Hieren los hombres armados que tienen un retén en Petaquillas a dos automovilistas

El vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia informó que la madrugada del sábado “personas armadas que se llaman policías comunitarios” atacaron a balazos un automóvil en el que viajaban cuatro personas, hirieron a una mujer cuyo estado se reporta como “crítico” y a un hombre que tiene un rozón de bala, en el retén que tienen en la entrada a Chilpancingo.
Según reportes policiacos, a las 2:45 de la madrugada se alertó al 911 que una mujer de 24 años fue herida por arma de fuego en la entrada a la comunidad conurbada de Chilpancingo, y que fue trasladada al hospital general Raymundo Abarca Alarcón minutos antes de las 4 de la madrugada.
En un comunicado, Álvarez Heredia confirmó el hecho y afirmó que según las versiones de testigos el hecho ocurrió cuando los hombres armados le marcaron el alto al conductor de un vehículo Nissan Versa, quien “por temor a ser asaltado” no se detuvo.
Agregó que la mujer fue trasladada a la Ciudad de México debido a la gravedad de su estado, porque recibió un disparo cerca de la espina dorsal, mientras que el conductor sufrió un rozón de bala en un brazo.
En redes sociales trascendió que los responsables de los hechos fueron los autodenominados “policías comunitarios” de Petaquillas, quienes mantienen un retén en ese lugar. Según Álvarez Heredia la Fiscalía General del Estado (FGE) investigará el caso.
Según el reporte policiaco, la mujer herida es Valeria Aceves Ríos, y sus acompañantes resultaron ilesos.
El grupo armado que opera en Petaquillas ha sido señalado por el grupo de seguridad ciudadano Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), y por el colectivo de familiares de desaparecidos de Chilapa, Siempre Vivos, de estar vinculado al grupo criminal Los Ardillos, y de que opera con la complicidad del gobierno del estado.

Lleva tres días cerrado un comedor comunitario en Petaquillas porque la Cruzada contra el Hambre no ha enviado alimentos

Unos 60 adultos mayores, entre ellos mujeres de la tercera edad que están a cargo de un comedor comunitario del programa Cruzada Contra el Hambre en Petaquillas, Chilpancingo, informaron que desde el lunes está cerrado porque la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) no ha enviado los suministros.
Explicaron que este comedor atiende a 113 personas y que no han recibido los alimentos porque la coordinadora municipal del programa las acusó de vender los productos, lo que ellas negaron.
Ayer los inconformes se reunieron las 11 de la mañana, luego de que el lunes se reunieron en la comunidad con la coordinadora municipal del programa, Anel Aguilar, a quien acusaron de déspota y aseguraron que les gritó.
A la reunión llegó de forma inesperada el coordinador regional, Fernando de la O Préstegui, que dijo que no sabía de la reunión y sólo pasó por el lugar, pues se dirigía al municipio de Mochitlán.
La presidenta del comité del comedor comunitario, Lucina Antaño, contó que al comedor comunitario acuden diariamente unos 113 vecinos, trabajadores y estudiantes de las escuelas cercanas, quienes aportan 5 pesos por cada platillo, en el desayuno y la comida.
Dijo que la coordinadora municipal de la Sedesol les cuestionó qué hacen con los 5 pesos de cooperación que les dan, y aclaró que el dinero que juntan es para comprar jitomate, chile y cebolla, porque mensualmente la Sedesol les da ingredientes que tienen que guisarse como machaca, soya, arroz, chiles en vinagre, aceite y verduras.
El coordinador regional del programa, Fernando de la O Préstegui dijo que mensualmente a este comedor le entregan 32 tipos de productos, con un costo de 67 mil pesos.
“El problema que hay es que la coordinadora nos vino a supervisar ayer, pero no vino amablemente, sino que ella dijo –a ver usted es la que está vendiendo despensa, usted las arma y usted las vende– es lo que le estamos exigiendo ahorita, que venga, que traiga (a) la persona (que acusó a su compañera de vender los productos), e inclusive, nosotros sabemos por varios vendedores ambulantes que hay muchos comedores que sí venden el abasto, nosotros nunca lo hemos vendido, ni las cocineras ni nadie”, explicó Lucina Antaño.
Afirmó que debido a la acusación de que venden los productos, este mes no les mandaron la despensa y desde el lunes no abrieron, sin embargo, De la O Préstegui les aseguró que sí se les enviarán los productos, aunque no les dio una fecha.
Los inconformes pidieron que cambiaran a la coordinadora municipal, y el funcionario regional les prometió que se haría cargo personalmente de este comedor.
Las encargadas informaron que este jueves reabrirán el comedor comunitario sólo con la machaca que tienen, y con la recaudación de cinco pesos comprarán alimentos hasta que les entreguen las despensas.

 

El gobernador no puede ser sólo un espectador de cómo se pierden vidas, señala Salvador Alanís

 

El coordinador del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), Salvador Alanís Trujillo respondió al gobernador Héctor Astudillo Flores que debe de asumir su responsabilidad, que como mandatario él no es un espectador que puede sólo sentarse a ver cómo se pierden vidas.
Consultado por teléfono, Alanís Trujillo quien tuvo que salir de Guerrero tras ser amenazado por el fiscal general del Estado Javier Olea Peláez de que sería detenido, expuso, “yo creo que más que quedar en medio de pleitos, el gobernador debe asumir su responsabilidad, como gobernador principalmente, él es responsable de mantener a un estado en orden, como él lo dice”.
Este viernes El Sur publicó que el corredor de Xaltianguis, municipio de Acapulco a Petaquillas, municipio de Chilpancingo, se utiliza para el trasiego de droga de la sierra por los grupos criminales Los Ardillos y Cártel del Sur, de los que el dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio forma parte, y tienen acuerdos con el gobernador, según la denuncia del coordinador del FUSDEG.
“El gobernador lo que tiene que tener es mucho cuidado de no quedar en medio de estos pleitos que se dan entre grupos que están armados y que están fuera de la ley. El gobernador siempre lo que le corresponda para hacer que la mayoría pueda estar en condiciones de estar libre y evitar los menos conflictos posibles, el gobernador siempre lo que ha hecho es tratar de evitar conflictos y por supuesto cuidar no quedar en medio de estos pleitos que se han convertido casi en personales entre grupos armados que están fuera de la ley”, dijo el viernes Astudillo en respuesta.
Ayer, Salvador Alanís advirtió, “la delincuencia sigue avanzando y sigue sometiendo a pueblos, yo creo que debe de fajarse los pantalones y cumplir los acuerdos” que hizo con el FUSDEG, de desarmar a la UPOEG.
Reprochó que lo haya engañado, que si no quería intervenir en el conflicto debió evitar meterse desde el principio, “y ya veíamos nosotros como arreglar el conflicto, es cierto que la UPOEG desde San Juan del Reparo abrió la puerta a una situación de violencia”.
“Este no es un conflicto personal como él lo suaviza, más bien un conflicto entre la delincuencia y un grupo de la policía comunitaria que nació del pueblo”, precisó.
“Hay muchas familias que viven exiliadas, que están fuera de sus pueblos, y ahora sí, él no quiere quedar en medio, esto demuestra sólo la falta de ética del gobernador”, señaló.

Le ofrecieron 5 millones de pesos a cambio de irrumpir en Corral de Piedra, asegura

El coordinador del FUSDEG informó que el interés de los narcotraficantes era tan alto que el líder del grupo criminal Los Rojos, Ángel Villalobos Arellano, El señor de la A, le ofreció 5 millones de pesos a cambio de que la Policía Comunitaria del FUSDEG entrara a la comunidad Corral de Piedra.
“El FUSDEG no se creó para eso, y ese fue un problema que a la larga nos afectó por que quedamos como un movimiento pobre, porque no teníamos el recurso económico para poder comprar armamento más pesado como el que trae la UPOEG sierra”, expuso.
Mencionó que esta organización encabezada por Bruno Plácido llegó a El Ocotito con 400 hombres armados con cuernos de chivo y granadas.
“Entonces el interés económico es muy grande y no solo le interesa al estado, sino a la federación y por eso le echa la bolita al estado y la cosa es que no va a terminar esto, porque el interés económico es más grande que la verdadera responsabilidad de los gobernantes de querer solucionar esto”, consideró.
Agregó que los grupos delictivos apadrinan campañas políticas, y a cambio a los grupos del crimen organizado los dejan mover sus mercancías en el territorio.

Hablará de Los Ardillos en Chilpancingo cuando “haya condiciones”, dice el vocero

El vocero en materia de seguridad, Roberto Álvarez Heredia se negó a dar una postura de la presencia del grupo delincuencial Los Ardillos en la comunidad de Petaquillas, en el municipio de Chilpancingo, dijo que hablará al respecto cuando “haya condiciones de dar una postura”.
Además afirmó que nunca fueron retenidos agentes de la Marina por vecinos de la comunidad de Poliutla en el municipio de  Tlapehuala, luego de que los agentes atropellaron a una mujer que viajaba a bordo de una motocicleta.
La mañana de este viernes, luego de la celebración del Día de la Bandera, en Iguala, se consultó al vocero de la presencia de Los Rojos en la capital, y respondió: “Me gustaría tener una posición del Grupo de Coordinación para estar en condiciones de dar una posición”.
Álvarez Heredia enfatizó que agentes de la Marina nunca fueron retenidos en Poliutla, “el gobierno del estado a través de su delegado regional está dialogando con los habitantes de Poliutla, municipio de Tlapehuala, que mantienen un bloqueo en la carretera federal hacia Ciudad Altamirano, esto tiene correlación con el incidente de tránsito que se dio el jueves por la tarde… se registró un incidente de tránsito entre un carro de la Marina y un particular, que era una persona que tenía una motocicleta que vendía tortillas”, argumentó.
Afirmó que la población de San Miguel Tecomatlán y colonia Cuauhtémoc del municipio de Tlalchapa, que están cerca de Poliutla, aprovecharon el accidente para manifestarse en contra de la Marina y exigir la liberación de cuatro personas detenidas y consignadas por el Ministerio Público de la Procuraduría General de la República (PGR), por portación de armas de alto poder. (Anarsis Pacheco Pólito / Iguala).

El corredor Petaquillas-Xaltianguis ya está controlado por el crimen organizado, afirma el FUSDEG

Cuarta parte y última

En los enfrentamientos entre el FUSDEG y la UPOEG, entre Xaltianguis, municipio de Acapulco, y Petaquillas de Chilpancingo, lo que estaba en disputa era el corredor para el trasiego de goma de amapola, de la que Guerrero no ha bajado en las últimas décadas de primer productor en el país, según han declarado diversas fuentes oficiales. Ahora, ese corredor ya está totalmente en manos de cárteles del narcotráfico y de la delincuencia organizada, dice el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG).
Esta organización, con su Policía Comunitaria, se encargó de la seguridad en todo ese corredor desde 2014 hasta noviembre de 2016, cuando fue desplazada por la Unión de Pueblos y Comunidades del Estado de Guerrero (UPOEG); prácticamente desapareció, y sólo se mantiene en Tierra Colorada, a la mitad del tramo Acapulco-Chilpan-cingo.
Por teléfono desde un lugar fuera de Guerrero, porque tuvo que salir luego de que fue amenazado por el fiscal Javier Olea Peláez de que sería detenido, el coordinador del FUSDEG, Salvador Alanís Trujillo, habla en entrevista.
–Se ha publicado que había una disputa por controlar el corredor donde estaba el FUSDEG por cárteles del narcotráfico o de la delincuencia organizada.
–Sí, ya está en manos del crimen organizado, de Xaltianguis hasta Chilpancingo, lo único que está quedando fuera es la parte donde todavía se encuentra el FUSDEG, Tierra Colorada, son como 22 pueblitos que todavía quedan, pero de Xaltianguis a Colorada está bajo la delincuencia, y de Dos Caminos hasta Petaquillas también.
Dice que el motivo de los ataques al FUSDEG, hasta hacerlo casi desaparecer, es el fuerte interés económico que implica el narcotráfico en ese corredor.
Alanís cuenta un diálogo con el fiscal general del estado, Javier Olea Peláez, que muestra que para las autoridades el interés económico que representa el narcotráfico en este corredor, pesa más que la seguridad pública.
El 30 de octubre pasado, el gobernador Héctor Astudillo se reunió en Acapulco con tres dirigentes del FUSDEG, después de que la organización bloqueó la Autopista del Sol y la carretera federal en El Ocotito, para exigir el desarme de la UPOEG y la detención de sus líderes que tenían orden de aprehensión, porque estaban atacando a las familias de los policías comunitarios del FUSDEG. En respuesta, para pacificar la comunidad, el gobernador anunció una operación con la Policía del Estado, Ministerial, Federal y el Ejército, que entrarían a El Ocotito a detener a todos los hombres armados, tanto de la UPOEG como del FUSDEG. Acordaron que el FUSDEG sacaría a sus comunitarios antes de la operación que se haría con ocho Bases de Operaciones Mixtas. El FUSDEG sacó a todos sus policías comunitarios, pero el gobierno ya no operó para sacar a los de la UPOEG. El FUSDEG plantea que con el incumplimiento de ese acuerdo, el gobernador dejó El Ocotito en manos de la UPOEG, y así lo reclamó una comisión al fiscal Olea Peláez, en una reunión el 7 de noviembre. Alanís afirma que en un ríspido diálogo, el fiscal justificó el incumplimiento del gobierno: “nos dijo, miren son 25 mil millones de dólares los que entran a Guerrero por esa sierra y no le vamos a meter mano, así nos dijo el fiscal, con esas palabras, yo no sé si sea verdad esa cantidad, a mí se me hace mucho, a la mejor son millones de pesos, pero así nos dijo”.
El 20 de septiembre, en el contexto de la confrontación entre el FUSDEG y la UPOEG, el presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, declaró, que la pugna se debe al interés económico y de ampliación de poder, relacionado con el trasiego de drogas en el corredor Petaquillas-Xaltianguis. El alcalde expresó: “Para mí está claro qué hay detrás de todo esto, políticos y organizaciones sociales que están siendo rebasados por una situación de interés económico y comercial, más que cualquier cosa”; “la razón es el trasiego de enervantes, no soy ingenuo, es posible que esté involucrada la delincuencia organizada, pero no tengo elementos para comprobarlo”.

El trasiego derivado de la amapola

En entrevista, Alanís habla del trasiego derivado del narcotráfico.
–Se ha dicho que el conflicto es por la disputa de ese corredor para el tráfico de amapola. Se daba a entender que los dos, FUSDEG y UPOEG, estaban involucrados en el trasiego de drogas.
–Sí, eso se decía. Nosotros nunca jamás hemos trabajado con la droga, si te pones a investigar cada pueblo del FUSDEG, ningún pueblo produce ni siembra, ni goma (de amapola) ni mariguana, y nosotros en todos los pueblos del FUSDEG no permitimos la venta de ninguna droga.
“Te voy a explicar algo, de por qué en los medios se menciona que el corredor Xaltianguis-Petaquillas era peleado por el control del trasiego de la droga. No precisamente que aquí se produzca. Por ejemplo, El Ocotito, es el lugar de abastecimiento de muchos pueblos que siembran amapola, toda la gente de arriba viene a comprar a Ocotito su comida, medicinas, incluso los niños vienen a la escuela, entonces es por eso que es muy importante para los cárteles controlar los pueblitos que tienen acceso a la sierra, por todo, por la entrada de (policías) federales, de militares, por la entrada de carros robados, de la gente que va a trabajar, de dinero, y por la misma bajada de la goma.
“Entonces, como nosotros no les permitíamos ni pasar carros robados ni bajar goma, ni nada, entonces ellos le tenían que dar vuelta, incluso se compraron un helicóptero para estarla moviendo, entonces eso les dificulta a ellos más el trasiego, el llevar y traer, entonces por eso ellos nos peleaban este corredor, para llevar y traer, para controlar las entradas donde ellos manejan la siembra. Porque nosotros poníamos el retén en el parque industrial de El Ocotito, y ahí no entraban armas ni dinero, porque revisábamos”.

Los cárteles, sus líderes

Alanís habla de los problemas de seguridad en ese corredor, de las fuerzas que ahí se mueven, de las organizaciones delictivas y de los personajes que los encabezan. Fue su materia de trabajo como coordinador del FUSDEG durante casi tres años.
Dice que cuando el FUSDEG estaba siendo atacado en los pueblos del valle de El Ocotito, entraba la UPOEG con jóvenes que recluta mediante el pago de un salario y de droga, “son pagados, no creas que la gente anda con ellos de veras por mucho amor o que de veras están en contra del FUSDEG, no, a los muchachitos que agarran les dan mil 500 pesos semanales, a los que están en operativos les dan sus dosis de cocaína cada dos días, su cuerno de chivo, carros robados, lanzagranadas y los muchachitos son felices con eso, se sienten los capos de México”.
–¿Dices que los de la UPOEG son del Cártel del Sur?
–Sí, ellos son del Cártel del Sur Sierra Unida.
–¿Así se llama?
–Sí. Cártel del Sur Sierra Unida, y abreviado es Cártel del Sur.
–¿Cómo sabes que Bruno Plácido (el principal dirigente de la UPOEG) es de ese cártel.
–Mira, yo sé bien porque yo he agarrado a todos los delincuentes del Sur, Ardillos, Rojos, del Cida, nosotros hemos agarrado muchos delincuentes, a la hora que los agarramos declaran y nos dicen quiénes están metidos desde la municipal, federal, políticos, Bruno, todos, nosotros les preguntamos todo en los interrogatorios, y es de esa forma como nos dimos cuenta que desde el 2014 ellos hicieron una alianza, que Bruno hizo una alianza con el Cártel del Sur, porque el Cártel del Sur se divide en 2014, se separan, y la mitad del Cártel del Sur se queda con Isaac Navarrete Celis y con Juan Jaleaco, entonces la otra mitad se queda con Ángel Arellano Villalobos, la A, y con el teniente La Calentura que están del otro lado de Corral de Piedra. Entonces ellos le ganan a los de la A. Entonces Juan Jaleaco Guevara, que es el líder del Cártel del Sur, le ofrece 4 millones a Bruno para que le lleve 300 gentes, entonces Bruno ahí es donde entra a la sierra y le hace el paro a Juan Jaleaco para sacar a los de la A, entonces desde el 2014 ellos pactaron ese acuerdo, y sí, empiezan a avanzar y a sacar a todos los que ya habían entrado del lado contrario.
“En ese entonces empezó a reclutar a mucho niño de Ocotito, Mohoneras, de todos los pueblos del valle. Entonces nosotros empezamos a agarrar a muchos niños de esos, tenemos muchas grabaciones y los niños nos decían cómo operaban, que aquí los reclutaban para ser policías de UPOEG en la sierra, y ya los mandaban con una camisa verde y una escopeta a la sierra, llegado a la sierra les quitan la camisa verde de UPOEG, y les dan un cuerno de chivo o un AR-15, su salario y su droga cada dos días, cocaína, su ración a cada muchacho. Y esos detenidos nos dicen que ahí ven a (los líderes de la UPOEG) Bruno, Ernesto, Carioca. Entonces en los operativos va la gente de Bruno, la que tiene en grupos de operación”.
–¿Isaac Navarrete de qué cártel es?
–Del Sur, también.
–Los Ardillos, Cártel del Sur y Bruno es la alianza que está ahora.

Quiénes llevaron a la UPOEG a El Ocotito

La UPOEG entró a El Ocotito el 23 de enero de 2014, y a los tres meses la gente del pueblo corrió al dirigente Bruno Plácido y a su grupo, pero los comunitarios siguieron con el nombre de UPOEG, hasta el 5 de enero de 2015, cuando fundan el FUSDEG.
Alanís cuenta que comerciantes de El Ocotito que estaban amenazados o ya habían sido secuestrados por el grupo delincuencial Los Rojos se organizaron para pedir a la UPOEG que entrara a El Ocotito. La UPOEG nunca respondió a esos llamados, pero un día entró al pueblo y comenzó a organizar la Policía Ciudadana. Para integrarse, Alanís formó su grupo con siete jóvenes armados, y lo nombraron comandante, igual que a otros 12.
Al poco tiempo de la entrada de la UPOEG, llaman a los comandantes a una reunión, dice Alanís, y narra lo ocurrido. “Llegamos a la reunión de los 13 ya comandantes y que nos dicen: les vamos a presentar a los que trajeron a la UPOEG aquí al valle de El Ocotito. Yo tenía interés en conocerlos porque según nosotros éramos los que estábamos organizando para que entrara y no sé quién los trajo al final. Bueno, que nos presentan a Carioca, y a los hermanos Ávila de Buena Vista. Yo los vi sentados en la mesa y pensé, a lo mejor ya se metieron a la comunitaria, pero eran narcotraficantes de años, yo estudié con ellos, yo los conocía, su mamá, su papá, su abuelo, eran narcotraficantes de añales, no de ahorita, gente que se dedica al narco, no hacen males pero son narcos, y yo decía ¿cómo es posible, ellos son los que trajeron a la UPOEG?, entonces me di cuenta de que entraron para sacar a los que estaban (el cártel de Los Rojos) y quedarse ellos.
–¿Qué drogas trafican?
– Todos los derivados de la amapola, lo que te da es goma de opio y una que se llama la chaina y la heroína, y la mandan a Estados Unidos; eso es lo que trafican y lo que deja mucho dinero.
“Entonces fue así como me metí ahí y descubrí que era un engaño total, que Bruno ya traía acuerdos con gente de cárteles que iban a meter un cártel para sacar a otro. Es ahí cuando nos pusimos roñosos porque en esa reunión nos trajeron a Víctor Muletas que era narcotraficante porque lo querían integrar a la mesa, que porque él se había ido y quería regresar a la mesa, y yo dije, ¿cómo van a creer señores, aquí digan la verdad, qué está pasando, cómo no conocemos al señor Víctor, qué no conocemos a los señores Ávila y a qué se han dedicado toda su vida?. Entonces yo les dije, aquí tenemos que ser honestos, digan de qué se trata, porque nosotros conocemos quiénes son ellos y a qué se han dedicado, digan lo que está pasando para saber. Vamos a empezar y ya con lo mismo, no vamos a avanzar.
“Y en esa reunión fue donde se partió la UPOEG, la primera división, la mitad de la mesa me apoyó y la otra mitad apoyó a aquéllos. Desde ahí fue el primer pleito que nos aventamos ya con la gente de Bruno, y fue que empezamos una pelea interna, desde entonces hasta que los sacamos del valle del Ocotito, porque empezaron a meterse a las casas, tú vives en un pueblo y sabes quién se dedica a lo malo y quién se dedica a lo bueno, y nada más le caían a una casota grande, y le inventaban delitos al dueño y le robaban todo, y lo corrían, lo sacaban. Nosotros decíamos, ¡pero es don Pepe, que ha trabajado toda su vida, ha vendido carne toda su vida, sus carros los compró con lo que ganó en la venta de carne! Y decían: no pero está ligado a la delincuencia. Y con ese pretexto le robaban todo, nosotros nos empezamos a preocupar y sacamos a toda esa gente de Bruno de El Ocotito.
“Nos separamos y fundamos el FUSDEG porque ya era una guerra a muerte con Bruno y con Ernesto (Gallardo), nos han intentado matar varias veces, porque ellos ya traían acuerdos con cárteles de que iban a entregar todo ese corredor de Xaltianguis hasta Petaquillas e incluso el plan era entrar hasta Chilpancingo y tomar Chilpancingo.
Luego se refiere a que el grupo de Los Ardillos produce una droga que le llaman la chaina (según registros periodísticos, es la heroína blanca, china white, de mucha demanda en Estados Unidos y precio más alto que la café o negra que tradicionalmente se produce en México). “Un muchacho que agarramos nos explicaba que de 10 kilos de goma ellos hacían un kilo de chaina, esa chaina es la que están mandando para allá.  Ya no tienen que transportar 10 kilos, sólo uno, y esa creo que se vende no sé en cuanto, aquella vez me dijo que la pagaban en 23 mil dólares, antes de que el dólar subiera, calculábamos que costaba sobre 360 mil pesos un kilo.
“No conozco, no sé realmente donde están los cultivos, pero toda esa zona que está sobre los mil 500 metros sobre el nivel del mar son buenas para eso. Toda esa es zona amapolera.
–¿Cuando entra el FUSDEG a Petaquillas, el 30 de enero de 2015, qué cártel controlaba ese lugar?
–Era Cártel del Sur Sierra Unida. O sea que cuando sacan a Los Rojos se unen varios líderes de allá y forman Sierra Unida, ellos son cuatro líderes, y se nombran el de la A, I, P y J. La J es Jaleaco o Juan Jaleaco o Juan Guevara, está en Jaleaca, él es el que manda al Cártel del Sur, el de la I es Isaac Navarrete Celis, el de la P no supe cómo se llama pero se lo lleva la (Policía) Federal como al mes de que entramos nosotros a Petaquillas, y se quedó fuera, y el de la A es Ángel Arellano Villalobos, a él se lo llevó la Federal hace como 10 meses.
–¿Los Rojos no estaban en Petaquillas?
–Los Rojos estuvieron antes de que agarraron al Tigre (Gabriel González Cabrera, que se encuentra en prisión), ellos controlaban Petaquillas, y cuando nosotros llegamos ya era Cártel del Sur, tenía poco que era Cártel del Sur.

Los Ardillos sí cometen crímenes contra la población fuera de sus lugares de influencia, dice el FUSDEG

Tercera parte

El asesinato de seis jóvenes de la comunidad de Chacotla puso nuevamente en el interés público el problema del control de Los Ardillos de un territorio aledaño a la capital del estado.
La noche del 30 de enero entró a esa comunidad del municipio de Mochitlán un comando de unos 40 sicarios vestidos de negro, relataron testigos, y se llevó a seis hombres y a dos mujeres, y un día después, el 1 de febrero, fueron ejecutados los seis hombres, dos de ellos menores de edad, y a las mujeres las dejaron libres.
Al día siguiente, antes de la aparición de los cuerpos, los vecinos dijeron a los reporteros que desde que entró el grupo armado varios de ellos pidieron ayuda al 911, a la Policía Estatal, a la Municipal y al Ejército, pero ninguna corporación fue al pueblo, que queda a sólo 40 minutos del centro de Chilpancingo, y los sicarios estuvieron actuando libremente durante cinco horas, y se metieron a las casas, se llevaron a las dos mujeres y cinco hombres más otro de la vecina comunidad de Mazatlán, golpearon y maltrataron a los habitantes y robaron dinero y cosas de valor.
Los vecinos identificaban a los agresores, hablaron de policías ciudadanos de la UPOEG, de supuestos comunitarios de Petaquillas en coordinación con los de Palo Blanco y Mazatlán, y un testigo precisó que “son acciones de narcocomunitarios que pertenecen a los grupos criminales Los Ardillos y al Cártel del Sur”.
Se publicó en El Sur que por Whatsapp familiares y amigos de las víctimas informaron que recibían amenazas por teléfono, y dijeron: “Nos hablan de un tal Celso Ortega (presunto jefe de Los Ardillos), de un tal Isaac Navarrete (presunto jefe del Cártel del Sur), y nos están amenazando que van a entrar a matarnos con la comunitaria del señor Bruno (Plácido, el dirigente de la UPOEG)”.
El día del funeral, ante reporteros, los familiares señalaron que los que irrumpieron la noche del 30 de enero y se llevaron a los ocho, son policías comunitarios de la UPOEG revueltos con delincuentes, y dijeron que los sicarios gritaron que iban por El Tigre, Gabriel González Cabrera, padre de dos de los jóvenes ejecutados, Gabriel de 21 años e Ismael de 16.
Los vecinos no hablaban del móvil de las ejecuciones.

Era un secuestro
colectivo: FUSDEG

De los hechos de Chacotla, da su versión el coordinador del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), Salvador Alanís. Aunque esta organización ha sido desplazada de las funciones de seguridad en los pueblos entre Acapulco y Chilpancingo, y sólo queda en Tierra Colorada, mantiene contactos y obtiene información directa de pobladores.
–¿Cuál fue el móvil de lo que pasó en Chacotla?
–Lo de Chacotla. Hay un líder ahí que se encargaba de atender esa zona cuando estaba el cártel anterior (Los Rojos), ese líder ahorita está preso, El Tigre, es el papá de dos jóvenes que mataron.
“El Tigre controlaba todos esos pueblitos incluso cuando nosotros metimos la Policía Comunitaria a Mazatlán, fuimos colonia por colonia de Mazatlán, y nos brincamos a El Salado y a Chacotla, pero la gente de ahí nunca quiso hacerse del FUSDEG. Sin embargo nosotros los cuidábamos porque al cuidar Mazatlán los cuidábamos a ellos, La gente se portó muy bien en el tiempo que estuvimos nosotros, que fueron casi cuatro años, nunca hubo un muerto, nunca hubo un secuestro, y con El Tigre nunca tuvimos problemas, desde que yo entre ahí él ya estaba en la cárcel. Fue un pretexto de la gente que entró ahora (el 30 de enero) que porque buscan al Tigre si todos saben que está en la cárcel.
–¿Y por qué la matanza?
–Era un secuestro, estaban pidiendo 10 millones de pesos, pero Los Ardillos se molestaron mucho porque la gente fue a denunciar, inmediatamente que los levantan la gente se fue al Ministerio Público a denunciar y esa fue la molestia de Los Ardillos, por eso mataron a los muchachos.
–¿Pero hay gente en Chacotla que tenga dinero para pagar 10 millones de pesos?
–No pero como eran ocho…, era un secuestro global. Al muchacho de 14 años que mataron, no le quitaron su celular, y ese niño estaba mandando toda la información por mensajes, entonces estaban pidiendo 10 millones, de ahí dice el niño que le hablaron a Celso y Celso habló con Bruno, y que platicaron y con Isaac Navarrete, y le bajaron a 2 millones para dejarlos ir, porque ya todo mundo sabía de ese levantón y al final supieron que habían ido a denunciar al Ministerio Público antisecuestros y fue por eso que mataron a los muchachos.
–Después de esos hechos, ¿hay peligro para la población de Petaquillas por la presencia de Los Ardillos?
–Hemos venido observando que en territorio donde están Los Ardillos no se meten con la gente común, pero sí hacen matazones afuera, en pueblos donde no están ellos. Lo de Chacotla lo hicieron Los Ardillos con la UPOEG, unidos todos. Entonces en Quechultenango (lugar de origen de Los Ardillos) no ves ni un muerto, en Mochitlán la gente vive tranquila dentro de lo que cabe, pero vienen de Quechultenango o de Mochitlán a matar a los de Chacotla.
–Dicen que Los Ardillos no extorsionan ni secuestran.
–Los Ardillos sí secuestran pero fuera de su territorio. Por ejemplo toda la violencia de Tixtla, ahorita se retiraron tantito de Tixtla, ahora están haciendo males de este lado de Petaquillas. Allá Zenén Nava (el jefe del grupo de la delincuencia organizada Los Rojos) ya tenía 12 años controlando Chilapa, y estaba tranquilo, pero una vez que entran Los Ardillos se empieza a ver matazón y matazón.
“Yo considero que Los Ardillos es uno de los grupos más violentos de Guerrero, para mí, por el conocimiento que yo tengo. Los Ardillos tienen mucho dinero y mucha violencia. Fueron los que desaparecieron a los de Chilapa. Son los que operan a la comunitaria de Paz y Justicia; esa comunitaria son Ardillos”.
–Y otra característica es que se mueven con la población de las comunidades, pareciera que buscan tener base social, no son sólo los armados.
–La característica “buena” (dice Alanís con ironía) de Los Ardillos es que mientras los del Cártel del Sur les pagan a 14 mil la goma a los campesinos, Los Ardillos se la pagan a 22 mil, entonces lógicamente tienen base social, porque Los Ardillos cuidan, la gente siembra y les pagan bien su producto, ¿cómo no van a estar protegiendo a Los Ardillos?, por eso la gente está con ellos.
“Si alguien trabaja en la oficina a lo mejor tiene miedo y no se mete, pero si trabaja en el campo sembrando eso (amapola), los va a apoyar; los productores los apoyan a ellos”.

Se oponen en el área de influencia de Los Ardillos a que entre el Ejército y las policías

Nuevamente el caso de Los Ardillos fue de interés en los medios, el 7 de febrero, cuando policías rurales de Petaquillas, vecinos y transportistas de la ruta a Quechultenango bloquearon la carretera federal a Acapulco más de seis horas, para exigir que se retirara un campamento militar ubicado frente a la entrada a Petaquillas, que se instaló como parte de las operaciones para buscar a los responsables de los asesinatos de Chacotla.
Al día siguiente, el gobernador Héctor Astudillo Flores, en declaraciones a reporteros en Acapulco, calificó el origen del bloqueo como “misterioso”. Esto quiere decir que atrás de esa acción había algo oculto, oscuro.
“Reprobamos las acciones del día de ayer donde un grupo de personas llamándose policías comunitarios, transportistas y algún otro grupo de personas, bloquean la carretera para pedir que de una zona, donde recientemente asesinaron a un grupo de personas humildes, salgan la policía y el Ejército. Nos parece que son acciones muy, muy lamentables y que tienen origen, así lo digo de claro, un origen mucho, muy misterioso”, dijo Astudillo Flores.
“No podemos permitir que este tipo de grupos que se escudan en policías comunitarios traten de limitar una acción de justicia reclamada por todos los pueblos”, subrayó el gobernador.
Los reporteros le preguntaron el significado del calificativo “misterioso” que usó para referirse al origen del bloqueo a la carretera, que fue total, de las 2 de la tarde a las 8 de la noche, pero ya no respondió.
Después, el 19 de febrero, cuando asistió a la ceremonia por el Día del Ejército en la Zona Militar de Chilpancingo, el gobernador dijo a pregunta de reporteros: “Hacen muy mal quienes piden que el Ejército no ayude. Hay que comprender de dónde vienen esas peticiones, que son muy raras, muy misteriosas, principalmente en territorios donde se dan hechos que en ocasiones cubren de luto y de sangre a muchas familias y yo creo que es un asunto que hay que ubicarlo en su exacta dimensión”.
Un reportero le preguntó quiénes están detrás de esas peticiones, y sólo dijo “hay que analizarlas”.
Probablemente el gobernador hablaba de Los Ardillos, de los asesinatos de Chacotla y del bloqueo en Petaquillas para pedir la salida del Ejército.
En la misma reunión en Acapulco, el comandante de la Novena Región Militar, general Germán Javier Jiménez, declaró a reporteros que los militares seguirían en el campamento frente Petaquillas, pero éstos se retiraron la madrugada de ese día, como lo pidió el movimiento que bloqueó la ca-rretera.
El 7 de febrero, cuando el bloqueo llevaba casi seis horas, acu-dieron a dialogar con los manifestantes para buscar que se liberara la carretera, el delegado de la Secre-taría de Gobernación, Ramiro Ávila Morales, y el subsecretario de Asuntos Políticos del gobierno estatal, José Maldonado. En el diá-logo nocturno, Ávila dijo que fuerzas federales y militares llegaron a Petaquillas por protocolos de seguridad tras los hechos de violencia que han ocurrido en la región, en referencia a los de Chacotla.  Por su parte, los que hablaron por parte de los manifestantes defendieron en todo momento a la Policía Rural.
El comisario de Petaquillas, Mario Flores Castrejón, declaró a los reporteros que los militares “anoche anduvieron intimidando a la gente, pero los afectados fueron los policías”. Por su parte, un policía rural dijo que los militares entraron a Petaquillas intimidando a los vecinos para sacarles información sobre los hechos de Chacotla, y en algunos casos los encañonaban.
Al día siguiente del bloqueo, los enviados gubernamentales firmaron el acuerdo con los manifestantes, en el que acceden a sus peticiones. Quedó escrito que la seguridad en Petaquillas estará a cargo de la Policía Rural, y que en operaciones conjuntas con ésta podrán entrar el Ejército y policías federales y estatales.

La huella en Chilapa

En una región contigua, en los municipios de Chilapa, Zitlala y Tixtla, la disputa entre los cárteles de la droga Los Rojos y Los Ardillos dejó 81 personas desaparecidas entre 2014 y 2016 y 120 asesinadas, informó el Centro de Derechos Humanos José María Morelos, que tiene su sede en Chilapa.
En estos últimos tres años, Los Rojos y Los Ardillos, en su disputa por el territorio, han cometido crímenes de extrema crueldad, y decapitado, desmembrado y descuartizado cuerpos que son arrojados a lugares públicos, a veces quemados.
También han ocurrido secues-tros y desapariciones colectivas y masivas, y decenas de cuerpos han sido enterrados en fosas clandestinas que después son localizadas por familiares o por autoridades.
Dentro de esta disputa, según registros periodísticos, la acción más conocida fue la irrupción de hombres armados del cártel de Los Ardillos, acompañados de comisa-rios y campesinos de diversos pue-blos, a la cabecera municipal de Chilapa, y la mantuvieron ocupada del 9 al 13 de mayo de 2015, para exigir la detención del jefe de Los Rojos, Zenén Nava, y durante esos cinco días levantaron y desaparecieron a 16 vecinos, ha dado a conocer el Colectivo Siempre Vivos, de familiares de desaparecidos.
Durante esa incursión de Los Ardillos a Chilapa estuvieron presentes efectivos del Ejército y de la Policía Federal, que no hicieron algo para impedir que se llevaran a los 16 desde entonces desaparecidos, y compartieron las calles de la ciudad, en aparente acompañamiento, como lo muestran las fotografias publicadas en El Sur.

No sabe de Los Ardillos en Petaquillas, dice el alcalde de Chilpancingo y justifica la salida de los militares

 

El alcalde de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena declaró que no tiene información de la presencia del grupo delictivo Los Ardillos en la entrada a la ciudad, y justificó el alejamiento de los militares en Petaquillas en que un grupo organizado presionó para que el campamento militar se retirara.
A la 1 de la tarde asistió a la segunda sesión ordinaria del Consejo Estatal de Seguridad Pública, en el edificio Centro en el Palacio de Gobierno, manifestó que el Ejército tiene toda la libertad para moverse por el territorio nacional pero justificó que la salida de los militares de la comunidad de Petaquillas se hizo para evitar un enfrentamiento y pérdidas humanas.
Al alcalde priista se le preguntó de la presencia del grupo criminal Los Ardillos, que según el líder comunitario Salvador Alanís, es el que tiene el control de la entrada a la capital bajo las siglas de la Policía Rural, y respondió, “nosotros lo que tenemos y lo he platicado con el comisario (de Petaquillas, Mario Flores Castrejón) de manera reiterada, hace cuatro días, son las obras de desarrollo comunitario que necesitan”.
Luego de una explicación de los proyectos para la localidad de Petaquillas se le volvió a cuestionar qué información tenía de la presencia del grupo delincuencial, y contestó que “de manera concreta y con documentos que den certeza a ese tipo de información no (tiene)”.
Dijo el crimen organizado es un asunto que “seguramente” ya lo abordaron en el Grupo de Coordinación Guerrero, que él como autoridad carece de información documentada de la presencia de Los Ardillos en el municipio.

Suspenden el transporte a dos colonias de Petaquillas tras amenazas de policías rurales

Integrantes del Consejo de Autotransporte del Estado de Guerrero se reunieron con transportistas y policías rurales de Petaquillas cerca de la colonia Villas Magisteriales, donde acordaron respetar las rutas que llegan a las colonias Mirna Acevedo y Real del Valle, luego de que, la mañana de ayer policía rurales que cuidan la comunidad amenazaron a los choferes con quemar sus Urvan.
A la 1 de la tarde llegaron al puente peatonal ubicado en la carretera federal México-Acapulco, cerca de la colonia Villas Magisteriales, al sur de la capital, el presidente del Consejo de Autotransporte, Servando de Jesús Salgado Guzmán, taxistas de Chilpancingo, transportistas del sitio de taxis de Petaquillas y policías rurales; en el lugar hubo vigilancia de policías municipales.
Salgado Guzmán expuso en la reunión que, la mañana de ayer, vecinos de la colonia Real del Valle les informaron que policías rurales detenían a los choferes de Urvan de las rutas de esa colonia y de la Mirna Acevedo para amenazarlos con, “que según iban a quemar cinco combis”.
Contó que, tras las amenazas suspendieron el servicio del transporte público en las dos colonias para cuidar la integridad física de los choferes y pasajeros, y buscó reunirse con transportista de Petaquillas y policías rurales para evitar un conflicto entre ellos.
“Se dio un mal entendido, porque unos usuarios de la colonia Real del Valle nos comunicaron que los comunitarios estaban parando a los compañeros del servicio público, porque nos comentaban que había amenazas de quema de unidades, pero los comunitarios nos dicen que no fue así”, declaró.
Los taxistas de Petaquillas y policías rurales negaron que hayan amenazado a los choferes del transporte público de las colonias Mirna Acevedo y Valle del Real con incendiar cinco Urvan, y afirmaron que “fue un mal entendido”.

No puede haber ínsulas de no aplicación de la ley, dice Leyva Mena de la salida del Ejército

El alcalde de Chilpancingo, el priista Marco Antonio Leyva Mena declaró que no puede haber ínsulas de no aplicación de la ley, “de no tránsito de la autoridad, porque eso se convertiría en impunidad”, en referencia a las exigencias de vecinos de Petaquillas para que salga el Ejército de su comunidad.
El alcalde aseguró que se ha mantenido atento al asunto, y ayer se reuniría con el comisario de Petaquillas, Mario Flores Castrejón, a quien le plantearía la posibilidad de permitir el libre tránsito de las corporaciones policíacas.
Este miércoles vecinos de Petaquillas, municipio de Chilpancingo, transportistas y policías rurales se reunieron con el delegado de la Secretaría de Gobernación (Segob) en Guerrero, Ramiro Ávila Morales, y con el subsecretario de Asuntos Políticos de la Secretaría General de Gobierno, José Martín Maldonado, con quienes acordaron que la seguridad estaría en manos de la Policía Rural.
Esta reunión se dio tras las seis horas de bloqueo el martes, en la carretera federal México-Acapulco, al sur de Chilpancingo, como medida de presión de los manifestantes para exigir la salida de un campamento militar instalado frente a la entrada de petaquillas tras la irrupción de sicarios a la comunidad de Chacotla.
Consultado al concluir su participación en la entrega de reconocimientos del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), en Palacio de Gobierno, el priista Leyva Mena señaló que tiene la misma información que el gobernador Héctor Astudillo Flores, “sobre de que de alguna manera esos grupos extraños están interesados en que no entre el Ejército”.
Agregó que la intervención del gobierno del estado en el conflicto es la reacción de una autoridad prudente y sensata, ya que, “si estiras mucho la liga, eso hubiera terminado obviamente en términos de enfrentamientos armados que no le convienen a nadie”.
Dijo que la acción de los gobernantes en este tipo de situaciones debe ser muy cuidadosa y ponderada en beneficio de la vida de sus habitantes.
Sobre la situación de inseguridad, reiteró que no es un problema nuevo y reafirmó que merece toda la atención de los tres órdenes de gobierno. “Por tratarse de estos grupos, le corresponde a la federación, para entrar en una ruta de estabilidad y buen gobierno”, señaló.
A pesar de que el alcalde no ha participado en la mesas de negociaciones con los habitantes de Petaquillas y el gobierno del estado, dijo que se avanza en un ruta de diálogo y razonamiento. “Yo entiendo que hay una población alarmada ante esta situación, y estamos en este momento coordinándonos con las autoridades para que no suceda un enfrentamiento”, comentó.
Aseguró que, a pesar de los hechos registrados en la comunidad, hay un riesgo controlado, ya que mientras haya diálogo, todo estará tranquilo para avanzar en la ruta de una solución a la petición de los pobladores.

Se va el Ejército de Petaquillas; la Policía Rural se encarga de la seguridad, acuerda con funcionarios

Vecinos de Petaquillas, municipio de Chilpancingo, transportistas y policías rurales se reunieron con el delegado de la Secretaría de Gobernación (Segob) en Guerrero, Ramiro Ávila Morales, y con el subsecretario de Asuntos Políticos de la Secretaría General de Gobierno, José Martín Maldonado del Moral, y acordaron que la seguridad en esa comunidad estará en manos de la Policía Rural y que con ésta, el Ejército y fuerzas federales y estatales harán operaciones conjuntas.
La reunión fue resultado de más de seis horas de bloqueo el martes a la carretera federal a Acapulco, al sur de Chilpancingo, como medida de presión de los manifestantes que exigieron la salida de un campamento militar instalado frente a la entrada a Petaquillas tras la irrupción de sicarios a la comunidad de Chacotla, municipio de Mochitlán, que ejecutaron a seis jóvenes. Según los inconformes, los militares interrogaron a algunas personas, presuntamente sobre esos hechos.
En la reunión se iba a tratar el retiro del campamento militar, pero horas antes de que comenzara la reunión, éste ya se había levantado.
A las 10:30 de la mañana inició la reunión en la comisaría municipal de Petaquillas, a la que asistieron el comisario Mario Flores Castrejón, el representante de transportistas de la ruta Chilpancingo-Petaquillas, Romuel Vázquez Vélez, representantes de la Policía Rural y dichos funcionarios.
En la reunión, los funcionarios de los gobiernos federal y estatal informaron a los inconformes que la madrugada del miércoles se retiró el campamento del Ejército, ubicado cerca de la Unidad Académica de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), donde había 50 militares.
Además, acordaron que el Ejército y policías federales y estatales, participen en operaciones de seguridad con la Policía Rural en Petaquillas para evitar intimidaciones y roces.
El transportista Romuel Vázquez Vélez explicó que las corporaciones policiacas avisarán a los policías rurales cuando ingresen a Petaquillas a hacer recorridos u operativos de seguridad cerca de esta comunidad, “para que no haya un mal entendido con nuestros policías y para trabajar tranquilos”.
Comentó que ya no habrá intimidaciones policiacas a los vecinos, “para sacarles información de personas que ni conocemos y no sabemos porqué lo hacen, y en algunos casos encañonaban a la gente, además no dejaban trabajar a la Policía Rural, había roces entre ellos, ese es el problema”.
Vázquez Vélez dijo que los policías rurales trabajan las 24 horas y están al servicio de la comunidad, en la que ofrecen paz y tranquilidad a la población.
Un vecino se quejó de que las autoridades militares, federales y estatales no brindan seguridad, mientras que “nuestra Policía Rural sí atiende nuestras demandas; de qué sirve que los militares sólo se pasean, se van y no pasa nada, y nuestros policías, a la hora que sea atienden las denuncias”.
Otro vecino de Petaquillas reprochó a Ávila Morales y a Maldonado del Moral que, cuando suceden hechos de violencia, llaman al número de emergencia 066, ahora 911, “no nos hacían caso, llamábamos muchas veces, no nos pelaban y la población estaba desprotegida, pero ahora que tenemos nuestra policía estamos más tranquilos”.
La noche del martes, cuando los pobladores de Petaquillas, transportistas y policías rurales bloquearon seis horas la carretera federal México-Acapulco en la entrada del fraccionamiento Río Azul, ahí el delegado de la Segob, Ramiro Ávila Morales dijo que fuerzas federales y militares llegaron a Petaquillas por protocolos de seguridad tras los hechos de violencia que han ocurrido en la región.
La noche del lunes 30 de enero, sicarios irrumpieron en la comunidad de Chacotla, municipio de Mochitlán, se llevaron a ocho vecinos, dos de ellos mujeres, y la mañana del miércoles mataron a los seis hombres. Ávila Morales dijo que “este operativo fue para brindar seguridad y detener a los presuntos responsables”.
Otra demanda de los vecinos de Petaquillas al gobierno del estado es que intervenga para que el Ayuntamiento de Chilpancingo les devuelva el carro de la basura para que se restablezca el servicio, “cuando el Ayuntamiento nos quita el carro de la basura, con nuestros propios vehículos tiramos la basura, lo cual es injusto”.
El transportista Vázquez Vélez pidió la construcción de un puente peatonal en las colonias Agua Zarca y Loma Bonita para beneficiar a los estudiantes la Secundaria Técnica 80, porque “cuando fue la tormenta Manuel, en septiembre 2013, se cayó el puente”.
En la reunión firmaron un documento de acuerdos: “Primero.- Retiro de las fuerzas federales y estatales del pueblo que Petaquillas. Segundo.- La seguridad de Petaquillas y sus colonias queda en manos de su policía. Tercero.- Darle seguimiento a la minuta firmada por autoridades municipales y federales en agosto pasado. Cuarto.- Darle seguimiento a la gestión para la construcción del puente peatonal que comunica a la secundaria técnica No. 80 Australia, ubicada entre las colonias Agua Zarca y Loma Bonita”.
El martes, en el bloqueo total a la carretera federal participaron vecinos de Petaquillas, transportistas de las rutas Tepechicotlán, Colotlipa y Mochitlán, que llegan a la capital y policías rurales.
Entonces, el comisario de Petaquillas, Mario Flores Castrejón informó que militares y federales, “la noche del lunes espantaron a la gente y encañonaron a algunos vecinos para sacarles información”.
El comandante de la Policía Rural, quien se reservó su nombre, comentó que tras los hechos de violencia en Chacotla, municipio de Mochitlán, “el gobierno implementó operativos de seguridad en esa zona y las corporaciones policiacas que pasaban por Petaquillas intimidaban a los policías rurales, y esto hubiera ocasionado una balacera”.