autobuses y con el anuncio de que sería gratuito por la contingencia causada por el meteoro. Antes de ello, el costo del viaje era de 11 pesos.
Fue el 28 de abril que se intentó dar un nuevo impulso a este sistema de transporte con la incorporación de 25 camiones. En total, eran 90 camiones que formaban parte del sistema Acabús, según las cifras expuestas en el acto de relanzamiento encabezado por la gobernadora morenista Evelyn Salgado Pineda y el concesionario Fernando Ruano Bolaños.

 

Llama el alcalde de La Unión a atender la contaminación de la termoeléctrica

Brenda Escobar

Zihuatanejo

El presidente municipal de La Unión, Crescencio Reyes Torres, advirtió que de no atenderse la contaminación ambiental que produce la central termoeléctrica Plutarco Elías Calles, propiedad de la Comisión Federal de Electricidad, (CFE), en Petacalco, podría estallar un conflicto social.
Reyes Torres aseguró: “Tengo entendido que la población de Petacalco se está organizando y están invitando a otros pueblos afectados a sumarse” y agregó que “veo a la gente desesperada, organizándose de manera más ordenada”.
Este domingo, vía telefónica, consultado sobre la reunión que el viernes 12 tuvo un grupo de vecinos de Petacalco con el procurador de la Procuraduría de Protección Ambiental del Estado de Guerrero (Propaeg), Carlos Toledo Manzur, dijo que le hicieron saber que no aguantan más la contaminación.
Reyes Torres sostuvo que la lucha social que actualmente han emprendido los nuevos liderazgos en Petacalco, “es por la salud, se trata únicamente de la salud”.
El presidente municipal comentó que ha participado sólo en tres de las reuniones que ha venido llevando a cabo el gobierno estatal, a través de la Secretaría General de Gobierno, con representantes de dependencias federales y de la propia CFE, para atender el tema de la contaminación en Petacalco, “al inicio pues las estaba atendiendo el secretario general, Ludwig Marcial Reynoso. Estuvo el secretario del Medio Ambiente y varias secretarías, los titulares”.
“También estuvo un subgerente nacional de la CFE y posteriormente han seguido las reuniones. Yo no he podido asistir por problemas de salud, pero aparte, ahora las atienden algunos subsecretarios y también de parte de CFE, personal que no tiene la posibilidad de decidir, y yo considero que el problema que se vive en Petacalco, se debiera de atender en Petacalco”.
Crescencio Reyes tiene su domicilio particular en la citada comunidad, muy cerca de la central termoeléctrica, y conoce a los nuevos liderazgos sociales que actualmente emprenden la lucha por mejorar el medio ambiente en Petacalco y en toda la región del bajo Balsas, que es la zona de influencia de la segunda mayor planta generadora de energía eléctrica en Latinoamérica.
Estos nuevos liderazgos los representan jóvenes originarios de esta comunidad que cuando empezó a funcionar la planta, en noviembre de 1993, apenas eran unos niños y ahora son adultos jóvenes no mayores de 38 años.
Algunos de ellos están integrados en el Comité Ciudadano de Participación, que encabeza Antonio de Jesús Vargas Salamaca, y otros en el grupo civil Juntos por el Bienestar de Petacalco-Bajo Balsas, representado por Karina Ambriz Urbano. Ambos son ex comisarios municipales de esa localidad.
Por separado, está el líder de la vieja guardia, el presidente de la cooperativa La Boba, Jesús Campos Albarrán, quien representa a una parte del sector pesquero de Petacalco.
De ahí que el alcalde Crescencio Reyes sostuvo que las autoridades estatales y federales deberían de atender el problema de la contaminación en Petacalco, “es muy complicado para los ciudadanos que conformaron el comité poderse trasladar a Chilpancingo, y son reuniones semanales. Imagínese cómo pudieran estar acudiendo a Chilpancingo a las instalaciones del gobierno del estado, al Palacio de Gobierno. Pues no es posible”.
“Me preocupa el tema porque en el municipio de La Unión nunca se ha vivido un bloqueo a una carretera, a la carretera federal 200 jamás se ha bloqueado en este municipio, y hoy veo desesperación en los ciudadanos porque no se está pensando en lo mismo por parte de las reuniones de la mesa que se está llevando a cabo, que agradezco la disposición y la buena intención del gobierno estatal, sin embargo, son dos cosas distintas”.
Precisó: “Aquí lo que se está pidiendo es que se cambie de combustóleo a carbón mineral, que se pongan los filtros (a las chimeneas de la planta) es un tema de salud, no es un tema de obra pública, no es un tema de apoyos, o sea, son dos cosas diferentes. Quizá en el pasado hubo sectores que lucharon, que bloquearon, como el tema de los pescadores y los indemnizaron, les hicieron un pago por la baja producción en la pesca, pero hoy preocupa el tema de salud”.
“La gente está en ese sentido solamente, y me decían ‘oiga, dé una propuesta de obra’. Obras podemos hacer, sí, y agradecemos la disposición y que la gobernadora acaban de pavimentar la calle principal de aquí del pueblo, es gestión del diputado (local) Carlos (Reyes) y otra más. Un servidor está haciendo obras aquí en el municipio, sin embargo, el problema es de salud”, insistió.
Reyes Torres subrayó: “El tema es de salud, nos gustaría mucho que las mesas de diálogo se pudieran establecer aquí en la región, aquí en Petacalco específicamente, en la comisaría o en la propia planta, en la central termoeléctrica, en donde se han puesto mesas de diálogo en otras ocasiones y que atendiéramos específicamente el tema del cambio de combustóleo a carbón mineral o filtros en su caso, que reduzcan la contaminación”.
A pregunta, el alcalde dijo no poder asegurar que pueda darse un estallido social a consecuencia de este problema que aqueja a la población de Petacalco, “pero veo a la gente desesperada, buscando incluso a otros pueblos, no sólo Petacalco, sino organizándose de manera más ordenada y creo que puede haber un problema mayor si no se atiende a la brevedad el tema”.
Insistió que lo que las autoridades estatales y federales deben de atender es el problema de salud de la gente de la región del bajo Balsas, “es la salud y no hay nada que se pueda cambiar por el bienestar de los ciudadanos”, apuntó.